MUJERES ANARQUISTAS

Contra el sexismo y el patriarcado. Luchas por las libertades sexuales. Despatologización de la diferencia.
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mujeres.alasbarricadas
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Mensaje por mujeres.alasbarricadas » 15 Abr 2005, 01:06

ISABEL MESA DELGADO (CARMEN DELGADO PALOMARES*)

Una mujer que se atrevió a ser libre.

Nació en Ronda, el 30 de diciembre de 1913, en el seno de una familia obrera de tradición anarquista. Le brillan los ojos cuando dice: "soy hija, nieta y biznieta de anarquistas".

A los 11 años empezó a trabajar de costurera y a los 14 se trasladó a Ceuta, se afilió al Sindicato de Oficios Varios de la F.L. de la CNT en Ceuta, donde, por ser mujer, no fue fácil su integración. Al fin consiguió el carnet nº 1 de mujeres del Gremio de la Aguja. Ya allí su actividad sindical fue principalmente en la organización de las mujeres trabajadoras. Hubo una huelga en la Almadraba de Ceuta y la empresa trajo engañadas a unas mujeres "moras" que cobraban menos de la mitad que las "blancas", habló con ellas para que se unieran a la huelga y conseguir mejores condiciones para todas. Dice Isabel: "Se unieron a nosotras y en 24 horas ganamos la lucha". Y sigue contándonos: "En Ceuta teníamos un Ateneo Libertario donde se enseñaba a leer y a escribir a los obreros; también música, pintura, esperanto, naturismo... se hacían asambleas, se hablaba de la Revolución y de las ideas. Era una juventud bonita de verdad... lo primero que hicimos en el sindicato fue una biblioteca,... los carpinteros hicieron una vitrina y cada persona llevó los libros que pudo. En mi casa había bastantes libros, que llevamos también. Entonces empezamos a escribir pidiendo más libros. Si los que recibíamos estaban repetidos los repartíamos ¡Hicimos allí una biblioteca, chula de verdad!, poníamos bancos de madera porque no teníamos sillas", ella era la bibliotecaria con 15 años.

Ceuta y Tetuan cayeron el 16 de Julio de 1936 ante la sublevación fascista. La represión fue fortísima, hubieron miles de fusilados. Isabel estuvo activa en contra de los invasores, pero cuando fueron a detenerla tuvo que escapar hacia Marbella en el último "falucho" que salió junto con 12 hombres, de allí a Málaga hasta que fue también tomada.

En 1937 llega a Valencia y trabaja de enfermera hasta el fin de la guerra. Participó en el Congreso de Constitución de la Federación Nacional de Mujeres Libres en Valencia, septiembre 1937, llegando a ser Secretaria de la Agrupación Local de Valencia. Ella siempre dice: "la mujer siempre ha tenido que luchar mucho, no sólo teníamos que sembrar las ideas sino luchar contra algunos de los que estaban con nosotras sembrando". "La mujer y el hombre tienen que ir caminando juntos, buscando la libertad, codo con codo o cogidos de la mano".

A la derrota del 39, nunca se resignó a quedarse como clase subalterna relegada al hogar, como imponía el régimen franquista y siguió en la lucha, huye hacia el puerto de Alicante pero al no llegar el barco, marcha a Almería a pie. Luego a Málaga, donde en el año 1941 crea con otros compañeros el periódico clandestino El Faro de Málaga. Descubierta por la policía es procesada en rebeldía y condenada a dos penas de muerte.

Al estar perseguida, Isabel tuvo que cambiar su nombre varias veces, pero lo que más le dolió fue tener que abandonar su apellido MESA, seguirá en la lucha antifranquista con el nombre de Carmen Delgado.*

En Valencia, en el año 1942, junto con otras compañeras anarquistas, promueve la creación del colectivo de mujeres "Unión de Mujeres Demócratas", organización clandestina para ayudar a las personas presas y solidariamente a su familia y con actividades en contra de la dictadura.

Monta un quiosco, junto con Maruja Lara, compañera anarquista, inseparable, empeñada en las mismas luchas desde 1937, en la trastienda tenían la prensa anarquista. En el año 1956 es detenida y durante ocho días es torturada en la comisaria de la calle Samaniego de Valencia.

Posteriormente colaboró en la formación de colectivos libertarios como "Libre Estudio", la Federación de Pensionistas de la CNT, "Radio Klara" y el Ateneo Libertario "Al Margen" de Valencia. Fue miembro de Dones Lliures y de la Fundación Salvador Seguí de Valencia.

Aprendimos que es la anarquia de la mano de Isabel, no sólo por lo que nos contaba del período tan difícil que le tocó vivir y que afrontó con valentía, sino por su ejemplo en la vida cotidiana, siempre solidaria. En los últimos momentos nos seguía hablando de libertad, fraternidad..., nos pidió que la recordáramos como Isabel Mesa, que la envolviéramos con la bandera rojinegra y tod@s junt@s cantáramos "A las barricadas". Apretando nuestra mano, nos decía: "Os quiero a todos"

Su idea de lo que es el anarquismo, define toda su vida: "El anarquismo es una senda maravillosa, pero muy escabrosa. Pero hay que seguirla. Y una vez estás en ella no la puedes soltar, te envuelve, te embriaga,... El anarquismo es amor, libertad, igualdad, humanidad de todas las condiciones. ¡Ni fronteras, ni color, ni razas, ni banderas!... En el anarquismo no hay más que humanidad, sentimientos humanos, aspiramos a todo, a aquello máximo que se pueda llegar..."

Isabel fallecía el 25 de Febrero de 2002

Pilar Molina Beneyto

Pasaje al noroeste
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Mensaje por Pasaje al noroeste » 16 May 2005, 17:51

Aquí va una más:


SALUD BORRÀS SAPERAS (Barcelona 1872, París 1954)

"Anarquista y modista. Hija de Francesca Saperas y del desde antaño internacionalista Martí Borràs, secretario durante muchos años de la sección española clandestina de la I Internacional. Militó desde los diecisiete años en el movimiento anarquista. Menuda. morena y de vibrantes ojos negros, sufrió, desde muy joven, las graves consecuencias de los procesos represivos contra los militantes obreros acontecidos a finales del siglo XIX. Poco después del suicidio de su padre en la fortaleza de Montjuïc (1894) , fueron implicados en el proceso de Montjuïc (1896) su madre y su prometido, el también anarquista Lluís Mas, con el cual se casó dos horas antes de la ejecución para legalizar el hijo que esperaba de él. Su labor dentro del movimiento anarquista fue, como la de muchas mujeres anónimas, contribuir a crear la faceta humana y práctica del movimiento: hizo de correo con los presos, estableció los contactos con los comités en el tiempo de clandestinidad, enterró en secreto a sus muertos, practicó la solidaridad y la fraternidad hasta límites extremos: sostuvo con su trabajo a su madre y a su hermana Antonieta, cargada de hijos y viuda también de un anarquista asesinado en Montjuïc, Baldomer Oller, y abrió su casa a los perseguidos. Con uno de ellos, Octave Jahn, refugiado francés, se casó de nuevo. Hacia 1910 marchó a Méjico con su marido, héroe romántico que luchó y murió en la Revolución Mejicana. También en Méjico murió su hijo y poco después, hacía 1917, retornó a Catalunya. Fue entonces cuando pudo transmitir sus conocimientos prácticos de la historia del anarquismo a las nuevas generaciones de mujeres, y fue también entonces cuando Federica Montseny pudo llevar un ramo de flores a la anónima sepultura de los compañeros condenados a muerte en el proceso de Montjuïc. Sufrió la Guerra Civil y el exilio, y murió en el hospicio de la Salpetrière de París, donde vivía recogida."


Extraído de Martínez de Sas, María Teresa, i Pagés i Blanch, Pelai (coord.) (2000): Diccionari Biogràfic del moviment obrer als Països Catalans, Edicions Universitat de Barcelona, publicacions de l'Abadia de Montserrat.

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 07 Jun 2005, 11:18

HA MUERTO PEPITA CARPENA

El CIRA (Centro Internacional de Investigaciones sobre el Anarquismo) de
Marsella hace saber con tristeza el fallecimiento de Pepita Carpena el 5
de junio de 2005 en dicha ciudad.
Pepita nació en Barcelona en 1919, año de la huelga de la Canadiense.
Obrera anarquista, tomó parte en la Revolución española desde las filas de
la CNT, la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias y Mujeres Libres.
La victoria de Franco la obligó a exiliarse. En Marsella participará en
las actividades de la CNT y del CIRA, donde será la coordinadora entre
1988 y 1999.
Su vida militante está narrada en "Toda la vida", folleto editado en el
año 2000 por Ediciones Le Monde Libertaire y Alternativa Libertaria.

CIRA-Marsella
"No más derechos sin deberes, no más deberes sin derechos"

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Nikelona
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Mensaje por Nikelona » 11 Jun 2005, 01:10

Pepita Carpena, luchadora libertaria de Mujeres Libres


Pepita Carpena fue una de las promotoras de la agrupación Mujeres Libres, asociación que de 1936 a 1939 logró organizar en España a más de 20.000 mujeres obreras y campesinas de la zona republicana. Este hecho representa la actividad más importante que desde las mujeres y el feminismo se realizó en aquella época. Actualmente, la experiencia de Mujeres Libres de 1936 a 1939 sigue siendo un tema de gran interés para la investigación histórica, social y de género.

Pepita Carpena (Barcelona, 1919-Marsella, 2005) nos dejó el pasado domingo 5 de junio en Marsella, ciudad donde vivió desde que partió al exilio justo antes de que las tropas franquistas entraran en Barcelona.

Cuando escribía sobre Mujeres Libres se refería a la organización como feminista e insistía en que las mujeres que luchan en la actualidad no han de olvidar que otras mujeres ya habían luchado antes, bien desde su cotidianidad o desde grupos como Mujeres Libres; mujeres a las que no se les ha reconocido ni valorado esa lucha, no sólo por ser mujeres sino por ser obreras, campesinas, mujeres populares, esas mujeres que han sido nuestras bisabuelas, abuelas y madres.

El crear espacios de diálogo para que las mujeres obreras y campesinas pudieran expresar sus intereses, motivaciones y preocupaciones fue un elemento fundamental en las actividades en las que Pepita participó desde Mujeres Libres.

La importancia del diálogo y los acuerdos como base de la organización de todas las agrupaciones de Mujeres Libres cuestiona todas aquellas posturas que consideran que las mujeres populares no tienen capacidad de reflexión y autonomía para protagonizar y llevar a cabo sus propias iniciativas. Esta manera dialogada de organizarse fue una las principales causas de que desde Mujeres Libres se llegaran a organizar más de 20.000 mujeres obreras y campesinas.

Las mujeres con formación académica que se implicaron en Mujeres Libres lo hicieron desde una postura de igualdad. Potenciaron que fueran las mujeres trabajadoras las que dijeran qué querían, con el objetivo común de hacer oír las voces de las mujeres más silenciadas, para luego organizarse conjuntamente en función de los intereses manifestados por éstas. Este elemento también es clave para analizar cómo es posible que se organicen, por objetivos comunes, mujeres muy diferentes.

También la solidaridad es un valor manifiesto en las dinámicas de estas mujeres. Potenciaban que todas las mujeres podían aportar algo por la Revolución Social y las tareas de la retaguardia. La disposición a hacer lo que se necesitara en el momento que se necesitara y a aprenderlo si no se sabía hacer fue una respuesta solidaria, sobre todo con aquellas personas que estaban luchando en primera línea del frente contra los fascistas.

Finalmente, se creó una solidaridad femenina como respuesta alternativa a injusticias específicas por ser mujer. Esta respuesta también ha caracterizado las estrategias que han creado las mujeres populares. De esta manera, las mujeres se unen en redes femeninas para compaginar tareas como el cuidado de los hijos y las hijas, con el trabajo fuera de casa en las fábricas o el campo. Desde Mujeres Libres se organizaban turnos rotatorios para el cuidado de los niños y las niñas, guarderías y comederos populares.

El amor y la libertad también jugó un papel importante en el trabajo que se llevó a cabo desde Mujeres Libres. Pepita, como otras Mujeres Libres, insistió en la importancia de que las mujeres pudieran ser libres de elegir a su pareja, superando imposiciones tradicionales que antes las hubieran obligado a casarse con hombres que ellas no elegían. Para ellas el "amor libre" era que dos personas decidieran unirse libremente sin que nadie tuviera que dar permiso.Pepita insistía en la importancia de los sentimientos y el respeto entre las personas como base de un amor que haga a las personas libres.

Pepita Carpena fue una mujer que supo transmitir ilusión por la lucha por un mundo más justo, donde todas las mujeres, especialmente las más silenciadas, pudieran hacer oír sus voces y lucharan conjuntamente con el hombre por un mundo que nos hiciera a todas y a todos más libres. Tus palabras y tus acciones seguirán vivas entre todos/as nosotros/as.




LAURA RUIZ EUGENIO
EL PAÍS - Gente - 10-06-2005


(Laura Ruiz Eugenio es miembro del Centre Especial de Recerca en Teories i Practiques Superadores de Desigualtats del Parque Científico de Barcelona)

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 14 Jul 2005, 16:14

http://www.lahaine.org/articulo.php?p=8718&more=1&c=1

Manifiesto que leerá la CNT compostelana a modo de homenaje:

Estas mulleres eran anarquistas

Hoxe, dia 18 de Xullo de 2005, a Confederación Nacional do Traballo (CNT) reune-se de carón da escultura de duas mulleres compostelás para lles render homenaxe e lembrar a memória de todas aquelas persoas fusiladas, presas e represaliadas durante os cuarenta anos que durou a ditadura de Francisco Franco.

Apelidaban-se Fandiño Ricart. Elas, como os seus irmáns, pertencian à Confederación Nacional do Traballo. Alfonso, António e Manuel. Unha saga de anarco-sindicalistas composteláns. Un grupo de loitador@s a prol da xustiza social, de mellores condicións de traballo, dun mundo novo, e a solidariedade era a sua mellor defensa. Como hoxe, no século XXI, continua a reclamar e facer a CNT.

Detrás destas mulleres vestidas con roupas de cores rechamantes; baixo da apariéncia psicodélica e sobre o sorriso que vos poida producir tirar unha fotografia veraniega, tendes que saber que hai agochada moita dor, moito desacougo, moita represión, como en tantas e tantas famílias que tiveron que calar ou emigrar.

Sabede-o.

Cando a Guarda Civil e os encanallados falanxistas andaban a procura de Manuel Fandiño, que tivo que permanecer fuxido entre os anos 1936 e 1945, pasaban de cando en vez polo domicílio destas mulleres para que “cantaran” onde ficaba acubillado o seu irmán, e, elas, calaban e non aviaban cousa nengunha e non o denunciaban. En represália, os salvadores de “España” subian-nas ao monte Pedroso, nos arredores de Compostela, e alí as deixaban: às veces quitaban-lles o calzado, outras deixaban-nas meio espidas e canto menos nunha ocasión unha delas foi violada por “Dios y por España”.

Non estaban tolas. Non perderan a razón. Vestian e pintaban-se así como forma de protesta contra a sociedade levítica compostelá.

Sabede-o.

Maruxa e Corália, así se chamaban, pertencian a unha família de anarco-sindicalistas que sufriron a represión fascista.

Sabede-o.

Que as figuras que tanto vos divirten, das que tanto gostades e que as veces rañades con navallas representan unha Compostela humillada e ofendida: a Compostela da xente que perdeu todo no ano 1936 mais da que hoxe recuperamos a memória.

Fascismo Nunca Máis!.
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mujeres.alasbarricadas
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Mensaje por mujeres.alasbarricadas » 14 Jul 2005, 22:48

Sólo decir que desde hace poco en el Ateneo de esta página existe una sección dedicada a Mujeres Anarquistas. Está en proceso de construcción pero lo cierto es que, lamentablemente, es costoso encontrar biografías de estas mujeres, por no decir que muchas veces sólo se cuenta con un nombre y poco más. No dudéis en añadir si conocéis más...

Podéis visitarla aquí:

http://www.alasbarricadas.org/ateneo/mo ... narquistas

zoe
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Mensaje por zoe » 18 Jul 2005, 15:02

Tengo esto de ANA DELSO, leí su libro "300 hombres y yo" hace años, y hace unos tres días encontré esto de una tal Mariles: podreis saber algo más de ella y de sus textos, aqui os lo dejo. :wink:

La sencillez de lo extraordinario, Trescientos hombres y yo. Ana Delso
Amar es morir mucho pues cuanto más se quiere, más se muere. Son palabras extraídas de las memorias de Ana Delso "Trescientos Hombres y yo"; unas palabras que sorprenden porque, a través de las experiencias que narra, se descubre una mujer que sobrevive gracias a su gran capacidad para sentir amor.
Después de la fallida revolución española del 36, el éxodo de miles y miles de antifascistas hacia la frontera y su posterior exilio, pusieron de manifiesto la capacidad organizativa, la generosidad y el coraje de aquellos luchadores y luchadoras. Se han escrito muchas obras acerca de los campos de refugiados en Francia, de la rebeldía desplegada desde el exterior contra la opresión de los vencedores y de las torturas y muertes en las cárceles franquistas. Sin embargo, casi todas ellas han surgido de la pluma de los hombres y, por tanto, contemplan los hechos bajo un prisma masculino.
Las memorias de Ana Delso nos ofrecen una visión diferente, más intimista, más analítica. Es la visión de una mujer casi adolescente que debe enfrentarse a situaciones muy adversas a una edad en la que la mayoría sólo pensamos en bebernos la vida a grandes tragos. A través de sus vivencias, Ana aprende a buscar fuerzas dentro de sí misma y a sentir la soledad como una amiga fiel. Dioni, el hombre a quien ama y por quien es amada, no puede estar junto a ella ni siquiera en momento tan transcendental como el nacimiento de su hija Vida.
Pero la lucha y la renuncia no la doblegan, por el contrario, como el martillo que golpea el metal sobre el yunque, forman su carácter.
Con solo diecinueve años, embarazada y soltera en un país extraño, rechazada por una sociedad hipócrita que valora los legalismos por encima de los sentimientos, Ana madura sin perder por ello su candor, su generosidad ante la vida, su fe en los ideales libertarios. Lo más hermoso de Ana Delso es que no se presenta ante el lector como una líder, no intenta dar lecciones de heroísmo ni quiere ser ejemplo para nadie. Cuando cuenta que atraviesa una carretera plagada de nazis con una carta comprometedora o abre su casa a francotiradores en peligro, lo hace como si fuesen situaciones cotidianas y comunes para cualquier persona.
Las pocas personas presentes se niegan a aceptar esta misión. Es demasiado peligroso. Avanzo y me ofrezco voluntaria. Los resistentes me miran. Soy la única mujer del grupo.
Ana escribe sus memorias en presente porque para ella el tiempo se detuvo en la década de los cuarenta. Estoy segura de que al contemplarse en el espejo, no verá ante sí a la mujer cercana a los ochenta años en que se ha convertido, sino a la joven revolucionaria que vivió sin documentos en la Francia ocupada por los nazis. Esa muchacha se hace patente para el lector arrebatadora en su espontaneidad, firme en sus convicciones, sencilla y generosa.
El prólogo, escrito por Martha Ackelsberg, es un estudio conciso y bien estructurado que ayuda al lector a situarse en el ámbito sociopolítico que sirvió de marco a los hechos . En sí mismo es un aliciente para acercanos a la lectura de la obra; pero son las vivencias de Ana, sus reflexiones expresadas con frases cortas y directas, quienes nos enganchan desde la primera hasta la última línea. Hay que hacer un gran esfuerzo para dejar la lectura sin concluir y, cuando lo hacemos, sentimos un fuerte deseo de reanudarla.
"Trescientos hombres y yo" es mucho más que la historia de una mujer, es la historia de muchas mujeres, de toda una generación que entregó lo mejor de sí misma sin dejar nunca paso al desaliento o la desesperanza.
Las mujeres protagonizaron tanto como los hombres la gran revolución española del 36 y, al igual que ellos, sufrieron las consecuencias de la derrota.
¿Como supieron afrontar la humillación de los vencidos, la escasez de los productos básicos, la persecución ...? Ana nos lo explica desde su visión de militante de Mujeres Libres, de compañera de un cenetista y de madre.
Se echaba a faltar un libro como este. La Historia no puede silenciar la participación femenina en aquellos hechos; además de injusto, sería parcial y engañoso.
Ana Delso nos ha regalado parte de su vida convertida en una obra tierna y fuerte a la vez, llena de sentimiento y ternura. Debemos leerla todas las mujeres para poder comentarla con los hombres.
Marilés

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regue
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E trobat aixo

Mensaje por regue » 17 Ago 2005, 21:45

Acabo de trobar aixo::

http://barcelona.indymedia.org/newswire ... /index.php

Pot ser interesant...no?
<<Todas as coisas já foram ditas, mas como ninguém escuta é preciso sempre dizer de novo.>>André Gide

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 19 Ago 2005, 22:12

Excelente artículo de José Luis Campal Fernández en "La Nueva España" de Asturias:

Louise Michel, heroína de la Comuna de París

Heroína de la Comuna de París. Así la inmortalizaron los míseros proletarios parisinos a cuyo lado esta mujer luchó incansablemente en favor de sus derechos sociales. Y así la bautizó, entre otros, el pensador anarcosindicalista alemán Rudolf Rocker cuando Louise Michel murió en 1905, a una edad respetable (pasaba de los 70), mientras les daba un mitin a los trabajadores portuarios de Marsella. En su evocación de esta figura prominente de los albores del movimiento revolucionario francés del siglo XIX, Rocker no vacilaba a la hora de exclamar: «¡Qué vida magnífica, abundante en detalles dramáticos, en hechos maravillosos y extraordinarios!». A pesar de los sinsabores, encarcelamientos y padecimientos e incomprensión que conociera Louise Michel, para Rocker «fue feliz en todo el sentido de la palabra porque su alma jamás fue invadida por el escepticismo suicida del presente; su corazón torturado no se sintió torturado nunca por esos problemas oscuros de la duda que hacen tan difícil e insoportable la vida del hombre moderno».


Conocida también como «la Virgen roja del proletariado» (es altamente curioso cómo los anarquistas y libertarios asumen, pese a su ateísmo, la semántica religiosa), los primeros pasos de Louise Michel los da como maestra atípica de provincias en la Francia de Napoleón III; atípica y heterodoxa porque instruye a sus alumnos en la crítica realidad de su país, pasando luego a la capital, donde se entrega en cuerpo y alma a acabar con el gobierno imperial y despótico de Napoleón. Michel era hija de una criada y un noble que no la reconoció, dejando a ambas desamparadas.


La activista incansable que fue Louise Michel va a tomar parte en el proyecto libertario conocido como la Comuna de París, y va a hacerlo siempre en primera línea. Este primer gran gobierno ejercido por las clases más bajas se mantuvo en pie de marzo a mayo de 1871, y acabó como el rosario de la aurora y con las tropas gubernamentales aplastando los ideales revolucionarios por métodos expeditivos. Las intenciones programáticas de la Comuna iban muy lejos, pues a esas alturas del siglo XIX querían abolir la propiedad privada, suprimir el Ejército o separar a la Iglesia del Estado, esto es, eliminar los pilares «intocables» sobre los que se había sustentado la idea de Francia durante siglos. Y las fuerzas que se oponían a estos planteamientos no se iban a quedar de brazos cruzados, como así sucedió.


En la Comuna de París las mujeres revolucionarias desempeñaron un papel importante, crearon cooperativas y sindicatos sólo para mujeres e imprimieron periódicos («Le Journal des Citoyennes» o «La Sociale») cuyo destinatario era el público femenino. No era, sin embargo, la primera vez que las mujeres se agrupaban, pues ya en la Revolución de 1848 se habían constituido en Francia organizaciones femeninas como el Club para la Emancipación de las Mujeres o la Unión de las Mujeres, y a finales del siglo XVIII, Olympe de Gouges había redactado y difundido una Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana (1791) donde propugnaba la equiparación del hombre y la mujer en todos los órdenes (social, laboral, económico, militar, familiar, religioso, político).


Fue de tal calibre la entrega femenina a la causa, y resultó tan decidida su actuación en las barricadas en defensa de unos ideales que les abrían amplios horizontes de posibilidades, que algunas de ellas fueron acusadas de «pétroleuses» (incendiarias) y perseguidas con saña, como recuerda el historiador Allan Todd, quien afirma que «las tropas gubernamentales ejecutaron de manera sumaria a cientos de mujeres, e incluso se las apaleó hasta morir». Todd apunta que a 1.051 mujeres les hicieron consejos de guerra, fruto de los cuales «a 8 se las sentenció a muerte, a 9 a trabajos forzados y a 36 a su deportación a colonias». Entre estas últimas se hallaba Louise Michel, que hubo de «purgar» sus pecados ideológicos y sus iniciativas (había fundado, por ejemplo, la Unión de Mujeres para la Defensa de París y de Apoyo a los Heridos) en la isla de Nueva Caledonia (Oceanía) por espacio de nueve años. Sin embargo, cuando fue puesta en libertad, no modificó un ápice la búsqueda del igualitarismo y la justicia social, e incluso desde el presidio hizo migas con los anticolonialistas que actuaban movidos por la búsqueda de la independencia para la isla, en poder de los franceses desde 1853.


El internamiento, lejos de anular sus convicciones, las redobló, y el espíritu de la Comuna de París impregnó de arrebato y enardecimiento cuantos proyectos en defensa de las mujeres y los desvalidos afrontó, pues, como han escrito Malena Vidal y Adela Reck, «la presencia de mujeres fue un factor sin el que la historia hubiera sido otra», ya que éstas «peleaban por equiparar sus derechos de ciudadanas a los de los hombres, al mismo tiempo que lo hacían por mejorar los de los desvalidos y más débiles». La experiencia revolucionaria del fugaz gobierno de 1871 la marcaría hasta tal punto que, en la hora final, Louise Michel sería enterrada envuelta en la bandera de la Comuna de París. Por otro lado, Michel siempre confió en que Francia repetiría su apuesta de transformación radical de las estructuras burguesas, y así lo expresó en una de sus agitadas composiciones poéticas de urgencia, donde se pueden leer versos como éstos: «Cuando la multitud hoy muda/ cruja como el océano,/ dispuesta a morir,/ la Comuna resurgirá.// Volveremos, multitud sin número,/ vendremos por todos los caminos,/ espectros vengadores saliendo de la sombra,/ vendremos estrechándonos las manos».


El Estado francés no se «conformó» con represaliar a Louise Michel, sino que intentó inhabilitarla para las campañas de propaganda y pedagogía social que la llevaban de un lado a otro del país arengando a la clase trabajadora sobre su capacidad como fuerza emergente. Intentaron encerrarla en un manicomio, pretensión de la que se libró emigrando a Gran Bretaña, lo que aprovechó para escribir novelas como «La miseria», «La hija del pueblo» o «Los microbios humanos», que no he tenido oportunidad de leer, pero de lo cual no desisto. Incluso circuló el infundado rumor de que ella era la autora del argumento que le había servido de punto de partida a Julio Verne para escribir «Veinte mil leguas de viaje submarino», por el mensaje anarquista que, según algunos críticos, despide la conocida novela en varios pasajes. Sin embargo, su aportación más apreciada parece ser que fue el libro rememorativo «La Comuna», que en español publicaron en 1962 las Ediciones CNT, 1962.


Louise Michel es una figura que se acrecienta con el tiempo, pertenece a una época de romanticismo e idealismo en la que las propuestas se acompañaban de un activismo que no conocía ni el descanso ni la claudicación. Louise Michel escogió ese camino y no lo abandonó.
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Nikelona
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Mensaje por Nikelona » 22 Ago 2005, 21:35

Gracias a ambos, Regue y Manu, ya he puesto texto y enlace en el Ateneo... por cierto, es una pena que en el Ateneo no se puedan colgar imágenes... :-?

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 24 Ago 2005, 22:12

Homenaje a Mujeres Libres en la portada de Indymedia Barcelona: http://barcelona.indymedia.org/
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Mensaje por Vidas Ejemplares » 24 Ago 2005, 22:24

Violeta Barrabés Asún y Rafaela Barrabés Asún

Asesinadas por los fascistas en 1936
http://www.alasbarricadas.org/blackblog ... &tb=1&pb=1
Última edición por Vidas Ejemplares el 24 Ago 2005, 22:58, editado 2 veces en total.
Si supiera que el mundo acaba mañana, yo hoy todavía plantaría un árbol

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Nikelona
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Mensaje por Nikelona » 24 Ago 2005, 22:28

Tenía entendido que Asún era el segundo apellido de ambas... ¿eran tres hermanas entonces? (Violeta y rafaela Barrabés Asún, creo)

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Vidas Ejemplares
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Mensaje por Vidas Ejemplares » 24 Ago 2005, 22:54

Nikelona escribió:Tenía entendido que Asún era el segundo apellido de ambas... ¿eran tres hermanas entonces? (Violeta y rafaela Barrabés Asún, creo)
Caramba, lo he repasado y es que tenía mal el titular: Gracias.

Ya lo he corregido :wink:
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Nikelona
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Mensaje por Nikelona » 24 Ago 2005, 22:56

De nada :wink:

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