Un bonito poema
Un bonito poema
Saludos, no resisto la tentación para alegraros el día, de aportaros este poema sacado de esta http://boards2.melodysoft.com/app?ID=Politica&msg=402
Se trata del poema del poeta campechano Sergio Witz, por el que está siendo procesado, y por el que podría sufrir cuatro años de prisión. Espero que os guste.
La patria entre mierda
Sergio Witz
Yo
me seco el orín en la bandera
de mi país,
ese trapo
sobre el que se acuestan
los perros
y que nada representa,
salvo tres colores
y un águila
que me producen
un vómito nacionalista
o tal vez un verso
lopezvelardiano
de cuya influencia estoy lejos,
yo, natural de esta tierra,
me limpio el culo
con la bandera
y los invito a hacer lo mismo:
verán a la patria
entre la mierda
de un poeta.
Se trata del poema del poeta campechano Sergio Witz, por el que está siendo procesado, y por el que podría sufrir cuatro años de prisión. Espero que os guste.
La patria entre mierda
Sergio Witz
Yo
me seco el orín en la bandera
de mi país,
ese trapo
sobre el que se acuestan
los perros
y que nada representa,
salvo tres colores
y un águila
que me producen
un vómito nacionalista
o tal vez un verso
lopezvelardiano
de cuya influencia estoy lejos,
yo, natural de esta tierra,
me limpio el culo
con la bandera
y los invito a hacer lo mismo:
verán a la patria
entre la mierda
de un poeta.
.
Simplemente PATETICO (lo peor no es lo que dice el "poema" sino como lo dice...menudo analfabeto)
Sin mencionar ninguna bandera, porque la "patria" es un sentimiento particular de cada cual, yo prefiero este otro:
PATRIA
Queriendo yo un dia
saber que es la Patria
me dijo un anciano
que mucho la amaba
La Patria se siente
no tiene palabras
que claro la expliquen
las lenguas humanas
Allí, donde todas
las cosas nos hablan
con voz que hasta el fondo
penetra del alma
Allí, donde empieza la breve jornada
que al hombre en el mundo
los cielos señalan
Allí, donde el canto
materno arrullaba
La cuna que el Ángel
veló de la guarda
Allí, donde en tierra
bendita y sagrada
de abuelos y padres
los restos descansan:
Allí, donde eleva su techo la casa
de nuestros mayores...
¡ Allí esta la Patria !
El valle profundo la enhiesta montaña
que vieron alegre correr nuestra infancia
las viejas ruinas de tumbas y de aras
que mantos hoy visten de hiedras y zarzas
el arbol que frutos y sombra nos daba
Al son armonioso del ave y del aura;
Recuerdos, amores, tristeza, esperanzas
que fuentes han sido de gozos y lagrimas;
la imagen del tiempo, la roca y la playa
que ni años ni ausencia del animo arrancan
la voz conocida la joven que pasa
la flor que has regado y el campo que labras;
ya en dulce concierto, ya en notas aisladas
Oiras que te dicen: ¡ Aqui esta la Patria !
Autor: Ventura Ruiz Aguilera (1820-1881)
Ninguno lo entendereis.Lastima.
Sin mencionar ninguna bandera, porque la "patria" es un sentimiento particular de cada cual, yo prefiero este otro:
PATRIA
Queriendo yo un dia
saber que es la Patria
me dijo un anciano
que mucho la amaba
La Patria se siente
no tiene palabras
que claro la expliquen
las lenguas humanas
Allí, donde todas
las cosas nos hablan
con voz que hasta el fondo
penetra del alma
Allí, donde empieza la breve jornada
que al hombre en el mundo
los cielos señalan
Allí, donde el canto
materno arrullaba
La cuna que el Ángel
veló de la guarda
Allí, donde en tierra
bendita y sagrada
de abuelos y padres
los restos descansan:
Allí, donde eleva su techo la casa
de nuestros mayores...
¡ Allí esta la Patria !
El valle profundo la enhiesta montaña
que vieron alegre correr nuestra infancia
las viejas ruinas de tumbas y de aras
que mantos hoy visten de hiedras y zarzas
el arbol que frutos y sombra nos daba
Al son armonioso del ave y del aura;
Recuerdos, amores, tristeza, esperanzas
que fuentes han sido de gozos y lagrimas;
la imagen del tiempo, la roca y la playa
que ni años ni ausencia del animo arrancan
la voz conocida la joven que pasa
la flor que has regado y el campo que labras;
ya en dulce concierto, ya en notas aisladas
Oiras que te dicen: ¡ Aqui esta la Patria !
Autor: Ventura Ruiz Aguilera (1820-1881)
Ninguno lo entendereis.Lastima.
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Aquí os envío otra poesía, esta vez de Juan Sarmiento, al que todo le importa un pimiento. Espero que a Chopenhauer le guste más que la de Sergio. Saludos.
__________________________________
Decora tu letrina
No puedo entregar mi alma a este despojo
de Patria, que me pide que me tire
al pozo sin pensar, y aunque suspire,
yo seguiré tocándome el gorgojo.
A qué dar el salto, pues si me arrojo
que al oirme caer no se retire,
vuelva la vista rauda y no me mire
el trompazo de muerte que recojo.
Dejaos ya de tanto meter pata
pues frontera son sólo los sentidos.
Colgad en la letrina la bandera.
Mejor tener de amiga a una rata
que viva la vida sin quejidos
prefiero un roedor que una quimera.
Juan Sarmiento, 1922.
__________________________________
Decora tu letrina
No puedo entregar mi alma a este despojo
de Patria, que me pide que me tire
al pozo sin pensar, y aunque suspire,
yo seguiré tocándome el gorgojo.
A qué dar el salto, pues si me arrojo
que al oirme caer no se retire,
vuelva la vista rauda y no me mire
el trompazo de muerte que recojo.
Dejaos ya de tanto meter pata
pues frontera son sólo los sentidos.
Colgad en la letrina la bandera.
Mejor tener de amiga a una rata
que viva la vida sin quejidos
prefiero un roedor que una quimera.
Juan Sarmiento, 1922.
Aquí estan los mejores versos sobre la patria, os sonará ya que es un clásico:
La Canción del Pirata
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín:
bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul:
"Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés,
y han rendido
cien naciones
sus pendones
a mis pies."
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
MI ÚNICA PATRIA, LA MAR.
"Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa,
sea cualquiera,
NI BANDERA
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor."
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
MI ÚNICA PATRIA, LA MAR.
"A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.
En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival."
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
MI ÚNICA PATRIA; LA MAR.
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
MI ÚNICA PATRIA; LA MAR.
"Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.
Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar."
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
MI ÚNICA PATRIA, LA MAR.
****
Sentimiento de inspiración anarquista en el siglo XIX, aprendez de aquí y dejaros de poner que si los perros se limpian el culo con las banderas y maricodas similares de mal gusto.
La Canción del Pirata
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín:
bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul:
"Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés,
y han rendido
cien naciones
sus pendones
a mis pies."
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
MI ÚNICA PATRIA, LA MAR.
"Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa,
sea cualquiera,
NI BANDERA
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor."
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
MI ÚNICA PATRIA, LA MAR.
"A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.
En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival."
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
MI ÚNICA PATRIA; LA MAR.
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
MI ÚNICA PATRIA; LA MAR.
"Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.
Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar."
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
MI ÚNICA PATRIA, LA MAR.
****
Sentimiento de inspiración anarquista en el siglo XIX, aprendez de aquí y dejaros de poner que si los perros se limpian el culo con las banderas y maricodas similares de mal gusto.
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- Registrado: 02 Jun 2003, 08:41
- Ubicación: la Flor de Fuego
Pues venga, aquí va otra, León Felipe, esta también es muy cantada y muy conocida, y no da lástima.
¡QUÉ LÁSTIMA!
¡Qué lástima
que yo no pueda cantar a la usanza
de este tiempo lo mismo que los poetas que hoy cantan!
¡Qué lástima
que yo no pueda entonar con una voz engolada
esas brillantes romanzas
a las glorias de la patria!
¡Qué lástima
que yo no tenga una patria!
Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa
desde una tierra a otra tierra, desde una raza
a otra raza,
como pasan
esas tormentas de estío desde esta a aquella comarca.
¡Qué lástima
que yo no tenga comarca,
patria chica, tierra provinciana!
Debí nacer en la entraña
de la estepa castellana
y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada;
pasé los días azules de mi infancia en Salamanca,
y mi juventud, una juventud sombría, en la Montaña.
Después... ya no he vuelto a echar el ancla,
y ninguna de estas tierras me levanta
ni me exalta
para poder cantar siempre en la misma tonada
al mismo río que pasa
rodando las mismas aguas,
al mismo cielo, al mismo campo y en la misma casa.
¡Qué lástima
que yo no tenga una casa!
Una casa solariega y blasonada,
una casa
en que guardara,
a más de otras cosas raras,
un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada
(que me contaran
viejas historias domésticas como a Francis Jammes y a Ayala)
y el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla.
¡Qué lástima
que yo no tenga un abuelo que ganara
una batalla,
retratado con una mano cruzada
en el pecho, y la otra en el puño de la espada!
Y, ¡qué lástima
que yo no tenga siquiera una espada!
Porque..., ¿Qué voy a cantar si no tengo ni una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada?
¡Qué voy a cantar si soy un paria
que apenas tiene una capa!
Sin embargo...
en esta tierra de España
y en un pueblo de la Alcarria
hay una casa
en la que estoy de posada
y donde tengo, prestadas,
una mesa de pino y una silla de paja.
Un libro tengo también. Y todo mi ajuar se halla
en una sala
muy amplia
y muy blanca
que está en la parte más baja
y más fresca de la casa.
Tiene una luz muy clara
esta sala
tan amplia
y tan blanca...
Una luz muy clara
que entra por una ventana
que da a una calle muy ancha.
Y a la luz de esta ventana
vengo todas las mañanas.
Aquí me siento sobre mi silla de paja
y venzo las horas largas
leyendo en mi libro y viendo cómo pasa
la gente a través de la ventana.
Cosas de poca importancia
parecen un libro y el cristal de una ventana
en un pueblo de la Alcarria,
y, sin embargo, le basta
para sentir todo el ritmo de la vida a mi alma.
Que todo el ritmo del mundo por estos cristales pasa
cuando pasan
ese pastor que va detrás de las cabras
con una enorme cayada,
esa mujer agobiada
con una carga
de leña en la espalda,
esos mendigos que vienen arrastrando sus miserias, de Pastrana,
y esa niña que va a la escuela de tan mala gana.
¡Oh, esa niña! Hace un alto en mi ventana
siempre y se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
¡Qué gracia
tiene su cara
en el cristal aplastada
con la barbilla sumida y la naricilla chata!
Yo me río mucho mirándola
y la digo que es una niña muy guapa...
Ella entonces me llama
¡tonto!, y se marcha.
¡Pobre niña! Ya no pasa
por esta calle tan ancha
caminando hacia la escuela de muy mala gana,
ni se para
en mi ventana,
ni se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
Que un día se puso mala,
muy mala,
y otro día doblaron por ella a muerto las campanas.
Y en una tarde muy clara,
por esta calle tan ancha,
al través de la ventana,
vi cómo se la llevaban
en una caja
muy blanca...
En una caja
muy blanca
que tenía un cristalito en la tapa.
Por aquel cristal se la veía la cara
lo mismo que cuando estaba
pegadita al cristal de mi ventana...
Al cristal de esta ventana
que ahora me recuerda siempre el cristalito de aquella caja
tan blanca.
Todo el ritmo de la vida pasa
por el cristal de mi ventana...
¡Y la muerte también pasa!
¡Qué lástima
que no pudiendo cantar otras hazañas,
porque no tengo una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón de viejo cuero, ni una mesa, ni una espada,
y soy un paria
que apenas tiene una capa...
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!
León Felipe
El sufrimiento de nuestros exiliados... Un saludo.
¡QUÉ LÁSTIMA!
¡Qué lástima
que yo no pueda cantar a la usanza
de este tiempo lo mismo que los poetas que hoy cantan!
¡Qué lástima
que yo no pueda entonar con una voz engolada
esas brillantes romanzas
a las glorias de la patria!
¡Qué lástima
que yo no tenga una patria!
Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa
desde una tierra a otra tierra, desde una raza
a otra raza,
como pasan
esas tormentas de estío desde esta a aquella comarca.
¡Qué lástima
que yo no tenga comarca,
patria chica, tierra provinciana!
Debí nacer en la entraña
de la estepa castellana
y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada;
pasé los días azules de mi infancia en Salamanca,
y mi juventud, una juventud sombría, en la Montaña.
Después... ya no he vuelto a echar el ancla,
y ninguna de estas tierras me levanta
ni me exalta
para poder cantar siempre en la misma tonada
al mismo río que pasa
rodando las mismas aguas,
al mismo cielo, al mismo campo y en la misma casa.
¡Qué lástima
que yo no tenga una casa!
Una casa solariega y blasonada,
una casa
en que guardara,
a más de otras cosas raras,
un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada
(que me contaran
viejas historias domésticas como a Francis Jammes y a Ayala)
y el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla.
¡Qué lástima
que yo no tenga un abuelo que ganara
una batalla,
retratado con una mano cruzada
en el pecho, y la otra en el puño de la espada!
Y, ¡qué lástima
que yo no tenga siquiera una espada!
Porque..., ¿Qué voy a cantar si no tengo ni una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada?
¡Qué voy a cantar si soy un paria
que apenas tiene una capa!
Sin embargo...
en esta tierra de España
y en un pueblo de la Alcarria
hay una casa
en la que estoy de posada
y donde tengo, prestadas,
una mesa de pino y una silla de paja.
Un libro tengo también. Y todo mi ajuar se halla
en una sala
muy amplia
y muy blanca
que está en la parte más baja
y más fresca de la casa.
Tiene una luz muy clara
esta sala
tan amplia
y tan blanca...
Una luz muy clara
que entra por una ventana
que da a una calle muy ancha.
Y a la luz de esta ventana
vengo todas las mañanas.
Aquí me siento sobre mi silla de paja
y venzo las horas largas
leyendo en mi libro y viendo cómo pasa
la gente a través de la ventana.
Cosas de poca importancia
parecen un libro y el cristal de una ventana
en un pueblo de la Alcarria,
y, sin embargo, le basta
para sentir todo el ritmo de la vida a mi alma.
Que todo el ritmo del mundo por estos cristales pasa
cuando pasan
ese pastor que va detrás de las cabras
con una enorme cayada,
esa mujer agobiada
con una carga
de leña en la espalda,
esos mendigos que vienen arrastrando sus miserias, de Pastrana,
y esa niña que va a la escuela de tan mala gana.
¡Oh, esa niña! Hace un alto en mi ventana
siempre y se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
¡Qué gracia
tiene su cara
en el cristal aplastada
con la barbilla sumida y la naricilla chata!
Yo me río mucho mirándola
y la digo que es una niña muy guapa...
Ella entonces me llama
¡tonto!, y se marcha.
¡Pobre niña! Ya no pasa
por esta calle tan ancha
caminando hacia la escuela de muy mala gana,
ni se para
en mi ventana,
ni se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
Que un día se puso mala,
muy mala,
y otro día doblaron por ella a muerto las campanas.
Y en una tarde muy clara,
por esta calle tan ancha,
al través de la ventana,
vi cómo se la llevaban
en una caja
muy blanca...
En una caja
muy blanca
que tenía un cristalito en la tapa.
Por aquel cristal se la veía la cara
lo mismo que cuando estaba
pegadita al cristal de mi ventana...
Al cristal de esta ventana
que ahora me recuerda siempre el cristalito de aquella caja
tan blanca.
Todo el ritmo de la vida pasa
por el cristal de mi ventana...
¡Y la muerte también pasa!
¡Qué lástima
que no pudiendo cantar otras hazañas,
porque no tengo una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón de viejo cuero, ni una mesa, ni una espada,
y soy un paria
que apenas tiene una capa...
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!
León Felipe
El sufrimiento de nuestros exiliados... Un saludo.
Pues aquí os mando este soneto de Jesús Lizano, sumamente inquietante diría yo, que trata de lo que somos y de donde estamos... Ni se sabe.
_________________________
Un lugar, una tierra
Soy un lugar que siente y que se mueve,
una tierra fecunda y destructiva,
soy una tierra intensa, húmeda y viva,
que a unir amor y soledad se atreve.
Doy mis frutos, ¡que el viento se los lleve
para volverlos tierra primitiva!
sólo que de otra tierra estoy cautiva
y a otros lugares mi vivir se debe.
Lo que uno es, sólo esa es su frontera,
es el lugar mudado en aventura,
intenso ser, tensión atormentada.
Pero siempre una parte, nunca entera
esta esencia, burlada criatura,
ensayo de unidad jamás lograda.
_________________________
Un lugar, una tierra
Soy un lugar que siente y que se mueve,
una tierra fecunda y destructiva,
soy una tierra intensa, húmeda y viva,
que a unir amor y soledad se atreve.
Doy mis frutos, ¡que el viento se los lleve
para volverlos tierra primitiva!
sólo que de otra tierra estoy cautiva
y a otros lugares mi vivir se debe.
Lo que uno es, sólo esa es su frontera,
es el lugar mudado en aventura,
intenso ser, tensión atormentada.
Pero siempre una parte, nunca entera
esta esencia, burlada criatura,
ensayo de unidad jamás lograda.
¿Te das cuenta de que en esta península hay pocos veganos? Quiero decir que habrá mucha gente para la cual seas el único vegano de referencia si vas por ahí firmando así.
En fin, me pregunto que pasará el día que le pongas algún disco horrible a algún colega, algún disco que a ti te haya molado mucho, y te salga con que le pones el disco porque no sabes argumentar. Artista.
Salud.
En fin, me pregunto que pasará el día que le pongas algún disco horrible a algún colega, algún disco que a ti te haya molado mucho, y te salga con que le pones el disco porque no sabes argumentar. Artista.
Salud.
Mamíferos
Yo veo mamíferos.
Mamíferos con nombres extrañísimos.
Han olvidado que son mamíferos
y se creen obispos, fontaneros,
lecheros, diputados. ¿Diputados?
Yo veo mamíferos.
Policías, médicos, conserjes,
profesores, sastres, cantautores
¿cantautores?
yo veo mamíferos.
Alcaldes, camareros, oficinistas, aparejadores
¡Aparejadores!
¡Cómo puede creerse aparejador un mamífero!
Miembros, sí, se creen miembros
del comité central, del colegio oficial de médicos...
académicos, reyes, coroneles.
Yo veo mamíferos.
Actrices, putas, asistentas, secretarias,
directoras, lesbianas, puericultoras...
La verdad, yo veo mamíferos.
Nadie ve mamíferos,
nadie, al parecer, recuerda que es mamífero.
¿Seré yo el último mamífero?
Demócratas, comunistas, ajedrecistas,
periodistas, soldados, campesinos.
Yo veo mamíferos.
Marqueses, ejecutivos, socios,
italianos, ingleses, catalanes.
¿Catalanes?
Yo veo mamíferos.
Cristianos, musulmanes, coptos,
inspectores, técnicos, benedictinos,
empresarios, cajeros, cosmonautas...
Yo veo mamíferos.
Jesús Lizano
Yo veo mamíferos.
Mamíferos con nombres extrañísimos.
Han olvidado que son mamíferos
y se creen obispos, fontaneros,
lecheros, diputados. ¿Diputados?
Yo veo mamíferos.
Policías, médicos, conserjes,
profesores, sastres, cantautores
¿cantautores?
yo veo mamíferos.
Alcaldes, camareros, oficinistas, aparejadores
¡Aparejadores!
¡Cómo puede creerse aparejador un mamífero!
Miembros, sí, se creen miembros
del comité central, del colegio oficial de médicos...
académicos, reyes, coroneles.
Yo veo mamíferos.
Actrices, putas, asistentas, secretarias,
directoras, lesbianas, puericultoras...
La verdad, yo veo mamíferos.
Nadie ve mamíferos,
nadie, al parecer, recuerda que es mamífero.
¿Seré yo el último mamífero?
Demócratas, comunistas, ajedrecistas,
periodistas, soldados, campesinos.
Yo veo mamíferos.
Marqueses, ejecutivos, socios,
italianos, ingleses, catalanes.
¿Catalanes?
Yo veo mamíferos.
Cristianos, musulmanes, coptos,
inspectores, técnicos, benedictinos,
empresarios, cajeros, cosmonautas...
Yo veo mamíferos.
Jesús Lizano
La Patria
Un pétalo de flor, un arroyuelo,
un latido en la fronda, un rumor leve
del viento en paz que su plumaje mueve,
y el madrigal de un risueñor en celo.
Un esquife de nube sobre el cielo,
en un risco de cumbre, campos de nieve;
y sobre el fogaril, el ala breve
del humo que azul emprende el vuelo.
La misma fe que a un mismo Dios nos lleva,
un solo idioma para hablar de amores,
y el mismo hogar para la misma gleba.
Esto es la Patria: granazón de flores,
milenario rosal con savia nueva,
razón de fe y culminación de honores.
Un pétalo de flor, un arroyuelo,
un latido en la fronda, un rumor leve
del viento en paz que su plumaje mueve,
y el madrigal de un risueñor en celo.
Un esquife de nube sobre el cielo,
en un risco de cumbre, campos de nieve;
y sobre el fogaril, el ala breve
del humo que azul emprende el vuelo.
La misma fe que a un mismo Dios nos lleva,
un solo idioma para hablar de amores,
y el mismo hogar para la misma gleba.
Esto es la Patria: granazón de flores,
milenario rosal con savia nueva,
razón de fe y culminación de honores.
Dad la espalda a la patria compañeros
no mencionéis su nombre
ni pongáis laureles a un pasado
que construya un futuro para ella.
Un futuro que se trenza
con sangre de ayer desperdiciada,
con sangre de hoy, sangre de ahora,
sangre de cuchillos, mentiras y pistolas.
Recordad que la patria es sacrificio,
frontera que separa, un color en el mapa,
un pedazo de tierra endurecida,
holocausto del hombre por el hombre
y altar de inútiles martirios. Solo eso
y una broma cruel de los políticos.
¡No me habléis de la patria!
Todavía menos del honor de defenderla.
Pues nunca un fusil entre mis manos
pondrá una bala en la frente del amigo,
ni el vanidoso ondear de las banderas
el odio hacia el hermano en mi mirada.
Patria, ¿cuántos muertos?
¿cuántos miedos terribles en tu nombre,
cuánto odio, cuánto horror arrastras
en tus letras? ¿Cuántos hombres
segados por tu absurda gloria?
Arrebatad a la patria sus blasones,
las victorias, las conquistas,
los himnos, el absurdo orgullo de la raza,
silenciad sus gestas y epopeyas
enterrad las enseñas en un pozo
y dejadla que repose y que duerma
en el fango de sus sueños imperiales
porque tal vez entonces, tal vez
se convierta su anciano vientre en piedra estéril
y se seque la leche verdosa de sus senos.
Que descanse la patria, que descanse.
¡Ah, un mundo con una patria adormecida
(una patria inmóvil y en letargo
vencida por la pausa y el olvido
que haga de la historia su mortaje)
es el mundo que yo ansío!
Porque un mundo de patrias moribundas
es un mundo de rejas abatidas
donde el Ártico se funde en el Antártico,
y el Oriente se abraza con el Poniente
y la tumba del hombre está cubierta
con tierra generosa de los cinco continentes.
Ramón Cabrera Naveiras[/b]
no mencionéis su nombre
ni pongáis laureles a un pasado
que construya un futuro para ella.
Un futuro que se trenza
con sangre de ayer desperdiciada,
con sangre de hoy, sangre de ahora,
sangre de cuchillos, mentiras y pistolas.
Recordad que la patria es sacrificio,
frontera que separa, un color en el mapa,
un pedazo de tierra endurecida,
holocausto del hombre por el hombre
y altar de inútiles martirios. Solo eso
y una broma cruel de los políticos.
¡No me habléis de la patria!
Todavía menos del honor de defenderla.
Pues nunca un fusil entre mis manos
pondrá una bala en la frente del amigo,
ni el vanidoso ondear de las banderas
el odio hacia el hermano en mi mirada.
Patria, ¿cuántos muertos?
¿cuántos miedos terribles en tu nombre,
cuánto odio, cuánto horror arrastras
en tus letras? ¿Cuántos hombres
segados por tu absurda gloria?
Arrebatad a la patria sus blasones,
las victorias, las conquistas,
los himnos, el absurdo orgullo de la raza,
silenciad sus gestas y epopeyas
enterrad las enseñas en un pozo
y dejadla que repose y que duerma
en el fango de sus sueños imperiales
porque tal vez entonces, tal vez
se convierta su anciano vientre en piedra estéril
y se seque la leche verdosa de sus senos.
Que descanse la patria, que descanse.
¡Ah, un mundo con una patria adormecida
(una patria inmóvil y en letargo
vencida por la pausa y el olvido
que haga de la historia su mortaje)
es el mundo que yo ansío!
Porque un mundo de patrias moribundas
es un mundo de rejas abatidas
donde el Ártico se funde en el Antártico,
y el Oriente se abraza con el Poniente
y la tumba del hombre está cubierta
con tierra generosa de los cinco continentes.
Ramón Cabrera Naveiras[/b]