Ponencia de Anarquismo y Antiimperialismo - C.L.J.P.

Anarquismo e Independentismo vs. Nacionalismo. ¿Cómo afronta el Anarquismo la existencia de "naciones" y "movimientos de liberación nacional"?
Responder
Avatar de Usuario
antícrata
Mensajes: 660
Registrado: 07 Sep 2007, 17:34

Ponencia de Anarquismo y Antiimperialismo - C.L.J.P.

Mensaje por antícrata » 21 May 2009, 01:03

Ponencia de Anarquismo y Antiimperialismo
Columna Libertaria Joaquin Penina
http://www.anarkismo.net/article/13167
columnalibertaria at gmail.com

Marco teórico para analizar al anarquismo en los procesos revolucionarios antiimperialistas
Partimos del axioma Bakuniniano:
“MI LIBERTAD SE COMPLEMENTA INFINITAMENTE EN LA LIBERTAD DEL OTRO” SE ENTIENDE ENTONCE QUE “LA LIBERTAD DE LOS PUEBLOS SE COMPLEMENTA INFINITAMENTE EN LA DE LOS OTROS”

POSICIÓN BAKUNIN

Bakunin defendió siempre la idea de revolución social íntimamente ligada a la liberación nacional de los pueblos sometidos y, muy especialmente, la de los pueblos eslavos, oprimidos bajo el yugo de los imperio ruso, austriaco, prusiano y turco. Su paneslavismo descansaba sobre la destrucción de los cuatro imperios para federar los pueblos eslavos en base a una libertad e igualdad absolutas, opuesto a la hegemonía rusa.
«Como eslavo, yo querría la emancipación de la raza eslava del yugo alemán, y, como patriota alemán, Marx no admite todavía el derecho de los eslavos a emanciparse del yugo de los alemanes, pensando hoy como entonces que los alemanes son llamados a civilizarlos, es decir, a germanizarlos por aceptación o por fuerza» (1871).
Opuestas son las posiciones respecto a la liberación nacional de Bakunin y de Marx y Engels, ya que ambos clásicos marxistas se manifestaron contrarios a los movimientos independentistas o nacionalistas revolucionarios, ya que creían que el movimiento revolucionario únicamente podía desarrollarse en el marco de las relaciones económicas de producción del cual solamente la clase obrera podía ser el motor, considerando por tanto que el desarrollo de las fuerzas de producción así como la extensión del intercambio económico —que creaban según ellos la necesidad histórica del socialismo— destruirían los particularismos locales y nacionales y tenderían a igualar el desarrollo social.
En efecto, Marx, respondiendo a Bakunin, que defendía la independencia de los checos, eslavos, polacos, búlgaros, rumanos, etc., declaraba al 'Neuu Rheinische Zeitung', en 1849: «Todas estas pequeñas naciones impotentes y frágiles, deben a fin de cuentas el reconocimiento a las que, según las necesidades históricas, las integraron en algún imperio, permitiéndolos así participar en el desarrollo histórico del cual, si se hubiesen quedado solas, se hubiesen visto totalmente privadas. Es evidente que tal cosa no se hubiera podido realizar sin aplastar «tiernos brotes» ( ... ).»
De esta manera, al contrario que M. Bakunin, K. Marx negaba que las luchas nacionales de oprimidos contra sus Estados opresores extranjeros en el s. XIX fuesen un factor revolucionario anticapitalista emancipador.
El mismo Andreu Nin reconoce el acierto de la posición de Bakunin ante la de Marx en la cuestión nacional: « ... Y a pesar de nuestra devoción por Marx y Engels, hemos de confesar que si hubiésemos de juzgar por las manifestaciones externas, haciendo abstracción de las circunstancias de tiempo y de factores de orden psicológico, diríamos que las acusaciones de Bakunin contra Marx (en la cuestión nacional, se refiere) y Engels eran más justificadas que las de este contra aquel» (1).
Bakunin opone siempre al nacionalismo estatalista un nacionalismo revolucionario federalista y consagra buena parte de su vida a liberar patrias oprimidas(…)
"las dos terceras partes de la humanidad, 800 millones de Asiáticos dormidos en su servidumbre despertarán necesariamente y comenzarán a moverse."

POSICIÓN DE KROPOTKIN

Por otra parte, Piotr Kropotkin, otro gran clásico anarquista ruso, escribía del todo considerando la gravedad de la «cuestión irlandesa» en una carta a María Korn, el once de mayo de 1897:
«Me parece que el carácter puramente nacionalista de los movimientos de emancipación nacional es inexistente. Siempre hay motivos económicos, o bien es la libertad y el respeto del individuo que hay que salvaguardar. Nuestra tarea habría de ser la de hacer aparecer los problemas económicos. Creo, además, creo, después de haberlo reflexionado largamente, que el fracaso de los movimientos nacionales en Polonia, Finlandia, Irlanda, etc., residen en el problema económico. En Irlanda, la dificultad principal proviene del hecho de que los jefes del movimiento, grandes propietarios, igual que los ingleses, vaciaron el movimiento de emancipación nacional de su contenido social.
( .. ) Me parece que en cada uno de estos movimientos de emancipación nacional se nos reserva una tarea importante: plantear el problema en sus aspectos económico y social, y esto paralelamente a la lucha contra la opresión extranjera.
(...) En todos los lugares donde el hombre se rebela contra la opresión individual, económica, estática, religiosa y sobre todo nacional, nuestro deber es estar a su lado»
En este texto se puede ver claramente cual es la actitud de Kropotkin ante la opresión nacional y los movimientos de liberación nacional.
Kropotkin sabía ya entonces que la lucha antiimperialista se planteaba en términos de liberación nacional y de lucha de clases, deduciendo que solamente la victoria de la clase obrera podría resolver la cuestión nacional en el sentido de los intereses del pueblo trabajador. Kropotkin, como Bakunin, reconocía el contenido revolucionario de las luchas autónomas de liberación nacional, en las cuales creía que los libertarios habían de participar activamente del todo, planteando la cuestión social, a fin de conseguir una verdadera liberación.

POSICIÓN DE MALATESTA

Suceden, han sucedido y sucederán revoluciones independientes de la voluntad y de la acción de los anarquistas, puesto que los anarquistas no son más que una pequeñísima minoría de la población y la anarquía no es una cosa que se pueda hacer por la fuerza, por imposición violenta de algunos.
No podemos hacer la anarquía, o por lo menos la anarquía extendida a toda la población y a toda las relaciones sociales, porque hasta ahora ninguna población es totalmente anarquista y no podemos aceptar otro régimen sin renunciar a nuestras aspiraciones y a perder toda la razón de ser como anarquistas. Y entonces ¿qué podemos y debemos hacer? [...]
Con frecuencia se repite la frase: “La revolución será anarquista o no será”. La afirmación puede parecer muy revolucionaria, muy “anárquica”, pero en realidad es una tontería, cuando no es un medio peor que el mismo reformismo para paralizar las buenas voluntades e inducir a la gente a permanecer tranquila, soportando en paz el presente esperando el paraíso futuro.}
{Evidentemente, la “revolución anarquista” o será anarquista o no será. ¿Pero acaso no hubo revoluciones en el mundo cuando aún no se concebía la posibilidad de una sociedad anarquista? [...]
La verdad es que la revolución será lo que pueda ser y nuestra tarea es acelerarla y esforzarnos para que sea lo más radical posible. Pero entendamos bien. La revolución no será anarquista si, como verdaderamente ocurre actualmente, las masas no son anarquistas. Pero nosotros somos anarquistas, debemos seguir siéndolo y obrar como tales antes, durante y después de la revolución.
Sin los anarquistas, sin la obra de los anarquistas, la revolución podrá malograrse y hacerse estéril. La revolución necesita de nuestro impulso. [...]
Nosotros debemos actuar y permanecer en medio de las masas, impulsarlas a la acción directa, a la toma de posesión de los instrumentos de producción y a la organización del trabajo y de la distribución de los productos, a la ocupación de los edificios habitables, a la ejecución de los servicios públicos sin esperar deliberaciones ni órdenes de autoridades superiores.

POSICIÓN DE PABLO MORAS

La cuestión está en cómo se logrará destruir el Estado: ¿con una huelga general revolucionaria? ¿Con una insurrección como la que recientemente golpeó al Estado francés? (O GRECIA) ¿Acaso una revuelta consigue una transformación tan radical de la mayoría de las personas para poder vivir sin Estado de un día para otro?
Porque el problema, como planteaba Enrique Malatesta en una sociedad mucho menos compleja que las actuales, es que hasta que el pueblo organizado no esté preparado y sea capaz de asumir las tareas estatales distintas a la represión y a la dominación, no desaparecerá el Estado.
Ahora bien, tampoco podemos limitarnos a construir organización popular sin preocuparnos por el Estado, como si éste fuera un agente neutral en la lucha de clases. Aunque el Estado garantice en algunos casos ciertos servicios y funciones sociales (arrancados por las luchas de las generaciones anteriores), su función esencial es garantizar la desigualdad y la sumisión de la sociedad.
El Estado no se va a extinguir sólo, hace falta la voluntad de combatirlo y destruirlo. En este sentido, los anarquistas debemos mantener intactas nuestras ideas y pelear por ellas porque siguen siendo más válidas que nunca y tienen mucho que aportar a los procesos revolucionarios en todo el mundo. Pero eso no puede hacerse sin reconocer los avances que logran otros movimientos y organizaciones. No debemos imponer nuestra concepción de la lucha social y global sino construirla desde la base, de la mano del resto de sectores sociales oprimidos. Somos anarquistas, no autoritarios ni dictadores.

POSICIÓN DE LUCIEN VAN DER WALT

No se trata de unir todas las clases dentro de la nación oprimida contra el opresor imperialista.
Los nacionalistas tienden a negar la importancia de diferencias de clase dentro de la nación oprimida, sosteniendo que la experiencia común de la opresión nacional hace divisiones de clase sin importancia, o que la clase es un concepto "extranjero" que es irrelevante. Así los nacionalistas procuran esconder diferencias de clase en una búsqueda encontrando un estado nación independiente.
Los intereses de clase que se esconden detrás del nacionalismo son obvios. El nacionalismo ha sido, históricamente, una ideología desarrollada y defendida por la burguesía y clase media en la nación oprimida. Es una forma de anti-imperialismo que desea quitar el imperialismo, pero retener el capitalismo, un anti-imperialismo burgués que desea, en resumen crear para la burguesía local más espacio, más oportunidades, más formas para explotar la clase obrera local y desarrollar el capitalismo local. Nuestro papel como anarquistas con relación a nacionalistas está así claro: podemos luchar junto a nacionalistas por reformas limitadas y victorias contra el imperialismo pero luchamos contra el estatismo y el capitalismo de los nacionalistas.
(Se) requiere la participación activa en luchas de liberación nacionales, pero independencia política de los nacionalistas. La liberación nacional debe ser diferenciada del nacionalismo, que es el programa de clase de la burguesía: no solo estamos contra el imperialismo, sino también, contra el nacionalismo.

Algunas experiencias del Anarquismo organizado en procesos revolucionarios antiimperialistas de la historia
Las raíces políticas de Bakunin están dentro de los movimientos de liberación nacionales de Europa del Este.
Los anarquistas desempeñaron un papel activo en 1873 en el levantamientos en Bosnia y Herzegovina contra el imperio Austro-húngaro y en la rebelión en Bulgaria de 1876
Los anarquistas también participaron activamente en "el Movimiento Revolucionario Nacional" en Macedonia contra el Imperio Otomano en 1903.
En Ucrania el movimiento Makhnovista organizó una rebelión campesina contra la ocupación alemana de la Ucrania, y contra el autoritarismo de los ejércitos Rojos y Blancos, redistribuyendo la tierra, fomentando la autogestión obrera, y creando un Ejército Insurgente Revolucionario controlado por campesinos y trabajadores.
En Egipto durante la Rebelión Pashá en 1882 los anarquistas egipcios colaboraron en la lucha contra el colonialismo británico. Malatesta se encontraba promoviendo aquel movimiento.
La Confederación General de Trabajo (CGT-SR) de Argelia –de fuerte influencia anarquista- se opuso al colonialismo francés desde sus orígenes. Sail Mohamed, reconocido militante anarquista argelino, llegó a fundar la Asociación para los Derechos de los argelinos originarios y el Grupo Anarquista de los Argelinos Originarios.
En España, durante la “Semana Trágica” de 1909 el grupo Solidarad Obrera, conducido por un comité de anarquistas y socialistas- llamó a la huelga y al boicot del reclutamiento de reservistas del ejército para la guerra colonial en Marruecos. El resultado fue una total negativa de parte de los reservistas a participar de la guerra.
En 1892 durante el congreso de la Alianza de los Trabajadores Anarquistas de Cuba recomendó que la clase obrera cubana se afilie a las filas "del socialismo revolucionario" y tome el camino de independencia: “...sería absurdo por su parte quién aspira a la libertad individual de oponerse a la libertad colectiva de la gente...”
Cuando el anarquista Michele Angiolillo mató al Presidente español Canovas en 1897 declaró que su acto era en venganza de la represión de anarquistas en España como también un justo castigo por las atrocidades de España en sus guerras coloniales.
En México, los anarquistas condujeron rebeliones campesinas indígenas, como las rebeliones de Chavez Lopez en 1869 y Francisco Zalacosta en los años 1870.
A fines del siglo XIX y principios del XX el Partido Liberal Mexicano conducido por los hermanos Flores Magón, se puso a la cabeza de las rebeliones contra el dominio político y económico de los Estados Unidos.
Durante la invasión italiana de Libia en 1911 los anarquistas ayudaron a organizar marchas contra la invasión y una huelga general parcial junto al boicot de los trenes de tropa.
James Connolly –dirigente anarco sindicalista irlandés y héroe independentista- fue ejecutado en 1916 después de su participación en la Rebelión de Pascua, que ayudó a provocar la guerra de Independencia de Irlanda de 1919-1922, contra el Imperio Británico.
En Japón, el anarquista y periodista Kotoku Shusui fue ejecutado en 1910, por una campaña de propaganda contra el expansionismo del imperio japonés.
Papel activo del anarquismo en los Consejos de Baviera de 1918 contra la primer guerra inter-imperial.
En China durante 1919 gracias al Wǔ Sì Yùndòng o Movimiento 4 de Mayo, un gran movimiento social contra el imperialismo japonés y el Tratado de Versalles, se formaron sociedades anarquistas en Beijing, Shanghai, Nanking, Tianjin, Guangzhou, Zhangzhou, Hankou, Chengdu y Changsha, entre ellas la “Sociedad para el Estudio del Socialismo” dirigida por Liang Bingxian. El periódico mensual “Apoyo Mutuo” junto a figuras como el escritor Ba Jin colaboraron en el protagonismo anarquista durante las primeras agitaciones sociales de la región.
Los anarquistas coreanos fueron parte importante en la rebelión de 1919 contra la ocupación japonesa, y en 1924 formaron la Federación Anarquista Coreana sobre la base "del Manifiesto de Revolución Coreana”. En 1929, los anarquistas agrupados en la Federación Anarco Comunista Coreana liberaron en armas zonas comunales bajo la comandancia de Kim jwa-jin. Administrado por la Asociación del Pueblo Coreano de Manchuria dos millones de guerrilleros y campesinos coreanos trabajaron sobre la base de cooperativas de agricultura voluntaria. El estalinismo ruso junto al imperialismo japonés terminaron violentamente con estas comunas para 1931.
Columnas durante la Guerra civil española de todos los países del mundo contra el avance del fascismo franquista.
Condujeron parte de la resistencia española, italiana, francesa y alemana contra el fascismo, el nazismo y el franquismo en 1922-45.
Participaron referentes culturales anarquistas como Hay Giula en
Revolución de Hungría contra la ocupación soviética en 1956
En el Asalto al Moncada muere el anarquista Boris Luis Santa Coloma. Durante la Revolución Cubana de 1959 los anarquistas estarían en las primeras filas de las guerrillas. En las de Oriente participarían Gilberto Liman y Luis Linsuaín. En las del Escanbray una de las principales figuras lo fue Plácido Méndez. La lucha urbana contó con el local de la Asociación Libertaria de La Habana como centro de reuniones conspirativas tanto para el 26 de julio como el Directorio Revolucionario.
El anarquismo tampoco estuvo ausente en las luchas revolucionarias y antiimperialistas de Latinoamérica en las décadas del 60 y 70: la FAU-Resistencia Obrero Estudiantil-Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales y la participación en el Movimiento 26 de Marzo del MLN-Tupamaros de Uruguay;
La Resistencia Libertaria, Línea Anarco Comunista, Grupo Anarquista Revolucionario, Acción Directa, Organización Anarquista en Argentina, algunas de ellas participes en el Cordobazo y en las Coordinadoras de Gremios en Lucha del 75;
El Movimiento Estudiantil Libertario en Brasil contra el golpe apoyado por el imperialismo yanqui en el 65;
Las Brigadas del Pueblo –organización armada anarquista- junto a la participación de compañeros en la Vanguardia Organizada del Pueblo y el MIR intentaron resistir el golpe pro imperialista en Chile.

Algunas experiencias del Anarquismo organizado en procesos revolucionarios antiimperialistas o con cierta tendencia hacia ello en la actualidad

Venezuela
Ambito Político - Grupos e individualidades que analizan la Revolución Bolivariana desde una perspectiva de proceso de cambio: Proyecto Acracia; Frente de Acciones Libertarias (FAL); Teseracto Anarquista Bolivariano ‘Salom Mesa’ y otros. Estos grupos de propaganda poseen trabajo político a niveles locales, no nacionales. También hay individuos ácratas –o que se manifiestan como tales- inmersos en los círculos bolivarianos, en el movimiento cooperativo, en algunas experiencias sindicales, en algunos experimentos autogestionarios, sin mayores vínculos entre sí. (Floreal Castilla.-Venezuela, 1 de Marzo de 2007.-)
Ambito Social - Consejos Comunales: Desde la militancia barrial nacen los Consejos Comunales, ya planteados como necesidad política colectiva desde los tiempos de la Asamblea de Barrios (1991-1993) en Caracas. Hoy en día son gérmenes de autoorganización y autogobierno comunitario (dentro de lo que a esta le compete en el campo vecinal y socialmente mas sedentario: servicios públicos, infraestructura local, defensa territorial, salud, educación, deporte, comunicaciones, cooperativismo barrial, etc.) Chávez los reconoce en su naturaleza autónoma, de autogobierno y autogestión. Sin embargo al mismo tiempo “el camarada” crea los mecanismos para que exista una relación inmediata entre estos y la presidencia (Registro Nacional de Consejos, Vías de Adjudicación Directa de Recursos). La lucha por el control de estos consejos es bestial entre la base popular y la burocracia institucional y partidaria.
Consejos Autogestionarios: Influenciado por procesos cooperativos de la vecina República de Guayana, el movimiento cooperativista postula la idea de “Comunidades Autogestionarias” a mediados del 2002. Más tarde, cuando se generan los “Núcleos de Desarrollo Endógeno”, se produce la masificación del cooperativismo, que por un lado permitió materializar una política de economía social, pero nunca fue suficiente, ya que muchos terminaron en estancamientos burocráticos.
El primer Consejo Autogestionario surgió en Caracas de la iniciativa de trabajadores de la vía pública. Armaron una carpa pagada por ellos, la que se convirtió pronto en un nicho de trabajo por encontrarse en la calle. Actualmente los CA van desde gérmenes productivos hasta redes de intercambio y comercialización de la calle, a través de una dinámica formativa y asamblearia que se da naturalmente.
Consejos de Fábrica: En ALCASA (principal industria del aluminio) se ha venido generando la primera experiencia exitosa de control obrero a nivel de la gran industria. Los “Consejos de Fábrica” (como le han puesto los trabajadores) han permitido romper con las opresivas jerarquías entre obrero y profesional, gerente y empleado, permitiendo la formación una asamblea de trabajadores a nivel general y por talleres, designación democrática de los gerentes de producción, etc.
La dependencia financiera y tecnológica propia de la economía de dependencia han sido algunos de los obstáculos que se plantean. A la acción directa y la organización de resistencia de los trabajadores se debería juntar a la lucha por una ley de reforma industrial que permita acelerar el traspaso de las fuentes de producción e industrias ociosas a los trabajadores siguiendo los mismos preceptos de la ley de tierras.
Chiapas
El EZLN el 1º de enero de 1994 toma varias cabeceras municipales del Estado (Provincia) de Chiapas el mismo día que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Bolivia
La Guerra del Gas es el nombre popular a una disputa social en Bolivia centrada en la explotación de las reservas de gas natural situadas en el departamento suroriental de Tarija, descubiertas a mediados de los años 1990 y las segundas más grandes de Sudamérica.
La guerra del Agua de Cochabamba es el nombre popular de una serie de protestas que ocurrieron en Cochabamba, la tercera ciudad más grande de Bolivia, entre enero y el abril de 2000. Su detonante fue la privatización del abastecimiento del agua municipal.
Movimiento Pachakuti
Ecuador
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), es una organización indigenista ecuatoriana, fundada el 16 de noviembre de 1986, que se atribuye la máxima representación de los pueblos, etnias, culturas, nacionalidades indígenas en el Ecuador.

Avatar de Usuario
antícrata
Mensajes: 660
Registrado: 07 Sep 2007, 17:34

Re: Ponencia de Anarquismo y Antiimperialismo - C.L.J.P.

Mensaje por antícrata » 26 May 2009, 19:37

taller de formación política

ANARQUISMO

Organizaciones de Base

y construcción de Poder Popular

Este Viernes 29 de Mayo – 20 hs.

"Antiimperialismo"

En el local del MEDH – entrada libre y gratuita

Sarmiento 1232 – Rosario, Santa Fe

organiza

Columna Libertaria Joaquín Penina

____________________________

Pd: adjuntamos material de lectura!



“Las ideologías, más allá de su mera matriz doctrinaria, son auténticos códigos de convivencia, que discurren entre la razón, la reflexión, la emoción y hasta la moral, vertebrales sustentos de la ética social y el espíritu transformador.”

Juan Carlos Mechoso,

Federación Anarquista Uruguaya

Avatar de Usuario
antícrata
Mensajes: 660
Registrado: 07 Sep 2007, 17:34

Re: Ponencia de Anarquismo y Antiimperialismo - C.L.J.P.

Mensaje por antícrata » 26 May 2009, 19:38

taller de formación política

ANARQUISMO

Organizaciones de Base

y construcción de Poder Popular

Unidad 1.3

Antiimperialismo



Columna Libertaria Joaquín Penina

columnalibertaria@gmail.com



taller de formación política

ANARQUISMO, Organizaciones de Base

y construcción de Poder Popular


Unidades a tratar:

1) Política

a) Anarquismo y Estado (15-5)

b) Anarquismo y Federalismo (22-5)

c) Anarquismo y Antiimperialismo (29-5)

2) Economía **(fecha a confirmar)

a) Anarquismo y Anticapitalismo

b) mutualismo, colectivismo y comunismo libertario

3) Igualdad de Género **(fecha a confirmar)

a) Anarcofeminismo

4) Acción revolucionaria **(fecha a confirmar)

a) Anarquismo y sindicalismo

b) Anarquismo Especifista

c) Acción directa, violencia revolucionaria y expropiaciones



5) Experiencias históricas del anarquismo **(fecha a confirmar)

a) Experiencias revolucionarias en donde tuvimos incidencia o protagonismo

b) Construcción revolucionaria y lucha armada del Anarquismo latinoamericano de los años 70



Anarquismo, antiimperialismo, Cuba y Venezuela

Por Pablo Moras

Nota publicada en la Agencia de Noticias La Haine, 30 de Noviembre de 2005.
Denunciar la política imperialista debe complementarse con la crítica a los Estados, ya sean socialistas o capitalistas. Por tanto, la participación del movimiento anarquista en los procesos de lucha antiimperialista se advierte indispensable.

1) CNT y CGT en Salamanca

¿Qué posición debemos defender lxs anarquistas ante movimientos y conquistas populares que no son específicamente anarquistas? ¿Cuál debe ser nuestra postura frente a procesos como el cubano o el venezolano?

Desde un sector del movimiento anarquista la cosa está clara. En la manifestación de CNT contra la cumbre de Salamanca el pasado 15 de octubre se gritaron consignas sobre Cuba y Venezuela como "Chávez y Fidel la misma mierda es" y "lo llaman socialismo y no lo es".

La CNT de Salamanca señalaba en una nota de prensa que "La situación en Cuba y Venezuela tras la implantación de los regímenes castrista y chavista respectivamente, no ha mejorado mucho respecto a la anterior. Ambos países siguen siendo paraísos turísticos de los países occidentales mientras la miseria sigue afectando a gran parte de la población; y para colmo se ha generado una gran casta política que parece indestructible".

En una entrevista en esa manifestación, un portavoz de CNT definió a Cuba y Venezuela como "dictaduras camufladas".

En la misma jornada de protesta, la anarcosindical CGT y Ecologistas en acción repartieron en su manifestación conjunta un texto con las consignas: "La lucha armada no sirve de nada", "Cuba libre de todo tirano, Vista verde olivo o kaqui tejano".

Este sector libertario forma parte de una tendencia que entiende que la única revolución es la anarquista, y no reconoce el carácter revolucionario al resto de procesos de liberación no específicamente anarquistas. Para estos compañerxs, cualquier avance popular en el mundo que no consiga hacer desaparecer el Estado no supone ventaja alguna.

2) Imperialismo, antiimperialismo y anarquismo

Desde los planteamientos citados, la lucha antiimperialista no tiene ningún sentido. Algunos compañerxs anarquistas van más allá y plantean que no existe el imperialismo, que eso es una invención de los marxistas, olvidando que la dominación de empresarixs sobre obrerxs no es la única en el mundo aunque sea la más decisiva: también hay un norte que oprime al sur, países que oprimen a países, hombres que oprimen a mujeres

Por desgracia, analizar la realidad de América Latina sin el concepto de imperialismo es imposible. ¿Cómo definir, entonces, la estrategia de EEUU en América? ¿Cómo definir la estrategia de la UE cuyo puente es el Estado español y las multinacionales españolas?

Es imposible entender lo que pasa en el mundo sin el concepto de imperialismo, por eso hasta la internacional obrera anarquista AIT lo utiliza:

Hace un año vimos el montaje de la guerra de Irak y las riñas en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con relación a las inspecciones de armamento. Estos desacuerdos entre los USA y Rusia, Francia y Alemania eran sólo la tapadera de las raíces subyacentes del conflicto: la batalla imperialista sobre recursos petrolíferos presentes y futuros, el control de los competidores, el mecanismo de precios, y las divisas de transacción de petróleo e inversiones.1

La tendencia libertaria que niega la validez de la lucha antiimperialista y la entiende como específicamente marxista, puede debilitar al anarquismo ya que olvida la lucha de miles de militantes anarquistas contra el imperialismo de desde hace 150 años en todos los rincones del mundo:
En la Europa de 1873, los anarquistas tuvieron un papel destacado en las insurrecciones de Bosnia y Herzegovina contra el imperialismo Austro húngaro y 30 años después en Macedonia, esta vez contra el imperio Otomano.

La tradición anti imperialista del anarquismo continuó quince años más tarde con el movimiento Makhnovista que organizó una revuelta campesina para derrotar a la ocupación alemana de Ucrania y de los distintos ejércitos rusos hasta ser vencidos en 1921.

En Egipto el movimiento anarquista impulsó la lucha contra el colonialismo británico y en Argelia, se opuso por todos los medios al dominio francés.

En Francia y España, los sindicatos anarquistas lanzaron insurrecciones en contra del imperialismo de estos países en el norte de África, durante los primeros años del siglo XX.

En la guerra colonial de Cuba (1895-1904), los anarquistas cubanos y sus sindicatos confluyeron con las fuerzas armadas independentistas, mientras sus compañeros españoles realizaban propaganda contra el imperialismo. Cuando el anarquista Michele Angiolillo ajustició al presidente del gobierno español Cánovas en 1897, declaró que lo hacía como respuesta a la represión contra los anarquistas hispanos y como respuesta a las atrocidades cometidas en las guerras coloniales.

En la Italia de finales del siglo XIX, el más duro oponente al imperialismo italiano en el este de África no era otro que el movimiento anarquista. Cuando Italia entró en la primera guerra mundial en 1915, los anarquistas impulsaron una gran campaña anti imperialista que continuó en 1920 con la oposición a la invasión de Albania y a la intervención militar contra la revolución rusa.

A principios del siglo XX, con Japón expandiéndose por China y Corea, el movimiento anarquista coreano declaraba que "las políticas de saqueo de Japón constituyen el enemigo de nuestra nación y es nuestro derecho expulsar al Japón imperialista por todos los medios necesarios". A renglón seguido señalaban que la solución al imperialismo japonés no pasaba por la creación de un Estado coreano sino de la revolución social de pobres y campesinos.2

Como muestra el ejemplo del anarcosindicalista irlandés James Connoly, el antiimperialismo que desarrollaban los anarquistas se negaba a dejar de lado la lucha de clases. Es decir, la participación en las luchas de liberación nacional se hacía desde una perspectiva propia, libertaria, basada en que sólo se logrará el fin de la opresión nacional y el imperialismo con la destrucción del capitalismo y el Estado. Los anarquistas han participado en la lucha anti imperialista oponiéndose a aquellos nacionalistas que tratan de ocultar el antagonismo de clases para fundar un Estado independiente.

El antiimperialismo, aún pudiendo conllevar mejoras para los pueblos dominados, tiene el peligro de que por sí sólo no amenaza la perpetuación del capitalismo. Por eso es tan necesaria la participación de los anarquistas en las luchas contra la dominación de los estados sobre los pueblos: ¿unidad antiimperialista con tendencias capitalistas? No. Más bien defensa de la autodeterminación de los pueblos, denuncia frontal al imperialismo y lucha desde una independencia política que nos permita impulsar la acción contra el capital y el Estado.

3) Las otras tendencias revolucionarias

Una vez repasadas algunas razones que tenemos los anarquistas para participar en luchas justas y necesarias aunque con claras limitaciones como el antiimperalismo, conviene hacer una reflexión sobre la postura de algunos sectores libertarios con relación a otros sectores revolucionarios.

Una posición bastante extendida se basa en no reconocer el resto de tendencias revolucionarias, no reconocer los avances positivos de los procesos revolucionarios en América Latina y no reconocer los logros de determinadas políticas antiimperialistas. Desde estos planteamientos, si no se logra la destrucción del Estado, la lucha no vale de nada.

¿Es la revolución anarquista la única revolución posible? Veamos qué plantea Enrico Malatesta sobre este mismo problema en la Italia de principios del siglo XX:

Suceden, han sucedido y sucederán revoluciones independientes de la voluntad y de la acción de los anarquistas, puesto que los anarquistas no son más que una pequeñísima minoría de la población y la anarquía no es una cosa que se pueda hacer por la fuerza, por imposición violenta de algunos.

No podemos hacer la anarquía, o por lo menos la anarquía extendida a toda la población y a toda las relaciones sociales, porque hasta ahora ninguna población es totalmente anarquista y no podemos aceptar otro régimen sin renunciar a nuestras aspiraciones y a perder toda la razón de ser como anarquistas. Y entonces ¿qué podemos y debemos hacer?[]

Con frecuencia se repite la frase: "La revolución será anarquista o no será". La afirmación puede parecer muy revolucionaria, muy "anárquica", pero en realidad es una tontería, cuando no es un medio peor que el mismo reformismo para paralizar las buenas voluntades e inducir a la gente a permanecer tranquila, soportando en paz el presente esperando el paraíso futuro.

Evidentemente, la "revolución anarquista" o será anarquista o no será. ¿Pero acaso no hubo revoluciones en el mundo cuando aún no se concebía la posibilidad de una sociedad anarquista? []

La verdad es que la revolución será lo que pueda ser y nuestra tarea es acelerarla y esforzarnos para que sea lo más radical posible. Pero entendamos bien. La revolución no será anarquista si, como verdaderamente ocurre actualmente, las masas no son anarquistas. Pero nosotros somos anarquistas, debemos seguir siéndolo y obrar como tales antes, durante y después de la revolución.

Sin los anarquistas, sin la obra de los anarquistas, la revolución podrá malograrse y hacerse estéril. La revolución necesita de nuestro impulso. []

Nosotros debemos actuar y permanecer en medio de las masas, impulsarlas a la acción directa, a la toma de posesión de los instrumentos de producción y a la organización del trabajo y de la distribución de los productos, a la ocupación de los edificios habitables, a la ejecución de los servicios públicos sin esperar deliberaciones ni órdenes de autoridades superiores.3

La cuestión está en cómo se logrará destruir el Estado: ¿con una huelga general revolucionaria? ¿Con una insurrección como la que recientemente golpeó al Estado francés? ¿Acaso una revuelta consigue una transformación tan radical de la mayoría de las personas para poder vivir sin Estado de un día para otro?

Porque el problema, como planteaba Enrique Malatesta en una sociedad mucho menos compleja que las actuales, es que hasta que el pueblo organizado no esté preparado y sea capaz de asumir las tareas estatales distintas a la represión y a la dominación, no desaparecerá el Estado.

Ahora bien, tampoco podemos limitarnos a construir organización popular sin preocuparnos por el Estado, como si éste fuera un agente neutral en la lucha de clases. Aunque el Estado garantice en algunos casos ciertos servicios y funciones sociales (arrancados por las luchas de las generaciones anteriores), su función esencial es garantizar la desigualdad y la sumisión de la sociedad.

El Estado no se va a extinguir sólo, hace falta la voluntad de combatirlo y destruirlo. En este sentido, los anarquistas debemos mantener intactas nuestras ideas y pelear por ellas porque siguen siendo más válidas que nunca y tienen mucho que aportar a los procesos revolucionarios en todo el mundo. Pero eso no puede hacerse sin reconocer los avances que logran otros movimientos y organizaciones. No debemos imponer nuestra concepción de la lucha social y global sino construirla desde la base, de la mano del resto de sectores sociales oprimidos. Somos anarquistas, no autoritarios ni dictadores.

4) Cuba y Venezuela: ¿qué estrategia anarquista?

En el estado español varios grupos anarquistas se agarran, para analizar la realidad venezolana, a la visión del colectivo "El Libertario". Vaya un saludo afectuoso a este colectivo, coincidamos o no en todos los planteamientos, porque por lo menos ellos luchan con sus propias ideas en las tripas del sistema.

Pero mientras en el estado español, en el día a día los anarquistas sabemos muy bien diferenciar entre CNT o CGT (por poner un ejemplo), esta precisión no se da con un grupo de exiliados que se autoproclaman "movimiento libertario cubano". Más que anarquistas nos recuerdan a los soviéticos, ya que los movimientos no se decretan, se construyen. Mientras vemos que durante las dictaduras más feroces que ha habido en el continente, como la chilena o la argentina, financiadas por EEUU, los movimientos anarquistas han resistido desde dentro de los países junto a los oprimidos, en el caso cubano casualmente no ocurre lo mismo. No existe un movimiento libertario en Cuba, pero eso no significa que no existan anarquistas, con quienes he hablado y, textualmente, reconocen que "los comunistas nos cierran las puertas pero no nos persiguen, porque en Cuba no se persigue a nadie, sólo a la gusanada pro-imperialista".

Lo que existe es un grupo que desde Mexico se llama a si mismo "movimiento libertario cubano", un grupo que es ensalzado por revistas y publicaciones abiertamente oligárquicas y neoliberales, como "Carta de Cuba" o "La Nueva Cuba". ¿Hay alguna revista burguesa que en el estado español difunda a los anarquistas revolucionarios? ¿los burgueses son nuestros amigos o nuestros enemigos?

Con similar sorpresa, aunque ya menos, comprobamos como desde este grupo se reclama a los zapatistas que abandonen las armas para caminar únicamente por el sendero del pacifismo y se apoya a Frank Fernandez. Un compañero anarquista del colectivo mexicano Axión Kritika Kolectiva (que de represión contra el anarquismo saben bastante por lo que les toca), nos recuerdan que Frank Fernández "tiene mucho de esos anarquistas de café; digo la verdad les guste o no, que lo más importante de un movimiento social no es la propaganda así lo haya dicho Kropotkin sino -y evidentemente- la construcción y defensa de las bases del movimiento social, y como no soy comunista pues obviamente no me refiero a las bases como gente seguidora de una dirigencia que encabeza protestas sino y principalmente al sustento de él. Si en Cuba ha habido revolución es precisamente debido al pueblo trabajador que mediante la autogestión ha podido crecer y desarrollarse de una manera que no tiene igual con los otros países de América y aún de Europa. Si Frank Fernandez es anarquista entonces en lugar de exiliado deberia estar cortando caña, organizándose autogestivamente con los cubanos, rompiendo la vieja infraestructura estatal vanguardista de una idea de revolución, y creando aquella que permita seguir viviendo libremente a los cubanos, claro sin pagar impuestos. Así que choros a la tira".

Represión es la que sufren los compañeros anarquistas colombianos, que lloran a sus muertos asesinados por la policía en manifestaciones callejeras, como denuncia El Piojo Editorial, y con todo, acto seguido levantan las ideas por las que ellos lucharon para seguir combatiendo la dictadura capitalista de Uribe y de cuantos sangrientos presidentes coloque allí EEUU para la defensa de sus intereses.

Lejos de regalar legitimidad a determinados grupos que dicen mucho y hacen poco, la validez y actualidad de los principios anarquistas nos sitúa ante la cuestión de cómo intervenir (ya sea en América latina o en Europa) en realidades como la revolución cubana o el antiimperialismo venezolano que nace en el pueblo.

¿Qué actitud debemos tomar los anarquistas respecto a revoluciones que no son anarquistas como la cubana o procesos antiimperialistas que caminan con todos sus titubeos hacia una sociedad más justa, como en Venezuela, aunque no supongan por ahora la desaparición del Estado?
- No podemos dejar de reconocer los avances revolucionarios o simplemente democráticos y sociales, siempre que se demuestre que estos avances chocan con los intereses del capitalismo imperialista, que es quien pretende adueñarse del mundo a través de la sumisión y colaboración activa de los gobiernos locales del llamado tercer mundo. Debemos respetar los procesos defendidos mayoritariamente por los pueblos oprimidos, sin dejar de trabajar por nuestro proyecto. Reconocer no significa aceptar sumisamente ni quedarse de brazos cruzados. Eso sí, tampoco podemos olvidar que no actuamos en el vacío, sino en una coyuntura inestable en la que el imperialismo yanki y en un segundo plano el europeo, realizan un permanente trabajo de acoso con todos los recursos de desestabilización a su alcance, que no son pocos.

- El indispensable aporte anarquista pasa por plantear que la lucha antiimperialista es absolutamente necesaria pero insuficiente, que además de ella, es la autoorganización popular quien debe asumir la gestión de la economía y la sociedad y no el Estado, que debe debilitarse hasta desaparecer durante el mismo proceso de lucha revolucionaria de masas.
- La participación en los movimientos revolucionarios en ningún caso debe ser acrítica, en ese caso el anarquismo perdería su potencial liberador. Debe impulsar la máxima descentralización, la máxima participación popular y la mínima delegación.

Es decir, quedarnos en la posición de criticar a Cuba y a Venezuela tachándolas de "dictaduras camufladas" no sólo dice muy poco del anarquismo a ojos de muchos simpatizantes, además es un error. Lo primero es reconocer el valor del antiimperialismo en un continente sometido política y económicamente por EEUU a sangre y fuego. La UE quiere su parte y trabaja activamente por lograrlo con el Estado español de punta de lanza: la pasada cumbre de Salamanca es una clara muestra de ello.

No podemos ignorar el avance que para toda la humanidad supone cuestionar en la práctica que el capitalismo no es "la menos mala de las soluciones" ni "el único sistema posible" con el desarrollo de una economía y una cultura socialista en Cuba y sus tímidos avances en Venezuela. Y es que aquí no estamos hablando en el plano de las ideas puras. Estamos hablando, en el caso de Cuba, de un pueblo culto, donde no les falta el pan cada día en la mesa, donde la atención médica (desde la clínica barrial hasta el dentista) y la educación (desde el jardín de infancia hasta la universidad), son gratuitas. Donde los que aquí entendemos por diputados municipales (que en la mayoría de los casos no conocemos o a lo sumo oímos hablar por la televisión), allí rinden cuenta a la población de la gestión política local y nacional, barrio a barrio y manzana a manzana, cada seis meses en asambleas vecinales abiertas. Quien firma este texto ha participado en ellas más de una vez, comprobando con sus propios ojos que cuando hablamos de Cuba, hablamos de un país donde el estado tiene estructuras de poder que ya han desaparecido y donde no rige la lógica del máximo beneficio económico en la mayoría de los pilares fundamentales que sostienen el modelo social. Si esto no fuera así, entre otras cosas Cuba no podría hacer frente con éxito a los destructivos huracanes caribeños. La gente moriría a puñados en la primera ráfaga de viento, desorganizada e incluso enfrentada entre sí, como ocurre en EEUU y en los países centroamericanos.

Esto no significa que debamos dejar de luchar contra las estructuras del Estado que aún se mantienen en pie, todo lo contrario. Pero no empobrezcamos el análisis. Una sanidad desmercantilizada salva vidas y garantiza una población sana. Una educación desmercantilizada enriquece culturalmente y garantiza el derecho al conocimiento. Si los anarquistas no tenemos esto en consideración cuando elaboramos nuestra crítica a Cuba, jamás podremos situarnos correctamente en el escenario de la lucha por la transformación social radical y global. Y de la misma manera, si abandonamos la lucha por la desaparición total del estado cubano, entonces estaremos traicionando nuestros ideales.

Y en el caso de Venezuela, si bien hasta el momento no podemos hablar más que de un "debilitamiento del capitalismo", tampoco podemos quedarnos al margen de todo el llamado "proceso revolucionario bolivariano". Hay obreros que siguen luchando por mejoras laborales y con ellos debemos estar, al igual que con los campesinos que luchan por sus tierras frente a la lentitud del burocrático "estado chavista". Pero en ningún caso podemos pasar por alto las reformas (en algunos casos en paralelo al estado, por su incompetencia) en el ámbito de la educación, la sanidad y la alimentación. Estas medidas son contrarias al actual desarrollo del capitalismo y mientras en todo el mundo las sociedades caminan hacia la catástrofe humana y social, en Venezuela los niños empiezan a comer, a leer y a escribir, a recibir atención médica.

A día de hoy es ridículo plantear que existe algún tipo de "socialismo" en Venezuela, sólo la socialdemocracia más reaccionaria puede lanzar tal afirmación. Pero no podemos impulsar la lucha contra el estado venezolano dándole la espalda a los amplios sectores empobrecidos que se están autoorganizando, que trabajan para convertir el proceso bolivariano socialdemócrata en un proceso verdaderamente revolucionario, que sin duda en su mayoría están con Chávez (¡ojo! no con el sector chavista estatal y burocrático) y que ya demostraron que darán la vida por defender este proceso "bolivariano" abierto cuando el imperialismo orquestó un golpe militar en abril del 2002, frustrado en buena medida por los pobres organizados.

Reivindicamos a los pueblos cubano y venezolano y no a sus estados, pero no podemos estar al margen de los procesos que se están dando, en los cuales de una forma u otra participa efectivamente el pueblo. Desde nuestros planteamientos específicamente libertarios, debemos denunciar el acoso imperialista, saludar las medidas que mejoran las condiciones de vida de la población, pero también impulsar, con total decisión, la profundización y radicalización de los procesos.

Desde aquí se deben criticar con contundencia aquellas políticas que no impulsen la descentralización, la participación popular, el debilitamiento del Estado y que el pueblo organizado asuma las tareas necesarias para la vida. En ese camino debemos trabajar para construir alternativas anarquistas que acompañen el fortalecimiento de la lucha de los pueblos oprimidos. Decir que en Cuba y Venezuela existen "dictaduras" sobre la base teórica de que aún los Estados de estos países no han desaparecido por completo, nos lleva al inmovilismo. La desesperación de los pueblos no puede esperar. El comunismo libertario es la única salida.

POR LA RADICALIZACIóN DE LOS PROCESOS ANTIIMPERIALISTAS!

HACIA EL COMUNISMO LIBERTARIO!

Anarquía o Barbarie

Una mirada anarquista de la coyuntura latinoamericana y del gobierno Lula
Bruno Lima Rocha, Politólogo y periodista de la Federación Anarquista Gaúcha, Gran Porto Alegre, Rio Grande do Sul, Brasil, octubre de 2008.

La coyuntura latinoamericana es dura como siempre pero no caben alarmismos. Es duro desde Brasil apuntalar una posibilidad de golpe de tipo oligárquico en el país o una intervención directa de los gringos estadounidenses. Los riesgos que corremos son otros. Los pueblos de América Latina están empujando los límites de esa falsa democracia de mercado, donde cada partido que entra tiene que repetir todo lo que la canalla anterior acertó. El imperialismo que opera en América Latina hoy se asocia a los gobiernos que se dicen de "izquierda" y gobiernan por derecha.

El propio ejemplo de la 4ª Flota de la Marina yankee es el la política del "big stick" (palo largo) sigue. Quieren nuestras reservas de agua, la Amazónia, el patrimonio de la biodiversidad y los hidrominerales. Sofocan la unidad latino-americana, llenando a nuestros oídos con las estupideces de las transnacionales que operan telecomunicaciones por satélite y proveedores de internet. Cumpliendo el triste papel de bombero del Imperio está Lula y Bachelet. En Chile, el nivel represivo es mayor. ¡La concertación opera como heredera de los Chicago Boys y hasta hoy prohíbela mayoría de las marchas y actos callejeros!

Si estos son los bomberos, la punta de lanza del Mando Sur de los gringos está en Colombia gobernada por el narco y paraco Álvaro Uribe y su equipo de paramilitares. Siguiendo de cerca la narco república está el actual gobierno del Perú. Justo en el país donde cupe al anarquismo aproximar las raíces indígenas de la lucha obrera urbana, a través de la obra magíster de González Prada, el presidente Alan García, que tiene en su registro niveles represivos absurdos en la guerra interna de los 80, busca el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y China.

Es preciso resaltar que existe resistencia, tanto de la insurgencia como de la lucha popular organizada, intentando de todas las formas impedir los TLCs y la militarización de la sociedad en estos países. Reconocemos que el caso brasileño es el más grave y trataremos de eso más adelante. El importante es decir que el neoliberalismo perdió en algunos países donde el pueblo se levantó en los últimos diez años e hizo la democracia de mercado insostenible.

El desafío de ir más allá que las urnas y la votación de tipo burgués es el tema de fondo en el Continente. Para el pueblo paraguayo, es el momento de avanzar la organización social, teniendo en cuenta la tarea de romper el TLC y ultrapasar las dulces palabras del obispo Fernando Lugo para con el sub-imperio de Brasil. La punta de la lucha está en la zona andina pero se depara con la cristalización de líderes de tipo carismático, lo que casi siempre genera desorganización de la clase. Los mejores ejemplos de Latinoamérica vienen del Ecuador de la CONAIE 4heroica que derrumbó tres presidentes; de Bolivia del levante de los campesinos del Chapare, de las guerras del agua y del Gas; y en Venezuela del Caracazo y del contra golpe de abril de 2002. En estos países hermanos, la derecha y el imperialismo juegan duro y las izquierdas pelean por dos proyectos distinguidos. Uno de ellos, actualmente victorioso, es lo de un gobierno nacional-popular capitaneado por un Ejecutivo fuerte. Disputando palmo a palmo con los oficialistas, el concepto de Poder Popular se materializa en barricadas, radios comunitarias, fábricas ocupadas, economía cooperativista y movimientos populares que de tan orgánicos pueden pasar a formar una milicia. Esto ya ocurrió con la Coordinadora 23 de Enero5 de Caracas y hoy, en este exacto momento, se da en la Bolivia de los Ponchos Rojos6.

De común entre los gobiernos Morales, Chávez y Correa es la ausencia de organismos políticos que expresen un poder además del carisma de los presidentes y el control del Estado. Todos se dieron cuenta del límite de la Reforma Constitucional y de los peligros de una derecha escuálida en Venezuela de tipo golpista, aliada de Colombia en Ecuador y fascista en el caso boliviano. Los pueblos también van dándose cuenta que construir instituciones políticas de Poder Popular Permanente es muy más avanzado del que apoyar un gobierno nacionalista. El último referéndum en Venezuela es la prueba viva del que dijimos. La tentativa de separación de la llamada Media Luna boliviana, teniendo los narcotraficantes, latifundistas de la soya y aliados de las empresas brasileñas al frente, es hoy el mayor riesgo que corre el proceso en la tierra de las radios mineras y donde militó el anarquista Liber Forti.

No serán las fuerzas armadas de estos países las instituciones defensoras de un proceso de cambio. ¡Por el contrario, como todos saben, ninguna fuerza armada derechista es antiimperialista! ¡Ningún gobierno estatal radicaliza un proceso revolucionario! Los pueblos de los países hermanos están encontrando la liberación a través de entidades de base y coordinaciones populares. Faltan organizaciones específicas de intención revolucionarias, falta una referencia de teoría y organización política, pero tenemos la certeza de que esta vía es posible y deseada por las mayorías de cholos, pueblos originales, negros y trabajadores de la sierra, altiplano y las costas. América Latina encontró un camino además del neoliberalismo y no va a retornar más por la vía de la muerte lenta.

Por más fuerza que Lula y su gobierno de políticos de la dictadura y banqueros haga, el Continente no padecerá de los males de las políticas de Brasil. Infelizmente, en el caso brasileño, tenemos una agenda marcada por los hechos de las transnacionales, los medios mentirosos y las elecciones de tipo burgués. Es verdad, politiqueros y demagogos tienen mayor capacidad de absorción de movimientos y sectores por aquí. Las organizaciones políticas con intención de cambio profundo apuestan en el largo plazo y los políticos profesionales juegan en el inmediatismo.

Es lo que ocurre hoy en Argentina, cuando la pareja Kirchner se apoderó del Partido Justicialista, hace alianza con sectores mafiosos del menemismo y acumula para sí la mayor parte de la generación de piqueteros. Cuando pierde, pierde feo por su propia estupidez, como es el caso de los latifundistas soyeros y especuladores del Puerto. Ni por eso el movimiento popular paró de crear nuevas condiciones y salidas para la lucha real. La Federación de Organizaciones de Base (FOB) es el mejor ejemplo de que es posible una vía popular y no peronista. En las provincias argentinas, además del lock out de los latifundistas, estallan luchas directas por la conquista de fábricas y la dignidad en el territorio. Es preciso entender que los caminos más largos son los más consistentes. Y que a todo el momento el sistema está poniendo a la prueba dirigentes y sectores organizados. Esta es una de las funciones de la organización política anarquista, la de demarcar el objetivo finalista y la estrategia permanente a todo el momento. Porque para nosotros, los fines son los medios, y la forma como llegamos a un objetivo es como queremos que este sea conquistado.

Volviendo al análisis rápido, una situación parecida, el deterioro de los valores y códigos de izquierda, se da entre Brasil y Uruguay. Fenómenos semejantes porque algunas reglas de la política real son inevitables. Siempre dijimos que la fórmula electoral es una fábrica de traidores de clase. También afirmamos que la independencia de clase es la única garantía que las entidades de base y el movimiento popular tienen para garantizar sus conquistas. Pues bien, todo lo que el anarquismo afirma hace doscientos años está aconteciendo ahora en nuestro país y en la Banda Oriental. La diferencia es que allá el fenómeno de la corrupción es más leve y la cara dura de los ex-socialistas arrepentidos es más pequeña. Aquí, hicieron alianza descarada con antiguos políticos de la Dictadura. Allá, gracias a fuerza del pueblo organizado luchando por Memoria, Verdad y Justicia, parte de la milicada fue castigada.

Aquí, Lula ni siquiera recibió los familiares de víctimas y desaparecidos y no abrió los archivos de la dictadura. Antes de la crisis de la hipotecas podridas (sub prime), conmemoraba junto a Henrique Meirelles (presidente del Banco Central y expresidente mundial del BankBoston) y a Collor de Mello (que apoya a su gobierno) el hecho de que el país fue clasificado como "inversión segura" por una agencia de especulación mundial.

No basta tener las críticas correctas. Tenemos que combatir la descreencia y la desconfianza en la base de las clases oprimidas tras 23 años de falsa democracia en Brasil y traición de clase. El presidente ex-metalúrgico gritó que "nunca fue de izquierda!", y no fue aún. Luiz Inácio es el Lech Walesa de los trópicos. Por lo tanto, la pelea dura que la clase obrera, generando el poder del pueblo, la dio en la Gdansk de los 80, hay quedarla otra vez. Cuidando la ruta, para evitar otra traición más en el sur del mundo occidental.

Sobre la actual situación política en Bolivia
Ante la actual situación política por la que atraviesa el movimiento popular boliviano, nuestro Partido, junto con brindar toda su solidaridad internacionalista y ponerse al servicio de su justa causa; viene en señalar lo siguiente:

Latinoamérica esta en una encrucijada. El imperialismo coludido con la burguesía boliviana intenta desestabilizar, como lo hace con Venezuela, el proceso de reformas políticas y económicas liderado por el Presidente Evo Morales Ayma, proceso que trastoca la escena política en un continente "apaciguado", no hace mucho, a punta de golpes militares.

Este proceso, sin dudas es contradictorio y en este momento cada vez es más claro para las masas que no existen salidas intermedias que no signifiquen la claudicación de los intereses del conjunto del pueblo y los trabajadores a la fronda oligárquica que pretende reconquistar el terreno perdido con asesinatos e intentonas golpistas. La preocupación en torno alas consecuencias que se puedan derivar de la actual crisis política en Bolivia ha concitado a los presidentes de los estados miembros de la UNASUR, quienes por una parte, han a condenado aventuras desestabilizadoras, pero por otra emplazan al gobierno boliviano en buscar un entendimiento con la oligarquía de la media luna boliviana. La magnitud de la asonada fascista, la evidente intervención del imperialismo norteamericano, así como el mayoritario respaldo popular al gobierno son antecedentes que ratifican lo absurdo de tal entendimiento.

En estos momentos, en que el Movimiento al Socialismo y el Presidente Morales han ganado algo de tiempo, no les queda otra alternativa que afirmarse decididamente en las masas movilizadas y en los militares leales al gobierno para profundizar la Agenda de Octubre, expresión del proceso revolucionario que el pueblo viene edificando desde hace muchos años en un transito ascendente de acumulación de fuerzas. De lo contrario, la política vacilante de buscar el entendimiento con el fascismo, tiene claras consecuencias que se manifestaron de forma elocuente en la experiencia chilena de la Unidad Popular. Esta experiencia, junto con evidenciar los limites del marco democrático burgués, demuestra que no existe posibilidad de dialogo con los golpistas; esto solo va a permitir que la burguesía y el imperialismo alineen sus fuerzas para dar el golpe decisivo, lo que conduciría al movimiento popular boliviano a una carnicería de incalculables proporciones. Es por ello que se hace urgente tomar medidas de fuerza contra los grupos paramilitares que operan en la "media luna" y contra la oficialidad de inclinación golpista presente en los mandos medios y altos de las Fuerzas Armadas Bolivianas.

Pero, más allá de las posibilidades que ofrece el reformismo, se hace imprescindible la unidad de los sectores de intención revolucionaria para orientar una salida que sobrepase los estrechos marcos de la legalidad burguesa. Por otra parte, es urgente para el sabio movimiento popular boliviano, agudizar el proceso revolucionario sin vacilaciones, ganar para el pueblo a soldados, clase, suboficiales y oficiales antigolpistas y socialistas, desarrollar los embriones del poder popular y asumir de forma inmediata las tareas de defensa de los intereses de la clase, en orden aun programa revolucionario que imponga, de una vez por todas, el socialismo en el corazón de Latinoamérica.

Por otra parte, quisiéramos que el Presidente Chávez con la misma fuerza que condena el asesinato de 30 campesinos bolivianos a manos de los "cambas" en la provincia de Pando, condenara y persiguiera a los responsables del alevoso homicidio, a inicios de este mes, de cuatro combatientes de las Fuerzas Bolivarianas de Liberación en la frontera con Colombia a manos de efectivos "pitiyanquis" de las fuerzas de seguridad del Estado Bolivariano; cuatro revolucionarios que se suman a 300campesinos, dos compañeros de la Coordinadora Simón Bolívar, un concejal Tupamaro y un integrante del colectivo Alexis Vive de la Parroquia 23 de Enero, asesinados por bandas paramilitares que operan impunemente en las narices del gobierno y en plena complicidad con el imperialismo, los "escualidos" y sectores de la "boliburguesía".

Finalmente, el imperativo de avanzar en las tareas revolucionarias no solo es garantía para la felicidad de nuestros pueblos, sino que la única forma de defender la vida y conquistar la libertad de millones de seres humanos.

Arriba los y las que luchan!

Venceremos!

Organización Comunista Libertaria de Chile 16 de Septiembre de 2008


¡Solidaridad con el pueblo boliviano!

¡En Bolivia se juega el futuro de toda Latinoamérica!

Los acontecimientos que han sacudido a Bolivia en estos últimos días dejan a los anarquistas organizados en la FAG en estado de alerta. El problema no es la defensa de un gobierno con perfil nacionalista y raíces indígenas. El tema en agenda es la defensa incondicional de la lucha popular de los pueblos latinoamericanos.

Venimos acompañando y sosteniendo contactos orgánicos con los compañeros bolivianos desde el verano del 2003, es decir, desde antes de la victoria popular en la Guerra del Gas, antes de que sea derrocado el gobierno de Gonzalo Sanchez de Losada, antes de que sea derrocado el presidente que lo sucedió, Carlos Mesa, y mucho antes de la victoria electoral del MAS. Desde aquel año quedó evidenciado parra la FAG de que en Bolivia el juego político era duro, sin límites legales o institucionales. La lucha por la construcción del Poder Popular tiene varias vertientes, y en aquel momento, el gobierno de Evo Morales y Álvaro Garcia Linera canalizan y expresan parte de la voluntad popular de retomar la soberanía definitiva sobre su territorio ancestral. Evo no hace lo que quiere y ni gobierna con los banqueros, como lo hace el ex-metalúrgico Lula da Silva. Hoy, el país que derrotó el neoliberalismo decenas de veces se ve enfrentado a su mayor desafío. El conjunto de pueblos y nacionalidades ancestrales del antiguo vice-reinado del Alto Perú, las sociedades tradicionales quéchuas, aymaras, guaranis, tupis y decenas de otras etnias, los descendientes vivos del mestizaje de las ciudades, las heroicas resistencias mineras, cocaleras, de El Alto, de Cochabamba, del combate callejero en La Paz, esquina por esquina, derrotaron el enemigo diversas veces. Este pueblo hizo de la organización del tejido social, de la práctica de justicia comunitaria y las alianzas de base el baluarte de la derrota de un sistema de partidos políticos podridos, corrompido con las experiencias privatizadores de los años ?80; con piedras y dinamitas venció en las calles el Ejército que operó bajo el comando del general traficante Hugo Banzer; al avance de la práctica cooperativista se opone la presencia nefasta de transnacionales del petróleo y derivados, incluyendo la odiosa presencia subimperialista brasileña en el país hermano.

Ahora la lucha es intestina. Pone enfrente, por un lado, a la oligarquía de la llamada Media Luna, dominante en los departamentos de Tarija, Beni, Pando, Chuquisaca y comandada por los latifundistas de la soja y los narcotraficantes de Santa Cruz y, por otro, los intereses del pueblo. Nadie duda de que el gobierno de Morales es uno de los blancos de estos oligarcas, sin embargo, la meta de esta gente es la destrucción de la organización popular y de las alternativas indigenistas, de las formas tradicionales y comunitarias de control de la vida social, de la reapropiación popular del subsuelo y de las riquezas naturales. Dicha lucha por la autonomía, no es más que la voluntad política de una oligarquía aliada de las transnacionales de un intento de golpe patrocinado por el Departamento de Estado, la CIA y la DEA, financiado con el dinero robado al pueblo boliviano. La multitud de hombres y mujeres que luchan por la "autonomía" son, en su gran mayoría, empleados, afiliados políticos y cabos electorales de estos oligarcas. La situación dedesobediencia civil y no gobierno es enorme en Bolivia. Por izquierda, las protestas sociales son cada vez más duras y los objetivos de las reivindicaciones obligan a Morales a hacer lo que la mayoría del pueblo organizado propone. Pero, por derecha, la oligarquía que también salió victoriosa en el referendo revocatorio de los gobiernos nacional y departamentales, apuesta todas sus fuerzas en el caos, en el lock-out y en el bloqueo económico. Ellos no quieren pagar impuestos para el gobierno de La Paz, quieren apropiarse de las riquezas nacionales para sí, de la misma forma que los bancos succionan nuestro PIB y que la burocracia escuálida chupaba la sangre de la Pedevesa venezolana, cuestión que sólo se revirtió con la victoria del pueblo en abril del 2002. Compañeras y compañeros, en Bolivia hoy se libra una batalla contra la oligarquía, batalla que forma parte de la guerra del pueblo latinoamericano contra los grilletes del imperialismo bajo el manto macabro de la globalización.

Tenemos algo a aclarar: la FAG, como organización, no defiende ningún gobierno de tipo estatal o burgués. Nuestro apoyo, desde hace mucho es para el proceso llevado a cabo por los pueblos que reivindican la herencia bolivariana y artiguista, es al lado de la vocación política de las instituciones sociales y entidades de base que pelean arduamente contra la burocracia creciente en Venezuela y las vacilaciones típicas de dirigentes con carisma, pero sin la organicidad y debida obediencia al pueblo, como hacen los verdaderos militantes socialistas. Finalmente, nuestra lucha es al lado de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador(CONAIE), de la Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos (ANMCLA) de Venezuela, de la COR heroica de El Alto y de todo el movimiento popular de Bolivia.

La dificultad política del gobierno de Morales debiera ser resuelta superando los estrechos marcos legales. Existe una izquierda popular mucho más a la izquierda que el recalcitrante vicepresidente Linera y los burócratas de siempre que oscilan entre las universidades latino-americanas y los gobiernos con barnices nacionalistas. A la izquierda del MAS está la ex-guerrilla del Movimiento E.G. Pachakuti, está la Coordinación Regional de El Alto, están las instituciones sociales de tipo Justicia Comunitaria, existe un enorme tejido social organizado que no va a entregar el país y la tierra ancestral a los herederos de Cortés y Pizarro.

Otra Batalla de Ayacucho; otro Levantamiento como el de 1809

En 1809, valientes jóvenes bolivianos no reconocieron la pretensión de Carlota Joaquina de gobernar los vice-reinados. Esta decisión tomada en el corazón del Continente señaló el camino a seguir rumbo a la liberación de América. La respuesta realista no tardó en llegar y así fue que el gobernador de Potosí, leal al colonialismo, ocupó militarmente las ciudades rebeldes. En 1824, en la Batalla de Ayacucho, la reacción sale derrotada política y militarmente. Así y todo, la independencia política no garantizó la liberación de los pueblos: con Poder Popular, Autogestión y Federalismo Político. Casi 190 años después, se repite la historia. Ante el avance del poder del pueblo, en la transformación del Estado nacional en espacio público y bajo control directo, en el desmonte de las estructuras burguesas de dominación social, la derecha aparece con furia. Hoy es en Bolivia, en el 2002 fue en Venezuela, en tres ocasiones el pueblo de Ecuador derrocó gobiernos en los últimos 11 años, en diciembre del 2001 la garra argentina derrotó el neoliberalismo y todo su proyecto de desmonte de la vida en sociedad. Hoy, la guerra de los pueblos latinoamericanos rumbo a su liberación, libra una nueva Batalla en la Media Luna boliviana.

¡Que la Oligarquía salga derrotada!

¡Que la CIA-DEA-Departamento de Estado de EEUU salgan derrotados!

¡Que el pueblo boliviano traspase los límites del gobierno nacional y avance rumbo al Poder Popular!

¡Porque el neoliberalismo y el imperialismo son la misma cosa inmunda!

¡Porque el Poder Popular en América Latina se construye en la lucha!

¡Toda la solidaridad con el pueblo Boliviano!

¡El futuro del país Hermano será quéchua, aymara, guarani, tupi y popular o no será!

¡América Latina nunca se rinde!

¡Poder Popular, Autogestión Social y Federalismo Político!

Porto Alegre, 13 de septiembre de 2008,

Federación Anarquista Gaucha (FAG) Foro del Anarquismo Organizado (FAO) alianza estratégica con la Federación Anarquista Uruguaya (FAU).Traducción: Colectivo Agitación Libertaria (Arica-Chile)

Comentarios sobre Bolivia y elementos de debate para el anarquismo organizado (respuesta a declaración del GSL)
Por José Antonio Gutiérrez
Extraído de la agencia de noticias multilingüe anarquista A-INFO en www.ainfos.ca, 28 de setiembre 2008.


Estimados compas, junto con saludar su declaración y esperando que la situación de las luchas mexicanas vaya con el viento a favor del campo popular, quiero hacer una serie de observaciones con el ánimo de debatir ciertos elementos que han sido tratados en tres declaraciones sobre la crisis boliviana publicados en este portal [Anarkismo.net] (GSL, FAG, OCL). Creo que la discusión de estos elementos nos debe servir para ayudar a desarrollar teoría y práctica, y espero que la discusión se mantenga con altura, sin caer en recriminaciones (como ya se insinúa en los comentarios anteriores y como es tan frecuente en nuestros círculos donde se carece de una cultura del debate).

1. Respecto al marco internacional dentro del cual el conflicto se desarrolla: creo que todos los artículos mencionan la presencia de intereses extranjeros, imperialistas (los EEUU, claramente) o sub-imperialistas (Brasil), o de un proyecto regional nacional-capitalista (Venezuela). En cuanto al campo imperialista, es importante aclarar que, con la decadencia de los EEUU en el plano internacional, América Latina está en condiciones de convertirse en un campo de batalla entre distintas potencias que están tratando de ocupar el vacío que el desplome del Tío Sam va dejando. Tenemos a China tomándose los mercados latinoamericanos con el pragmatismo clásico de su modelo económico; a una Rusia entrando a una alianza estratégica con Venezuela; a una Unión Europea que también desde hace rato se viene tomando ciertos enclaves en los mercados nacionales (principalmente, capitales españoles en sectores como contratos públicos y servicios), y que avanza Acuerdos de Asociación como una manera de meter sus propios términos para el libre comercio. La disputa del botín, probablemente, recrudecerá las tensiones regionales.

Pero la ingerencia primordial sigue estando por mano de EEUU que tiene su puesto de avanzada en Colombia, donde la oligarquía ha consolidado una posición de fuerza como en ninguna otra parte y donde posee una agresividad que traspasa las fronteras. Con el agotamiento del impulso del ciclo de protestas populares iniciado en el período 1998-2000, la oligarquía y el imperialismo norteamericano tratan desesperadamente de ganar terreno perdido. Esa es la batalla que hoy se libra en Bolivia. Y una victoria de la oligarquía boliviana significa una clara señal hacia el resto del continente. Este peligro no puede ser minimizado. Lo que se juega en Bolivia (como lo que se juega en Colombia) tendrá repercusiones hemisféricas de proporciones.

2. Es importante destacar que la "solución" momentánea a la crisis desatada tras la masacre de Pando, se encontró en Santiago de Chile, en una reunión de Unasur, lo cual viene a confirmar la pérdida de influencia regional de los EEUU. Tan sólo dos años atrás, esta crisis se hubiera discutido en Nueva York mediado por el departamento de colonias norteamericano, es decir, por la OEA. Esto demuestra, además, que se está conformando un bloque de poder regional que pretende impulsar un capitalismo con su eje dinámico en el sub-continente mismo y no que sencillamente responda a las necesidades de los mercados europeos o norteamericanos. Esta perspectiva no debe dejar de ser inquietante para los EEUU, aunque constituye una alternativa aceptable, en oposición al surgimiento de alternativas genuinamente socialistas; sin embargo, su apuesta sigue siendo por títeres que puedan controlar directamente, como las oligarquías colombianas y bolivianas. Para los países de la Unasur, un golpe de la oligarquía boliviana, aún con el respaldo de Washington, sería inaceptable por las implicancias que tendría -abriría decididamente una brecha para la batalla frontal contra el capitalismo-, pero una solución desde abajo, de carácter popular, también es inaceptable por el mensaje que enviaría a la clase trabajadora latinoamericana. En consecuencia, la solución momentánea al conflicto manda un mensaje claro a la oligarquía camba, pero también raya la cancha con claridad meridiana, para que el conflicto no desborde a una crisis revolucionaria.

3. No creo que la oligarquía boliviana y el gobierno populista de Evo estén en desacuerdo, como afirma esta declaración, meramente en la manera de "administrar" el capitalismo. Creo que hay otros aspectos que juegan un rol, aspectos incluso de orden histórico y cultural. El hecho de que el MAS represente un gobierno puesto en el poder gracias a una serie de movilizaciones populares que golpearon al corazón de la oligarquía y que de una u otra manera frenaron, aunque fuera parcialmente, el proyecto neoliberal que habían trazado desde mediados de los '80 convierte a Evo (la figura visible) en su enemigo a muerte. Además, si bien la burguesía es definida según parámetros universales (propiedad de los medios de producción, etc.), en cada coyuntura o región se presentan particularidades que dan caracteres específicos a la lucha de clases y que no pueden ser ignorados. Aunque Evo hable del capitalismo andino y amazónico, un presidente "indio" no va a ser, jamás, aceptable para una burguesía racista que por siglos (y heredando el pesado legado de la colonia) no ha tenido que compartir su "finca" con nadie. El reformismo tiene márgenes más amplios en ciertos países que en otros. En el caso boliviano, la burguesía testaferra no tolera la menor reforma social, que ponga en riesgo lo más mínimo de su supremacía absoluta. Quien conozca la burguesía boliviana puede dar fe de esto.

Por ello aunque se diga que, en teoría, la nueva Constitución boliviana no representa una amenaza al capitalismo en cuanto tal, si representa una amenaza a una oligarquía que se ha reproducido por siglos en ciertas condiciones históricas que apenas sí han cambiado en lo fundamental. Temas como la reforma agraria, o incluso, el pleno reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, se constituyen en verdaderas pesadillas para esta clase parásita, colonial y racista. Estas cosas creo que son importantes tenerlas en consideración (en vez de un análisis muy abstracto del capitalismo como sistema) pues creo que explican mucho de la reacción desmedida de la oligarquía boliviana.

4. Respecto a la afirmación de que "Evo y el MAS son enemigos por igual del proletariado que la derecha", yo tengo mis reservas. Creo que de una u otra manera, se echa a un mismo saco dos grupos políticos con enormes diferencias, incluso en su sustrato de clase. Creo que es necesario entender las diferencias que existen tanto en el bloque político-económico en el poder (incluso en el seno mismo de la burguesía), como entre los sectores que, desde la lógica de una alternativa capitalista (de diferentes matices) se oponen: en este caso, la oligarquía ultra-reaccionaria y el reformismo masista. Sólo entendiendo estas diferencias, podemos encontrar una línea correcta de intervención revolucionaria.

Obviamente, esto es un tema muy complejo, porque requiere de entender al masismo y al gobierno de Evo de manera que no creo, actualmente, estar en condiciones personalmente de hacerlo y quizás un buen debate pudiera ayudar a esclarecer ciertos elementos. Pero claramente, la estrategia del MAS es una estrategia reformista, sustentada en la necesidad de democratizar al Estado (burgués, aclaro para que no queden dudas) y la estructura del ingreso, de disminuir la dependencia económica mediante la recuperación de las riquezas naturales, la cual se sustenta en las masas empobrecidas del campo y la ciudad, las cuales le entregan un apoyo impresionante como se ha visto en el referéndum de Agosto. Claramente, no es lo mismo a la oligarquía camba, de cuño fascista y que en el fondo refleja a lo más reaccionario de la oligarquía gamonalista latinoamericana.

Entender esta diferencia no nos hace menos anarquistas ni menos revolucionarios, pero nos entrega ciertos elementos para poder desarrollar una línea revolucionaria y libertaria de intervención en el conflicto boliviano, que, por una parte "frene el golpe" (lo cual es una urgencia), a la vez que no nos ate de manos ante la estrategia reformista del MAS y nos permita desarrollar una alternativa genuinamente socialista, en el sentido integral del término.
5. El punto más importante en el que insiste la declaración, es en el de la necesidad de la autonomía de clase (y le agregaría, de la autonomía política de los sectores revolucionarios y libertarios). Importante como es destacar este punto, tampoco podemos dejarlo como una sencilla consigna lanzada al viento sin entender la realidad del pueblo boliviano y la propia dinámica de la clase popular en Bolivia (cuya composición es el 100% india o mestiza, al menos, en el área andina). Existen organizaciones populares de larga tradición en el seno del pueblo boliviano (como la COB) y otras más recientes (como la Coordinadora de El Alto) que han jugado un rol positivo y no tan positivo en diferentes momentos. Los niveles de combatividad y participación son altísimos, y sin embargo, como correctamente demuestra la declaración, no se ha podido desenmarcar este pueblo de alternativas reformistas de inspiración burguesa. Y no es que le hayan faltado ganas: constantemente uno escucha llamados a la independencia de clase, a la democracia directa, a romper con el capitalismo, y son llamados sinceros. He escuchado de boca de no pocos compañeros, su frustración al haber demandado por años un sistema diferente, desde la base, con participación masiva, para quedar enredados en el tinglado autoritario del Estado k'ara (de los blancos en aymara, por extensión se usa como sinónimo de burgués) y quedar enredados en discusiones de pasillo sobre la Constitución real mientras el poder sigue residiendo en otra parte, lejos del pueblo. El problema principal es que estas soluciones no se improvisan cuando estalla el próximo levantamiento nacional.

La primera necesidad para mantener la autonomía, en mi opinión, no es cortar con la COB, organización que representa el vacío de estrategia revolucionaria a todos los niveles (es más síntoma que causa), sino que los sectores revolucionarios y libertarios no vacilen en formar su propia organización y en forjar, al calor de la lucha, un programa específico que entregue soluciones al aquí y al ahora, con perspectiva revolucionaria y con miras a desarrollar la sociedad libertaria. Ese es el primer paso para poder cristalizar las tendencias libertarias, horizontalistas y combativas que existen en el pueblo boliviano en sobrada medida, en una orientación efectivamente revolucionaria. Obviamente, esto no ocurrirá de un día para otro, pero sí constituye una necesidad urgente. De igual manera, no es un proceso que pueda darse al margen del proceso de lucha y de las organizaciones de masas del pueblo (aún con sus contradicciones y sus vacilaciones), pues esto es primordial para poder convertir el proceso de convertirse en alternativa en un aprendizaje práctico.


Responder