Hoy por fin tengo un poco de tiempo.
Joreg escribió:Y otra cosa... ¿Qué pasa cuando una costumbre no la marcan estados o leyes, como Hallowen, o el rap, que ha llegado para quedarse? ¿Qué pasa cuando algo lo manda el estado o las leyes, pero a la gente le encanta tanto que acaba viéndolo como propio, como la sanidad pública o la compra de una vivienda? ¿Cómo decides qué es lo que se manda al basurero de la historia? Claro, si quitamos Estado, leyes, mercado capitalista, situaciones de dependencia, la cultura aparecerá diferente...
Marcar diferencias entre Estado y Mercado es cosa de izquierdistas. La uniformación cultural de occidente es un proceso capitalista, y el capitalismo es un sistema económico del Estado.
¿La gente queremos realmente un sistema centralizado sanitario y la posesión legal de una vivienda o lo que queremos es salud y cobijo? Creo que preguntas como estas solo las podremos responder si somos capaces de construir alternativas y hacerlas perdurar. Y eso es más urgente que hacer asambleas.
Y enlazo...
Si me aburre el municipalismo libertario no es por su propuesta de trabajo a nivel local (con la que coincido plenamente) sinó por su absoluta sobrevaloración de las superestructuras. No tenemos un problema directamente con las instituciones que nos gobiernan, tenemos un problema mucho más profundo con nuestros medios de producción. Los MMLL (ibericos) tienen una obsesión malsana con las asambleas y con las capacidades que estas tienen para provocar un cambio, asambleas que yo con una década de experiencia militante ya aborrezco completamente, no me quiero ni imaginar como las aborreceis los que llevais más años.
Además, no he conocido a NADIE que aguante mucho tiempo el sopor extremo de los órganos de gestión municipales. Trabajar con gente que no quiere la revolución es tremendamente frustrante, gente que no es gilipollas además: a la que te calan te hacen la vida imposible porque quieren defender la forma de funcionar de su espacio, a veces incluso porque tienen intereses personales en ello. Y es que los órganos de gestión municipal estan tomados por los partidos políticos, no lo olvidemos.
Y luego ya se destapa el pastel cuando desde el Municipalismo Libertario se defiende la participación en procesos electorales. La enésima propuesta de los que se creen que pueden ser más listos que el diablo. Luego o el diablo se los come o se convierten en él. El actual proceso de institucionalización de las izquierdas ha dado notorios ejemplos de ello.
En cualquier caso, desde la mayoría de los MMLL se ignora que en la propia hiperespecializacion laboral, el progreso tecnológico, la economía de los servicios, etc. se genera un contexto que solo puede gobernarse desde la verticalidad, por no hablar de los hábitos de consumo que este contexto productivo genera.
Debemos trabajar para descentralizar la producción, hacerla más significativa e impulsada por la necesidad.
Así pues, mi propuesta estratégica se centra en el desarrollo de proyectos infraestructurales: desde ateneos a carpinterías, pasando por espacios para liberar a los críos de las escuelas (como proyectos educativos alternativos), huertos y granjas, talleres de reparación, etc. Eso y la participación de las anarquistas en proyectos ya existentes, que hay muchos.
Cuando digo "se centra" es para clarificar que no estoy en contra del asamblearismo ni de trabajar la formación política, la combatividad en las calles, sindicalismo, etc. Todo eso es importante porque infraestructuras con intencionalidad política se han hecho muchas —ahí tenemos la deriva cooperativista— pero lo único que puede dotar a esos proyectos de potencial revolucionario es que no sean engullidos por el capitalismo y escojan mantenerse en una posición que tensione la cuerda con lo establecido. El error más típico es el de reducir la conflictividad de los proyectos para facilitar que perduren. Como he dicho, hacerlos perdurar es importante, pero
es preferible que un proyecto muera desencadenando un conflicto y rompiendo la paz social, que hacerlo perdurar a base de convertirse en una cooperativa capitalista más. La virtud está en saber distinguir entre adaptarse y claudicar, entre combatir y ser un kamikaze.
Por último: solo sobre infraestructuras libertarias pueden surgir superestructuras libertarias que perduren. Organizarse sirve cuando hay algo que organizar. Para organizar la miseria ya tenemos la nueva izquierda.
PD: Estoy completamente de acuerdo con el aporte que acabas de hacer,
lth.