¿Sólo concibes la libertad con el mercado?
Sin duda, la libertad de disponer del fruto del trabajo, de venderlo, alquilarlo o cederlo, si tal es el deseo del productor, es una parte importante de la Libertad.
Yo creo que la propuesta "a cada cual según sus necesidades" es mucho más libertaria que "a cada cual según su trabajo", porque si las necesidades de uno son más grandes se vería obligado a trabajar más para cubrirlas, que es lo que pasa hoy.
El problema es que las "necesidades" son subjetivas, y cualquier intento por estandarizarlas será arbitrario; lo que para ti es superfluo para mí puede ser esencial y viceversa, por tanto, no tiene nada de libertario que tenga que dedicar parte de mi trabajo para mantenerte si no lo quiero así, aun cuando tuvieras ocho hijos y yo fuera soltero. En general, el argumento es análogo al de los apologistas del
Estado del Bienestar.
Además, como has dicho, "a cada cual según su trabajo" necesita de un control contable para ver cuánto le corresponde a cada quién. En ese sentido se han propuesto sistemas de retribución según horas trabajadas. En las colectividades de la revolución española se implementó algo parecido si mal no recuerdo, aunque en otras comunidades parece que se implementó el sistema comunista.
Bueno, eso depende de qué se entienda por "a cada cual según su trabajo", creo que es falaz considerar el trabajo equivalente al número de horas que se dedican a él. En primer lugar, porque más horas no implica más productividad del trabajo y, en segundo lugar, porque quien debe pagar ese trabajo es la sociedad, que lo valora subjetivamente y, por tanto, de acuerdo a sus necesidades. Es lógico que un reparador de aire acondicionados cobre más que un licenciado en historia o bellas artes por mucho que, según la teoría colectivista, la hora de trabajo de los dos licenciados deba compensar el coste de su instrucción, porque a la sociedad le es más útil en este momento -y por tanto recompensará más- el trabajo de un reparador que el de cinco licenciados en historia o bellas artes.
El producto del trabajo ni siquiera puede medirse en valor de la cantidad de mercancías/servicios producidos, de ser así todo el mundo podría producir lo mismo y recibir lo mismo -lo cual es imposible-, sino de lo que con esas mercancías/servicios producidos se puede comprar.