A fin de que se le de la atención que merece, comparto aquí una explicación sobre el asunto, dada en otro hilo:
por Voltairine de Cleyre:
http://www.alasbarricadas.org/forums/vi ... 22#p590722
Xell escribió:bo escribió:
Y sí, cada grupo de la PAH es un mundo. Y dentro de la PAH habrá sus movidas pero, fijate, son más listos y no las van ventilando por los cuatro vientos y, peor aún, con malas palabras. Y no lo digo por tí, sino en general.
Eso de contrapoder, ¿no es una cosa de la autonomía italiana del 77?.
Un enlace sobre el
Grupo de Respuesta Inmediata (desahucios).
Quien se mueve marca los tiempos. Hoy hablamos de “poder popular” (los que lo hacen en el Estado español, yo no me incluyo) porque quienes marcan los tiempos (quienes actúan) son quienes no tienen ningún tipo de recelo con dicha palabra, y entonces “nosotros”, que somos quienes queremos unirnos a lo que “se mueve”, generamos un debate interno sobre cómo unirnos, término mediante; es evidente que si la actividad fuera la nuestra -como ya se ha dicho- serían los otros los que estarían debatiendo cómo fabricar o adecuarse a un término que nos resultara simpático.
Yo (ya que lo solicita un compañero) sólo puedo hablar de mi experiencia personal colaborando con la FAGC, y tengo que decir que era la actividad de este grupo el que hizo que otros sectores se adaptaran a su terminología y modelo y no al contrario.
En los años que llevaba Stop Desahucios (ahora PAH) en la Isla dicha organización había participado en la paralización de sólo dos desahucios (con una media de 30 diarios) y se había desatendido de la situación en la que quedaban los desahuciados.
En medio año la FAGC organizó 7 piquetes, ocupó más de 50 inmuebles y realojó a más de 70 personas (en su mayoría menores).
Eso significó que la gente en las Asambleas de Inquilinos y Desahuciados no hablaba de “poder popular”, sino de “socialización de inmuebles, expropiación, autonomía, autogestión, ilegalismo”, etc.; eso significa que en los desahucios la gente gritaba cosas como “que el único ahorcado sea un diputado”, “el pueblo unido funciona sin partidos”, “un desalojo una expropiación”, “si nadie trabaja por ti que nadie decida por ti”, etc., y no tanto “sí se puede” (aquí, como dice Xell, una consigna totalmente coaptada por un partido político). Pueden verse los vídeos en la página de la FAGC (
http://www.anarquistasgc.net/p/videos.html). Los compas, sin embargo, lejos de monopolizar las circunstancias, de caer en el proselitismo, aprovechaban cualquier medio para ratificar que quien paraba los desahucios era “la acción autónoma y solidaria del pueblo” y los propios afectados (como se puede leer en sus crónicas).
En un documental sobre el problema de la vivienda (que también está en la página:
http://www.anarquistasgc.net/2013/03/pa ... a-que.html) se puede ver como el discurso de uno de los realojados es más “radical” que el de los propios okupas que aparecen y por supuesto que el de la abogada de la PAH (familiar de Gerónimo Saavedra, antiguo Ministro de Cultura del PSOE y ex alcalde de Las Palmas). Los realojados asumían el discurso anti-autoritario por contacto y eficacia, sin dirigismos, por afinidad, por reflexión espontánea.
Las organizaciones horizontales eran entonces las que se acercaban a los compañeros libertarios y les proponían colaborar. Se creaban cooperaciones, pero se aceptaban las premisas de los libertarios que, según explicaban en las asambleas conjuntas a las que asistí, era estas: colaboración sólo en clave trabajo; si hay que tomar el Palacio de Invierno (parar un desahucio, okupaciones masivas, etc.) que cada uno ataque un flanco, pero respetando la autonomía y la naturaleza de cada colectivo; las coordinaciones por trabajo no pueden suponer nunca uniones ideológicas, que sólo mueven a discusiones inacabables y estériles, callejones sin salida, renuncias y sometimientos, y esto no tiene sentido cuando no se quiere convertir ni ser convertidos; establecer tácticas comunes no significa, en definitiva, establecer estrategias comunes. Esto es lo que recuerdo y sólo puedo decir que funcionaba: nunca se había reunido en Gran Canaria cerca de 100 personas para parar un desahucio (ni bloques de manifestación tan combativos). Si la gente asumía las consignas y metodologías libertarias era respectivamente porque sabían qué nervio generaba las sinergias y porque a niveles prácticos eran efectivas.
No obstante, no todo es un camino de rosas, ni todas las uniones deseables. La PAH dejó de asistir a parar desahucios (sólo acudían a título individual dos o tres), no convocaban ni se hacían eco de los piquetes; cada vez que los piquetes eran un éxito (ni un solo desahucio dejó de pararse) hablaban con los medios y se adjudicaban “la paralización de un nuevo desahucio”; si algo resultaba conflictivo (como el escrache en el Ayuntamiento de Telde) se desvinculaban. Salieron a la luz sus contactos con Nueva Canarias y PSOE, y redactaron una “guía de asesoramiento para desahuciados” con el Ayuntamiento de Las Palmas del PP (como lo oyen). Se oponían a dar cobertura a cualquier desahucio por alquiler (aunque se tratara de una inmobiliaria o de un rentista multipropietario). Un compañero llegó a realojar a un desahuciado que previamente había sido desahuciado, en su calidad de abogada, por la propia portavoz de la PAH (sangrante).
Esto hizo que la gente afectada cada vez se sintiera más cercana a la FAGC y también organizó un debate interno dentro de la PAH sobre la independencia con respecto a los partidos políticos y la necesidad de dar cobertura a los casos de alquiler. El sector comprometido de la PAH apoyó este debate. Otro sector se enrocó y convirtió a los compañeros libertarios en una diana perfecta, a todos los niveles…
Es evidente que se sintieron amenazados por la posibilidad de ser eclipsados, y no fueron los únicos; lamentablemente incluso compañeros libertarios (ajenos a la FAGC) temieron perder terreno, se mostraron “insolidarios” e “imprudentes” (digámoslo así) y pusieron en la picota a compañeros que estaban dando el todo por el todo.
Hoy sólo sé que hay gente en espera de juicios (por su actividad expropiadora), multas innumerables y situaciones jurídicas delicadas en las que no puedo ni voy a entrar. Esto me ha llevado a la conclusión de que la única unidad posible y deseable es con el pueblo, con los de abajo, con esos de los que algunos hablan como si fueran algo distinto a nosotros mismos; pero con sectores que se asientan en el respeto a la legalidad, institucionalizados, acostumbrados a la denuncia y la delación de cualquier acción expropiadora, que cargan las tintas contra quienes se la juegan, no se puede esperar unión alguna (sean o no libertarios, pues desgraciadamente en todos los ámbitos hay gente acostumbrada a recurrir a la policía y a echársela a otros encima), porque no se puede realizar con ellos ninguna acción seria, comprometida, de enjundia. Desde mi punto de vista, unirse sólo para hacer un comunicado conjunto es algo que me sobra (y que me repatea).
En definitiva, hay que ser activos para poder marcar la pauta y que sean los demás los que se unan (teniendo mucho cuidado con los compañeros de viaje, pues la historia no está ahí para ignorar sus lecciones) conociendo de antemano cuáles son tus condiciones de trabajo. Como le dije a un compa: Se dirá “no podemos hacer esto último porque somos muy débiles”, y yo diré: “somos débiles porque no nos atrevemos a hacer esto último”.
- Si quieres tener una visión del futuro, imagina una bota pisoteando un rostro humano... para siempre.