El hecho de que el precio del petróleo esté cayendo en los últimos meses no debería hacernos olvidar que la crisis energética sigue avanzando por debajo de las fluctuaciones del mercado... La mejor forma de conocer cuánta energía nos queda realmente es dejar de lado la inmediatez de la prensa y las declaraciones interesadas de las compañías energéticas, y echar un vistazo a las publicaciones científicas. como las del Segundo Congreso sobre el Pico del Petróleo organizado recientemente por la UNED; puede consultarse en diferido en los vídeos y documentos de su
página web.
En este congreso, el sueco Mikael Höök, uno de los mayores expertos en petróleo y gas del mundo, proporcionaba datos de los 38 estudios científicos de estimaciones de agotamiento del petróleo publicados hasta la fecha en revistas científicas sujetas a revisión por pares, los 18 publicados para el gas natural y los también 18 publicados para el carbón. Los datos se despliegan en diferentes curvas debido a la incertidumbre y la cautela que suelen acompañar los resultados científicos, pero la mayor parte de estas curvas indican el estancamiento y posterior declive de la extracción mundial de petróleo en torno a 2020, sobre 2030 para el gas, y en torno a 2040 para el carbón.
... Ante estos datos, la pregunta que inmediatamente una se hace es si existen energías alternativas que puedan cubrir el hueco que van a dejar los combustibles fósiles. El estudio que presentamos –en este mismo Congreso de Barbastro– aborda esta cuestión y lo hace con un modelo matemático que nos sirve para reunir gran cantidad de datos sobre combustibles agotables y energías renovables.
... Una de las cosas que más claramente observamos es que no tenemos tiempo para sustituir el declive del petróleo, especialmente en el sector del transporte. En la actualidad, prácticamente todo el transporte mundial depende de combustibles líquidos extraídos del petróleo y las posibles alternativas como los vehículos eléctricos o de hidrógeno son muy débiles desde el punto de vista tecnológico. ... e puede ver que, incluso en el escenario más optimista, las curvas de energía disponible y demanda para el transporte dejan de coincidir antes de 2020. No llegamos a tiempo de evitar el declive del petróleo en esta década porque las alternativas no están creciendo al ritmo necesario.
También se ve claramente que el papel de la energía nuclear es irrelevante. Por una parte, no es una energía crítica, ya que apenas proporciona el 6% de la energía comercial consumida y sólo se utiliza para el sector que menos problemas tiene (la electricidad). Por otra parte, un desarrollo a gran escala de la actual energía de fisión encontraría pronto el límite del agotamiento de las reservas de uranio; además, tecnologías como la fusión o las llamadas nucleares de cuarta generación no se prevé que puedan estar en el mercado en las próximas décadas y, por ello, no entran dentro de nuestro horizonte temporal del estudio.
El modelo también nos muestra que en el sector de la electricidad los problemas son menos acuciantes, ya que el declive del carbón es un poco más tardío y existen tecnologías renovables con potenciales de desarrollo importante.
Todavía estaríamos a tiempo de sustituir buena parte del consumo de electricidad mundial con energías renovables, pero para ello deberíamos comenzar a invertir en esta década y, al no ser el eléctrico un sector problemático en estos momentos, corremos el peligro de no realizar las inversiones necesarias.
Los resultados que hemos obtenido con este modelo dibujan un panorama mucho más sombrío del que suele presentarse en los medios de comunicación y, probablemente, del que la mayor parte de las personas tienen en mente (incluso más pesimista que el que teníamos nosotras/os antes de realizar el estudio)... Vamos a tener que realizar una gran transición hacia una sociedad que no dependa de los combustibles fósiles y cada vez más científicos/as estamos alertando de que ésta no va a poder basarse únicamente en cambios tecnológicos.
... Si esperamos unos años hasta estar completamente seguros de que las predicciones de los geólogos se cumplen, nos encontraremos en un escenario de energía escasa, crisis económica y conflictos por los recursos en el cual será muy complicado invertir en tecnología y emprender medidas colectivas. Debemos empezar la transición energética ahora. Al fin y al cabo, si nos adelantamos y realmente hubiera más energía fósil de lo que los científicos decimos, es muy poco lo que perdemos; pero, si llegamos tarde, el resultado será, sin duda, catastrófico.