Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Contacto con Alasbarricadas.org. Propuestas de temas, sugerencias, anuncios de la página, dudas, bugs (errores), etc. Y en general todo lo que afecta a la vida de la página.
Avatar de Usuario
Telmo
Usuari@ Expulsad@
Mensajes: 612
Registrado: 23 Oct 2007, 17:35
Ubicación: Vermont
Contactar:

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por Telmo » 07 May 2008, 14:27

Aceptando lo que dices de que acumular más bienes no significa tener más autoridad (que me parece muy difícil):Y cómo se puede partir de una base igualitaria si yo, por ejemplo, he heredado una fábrica de mis abuelos y tú no tienes más que tu fuerza de trabajo?
Primero, esa empresa será cooperativa o autónoma, ya que no creo que seas patrón pudiendo los otros reclamar la zona de trabajo como suya si son ellos los que la trabajan. De ahí que es muy difícil (o imposible) que poseas la empresa. Así que en todo caso tú podrías acceder al puesto de trabajo si no lo toma alguien antes (o si la cooperativa ha estipulado otra forma de adjudicar los puestos de trabajo). De todas formas, yo lo de la herencia no es un tema que lo tenga del todo claro. Si alguien antes de su muerte decide darle lo suyo a alguien no me opongo. Pero si es después ya es otro cantar. Supongo que objetos de valor personal o ese tipo de cosas no vería mal que las heredara. En cuanto al dinero supongo que sería diferente, pero supongo que sería algo que debiera pensar más profundamente.
Quién lo tiene claro? Tú? Por qué está claro? Por qué la prostitución infantil ("si es voluntaria") no entraría dentro del "libre mercado" sin competencias? Eso no sería lo que AaA consideraba "legislar desde la moral y no desde el derecho"?
Creo que se refería al caso de la madre que hace la mamada, y no de un niño. Estaría claro porque los niños no tienen una mentalidad adulta y no se puede comparar con una madre padre u otra persona mayor. La prostitución infantil es una aberración.
A los osados pertenece el futuro

Avatar de Usuario
Jorge.
Mensajes: 15677
Registrado: 22 Dic 2003, 22:35

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por Jorge. » 07 May 2008, 14:47

Telmo escribió:Creo que se refería al caso de la madre que hace la mamada, y no de un niño. Estaría claro porque los niños no tienen una mentalidad adulta y no se puede comparar con una madre padre u otra persona mayor...
¿No? ¿Y qué es "tener una mentalidad adulta"? Si la madre lo hace por necesidad, está bien. Pero si la niña lo hace por necesidad, no es correcto.
Telmo escribió:De todas formas, yo lo de la herencia no es un tema que lo tenga del todo claro. Si alguien antes de su muerte decide darle lo suyo a alguien no me opongo. Pero si es después ya es otro cantar
Sintiéndolo mucho, mientras más y más os leo, más me convenzo de que no sois anarquistas. ¿Si se da la herencia en vida es una trasmisión legítima, y si se da después de muerto no?
Telmo escribió: Es duro, pero nadie tiene derecho a obligarme a dar si yo no quiero dar.
Sí. Claro que tienen derecho a obligarte. Por eso los ricos crearon el Estado, para defenderse de los pedigueños. Esto no es que lo diga yo, ¿eh?, está bastante documentado.

Avatar de Usuario
Jorge.
Mensajes: 15677
Registrado: 22 Dic 2003, 22:35

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por Jorge. » 07 May 2008, 15:28

stewie griffin AnCap escribió:No somos un grupo, una secta o una manada, somos individuos y tenemos muchas diferencias "internas". ¿Los vietnamitas no tienen derecho a prosperar? Ves la realidad como algo estático, ves los duros trabajos de hoy, ves el cafetal que se destruye en Nicaragua, pero no ves los beneficios a medio plazo tanto para vietnam, como para la gente trabajadora que compra el producto..
Yo sólo opino sobre lo que leo. Lo que hayas escrito en liberalismo.org no me interesa, ya que mi tiempo es limitado, y aquí lo estoy gastando gratis. Hace unos días Winston Smith, o Aquiles o alguien decía que el comunismo libertario era inefectivo en términos económicos, porque la gente incapaz de discernir lo rentable y lo no rentable sin precios, haría que el sistema fuese al colapso. Y aquí te tengo a ti, diciéndome que una catástrofe económica en Nicaragua, con miles de economías familiares en la ruina, por la competencia de un mercado emergente, carece de importancia, porque en Vietnam mejorará la cosa. El que en términos energéticos se hayan dilapidado recursos y esfuerzos, carece de importancia. Lo importante es afirmar que la planificación de tipo comunista, es inviable.

Por lo que veo, para ti, si no puedes ser empresario es por culpa del Estado, aunque nadie te impide pedir un crédito y buscar avales. Resulta que hay muchos pequeños empresarios que van tirando en economías de tipo familiar. ¿A ellos el Estado no les impide y a ti sí? Suena a subterfugio ideológico, la verdad. Yo comprendo que el Ron Paul, que es un rico y un capialista de éxito piense las cosas que piensa y haga las cosas que hace. Comprendo que un tío que tenga una parcela con cincuenta trabajadores cruja dientes cada vez que paga impuestos. Pero que cuatro pelones sin dinero ni para la urna anden contando estos chistes no deja de sorprenderme.

Avatar de Usuario
KoLoKaDa
Mensajes: 3145
Registrado: 20 May 2005, 13:11

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por KoLoKaDa » 07 May 2008, 15:33

a ver si me va quedando claro

- el anarquismo es radical pero realista, sacrificando la utopía en pro de la viabilidad o posibilismo

- en el anarquismo hay delitos

- la solidaridad mecánica jamás será sustituida por la orgánica, y en el "anarquismo mutualista" cada uno dará a los muertos de hambre lo que quiera, o a través de instituciones de caridad

- acaparar bienes que no necesito mientras los demás se mueren de hambre a mi alrededor es mutualismo
kuando los ke mandan pierden la vergüenza, los ke obedecen pierden el respeto

Avatar de Usuario
Aquiles
Usuari@ Expulsad@
Mensajes: 564
Registrado: 01 May 2006, 21:27

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por Aquiles » 07 May 2008, 15:36

No te equivoques: los esclavos, por ejemplo en la Antigua Roma, muchas veces vivían mejor en condiciones de esclavitud que teniéndose que ganar el pan desde la plebe: estaban en una casa adinerada, se les mantenía y dedicaba a tareas livianas... No hace falta ser "infantil" pa aceptar con gusto la esclavitud y la seguridad que te proporciona. De hecho, sólo tenemos que mirar lo que la gente traga por tener un curro...
Mal ejemplo ese que citas, porque los esclavos se rebelaban tanto o más que los proletarios, aunque por motivos distintos -unos pedían repartos de tierras y los otros la libertad-. No poder casarse, tener propiedades o sencillamente no tener garantizada la integridad física eran motivos suficientes para ello.

De todos modos, supongamos que esos esclavos quieren seguir siendo esclavos, ¿cuál es el problema? Si es voluntario, han asumido unas responsabilidades al elegir la esclavitud sobre la libertad y, por lo tanto, sigue siendo una decisión libre. Nuestro deber simplemente es garantizar que nadie tenga por qué ser esclavo, no ir prohibiendo los distintos oficios o prácticas que tengan, hoy día, similitudes con la esclavitud.



Si Proudhon basa todos sus argumentos en la propiedad de la tierra y afirma que la injusticia del arrendamiento es que la tierra no la creó él, eso no supone que Proudhon afirmara que si la fábrica la ha creado él sea legítimamente suya y sus obreros asalariados. Lo supones tú, y el resto de anarcoindividualistas norteamericanos que citas. Por tanto, no has demostrado que no tengo idea, sino que es una lectura sesgada.
Si te fijas, todo eso que dije fue precedido de "Proudhon, a pesar de propugnar la propiedad usufructuaria [...]". Es decir, estoy de acuerdo en que Proudhon creía en eso, solo digo que los anarcoindividualistas norteamericanos -que también son mutualistas-, observaron las contradicciones de esa forma de propiedad e hicieron modificaciones, con la seguridad que tenían, además, en que un auténtico libre mercado proporcionaría por el emprendimiento lo que la propiedad proudhoniana -literal- hubiera obtenido por la violencia: los medios de producción en manos de sus trabajadores.

Al parecer, el mismo Proudhon hizo esas modificaciones en vida, por lo que no es nada ajeno al mutualismo ni a su creador.


Pablo (A) ha pedido en repetidas ocasiones citas de pensadores mutualistas que defendieran la propiedad privada absoluta, y no las habéis dado hasta ahora. El ejemplo del herrero que crea yunques y los alquila no me parece comparable para nada con el propietario que hereda la fábrica, veo una contradicción fuerte.
Pablo (A) ha pedido citas de Proudhon, y yo no las puedo dar porque no las tengo. Digo "al parecer" porque lo he leido a varios usuarios del foro, para mí fiables, pero no lo empleo como argumento de nada. Tucker, por ejemplo, dice aquello que te comento con el ejemplo del herrero, que producto y capital no son dos clases distintas de riqueza sino la misma riqueza en distintas condiciones, y asigna a Proudhon ese pensamiento también:

Marx, como hemos visto, resolvió el problema al declarar al capital una cosa diferente del producto, y mantener que el capital pertenecía a la sociedad, que debe ser capturado por ésta y empleado para el beneficio de todos por igual. Proudhon, por el contrario, despreció esta distinción entre capital y producto. Mantuvo que capital y el producto no son diferentes clases de riqueza, sino simplemente condiciones o funciones alternativas de la misma riqueza; que toda la riqueza sufre una incesante transformación de capital a producto y, nuevamente, de producto a capital, que este proceso se repite interminablemente, que capital y producto son términos puramente convencionales; que lo que es producto para un hombre inmediatamente se convierte en capital para otro, y viceversa [...]

http://www.banderanegra.canadianwebs.com/tucker.html

Este párrafo sirve claramente para comprobar que Tucker no creía en la expropiación, de Proudhon no estoy tan seguro, aun estoy esperando la cita, aunque Tucker también le asigna ese pensamiento (que durante gran parte de su vida, estoy de acuerdo contigo, no tuvo).

De todos modos, y dado que se pretende identificar "propiedad privada absoluta" con "propiedad privada actual" me desmarco absolutamente de ese término. En primer lugar, porque la propiedad exclusiva de la tierra es un monopolio que no comparto en absoluto, y en segundo lugar porque muchas de las "propiedades privadas" actuales, como puede ser el caso de grandes corporaciones cercanas al Estado, son fruto del robo. A pesar de llevar tal título, yo las expropiaría como bienes ilegítimos que son.

Por otra parte, el herrero elabora los yunques, el industrial no pone los ladrillos ni fabrica las máquinas. Tal vez podríamos discutir sobre un pequeño taller con varios empleados, pero el ejemplo de la fábrica no tiene que ver con el herrero.
Un tendero que contrata por primera vez a un empleado tampoco fabricó los 20 m2 de ampliación de su local y las herramientas añadidas; todo eso lo pagó con el dinero que le dio su trabajo, ¿es entonces la propiedad del tendero ilegítima, a pesar de haber nacido toda de su trabajo? ¿tiene alguien derecho a impedirle que alquile una parte de su local a otra persona, y le cobre intereses? La situación es la misma, solo que ampliada. En el caso de un industrial, habría que ver si quien le cede la fábrica la adquirió honestamente o por el robo: si es el primer caso, tampoco hay objeciones.
Por supuesto, podremos objetar que esa no es la sociedad que queremos, que es la misma mierda que ahora, etc. Pero si existe completa libertad para comerciar, producir y en definitiva crear riqueza, le será muy difícil extraer algún interés al tendero de su nuevo empleado.
"El congreso [de Bruselas de la AIT de 1868] declara:

1. Que la producción (el productor) únicamente puede conseguir la posesión de las máquinas mediante las asociaciones cooperativas y una organización de crédito mutuo. [...]".

Avatar de Usuario
Jorge.
Mensajes: 15677
Registrado: 22 Dic 2003, 22:35

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por Jorge. » 07 May 2008, 15:39

Aquiles escribió:Un tendero que contrata por primera vez a un empleado tampoco fabricó los 20 m2 de ampliación de su local y las herramientas añadidas; todo eso lo pagó con el dinero que le dio su trabajo, ¿es entonces la propiedad del tendero ilegítima, a pesar de haber nacido toda de su trabajo? ¿tiene alguien derecho a impedirle que alquile una parte de su local a otra persona, y le cobre intereses?
Pues claro que es ilegítimo todo eso. Qué cosas preguntas. El salario es la esclavitud, y la propiedad el robo. ¿No lo sabíais?

Avatar de Usuario
regan
Mensajes: 2833
Registrado: 16 Dic 2005, 17:18

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por regan » 07 May 2008, 15:46

Telmo escribió: Es duro, pero nadie tiene derecho a obligarme a dar si yo no quiero dar.
jorge escribió: Sí. Claro que tienen derecho a obligarte. Por eso los ricos crearon el Estado, para defenderse de los pedigueños. Esto no es que lo diga yo, ¿eh?, está bastante documentado.
juego, set y partido
mira lo que ha hecho
la guarra de tu hija

Avatar de Usuario
Paria
Mensajes: 2157
Registrado: 28 Oct 2005, 15:24
Ubicación: Totalmente desubicada
Contactar:

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por Paria » 07 May 2008, 15:55

Aquiles escribió:Kropotkin abogaba por la supresión del asalariamiento, claro, pero antetodo era anarquista y no podía oponerse a contratos entre individuos efectivamente libres. Mañana te pondré página y cita exacta, pero recuerdo que ponía el ejemplo de un industrial que se asentaba en una comuna y ofrecía dinero a los anarcocomunistas para que trabajaran para él. Kropotkin, en lugar de decir "expropiaremos a ese cabrón", dice lo mismo que nosotros: "no será necesario: los obreros podrán trabajar para sí mismos y nadie querrá venderse al industrial". El Príncipe sí era anarquista. :wink:
De nuevo estás mintiendo. Kropotkin era un gran partidario de la expropiación masiva, ¿a quién quieres engañar? En tu vida has leído La conquista del Pan, a no ser que hayan pasado una "adaptación libre" libertariana por internet. Es mas, pienso que jamás has leído a Kropotkin, ni a otros anarquistas, aunque puede que como mucho lo hayas hecho en la sección de "antiliberales" de liberalismo.org.

Avatar de Usuario
Aquiles
Usuari@ Expulsad@
Mensajes: 564
Registrado: 01 May 2006, 21:27

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por Aquiles » 07 May 2008, 16:01

acaparar bienes que no necesito mientras los demás se mueren de hambre a mi alrededor es mutualismo
No, eso es demagogia. Lo que garantiza el mutualismo es que nadie se morirá de hambre.




Por cierto, Paria, aquí tienes la cita prometida (La Conquista del Pan, capítulo La Expropiación y, en mi edición, página 42):

"'Sea -nos dirán-, pero de fuera os vendrán los Rothschilds. ¿Podreis impedir que un individuo que haya acumulado millones en China, vaya a establecerse entre vosotros, que se rodee de servidores y trabajadores asalariados, que los explote y se enriquezca a costa de ellos? No podeis hacer la revolución en toda la tierra a la vez. ¿Vais a establecer aduanas en vuestras fronteras para registrar a quienes lleguen y apoderarse del oro que traigan?'
¡Habría que ver: policías anarquistas disparando contra los pasajeros!
Pues bien; en el fondo de este razonamiento hay un error, y es que nadie se ha preguntado nunca de dónde proceden las fortunas de los ricos. Un poco de reflexión bastaría para demostrar que el origen de esas fortunas está en la miseria de los pobres. Donde no haya miserables, no habrá ya ricos para explotarlos."

...Y eso es exactamente lo que pensamos al respecto, solo que sin expropiar.
"El congreso [de Bruselas de la AIT de 1868] declara:

1. Que la producción (el productor) únicamente puede conseguir la posesión de las máquinas mediante las asociaciones cooperativas y una organización de crédito mutuo. [...]".

Avatar de Usuario
Aquiles
Usuari@ Expulsad@
Mensajes: 564
Registrado: 01 May 2006, 21:27

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por Aquiles » 07 May 2008, 16:03

Paria escribió:
Aquiles escribió:Kropotkin abogaba por la supresión del asalariamiento, claro, pero antetodo era anarquista y no podía oponerse a contratos entre individuos efectivamente libres. Mañana te pondré página y cita exacta, pero recuerdo que ponía el ejemplo de un industrial que se asentaba en una comuna y ofrecía dinero a los anarcocomunistas para que trabajaran para él. Kropotkin, en lugar de decir "expropiaremos a ese cabrón", dice lo mismo que nosotros: "no será necesario: los obreros podrán trabajar para sí mismos y nadie querrá venderse al industrial". El Príncipe sí era anarquista. :wink:
De nuevo estás mintiendo. Kropotkin era un gran partidario de la expropiación masiva, ¿a quién quieres engañar? En tu vida has leído La conquista del Pan, a no ser que hayan pasado una "adaptación libre" libertariana por internet. Es mas, pienso que jamás has leído a Kropotkin, ni a otros anarquistas, aunque puede que como mucho lo hayas hecho en la sección de "antiliberales" de liberalismo.org.
Lo he leido, y no solo La Conquista del Pan...y además los leí como anarcocomunista. :P

Pero bueno, ahí tienes la cita, ya comentarás.
"El congreso [de Bruselas de la AIT de 1868] declara:

1. Que la producción (el productor) únicamente puede conseguir la posesión de las máquinas mediante las asociaciones cooperativas y una organización de crédito mutuo. [...]".

nihilo
Usuari@ Expulsad@
Mensajes: 941
Registrado: 08 Nov 2005, 03:14

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por nihilo » 07 May 2008, 16:11

Yo creí que te preocupaba el bienestar de esos niños, pero ya veo el problema es de puritanismo moral. Si la chupa por gusto esta genial, pero si lo hace por dinero es el peor de los males. Mucha mierda se ha vertido sobre nosotros por no estar a favor de la prohibición de la prostitución infantil en el tercer mundo. Se ha dicho que estamos a favor de esa atrocidad. y no es eso. Desde luego que no, pero no hay que pensar mucho (solo hay que aclarar la mente y dejarse de sentimentalismos que nos impidan ver las cosas) para darse cuenta que quien lo hace en esos países es por una desesperación absoluta, porque realmente lo necesita, y que prohibirle hacer esto no va a hacer desaparecer el problema, si no que lo va a empeorar, ya que esos menores que se prostituyen deberán de lidiar con los perros de presa del gobierno, al final tendrá que estar bajo el control de alguna mafia y en general sus "condiciones laborales" empeoraran de forma considerable. No caigamos en el error estatista de creer que por prohibir una actividad esta va a desaparecer, no creo que haya mejor ejemplo que la llamada guerra contra las drogas.

Nadie cree que eso este bien, ni mucho menos, pero cerrar los ojos a la realidad no hará que esta cambie lo siento. No soy un útopico, soy una persona extremadamente realista, por eso soy anarquista.
Alguien que piensa en el bienestar del pueblo -para que se desarrolle por su cuenta y vea por sus medios, por penosos que sean, cómo alcanzar la libertad- y no en los complejos de culpa de los intelectuales progresistas, que muy poco han de hacer por ellos.
Última edición por nihilo el 07 May 2008, 16:15, editado 1 vez en total.
La pedagogía no ha de pretender civilizar a los hombres, sino formar personas libres, caracteres soberanos y la voluntad, tan duramente oprimida hasta ahora, no debe debilitarse más. Max Stirner

Avatar de Usuario
regan
Mensajes: 2833
Registrado: 16 Dic 2005, 17:18

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por regan » 07 May 2008, 16:13

La conquista del pan:
"La expropiación debe comprender todo cuanto permita apropiarse el trabajo ajeno. La fórmula es sencilla y fácil de comprender.

No queremos despojar a nadie de su gabán, si no que deseamos devolver a los trabajadores todo lo que permite explotarlos, no importa a quién. Y haremos todos los esfuerzos para que, no faltándole a nadie nada, no haya ni un solo hombre que. se vea obligado a vender sus brazos para existir él y sus hijos.

"Quiérase o no, así entiende el pueblo la revolución. En cuanto haya barrido los gobiernos, tratará, ante todo, de asegurarse un alojamiento sano, una alimentación suficiente y el vestido necesario, sin pagar gabelas.

Y el pueblo tendrá razón. Su manera de actuar estará infinitamente más conforme con la ciencia que la de los economistas que hacen tantos distingos entre el instrumento de producción y los artículos de consumo. Comprenderá que precisamente por ahí debe comenzar la revolución, y echará los cimientos de la única ciencia económica que puede reclamar el título de ciencia, y que pudiera llamarse estudio de las necesidades de la humanidad y medios económicos de satisfacerlas."
mira lo que ha hecho
la guarra de tu hija

El Hombre Guillotina
Mensajes: 129
Registrado: 25 Feb 2008, 20:11

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por El Hombre Guillotina » 07 May 2008, 16:15

[Pondré mi respuesta a los efluvios capitalistas en varios “fragmentos”, pues no quiero que como paso antes nadie haya rebatido una sola línea.]


Dad mi “promesa” de no intervenir más en este tema por “rota”, prefiero quebrantar una “promesa” públicamente, ante los demás, que quebrantar la fidelidad que me debo a mi mismo.

Soy el primero que se opone a vuestra “expulsión”, no por lo que “sois” ideológicamente, en cuyo terreno -y lo digo sin ninguna acritud- vuestras premisas me causan las más sincera repugnancia -espero que la nausea sea reciproca-, si no porque nunca apoyaré la expulsión de nadie, sea loco o cuerdo, fantoche o pretendido sabio.

Pero lo que es innegable es que no es licito reclamar vuestro derecho a “intoxicar el ambiente” sin recibir mi parte correspondiente de “humo y toxinas”.

Esto no es general, excluyo a los que con su comportamiento y su sensibilidad se han demarcado de estos “capitalistas”. Eso si, a los que condenáis la autoridad, también cuando esta se esconde detrás de la sombra del capital, igual que si se escondiera detrás del más “obrero de los soviets”, os rogaría que rompierais amarras, que trazarais una línea divisoria, que ratifiquéis vuestras marcadas diferencias e impidáis que se os siga relacionando y empotrando contra los que quieren encubrir la autoridad de siempre bajo una formula vetusta como si fuera un invento nuevo. Bien es verdad que, si nos os conocías antes, podéis haber hecho “causa común” porque se os metió en el mismo saco, quizás eso fuera un error inicial que debería haberse cuidado cuando se abordó el tema, pero vuestra actitud posterior, “confundiéndoos”, “mimetizándoos”, no ha ayudado en nada… purgar de vuestro lado a quienes en pos de un nuevo fetiche, llámesele Estado, Capital o “Comité Supremo”, pretenden dominar la libertad, la producción y el consumo de la gente. Si sois mutualistas decidlo alto, si sois “individualistas económicos” también, si odiáis el Capitalismo, como antes lo hicieron Proudhon y Tucker, pues adelante, pero no os mezcléis con los nuevos enyugadores de las energías individuales y colectivas.

El Mutualismo de Proudhon y el Individualismo de Tucker no tienen nada que ver con el Capitalismo. El primero, en su ¿Qué es la Propiedad? de 1840, llegaba a bosquejar como factible -aún postergándola a tiempos más halagüeños- la “abolición del dinero”, y la sustitución del “bono moneda”, por el producto integral intercambiado de forma directa, calculando el “valor de cambio” de acuerdo al “valor de uso” (junto no solo a la “utilidad”, sino a las personas que habían colaborado en la producción -pues según Proudhon la “plusvalía” que a los economistas se les había olvidado señalar era la que guardaba relación con el número de “fuerzas colectivas empleadas”, pues se paga el “salario” de un obrero en solitario, sin tener en cuenta que él solo no podría levantar un pesado “obelisco”- además de, paralelamente a Warren, cierta cuantificación del “tiempo”) y en base a eso se sabía cuantas “sillas correspondían a tantas mesas”. El 48 y su Revolución, su oposición a los Talleres Nacionales, le hizo bosquejar algunas medidas prácticas, y fue para tal acontecimiento (su propuesta parlamentaria del “Banco del Pueblo”) para lo que adecuó, paulatinamente, el concepto de “propiedad”, sin que el tema del salario, o la “obtención retributiva de lo producido”, distara mucho de los “colectivistas” posteriores.

Sin embargo, he aquí una muestra de lo expuesto, de su “mutualismo integral”, de su primera gran “memoria”, un opúsculo de “consumo masivo”, el primer aporte socialista contemporáneo que establece que solo la “propiedad” sobre lo trabajado garantizará la manutención y el futuro de los trabajadores, desacralizando el salario capitalista como fuente de “subsistencia proletaria”, propugnando la “abolición de la propiedad privada” sustituyéndola por la “propiedad colectiva”, solo que ajena a cualquier “sistema comunista”, pues lo distribuido responde a la “posesión” individual (usufructo) por la “sociedad federada de los obreros”… como veis no me baso en burdas simplificaciones o “frasecitas sesgadas”, especialmente para quiénes clamáis por la falaz y liberticida idea de “la esclavitud voluntaria”, atentos a las palabras que dedica al respecto, también las que inserta en el lomo del capital como ficticio “creador” y sobre todo a la demolición de la “propiedad privada”… Dejad de invocar el nombre de Proudhon si antes por lo menos no os habéis molestado en conocer sus planteamientos

“Jamás se hubieran desposeído, ni aniquilado, ni enriquecido unos a costa de otros: es el derecho del más fuerte el que ha consumado el acto del despojo.

También por el derecho del más fuerte, el industrial consigue en los salarios la reducción que quiere, y el comerciante rico y el propietario aprovisionado venden sus productos al precio que les place. El industrial dice al obrero: -Eres dueño de prestar en otra parte tus servicios y yo también soy libre de aceptarlos; te ofrezco tanto. El comerciante dice a sus clientes: Sois dueños de vuestro dinero como yo lo soy de mi mercancía; o tomarla o dejarla; quiero tanto por ella. ¿Quién cederá? El más débil.

Por tanto, sin la fuerza, la propiedad sería impotente contra la propiedad, ya que sin la fuerza no podría acrecentarse por la aubana. Luego, sin la fuerza, la propiedad es nula […]

La causa primera de la paralización comercial e industrial es, por tanto, el interés de los capitales, ese interés que la antigüedad designó con el infamante nombre de usura cuando sirve para pagar el precio del dinero, pero que nadie se ha atrevido a condenar bajo las denominaciones de alquiler, arriendo o beneficio, como si la especie de las cosas prestadas pudiese nunca legitimar el precio del préstamo, el robo […]

Quien trabaja se convierte en propietario. Este hecho no puede negarse, con arreglo a los principios actuales de la economía política y del derecho. Y al decir propietario, no entiendo solamente, como nuestros hipócritas economistas, propietario de sus sueldos, de sus jornales, de su retribución, sino que quiero decir propietario del valor que crea, el cual sólo redunda en provecho del dueño.

Como todo esto se relaciona con la teoría de los salarios y de la distribución de los productos, y esta materia no ha sido aún razonablemente esclarecida, me permite insistir en ello; esta discusión no será del todo inútil a mi causa. Muchas gentes hablan de que se conceda a los obreros una participación en los productos y en los beneficios, pero esta participación que se reclama para ellos es pura caridad, simple favor. Jamás se ha demostrado, y nadie lo ha supuesto, que sea un derecho natural, necesario, inherente al trabajo, inseparable de la cualidad de productor hasta en el último de los operarios.
He aquí mi proposición: El trabajador conserva, aun después de haber recibido su salario, un derecho natural de propiedad sobre la cosa que ha producido.

El dinero invertido en jornales para los obreros apenas equivale a unos cuantos años de la posesión perpetua que ellos abandonan. El salario es el gasto necesario que exige el sostenimiento diario del trabajador. Es un grave error ver en él el precio de una venta. El obrero nada ha vendido; no conoce su derecho, ni el alcance de la cesión que hace al capitalista, ni el espíritu del contrato que se pretende haber otorgado con él…

[A continuación utiliza un ejemplo para demostrar lo argumentado, en el refleja como un grupo de obreros levantan de la nada un “pueblo”, dotado de todos los recursos, incentivados por las propuestas de un capitalista que a cambio les ofrece comida y salario, y después de dicha exposición ofrece a continuación sus conclusiones]

…¿Puede creerse que hay estómagos necesitados capaces de resistir a semejante oferta? Los más hambrientos siguen al que formula la proposición, y ponen manos a la obra; el atractivo de la sociedad, la emulación, la alegría, el mutuo auxilio, multiplican las fuerzas; el trabajo avanza visiblemente; se vence a la Naturaleza entre alegres cantos y francas risas; en poco tiempo el suelo está transformado; la tierra, esponjada, sólo espera la semilla. Hecho esto, el propietario paga a sus obreros, que se marchan agradecidos recordando los días felices que pasaron a su lado. Otros siguen este ejemplo, siempre con el mismo éxito, y una vez obtenido, los auxiliares se dispersan, volviendo cada uno a su cabaña. Sienten entonces estos últimos la necesidad de vivir: Mientras trabajaban para el vecino, no trabajaban para sí, y ocupados en el cultivo ajeno, no han sembrado ni cosechado nada propio durante un año. Contaron con que al arrendar su esfuerzo personal sólo podían obtener beneficio, puesto que ahorrarían sus provisiones, y viviendo mejor, conservarían aún su dinero. ¡Falso cálculo! Crearon para otro un instrumento de producción, pero nada crearon para ellos. Las dificultades de la roturación siguen siendo las mismas, sus ropas se han deteriorado, sus provisiones están a punto de agotarse, pronto su bolsa quedará vacía en beneficio del particular para quien trabajaron, puesto que sólo él ha comenzado el cultivo. Poco tiempo después cuando el pobre bracero está falto de recursos, el favorecido, semejante al ogro de la fábula, que huele de lejos su víctima, le brinda un pedazo de pan. Al uno le ofrece ocuparle en sus trabajos, al otro comprarle mediante buen precio un pedazo de ese terreno perdido, del que ningún producto puede obtener; es decir, hace explotar por su cuenta el campo del uno por el otro. Al cabo de veinte años, de treinta individuos que primitivamente eran iguales en fortuna, cinco o seis han llegado a ser propietarios de todo el territorio, mientras los demás han sido desposeídos filantrópicamente.

En este siglo de moralidad burguesa en que he tenido la dicha de nacer, el sentido moral está de tal modo debilitado, que -nada me extraña que muchos honrados propietarios me preguntasen por qué encuentro todo esto injusto e ilegítimo. Almas de cieno, cadáveres galvanizados, ¿cómo esperar convenceros si no queréis ver la evidencia de ese robo en acción? Un hombre, con atractivas e insinuantes palabras, halla el secreto de hacer contribuir a los demás a establecer su industria. Después, una vez enriquecido por el común esfuerzo, rehúsa procurar el bienestar de aquellos que hicieron su fortuna en las mismas condiciones que él tuvo a bien señalar. ¿Y aún preguntáis qué tiene de fraudulenta semejante conducta? Con el pretexto de que ha pagado a sus obreros, de que nada les debe, de que no tiene por qué ponerse al servicio de otro abandonando sus propias ocupaciones, rehúsa auxiliar a los demás en el cultivo de igual modo que ellos le ayudaron a él. Y cuando en la impotencia de su aislamiento estos trabajadores se ven en la necesidad de reducir a dinero su participación territorial, el propietario, ingrato y falaz, se encuentra dispuesto a consumar su expoliación y su ruina. ¡Y halláis esto justo! Disimulad mejor vuestra impresión, porque leo en vuestras miradas el reproche de una conciencia culpable más que la estúpida sorpresa de una involuntario ignorancia […]

¿Cuál es el fondo de explotación del que arrienda sus servicios? La necesidad que el propietario tiene de ellos y su voluntad, gratuitamente supuesta, de dar ocupación al obrero. De igual modo que en otro tiempo el colono tenía el campo por la munificencia del señor, hoy debe el obrero su trabajo a la benevolencia y a las necesidades el propietario; es lo que se llama un poseedor a título precario. Pero esta condición precaria es una, injusticia, porque implica una desigualdad en la remuneración. El salario del trabajador no excede nunca de su consumo ordinario, y no le asegura el salario del mañana, mientras que el capitalista halla en el instrumento producido por el trabajador un elemento de independencia y de seguridad para el porvenir.

Este fermento reproductor, este germen eterno de vida, esta preparación de un fondo y de instrumentos de producción, es lo que el capitalista debe al productor, y lo que no le paga jamás, y esta detentación fraudulenta es la causa de la indigencia del trabajador, del lujo del ocioso y de la desigualdad de condiciones. En esto consiste, especialmente, lo que tan propiamente se ha llamado explotación del hombre por el hombre.

Una de tres: o el trabajador tiene parte en la cosa que ha producido, deducción hecha de todos los salarios, o el dueño devuelve al trabajador otros tantos servicios productivos, o se obliga a proporcionarle siempre trabajo. Distribución del producto, reciprocidad de servicios o garantía de un trabajo perpetuo: el capitalista no puede escapar a estas alternativas. Pero es evidente que no puede acceder a la segunda ni a la tercera de estas condiciones; no puede ponerse al servicio de los millones de obreros que directa o indirectamente han procurado su fortuna, ni dar a todos un trabajo constante. No queda más solución que el reparto de la propiedad. Pero si la propiedad se distribuyese, todas las condiciones serían iguales, y no habría ni grandes capitalistas ni grandes propietarios […]

¿Qué puede quedar a esos hombres, si a medida que han creado han ido abandonando sus obras a los propietarios? Mientras el capitalista, bien asegurado, merced al concurso de todos los trabajadores, vive tranquilo sin temor de que le falte el pan ni el trabajo, el obrero sólo puede contar con la benevolencia de ese mismo propietario, al que ha vendido y esclavizado su libertad. Por tanto, si el propietario, fundándose en su sobra de producción y alegando su derecho, no quiere dar trabajo al obrero, ¿de qué va a vivir éste? Habrá preparado un excelente terreno y no lo sembrará; habrá construido una casa confortable y magnífica y no la habitará; habrá producido de todo y no disfrutará de nada.

Caminamos por el trabajo hacia la igualdad. Cada paso que damos nos aproxima más a ella, y si la fuerza, la diligencia, la industria de los trabajadores fuesen iguales, es evidente quelas fortunas lo serían también. Si como se pretende, y yo creo haber demostrado, el trabajador es propietario del valor que crea, se deduce:
1º. Que el trabajador adquiere a expensas del propietario ocioso. 2º. Que siendo toda producción necesariamente colectiva, el obrero tiene derecho, en proporción de su trabajo, a una participación en los productos y en los beneficios. 3º. Que siendo una verdadera propiedad social todo capital acumulado, nadie puede tener sobre él una propiedad exclusiva.

Estas consecuencias son irrebatibles. Sólo ellas bastarían para trastocar toda nuestra economía y cambiar nuestras instituciones y nuestras leyes. ¿Por qué los mismos que establecieron el principio rehúsan, sin embargo, aceptar sus consecuencias? ¿Por qué los Say, los Comte, los Hennequin y otros, después de haber dicho que la propiedad es efecto del trabajo, tratan a continuación de inmovilizarla por la ocupación y la prescripción?

Pero abandonemos estos sofistas a sus contradicciones y a su ceguedad. El buen sentido del pueblo hará justicia a sus equívocos. Apresurémonos a ilustrarle y a enseñar el camino. La igualdad se acerca; estamos ya a muy corta distancia de ella y no tardaremos en franquearla”


(Y estos son solo algunos ejemplos tomados a “vuela pluma”, las andanadas que dedica al respecto acabarían por ahogaros en papel)

Avatar de Usuario
Aquiles
Usuari@ Expulsad@
Mensajes: 564
Registrado: 01 May 2006, 21:27

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por Aquiles » 07 May 2008, 16:25

regan escribió:La conquista del pan:
"La expropiación debe comprender todo cuanto permita apropiarse el trabajo ajeno. La fórmula es sencilla y fácil de comprender.

No queremos despojar a nadie de su gabán, si no que deseamos devolver a los trabajadores todo lo que permite explotarlos, no importa a quién. Y haremos todos los esfuerzos para que, no faltándole a nadie nada, no haya ni un solo hombre que. se vea obligado a vender sus brazos para existir él y sus hijos.

"Quiérase o no, así entiende el pueblo la revolución. En cuanto haya barrido los gobiernos, tratará, ante todo, de asegurarse un alojamiento sano, una alimentación suficiente y el vestido necesario, sin pagar gabelas.

Y el pueblo tendrá razón. Su manera de actuar estará infinitamente más conforme con la ciencia que la de los economistas que hacen tantos distingos entre el instrumento de producción y los artículos de consumo. Comprenderá que precisamente por ahí debe comenzar la revolución, y echará los cimientos de la única ciencia económica que puede reclamar el título de ciencia, y que pudiera llamarse estudio de las necesidades de la humanidad y medios económicos de satisfacerlas."

1. La cita que pones de Kropotkin no invalida la cita que puse yo. Sé perfectamente que Kropotkin quería una expropiación generalizada de los instrumentos de trabajo y la tierra, pero en cuanto los trabajadores pudieran ser dueños de su trabajo -cosa que creía que únicamente se podía conseguir por la expropiación, mientras nosotros creemos que puede lograrse por la simple ausencia de Estado y lo que ello conlleva-, la expropiación perdía su sentido. Ahí queda patente la cita.

2. La libertad del pueblo, mal comprendida, es la esclavitud del individuo, y yo quiero la libertad del primero a través de la del segundo. Es el único modo anarquista de hacerlo.
Ya veo que tu concepto de justicia es dejar a la gente que haga lo que haga, caiga quien caiga. Lástima que hoy tenga cierto apego por la propiedad, y lo que quiera no sea destruirla sino conquistarla.
"El congreso [de Bruselas de la AIT de 1868] declara:

1. Que la producción (el productor) únicamente puede conseguir la posesión de las máquinas mediante las asociaciones cooperativas y una organización de crédito mutuo. [...]".

El Hombre Guillotina
Mensajes: 129
Registrado: 25 Feb 2008, 20:11

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas

Mensaje por El Hombre Guillotina » 07 May 2008, 16:29

Tucker, por su lado, inspirado en la “Tienda del Tiempo” de Warren (un local donde Josiah, que además era inventor, se encargaba de que la gente intercambiara directamente, sin que fuera imprescindible el uso del dinero, sus productos y manufacturas, estableciendo el valor en función de “el tiempo que hubieran tardado en elaborarlos”, así 5 horas para un par de zapatos era equivalente a 10 platos de cerámica hechos en las mismas 5 horas), y también en el Mutualismo, no concibió, en contra del “primer” Proudhon, la propiedad sobre los medios de producción como una cuestión de “sesión” de la sociedad que, en función de sus profesiones o preferencias laborales, estos reclamaban y obtenían en “usufructo”. Él, como Paine y Jefferson, concebía la propiedad privada como una garantía contra el Estado. Sin embargo, como demuestran todas sus diatribas contra el Capitalismo, especialmente en la comparativa que realiza con el titulo de “Socialismo de Estado y Anarquismo”, define que el Capitalismo que “conocemos y padecemos actualmente” encuentra su mejor representación en las “doctrinas marxianas”, pues él fue, precisamente uno de los que colaboró a darle el nombre de “Capitalismo de Estado” al “marxismo”, igualando la “usura y salvaje especulación y carestía capitalista” y su absorción de las voluntades individuales con las que realizaría “la autoridad comunista si esta llegara a concretarse”, demostración más que suficiente de la poca estima que le tenía al sistema Capitalista, es decir, al Capital como preeminencia dotada de una categoría superior, y no como un elemento coadyuvado al Trabajo.

En un texto que, en este foro, se ha mencionado mucho, pero del que solo los Anarquistas anti-capitalistas han sabido extraer reflexiones e interpretaciones, se define la postura de Marx, Warren y Proudhon (interpretándolas muy libremente) para, por medio de dicho contraste, poder exponer su propio punto de vista, en el texto que ya se ha citado:

“Del principio de Smith de que el trabajo es la verdadera medida del precio -o, como lo expresó Warren, que el costo es el límite apropiado del precio- estos tres hombres extrajeron a las siguientes conclusiones: que el salario natural del trabajo es igual a su producto; que este salario, o producto, es la única fuente legítima de ingresos (dejando de lado, por supuesto, los regalos, las herencias, etc.); que todos los que derivan ingresos de cualquier otra fuente lo sustraen directa o indirectamente del natural y justo salario del trabajo; que este proceso de substracción generalmente toma tres formas, - interés, renta y lucro; que estas tres formas constituyen la trinidad de la usura, y son simplemente diferentes métodos de imponer un tributo por el uso de capital; que siendo el capital simplemente trabajo almacenado que ha recibido ya su pago completo, su uso debe ser gratuito, bajo el principio que el trabajo es la única base del precio; que el prestamista de capital se merece el retorno intacto de la cantidad que prestó, y nada más; que la única razón por la cual el banquero, el accionista, el terrateniente, el fabricante, y el mercader están capacitados para extraer usura desde el trabajo yace en el hecho de que están respaldados por privilegios legales o monopolios, y que la única manera de asegurar que el trabajo reciba el salario natural -es decir, su producto íntegro- consiste en derribar los monopolios […]

Cuando Warren y Proudhon prosiguieron su búsqueda de justicia para el trabajo y se enfrentaron cara a cara con el obstáculo de los monopolios de clase, se dieron cuenta de que esos monopolios se basaban en el principio de Autoridad, y concluyeron que lo que había que hacer no era fortalecer la Autoridad y, por lo tanto, crear un monopolio universal, sino desenraizar por completo la Autoridad y dar rienda suelta al principio opuesto, el de la Libertad, haciendo a la competencia, antítesis del monopolio, universal. Vieron en la competencia el gran nivelador de los precios hasta alcanzar el costo de producción del trabajo, en lo que coincidían con los economistas clásicos. En ese momento, la cuestión que naturalmente se presento ante ellos fue ¿porqué los precios no coinciden con el costo del trabajo?; ¿donde se generan los espacios para adquirir ingresos fuera del trabajo?; en una palabra, ¿porque existen el usurero, el receptor de intereses, renta, y lucro? La respuesta fue encontrada en el actual desequilibrio de la competencia, en su carácter unilateral. Descubrieron que el capital ha manipulado la legislación para permitir una competencia ilimitada en el suministro de la fuerza de trabajo, manteniendo los salarios de hambre o en un puro nivel de subsistencia; que una gran competencia es permitida en el suministro del trabajo de distribución, o el trabajo de las clase mercantil, manteniendo así, no los precios de los bienes, sino el lucro que los mercaderes derivan de esos bienes muy próximo a la justa recompensa por el trabajo de esos mercaderes; pero que, por el contrario, no se permite casi ninguna competencia en el suministro de capital, de cuyo apoyo dependen tanto el trabajo productivo como el distributivo para su poder adquisitivo, manteniendo así la tasa de interés del dinero, el alquiler o renta de viviendas y bienes inmuebles y el alquiler o renta de la tierra a un precio tan alto como las necesidades de la gente puedan soportarlo […]

(Y he aquí la declaración de intenciones de su revista)

El Estado, que rebaja al hombre, prostituye a la mujer, corrompe al niño, pisotea el amor, ahoga el pensamiento, monopoliza la tierra, limita el crédito, restringe los intercambios, aumenta el poder del Capital ocioso y, a través de los intereses, las rentas, el lucro y los impuestos, roba sus productos al trabajo duro y honesto.

Cómo el Estado hace estas cosas y cómo se le puede impedir hacerlas es lo que Liberty se propone mostrar con más detalle a medida que avance en la prosecución de sus objetivos. Baste por ahora con decir que el monopolio y el privilegio deben ser destruidos, que la oportunidad existe y que el reto nos anima. Este es el trabajo de Liberty y "¡Abajo la Autoridad!" su grito de guerra.”

Como ya se ha señalado el propio Tucker deslegitimo e invalido las aseveraciones más cerradas de dicho texto, incluso aquellas que servían como puntales de sus argumentos (publicación que por cierto Aparicio en el muy poco mencionado “En lugar de un Libro”) sin embargo, ¿Qué nos quería decir Tucker con esto y aún con muchas otras cosas? Para él, originariamente, el Capitalismo se asentaba sobre cuatro distintos monopolios de clase: “el monopolio del dinero, el monopolio de la tierra, el monopolio de los aranceles o tarifas, y el monopolio de las patentes”

El primero es el que establecen los propietarios, en connivencia con el estado, que controlan determinados “medios de producción” y “bienes de consumo”, por medio de: “tasas de interés, el precio de los alquileres de las casas y edificios, y los precios de los bienes y mercancías en general”, banca incluida, y demás medios de usura.

El segundo es el que se establece sobre los “medios de producción” agrícola, en beneficio esta vez de los intereses “rentistas”.

El tercero son los impuestos estatales que castigan a los que producen en a un “precio más bajo” para impedir que se abarate y “facilite” el acceso a los mismos.

Y el cuarto es el que se establece sobre avances tecnológicos y la “propiedad intelectual”.

Muchos Anarquistas posteriores han aplaudido, sin hacer demasiado hincapié en ningún carácter obsoleto, la simplificación que Tucker hizo con su dedo acusador de los citados monopolios, pero ¿Cómo se plantea superarlos? He aquí el problema…

Para él tanto el Capital como el Producto, y todos los derivados del Trabajo deben pertenecer a los propios trabajadores (consiguiendo así invalidar el papel falsamente prioritario del Capital como “fuente de riqueza”, y por tanto la principal premisa de los defensores del Capitalismo, que aún reconociendo -pues no hay que presumir que sean inmanentemente estúpidos- que la producción depende del Trabajo, creen sin embargo que es el Capital y su acumulación, la piedra angular del desarrollo económico, trasfiriéndole, por tanto, el valor real que ostenta lo producido, al valor ficticio y representativo de lo almacenado, es decir, como si consideráramos que un campo de trigo dorado y la cosecha que, gracias al trabajo, este produce valiera menos que la adjudicatura por medio de una representación simbólica de origen legal (fuerza coactiva) que un individuo haya podido comprar y arrogarse).

La Idea de que tanto el Capital como el Trabajo deben pertenecerle a los productores ya fue lanzada por Bakunin, así nos habla en su discurso de Basilea para la AIT: “Queremos también la igualación de los derechos políticos y socioeconómicos de las mujeres y los hombres, y queremos que la tierra pertenezca a las comunidades agrícolas que la trabajen y el capital y los instrumentos de producción a los obreros, unidos en asociación.”

Y en la compilación de artículos de Maximoff: “Restitución total a los trabajadores: todo el capital, las fábricas, y todos los instrumentos de trabajo y materias primas deben ir a los trabajadores, y la tierra a los que la cultivan con sus propias manos”.

Exactamente las mismas palabras que Tucker, la abolición del Capitalismo, mediante la subordinación del Capital a la voluntad de los productores, el “trasvase” del Capital ostentado por los monopolistas a manos obreras, la destrucción del Capital monopolizado por las “elites de clase”, a favor de “socializar sus efectos y hacer su uso beneficioso para todos en lugar de un medio para empobrecer a muchos y enriquecer a unos pocos”.

Sin embargo, y como ya hemos dicho la fractura se inicia 1º cuando se plantea como llevar esto a la practica, y 2º cuando Tucker quiere realizar tan proyecto mediante la “propiedad privada” ejercida por los productores, y el resto de Anarquistas mediante la “propiedad colectiva”, socializando no solo los “efectos” sino también “las causas”.

Contrariamente a lo que se piensa los anarco individualistas económicos de la línea Tucker no eran “asociales”, ha diferencia de muchos anarco individualistas filosóficos que existía en Europa, así nos hablaba Tucker: “[Lo que plantean los Anarquistas] es una cuestión de conveniencia, de conocimiento, de ciencia; de la ciencia de vivir juntos, la ciencia de la sociedad. La historia de la humanidad no ha sido sino el descubrimiento largo y gradual del hecho de que el individuo es beneficiado por la sociedad exactamente en la misma proporción en que la sociedad es libre y de la ley que señala que la condición de una sociedad estable y armoniosa es la mayor cantidad de libertad individual compatible con la igualdad de la libertad”.

Aún creyendo en la “solidaridad” erró, desde mi punto de vista, el “tiro” estrepitosamente en cuanto a la praxis que ofrecía como solución para la cuestión económica. Su propuesta: La Competencia…

Él creía que la Competencia, practicada por todos los individuos detentadores en adelante del propio capital, puesto ahora al servicio de las personas, y convertido en producto del trabajo de los obreros, reduciría y mitigaría los efectos y desigualdades que él mismo Capital provoca cuando solo existe en su forma monopolística, pues piensa que se garantiza, en la confrontación, la bajada constante del importe del consumo para que este pueda ser accesible a los salarios, dinámica que no puede pararse hasta que, textualmente: “se alcance un precio de costo, o sea, libre de usura”.

Propone así: “la destrucción de estos monopolios y su sustitución por la más libre y amplia competencia”, el actual sistema Capitalista quedaría “barrido”, pues el capital sería solo una “causa-efecto” incapaz de “reproducir cosas negativas”, al verse supeditado al arbitrio de todos y cada uno.

Como vemos no era capitalista tal y como proponen nuestros interlocutores, cosa distinta es que sus planteamientos, en vez de debilitar el monopolio capitalista, acabaran por reforzarlo. Él, tan celoso de la prioridad del Individuo, tan mirado por sus “derechos”, tan observador de su situación, se olvidó, sin embargo, de contemplar la singularidad, características especiales, circunstancias personales, necesidades diferenciadas y fuerzas irregulares de los propios Individuos. La idea de que todos los obreros parten de “iguales condiciones” si, teniendo los medios de producción a su alcance, se dedican a emplear la Competencia, como elemento presuntamente “igualador” de observada importancia, es absolutamente falsa, más cuando de lo que hablamos es de obtener alimentos y otras necesidades básicas. Imaginemos una regata en un río, y al final, en la meta, colgadas de la rama de un árbol, penden, de una rama que da al agua, 10 relucientes manzanas. Contamos con 5 participantes que deben tratar de cogerlas, la idea de Tucker, aún con la mejor de sus intenciones, es conseguir que todos puedan alimentarse (pues hay manzanas de sobra) y además que, esforzando por llegar antes que los demás puedan conseguir tener acceso a una manzana “extra”. Para él es la propia dinámica de la competencia, el afán que tendrán todos por conseguir una manzana de más, el que impedirá que solo 1 pueda quedarse con las 10, pues todos pugnaran por conseguir su parte proporcional… para que tal cosa sea factible, el propone que todos inicien la carrera con idénticas piraguas, se les proporcionan así las piraguas igual de veloces. Comienza la carrera y termina la carrera, y el resultado es que 2 han llegado los primeros y se han repartido entre ellos las 10 manzanas ¿Por qué?... muy sencillo, se creía que dándoles a todos las mismas herramientas (medios de producción) podrían obtener los mismos resultados, se creía que la competencia les haría “esforzarse” para alcanzar simultáneamente la meta y repartirse en igualdad de condiciones las manzanas, se creía esta garantizaría que nadie pudiera acaparar más que los demás… ¡Craso Error!, aún teniendo los mismos medios ¿tenían todos la misma capacidad y disposición para utilizarlos?, ¿tenían todos las mismas necesidades?, ¿padecían todos las mismas circunstancias vitales?, No, ¿Como se pretendía entonces obtener resultados homogéneos de elementos dispares?, podría dárseles a todos el mismo tipo de piragua, pero mientras uno carezca de brazos, otro sea muy anciano para realizar tamaños esfuerzos y el otro, bien porque no sabía utilizar la embarcación, bien por que le parecía mezquino participar en dicho evento, y se negó a competir, no habrá “igualdad de condiciones”.

La igualdad no se basa en darle a “todos una misma cosa”, de lo contrario ¿Tendríamos que tener todos sillas de ruedas aunque no nos hicieran falta?, ¿Acaso en pos de una atención clínica igualitaria, deberíamos de recibir todos quimioterapia aún sin padecer ningún cáncer?, ¿O Acaso en pos de el equitativo acceso a los alimentos todos deberíamos estar obligados a comer carne aún sido muchos vegetarianos? La igualdad no es eso, la igualdad es que cada uno obtenga, según sus personales condiciones, aquello que necesite, la igualdad es tener acceso a aquello que me es imprescindible sin que nadie pueda impedírmelo aduciendo motivo discriminador alguno, la igualdad es saber con seguridad que, cuando en un futuro lo necesite, tendré el mismo acceso que los demás a las cosas que ahora no necesito.

La igualdad se basaba por tanto en darle a todos los competidores, no solo las mismas herramientas para llegar a las manzanas, sino las mismas posibilidades fácticas de alcanzarlas, y mientras se compita no todos tendrán las mismas posibilidades, mientras solo nos conformemos con poner en “común” los medios de producción, no todos podremos alcanzar los elementos necesarios para vivir, pues no todos compartimos la misma naturaleza para producir. Tucker se equivocó de forma absoluta, la solución para que todos puedan saciar igualitariamente sus necesidades básicas no es solo darles las mismas herramientas, pues nunca podrán utilizarlas de igual modo, ni hacerlos competir, pues tampoco nunca podrán hacerlo con igual eficacia, no solo había que entregar a los trabajadores los medios de producción, bien socializándolos, bien por medio de la “propiedad privada”, lo que había que poner en “común” no eran las piraguas, sino las manzanas, lo que hay que entregar a todos por igual no es solo los medios de producción sino el producto de lo que han elaborado, todos tienen que poder tomar aquellos bienes que necesiten para vivir, sin la prescripción de ningún Estado, ningún Comité, ninguna Ley, ningún Sistema, ninguna Propiedad, ni ninguna Competencia… es esa mi concepción del “Comunismo Libertario”.

Pero ¿Significa esto que Tucker sea un “Capitalista” como así lo reclaman sus “ilegítimos epígonos”? En modo alguno, el sistema de Tucker dista, aunque sea potencial, teórica, e intencionalmente, de lo propuesto por los Capitalismos. Si tuviera que retomar el ejemplo de antes para explicarlo, diría que la diferencia diametral con el Capitalismo estriba en que este no hubiera repartido iguales embarcaciones (medios de producción) para todos, contemplando así como algunos irían con lanchas, y otros en patera o simplemente nadando, a su vez el dueño de la lancha hubiera obligado al resto de participantes (conscientes de que sus embarcaciones, y circunstancias físicas, imposibilitan cualquier posibilidad de igualdad, y que por tanto han “perdido” de antemano) a convertirse en su tripulación, quedándose en la meta con 9 manzanas y ½ , y repartiendo la otra mitad entre ”su tripulación”… esto es el Capitalismo, una competencia imposible, amañada, y siempre, injusta, unos ostentan los medios de producción y aducen que “los demás también podrían tenerlos si quisiera”, solo deben “competir”, pero por supuesto solo unos pocos (monopolio de clase) tienen acceso a esos “medios de producción” que posibilitan la competencia, es hay donde se termina el Capitalismo y empiezan otras “hipótesis”, las que, como ya hemos repetido hasta la saciedad, alegan que se nos debe “permitir” adquirir en igualdad de condiciones dichas “herramientas productivas”, sin tener en cuenta que no todos tendríamos la misma posibilidad de producir al mismo ritmo competitivo.

Capitalismo como deliberada forma de engaño, e Individualismo insuflado de buenas intenciones que mientras se asiente en las premisas de la “competencia” y (desde mi punto de vista) la “propiedad privada” no hará más que desvirtuarse y hacerle el “caldo gordo” a los Capitalistas… a las pruebas de este foro me remito, seguro que entre esas dos opciones encontramos las más amplias gamas. Así que si, como parece, habéis leído a Tucker ¡Comprendedlo! O dejar compulsivamente de tajarlo.

Tucker comprendió “deficientemente” muchos de los planteamientos de Proudhon sobre comercio, salario y competencia, sin embargo, muchas propuestas posteriores a Proudhon acabaron por establecer nueva cuotas dentro del pensamiento radical en base a la “justa distribución” y la “igualitaria repartición de las riquezas”, que hicieron empequeñecer al pionero de Besaçon. Tucker en economía, aporto bastante de su genio, copio mucho (a veces “más mal que bien”) de Proudhon (sobre todo del último y más agotado), y con todo ello, sus aportes más importantes se hayan en los “filosófico”, fuera de su tan trillado terreno de la “economía”

Sus planteamientos críticos con el totalitarismo estatal marxista, contra “la usura capitalista y su aguijón monopolístico” (que el pensaba ver destruidos antes de morir, sufriendo una gran decepción, pues según sus propias palabras: “Los monopolios capitalistas, lejos de debilitarse, como yo auspiciaba, se han fortalecido como venenosas Hidras”), y su impugnación de la autoridad, nos siguen siendo hoy útiles, sin embargo, para muchos, sus conceptos económicos se han desdeñado, se ha percibido que podrían facilitar el establecimiento de nuevos privilegios y jerarquías, incluso, con su equívoco verbo, de una nueva “casta policial” (esas ideas de “forma una potencia grande y numerosa”, “alíate, y si hay millones detrás de ti, nadie podrá dañarte” parecen cogidas de Stirner, con la mala interpretación de establecer esto en base a supuestos “acuerdos voluntarios” en los que mediaba el “dinero” -rara forma de voluntariedad esa y más cuando es para contratar un “ejercito policial”-, pues al final todo se reducía a “la compra venta de la seguridad” como “una categoría económica más”, dependiente de las leyes de “la oferta y la demanda”).

Sin embargo, estos son, según mi propio criterio, los errores que cometió Tucker, ¿Hemos entonces de tirarnos de cabeza sobre ellos, abrazarlos ciegamente, y olisquear con nuestra nariz todo lo que haya enterrado, independientemente de que sea “trufas o piedras”, tan solo porque haya salido de la boca de Tucker? He ahí, permitidme que os diga, donde vuestro pretendido “halo anarquista” se desvanece. El Anarquismo, y lo repetiré una y mil veces, no impugna tal o cual sistema por mera pose, no niega a Estado por el simple hecho de negarlo, porque, sin más, este sea un “ente” merecedor de “odio”, lo niega porque encarna la Autoridad, ¿Podéis comprender que si yo condiciono la alimentación y libertad de la gente, su trabajo y su ocio, a mi voluntad, a la de “una asamblea” de obligado cumplimento, a la del Estado, o al número de horas que hayan trabajado, a las fuerzas con las que lo hayan hecho, a lo productivos que hayan sido, o al dinero con los que les obligo a laborar, y con el que después les permito comer, no estaré más que cometiendo un flagrante acto de Autoridad?

Cerrado