Cuarenta años dibujando contra la censura... Fue el dibujante que más luchó por normalizar la homosexualidad en la España post-franquista. Ahora, ha topado con Facebook.
... Su libro La vida cotidiana de un dibujante underground son 284 páginas en las que condensa sus experiencias en la Barcelona de los setenta: la más canalla, la de contracultura, la libertaria y la reivindicativa, entre muchas otras cosas. Casi 40 años después, desde su piso de Plaça Reial, Nazario comenta que, hoy, su representación en las Jornadas Libertarias sería mucho más censurable y escandalosa. "Hay una censura asquerosa. No hemos ganado nada. Estamos invadidos por el puritanismo que ha venido de EE. UU., igual que pasó con los cómics underground del momento".
... El espíritu reivindicativo que se respiraba en Las Ramblas se ha perdido. Ha sido arrasado por el turismo y ya solo quedan potenciales consumidores. "No queda nada. Y, aunque digan que quieren dignificarlas, no hay forma de hacerlo", sentencia sentado en el escritorio de su casa.
... con la llegada de los ochenta, se distanció de la simple denuncia y apostó por un nuevo estilo que plasmó en el cómic Anarcoma: la vida cotidiana de un travesti que se prostituía en Las Ramblas. Quería mostrar la homosexualidad con normalidad para que la gente también la percibiera así. Y aquello sería el gran valor de su obra. Terminó publicándolo en la revista 'El Víbora', que tenía un público más bien heterosexual. De este modo, aquellas historias trascendieron más allá del movimiento gay. "Había muchos homosexuales jodidos, que vivían en la clandestinidad, por lo que una publicación así les sirvió para aceptar su personalidad", recuerda años después.
... Para que sus obras salieran a la luz, Nazario, como muchos otros artistas del momento, tuvo que autocensurarse. Algo que, de hecho, sigue teniendo que hacer actualmente en Facebook.
"La censura de Facebook es propia de una dictadura. Si lo miras, ves que no ha cambiado nada en este sentido", insiste desde Plaça Reial. A él ya le han cerrado temporalmente su cuenta 4 o 5 veces por publicar fotos de desnudos. "En Facebook no puedes escandalizar ni hacer nada distinto a lo que hace todo el mundo. Ahora, todo tiene que ser light porque sino no puedes publicarlo".
Los años setenta censuraron el espíritu libre de Nazario, pero 40 años después, en una sociedad presuntamente más tolerante y abierta, choca con la misma barrera. Solo que ahora no es una paliza, es el ostracismo en la red.
¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Magnífica revista al dibujante Nazario en Playground magazine, recogiendo vida, obra y presente: "Facebook es una dictadura"
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Este día tan memorístico es buen día para recordar las dos grandes obras de Antonio Altarriba y Kim: El arte de volar (2010) y su sombra El ala rota (2016).
Fuente: http://elportaluco.com/antonio-altarriba-kim/"El arte de volar" y “El ala rota” forman un díptico único, dos libros fundamentales para entender la II República, el franquismo y la desmemoria de la Transición a través de los padres del guionista Antonio Altarriba, autor junto a Kim: un fresco imposible de reproducir en otros medios, gracias a la maestría de sus autores. - "El libro comienza con mi descubrimiento de la lesión de mi madre, pero lo curioso no es que yo no me diese cuenta. Es que mi padre tampoco ni nadie de su entorno. Eso me pareció más que una anécdota y creí que merecía dar nombre al libro. Estábamos ciegos ante las minusvalías de las mujeres de la época y mi madre tuvo siempre la habilidad para disimular su existencia" (Antonio Altarriba).
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Me lei ayer el tercer tomo de La carta 44, una historia de contacto extraterrestre bastante interesante. El protagonista, un presidente yanki recién elegido, recibe tras la investidura la carta 44 del presidente anterior, que contiene un gran secreto de Estado: durante el mandato, se ha detectado inequivocamente presencia extraterrrestre en los bordes del sistema solar, y hay una misión en camino mientras se hacen el trasvase de poderes. Grosso modo, parece que la trama intenta racionalizar la "guerra contra el terror" y toda la política exterior de las últimas décadas como una estrategia oculta para prepararnos ante la invasión extraterrestre. Bush Jr no se llama Bush Jr pero es obviamente Bush Jr y Obama no es Obama sino un demócrata blanco, pero es todo bastante obvio. No está mal, sin ser algo imprescindible. De momento parece que tiene la historia clara y no va a ser una de esas series que se alargan según vayan las ventas. A ver si sigo opinando lo mismo dentro de un par de tomos.
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Si esa fuerza negra existiera, también yo, señor, algunas cuentas tendría que ajustar con ella.
Yo soy de los que descubrió a François Bourgeon leyendo episodios salteados de 'Los compañeros del crepúsculo' en la revista ochentera de cómic para adultos "Cimoc". Cimoc era una revista relativamente cara para comprarla regularmente a base de propinas, pero cuando caía un número me gustaba saber por dónde andaba aquella historia de duendes y vagabundos medievales con una plástica tan potente.
La editorial Astiberri ha tenido a bien publicar recientemente todas las entregas en un solo tomo de bastante calidad -diría que la reproducción de las planchas es un poco cicatera, pero la rotulación es preciosa-. Ahora que soy persona instalada he podido leer la historia completa en ese tomo, y no me extraña nada que entonces me fascinara, pues es fascinante.
En un montón de páginas se te mete de cabeza en el ambiente de la Guerra de los Cien Años tal y como la viviría la gente de a pie. En campos y ciudades la gente vive bajo la amenaza constante de los señores de la guerra, e incapaces de volverse contra quienes son más fuertes se vuelven contra los más débiles, brujas y judíos. Hechizos y duendes forman parte de la vida de los personajes, quizás en sus sueños, quizás en su vida.
Aparte de dibujar magníficamente, Bourgeon organiza cada página de forma muy creativa. La sucesión de viñetas no se pliega a seguir la secuencia de las acciones físicas de los personajes, sino más bien a la música de las emociones y de la corriente inconsciente que hay bajo las acciones cotidianas. Si nos fijamos en la narración como narración de acciones, parece ir a saltos; si nos detenemos en cada página como un todo, aparece una coherencia subyacente en la que se puede uno perder yendo de atrás adelante, como ante un cuadro o un fresco medieval. Moebius es mucho Moebius y Bourgeon no habría existido, seguramente, sin Moebius, pero es de los que más se le acerca.
Es un cómic con muchísima violencia pero sin ninguna delectación en ella. La violencia aparece pero queda ridícula y obtusa dentro de la poesía y el erotismo del conjunto. Viene de los tiempos grandes del cómic europeo, de uno de esos artistas que usaban el cómic para enseñar sin dar lecciones.
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Crisálida (2015) podría aparecer como el cómic definitivo de los de aspiración autobiográfica de Carlos Giménez. Aquí aparece de nuevo el personaje que en las entrevistas Giménez presenta como su portavoz, "Pablo"; Pablo tiene aquí la edad actual de Giménez y nos cuenta la historia de otro dibujante, "Raúl", que al menos en los aspectos públicos de su trayectoria se parece a Giménez -excepto, quizás, cuando dice que trabaja sólo en encargos sin interés, algo que no parece corresponderse con un Giménez que viene publicando obras más o menos a su estilo con gran asiduidad.
La crisálida del título tiene que ver con una idea del protagonista, Raúl, para quien la muerte física es el punto final de un proceso previo, un terminar de morirse - un punto final de un estado de fin de espectativas en que la conservación de la vida biológica no es más que la crisálida de la mariposa que cierra misteriosamente la historia.
Raúl se ve tan en decadencia como la sociedad que le rodea, aunque está sólo comparece en el cómic en forma de viñetas - postal con esbozos de migrantes buscándose la vida en torno a Raúl. Raúl habla bastante sobre el mundo pero no se relaciona con éste, y el cómic en ningun momento trasmite que lo que dice Raúl sea veraz o verdadero. El transcurso del cómic es totalmente solidario con la rutina melancólica del personaje que hace de hilo conductor y, por ende, totalmente insolidario con una realidad que sólo aparece como ruido de fondo.
Se queda uno perplejo cuando Carlos Giménez, que dibujó cómics como 'Dani Futuro' o 'Koolau el leproso' o 'Hom', presenta en el prólogo a este libro como una obra que apuesta por un lenguaje rompedor. El lenguaje de esta historieta resulta más digno y sensibilizador que el de la mucha bazofia yanqui o japonesa que inunda las librerias, pero no deja de ser una conferencia ilustrada con diapositivas. La historieta podría haber consistido una simple sucesión de monólogos de Raúl ante sus amigos, pero para poner un poco de variedad hay un vaivén de formatos en que se dan a conocer las opiniones y decepciones de Raúl: Pablo contando al lector lo que le dijo Raúl, Raúl contando su vida y opiniones a sus amigos, Pablo contándole la vida de Raúl a una joven que le mira admirativamente (!). El relato es ágil pero poco creativo.
Comparto lo que dice Gerardo Vilches en su reseña:
... Carlos Giménez ha llegado a un punto en el que lo que haga tenga más importancia por su significado dentro de la trayectoria del dibujante que por lo que aporte al panorama actual. De hecho, el análisis y encaje del papel de Giménez en la historia reciente no es un tema baladí, ni puede sustraerse de la crítica de su obra. Fue, en muchos sentidos, el primer autor. Fue un profesional que sirvió de bisagra entre dos mundos, pero con el corazón siempre en el que dejaba atrás, de un modo casi paradójico. De no ser por su propio impulso e inquietud, tal vez habría corrido la misma suerte que muchos profesionales de agencia que, una vez finiquitado el modelo de industria por encargo, se dedicaron a la ilustración o la pintura, porque, en fin, había que ganarse la vida y los tebeos eran simplemente un medio para ello.
... El fin del boom del cómic adulto y el cierre de casi todas las revistas fue para Giménez el fin del cómic tal y como él lo concibe: así lo afirma rotundo en las entrevistas y así lo explica en sus últimas obras. El motivo de que el pionero de la autobiografía en España tenga hoy menos influencia en las nuevas generaciones —a mi entender— que Max y Gallardo, también dos supervivientes de la siguiente generación que sí han sabido o podido seguir siendo relevantes, daría para un análisis demasiado complejo como para abordarlo aquí.
... ignora deliberadamente el cómic actual. Cuando le preguntan, contesta que no le interesa. Por eso en el prólogo afirma que en el cómic «se hacen tan pocos experimentos» y que «la rutina nos lleva a tener que ganarnos la vida cumpliendo siempre, o casi siempre, los mismos encargos». En un momento en el que hay más experimentación que nunca en el medio y que, al mismo tiempo, más difícil resulta ganarse la vida resultan sorprendentes estas afirmaciones, pero sólo si no entendemos que Giménez está hablando de su mundo, de lo que le interesa, del momento en el que escogió bajarse del medio, aunque siguiera dibujando tebeos porque es lo que le apasiona.
- blia blia blia.
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Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
La profecía del armadillo
Zerocalcare
El autor proviene del mundillo punk-hardcore (parece que straight edge!). En la biografía que viene en el cómic dice que "ilustró los acontecimientos de la contracumbre del G8, en julio de 2001. En sus inicios también publico en fanzines fotocopiados y diseñó para conciertos de punk hardcore". En 2015 ha editado en Italia un libro llamado Kobane Calling, un reportaje gráfico sobre su visita a Rojava, que se acaba de editar en España.
Este es su primer cómic que autoeditó y luego una editorial editó en color. Dice la editorial que es autobiográfico y un retrato generacional. No lo sé. El tipo de dibujo es bastante mainstream, me recuerda a muchos dibujantes (de los modernos a todo color) del Jueves. La estructura también está basada en capítulos cortos, entre una y tres páginas, lo que también me recuerda a El Jueves. Perfectamente podía haber salido por entregas en una revista del estilo, quizá más bien mensual, pero no fue así.
La cosa va de un dibujante de cómics que se come mucho la cabeza con tonterías, un poco paranoico a lo Woody Allen. De hecho los diálogos interiores los tiene con un armadillo que pone que representa su conciencia. Lo de conciencia no sé lo que es, pero como recurso, mucho mejor el diálogo que el tío pensando sólo.
Hay un hecho que le trae recuerdos de su adolescencia y le obliga a reencontrarse con algún/a viejo/a amigo/a. En sus distintos capítulos la historia va saltando de los recuerdos a su vida cotidiana a los encuentros que desencadena el hecho. Y bueno, pues de vez en cuando sale alguna referencia a cafeterías en okupas y así.
Me ha gustado.
LA GRAN REVELACIÓN DEL CÓMIC ITALIANO ZEROCALCARE DEBUTA EN EL SALÓN DE BARCELONA
Filocomic
Al loro con la camiseta (es un grupo)
Y su página en Devianart, que dudo que mantenga. Si han hecho hasta tipografía a partir de su letra. Y por no volvernos locos, su web (http://www.zerocalcare.it/) y su Facebook. Parece que ha hecho más cosas sobre Kobane.
Zerocalcare
El autor proviene del mundillo punk-hardcore (parece que straight edge!). En la biografía que viene en el cómic dice que "ilustró los acontecimientos de la contracumbre del G8, en julio de 2001. En sus inicios también publico en fanzines fotocopiados y diseñó para conciertos de punk hardcore". En 2015 ha editado en Italia un libro llamado Kobane Calling, un reportaje gráfico sobre su visita a Rojava, que se acaba de editar en España.
Este es su primer cómic que autoeditó y luego una editorial editó en color. Dice la editorial que es autobiográfico y un retrato generacional. No lo sé. El tipo de dibujo es bastante mainstream, me recuerda a muchos dibujantes (de los modernos a todo color) del Jueves. La estructura también está basada en capítulos cortos, entre una y tres páginas, lo que también me recuerda a El Jueves. Perfectamente podía haber salido por entregas en una revista del estilo, quizá más bien mensual, pero no fue así.
La cosa va de un dibujante de cómics que se come mucho la cabeza con tonterías, un poco paranoico a lo Woody Allen. De hecho los diálogos interiores los tiene con un armadillo que pone que representa su conciencia. Lo de conciencia no sé lo que es, pero como recurso, mucho mejor el diálogo que el tío pensando sólo.
Hay un hecho que le trae recuerdos de su adolescencia y le obliga a reencontrarse con algún/a viejo/a amigo/a. En sus distintos capítulos la historia va saltando de los recuerdos a su vida cotidiana a los encuentros que desencadena el hecho. Y bueno, pues de vez en cuando sale alguna referencia a cafeterías en okupas y así.
Me ha gustado.
LA GRAN REVELACIÓN DEL CÓMIC ITALIANO ZEROCALCARE DEBUTA EN EL SALÓN DE BARCELONA
Filocomic
Al loro con la camiseta (es un grupo)
Y su página en Devianart, que dudo que mantenga. Si han hecho hasta tipografía a partir de su letra. Y por no volvernos locos, su web (http://www.zerocalcare.it/) y su Facebook. Parece que ha hecho más cosas sobre Kobane.
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Leer, leer, lo que se dice "leer", no se podrá leer hasta el 31 de marzo. Mientras tanto...
A Beà le han hecho hace poco una entrevista en 'La Vanguardia':http://www.lavanguardia.com/lacontra/20 ... ebeos.html
Siete vidas, del versátil autor catalán Josep Maria Beà, se recupera en formato álbum treinta y cuatro años después de que comenzara a publicarse por entregas en la revista Rambla. Esta serie de historietas con protagonista gatuno –recopiladas en un tomo por Intermagen en 1985– se revela como el más íntimo diario en viñetas del maestro Beà.
La versión actual, en un formato más grande, cartoné y nueva rotulación, así como una ilustración de portada realizada por el propio Josep Maria Beà para la ocasión, es un paso más a la hora de poner de actualidad a un autor referente del cómic que comenzó a publicar profesionalmente sus dibujos e historietas desde muy joven, a finales de los 50.
El escritor y periodista Rubén Lardín incide en el prólogo de la nueva edición en que “para cada una de las entregas que componen este libro imagino a Beà remirando la manzana de su memoria, buscándole el mordisco. Tratando de localizar lo que en fotografía, precisamente, se llama el instante decisivo. En este libro van a ser siete. Siete pérdidas como siete soles. Siete derrotas. Siete mutilaciones que el hombre adulto no suele percibir más que de una manera vaga e inesperada, como la fantasmagoría de un miembro amputado tiempo atrás”.
“Beà es un hombre que le metió un gato en la boca a la historia del cómic, y desde entonces andamos todos sus lectores con la boca abierta. Sin Beà, la adolescencia de nuestra generación no hubiera valido la pena”. - Javier Pérez Andújar.
¿De dónde sacaba las ideas?
Practiqué sofrología, un método de autorrelajación concentrativa..., y en ese estado afloraban imágenes interesantes.
¿Del inconsciente?
Me acostaba, me sumía en una relajación profunda, un duermevela lúcido: ¡qué serenidad, qué placidez! Y brotaban imágenes, que luego dibujaba: la oruga de Historias de Taberna Galáctica, las naves cúbicas...
¿Sigue practicando esa autohipnosis?
No. Un día sentí que salía de mi cuerpo, temí no poder regresar, y dejé de hacerlo.
¿En qué anda ahora, Beà?
Paseo, voy en bici, converso con amigos, voy a una terraza, leo, veo cine..., ¡me deslizo! Valoro cada minuto: van quedando menos.
¡Pero reeditan ahora su obra!
Sí, aunque me he autocensurado viñetas, por ahorrarme acusaciones de machista, violador, maltratador, pederasta, racista...
¿Y eso?
Ahora veo que España nunca gozó de mayor libertad personal que en la transición, de 1975 a mediados de los ochenta: las viñetas que publiqué entonces... son hoy impublicables.
Pues qué lástima, qué atraso...
Desde los criminales en Siria hasta los intolerantes de aquí, ¡todos empeñados en hacerte sentir mal por ser artista! Pero yo me consuelo: pienso que si le he dado a una persona un ratito de felicidad con mis historietas en este mundo jodido..., ¡ya he sido útil!
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Cimoc fue una de las más difundidas revistas de las de “cómic para adultos” que se publicaron en Spain en los años ochenta. Parte de su éxito se debió a su serie “El hombre” u “Hombre”, escrita por Antonio Segura y dibujada por José Ortiz. El dibujo de Ortiz -que se desahogaba después de años de mercenariado para el mercado internacional- era una maravilla de composición y de personajes expresivos; los guiones de Segura, sobre todo al principio, daban una vuelta de tuerca rica y compleja al género de personajes que sobreviven a tiros en un futuro próximo, entre las ruinas de una civilización que se ha autodestruido por su voracidad.
‘Hombre’, el protagonista, erraba entre esas ruinas sin un rumbo definido, como Mad Max, y como Max sobrevivía a todas las balaseras. Estaba, como Max, un poco pirado, pero tenía una actitud más madura que Max; a diferencia de éste, rumiaba un cierto disgusto con su papel de verdugo forzado por las circunstancias. Por otro lado, era calvo y feo.
Un modesto cómic made in spain era más rico e interesante que el cine de las multinacionales, sí. De hecho, uno de sus puntos de interés es que no era fantasioso: una viñeta al azar haría pensar en un cómic del oeste, por la ausencia de vehículos de motor (sustituidos por caballos); y las tramas que ocurrían en la ciudad cercada y hambrienta y en sus alrededores podrían haber estado ambientadas, de manera verosímil, en el Madrid de 1939, en la Yugoslavia de los noventa, en la Siria de hoy o en la Palestina de todos estos años. Es una historieta que no merece ser acusada de alarmismo apocalíptico, mucho de lo que ocurre en ella a ras de tierra es, en nuestro mundo, actual.
En las primeras entregas el recuerdo de la civilización aún no se había borrado de la mente de los personajes: el mundo se dividía en, por un lado, ciudades en que la gente se mataba miopemente por unos escasos bidones de petróleo que no daban de sí para recuperar el bienestar perdido; por el otro, en poblados campesinos en los que se recibía a los intrusos a punta de pistola -con la colaboración del ejército "o lo que quedaba de él", que bloqueaba las ciudades interesado al parecer en que el desorden no llegase a los terrenos fértiles-.
Pienso que a la propia serie también se le acabó pronto el combustible. Tuvo muchos episodios, pero conforme el Estado y las ciudades se iban al garete, todo el pescado narrativo iba quedando vendido y dejaba de haber situaciones que hicieran avanzar la acción. Cada nuevo episodio repetía el esquema del anterior, "Hombre liberándose de unos psicópatas que le salen al paso". Si la civilización se había derrumbado, también la posibilidad de hacer historias, es decir, de tener objetivos y conflictos más allá de la monótona supervivencia. Yo no compraba Cimoc todos los meses porque era cara, y empecé a no comprar precisamente los números con episodios de Hombre porque me disgustaba que un 15% de la revista estuviera dedicado a estas historietas repetitivas. Quizás me perdí las buenas, tengo que leer los recopilatorios.
El pesimismo de la serie respecto al fin de la civilización, con los campesinos avarientos defendiéndose de los urbanitas que huyen de las ciudades como de alimañas voraces, choca con un exitoso manifiesto recientemente publicado en A las barricadas, donde unos campesinos libertarios reprochan a los urbanitas que no se les unan. Si el mero campo da para acoger libertariamente a tanta gente o más bien reproducirá las historias de Hombre es cosa que yo, urbanita, no sé. Pero este manifiesto me ha hecho recordar aquellas historias y, con ello, me ha hecho disfrutar recordando unos cómic que eran muy entretenidos y a la vez invitaban a pensar.
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Cuando me contaron la situación de partida de Crossed + 100 (Alan Moore y Gabriel Andrade; Panini) no pude evitar hacer un chiste: la historia de una bibliotecaria que bajo la amenaza de un apocalipsis zombi intenta que su profesión vuelva a existir no es fantástica, ¡resume el día a día de la gente que trabaja en bibliotecas! Después de leer el cómic de Moore y Andrade sigo pensando que el chiste tiene su punto de verdad, pero se me ha quitado la sonrisa de los labios. Es un cómic fabulosamente construido que te precipita hacia un desenlace estremecedor.
Siempre he defendido que el talento de Alan Moore no se refleja tanto en sus proyectos personales -que sí- como en los encargos-encargos; que se nota más cuando consiste en sacar partido de formatos limitados y logra resultados tan intensos como cuando le conceden páginas. 'Crossed' es uno de esos formatos limitados: una serie de violencia gratuita creada por Garth Ennis y que, por lo que he leído en las reseñas, ofrece a quienes compren sus tebeos poder presumir de su talante malote -"Mira, mira qué burradas me gusta leer, jeje"-. Moore no sólo consigue sacar punto al formato, sino que crea una historia que encaja perfectamente en la filosofía de sus obras mayores, como un guante: la descripción de la infección zombi que da Moore sería una buena munición para la bomba mental de Watchmen, hay un nuevo avatar del "viejo demonio" de From Hell que, una vez más, consigue llevarse todo, y, como en From Hell, hay una cuarta dimensión que, con ambivalencia, ofrece una ruta de escape y de confirmación del terror de las tres dimensiones en que viven los personajes. Por último, pero no menos, la vida sexual asumida con franqueza pierde la partida, como en Lost Girls.
Según las reseñas, el dibujo de Gabriel Andrade refleja el estilo rutinario de estudio de la editorial Avatar que franquicia la serie 'Crossed'. A mí, a primera vista, me parece lastrado por la pulcritud y timidez informática del cómic industrial actual -mucho detallito y mucho colorín, pero todo muy frío-; ahora bien, hay ratos que casi me parece que van a aparecer los colores y el dinamismo de Richard Corben, como si faltasen pero precisamente porque alguien les ha pintado encima. Imprescindible un reconocimiento a la labor de traducción de Raúl Sastre para Panini: uno de los atractivos del cómic es leer el inglés reciclado que hablan los personajes después de cien años de apocalipsis -castellano reciclado en la traducción- y apreciar el sentido de las variantes que han introducido en el léxico -no es la menor que para referirse a las asambleas haya quedado la palabra "las broncas", aunque las suyas transcurren como la seda-.
Siempre he defendido que el talento de Alan Moore no se refleja tanto en sus proyectos personales -que sí- como en los encargos-encargos; que se nota más cuando consiste en sacar partido de formatos limitados y logra resultados tan intensos como cuando le conceden páginas. 'Crossed' es uno de esos formatos limitados: una serie de violencia gratuita creada por Garth Ennis y que, por lo que he leído en las reseñas, ofrece a quienes compren sus tebeos poder presumir de su talante malote -"Mira, mira qué burradas me gusta leer, jeje"-. Moore no sólo consigue sacar punto al formato, sino que crea una historia que encaja perfectamente en la filosofía de sus obras mayores, como un guante: la descripción de la infección zombi que da Moore sería una buena munición para la bomba mental de Watchmen, hay un nuevo avatar del "viejo demonio" de From Hell que, una vez más, consigue llevarse todo, y, como en From Hell, hay una cuarta dimensión que, con ambivalencia, ofrece una ruta de escape y de confirmación del terror de las tres dimensiones en que viven los personajes. Por último, pero no menos, la vida sexual asumida con franqueza pierde la partida, como en Lost Girls.
Según las reseñas, el dibujo de Gabriel Andrade refleja el estilo rutinario de estudio de la editorial Avatar que franquicia la serie 'Crossed'. A mí, a primera vista, me parece lastrado por la pulcritud y timidez informática del cómic industrial actual -mucho detallito y mucho colorín, pero todo muy frío-; ahora bien, hay ratos que casi me parece que van a aparecer los colores y el dinamismo de Richard Corben, como si faltasen pero precisamente porque alguien les ha pintado encima. Imprescindible un reconocimiento a la labor de traducción de Raúl Sastre para Panini: uno de los atractivos del cómic es leer el inglés reciclado que hablan los personajes después de cien años de apocalipsis -castellano reciclado en la traducción- y apreciar el sentido de las variantes que han introducido en el léxico -no es la menor que para referirse a las asambleas haya quedado la palabra "las broncas", aunque las suyas transcurren como la seda-.
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Mr. NO Tierra y Libertad con guión de Luigi Mignacco y dibujo de Orestes Suarez, Roberto Diso, Fabrizio Busticchi y Luana Paesani. Reedición de la publicación original de 1.999.
Para los neofitos, una de las aventuras de Jerry Drake, piloto americado de la II Guerra Mundial, apodado "Mr NO". Después de la guerra se fue a Manaos.
En este volumen el padre del protagonista ha cumplido una condena de 20 años por el asesinato de su mejor amigo y acude a Manaos donde padre e hijo son víctimas de un intento de asesinato, enlazando su historia con otra que pasó durante la guerra civil española en la que el padre combatio en la Brigada navajo. En la historia está implicado un miliciano anarquista. Y todo parte de una operación encubierta detrás de las lineas fascistas.
Dibujo para viejunos, blanco y negro, linea muy marcada y mucho contraste entre luces y sombras. Un clásico.
Para los neofitos, una de las aventuras de Jerry Drake, piloto americado de la II Guerra Mundial, apodado "Mr NO". Después de la guerra se fue a Manaos.
En este volumen el padre del protagonista ha cumplido una condena de 20 años por el asesinato de su mejor amigo y acude a Manaos donde padre e hijo son víctimas de un intento de asesinato, enlazando su historia con otra que pasó durante la guerra civil española en la que el padre combatio en la Brigada navajo. En la historia está implicado un miliciano anarquista. Y todo parte de una operación encubierta detrás de las lineas fascistas.
Dibujo para viejunos, blanco y negro, linea muy marcada y mucho contraste entre luces y sombras. Un clásico.
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
La última novedad de Tardí, esta vez en colaboración con su compañera la cantautora Dominique Grange, y con un CD como material extra con 14 canciones interpretadas por el grupo Accordzéâm.
92 páginas de dibujos y un epílogo con una introduccion a las canciones de Tardí y de Dominique Grange, además de diversas fotografías y la letra de las canciones, con música y letra de Dominique Grange, Bertol Brech, Eric Bogle, canciones en francés, inglés e italiano.
Para quien conozca a Tardí, pues le sonará el dibujo, si leíste ¡Puta Guerra!, La guerra de trincheras o El soldado varlot, ya te imaginas de qué va este comic, el horror de la guerra, de las trincheras de la primera guerra mundial.
Muy bueno el texto al final del libro de Dominique Grange, intentando explicar que este libro no se ha hecho para conmemorar el centenario de la I Guerra Mundial. Extraigo algunos párrafos:
"¿Lo ha hecho por conmemorar el centenario? Y dale con la pregunta! Que no, que la conmemoración oficial de esa indescriptible barbarie por parte de los sucesores de los bárbaros cien años más tarde (¡los políticos!) nunca ha sido idea de Tardi...Esa no era mi intención al escribir, sobre esta gran masacre,..
Tardí y yo teníamos en común como millones de mujeres y hombres de nuestra generación, que nuestros cuatro abuelos partieron al frente por lo que creían que sería una guerra alegre y rápida. Hombre jóvenes en su mayoría, valientes o cobardes, rollizos o enfermos, comprometidos, casados, ya padres o a punto de serlo, huérfanos, hijos de proletarios, estudiantes, humildes funcionarios, obreros, mineros, trabajadores del acero, agricultores, comerciantes, artesanos e incluso algunos parados.
Compartimos el shock traumático de esta monstruosa sangría llevada a cabo en todo un pueblo para único interés del vampiro industrial que se alimenta de los beneficios del esfuerzo de guerra y de lo que repoarta a las grandes empresas capitalistas que cotizan en Bolsa...
92 páginas de dibujos y un epílogo con una introduccion a las canciones de Tardí y de Dominique Grange, además de diversas fotografías y la letra de las canciones, con música y letra de Dominique Grange, Bertol Brech, Eric Bogle, canciones en francés, inglés e italiano.
Para quien conozca a Tardí, pues le sonará el dibujo, si leíste ¡Puta Guerra!, La guerra de trincheras o El soldado varlot, ya te imaginas de qué va este comic, el horror de la guerra, de las trincheras de la primera guerra mundial.
Muy bueno el texto al final del libro de Dominique Grange, intentando explicar que este libro no se ha hecho para conmemorar el centenario de la I Guerra Mundial. Extraigo algunos párrafos:
"¿Lo ha hecho por conmemorar el centenario? Y dale con la pregunta! Que no, que la conmemoración oficial de esa indescriptible barbarie por parte de los sucesores de los bárbaros cien años más tarde (¡los políticos!) nunca ha sido idea de Tardi...Esa no era mi intención al escribir, sobre esta gran masacre,..
Tardí y yo teníamos en común como millones de mujeres y hombres de nuestra generación, que nuestros cuatro abuelos partieron al frente por lo que creían que sería una guerra alegre y rápida. Hombre jóvenes en su mayoría, valientes o cobardes, rollizos o enfermos, comprometidos, casados, ya padres o a punto de serlo, huérfanos, hijos de proletarios, estudiantes, humildes funcionarios, obreros, mineros, trabajadores del acero, agricultores, comerciantes, artesanos e incluso algunos parados.
Compartimos el shock traumático de esta monstruosa sangría llevada a cabo en todo un pueblo para único interés del vampiro industrial que se alimenta de los beneficios del esfuerzo de guerra y de lo que repoarta a las grandes empresas capitalistas que cotizan en Bolsa...
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Nada más lejos de mi intención que menospreciar Desde el Infierno - From Hell (1993-1997), el cómic tan alucinado como iluminador, mezcla de sueño y despertar que llevaron a buen término Eddie Campbell y Alan Moore inspirándose en el mito urbano de Jack El Destripador. No sólo no tengo intención de menospreciarlo, sino que creo que es una lectura de tanto interés para quien se crea anarquista como los clásicos más clásicos de esa línea de pensamiento, por su implacable radiografía de las sórdidas fantasías en que echa raíces el deseo de poder, llena de comprensión y -por tanto- de desprecio. Venga.
Ahora bien, no puedo menos que tomar por un signo de colonización cultural el que mientras caen todo tipo de inciensos sobre Moore y Campbell por haber hecho 'From Hell', no caigan parecidas alabanzas -y sí cierto olvido- sobre Antonio Segura y José Ortiz por haber llevado a idéntico buen término Las mil caras de Jack El Destripador (1984-1986). No niego que el proyecto de Segura y Ortiz es mucho menos ambicioso que el de Moore y Campbell. Las historietas breves que componen esta obra son, de hecho, un encargo que se ajusta a un producto típico del cómic anglosajón, a cuyo mercado se dirigían: se encuadran en el filón de la historieta corta de terror malote, chiste macabro en que el deseo de hacer el mal triunfa a pesar de los esfuerzos de las víctimas por escapar. Fue historieta además que ellos realizaron como vuelta al redil de la industria después de haber participado en el proyecto de independencia que fue 'Metropol Cómics'.
A pesar de ello -o por ello-, y a pesar de lo rígido del marco, a Segura y Ortiz les salió un tebeo interesantísimo y no menos inquietante que el de Moore y Campbell: con un guión menos discursivo y de alusiones psicosociológicas menos explícitas que el de From Hell, lo que el doctor Gull de Moore y Campbell predice se desprende de Las mil caras de Jack El Destripador de forma natural, sin más lenguaje que el de la acción y la atmósfera -Segura y Ortiz, desarrollando con dignidad un producto comercial, llegan al mismo siniestro puerto al que llegó después Alan Moore presumiendo de filósofo-.
Aunque las historietas que componen la obra parecen aparentemente inconexas, sin más denominador común que narrar las andanzas de distintos asesinos compulsivos, forman en conjunto la imagen en mosaico de un mundo donde, valga la paradoja, cada vez más personas quieren ser Jack El Destripador, lo quieran o no. Es más que probable que la voz desconocida que taladra lentamente la mente de los asesinos invocando el principio de realidad -y que en el fondo les motiva- sea la de quienes estamos leyendo el cómic.
Las mil caras de Jack El Destripador merece contar, junto a El retrato de Dorian Gray de Enrique Corominas, como grande de los cómics made in Spain que juegan con el imaginario del terror de época victoriana. A Eddie Campbell se deben algunas soluciones visuales muy brillantes en From Hell, que además es un cómic excelentemente planificado; pero entre el lustre que da José Ortiz a páginas llenas de tinta negra -y aún así nítidas- y algunos garabatos de From Hell, en los que para saber que lo que está dibujado es un incendio hay que leer los textos a pie de página, no cabe otra comparación que la odiosa.
Ahora bien, no puedo menos que tomar por un signo de colonización cultural el que mientras caen todo tipo de inciensos sobre Moore y Campbell por haber hecho 'From Hell', no caigan parecidas alabanzas -y sí cierto olvido- sobre Antonio Segura y José Ortiz por haber llevado a idéntico buen término Las mil caras de Jack El Destripador (1984-1986). No niego que el proyecto de Segura y Ortiz es mucho menos ambicioso que el de Moore y Campbell. Las historietas breves que componen esta obra son, de hecho, un encargo que se ajusta a un producto típico del cómic anglosajón, a cuyo mercado se dirigían: se encuadran en el filón de la historieta corta de terror malote, chiste macabro en que el deseo de hacer el mal triunfa a pesar de los esfuerzos de las víctimas por escapar. Fue historieta además que ellos realizaron como vuelta al redil de la industria después de haber participado en el proyecto de independencia que fue 'Metropol Cómics'.
A pesar de ello -o por ello-, y a pesar de lo rígido del marco, a Segura y Ortiz les salió un tebeo interesantísimo y no menos inquietante que el de Moore y Campbell: con un guión menos discursivo y de alusiones psicosociológicas menos explícitas que el de From Hell, lo que el doctor Gull de Moore y Campbell predice se desprende de Las mil caras de Jack El Destripador de forma natural, sin más lenguaje que el de la acción y la atmósfera -Segura y Ortiz, desarrollando con dignidad un producto comercial, llegan al mismo siniestro puerto al que llegó después Alan Moore presumiendo de filósofo-.
Aunque las historietas que componen la obra parecen aparentemente inconexas, sin más denominador común que narrar las andanzas de distintos asesinos compulsivos, forman en conjunto la imagen en mosaico de un mundo donde, valga la paradoja, cada vez más personas quieren ser Jack El Destripador, lo quieran o no. Es más que probable que la voz desconocida que taladra lentamente la mente de los asesinos invocando el principio de realidad -y que en el fondo les motiva- sea la de quienes estamos leyendo el cómic.
Las mil caras de Jack El Destripador merece contar, junto a El retrato de Dorian Gray de Enrique Corominas, como grande de los cómics made in Spain que juegan con el imaginario del terror de época victoriana. A Eddie Campbell se deben algunas soluciones visuales muy brillantes en From Hell, que además es un cómic excelentemente planificado; pero entre el lustre que da José Ortiz a páginas llenas de tinta negra -y aún así nítidas- y algunos garabatos de From Hell, en los que para saber que lo que está dibujado es un incendio hay que leer los textos a pie de página, no cabe otra comparación que la odiosa.
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
No faltarán en esta página personas a los que en la asignatura de historia les dijera la profesora de turno que allí no iban a tener que memorizar las fechas de las hazañas de los reyes y guerreros, sino a entender cómo el trabajo de la gente de a pie hizo posible llegar a la sociedad en la que estamos. Incluso a lo mejor no falta alguno de esos profesores de época actual. Pues bien, el tebeo El Cid de Antonio Hernández Palacios (1972-1982), tratando de reyes y guerreros, y de uno de los más destacados de la historia de Spain, parece a su vez un tebeo que, de puro bien hecho, favorece ese cambio de mirada.
En los tebeos de El Cid que llegaron a hacerse, Rodrigo Díaz de Vivar, "El Cid", sale poco: la historieta sigue todavía los tiempos en que el joven Rodrigo era escudero de Sancho de Castilla, y es éste, de haber alguno, el protagonista. Queda por ver cómo habría sido el total de la obra si se hubiera llegado a las más de mil páginas previstas y no a las doscientas de los cuatro tomos que la hoy desaparecida editorial Ponent publicó recientemente como "integral". Pero ya en la lectura de lo que hay algo indica que lo importante no está tanto en los reyes y héroes: más que una historia de hazañas bélicas, es un tebeo de historia militar que se esfuerza en dar una visión realista de esos asuntos.
En esta historieta que empezó a publicarse en el franquismo y en una editorial ligada al ministerio de educación, algunos pies de viñeta hacen concesión a la historia de buenos y malos, bien proclamando -en contraste con la imagen- que "los moros" eran el malvado enemigo, bien dando a entender que, como su amo, el joven Cid -que tantos asedios protagonizaría de mayor- era reacio a la técnica de rendir por hambre al enemigo. Aún así, el tratamiento dominante recuerda más a las películas del oeste sucias -las que suelen ocurrir en la frontera sin ley de México, un género que Palacios imitó con frecuencia en cómic- que a la propaganda nacionalista.
He dicho que es más un cómic de historia militar que de historia épica porque los personajes todo el rato andan tomando decisiones por imperativos de estrategia y no en defensa de ideales, y las batallas no son el escenario del triunfo del bueno sobre el mal, sino -como en Campanadas a medianoche de Orson Welles- una oleada en la que los individuos se disuelven y en la que la acción decisiva no siempre viene de "los caudillos".
El propio estilo de Hernández Palacios parecía aconsejar una mirada más adulta que la de la historia mitificante que contrapone al bien y al mal: por un lado, hace énfasis en la página como cuadro, no en la viñeta como ventana al punto de vista de un "héroe"; por otro, hay un esfuerzo continuo por documentar los hechos tras el dato histórico con ubicaciones geográficas y detalles realistas -quizás no reales- de ambientación y costumbres. Al parecer, Hernández Palacios presumía de haber hecho cuarenta páginas del sitio de Coimbra, que Menéndez Pidal desplazó con una línea. Dándoles calidad estética y documental, Hernández Palacios desaconsejaba a quienes le leyeran que se contentasen con menos, y desde luego que no se contentasen con mitos edulcorados o enfervorizantes. Ahora que lo pienso, en estos tiempos de cerrazón de los nacionalismos establecidos y aspirantes de la península ibérica, quizás este mensaje no es de actualidad en las lecciones de historia.
Hernández Palacios sacó adelante después otros proyectos del mismo tenor, pero tuvo su primer impulso con esta historieta en el marco de la revista Trinca, un curioso e industrialmente efímero proyecto didáctico - modernizador que quiso elevar la calidad media del cómic destinado a la juventud. Dado que Trinca ha sido sobradamente ensalzada por las historias del cómic made in Spain, quiero recordar aquí otro proyecto parecido pero menos reconocido de años después -sólo quizás en la memoria de algunos raritos- y que, aunque también efímero, se acercó a albergar trabajos semejantes a este "El Cid": El Acordeón - Un tebeo para jugar
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
Joder que flashback, yo heredé de unos primos mayores un tomo de El Acordeón con cinco o seis años, creo que sigue por el pueblo.
Re: ¿Qué cómic estás leyendo ahora mismo?
La rosa roja (Kate Evans, 2017) es un cómic dedicado a la propaganda del pensamiento de la revolucionaria Rosa Luxemburgo (1879-1919), amparado por las fundaciones que comparten ese fin -la edición en castellano la han asumido proyectos argentinos con esa filiación, aunque puede encontrarse en tiendas junto a cómics más convencionales-.
Al abrirlo produce una sensación de apelotonamiento o de abigarramiento, y no por falta de competencia técnica de la autora; buena parte del dibujo se limita a servir de base de extensas citas de obras de Rosa Luxemburgo, que al parecer declamaba su pensamiento en las circunstancias más inverosimiles. El resultado es que hay más tipografía que dibujo, pero, en fin, la selección de textos y el contexto en que se les incluyen dan una visión interesante y convincente del pensamiento de aquella revolucionaria y de sus motivos.
Sólo cuando trata los puntos más agitados de la vida de Luxemburgo -el activismo contra la guerra, la persecución posterior que sufrió y la guerra sucia contrarrevolucionaria- el aspecto plástico y dinámico ocupa más papel.
El epílogo es una sarta de metáforas extravagantes: al parecer el sonido de los tuits que se intercambian los activistas antiglobi es, propiamente, el sonido de los pájaros que volverán por primavera a los que se refería Luxemburgo en sus últimas cartas... Pero el cómic en su conjunto es interesante, didáctico y estimulante.