EL ECO-ANARQUISMO

¿Qué tienen en común el Anarquismo y el Comunismo? ¿Qué separa y une a estas dos formas de organizar la sociedad? ¿Nuestro fin es el mismo? Stalinistas, leninistas, marxistas y marxistas libertarios. ¿En qué se diferencian entre sí? ¿Y en qué se parecen?
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Piedro
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EL ECO-ANARQUISMO

Mensaje por Piedro » 28 Ene 2005, 12:09

EL ECO-ANARQUISMO / Ted Trainer

En el presente, somos gobernados. No nos gobernamos nosotros mismos; las personas debieran controlar sus propios asuntos y debieran tomar las decisiones acerca de cuestiones que las afectan. Gobernamos nuestros propios hogares. Ahí tenemos la responsabilidad, la libertad y la satisfacción implicada en el decidir qué es lo que hacemos. Sin embargo, tan pronto como salimos por la puerta frontal de la casa entramos en un mundo en el cual no tenemos casi nada que decir respecto de las cosas que se hacen. En vez de eso nosotros tenemos gobiernos que toman y hacen efectivas todas las decisiones.

Tenemos una "democracia representativa", la que, como Rousseau enfatizó en el siglo dieciocho, no es una verdadera democracia y tampoco es aceptable. La única cosa que es aceptable es la democracia participativa, donde todos nosotros tenemos la oportunidad de tomar las decisiones sobre las cosas que nos afectan. Esto no es posible en nuestras sociedades gigantes, complejas y burocratizadas, con sus muchos mega-sistemas que no pueden funcionar sin hordas de profesionales, burócratas y administración central. Es posible sólo cuando la mayoría de las funciones son devueltas a pequeñas comunidades.

Hemos creado "El Estado". Hay muchas sociedades sin Estados. De hecho han habido, y hay, naciones enteras que ni necesitan ni tienen Estado (Sale 1980: 456). Pero en nuestra sociedad ponemos en el poder a un grupo muy pequeño de personas, le damos inmenso poder y riqueza y le dejamos tomar todas las decisiones y manejar todas las cosas. Ellas controlan la polic’a, el ejército y una enorme cantidad de fondos y propiedad. Ellas hacen y hacen cumplir las reglas. Son ellas, no nosotros, las que son dueñas y controlan la "propiedad pública". Si tú o yo queremos entrar a un terreno de La Compañía de Agua Potable tenemos que pedir autorización. El consejo municipal maneja el parque local. Si algunos que viven cerca de éste quieren cambiarlo no pueden hacerlo, a no ser que alguien en la burocracia municipal lo permita. ¿Por qué la gente no es dueña y controla sus plazas y parques locales?.

Han habido muchas sociedades a lo largo de la historia donde la mayor parte del control, la reproducción social y el gobierno han sido llevados a cabo por toda la gente a través del proceso normal de la vida diaria y sin ninguna necesidad de administradores profesionales, burócratas y políticos, para no mencionar a los ejércitos de trabajadores sociales y oficiales de detención de jóvenes. Una buena sociedad es una en la cual la tarea de la regulación social, de tratar los problemas, de hacer ajustes, de planificar políticas públicas, de ayudar a la gente a mantenerse dentro de los carriles, etc., es hecha bastante automática y espontáneamente por las personas como parte del proceso normal de la vida diaria. Los aborígenes trivales Australianos no dejan el cuidado de sus ancianos a una clase especial de profesionales. El cuidado de los ancianos es algo en lo cual todos contribuyen mientras realizan las actividades de un día normal. En la sociedad industrial y de consumo hemos dejado la mayoría de estas tareas a profesionales y burócratas. Gran parte del enorme costo en dinero va para pagar sus salarios, y en general ellos no pueden hacer bien los trabajos. (¿Te gustaría ser cuidado en tu vejez por tus familiares y tu comunidad local o por un "hogar de ancianos"?).

Es debido a que la comunidad y la participación han sido atrofiadas bajo el impacto del sistema de mercado que el gobierno artificial y profesional ha llegado a ser necesario. Hay algo seriamente equivocado con una sociedad en la cual está faltando la auto-regulación.

... la burocracia emerge como los tendones y huesos estructurales que sostienen a la carne disuelta y en decadencia de la sociedad de mercado (Bookchin, 1980: 235).

La auto-regulación era de hecho la característica básica de las sociedades primitivas que eran de hecho notablemente bien gobernadas por la opinión pœblica y sin la necesidad de instituciones formales. Las nuestras, por el otro lado, son crecientemente gobernadas por agencias asistémicas, dictadores o vastas burocracias (Goldsmith, 1988: 188).

Posiblemente el peor aspecto de nuestra orientación respecto del gobierno es la extrema pasividad, indiferencia y falta de responsabilidad evidenciada de parte de la gran mayoría de las personas. La mayoría de nosotros estamos totalmente contentos de dejar a nuestros "líderes" tomar las decisiones. De hecho, uno podría ser excusado por creer que la ciudadanía responsable es un fenómeno muy raro. Incluso cuando se exponen serias faltas y errores parece haber poca protesta. La teoría de la historia de Toynbee describe el auge y la caída de las civilizaciones en términos de la capacidad de su gente de responder a los desafíos que enfrentan. Cuando contemplamos el nivel prevaleciente de indiferencia ante los eventos y condiciones que claman por acción no es sorprendente que Toynbee considere a la civilización Occidental como estando bien entrada en una etapa de decadencia. Seguramente un signo claro de una buena sociedad es la enérgica participación en los asuntos públicos y la intensa responsabilidad social de parte de los ciudadanos - a este respecto, nuestra sociedad tiene un puntaje abismantemente bajo. Es totalmente obvio que tenemos la capacidad para tomar acciones apropiadas respecto de, por ejemplo, la amenaza del efecto invernadero. Pero hemos sido condicionados por las corporaciones, los medios de comunicación, los políticos y los burócratas para comportarnos, como ha dicho Illich, como "pasivos consumidores de bienes y servicios pre-empaquetados". Dar vuelta todo esto no será fácil, pero la clave es cambiar las condiciones en las cuales existimos, de tal modo que haya para nosotros fuertes incentivos positivos paraque nos metamos en ello.

La centralización del gobierno ha destruído el auto-manejo comunitario y la participación ciudadana. Debemos invertir esta tendencia y desarrollar nuestras ciudades según los lineamientos del gobierno vecinal (Senador de USA Mark Hatfield, citado en Morris 1982b: 21).

Hemos perdido nuestro sentido de lo que significa ser un ciudadano (Bookchin 1987b: 227).

La Alternativa

Los seres humanos deben "gobernarse" a sí mismos. La gente que vive en una región pequeña debiera tomar las decisiones acerca de lo que debe ser hecho en esa región. Han habido algunos ejemplos históricos impresionantes de sociedades que han practicado la democracia participativa, incluyendo a los antiguos Griegos, los poblados medievales y los poblados de Nueva Inglaterra y Suiza.Debiéramos movernos hacia tener como máximo muy pequeños y débiles gobiernos de Estados, con relativamente pocas funciones, pero un gran número de muy pequeños gobiernos locales que funcionen como democracias participativas. Según el esbozo dado en el Capítulo 7 de los necesarios nuevos asentamientos, puede verse que la mayoría de las tareas y procedimientos deberán ser organizados al nivel suburbano y del poblado. Por ejemplo, no tendremos muchos, si es que fueran necesarios, enormes trabajos centralizados de tratamiento de la basura o grandes plantas energéticas. Consecuentemente, estas tareas serán administradas mejor localmente, y personas corrientes serán capaces de captar las implicaciones y de decidir qué opciones se ajustan mejor a sus propias necesidades locales. (Donde se necesite la asesoría de técnicos expertos esto será conversado en la reunión pública, y a los especialistas se les pedirá que atiendan el funcionamiento cotidiano de algunas instalaciones).

Kirkpatrick Sale menciona varios lugares en los cuales el gobierno ha sido organizado de esta manera. En las reuniones de poblado de New England había "toma de decisiones populares acerca de cualquier cosa que afectara al poblado, desde el mantenimiento de los caminos y las tasas de impuestos hasta la cantidad de leña a ser cortada para el sacerdote" (1980: 464). En muchas partes de Nueva Inglaterra las reuniones de poblado "aún deciden las leyes que van a gobernar al poblado, el presupuesto que se va a seguir, los impuestos que se van a pagar, las políticas que van a guiar a las autoridades del poblado y quiénes van a ser esas autoridades, de modo muy parecido a como se hacía 300 años atrás" (Sale 1980: 479; véase también Bookchin 1987: 233; Ward 1973: 55). Como dijo Mumford, "la democracia ... comienza y termina en comunidades lo suficientemente pequeñas para que sus miembros se reúnan cara a cara" (1968: 224). Ward describe el sistema de gobierno de Suiza:

Cada Domingo los habitantes de un gran número de comunas van a las cabinas electorales para elegir a los servidores civiles, para ratificar éste o ese ítem de gasto o decidir si un camino o una escuela debe construirse; después de decidir los asuntos de la comuna, ellos debaten sobre las elecciones cantonales y votan sobre asuntos cantonales; al final ... vienen las decisiones sobre asuntos federales (1973: 55).

Cinco de los estados Suizos manejan sus asuntos a través de reuniones anuales de todos los ciudadanos. En el poblado de Wangen, el 90 por ciento de los 4.300 habitantes puede presentarse para votar o asistir a las asambleas (Sale 1980: 496).

Los estados Suizos también proporcionan ejemplos del concepto Federal, el que, los anarquistas opinan, debiera ser la manera de tomar decisiones acerca de cuestiones que implican más que la comunidad local. Cada comunidad puede enviar delegados a reuniones regionales, y las reuniones regionales pueden, si es que es necesario, enviar delegados a reuniones de nivel nacional. Es importante reconocer que estos delegados no son representativos; ellos no tienen ningœn poder y ellos no toman las decisiones. Ellos participan en procesos de análisis y recomendación de políticas pero luego informan de regreso a sus comunidades locales donde son tomadas finalmente las decisiones, o ratificadas. Hay algunos ejemplos impresionantes que apoyan la factibilidad de este enfoque, incluyendo los complejos acuerdos que gobiernan los sistemas ferroviario y postal Europeos. Estos cruzan muchas fronteras Estatales, pero los arreglos entre personas de muchos sistemas nacionales son usualmente fácil y armoniosamente elaborados, sin ninguna necesidad de una autoridad predominante (Ward 1973: 59).

Todo esto constituye una negación del supuesto común que dice que lo que necesitamos con el fin de solucionar los problemas globales es un gobierno global. Aunque ciertamente necesitamos muchos acuerdos, leyes y tratados que gobiernen a todas las naciones, la última cosa que necesitamos es poder aún más centralizado, grande y burocrático. De hecho, la relevancia de los Estados y Naciones actualmente existentes llegaría a ser grandemente reducida. Tu país y sus fronteras serían mucho menos importante para ti que tu "bio-región"; esto es, el área a tu alrededor que constituye un sistema ecológico más o menos diferente e integrado, con fronteras establecidas por cordilleras, ríos y otras características climáticas o geográficas. La cuestión es ¿Por qué no pueden ser hechas de esta manera localizada y participativa todas las cosas, especialmente cuando muchas funciones hayan sido reducidas a una escala pequeña y sean necesitados pocos sistemas de gobierno grandes y centralizados?.

Lo que se está recomendando aquí es simplemente el Anarquismo Clásico. El anarquismo es a menudo interpretado desafortunadamente como estando opuesto al gobierno de cualquier tipo, mientras que a lo que se opone es al gobierno paternalista; esto es, a cualquier situación donde algunos gobiernan a los otros. Los anarqistas insisten que la gente puede y debe gobernarse a sí misma de modos participativos y no vía representativos a quienes haya sido dado el poder para gobernar.

El principio a ser seguido es que no debe nunca asignarse a una entidad mayor lo que puede ser hecho por una menor. Lo que las comunidades pueden hacer los Estados no deben hacerlo (Morris 1982b: 19).

La pequeñez es simplemente esencial para preservar los valores comunitarios que han sido historicamente observados - intimidad, confianza, honestidad, mutualismo, cooperación, democracia, congenialidad (Morris 1982b: 189).

De hecho no hay ningún servicio público, ninguno, que no pueda ser proporcionado mejor al nivel local, donde los problemas son mejor entendidos y más rapidamente, las soluciones son más accesibles, los refinamientos y ajustes son más fáciles de hacer y el monitoreo es más conveniente (Sale 1980: 477).

Los anarquistas enfatizan que hay un conflicto suma cero entre el Estado y la sociedad (lo que gana éste lo pierde la otra). Mientras más funciones y poder tiene el Estado menos en general lo tiene la gente. Como Colin Ward (1973) lo señala, "si es que deseamos fortalecer a la sociedad debemos debilitar al Estado".

Robert Hart señala que la participación en el gobierno tiene importantes efectos personales y educacionales en los individuos. Al referirse a la polis Griega el dice:

... no sólo todos los adultos nativos hombres tomaban parte en el debatir y decidir los asuntos más importantes de la política en la asamblea, sino que muchos de ellos tenían la oportunidad de ocupar puestos oficiales, los que no eran permanentes - evitando así los males de la burocracia - sino que pasaban de hombre a hombre en un sistema rotativo. Esta disciplinada participación en la vida y administración de la comunidad era el aliento de la vida para el Griego promedio, quien no veía el servicio público y los deberes nacionales como formas de vasallaje, sino como oportunidades para la auto-realización, para la liberación de potencialidades latentes, para el logro de la integridad humana. Una de las características más originales de la concepción Griega de la Ciudad-Estado era que ésta tenía un poder educativo, una influencia constructiva en el desarrollo del carácter individual (1984: 27).

Aunque los anarquistas están de acuerdo en general con el análisis básico de Marx de cómo funciona la sociedad capitalista, su visión acerca de cómo organizar una sociedad mejor es muy diferente de la tomada por Marx y Lenin. El último creyó que era esencial que existiera un liderazgo ejercido por unos pocos para empujar las políticas de acción a través de circunstancias difíciles. Esto lleva basicamente a un debate acerca de si la gente en general está demasiado reprimida, es ignorante, está engañada, es floja y/o estúpida para solucionar sus propios problemas. Cuando nos preguntamos si es que los humanos serán capaces de solucionar los problemas que actualmente enfrenta el globo, de hecho es muy tentador opinar que la visión Marxista-Leninista es correcta y que somos incapaces de hacer los necesarios cambios sin un fuerte y despiadado liderazgo (¡obviamente este libro no cae en la tentación!). Sin embargo, nuestro principal interés en este capítulo no ha sido el proceso de transición sino que la meta, y el argumento seguido ha sido demostrar que hay muchas sociedades históricas y actuales que indican que es enteramente posible para pequeñas comunidades humanas manejar sus propios asuntos satisfactoriamente.

LA TRANSICION

Gran parte de la discusión precedente de este libro ha tenido como intención no dejar dudas de que las alternativas están ahí. Ya tenemos todos los modos e ideas que necesitamos para construir una sociedad que no sea sólo sustentable sino que tendría una calidad de vida mucho mayor que la que muchos de nosotros tenemos en la actualidad. Las alternativas son en su mayor parte simples, están bien establecidas, son interesantes, tienen bajo costo, y son participativas y democráticas. No hay nada que nos impida implementarlas en una gran escala - excepto la voluntad de hacerlo así.

La transición desde la sociedad de consumo a la de la conservación es por lo tanto enteramente un problema educacional. Sólo si y cuando hayamos ayudado a un número suficiente de personas a entender A) que la sociedad de consumo es insustentable y B) que hay alternativas grandiosas, habrá alguna oportunidad de hacer los necesarios cambios. La tarea más importante a ser emprendida desde ya es simplemente contribuir tan efectivamente como pueda uno a elevar la consciencia pública sobre estos temas.

Esta es una conclusión no-espectacular y posiblemente desilucionante. Habría sido bonito si uno pudiera en este punto detallar estrategias de acción heróicas que pudieran establecer la sociedad de la conservación rápidamente. Pero, como hemos visto, la transición requiere cambios estructurales radicales en la economía y en la geografía de los asentamientos y tales cambios no pueden comenzar a ser hechos hasta que la mayoría de la gente esté de acuerdo con ellos. Esto a su vez no es posible hasta que la gente en general entienda las razones para los cambios que se requieren, y vea a las alternativas como viables y atractivas. La transición puede tomar otros 20 o 30 años, y posiblemente mucho más. Debemos por lo tanto estar listos para recorrer un largo camino, en efecto para una vida de trabajo paciente para hacer realidad la que es actualmente una meta muy distante ...

Ted Trainer en la Web: http://www.arts.unsw.edu.au/tsw/index.html

Extractado y traducido del libro de Ted Trainer "The Conserver Society: Alternatives for Sustainability" (1995). (Zed Books Ltd.: 7Cynthia Street, London NI 9JF, England) por Pedro di Girólamo. Más de Ted Trainer en ECOVISION N° 4.

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