Canarias, Sahara, Marruecos
Publicado: 28 Ago 2008, 19:14
Canarias y Marruecos
Antonio Cubillo Ferreira *
http://elguanche.net/Ficheros2/canariasymarruecosac.htm
Salvo los políticos del PSOE y del PP y los ultraperiféricos de CC, nadie duda de que existe una grave crisis económica mundial, crisis que corresponde a las clásicas del capitalismo y que quienes pagarán las consecuencias van a ser los trabajadores en general, los países en vías de desarrollo, especialmente los africanos, que hace poco se han liberado del colonialismo y los que están sufriendo el neocolonialismo europeo, o los que están aún colonizados, como Canarias, última colonia de España. África es el país con más materias primas y mineras del mundo y va a ser en nuestro continente donde se van a dar las mayores luchas y guerras por su control. Antiguas y actuales metrópolis van a entrar en contradicción con los nuevos países que intentan controlar nuestras riquezas minerales estratégicas, como China, EEUU, India, Rusia y Japón. Ya en 1975, la metrópoli monárquica española, que debía descolonizar primero el Sahara y después Canarias, se planteó esta disyuntiva, descolonizar como exigían las Naciones Unidas o aferrarse a sus colonias africanas para participar en el robo de las riquezas mineras de África, aliada con sus amigos capitalistas.
La España monárquica, aunque aparentemente y a regañadientes obligada por las Naciones Unidas, había empezado a cumplir el mandato de descolonización en África, con el territorio de la Guinea Ecuatorial, no iba a desprenderse pacíficamente de sus ricas colonias del Sahara y Canarias, porque ya sabía las posibles riquezas de pesca, fosfatos, hierro, gas y petróleo que las empresas mineras y petroleras internacionales le habían comunicado. En los años 69 y 70, el ministro español López Bravo, a sabiendas de que en el noreste del Sahara, y lindando con Marruecos y Argelia, se encuentra la mina de hierro al aire libre más rica del mundo, Gara Djebilet, propuso a los gobiernos de esos países trazar un ferrocarril de unos 200 km. para llevar dicho mineral al puerto de El Aaiun y así España se beneficiaría con el derecho de paso pues sabía que llevar ese hierro al Mediterráneo era imposible debido a las dunas del desierto. El Gobierno español presentaba este cebo a dichos gobiernos para guardar el Sahara, seguir explotando sus fosfatos y pesca, y de paso llegar a explotar un día las riquezas petroleras y de gas "off shore" en Canarias, que las empresas USA le habían anunciado, tras sus ensayos y prospecciones, y que habían comunicado al Gobierno de Madrid. Todos estas proposiciones y planes fueron discutidos en la Conferencia de Tlemcen de 1970, entre Marruecos y Argelia, ya que España y Marruecos estaban muy interesados en obtener el acuerdo con Argelia. Conscientes de las maniobras hispano-marroquíes, el Mpaiac elevaba a cada momento escritos e informaciones al Gobierno argelino, pues sabíamos las consecuencias negativas que podrían repercutir en la descolonización de Canarias y del propio Sahara, hasta que convencimos al Gobierno argelino de la pérfida maniobra de Madrid y sus consecuencias, por lo que el Gobierno argelino abandonó dicho proyecto trampa.
En aquella época, la diplomacia franquista quería convencer a los gobiernos africanos y a las N. U. de que la independencia del Sahara era imposible, pues era un territorio enorme para una población minúscula y por lo tanto era inviable. El Frente Polisario no existía en aquella época y el Gobierno español lanzaba toda clase de ataques y enviaba a prisiones o eliminaba a quienes protestaban en el Sahara. Ante ello, en una revista anticolonialista del Tercer Mundo, publicada en París, "Afrique-Asie"[1], dirigida por el Sr. Simón Maley, en octubre de 1969, se me publicó un artículo de opinión, de amplia repercusión en todo el mundo africano y en Europa[2], donde me oponía al planteamiento español y señalaba que en la zona podría existir una solución práctica, y era que una república canaria independiente, como preconizaba el Mpaiac, y una República Saharaui independiente, cuando se organizaran los saharauis, podrían ser la solución de la zona, puesto que Canarias tenía poco territorio y mucha población y el Sahara, lo contrario, por lo que proponía como solución una futura Confederación Republicana de ambos países[3] -tras consulta a sus poblaciones-, con aguas comunes y explotación común de sus riquezas marinas y de minerales. Que conste que seguimos creyendo que esta solución política conviene a nuestros pueblos y a nuestras fronteras, pero haría falta un apoyo internacional y que la monarquía marroquí renunciara a la compra en subasta que le ofreció el Gobierno español el 14 de noviembre de 1975, tanto a Mauritania como a Marruecos, de la cual España sigue siendo la culpable directa e indirecta de la actual situación en que se halla el pueblo saharaui, como debe saberse.
El gobierno español es también responsable directo de la inestabilidad de la zona, pues lo que hizo en noviembre del 75 con los saharauis no tiene nombre, y por todo lo que llevó a cabo en abril de 1978, en Argel, con soluciones de asesinato de Estado, para conservar las Canarias, lo que le hace responsable de la inestabilidad del Oeste africano colonizado por España, y no percibirnos en estos momentos cambio de actitud anticolonial, antes del año 2010, en que deben terminarse los procesos de descolonización preconizados por las Naciones Unidas, sino todo lo contrario. La monarquía marroquí tiene mucho dinero y compra incluso a los representantes de las Naciones Unidas, como ha hecho con el representante holandés del secretario de la ONU, encargado del problema del Sahara, despreciando con sus declaraciones del 8 de agosto pasado al pueblo saharaui y su lucha, al igual que está haciendo también en Canarias, donde va colocando sus peones políticos y hombres de mano, periodistas y colaboradores, asesorados incluso por dos despachos de abogados de Rabat especialistas en Derecho Marítimo, para que hablen incluso de independencia, pero que ignoren el problema del Sahara. Rabat, de acuerdo incluso con Madrid, apoyaría a grupos o individuos canarios que hablen de independencia de Canarias, pero que no hablen nunca del Sahara y del pueblo saharaui.
En estos momentos de crisis mundial económica del capitalismo colonial, debemos saber que el gobierno monárquico español, de acuerdo con Rabat, no tiene intención de que en esta zona de África del Oeste se vislumbre una solución anticolonial y democrática, como marca la historia, y por sus acciones y planes sibilinos presentimos que cuanto antes los canarios tomemos conciencia de ello, será mejor para nuestro futuro y para convertirnos en una República Federal independiente y soberana, que prepare un futuro libre y democrático, para nuestras próximas generaciones y que ayude a solucionar el problema del antiguo Sahara, antes español y ahora marroquí, vecino natural de Canarias, con quien podemos encontrar soluciones económicas viables para nuestros pueblos africanos. Otra cosa es tener enfrente a un Marruecos que llegue hasta Mauritania, ya que este país siempre dependerá de Marruecos con su política de golpes de Estado sucesivos.
No olvidemos cuando en la reunión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la OUA en Trípoli (Libia), el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Sr. Buceceta, del Istikal, obedeciendo órdenes de Madrid, intentó formar un grupo contra el Mpaiac y sólo obtuvo el apoyo de Mauritania, que se abstuvo, aunque estuvo a punto de convencer a los Gobiernos de Senegal y Gabón, cuyas maniobras fueron neutralizadas por el ministro argelino, Sr. Bouteflika, y la ayuda especial del representante del Movimiento del África del Sur de la ANC (Áfrican Nacional Congreso), Sr. Makatini.
* Presidente del Congreso Nacional de Canarias (CNC) y secretario general del Movimiento de Liberación africana (Mpaiac)
[1]Afrique Asie, fr
[2]Pasión y muerte de un sueño colonial
[3] Confederación Canarias Sáhara

Antonio Cubillo Ferreira *
http://elguanche.net/Ficheros2/canariasymarruecosac.htm
Salvo los políticos del PSOE y del PP y los ultraperiféricos de CC, nadie duda de que existe una grave crisis económica mundial, crisis que corresponde a las clásicas del capitalismo y que quienes pagarán las consecuencias van a ser los trabajadores en general, los países en vías de desarrollo, especialmente los africanos, que hace poco se han liberado del colonialismo y los que están sufriendo el neocolonialismo europeo, o los que están aún colonizados, como Canarias, última colonia de España. África es el país con más materias primas y mineras del mundo y va a ser en nuestro continente donde se van a dar las mayores luchas y guerras por su control. Antiguas y actuales metrópolis van a entrar en contradicción con los nuevos países que intentan controlar nuestras riquezas minerales estratégicas, como China, EEUU, India, Rusia y Japón. Ya en 1975, la metrópoli monárquica española, que debía descolonizar primero el Sahara y después Canarias, se planteó esta disyuntiva, descolonizar como exigían las Naciones Unidas o aferrarse a sus colonias africanas para participar en el robo de las riquezas mineras de África, aliada con sus amigos capitalistas.
La España monárquica, aunque aparentemente y a regañadientes obligada por las Naciones Unidas, había empezado a cumplir el mandato de descolonización en África, con el territorio de la Guinea Ecuatorial, no iba a desprenderse pacíficamente de sus ricas colonias del Sahara y Canarias, porque ya sabía las posibles riquezas de pesca, fosfatos, hierro, gas y petróleo que las empresas mineras y petroleras internacionales le habían comunicado. En los años 69 y 70, el ministro español López Bravo, a sabiendas de que en el noreste del Sahara, y lindando con Marruecos y Argelia, se encuentra la mina de hierro al aire libre más rica del mundo, Gara Djebilet, propuso a los gobiernos de esos países trazar un ferrocarril de unos 200 km. para llevar dicho mineral al puerto de El Aaiun y así España se beneficiaría con el derecho de paso pues sabía que llevar ese hierro al Mediterráneo era imposible debido a las dunas del desierto. El Gobierno español presentaba este cebo a dichos gobiernos para guardar el Sahara, seguir explotando sus fosfatos y pesca, y de paso llegar a explotar un día las riquezas petroleras y de gas "off shore" en Canarias, que las empresas USA le habían anunciado, tras sus ensayos y prospecciones, y que habían comunicado al Gobierno de Madrid. Todos estas proposiciones y planes fueron discutidos en la Conferencia de Tlemcen de 1970, entre Marruecos y Argelia, ya que España y Marruecos estaban muy interesados en obtener el acuerdo con Argelia. Conscientes de las maniobras hispano-marroquíes, el Mpaiac elevaba a cada momento escritos e informaciones al Gobierno argelino, pues sabíamos las consecuencias negativas que podrían repercutir en la descolonización de Canarias y del propio Sahara, hasta que convencimos al Gobierno argelino de la pérfida maniobra de Madrid y sus consecuencias, por lo que el Gobierno argelino abandonó dicho proyecto trampa.
En aquella época, la diplomacia franquista quería convencer a los gobiernos africanos y a las N. U. de que la independencia del Sahara era imposible, pues era un territorio enorme para una población minúscula y por lo tanto era inviable. El Frente Polisario no existía en aquella época y el Gobierno español lanzaba toda clase de ataques y enviaba a prisiones o eliminaba a quienes protestaban en el Sahara. Ante ello, en una revista anticolonialista del Tercer Mundo, publicada en París, "Afrique-Asie"[1], dirigida por el Sr. Simón Maley, en octubre de 1969, se me publicó un artículo de opinión, de amplia repercusión en todo el mundo africano y en Europa[2], donde me oponía al planteamiento español y señalaba que en la zona podría existir una solución práctica, y era que una república canaria independiente, como preconizaba el Mpaiac, y una República Saharaui independiente, cuando se organizaran los saharauis, podrían ser la solución de la zona, puesto que Canarias tenía poco territorio y mucha población y el Sahara, lo contrario, por lo que proponía como solución una futura Confederación Republicana de ambos países[3] -tras consulta a sus poblaciones-, con aguas comunes y explotación común de sus riquezas marinas y de minerales. Que conste que seguimos creyendo que esta solución política conviene a nuestros pueblos y a nuestras fronteras, pero haría falta un apoyo internacional y que la monarquía marroquí renunciara a la compra en subasta que le ofreció el Gobierno español el 14 de noviembre de 1975, tanto a Mauritania como a Marruecos, de la cual España sigue siendo la culpable directa e indirecta de la actual situación en que se halla el pueblo saharaui, como debe saberse.
El gobierno español es también responsable directo de la inestabilidad de la zona, pues lo que hizo en noviembre del 75 con los saharauis no tiene nombre, y por todo lo que llevó a cabo en abril de 1978, en Argel, con soluciones de asesinato de Estado, para conservar las Canarias, lo que le hace responsable de la inestabilidad del Oeste africano colonizado por España, y no percibirnos en estos momentos cambio de actitud anticolonial, antes del año 2010, en que deben terminarse los procesos de descolonización preconizados por las Naciones Unidas, sino todo lo contrario. La monarquía marroquí tiene mucho dinero y compra incluso a los representantes de las Naciones Unidas, como ha hecho con el representante holandés del secretario de la ONU, encargado del problema del Sahara, despreciando con sus declaraciones del 8 de agosto pasado al pueblo saharaui y su lucha, al igual que está haciendo también en Canarias, donde va colocando sus peones políticos y hombres de mano, periodistas y colaboradores, asesorados incluso por dos despachos de abogados de Rabat especialistas en Derecho Marítimo, para que hablen incluso de independencia, pero que ignoren el problema del Sahara. Rabat, de acuerdo incluso con Madrid, apoyaría a grupos o individuos canarios que hablen de independencia de Canarias, pero que no hablen nunca del Sahara y del pueblo saharaui.
En estos momentos de crisis mundial económica del capitalismo colonial, debemos saber que el gobierno monárquico español, de acuerdo con Rabat, no tiene intención de que en esta zona de África del Oeste se vislumbre una solución anticolonial y democrática, como marca la historia, y por sus acciones y planes sibilinos presentimos que cuanto antes los canarios tomemos conciencia de ello, será mejor para nuestro futuro y para convertirnos en una República Federal independiente y soberana, que prepare un futuro libre y democrático, para nuestras próximas generaciones y que ayude a solucionar el problema del antiguo Sahara, antes español y ahora marroquí, vecino natural de Canarias, con quien podemos encontrar soluciones económicas viables para nuestros pueblos africanos. Otra cosa es tener enfrente a un Marruecos que llegue hasta Mauritania, ya que este país siempre dependerá de Marruecos con su política de golpes de Estado sucesivos.
No olvidemos cuando en la reunión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la OUA en Trípoli (Libia), el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Sr. Buceceta, del Istikal, obedeciendo órdenes de Madrid, intentó formar un grupo contra el Mpaiac y sólo obtuvo el apoyo de Mauritania, que se abstuvo, aunque estuvo a punto de convencer a los Gobiernos de Senegal y Gabón, cuyas maniobras fueron neutralizadas por el ministro argelino, Sr. Bouteflika, y la ayuda especial del representante del Movimiento del África del Sur de la ANC (Áfrican Nacional Congreso), Sr. Makatini.
* Presidente del Congreso Nacional de Canarias (CNC) y secretario general del Movimiento de Liberación africana (Mpaiac)
[1]Afrique Asie, fr
[2]Pasión y muerte de un sueño colonial
[3] Confederación Canarias Sáhara
