Editorial Innisfree:
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Un sistema económico sin propiedad privada y sin la guía de los precios de mercado será siempre caótico. En un sistema comunista, centralizado o descentralizado, siempre habrá producción desequilibrada, escasez de esto y excesos no utilizados de aquello, duplicaciones, cuellos de botella, retrasos, ineficiencia y enormes desperdicios.
En breve, el socialismo es incapaz de resolver el increíblemente complejo problema del cálculo económico. Ese problema solo puede ser resuelto por el capitalismo.
Hablar de Hans-Hermann Hoppe es, sin duda, hablar de uno de los principales exponentes actuales de la Escuela Austriaca de Economía y de la filosofía política de la libertad, así como hablar de una de las figuras más controvertidas del movimiento libertario. Sus posiciones respecto a ciertas cuestiones como la inmigración restringida, su idea sobre las comunidades de propietarios, la vinculación entre libertarismo y conservadurismo, o las conclusiones que extrae de aplicar la teoría económica a las tradicionales formas de gobierno (aristocracia, monarquía y democracia) tienen tanto significativos partidarios como detractores incuestionables, incluso entre los propios libertarios[1]. Pese a no ser estrictamente el motivo de este prólogo, sí tenemos que destacar que en muchas ocasiones (si bien no necesariamente en todas ellas) estas críticas recibidas por el profesor Hoppe a sus postulados se pueden deber a una incorrecta o superficial lectura de sus propuestas.