Morir por ser desatendido

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Nestor Estebenz Nogal
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Morir por ser desatendido

Mensaje por Nestor Estebenz Nogal » 06 Dic 2008, 22:23

Si de algo nos sirve la democracia, esta democracia, es que al menos nos enteramos de cosas de las que antes se nos impedía toda información. No, no es que nos enteremos de todo. El estado-gran-hermano todavía filtra qué cosas se pueden decir y qué otras no, pero obras trágicas de cuantía menor, por llamarlo de alguna manera, como el hombre de 63 años que acudíó por tres veces al hospital de Alcorcón aquejado de una dolencia en el estómago y que no se le hizo el menor caso muriendo a la tercera por un tumor que era benigno cuya operación preventiva le habría salvado la vida nos hace recapitular sobre la clase de vocación que hay en la sanidad. Resulta que una enorme cantidad de problemas sociales concretos son el resultado directo de negligencias profesionales continuadas. La inasistencia en caso de necesidad es un delito. Lo es tanto si es con una negativa explícita como ya ha sucedido en otras ocasiones en otros hospitales, como si lo es con una negativa velada, en el caso en cuestión el paciente fue reconducido a un servicio de psiquiatría y devuelto a casa sin ninguna ecografía. Una simple mirada a su estómago le habría salvado la vida y permitido que viviera matemáticamente otros 25 años más. Lo terrible de estos asuntos es que nadie se siente responsable, nadie se siente implicado, nadie es el criminal.


Lo único que nos es dado a los ciudadanos de base es tomar buena nota de las noticias, no olvidar los nombres de donde suceden, recordar en este caso este Hospital. Lo lamentable es que la lista de sospechosos va en aumento. La lista de errores desequilibra la armonía social. El arma de la conciencia es verificar las informaciones y no olvidarlas. Quien olvida los errores cometidos por los demás, por los centros, por las empresas de servicios, por los hospitales propende a perdonárselos y con eso a volver a recibir el impacto de su flagelo en una siguiente ocasión. El observatorio de la vida cotidiana se convierte en una epopeya magistral para estar al acecho de todos los actos que nos agreden directa o indirectamente.
la vida social es un caja de pandora en la que caben todas las interacciones, bastantes truenos y algunas esperanzas. Hablar crítica y objetivamente de todo ello proporciona energía a la hipótesis de un mundo mejor.
Néstor utopiaenmarxa@hotmail.com

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