La Peste del Patriotismo

Anarquismo e Independentismo vs. Nacionalismo. ¿Cómo afronta el Anarquismo la existencia de "naciones" y "movimientos de liberación nacional"?
El Hombre Guillotina
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La Peste del Patriotismo

Mensaje por El Hombre Guillotina » 08 Abr 2008, 16:14

La Peste del Patriotismo
(Compilación de Citas)

En nombre del patriotismo te ordenan dejar de ser tú mismo, suspender tu propio juicio y entregar tu vida, convertirte en una ruedecilla sin voluntad en una máquina asesina, obedeciendo ciegamente la orden de matar, de saquear y de destruir, abandonar a tu padre y a tu madre, a tu mujer y a tu hijo, y a todo lo que amas, y comenzar a matar a tus prójimos que nunca te hicieron daño alguno, los cuales son exactamente tan desgraciados y tan víctimas engañadas por sus amos como lo eres tú por los tuyos.
Con toda verdad dijo Carlyle que «el patriotismo es el refugio de los canallas».
Alexander Berkman

No pudiendo la cuestión social encontrar su solución definitiva y real sino en la base de la solidaridad internacional de los trabajadores de todos los países, la Alianza rehúsa toda marcha fundada sobre el llamado patriotismo y sobre la rivalidad de las naciones.
4º Punto del programa de la Alianza de la Democracia Socialista

El patriotismo no puede ser otra cosa que una funesta regresión desde todos los puntos de vista. Es preciso ser inocente entre los inocentes para ignorar que el catecismo del ciudadano, predicando el amor de la patria para servir el conjunto de los intereses y los privilegios de las clases directoras, no hace sino fomentar el odio de nación a nación entre los débiles y los desheredados. Con la palabra patriotismo y los comentarios modernos con que se la adorna, se encubren las viejas prácticas de servil obediencia a la voluntad de un jefe y la abdicación completa del individuo frente a las gentes que detentan el poder, sirviéndose de la nación como fuerza ciega.
Eliseo Reclús

Hemos predicado siempre que los trabajadores de todos los países son hermanos, y que el enemigo –el “extranjero”– es el explotador, haya nacido cerca de nosotros o en un país lejano, hable nuestra misma lengua o cualquier otra. Siempre hemos elegido a nuestros amigos, a nuestros camaradas de armas y también a nuestros enemigos en razón de las ideas que profesan y de la posición que ocupan en la lucha social, y nunca por razones de raza o de nacionalidad. Siempre hemos luchado contra el patriotismo, que es una supervivencia del pasado y sirve muy bien a los intereses de los opresores, y nos hemos sentido orgullosos de ser internacionalistas, no sólo en las palabras sino también por la profundidad de los sentimientos de nuestra alma.
Errico Malatesta

Para nosotros, las rivalidades y odios nacionales se cuentan entre los mejores medios de que disponen los señores para perpetuar la esclavitud de los trabajadores, y debemos oponernos a ellas con toda nuestra fuerza. Y otro tanto ocurre con el derecho de las pequeñas nacionalidades a preservar, por ejemplo, su lenguaje y costumbres, que es simplemente una cuestión de libertad y sólo encontrará una solución real y final cuando, una vez destruidos los estados, cada grupo humano, más aun, cada individuo, tenga derecho a asociarse con cualquier otro grupo y a separarse de él.
Errico Malatesta

Es posible que los acontecimientos actuales hayan demostrado que los sentimientos nacionales están más vivos, mientras los sentimientos de fraternidad internacional están menos enraizados de lo que pensábamos; pero ésta sería una razón más para intensificar, no para abandonar, nuestra propaganda antipatriótica.
Errico Malatesta

Antaño se me pedía que anulase mi razón y matase a mi prójimo por la gloria de no sé que Dios extraño y exterior a mí, o por la gloria del rey. Hoy se me piden los mismos sacrificios abominables por el honor de la patria. Mañana se exigirán acaso por el honor de la raza, del color o de una parte del mundo.
Han Ryner

Un buen patriota, por ejemplo, lleva su ofrenda al altar de la patria, y que la patria sea una pura idea no ofrece duda alguna, porque no hay ni patria ni patriotismo para los animales o para los niños, carentes todavía de Espíritu. Quien no dé muestras de patriotismo, aparece frente a la patria como egoísta.

Max Stirner

Todo aquel que desee sinceramente la paz y la justicia internacional, debe renunciar definitivamente a lo que es llamado “la gloria, el poder y la grandeza de la patria”, debe renunciar a todos los intereses vanos y egoístas del patriotismo.
Mijaíl Bakunin

El patriotismo es un egoísmo en masa
Mijaíl Bakunin

Sería capaz de sacrificar mi patria en arras de la justicia, si me viera obligado a escoger entre la una y la otra.
Pierre Joseph Proudhon

El sociólogo, si quiere ser verdaderamente tal, debe sentirse ciudadano del mundo y afrontar el gran problema moderno -que no agita solamente esta o aquella nación- con entendimientos de universalidad y con el corazón lleno de amor para todos los desheredados de la tierra, que es la única patria lógica de la especie humana; debe dirigir la mirada hacia los horizontes nuevos que no restringen el campo de las batallas redentoras en el circulo angosto de los Alpes y del mar; debe comprender que la religión antihumana del patriotismo quedará vencida por la fe grandiosa en la solidaridad de todos los hombres y de todos los pueblos; debe, en fin, convencerse de que querer reducir a un vacio doctrinarismo unilateral o político-nacional el estudio y la solución de un problema tan evidentemente complejo e internacional como es la cuestión social, significa que se entiende de un modo infinitamente pequeño, lo que, por su naturaleza, es infinitamente grande.
Pietro Gori

¿Dónde está la patria para los obreros patrióticamente explotados por los patronos hasta el día que quedan inútiles para el trabajo y les dan con la puerta de la fábrica en las propias narices, quedando sin trabajo y sin alimento para nutrir su organismo? ¿Dónde está la patria para el miserable campesino, lanzado por el hambre, obligado a abandonar la tierra que lo vio nacer para ir a vivir al otro lado del Océano, creyendo encontrar amos más humanos que sus “queridos” compatriotas? Estos compatriotas generosos. ¡No hay deberes donde no existen derechos! ¿Qué derechos tiene el proletariado en su patria si no es el honor de defender la tierra que él sólo cultivó e hizo producir y que sólo los ricos consumen?
Los gobiernos y los negreros capitalistas, para mejor dominar, se afanan en suscitar odios fratricidas entre los pueblos, por la llamada dignidad de la bandera, o por fútiles cuestiones de nacionalidad. Y el pueblo nunca comprende este juego insidioso que con su sangre hacen todos los potentados y patrioteros. Los trabajadores empiezan ya a comprender que sus enemigos no están más allá de esta o de aquella frontera, sino que están en todos los países, en todas las patrias; gobernantes y patronos, prepotentes y parásitos, que extienden de un lado al otro del mundo la camorra policíaca-capitalista, que explota, desangra y oprime la mayor y mejor parte del género humano.
Pietro Gori

Uno de los principios esenciales de la justicia política es diametralmente opuesto al que patriotas e impostores han propiciado de consuno. Amad a la patria. Sumergid la existencia personal de los individuos dentro del ser colectivo. Procurad la riqueza, la prosperidad y la gloria de la nación, sacrificando, si fuera menester, el bienestar de los individuos que la integran.
William Godwin

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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por Comunista integral » 08 Abr 2008, 17:39

Para nosotros, las rivalidades y odios nacionales se cuentan entre los mejores medios de que disponen los señores para perpetuar la esclavitud de los trabajadores, y debemos oponernos a ellas con toda nuestra fuerza. Y otro tanto ocurre con el derecho de las pequeñas nacionalidades a preservar, por ejemplo, su lenguaje y costumbres, que es simplemente una cuestión de libertad y sólo encontrará una solución real y final cuando, una vez destruidos los estados, cada grupo humano, más aun, cada individuo, tenga derecho a asociarse con cualquier otro grupo y a separarse de él.
Errico Malatesta
¡Cuantas discusiones doctrinarias inútiles podrían evitarse si tanto "anti-nacionalista" entendiera que los reclamos de las nacionalidades oprimidas -como el del derecho a hablar en su propio idioma en vez del impuesto por la metrópolis- son cuestiones de libertad, y no de patriotismos! Incluso si quienes reclaman esos derechos piensan -erróneamente- que la solución vendrá de la mano de un Estado "propio", su lucha está lejos de ser reaccionaria, y oponerse a esa lucha en sí es como oponerse a que los gays puedan casarse entre sí y adoptar niñxs porque "mientras exista el Estado patriarcal y heterocentrista los gays siempre serán oprimidos".


Dejo también una imperdible octavilla de Liebknecht, que fue internacionalista en un contexto donde serlo le traía a uno cárcel y persecución.
El enemigo principal está en casa
Karl Liebknecht

Lo que se esperaba día tras día durante los últimos diez meses, desde la invasión austriaca a Serbia, ha sucedido. Comenzó la guerra contra Italia.

Las masas de los países en guerra han comenzado a liberarse de las telarañas oficiales de mentiras. El pueblo alemán también ha adquirido una percepción de las causas y objetivos de la guerra mundial, sobre quién es directamente responsable de su estallido. Los locos desvaríos sobre las "sagradas armas" de la guerra han perdido cada vez más su ímpetu, el entusiasmo por la guerra se ha debilitado, el deseo de una pronta paz ha crecido poderosamente por todas partes... ¡incluso en el ejército!

Esto fue un problema engorroso para los imperialistas alemanes y austriacos, que estaban buscando en vano una salvación. Ahora parece que la han encontrado. La intervención de Italia en la guerra debería ofrecerles una oportunidad muy bienvenida para agitar nuevos frenesíes de odio nacionalista, para malograr el deseo por la paz, y para desdibujar las huellas de su propia culpa. Están apostando a la fragilidad de memoria del pueblo alemán, desafiando su condescendencia, que ha sido puesta a prueba demasiadas veces.

Si este plan tiene éxito, el balance de diez meses de sangrienta experiencia será en vano, y el proletariado internacional será una vez más desarmado y descartado completamente como factor político independiente.

Este plan debe ser destruido, y lo será siempre que la porción del proletariado alemán que ha permanecido fiel al socialismo internacional siga siendo consciente y merecedora de su misión histórica en estos tiempos monstruosos.

Los enemigos del pueblo están contando con el olvido de las masas... nosotros combatimos esto con el siguiente recurso:

¡Averigüen todo, no se olviden de nada!

¡No perdonen nada!

Hemos visto como, cuando la guerra estalló, las masas fueron sometidas a los objetivos capitalistas de la guerra, con embaucadoras melodías de las clases dominantes. Hemos visto como las brillantes burbujas de la demagogia han explotado; como los tontos sueños de agosto se desvanecieron; cómo, en cambio de felicidad, cayeron sobre el pueblo el sufrimiento y la miseria; cómo las lágrimas de las viudas y los huérfanos de la guerra se hincharon hasta formar grandes torrentes, como el mantenimiento desgraciado de las tres clases; la canonización inmisericorde de la regla de las cuatro verdades —semiabsolutismo, gobierno de los junkers [nobles], militarismo, y despotismo policial— se erigieron como la amarga verdad.

A través de esta experiencia hemos sido advertidos: ¡sepámoslo todo, no nos olvidemos de nada!

Ofensivos son los discursos con los cuales el imperialismo italiano se regodea hablando de sus pillajes, ofensivas son esas escenas de tragicomedia romántica en las cuales se presenta la máscara ya conocida de los amigos del pueblo ( la "tregua civil"). Pero más ofensivo todavía es que en todo esto podemos reconocer, como reflejados en un espejo, los métodos alemanes y austriacos de julio y agosto de 1914.

Los instigadores italianos de la guerra se merecen todas las denuncias. Pero ellos no son sino copias de los instigadores alemanes y austriacos, que son los principales responsables por el estallido de la guerra. ¡"Pájaros del mismo plumaje (vuelan juntos...)"! [Dicho inglés que correspondería al "Dios los cría y ellos se juntan" del castellano. N.T.].

¿A quiénes pueden agradecerle los alemanes por esta nueva desgracia?
¿A quiénes pueden exigirles una explicación por las nuevas pilas de cadáveres que se van a amontonar?

Todavía esto es cierto: el ultimátum austriaco a Serbia del 23 de julio de 1914 fue la chispa que prendió fuego al mundo, aunque este fuego se haya propagado más tarde a Italia.

Todavía esto es cierto: Este ultimátum fue la señal para la redistribución del mundo, y necesariamente convocó a todos los estados capitalistas bandoleros a que participaran en el plan de saqueo.

Todavía esto es cierto: Este ultimátum contenía en sí la cuestión de la dominación sobre los Balcanes, Asia Menor, y todo el Mediterráneo, y por lo tanto contenía todos los antagonismos entre Austria-Alemania e Italia, en un solo trazo.

Si los imperialistas alemanes y austriacos tratan ahora de ocultarse detrás del escenario de pillaje de los italianos y el latiguillo de la deslealtad italiana, autoadjudicándose la toga de la indignación moral y la inocencia agraviada —mientras que en Roma no han encontrado sino sus iguales—, entonces merecen el más cruel de los sarcasmos.

La norma "¡No olvidar, no perdonar nada!" se aplica a cómo el pueblo alemán fue simplemente manipulado en la cuestión italiana por los muy honorables patriotas alemanes.

El Tratado de la Triple Alianza con Italia no ha sido nunca más que una farsa: ¡todos Uds., han sido engañados con él!

Los expertos siempre han sabido que, en caso de guerra, Italia sería un oponente seguro de Alemania y de Austria ¡y Uds., fueron llevados a creer que sería un aliado seguro!

Una buena parte del destino de Alemania en la política mundial se decidió en el Tratado de la Triple Alianza, que fue firmado y renovado sin consultarlos a Uds. ¡hasta el día de hoy, ni una sola letra de ese tratado ha sido compartida con Uds.!

El ultimátum austriaco a Serbia, con el cual una pequeña camarilla tomó a toda la humanidad por sorpresa, rompió el tratado entre Austria e Italia ¡Nadie les dijo a Uds. nada de esto!

Este ultimátum fue lanzado con la expresa condena de Italia... Esto se mantuvo en secreto para que Uds., no lo supieran.

El 4 de mayo de este año, Italia disolvió su alianza con Austria, y hasta el 18 de mayo este hecho crucial se mantuvo oculto del conocimiento del pueblo alemán y austríaco; sí, y a pesar de que esto era verdad, fue directamente negado por los funcionarios: una repetición de la burla al pueblo alemán y al Reichstag [Parlamento Federal] sobre el ultimátum a Bélgica por parte de Alemania el 2 de agosto de 1914.

Nadie les dio a Uds., la más mínima influencia sobre las negociaciones entre Alemania y Austria con Italia, de las cuales dependía la intervención de Italia. Uds., fueron tratados como ovejas en esta cuestión vital, mientras que el partido de la guerra, la diplomacia secreta, un puñado de gente en Berlín y Viena tiraban los dados sobre el destino de Alemania.

El torpedeo del Lusitania no sólo consolidó el poder de los partidos de la guerra en Inglaterra, Francia, y Rusia: invitó a un grave conflicto con los EEUU, y puso a todos los países neutrales en contra de Alemania con apasionada indignación; también facilitó el trabajo desastroso del partido de la guerra de Italia en el momento crítico... el pueblo alemán debía permanecer en silencio también sobre esto: el puño de hierro del estado de sitio se cerró sobre sus gargantas.

Ya en marzo de este año pudieran haberse iniciado las negociaciones de paz —la oferta fue hecha por Inglaterra—, pero la ambición de ganancias de los imperialistas alemanes llevaron a que se rechazara. Las prometedoras negociaciones de paz fueron arruinadas por los partidos alemanes interesados en conquistas coloniales a gran escala y en la anexión de Bélgica y la Lorena francesa, por los capitalistas de las grandes compañías navieras, y por los agitadores de la industria pesada alemana.

Esto también permaneció en secreto, lejos de los oídos del pueblo alemán, una vez más Uds., no fueron consultados sobre esto.

Preguntamos: ¿a quién puede el pueblo alemán agradecer por la continuación de la horrenda guerra y por la intervención de Italia? ¿A quién más que a la gente irresponsable de aquí, que es la responsable?

¡Averígüenlo todo, no se olviden de nada!

Para la gente que piensa, la imitación italiana de las acciones de Alemania del verano del año pasado no puede ser un aliciente para nuevas locuras guerreras, sólo un golpe para ahuyentar temerosamente las esperanzas fantasmales en una nueva aurora de justicia política y social, sólo una nueva luz que ilumina las responsabilidades políticas y el desenmascaramiento del peligro público que significan los partidarios austriacos y alemanes de la guerra, sólo una nueva acusación contra ellos.

Pero la regla "Averigüen y no olviden" se aplica más que nada a la heroica lucha contra la guerra que libraron y aún libran los camaradas italianos. Luchas en la prensa, en reuniones, en manifestaciones callejeras, luchas con energía y audacia revolucionarias, desafiando con alma y corazón el choque rabioso de las oleadas nacionalistas con las cuales fueron fustigados y abatidos por las autoridades. Nuestras más entusiastas felicitaciones por su lucha. ¡Que su espíritu sea nuestro ejemplo! ¡Ojalá ese fuera el ejemplo de la Internacional!

Si lo hubiera sido desde esos días de agosto, el mundo estaría en mejores condiciones. El proletariado internacional estaría mejor.

¡Pero la voluntad resuelta de luchar no puede llegar demasiado tarde!

La absurda consigna "aguantemos" ha tocado fondo. Sólo nos lleva más y más hondo dentro del vórtice del genocidio. La lucha de clases del proletariado internacional contra el genocidio imperialista internacional es el mandato socialista de la hora.

¡El enemigo principal de cada uno de los pueblos está en su propio país!

El enemigo principal del pueblo alemán está en Alemania. El imperialismo alemán, el partido alemán de la guerra, la diplomacia secreta alemana. Este enemigo que está en casa debe ser combatido por el pueblo alemán en una lucha política, cooperando con el proletariado de los demás países cuya lucha es contra sus propios imperialistas.

Pensamos en forma aunada con el pueblo alemán, no tenemos nada en común con los Tirpitzes y Falkenhayns [líderes militaristas] alemanes, con el gobierno alemán de opresión política y esclavitud social. Nada con ellos, todo con el pueblo alemán. Todo para el proletariado internacional, para beneficio del proletariado alemán y la humanidad escarnecida.

Los enemigos de la clase trabajadora están contando con el olvido de las masas, ojalá que el suyo sea un cálculo totalmente equivocado. Están apostando a la tolerancia de las masas, pero nosotros elevamos este grito vehemente:

¿Por cuánto tiempo los tahúres imperialistas abusarán de la paciencia de los pueblos? ¡Basta de carnicería, es más que suficiente! ¡Abajo los instigadores de la guerra, de aquí y del extranjero!

¡Que termine el genocidio!

Proletarios de todos los países, ¡sigan el ejemplo heroico de vuestros hermanos italianos! ¡Únanse a la lucha de clases internacional contra la conspiración de la diplomacia secreta, contra el imperialismo, contra la guerra, por la paz, en el espíritu del socialismo!

¡El enemigo principal está en casa!

Octavilla de mayo de 1915
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milicianonimo
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por milicianonimo » 08 Abr 2008, 18:01

juguemos a citar:
Patria y Nacionalidad por Mijail Bakunin

El Estado no es la patria; es la abstracción, la ficción metafísica, mística, política y jurídica de la patria. La gente sencilla de todos los países ama profundamente a su patria; pero éste es un amor natural y real. El patriotismo del pueblo no es sólo una idea, es un hecho; pero el patriotismo político, el amor al Estado, no es la expresión fiel de este hecho: es una expresión distorsionada por medio de una falsa abstracción, siempre en beneficio de una minoría explotadora.
La patria y la nacionalidad son, como la individualidad, hechos naturales y sociales, fisiológicos e históricos al mismo tiempo; ninguno de ellos es un principio. Sólo puede considerarse como un principio humano aquello que es universal y común a todos los hombres; la nacionalidad separa a los hombres y, por tanto, no es un principio. Un principio es el respeto que cada uno debe tener por los hechos naturales, reales o sociales. La nacionalidad, como la individualidad, es uno de esos hechos ; y por ello debemos respetarla. Violarla seria cometer un crimen; y, hablando el lenguaje de Mazzini, se convierte en un principio sagrado cada vez que es amenazada y violada. Por eso me siento siempre y sinceramente el patriota de todas las patrias oprimidas.

La esencia de la nacionalidad. Una patria representa el derecho incuestionable y sagrado de cada hombre, de cada grupo humano, asociación, comuna, región y nación a vivir, sentir, pensar, desear y actuar a su propio modo; y esta manera de vivir y de sentir es siempre el resultado indiscutible de un largo desarrollo histórico.
Por tanto, nos inclinamos ante la tradición y la historia; o, más bien, las reconocemos, y no porque se nos presenten como barreras abstractas levantadas metafísica, jurídica y políticamente por intérpretes instruidos y profesores del pasado, sino sólo porque se han incorporado de hecho a la carne y a la sangre, a los pensamientos reales y a la voluntad de las poblaciones. Se nos dice que tal o cual región - el cantón de Tesino [en Suiza], por ejemplo -pertenece evidentemente a la familia italiana: su lenguaje, sus costumbres y sus restantes características son idénticos a los de la población de Lombardía y, en consecuencia,
debería pasar a formar parte del Estado italiano unificado.
Creemos que se trata de una conclusión radicalmente falsa. Si existiera realmente una identidad sustancial entre el cantón de Tesino y Lombardía, no hay duda alguna de que Tesino se uniría espontáneamente a Lombardía. Si no es así, si no siente el más leve deseo de hacerlo, ello demuestra simplemente que la Historia real - la vigente de generación en generación en la vida real del pueblo del cantón de Tesino, y responsable de su disposición contraria a la unión con Lombardía - es algo completamente distinto de la historia escrita en los libros.
Por otra parte, debe señalarse que la historia real de los individuos y los pueblos no sólo procede por el desarrollo positivo, sino muy a menudo por la negación del pasado y por la rebelión contra él; y que este es el derecho de la vida, el inalienable derecho de la presente generación, la garantía de su libertad.

La nacionalidad y la solidaridad universal.
No hay nada mas absurdo y al mismo tiempo más dañino y mortífero para el pueblo que erigir el principio ficticio de la nacionalidad como ideal de todas las aspiraciones populares. El nacionalismo no es un principio humano universal. Es un hecho histórico y local que, como todos los hechos reales e inofensivos, tiene derecho a exigir general aceptación. Cada pueblo y hasta la más pequeña unidad étnica o tradicional tiene su propio carácter, su específico modo de existencia, su propia manera de hablar, de sentir, de pensar y de actuar; y esta idiosincrasia constituye la esencia de la nacionalidad, resultado de toda la vida histórica y suma total de las condiciones vitales de ese pueblo.
Cada pueblo, como cada persona, es involuntariamente lo que es, y por eso tiene un derecho a ser él mismo. En eso consisten los llamados derechos nacionales. Pero si un pueblo o una persona existe de hecho de una forma determinada, no se sigue de ello que uno u otra tengan derecho a elevar la nacionalidad, en un caso, y la individuali-dad en otro como principios específicos, ni que deban pasarse la vida discutiendo sobre la cuestión. Por el contrario, cuanto menos piensen en si mismos y más imbuidos estén de valores humanos universales, más se vitalizan y cargan de sentido tanto la nacionalidad como la individualidad.

La responsabilidad histórica de toda nación.
La dignidad de toda nación, como la de todo individuo, debe consistir fundamentalmente en que cada uno acepte la plena res-ponsabilidad de sus actos, sin tratar de desplazarla a otros. ¿No son muy estúpidas todas esas lamentaciones de un muchachote quejándose con lágrimas en los ojos de que alguien lo ha corrompido y le ha puesto en el mal camino? Y lo que es impropio en el caso de un muchacho está ciertamente fuera de lugar en el caso de una nación, cuyo mismo sentimiento de autoestima debería excluir cualquier intento de cargar a otros con la culpa de sus propios errores.

Patriotismo y justicia universal
. Cada uno de nosotros debería elevarse sobre ese patriotismo estrecho y mezquino para el cual el propio país es el centro del mundo, y que considera grande a una nación cuando se hace temer por sus vecinos. Deberíamos situar la justicia humana universal sobre todos los intereses nacionales. Y abandonar de una vez por todas el falso principio de la nacionalidad, inventado recientemente por los déspotas de Francia, Prusia y Rusia para aplastar el soberano principio de la libertad. La nacionalidad no es un principio; es un hecho legitimado, como la individualidad. Cada nación, grande o pequeña, tiene el indiscutible derecho a ser ella misma, a vivir de acuerdo con su propia naturaleza. Este derecho es simplemente el .corolario del principio general de libertad.

Todo aquél que desee sinceramente la paz y la justicia internacional debería renunciar de una vez y para siempre a lo que se llama la gloria, el poder y la grandeza de la patria, a todos los intereses egoístas y vanos del patriotismo.
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por Comunista integral » 08 Abr 2008, 20:44

Me parece muy razonable lo que dice Bakunin.

Para él, así como existen los individuos, existen las naciones. Así como existe la individualidad, existe la nacionalidad. Bakunin llega a esta conclusión porque a diferencia de varios de sus epígonos, para definir estos conceptos él parte de la vida real y no de un esquema previo, ideológico, que dice que como el nacionalismo es malo las naciones son un invento de los de arriba para dividirnos.

Para él lo negativo no es el patriotismo genuino (el amor a la patria, a la tierra en la que uno nació, las costumbres y la idiosincracia de su gente, etc.), sino el "patriotismo político" o nacionalismo, el pensar que la propia nación es el centro del mundo. Por eso la brillante analogía con el egoísmo, porque el egoísmo es cuando uno hace de su ego el centro del mundo a lo que todo lo demás debe subordinarse. Sin embargo el relacionarse con los demás de una manera no-egoísta no quiere decir que el ego desaparezca o que en realidad no haya existido nunca.

Al igual que la única sociedad libre es la abolición de la explotación en las relaciones entre individuos y no la abolición del individuo mismo, la única comunidad mundial libre es la abolición de la explotación en las relaciones entre naciones, y no la abolición de la nación.
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por lo carraco » 09 Abr 2008, 12:01

hay que levantar ya una bandera contra el matrimonio, ni gais ni lesbianas ni heteros: el matrimonio es otro escalón del poder.

al igual que pasa con las patrias.
Y qué bonito sería si no fuera mentira
D.B.

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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por milicianonimo » 09 Abr 2008, 13:50

Del tema principal solo decir, que la patria no te impide ser tu mismo. Lo que te impide ser tu mismo es la moral impuesta que tu no has elegido y que no te permite actuar como tu crees, no tus sentimientos.
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El Hombre Guillotina
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por El Hombre Guillotina » 10 Abr 2008, 12:00

¿Acaso todos los aquí presentes han elegido sus costumbres, culturas y tradiciones? Si es así ¿Puede acaso la voz de alguien alzarse contra ese acto volitivo? En modo alguno, y no creo que ninguna de las frases citadas se coloquen en esa “trinchera”.

Quién os habla puede renegar de las costumbres, puede prescindir de una cultura concreta y puede maldecir las tradiciones ¿Significa eso que es lo que busco o pretendo para los demás? Me repito, en modo alguno. De igual manera que no quiero que mis perspectivas personales sobre la sociedad, la familia o la educación sean aceptadas por todos de forma “uniforme”, tampoco pretendo que mi negación de determinados conceptos “mayestáticos” se acepte de manera “homogénea”.

Ahora bien, precisamente en este razonamiento, subyace la base de mi planteamiento. ¿Puedo coger como bandera un hecho circunstancial como es el lugar de mi nacimiento? Desde luego esa no es mi opción, pero ¿Puedo usar como bandera aquello que he escogido, seleccionado y preferido por mi mismo? Por supuesto… no obstante ¿son acaso las elecciones y decisiones fenómenos colectivos o personales? Mera y exclusivamente personales. Parafraseando a Proudhon “la voluntad general no es más que una ilusión, en ella se funda el ‘contrato social’ o la grandeza de la patria”.

Las voluntades, gustos, preferencias, decisiones, ideas y sentimientos pueden coincidir, compartirse y llevarse a practica en común, pero jamás pueden ser el producto de un “ente general” de lo contrario ya no hablamos de ninguna de esas cosas como “propias” sino como “ajenas”, y ni la voluntad, ni el discernimiento, ni la capacidad electiva, ni el pensamiento o la sensibilidad son tales cuando no son propias.

Todos esos elementos pueden originarse con nuestra experiencia y con la interactuación con los demás, pero es imprescindible que el eje sea nuestra facultad de decisión. ¿Queremos libremente compartir determinados elementos comunes? Hagámoslo, pero entendiendo que no es más que el resultado de una manifestación personal que simplemente ha encontrado su reflejo en otro u otros… lo contrario, circunscribir esa preferencia individual a un “lugar determinado”, enclavarla en el suelo como el “emblema” victorioso de una nueva grey, hacerla común a todos los que hayan habitado, habiten, o lleguen habitar tal espacio, establecer como general lo que es tan solo el fruto de una pulsión singular, es, tan solo, la realización practica de establecer un “territorio delimitado”, condenar a todos los nacidos en un lugar a hacer propios elementos no escogidos ni creados por ellos, exigir a los nativos la fidelidad al “credo colectivo”, imponer al foráneo su asimilación y acatamiento, es lo que obliga al niño a aprenderse cosas que no le interesan, a memorizar ideas que no siente, a sentir como propias locuciones que le hielan las entrañas… es esto lo que la abstracción España lleva haciendo siglos, a base de fuego purificador y sangre inocente, es lo que otras entelequias se congratulan en intentar excitados por el aroma de la Autoridad… es esto lo que yo sigo llamando La peste del Patriotismo (o del Nacionalismo, como gustéis).

Que la gente viva como quiera, donde quiera y de la forma que quiera, pero solo comprendiendo que estas elecciones, compartidas o no, han de ser un ornamento personal y no un yugo colectivo, de lo contrario, cuando intentamos que nuestras preferencias sean de obligado cumplimento para nuestros cohabitantes, no estaremos más que repitiendo en carnes ajenas aquello que reprobamos en las propias.

El ejemplo sobre la homosexualidad puede ser bastante grafico, aunque desde otra perspectiva ¿Se entendería que aquellos que buscamos la igualdad sexual -tanto de preferencia como de género- nos parapetáramos tras prejuicios sexistas?, ¿Se entendería que quienes quisiéramos acabar con la lacra de la xenofobia nos articuláramos en función de planteamientos racistas?, ¿Se entendería que quienes queremos acabar con las contradicciones sociales y de clase nos circunscribiéramos ha planteamientos aristocráticos y clasistas? De igual manera no entiendo como quienes quieren acabar con la imposición de un lenguaje único, de una cultura homogénea, y de una realidad unidimensional, quieran hacerlo precisamente usando las armas que durante años los han mermado, mutilado y cosificado.

Soy Anarquista porque no creo que al poder se le pueda contraponer otro poder, de igual manera tampoco creo que al nacionalismo se le pueda contraponer otro nacionalismo, o al sexismo otro sexismo, o al racismo otro racismo… creo que el remedio para todas esas limitaciones es la libertad sin paliativos.

Ahora bien, “quienes quieran su cruz, que la carguen”.

El Hombre Guillotina
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por El Hombre Guillotina » 10 Abr 2008, 12:11

Y puestos a seguir citando este fragmento de Bakunin de 1869 sobre el Patriotismo y la Noción de Estado es bastante esclarecedor. La conclusión de Bakunin es bastante diáfana, él dijo, literalmente, que el nacionalismo es un hecho inofensivo mientras no limite ni estreche nuestras perspectivas “internacionalistas”, por lo que el nacionalismo viene a ser, según él, un “fenómeno natural”, sin embargo, y también según él, es por tanto un fenómeno "terrible y cruel, una reminiscencia de nuestra animalidad”. Que cada cual saque sus propias conclusiones



“El Estado es el hermano menor de la Iglesia, y el patriotismo, esa virtud y ese culto del Estado, no es otra cosa que un reflejo del culto divino… el Estado ha sido siempre el patrimonio de una clase privilegiada… pero para el bien del Estado es preciso que haya una clase privilegiada cualquiera que se interese por su existencia, y es, precisamente, el interés solidario de esta clase privilegiada, lo que se llama patriotismo… El elemento fisiológico es el fondo principal de todo patriotismo, sencillo, instintivo y brutal. Es una pasión natural que, precisamente por ser muy natural, está en contradicción con toda política, y lo que es peor, dificulta el desarrollo económico, científico y humano de la sociedad”.

Para Bakunin hay cuatro elementos sobre los que intenta fundamentarse el patriotismo “1º el elemento natural o fisiológico, 2º el elemento económico 3º el elemento político y 4º el elemento religioso o fanático”. “El patriotismo natural es un hecho puramente bestial que se encuentra en todos los grados de la vida animal y hasta cierto punto en la vida vegetal; el patriotismo, tomado en este sentido, es una guerra de destrucción; es la primera expresión humana de ese grande y fatal combate por la existencia que constituye todo el desarrollo, toda la vida del mundo natural o real; combate incesante, devorador, universal, que nutre a cada individuo y a cada especie con la carne y la sangre de los individuos extranjeros… En el mundo animal, se reproduce la misma lucha, pero más ruidosa y dramáticamente; no es la lucha silenciosa y sin ruido; la sangre corre, y el animal destrozado, devorado y torturado, llena el aire con sus gemidos. Por fin, el hombre, animal parlante, introduce la primera frase en esta lucha, y esa frase se llama el patriotismo… Pero esa destrucción mutua de los individuos vivientes no se encuentra sólo en los lindes de ese mundo limitado que llamamos la gran patria… la gran patria debe dividirse en una multitud de pequeñas patrias animales, hostiles y destructoras las unas de las otras……

Se podría definir el patriotismo natural así: es una adhesión instintiva, maquinal y completamente desnuda de crítica a las costumbres de existencia colectivamente tomadas y hereditarias o tradicionales, y una hostilidad también instintiva y maquinal contra toda otra manera de vivir. Es el amor de los suyos y de lo suyo y el odio a todo lo que tiene un carácter extranjero. El patriotismo es un egoísmo colectivo, por una parte, y, por la otra, la guerra. No es una solidaridad bastante poderosa para que los miembros de una colectividad animal no se devoren entre sí en caso de necesidad, pero es bastante fuerte para que todos sus individuos, olvidando sus discordias civiles, se unan contra cada intruso que llegue de una colectividad extraña…

Ved los perros de un pueblo, por ejemplo. Los perros no forman, por regla general, República colectiva; abandonados a sus propios instintos, viven errantes como los lobos y sólo bajo la influencia del hombre se hacen animales sedentarios, pero una vez domesticados constituyen en cada pueblo una especie de República fundada en la libertad individual, según la fórmula tan querida de los economistas burgueses; cada uno para sí y el diablo para el último. Cuando un perro del pueblo vecino pasa solo por la calle de otro pueblo, todos sus semejantes en discordias se van en masa contra el desdichado forastero. Yo pregunto, ¿no es esto la copia fiel o mejor dicho el original de las copias que se repiten todos los días en la sociedad humana? ¿No es una manifestación perfecta de ese patriotismo natural del que yo he dicho y repito que no es más que una pasión brutal? Bestial, lo es, sin duda, porque los perros incontestablemente son bestias, y el hombre, animal como el perro y como todos los animales en la Tierra, pero animal dotado de la facultad fisiológica de pensar y hablar, comienza su historia por la bestialidad para llegar, a través de los siglos, a la conquista y a la constitución más perfecta de su humanidad…

Yo he querido hacer constar solamente que el patriotismo que nos cantan los poetas, los políticos de todas las escuelas, los gobernantes y todas las clases privilegiadas como una virtud ideal y sublime, tiene sus raíces, no en la humanidad del hombre, sino en su bestialidad… Es un hecho probado por los naturalistas y ya ha pasado al estado de axioma, que el número de cada población animal corresponde siempre a la cantidad de medios de subsistencia que encuentra en el país que habita”.

Según nos dice Bakunin cuando esos medios de subsistencia escasean es cuando se produce el fenómeno de la emigración. “Pero esta migración que les hace romper sus antiguas costumbres, sus maneras diarias y rutinarias de vivir y les hace buscar sin conocimiento, sin pensamiento alguno, instintivamente y a la ventura los medios de subsistencia en países por completo desconocidos, va siempre acompañada de privaciones y sufrimientos inmensos. La parte más grande de la población animal emigrante muere de hambre, sirviendo con frecuencia de alimento a los supervivientes, y la parte más pequeña es la que suele aclimatarse y encontrar nuevos elementos de vida en otro país. Después viene la guerra entre las especies que se nutren con los mismos alimentos; la guerra entre los que, para vivir, tienen que devorarse los unos a los otros. Considerado así, el mundo natural no es más que una hecatombe sangrienta, una tragedia horrorosa y lúgubre escrita por el hombre… El crecimiento y el desarrollo de las especies, están limitados por su propia hambre y por el apetito de las otras especies, es decir, por el sufrimiento y por la muerte. Nosotros no decimos, como los cristianos, que esta Tierra es un valle de lágrimas, pero debemos convenir en que no es madre tan tierna como dicen y que los seres vivientes necesitan mucha más energía para vivir. En el mundo natural, los fuertes viven y los débiles sucumben y los primeros no viven sino porque los otros mueren…

¿Es posible que esta ley fatal de la vida natural, sea también la del mundo humano y social? Los hombres, ¿están condenados por su naturaleza a devorarse entre sí para vivir como lo hacen los animales de otras especies?.. ¡Ay! Encontramos en la cuna de la civilización humana la antropofagia, y en seguida las guerras de exterminio, las guerras de las razas, y de los pueblos; guerras de conquista, guerras de equilibrio, guerras políticas y guerras religiosas…
Y en el fondo de todo esto, a través de todas las frases hipócritas de que se sirven para darse una apariencia de humanidad, y de derecho, ¿qué encontramos? Siempre la misma cuestión económica, la tendencia de uno a vivir y prosperar a expensas de los otros. Los ignorantes, los simples y los tontos, se dejan sorprender; pero los hombres fuertes que dirigen los destinos de los Estados saben muy bien que en el fondo de todas las guerras no hay más que un sólo interés: ¡el saqueo, la conquista de las riquezas de otros y el servilismo del trabajo! Es evidente que hasta ahora la humanidad no ha hecho ninguna excepción para esa ley general de bestialidad que condena a todos los seres vivientes a devorarse entre sí para vivir; sólo el socialismo, poniendo en el lugar de la justicia política, jurídica y divina, la justicia humana, reemplazando el patriotismo por la solidaridad universal de los hombres y la competencia económica por la organización internacional de una sociedad fundada sobre el trabajo, podrá poner fin a esas manifestaciones brutales de la bestialidad humana”.

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Warschawjanka
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por Warschawjanka » 10 Abr 2008, 12:33

Bakunin escribió:Los hombres, ¿están condenados por su naturaleza a devorarse entre sí para vivir como lo hacen los animales de otras especies?
Sí.

No creo que sea una cuestión de evitar ir “contra natura”, sino de mera supervivencia. Entre seis mil millones de humanos siempre habrá algún cabrón dispuesto a estar por encima de los demás, y sospecho que muchos de los aquí lectores no estarán conformes con esta situación, entre ellos me incluyo. Tampoco digo que sea como en el patio del colegio, “¡ah, no, ha empezado él!”, pero desde luego que si me atacan, responderé con la contundencia que considere necesaria. Siento comunicar que, antes de que llegue la anarquía en su plenitud, revienta el planeta con todos nosotros dentro, o se nos apaga el sol. Hay que darse prisa, ¡es ley de vida!
“Es como un huevo de serpiente en el que a través de la delgada membrana se puede distinguir un reptil ya formado”

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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por El Hombre Guillotina » 10 Abr 2008, 12:57

Y no crees que si fuera cierta esa “pesimista” –o para muchos realista- visión de la “vida” nuestra labor estaría en intentar erradicar esas “armas” que permiten la manida “explotación del hombre por el hombre”.

Quiero decir (y siento recurrir a la pedantería de citar las palabras de un futuro artículo) “si damos por sentado la multitud de problemas futuros, si aceptamos la sed autoritaria que poseerá a muchos individuos, y simplemente nos concentramos en intentar que esa serie de problemas puedan ser algún día resueltos por los propios interesados, e intentar quitar todas las series de herramientas que convierten esa mera pulsión en un arma todopoderosa, estaremos siendo “realistas” sin empezar a tener miedo de marcarle el ritmo a nuestros propios pasos. Es decir, si barremos el poder económico, político y estatal, todo acto de autoridad que tengamos que repeler se circunscribirá a fenómenos en los que nadie se verá obligado a obedecer… el presidente no será nada sin su gobierno, ni el militar sin su ejercito, ni el capitalista sin su industria; y nosotros lo seremos todo, si nuestra vida no se ve condicionada por sus decretos, ni nuestra existencia peligra por sus armas, ni nuestro estomago se ve vacío por su dinero. Que se limiten al garrote o la astucia, y en ese campo, cualquiera podrá detenerlos.”

Esto es parecido ha algo que decía Kropotkin (perdona también por citarte este fragmento): “Una sociedad anarquista no tendría que temer al Rothschild desconocido que fuera a establecerse de pronto en su seno. Si cada miembro de la comunidad sabe que después de algunas horas de trabajo productivo tendrá derecho a todos los placeres que proporciona la civilización, a los profundos goces que la ciencia y el arte dan a quienes la cultivan, no irá a vender su fuerza de trabajo por una mezquina pitanza; nadie se ofrecerá para enriquecer al susodicho Rothschild. Sus monedas serán rodajas metálicas, útiles para diversos usos, pero incapaces de producir crías”

De igual manera si, esos “cabrones” a los que tu hacías referencia, vivieran en un mundo en el que no tuvieran los medios prácticos para someternos, ni nosotros las necesidades que nos obligan a someternos ¿Qué problema supondrían?

(Y bueno creo que me he desviado un poco del tema inicial, pero espero que se me comprenda).

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GuilleM
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por GuilleM » 10 Abr 2008, 14:41

La verdad es que no me he leído todos los comentarios que habéis puesto por aquí, así que mil disculpas por si digo algo ya dicho o por si no viene muy a cuento.
Si mis padres es su juventud se hubieran organizado con un grupo de gente bastante numeroso o no, depende como se mire, y hubieran montado una comuna o una aldea o algo similar. Si se organizaran en una especie de comunismo libertario o alguna otra forma parecida. Si yo hubiera nacido allí, crecido allí, con las costumbres que ese grupo de gente tenga. Aprendido su lengua, sus quehaceres, su forma de vida. Si he recorrido con ellos las montañas cercanas, si he aprendido a valorar mi entorno según su visión. Si empiezo a crear mi propia opinión de las cosas, si valoro a mi sociedad natal, por decirlo del algún modo, y la valoro positívamente siendo crítico. Bueno, no se cuanto más podría alargarlo. El tema es, si estoy bien en esta comunidad, y no la considero mejor que otras, sino que por razones sentimentales, y viendo que para mi es justa, me encuentro a gusto, me siento en cierto modo identificado con esta gente y con su entorno, no soy patriota? Y la nocividad del término en este caso?
"Históricamente, el hombre occidental representa su conocimiento como el único capaz de lograr una conciencia universal y desecha el conocimiento no-occidental tildándolo de particularista e inferior."

El Hombre Guillotina
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por El Hombre Guillotina » 10 Abr 2008, 15:06

No creo que a tal sentimiento se le pueda dar esa definición; ahora bien, podemos verlo desde otra óptica. En tal caso se estaría siendo “Patriota” al estilo de quién (como Pietro Gori) dice que su “Patria” es el Mundo Entero y que su “Ley” es la Libertad.

Hoy en día llamamos “Autócrata” al que trata de cubrir con su poder a todos los demás pero también podríamos recuperar el termino de los cínicos clásicos y decir que todos somos “Autócratas” pues todos aspiramos a ser “Reyes” de nosotros mismos.

Creo que lo que tu llamas patriotismo no sería más que amor a los seres queridos, y nostalgia del tiempo vivido con ellos, si a eso quieres llamarle “Patriotismo” pues perfecto, pero ese sentimiento lo hubieras albergado haya donde se hubiera establecido la comuna, en cualquier otro lugar donde hubieran vivido tus padres, en cualquier sitio donde hubieras podido vivir con ellos, y tanto si ellos fueran tus padres biológicos, como adoptivos, si te ensamblara a ellos algún absurdo lazo biológico como si solo te uniera la empatía… la frasecitas al respecto son bastante socorridas, se podría decir con igual énfasis que en todos esos casos tu “Patria” se encuentra allí donde eres feliz, allí donde reposan tus huesos, y tal lugar no responde a leyes físicas ni a coordenadas geográficas, tu “Patria” son aquellos a los que amas… y eso es siempre algo más cercano al corazón que al suelo.

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GuilleM
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por GuilleM » 10 Abr 2008, 16:02

Patriotismo
De Wikipedia, la enciclopedia libre

El Patriotismo (de patriota > del francés patriote > del latín patriota > del griego patriotes, patris + otes, perteneciente a la tierra del padre) es un pensamiento que vincula a un ser humano con su patria. Es el sentimiento que tiene un ser humano por la tierra natal o adoptiva a la que se siente ligado por unos determinados valores, cultura, historia y afectos. Es el equivalente colectivo al orgullo que siente una persona por pertenecer a una familia o cofradía.
Partiendo de aquí, veré si me aclaro o me aclaráis cosas :wink:
El Hombre Guillotina escribió:Creo que lo que tu llamas patriotismo no sería más que amor a los seres queridos, y nostalgia del tiempo vivido con ellos, si a eso quieres llamarle “Patriotismo” pues perfecto, pero ese sentimiento lo hubieras albergado haya donde se hubiera establecido la comuna, en cualquier otro lugar donde hubieran vivido tus padres, en cualquier sitio donde hubieras podido vivir con ellos, y tanto si ellos fueran tus padres biológicos, como adoptivos, si te ensamblara a ellos algún absurdo lazo biológico como si solo te uniera la empatía… la frasecitas al respecto son bastante socorridas, se podría decir con igual énfasis que en todos esos casos tu “Patria” se encuentra allí donde eres feliz, allí donde reposan tus huesos, y tal lugar no responde a leyes físicas ni a coordenadas geográficas, tu “Patria” son aquellos a los que amas… y eso es siempre algo más cercano al corazón que al suelo.
Partiendo de mi super ejemplo (presiento que te ha molado), esta claro que daría igual donde se hubieran establecido. El caso que es que el nacer allí, crecer allí, y vivir en aquel entorno (y yo usando mi imaginación ya dibujo algo rural, que si no se me rompen los esquemas) es lo que hace que me identifique con ellos y con ello (entorno/maneras de vivir). De ahí lo de no considerar esta comunidad, sus quehaceres ni su entorno mejores que otros. Supongo que todo esto en un mundo globalizado ( :-? ), donde la tecnología te permite ir de un lado del planeta a otro, donde las sociedades no se diferencian mucho unas de otras, donde vives prácticamente igual en cualquier ciudad europea, y en muchas a nivel mundial, pues puede que todo esto no tenga gran sentido. Pero, en pueblos más pequeños o comunidades rurales, donde si hay diferencias más claras entre unos sitios y otros en cuanto manera de hacer las cosas o en cuanto a como es la gente, pues la cosa igual cobra sentido. Si yo fuera de un pueblecito del Pirineo, y pongamos que tuvieran un modo de vida preindustrial (va, que me pongo a darle a la imaginación! aunque os parezca que patino como el que mas), que su mayor contacto es con otros pueblos de la zona, con sus tradiciones, su clima, sus paisajes y todo lo que he dicho antes, creo que podriamos llegar a la definición de la gran wikipedia que he puesto arriba
Es el sentimiento que tiene un ser humano por la tierra natal o adoptiva a la que se siente ligado por unos determinados valores, cultura, historia y afectos.
Entonces igual si que es a los que amo, que dices tu, pero creo que en determinados contextos, y cada vez menos por como van las cosas, por desgracia desde mi punto de vista, los que amo o lo que amo coincidirá con la definición wikipedika de arriba.
"Históricamente, el hombre occidental representa su conocimiento como el único capaz de lograr una conciencia universal y desecha el conocimiento no-occidental tildándolo de particularista e inferior."

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milicianonimo
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por milicianonimo » 10 Abr 2008, 21:49

Yo pienso sinceramente, que la cultura de los pueblos puede hacernos tan esclavos como libres. Puede hacernos esclavos de su moral que es lo que pasa actualmente, pero si consiguisemos crear una nueva sociedad la cultura podria respetar la moral de cada uno.
España es una broma de mal gusto de la que algunos aún se están riendo, y a otros no nos hace ni puta gracia. p-ll. Usuari de ALB


Mi blog:
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El Hombre Guillotina
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Re: La Peste del Patriotismo

Mensaje por El Hombre Guillotina » 11 Abr 2008, 10:04

Lo que decís ambos tiene gran sentido. Coincido plenamente con lo que dice milicianoanonimo, y no veo ninguna discrepancia con mi postura ante el Patriotismo pues precisamente a lo que yo me opongo es a esa “moral colectiva de la que somos esclavos”, que la ideología, la filosofía, o la cultura, cualquiera que sea, se establezca voluntariamente entre aquellos que quieran libremente aceptarla, y no suponga una cortapisa para todos aquellos que la nieguen, cualesquieras que sean, es, precisamente, el objetivo de mi “impugnación”.

Creo que el presumible “desacuerdo” con GuilleM solo reside en una, desde mi punto de vista, involuntaria extrapolación entre “contenido” y continente”. Me reafirmo en que creo que ese potencial afecto hacía determinado entorno corresponde con las vivencias que habrías tenido con determinadas personas. Es decir, de tus palabras se extrae que ese entorno, la rutina de ese “microcosmos”, te eran gratas porque eras “feliz”… plantéate ahora lo que hubiera pasado si las experiencias que hubieras vivido en dicho entorno fueran “traumáticas”, si hubieras sido desgraciado, si de aquellos años solo conservaras un pozo de amargura ¿odiarías entonces ese lugar? Seguirían siendo los mismos árboles y los mismos montes, la gente reproduciría las mismas costumbres y tendrían los mismos “valores”… entonces ¿podrías acaso maldecir el mismo suelo que antes amabas?

Lo que amas, en uno u otro caso, son las vivencias y los individuos, son tus sensaciones las que hacen idílico u odioso un lugar… es cierto, innegablemente, que recuerdas con afecto ese lugar, es aún más cierto que sientes cariño por ese lugar, pero tal fenómeno se produce porque las experiencias que relacionas con dicho lugar te enriquecieron ¿Y acaso no puedes guardar el mismo sentimiento por una casa, el lugar donde se desarrollo un evento vital para entender tu vida, o incluso el refugio que compartías con un escogido grupo de amigos?.

Sin embargo, creo que la discusión, llegados a este punto, sería meramente “semántica”, y desde luego comprendo lo que dices y sientes, si ese es tu concepto de “Patriotismo”, no hay de que preocuparse, no es ese desde luego el “impositor mecanismo de corporativismo ciego” contra el que yo alzo la voz.

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