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[Aznarkista]

MIEDO

El miedo se ha apoderado de todo ser viviente. Las puertas están cerradas. Las ventanas están cerradas. Calles vacías y calles rebosantes. No hay término medio, no hay soledad. Millones de personas mueren en cárceles contruidas por almas que temían manifestarse. Que tenían miedo. Y es que el miedo lo es todo. Sin él no habrían jaulas ni habrían guerras ni habrían farolas ocultando las estrellas. El primer y único miedo es el miedo a tí misma. Y el miedo al mundo, porque tú eres el mundo. Así que cierras las puertas de tu casa y te ocultas bajo modelos imupestos. No sabes qué hacer. Estás desesperada, pero es la vida que te ha tocado, es el mundo que te ha tocado. Y sólo puedes aceptarlo, aceptar que el miedo de la civilización se hunda en tu carne. Tienes miedo y te escondes en la televisión, en el trabajo. Pero nada te satisface. El hombre que duerme junto a tí se ha despertado, entrada la madrugada, y te ha observado. Y te ha temido. Y lo sabes porque no dormías. Largas horas habías esperado a que el sueño le poseyera para poder finalmente descansar. Porque tú también le temías a él. Has pensado en dejarle, en irte a vivir sola, pero entonces sólo te tendrás a tí. Y eso es lo que más temes, la causa de todos tus miedos.
Has oído por la radio que ha empezado una nueva guerra, y has salido a la calle, y has gritado consignas en favor de la paz. Necesitas encontrarle un sentido a tu vida escapando de tí misma. Evadiéndote. Necesitas luchar por algo, sentirte realizada. No lo consigues, y te culpas a tí misma. Piensas que eres rara, que este sistema es el mejor que puede haber, no entiendes tu angustia. Los ladrones están lejos, hacinados en las cárceles, las guerras están en el televisor, la miseria está en calles y lugares que no necesitas transitar. Todo está en su justo orden. Deberías estar tranquila, pero intuyes que el espontáneo fluir de tu vida ha sido precintado, empaquetado, comprado, vendido. Aunque te sientes estafada, sientes el deber de seguir adelante, caminando hacia el abismo. Eres una obeja rebelde, pero no te sirve de nada. Como obeja que eres, no tienes capacidad decisoria, así que dejas que el pastor siga guiando tus pasos, haciéndote esclava. El pastor tiene ojos grises, impenetrables, y tú sientes su maldad, le tienes miedo, tienes miedo al cambio. No sabes qué puede pasar si tomas aire y respiras. Seguir tu propio camino, tomar el control de tu vida... ¡ay! El sueño irrealizable. Hay que ser realista, sentarse a negociar, tener paciencia, esperar... esperar... esperar... Pero la vida no espera, y lo sabes. Tu piel se ha arrugado y sigues esperando, ya sin esperanza, como una ilusión necesaria. Siempre desechaste la utopía. Era demasiado. Demasiado. Quisiste escapar muchas veces, pero ni siquiera lo intentaste. Y aquí estás, muerta. Muerta, como todos.
El espectáculo se ha apoderado del mundo, ya nadie vive. Temen vivir. Necesitan vivir. Y el espectáculo se alza sobre ellos, redentor. El mundo también ha sido empaquetado en cajitas de ilusiones. Ya dan por sentado que son ilusiones. Falsedades. Hay que seguir trabajando y llenando formularios y viviendo vidas en sonido sensorround. La naturaleza muere bajo nuestros pies. Nosotros morimos bajo nuestros pies. La extinción nos aguarda, de pie, en el fondo del pasillo. Y algunos, por fin, deciden luchar. Reclaman igualdad de derechos para hombres y mujeres, reclaman ayudas para los pobres, reclaman un acuerdo de paz entre los dos Estados. Pero mientras reclaman derechos y ayudas y esperan una respuesta, seguimos avanzando hacia el final. Y el tiempo se agota. Y la máquina no reacciona. Es una máquina y tiene unos objetivos muy concretos, programados de antemano. Pero nos daremos cuenta demasiado tarde. Vacilaremos al destruirla. La muerte y la vergüenza llegarán juntas. Vergüenza del vacío que cubrirá la Tierra. Vergüenza de no haber hecho nada, vergüenza de no haberlo tan siquiera intentado. El final nos pillará en el cine, en casa, en la manifestación, en el trabajo. Y podremos, por fin, después de muchos siglos de miedo, de mentiras, de sangre, de dioses... descansar.

[Invitado]

Yo no tengo miedo. Ni vergüenza. Nada tiene sentido.

[nuse]

si k tienes miedo, incluso tienes miedo a confesarlo.

Esta sociedad se basa en el miedo, el miedo al terrorismo, el miedo a la muerte, el miedo a perder el trabajo, el miedo a que algun dia todo se acabe, a k un dia la tele no vaya, k el pastor se vaya, k os deje solos;
el miedo a tener que controlar tu propia vida.