Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Para el debate en torno a la higiene ética en el comportamiento anarquista, y la ética y moral del Anarquismo. Filosofías de vida, cuestiones morales, vida sana, etc.

Avatar de Usuario
anarchyhector
Mensajes: 209
Registrado: 18 Jun 2007, 15:09

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por anarchyhector » 25 Jun 2008, 22:11

La violencia como herramienta de lucha política (colección de textos de la Haine)
www.lahaine.org/index.php?p=12153
"... todos los ilegalismos que el tribunal codifica como infracciones, el acusado los reformuló como la afirmación de una fuerza viva: la ausencia de hábitat como vagabundeo, la ausencia de amo como autonomía, la ausencia de empleo del tiempo como plenitud de los días y de las noches"
M. Foucault, Vigilar y Castigar



Avatar de Usuario
Condenado
Mensajes: 536
Registrado: 29 Ene 2009, 13:02
Ubicación: Ubicua

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por Condenado » 10 Abr 2009, 16:08

Del artículo de Malatesta Socialismo y Anarquía:

"La sociedad actual se mantiene con la fuerza de las armas. Nunca ninguna clase oprimida ha logrado emanciparse sin recurrir a la violencia; nunca las clases privilegiadas han renunciado a una parte, siquiera mínima, de sus privilegios, sino por la fuerza, o por miedo a la fuerza. Las instituciones sociales actuales son tales que resulta imposible el transformarlas por reformas graduales y pacíficas, y la necesidad de una revolución violenta que, violando, destruya la legalidad, funde una sociedad sobre nuevas bases, se impone. La obstinación, la brutalidad con que la burguesía responde a las más anodinas demandas del proletariado, demuestra la fatalidad de la revolución violenta. Es, pues, lógico y necesario que los socialistas y los anarquistas especialmente sean un partido revolucionario y prevean y apresuren la revolución.

Mas, desgraciadamente, hay en los hombres una tendencia a trastocar el fin con los medios; y la violencia, que para nosotros es, y debe continuar siendo, una dura necesidad, se ha convertido para muchos en único fin de la lucha. La historia está llena de ejemplos de hombres que, habiendo comenzado a luchar por un fin elevado, en el calor de la refriega, han perdido todo dominio sobre sí mismos, y perdiendo de vista el fin perseguido, se han convertido en feroces carniceros. Y, como lo demuestran hechos recientes, muchos anarquistas no han escapado a este terrible peligro de la lucha violenta. Irritados con las persecuciones, enloquecidos con los ejemplos de ciega ferocidad que da cada día la burguesía, han comenzado a imitar el ejemplo de los burgueses, y el espíritu de amor ha sido suplantado por el espíritu de venganza, por el espíritu de odio.

(...)

Gritémoslo con fuerza y siempre: los anarquistas no deben, no pueden ser justicieros: son libertadores. Nosotros no odiamos a nadie; no luchamos para vengarnos, ni para vengar a los demás; nosotros queremos el amor para todos, la libertad para todos.

Puesto que la actual fatalidad social y la obstinada resistencia de la burguesía, fuerza a los opresores a recurrir al último expediente de la fuerza física, no retrocedamos ante la dura necesidad y preparémonos a usarla victoriosamente. Pero no hagamos víctimas inútiles, ni siquiera entre los enemigos. El mismo fin por el cual luchamos nos fuerza a ser buenos y humanos aun en medio del furor de la batalla; de otro modo no se explica cómo podríamos querer luchar por un fin cual es el nuestro, si buenos y humanos no fuésemos. Y no olvidemos que una revolución libertadora, no puede salir del exterminio y del terror, que fueron y serán siempre generadores de tiranía.

Por otra parte, un error, contrario a aquel en que caen los terroristas, amenaza al movimiento anarquista. Un poco por reacción contra el abuso que en estos últimos años se ha hecho de la violencia, un poco por supervivencia de la idea cristiana, y sobre todo por la influencia de las predicaciones místicas de Tolstoi, a las cuales el genio y las altas cualidades del autor les dan boga y prestigio, comienza a adquirir cierta importancia entre los anarquistas el partido de la resistencia pasiva, la cual tiene por principio que hay que dejar oprimir y vilipendiar a uno mismo y a los demás antes que hacer daño al agresor. Es lo que se ha llamado anarquía pasiva.

Puesto que algunos, impresionados por mi aversión contra la violencia inútil y dañina, han querido atribuirme, no sé si con la intención de alabarme o con la de denigrarme, tendencias hacia el tolstoísmo, aprovecho la ocasión para declarar que, según mi modo de ver, esta doctrina, por mucho que parezca sublimemente altruista, es en realidad la negación del instinto y de los deberes sociales. Puede un hombre, si es muy... cristiano, sufrir pacientemente toda suerte de vejaciones sin defenderse con todos los medios posibles, y continuar siendo tal vez un hombre moral. Mas en la práctica, ¿no sería él y cualquiera, aun sin quererlo, un terrible egoísta si dejase oprimir a los demás sin intentar defenderlos; si, por ejemplo, prefiriese que fuese reducida a la miseria una clase, atropellado un pueblo por el invasor, que fuese un hombre ofendido en su vida y en su libertad, antes que magullar la piel del opresor?

Puede haber casos en los cuales la resistencia pasiva sea un arma eficaz, y ciertamente que entonces sería la mejor de las armas, puesto que sería la más económica de sufrimientos humanos. Pero, las más de las veces, profesar la resistencia pasiva significa asegurar a los opresores contra el pavor a la rebelión y, por tanto, traicionar la causa de los oprimidos.

Es curioso observar cómo los terroristas y los tolstoístas, precisamente porque unos y otros son místicos, llegan a consecuencias prácticas casi iguales. Aquéllos no dudarían en destruir media humanidad con tal de hacer triunfar la idea; éstos dejarían que toda la humanidad estuviese bajo el peso de los más grandes sufrimientos antes que violar un principio.

Por lo que a mí respecta, yo violaría todos los principios del mundo con tal de salvar a un hombre: lo que, por otra parte, de hecho, sería respetar el principio, puesto que, según mi modo de ver, todos los principios morales y sociológicos se reducen a éste sólo: el bien de los hombres, de todos los hombres."
"Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado"
Juan Ramón Jiménez

L. Rivera
Mensajes: 299
Registrado: 19 Jun 2005, 20:05
Ubicación: mexico
Contactar:

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por L. Rivera » 14 Abr 2009, 01:42

http://www.cedema.org
El Centro de Documentación de los Movimientos Armados (CeDeMA) es un ámbito creado para reflejar todas las expresiones escritas emanadas de las organizaciones político militares del continente americano.

Desde el CeDeMA consideramos que la vía de las armas no ha sido suficientemente analizada, ni tampoco tuvo correlato en estudios objetivos, elemento fundamental para la comprensión de un fenómeno tan difícil y complejo.

A tal efecto, toda la documentación elaborada por grupos guerrilleros, movimientos armados y agrupaciones revolucionarias de la región será reunida, compilada, recopilada y encontrará un lugar destinado a componer un acervo histórico y ofrecerlo a investigadores, instituciones e interesados en el pasado, presente y futuro de esta modalidad de intervención política.

Además se propone la investigación de esta materia, alentando su estudio multi/interdisciplinario para dar a conocer los trabajos que surjan al respecto, a través de una actualización cotidiana de su sitio electrónico en la red de redes.

El Centro de Documentación de los Movimientos Armados se fundamenta como un instituto sin fines de lucro ni ligas partidarias, pero interesado en el conocimiento y depositario de todos los materiales producidos por aquellas expresiones que hicieron de la lucha armada una opción.

Esta circunstancia provee, estamos seguros, de la necesidad y el fundamento para llevar adelante la conformación a partir del año 2005 del CeDeMA, entendiendo a éste como un aporte concreto en conocer una de las formas políticas, militares y sociales que siempre, aún con características específicas y argumentos disímiles, ha existido en América.

Eudald Cortina
Jorge Lofredo
En este sitio hay una gran cantidad de materiales, manuales e información de los grupos de izquierda armados a lo largo del siglo XX y en estos primeros años del XXI en América Latina. Un sitio de interés fundamental para aquellos que estudian la autodefensa, la acción directa, la táctica y la estrategia de la lucha armada, etc.

Sería dificil hablar objetivamente de los que más destacan puesto que son cientos de materiales, por el hilo presente destacaría los cuadernos y manuales de formación de organizaciones como el MIR chileno, el MIR peruano, los tupamaros y montoneros, las guías tácticas del PRT-ERP argentino, documentos y partes de numerosas organizaciones, etc. También el mini-manual del guerrillero urbano del dirigente de la Accion Libertadora Nacional, Carlos Marigella es ampliamente recomendable.

También es posible descargar decenas de libros completos en formato PDF, enlazarse a otros sitios similares, leer análisis actuales sobre movimientos y grupos armados, leer entrevistas, cuentos,y buscar por países o por temáticas.

Actualmente esta página publica seguidamente los partes informativos y comunicados de los grupos insurreccionalistas en latinoamerica.
¡Arriba las y los que luchan!
http://www.resistenciaclasista.wordpress.com

Avatar de Usuario
Condenado
Mensajes: 536
Registrado: 29 Ene 2009, 13:02
Ubicación: Ubicua

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por Condenado » 28 Jul 2009, 13:00

Los Justos, obra de teatro de Camus.

Cuenta la historia de un atentado real cometido por un grupo de socialistas revolucionarios rusos en 1905, abordando las implicaciones éticas, las consecuencias de la represión posterior, etcétera.
"Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado"
Juan Ramón Jiménez

Avatar de Usuario
gato negro
Mensajes: 896
Registrado: 30 Dic 2007, 17:30
Ubicación: Castilla

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por gato negro » 28 Jul 2009, 13:23

COPEY (o COPEI), documento de la Federación Anarquista de Uruguay de principios de los años 70, analizando la violencia desde el punto de vista estratégico y tomando como punto de partida la situación concreta del país y del hemisferio en aquel momento. Se puede encontrar un extracto en dos partes en la red: I y II.

Se considera inadecuada la concepción foquista importada de la experiencia cubana y que estaban implementando en el país los tupamaros. Se opta por una acción armada de apoyatura al movimiento obrero, la violencia ejercida por los revolucionarios debe estar adaptada al nivel de lucha popular y a los objetivos y niveles de uso de la fuerza que en cada momento asuma la clase trabajadora. No se trata de crear el movimiento revolucionario mediante la lucha armada, ni de que la organización armada sustituya a la clase en la lucha por el socialismo, sino de apoyar con efectividad su desarrollo y aplicar en los conflictos sociales niveles de fuerza a los que una estructura abierta (como es por naturaleza el sindicato), no puede llegar. Para ejecutar estas acciones la FAU creó dos niveles operativos, uno para acciones más "ligeras", llamado internamente "Violencia FAI" y de cara al exterior "Grupos de Solidaridad Obrera", y otro para acciones más complejas y a mayor escala, que requerían mayor planificación y medios, la Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales (OPR-33).
Privar al anarquismo de su carácter de herramienta al servicio de los de abajo sería condenarlo al amorfismo, vaciarlo de contenido, transformarlo en un pasatiempo filosófico, en una curiosidad para intelectuales, en un objeto de simpatía para gente deseosa de tener un ideal, en un tema para discusión académica

L. Rivera
Mensajes: 299
Registrado: 19 Jun 2005, 20:05
Ubicación: mexico
Contactar:

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por L. Rivera » 02 Sep 2009, 03:12

COPEY (o COPEI), documento de la Federación Anarquista de Uruguay de principios de los años 70, analizando la violencia desde el punto de vista estratégico y tomando como punto de partida la situación concreta del país y del hemisferio en aquel momento. Se puede encontrar un extracto en dos partes en la red: I y II.
precisamente en el sitio de la CEDEMA se pueden encontrar los textos de la FAU completos, asi como algunos documentos más.

En otras partes del foro he colgado hace tiempo 2 o 3 escritos más que existen al respecto...

En especial el texto "sindicalismo y lucha armada"dibuja una concepción anarquista de mucho tiempo, pero esquematizada bajo preceptos teoricos que permiten incorporar no solo la autodefensa, sino la ofensiva violenta obrera, dentro de una estrategia de acción revolucionaria orgánica. texto breve y conciso.

Donde ya no comparto con FAU es en sus esquematizaciones teóricas, particularmente cuando ahondan en eso, como en el texto de Huerta Grande...

sin embargo, en la parte estratégica, y sobre todo táctica, creo que su aporte esuna sitematización de la acción directa obrera en un contexto prerrevolucionario, marcando la distancia del foquismo guevarista y del oportunista reformista.

salud
¡Arriba las y los que luchan!
http://www.resistenciaclasista.wordpress.com

Avatar de Usuario
Mab
Mensajes: 60
Registrado: 04 Feb 2009, 00:46

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por Mab » 02 Sep 2009, 03:23

Recuerdo que este hilo es sólo para recopilar textos preexistentes en torno a la materia que nos ocupa, no para hacer críticas, comentarios o valoraciones respecto a éstos.

Si alguien desea debatir o hacer alguna apreciación concreta, será mejor que abra otro hilo :wink:

¡Salud!
Imagen

Imagen

auri
Mensajes: 3
Registrado: 09 Dic 2009, 11:25

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por auri » 09 Dic 2009, 12:15

Esta frase es de Malatesta: "Si no hay una idea superior de solidaridad humana, la rebelión es estéril. La violencia es fuente de opresión."

Contra la violencia(directa como estructural) hay varios tipos de respuesta que pueden plantearse de la siguiente manera(evidentemente no es la única forma de plantearlas, ni tiene porque ser la mejor): Indiferencia, violencia y noviolencia.

La indiferencia, en sentido amplio, te hace cómplice de la violencia y en algunas ocasiones estos complices se hacen llamar noviolentos(el asistencialismo entra aquí, la marcha mundial por la paz, y muchos "pacifistas").

La violencia implica un avance en conciencia y la necesidad de responder, es mucho más humana. Pero al ser una respuesta violenta no supera esa fuente de opresión. Lo que se consigue con violencia tendrá que mantenerse con violencia y se corre el riesgo de, aunque se luche por causas justas, implantar una nueva situación injusta.

Y la noviolencia (escritas juntas las dos palabras para diferenciarla de la ausencia de violencia, que sería pasiva)es una respuesta activa, insisto, que busca superar esa fuente de opresión.

Este es un planteamiento que propongo abierto al diálogo.

Saludos.

auri
Mensajes: 3
Registrado: 09 Dic 2009, 11:25

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por auri » 09 Dic 2009, 12:17

Vaya, justo proponía en mi mesaje anterior el debate y acabo de ver que este hilo no es para eso.
Disculparme...

Avatar de Usuario
free lancer
Mensajes: 1341
Registrado: 01 Dic 2004, 20:43

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por free lancer » 05 May 2010, 22:49

Cosas veredes que farán fablar las piedras

guachingman
Mensajes: 3
Registrado: 02 Oct 2010, 04:20

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por guachingman » 02 Oct 2010, 04:33

Efectivamente, que por una coincidencia semantica se equipare la autodefensa contra la accion sistematica de un estado/s es pura demagogia.

La violencia funciona, por eso la usan. Derrick Jensen.

Avatar de Usuario
epicur
Mensajes: 775
Registrado: 20 Ago 2005, 18:17
Ubicación: pirineus orientals

Re: Para debatir con fundamento la cuestión de la violencia

Mensaje por epicur » 02 Oct 2010, 22:18

Libro: "La no-violencia protege al estado", descargable. (recomendado por Wheeler)

http://terribilitadistri.blogspot.com/2 ... stado.html

Algunos extractos.
COMO LA NO-VIOLENCIA PROTEGE AL ESTADO
Peter Gelderloss, Junio 2010

Si un movimiento ha construido un buen apoyo popular para la lucha militante contra el Estado estará mucho más cerca de la victoria.

El General Frank Kitson, un influyente militar británico, policía y teórico del control social, cuyas estrategias han sido diseminadas y adoptadas por planificadores del Estado y agencias de policía de los Estados Unidos, teoriza que los disturbios sociales se dan en tres fases: preparación, no-violencia e insurgencia.

Lo que sí es debatible, en cierto modo, es si los movimientos militantes pueden o no ganar y sobrevivir a largo plazo mientras sigan siendo antiautoritarios. Para argumentar convincentemente contra la posibilidad de que se pueda, lxs pacifistas tendrían que mostrar que el uso de la violencia contra cualquier autoridad hace que, inevitablemente, se adopten las características de dicha autoridad. Esto es algo que lxs pacifistas ni han hecho, ni pueden hacer.

¡Pedir que la gente oprimida tenga un comportamiento pacífico con sus opresorxs es estúpido e injusto! ¡Necesitan sacar su rabia!”

Periodista: ¿Qué tienes que decir acerca de las ventanas que se han roto en la protesta de hoy?
Activista: Palidece en comparación con la violencia de la deforestación/ la guerra/ estos desalojos.

Periodista: ¿Qué tienes que decir acerca de las ventanas que se rompieron en la protesta de hoy?
Activista: Nuestra organización tiene una guía de comportamiento no violento que difundimos bien. Condenamos las acciones de lxs extremistas que están arruinando esta protesta para la gente bienintencionada que se preocupa por salvar los bosques/detener la guerra/detener estos desalojos.

Espiar una base militar, poniendo en juego tu vida, y destruyendo misiles, nos han contado que es no-violento, pero hacer saltar por los aires la planta de Litton Systems (donde se fabrican los misiles crucero) sería violento incluso si nadie resutara heridx.

Cualquier persona razonable sabe que una lucha revolucionaria contiene actividades destructivas y creativas; la violencia contra lxs opresorxs y su maquinaria viene acompañada por un cuidado y una clara preocupación por la comunidad.

Nelson Mandela lo fue también, hasta que los pacifistas blancos cayeron en la cuenta de que Mandela usó la no violencia selectivamente, y que de hecho estuvo implicado en actividades de liberación de carácter violento, como atentados y preparación de un levantamiento armado2. Incluso Gandhi y King estuvieron de acuerdo en que era necesario apoyar a los movimientos de liberación armada (citando como ejemplos Palestina y Vietnam, respectivamente) allí donde no hubo una alternativa no violenta, priorizando claramente los objetivos sobre las
tácticas.

Esta renuncia sistemática a estrategias olvida que ni siquiera los loados títeres de la no violencia, Gandhi y King, creían que el pacifismo fuera una panacea universalmente aplicable. Martin Luther King Jr. estaba de acuerdo con la idea de que aquellxs que hacen imposible la revolución pacífica sólo hacen inevitable la revolución violenta22.

Objetivo, estrategia i tactica:

La estrategia es el camino, el plan de juego para alcanzar el objetivo. Es la sinfonía coordinada de movimientos que guía hacia el jaque mate.
Lxs revolucionarixs en potencia de los Estados Unidos, y probablemente de cualquier sitio, suelen ser lxs más negligentes en materia de estrategias. Tienen una idea tosca del objetivo, y están intensamente involucradxs en las tácticas, pero a menudo renuncian completamente a la creación e implementación de una estrategia que sea viable. En cierto modo, lxs activistas no violentxs tienen, normalmente, cierta ventaja sobre lxs activistas revolucionarixs, así como a menudo tienen estrategias bien desarrolladas para la búsqueda de objetivos a corto plazo.

La violencia no es una estrategia, y tampoco lo es la no violencia. Estos dos términos (violencia y no violencia) son fronteras situadas alrededor de una diversidad de tácticas.

El objetivo es el destino. Es la condición que denota la victoria. Por supuesto, hay objetivos próximos y objetivos últimos. Podría ser más realista evitar una aproximación lineal y visualizar los objetivos últimos como un horizonte,
como el destino más lejano que podemos imaginar, el cual cambiará cuando los pasos que, otrora nos parecían lejanos, se vuelvan claros, emerjan nuevos objetivos y veamos que jamás alcanzaremos un Estado utópico y que se mantenga estático.
Para lxs anarquistas, que desean un mundo sin jerarquías coercitivas, los objetivos últimos de hoy en día parecen ser la abolición de una serie de interconexiones de sistemas que incluyen al Estado, al capitalismo, al patriarcado, la supremacía blanca y las formas de civilización ecocidas.

Finalmente, tenemos las tácticas, que son las acciones o los tipos de acciones que producen determinados resultados. Idealmente, estos resultados tienen un efecto compuesto: construyen el momento o concentran la fuerza a lo largo de
las líneas trazadas por la estrategia. Escribir cartas es una táctica. Lanzar un ladrillo contra una ventana es una táctica. Es frustrante que toda la controversia entre “violencia y no violencia” se desarrolle, simplemente, discutiendo sobre tácticas, cuando la mayoría de la gente no se ha siquiera cuestionado si nuestros objetivos son compatibles y si nuestras estrategias son compatibles o contraproducentes.
Frente al genocidio, la extinción, la prisión y un legado de milenios de dominación y degradación, ¿traicionamos a nuestrxs aliadxs o renegamos de la participación en la lucha por aspectos triviales como romper ventanas o usar las armas? ¡Le hierve a uno la sangre!

no valen de nada los objetivos, las estrategias y las tácticas puestas en relación en un plano común, pero un mismo elemento puede ser visto como un objetivo, una estrategia o una táctica dependiendo de la óptica.

dejaré de lado a lxs pacifistas liberales pro-sistema y asumiré una tosca similitud de objetivos entre lxs activistas no violentxs y lxs revolucionarios. Vamos a fingir que todos nosotrxs deseamos la liberación completa. Esto evidencia una diferencia de estrategias y de tácticas. Claramente, la suma total de tácticas disponibles para lxs activistas no violentxs es inferior, puesto que sólo pueden utilizar alrededor de la mitad de las opciones que se abren para lxs activistas revolucionarixs. En términos de tácticas, la no violencia no es más que una severa limitación de las opciones totales de las que disponemos. Para que la no violencia fuera más efectiva que el activismo revolucionario, la diferencia debería estar en las estrategias; en un acuerdo particular de tácticas que alcanzase una potencia sin rival a la vez que eludiese todas aquellas tácticas que pudieran ser definidas como “violentas”. Los cuatro tipos más importantes de estrategia pacifista son: el juego moral, la actuación con el formato de un lobby, la creación de alternativas y la desobediencia generalizada.

Ward Churchill sugiere que lxs pacifistas blancos buscan protegerse de la represión, consignando su activismo a
posturas y formulaciones de la organización social de un mundo postrevolucionario, mientras la gente negra de todo el mundo sufre todas las fatalidades luchando por ése mismo mundo. Esto dista mucho de corresponderse con el rol solidario que lxs pacifistas blancxs creen estar cumpliendo.

Nuestras opciones han sido violentamente reducidas a las siguientes: apoyar activamente la violencia del sistema; apoyarla tácitamente rechazando desafiarla; apoyar cualquiera de los enérgicos intentos para destruir el sistema basado en esa violencia; o perseguir nuevas y originales formas de luchar y destruir ése sistema. Lxs activistas privilegiadxs deben entender aquello que el resto del mundo ya sabe desde hace tiempo: estamos en medio de una guerra, y la neutralidad no es posible33. No hay nada en este mundo que pueda merecer el nombre de “paz”. Es más, es una cuestión que se reduce a qué violencia nos asusta más, y del lado de quién vamos a resistir.

Mi argumento no es que todxs lxs pacifistas sean unxs apologistas del Estado y unxs traidorxs sin ningún mérito que los salve y sin un lugar en un movimiento revolucionario. Muchxs pacifistas son presuntxs revolucionarixs bienintencionadxs que, simplemente, han sido incapaces de dejar atrás su condicionamiento cultural, que les programa, instintivamente, para reaccionar a los ataques del endiosado Estado, como si se tratara de la mayor traición y crimen. Un puñado de pacifistas han demostrado sostener un compromiso con la revolución y han corrido tales riesgos y sacrificios que están por encima de las típicas críticas que lxs pacifistas merecen, y esto incluso plantea un desafío para el funcionamiento del satus quo, particularmente, cuando su moral no les impide trabajar solidariariamente con revolucionarixs no pacifistas1. La cuestión es que el pacifismo como ideología, cuando tiene unas pretensiones que van más allá de una práctica personal, sirve, incorregiblemente, a los intereses del Estado y €está, irremediablemente, psicológicamente inserto en el esquema de control del patriarcado y de la supremacía blanca.

Este antiautoritarismo se debe reflejar tanto en la organización, como en el sistema de valores del movimiento de liberación. A nivel organizativo, el poder se debe descentralizar (esto significa no tener partidos políticos o instituciones burocráticas. El poder debe localizarse en las bases, tanto como sea posible), en individualidades y en grupos de trabajo dentro de la comunidad. Porque las bases y los grupos comunitarios se hayan reducidos por las condiciones de la vida real y están en constante contacto con la gente de fuera del movimiento, mientras que la ideología tiende a fluir de forma ascendente, concentrándose en “comités nacionales” y otros niveles centralizados de organización (que conduce conjuntamente a la gente que comparte la misma opinión y la empapa de abstracción, alejándola del contacto con la mayoría de las demás realidades cotidianas).

La cultura o el sistema de valores del movimiento de liberación también es vital. Las estructuras no coercitivas son fácilmente subvertidas si la cultura y los deseos de la gente, operando en dichas estructuras, los dirigen hacia otros fines.
Para lxs principiantes, una cultura de liberación debe favorecer la pluralidad, por encima del monopolio. En términos de lucha esto significa que debemos abandonar la idea de que sólo hay un camino correcto, o que debemos firmar en la misma plataforma o unirnos a la misma organización. Por otro lado, la lucha se beneficiará de una pluralidad de estrategias de ataque al Estado desde diferentes ángulos. Esto no significa que cada cual deba trabajar solx o no entenderse con lxs demás. Necesitamos coordinarnos y unificarnos tanto como sea posible para aumentar nuestra fuerza colectiva, pero también deberíamos reconsiderar cuánta uniformidad es posible en realidad. Es imposible poner a todo el mundo de acuerdo en que una estrategia de lucha es la mejor; y de hecho, esta disyuntiva es, probablemente, errónea. Después de todo, la gente tiene distintas habilidades y experiencias y se enfrenta a diferentes aspectos de la opresión: en este contexto sólo tiene sentido que deban existir diferentes caminos de lucha en los que avanzar, simultáneamente, hacia la liberación. Los monoteísmos autoritarios inherentes a la civilización occidental nos conducirían a una visión de estos otros caminos como rodeos poco inteligentes, como una competición; intentaremos al menos reprimir estas otras tendencias del movimiento.

el objetivo es el de destruir las estructuras de poder centralizadas de modo que cada comunidad tenga la autonomía para organizarse a sí misma de modo que todos sus miembros decidan, colectivamente, capacitarse para conocer sus necesidades, mientras también se unen a asociaciones de ayuda mútua con las comunidades que haya a su alrededor6. Todo el mundo tiene un potencial innato para la libertad y la autoorganización; por lo tanto, si nos identificamos como anarquistas, nuestro trabajo no consiste en convertir a todxs lxs demás al anarquismo, sino usar nuestras perspectivas y experiencias colectivas para estar en guardia ante los esfuerzos de cooptación de la izquierda institucional y proveer modelos para las relaciones sociales autónomas y la autorganización en las culturas, allí donde normalmente no existen.

Pero es también verdad que la gente no es igual en términos de habilidades, que esta revolución requiere una cantidad tremenda de pericia, y que puede haber gente que ocupará voluntariamente un lugar que requiera más pericia que lxs demás en una posición de liderazgo no coercitivo y temporal. El planteamiento de un sistema de valores antiautoritario frente al liderazgo es que el poder debe ser constantemente redistribuido hacia fuera. Es responsabilidad de la gente que se encuentra a sí misma en posiciones de liderazgo prestar su talento al movimiento mientras diseminan su liderazgo a su alrededor, enseñando a la otra gente, en vez de asirse a su pericia como una forma de poder.

la lucha, basada en una dicotomía polarizada entre violencia y no violencia, no es realista y además es contraproducente.

debemos trabajar para intensificar la militancia, para educar a través de acciones ejemplares y para incrementar el nivel de militancia aceptable (para, por lo menos, los segmentos de la población que hemos identificado como potenciales simpatizantes). Lxs radicales que provienen de bagajes privilegiados son lxs que tienen más trabajo que hacer en este sentido, porque dichas comunidades son las que tienen las reacciones más conservadoras respecto a las tácticas militantes. Lxs radicales privilegiadxs parecen ser más capaces de preguntar, “¿qué pensará la sociedad?” como una excusa para su pasividad.

Si la única elección que podemos hacer es entre tirar bombas y votar, la mayoría de nuestrxs aliadxs potenciales elegirán votar. Fetichizar la violencia ni siquiera mejora la efectividad del movimiento, ni tampoco preserva sus cualidades antiautoritarias.

Debemos aceptar, siendo realistas, que la revolución es una guerra social, no porque nos guste la guerra, si no porque reconocemos que el status quo es una guerra de baja intensidad y desafiar al Estado tiene como resultado una intensificación de esta guerra.

“La victoria psicológica de estos días violentos puede haber sido más importante. Cuando una gente colonizada aprende que puede contraatacar unida, la vida nunca volverá a ser tan cómoda para sus explotadores”.

Responder