Canarias
Publicado: 04 Ago 2002, 16:47
Vamos a añadir más leña al fuego del debate. A ver qué os parece esto::
[Fragmentos de La autodeterminación está de moda,
editado en el nº 20 de Alerta]
La burguesía nacional...
Los sectores más importantes de la burguesía canaria siguen estando ligados a intereses españoles, mientras el resto juegan a otras bandas que puedan atraer más réditos. PP y Coalición Canaria se reparten así la representatividad de la burguesía isleña. A ambos el actual marco jurídico-político les es beneficioso. Ello no es óbice para que, en el seno de la CoCa -capitaneada por antiguos cargos franquistas junto a "demócratas" de nueva hornada- busquen cobijo los antiguos dirigentes de la izquierda autoritaria y ex-líderes obreristas (Mauricio, Rodríguez Brito, Mendoza, Alduán, Víctor Díaz, "cristianos de base"...), que regresan a su lugar natural por linaje, mientras rentabilizan sus anteriores actividades "revolucionarias", intentando no deshacer sus vínculos con las organizaciones a las que estuvieron ligados, para garantizar la precisa "paz social". La burguesía pepera y coalicionera no tienen fronteras definidas. Son burguesía, les unen intereses. Colaboran mutuamente para seguir amontonando fortuna, con apoyos institucionales y con la corrupción necesariamente presente en los ámbitos del poder. Se apoyan aquí y salvan en la metrópoli al PP en las situaciones desesperadas (en los momentos más álgidos del pasteloso enfrentamiento PP-nacionalistas, con el apoyo de la CoCa se logró superar algunas importantes votaciones parlamentarias en Madrid).
Hoy por hoy, son marginales los sectores de la burguesía canaria que abogan por el independentismo y la autodeterminación como necesaria para conseguir un Estado canario. Hoy por hoy, a la burguesía no les interesa, lo que no significa que en un momento dado puedan no precisar de la creación de un Estado canario para proseguir sus actividades explotadoras. La CoCa juega sólo al amago, pero carece de un proyecto propio y definido, de una proyección nítida que logre consolidar una "burguesía nacional canaria"; es una simple suma de políticos oportunistas ligados a una burguesía especuladora que se une en la búsqueda del rapiñador enriquecimiento rápido.
El pueblo canario oprimido
El sentimiento nacional canario sigue estando presente entre los desposeídos, los que realmente han sufrido lo que es sentirse marginados en su propio país, no sólo por la dominación extranjera de su solar, sino por la connivencia de la burguesía autóctona en la continuada opresión de su cultura, de su expresión propia, de su idiosincrasia, y limitando, por tanto, sus posibilidades de desarrollo como individuos libres. Una burguesía que además ha colaborado en la explotación saqueadora de los recursos naturales y humanos del país isleño, que se lleva lejos de las Islas la plusvalía generada por el trabajo realizado aquí (como ejemplo basta citar que apenas el 10% de los ingresos del turismo se quedan en el Archipiélago).
No podemos esperar de los partidos de la burguesía otra cosa que los que nos están dando. Podrán cambiar su rumbo en un futuro, pero nunca nos van conducir al pueblo canario (trabajador@s, parad@s, marginad@s, pobres, quienes no tenemos otra cosa que la fuerza de trabajo para poder subsistir) hacia una vida digna, con mayores cotas de libertad para el desarrollo de la vida individual y colectiva...
¿Qué autodeterminación nos dan?
IU, FNC e independentistas de CNC y Pueblo Unido-Frepic, reivindican la autodeterminación. IU aboga por la vinculación del Archipiélago al Estado español mediante una fórmula federal, mientras CNC y PU-Frepic defienden la creación de un Estado canario. Las diferencias entre unos y otros no son, como veremos, tan abismales.
El derecho de autodeterminación se nos presenta como un derecho a conquistar constitucionalmente. Esto es, se pretende integrar en el Sistema, la capacidad de los pueblos de separarse del poder central y organizar independientemente su vida si ese es su deseo. Y ello, mediante un complejo sistema (la constitución canadiense puede ser uno de los tantos modelos) en el que se permita realizar un plebiscito en el que quede definido el estatus que cada comunidad desea asumir. Tanto IU como CNC y PU-Frepic no conciben que los pueblos puedan "organizarse" realmente por sí mismos, sin necesidad de quedar tutelados por un Estado. En este sentido se está negando, por un lado, la capacidad real de emancipación de los pueblos y, por otro, que sea el modelo socio-económico, tanto o más que el marco jurídico-político que está a su servicio, el que ha provocado que las naciones queden asfixiadas en sus expresiones.
Si Canarias es una nación oprimida lo es porque ha sido necesario para realizar una explotación colonial de sus recursos por parte de potencias extranjeras desde el inicio de la dominación europea de nuestras Islas. Es decir, han sido los ricos, los capitalistas y los políticos quienes han convertido en lo que es a nuestro país. No sólo nos han sacado la plusvalía de nuestros riñones, sino que además nos han anulado como individuos insertos en su patria, despojándonos de nuestra identidad a su antojo, convirtiéndonos en seres apocados, acomplejados, sumisos e incapaces de rebelarse ante las continuadas injusticias que con nosotros y con nuestro medio se han ido cometiendo. Es el capitalismo en sus variadas formas (ahora el más refinado neoliberalismo) y sus modelos institucionales el que nos ha hecho llegar a Canarias a la penosa situación presente.
La autodeterminación e independencia burguesas ignoran el enfrentamiento de clases. Es más, se convierten en armas de la burguesía para encubrirla. La conciencia de clase quiere suprimirse con una supuesta identidad nacional donde todas las clases (opresoras y oprimidas) quedan artificialmente anuladas. Sin embargo, no podemos separar la liberación nacional de la liberación social, de la emancipación de clase. Nuestra opresión no sólo viene dada por la obligada pertenencia al Estado español, sino que está ligada y se complementa con otra variada gama de opresiones producto de vivir bajo un sistema clasista y opresor de nuestra vida, impidiéndonos plenamente expresar y desarrollarnos con entera libertad. No parcelamos la lucha contra la opresión, pretendemos destruirla en su conjunto.
La autodeterminación e independencia burguesas no da el poder al pueblo, sino que la voluntad popular queda secuestrada por los políticos, siempre ligados a los intereses de los poderosos, o convertidos estos en la nueva clase dominante en los casos de un Estado de corte más autoritario (recordemos el modelo de capitalismo de Estado de los países del Este hasta hace unos años).
Cuando desde posiciones libertarias abogamos por la independencia (ejerciendo el derecho natural de cada individuo, grupo, comunidad, etc., a la secesión) no lo hacemos en los mismos términos que los burgueses nacionalistas o las pretendidas posiciones "de clase" de las cada vez más escasas gentes que se reclaman de izquierdas. Unos y otros no conciben la independencia si no es vinculada al Estado y, por tanto, sin desprenderse de una concepción social que no supera el actual modelo político, económico y social: políticos/ciudadanos, capital/trabajo, dirigentes/dirigidos, opresores/oprimidos...
Lo que queremos...
No queremos un simple cambio administrativo con el que pocas cosas se modificarían en la vida de los sectores oprimidos del Archipiélago. Abogamos, por el contrario, por el impulso de la autoorganización obrera y popular para conseguir mejorar las condiciones inmediatas de vida (trabajo, vivienda, educación, sanidad, mejoras sociales...), por el desarrollo de experiencias organizativas y de gestión al margen de las señaladas por el poder (partidos, sindicatos...), en el que el funcionamiento asambleario y la coordinación con portavoces revocables sean las nuevas formas que vayan prefigurando una vida realmente participativa, configurando unas estructuras "independientes" (la partícula in es negación) al Estado español.
Proponemos llegar a la independencia por el protagonismo popular, por la toma del poder en la base, mediante la generalización de las experiencias autoorganizativas, creando organismos de contrapoder que se enfrentan al Estado español en todos los ámbitos, sin necesidad de estructuras centralizadas que roben las toma de decisiones colectivas a quienes realmente les afectan. No queremos heredar del régimen colonial esta podrida y corrupta democracia delegada que ahora padecemos. La democracia representativa es dependencia y corrupción.
Para nosotros la autodeterminación no tiene reflejo en un plebiscito y su circense espectáculo. La autodeterminación la entendemos como un proceso amplio y permanente en el que el pueblo ya es capaz de estar dirigiéndose y ello lo vemos posible en un medio social donde, dueño real de los medios de producción, distribución y consumo, tenga la capacidad real de decidir mediante una democracia directa cuantos asuntos le compete.
La autodeterminación no puede, por tanto, ser otorgada por ningún poder metropolitano. Debe ser arrancada a éste por la lucha decidida del pueblo autoorganizado, capaz ya de gestionar su vida por sí mismo, sin necesidad de que nadie lo dirija, sin necesidad ya del Estado español o de cualquier otro de ámbito territorial más cercano que pretenda sustituirlo.
Tampoco entendemos la autodeterminación como algo separado o un paso previo a la obtención de la independencia. La autodeterminación habrá de ser una generalización de la práctica autoorganizativa y autogestionaria de nuestro pueblo y habrá de prolongarse más allá del momento de la ruptura con el Estado español. Significa el poseer el poder en la base, el poder en manos del pueblo. Un "contra-poder" distinto y enfrentado al poder establecido. Delegar en estructuras jerárquicas sería renunciar a la independencia. Para nosotros autodeterminación es independencia: la capacidad real de autogestionarse un pueblo sin necesidad de tutelas estatales.
Creer que reclamando que en la constitución española sea recogido el derecho de autodeterminación realmente no avanzamos nada por conseguir la liberación del pueblo oprimido de Canarias. Más que librarnos de las cadenas, añadimos un eslabón más que nos aleja de la auténtica libertad. La lucha por la autodeterminación e independencia de nuestro país no está en el parlamento. Está en el impulso de las luchas de clases, en los centros de trabajo, en los barrios, en los centros de enseñanza, etc., en los que impulsemos prácticas de democracia directa y vayamos desenmascarando al Sistema en su conjunto, haciendo confluir luchas, extendiendo la práctica de coordinación sin estructuras jerárquicas, creando redes de comunicación, debate y acción que nos permitan al tiempo mejorar nuestras condiciones de vida...
[C. I. ANARKO-GUANCHE, diciembre de 1998.]
[Fragmentos de La autodeterminación está de moda,
editado en el nº 20 de Alerta]
La burguesía nacional...
Los sectores más importantes de la burguesía canaria siguen estando ligados a intereses españoles, mientras el resto juegan a otras bandas que puedan atraer más réditos. PP y Coalición Canaria se reparten así la representatividad de la burguesía isleña. A ambos el actual marco jurídico-político les es beneficioso. Ello no es óbice para que, en el seno de la CoCa -capitaneada por antiguos cargos franquistas junto a "demócratas" de nueva hornada- busquen cobijo los antiguos dirigentes de la izquierda autoritaria y ex-líderes obreristas (Mauricio, Rodríguez Brito, Mendoza, Alduán, Víctor Díaz, "cristianos de base"...), que regresan a su lugar natural por linaje, mientras rentabilizan sus anteriores actividades "revolucionarias", intentando no deshacer sus vínculos con las organizaciones a las que estuvieron ligados, para garantizar la precisa "paz social". La burguesía pepera y coalicionera no tienen fronteras definidas. Son burguesía, les unen intereses. Colaboran mutuamente para seguir amontonando fortuna, con apoyos institucionales y con la corrupción necesariamente presente en los ámbitos del poder. Se apoyan aquí y salvan en la metrópoli al PP en las situaciones desesperadas (en los momentos más álgidos del pasteloso enfrentamiento PP-nacionalistas, con el apoyo de la CoCa se logró superar algunas importantes votaciones parlamentarias en Madrid).
Hoy por hoy, son marginales los sectores de la burguesía canaria que abogan por el independentismo y la autodeterminación como necesaria para conseguir un Estado canario. Hoy por hoy, a la burguesía no les interesa, lo que no significa que en un momento dado puedan no precisar de la creación de un Estado canario para proseguir sus actividades explotadoras. La CoCa juega sólo al amago, pero carece de un proyecto propio y definido, de una proyección nítida que logre consolidar una "burguesía nacional canaria"; es una simple suma de políticos oportunistas ligados a una burguesía especuladora que se une en la búsqueda del rapiñador enriquecimiento rápido.
El pueblo canario oprimido
El sentimiento nacional canario sigue estando presente entre los desposeídos, los que realmente han sufrido lo que es sentirse marginados en su propio país, no sólo por la dominación extranjera de su solar, sino por la connivencia de la burguesía autóctona en la continuada opresión de su cultura, de su expresión propia, de su idiosincrasia, y limitando, por tanto, sus posibilidades de desarrollo como individuos libres. Una burguesía que además ha colaborado en la explotación saqueadora de los recursos naturales y humanos del país isleño, que se lleva lejos de las Islas la plusvalía generada por el trabajo realizado aquí (como ejemplo basta citar que apenas el 10% de los ingresos del turismo se quedan en el Archipiélago).
No podemos esperar de los partidos de la burguesía otra cosa que los que nos están dando. Podrán cambiar su rumbo en un futuro, pero nunca nos van conducir al pueblo canario (trabajador@s, parad@s, marginad@s, pobres, quienes no tenemos otra cosa que la fuerza de trabajo para poder subsistir) hacia una vida digna, con mayores cotas de libertad para el desarrollo de la vida individual y colectiva...
¿Qué autodeterminación nos dan?
IU, FNC e independentistas de CNC y Pueblo Unido-Frepic, reivindican la autodeterminación. IU aboga por la vinculación del Archipiélago al Estado español mediante una fórmula federal, mientras CNC y PU-Frepic defienden la creación de un Estado canario. Las diferencias entre unos y otros no son, como veremos, tan abismales.
El derecho de autodeterminación se nos presenta como un derecho a conquistar constitucionalmente. Esto es, se pretende integrar en el Sistema, la capacidad de los pueblos de separarse del poder central y organizar independientemente su vida si ese es su deseo. Y ello, mediante un complejo sistema (la constitución canadiense puede ser uno de los tantos modelos) en el que se permita realizar un plebiscito en el que quede definido el estatus que cada comunidad desea asumir. Tanto IU como CNC y PU-Frepic no conciben que los pueblos puedan "organizarse" realmente por sí mismos, sin necesidad de quedar tutelados por un Estado. En este sentido se está negando, por un lado, la capacidad real de emancipación de los pueblos y, por otro, que sea el modelo socio-económico, tanto o más que el marco jurídico-político que está a su servicio, el que ha provocado que las naciones queden asfixiadas en sus expresiones.
Si Canarias es una nación oprimida lo es porque ha sido necesario para realizar una explotación colonial de sus recursos por parte de potencias extranjeras desde el inicio de la dominación europea de nuestras Islas. Es decir, han sido los ricos, los capitalistas y los políticos quienes han convertido en lo que es a nuestro país. No sólo nos han sacado la plusvalía de nuestros riñones, sino que además nos han anulado como individuos insertos en su patria, despojándonos de nuestra identidad a su antojo, convirtiéndonos en seres apocados, acomplejados, sumisos e incapaces de rebelarse ante las continuadas injusticias que con nosotros y con nuestro medio se han ido cometiendo. Es el capitalismo en sus variadas formas (ahora el más refinado neoliberalismo) y sus modelos institucionales el que nos ha hecho llegar a Canarias a la penosa situación presente.
La autodeterminación e independencia burguesas ignoran el enfrentamiento de clases. Es más, se convierten en armas de la burguesía para encubrirla. La conciencia de clase quiere suprimirse con una supuesta identidad nacional donde todas las clases (opresoras y oprimidas) quedan artificialmente anuladas. Sin embargo, no podemos separar la liberación nacional de la liberación social, de la emancipación de clase. Nuestra opresión no sólo viene dada por la obligada pertenencia al Estado español, sino que está ligada y se complementa con otra variada gama de opresiones producto de vivir bajo un sistema clasista y opresor de nuestra vida, impidiéndonos plenamente expresar y desarrollarnos con entera libertad. No parcelamos la lucha contra la opresión, pretendemos destruirla en su conjunto.
La autodeterminación e independencia burguesas no da el poder al pueblo, sino que la voluntad popular queda secuestrada por los políticos, siempre ligados a los intereses de los poderosos, o convertidos estos en la nueva clase dominante en los casos de un Estado de corte más autoritario (recordemos el modelo de capitalismo de Estado de los países del Este hasta hace unos años).
Cuando desde posiciones libertarias abogamos por la independencia (ejerciendo el derecho natural de cada individuo, grupo, comunidad, etc., a la secesión) no lo hacemos en los mismos términos que los burgueses nacionalistas o las pretendidas posiciones "de clase" de las cada vez más escasas gentes que se reclaman de izquierdas. Unos y otros no conciben la independencia si no es vinculada al Estado y, por tanto, sin desprenderse de una concepción social que no supera el actual modelo político, económico y social: políticos/ciudadanos, capital/trabajo, dirigentes/dirigidos, opresores/oprimidos...
Lo que queremos...
No queremos un simple cambio administrativo con el que pocas cosas se modificarían en la vida de los sectores oprimidos del Archipiélago. Abogamos, por el contrario, por el impulso de la autoorganización obrera y popular para conseguir mejorar las condiciones inmediatas de vida (trabajo, vivienda, educación, sanidad, mejoras sociales...), por el desarrollo de experiencias organizativas y de gestión al margen de las señaladas por el poder (partidos, sindicatos...), en el que el funcionamiento asambleario y la coordinación con portavoces revocables sean las nuevas formas que vayan prefigurando una vida realmente participativa, configurando unas estructuras "independientes" (la partícula in es negación) al Estado español.
Proponemos llegar a la independencia por el protagonismo popular, por la toma del poder en la base, mediante la generalización de las experiencias autoorganizativas, creando organismos de contrapoder que se enfrentan al Estado español en todos los ámbitos, sin necesidad de estructuras centralizadas que roben las toma de decisiones colectivas a quienes realmente les afectan. No queremos heredar del régimen colonial esta podrida y corrupta democracia delegada que ahora padecemos. La democracia representativa es dependencia y corrupción.
Para nosotros la autodeterminación no tiene reflejo en un plebiscito y su circense espectáculo. La autodeterminación la entendemos como un proceso amplio y permanente en el que el pueblo ya es capaz de estar dirigiéndose y ello lo vemos posible en un medio social donde, dueño real de los medios de producción, distribución y consumo, tenga la capacidad real de decidir mediante una democracia directa cuantos asuntos le compete.
La autodeterminación no puede, por tanto, ser otorgada por ningún poder metropolitano. Debe ser arrancada a éste por la lucha decidida del pueblo autoorganizado, capaz ya de gestionar su vida por sí mismo, sin necesidad de que nadie lo dirija, sin necesidad ya del Estado español o de cualquier otro de ámbito territorial más cercano que pretenda sustituirlo.
Tampoco entendemos la autodeterminación como algo separado o un paso previo a la obtención de la independencia. La autodeterminación habrá de ser una generalización de la práctica autoorganizativa y autogestionaria de nuestro pueblo y habrá de prolongarse más allá del momento de la ruptura con el Estado español. Significa el poseer el poder en la base, el poder en manos del pueblo. Un "contra-poder" distinto y enfrentado al poder establecido. Delegar en estructuras jerárquicas sería renunciar a la independencia. Para nosotros autodeterminación es independencia: la capacidad real de autogestionarse un pueblo sin necesidad de tutelas estatales.
Creer que reclamando que en la constitución española sea recogido el derecho de autodeterminación realmente no avanzamos nada por conseguir la liberación del pueblo oprimido de Canarias. Más que librarnos de las cadenas, añadimos un eslabón más que nos aleja de la auténtica libertad. La lucha por la autodeterminación e independencia de nuestro país no está en el parlamento. Está en el impulso de las luchas de clases, en los centros de trabajo, en los barrios, en los centros de enseñanza, etc., en los que impulsemos prácticas de democracia directa y vayamos desenmascarando al Sistema en su conjunto, haciendo confluir luchas, extendiendo la práctica de coordinación sin estructuras jerárquicas, creando redes de comunicación, debate y acción que nos permitan al tiempo mejorar nuestras condiciones de vida...
[C. I. ANARKO-GUANCHE, diciembre de 1998.]