Carod-Rovira y el anarquismo
Publicado: 27 Ago 2004, 20:07
Ultimamente a Carod Rovira le esta dando por presentar a su partido como continuador d una linea de la izquierda catalana que tiene en el anarquismo uno de sus puntales; si bien es cierto que la ERC de los 30's tenia algo de relación con el anarquismo, la ERC de Carod-Rovira - que no hay que negar que ha echo un leve giro hacia la izquierda en compáracion a la CiU-radicalizada de los 80's, 90's- poco se parece a esa primera ERC pequeño-burguesa pero comprometida de verdad con los cambios sociales que se daban en Catalunya y España de la República, una ERC que luego cayó durante la guerra en manos del poder sovietico y luego - terminada la guerra- en una especie de aristocratacismo republicano que aun hoy conserva.
Os encufo un articulo de hace poco de Carod en el diario AVUI - muy criticado por sus lectores mas nacionalistas y/o conservadores- y una entrevista a Carod realizada por la publicación "Espai de llibertaT". Juzgad vosotros mismos, pero yo que además he conocido a Carod personalmente no me tomaria muy en serio sus racionamientos, que si bien no son falsos del todo (y ojala no fueran mas que un guiño electoralista a la izquierda), son propios del discurso a veces simpatico pero muy vago, demagogo, tambaleante y sobertodo alejado de las acciones de su Partido en las instituciones, que Carod nos tiene acostumbrados a los Catalanes. En fín, los políticos y sus ocurrencias... ahora a Carod le ha picado por reclamar la herencia libertaria de ERC, ayer le daba por el nacionalismo puro y duro, anteayer por el marxismo...
(los textos estan traducidos electronicamente y pueden tener errores / En negrita estan los aspectos que creo que son mas destacables del anarco-cardorismo
)
Per llegir-ho directament del catala podeu fer click en els següents enllacos:
http://www.avui.com/avui/diari/04/ago/11/c10111.htm
http://www.laic.org/cat/espai/articles/27_entrevw.htm
--------
Os encufo un articulo de hace poco de Carod en el diario AVUI - muy criticado por sus lectores mas nacionalistas y/o conservadores- y una entrevista a Carod realizada por la publicación "Espai de llibertaT". Juzgad vosotros mismos, pero yo que además he conocido a Carod personalmente no me tomaria muy en serio sus racionamientos, que si bien no son falsos del todo (y ojala no fueran mas que un guiño electoralista a la izquierda), son propios del discurso a veces simpatico pero muy vago, demagogo, tambaleante y sobertodo alejado de las acciones de su Partido en las instituciones, que Carod nos tiene acostumbrados a los Catalanes. En fín, los políticos y sus ocurrencias... ahora a Carod le ha picado por reclamar la herencia libertaria de ERC, ayer le daba por el nacionalismo puro y duro, anteayer por el marxismo...
(los textos estan traducidos electronicamente y pueden tener errores / En negrita estan los aspectos que creo que son mas destacables del anarco-cardorismo
Per llegir-ho directament del catala podeu fer click en els següents enllacos:
http://www.avui.com/avui/diari/04/ago/11/c10111.htm
http://www.laic.org/cat/espai/articles/27_entrevw.htm
--------
--------Izquierda nacional (e II)
Josep-Lluís Carod-Rovira
Cada país dispone de un sistema propio de partidos, con unas siglas determinadas que son identificables por sus connacionals y que expresan, de manera clara y comprensible, una ideología, de acuerdo con la cultura política nacional de cada lugar. De este modo, tan solos a partir del enunciado de unas siglas, no siempre es fácil de deducir la identidad política, puesto que, a menudo, una misma palabra significa o esconde cosas diferentes, según los países: nacional, social, liberal, republicano, socialdemócrata, popular y patriótico son términos que, de hecho, los encontramos asociados tanto a fuerzas progresistas como conservadoras, a partidos de izquierdas o bien de derechas, en los diferentes continentes. Así, el Partido Nacional de , ahora fusionado paradójicamente con el Consejo Nacional Africano de Mandela, era un partido racista que excluía la mayoría de la población y, pues, no nada nacional. El Movimiento Social Italiano ha estado el exponente parlamentario del fascismo, el Partido Liberal Ruso es xenófobo, George Bush es del Partido Republicano, los conservadores portugueses gobiernan desde el Partido Socialdemócrata Portugués, los coreligionaris de Aznar se agrupan en el Partido Popular, mientras que los del general Primo de Rivera lo hacían en la Unión Patriótica... Ya se ve, pues, que el nombre no hace la cosa y cada fuerza política, en todas partes, está atada al lugar dónde nace y dónde aspira a conseguir el máximo de apoyo y, por lo tanto, utiliza las palabras de acuerdo con el código que es familiar y común a su sociedad nacional.
En el caso catalán, que el Partido Socialista sea el primero referente de la izquierda es una circunstancia digamos reciente, del postfranquisme. Durante los largos años de la dictadura esta función va llevarla a término el Partido Socialista Unificado, que, de hecho, pese al nombre, era el partido de los comunistas catalanes y antes, durante los años 30, fue ERC la fuerza incuestionable de la izquierda catalana. En realidad, pero, cada una de estas siglas, reclamándose todas ellas de izquierdas, proceden de tradiciones, culturas y prácticas políticas bien distintas. Se puede decir que, hasta la Guerra Civil, el socialismo, el comunismo y el marxismo tuvieron un papel secundario a nuestro país, pese a que hubieran dado nombres relevantes en el ámbito político e intelectual como Rafael Campalans, Manuel Serra y Moret, Joan Comorera, Andreu Nin, Joaquim Maurín y Jordi Arquer, entre de otros. De hecho, era una evidencia que, hasta el 36, los componentes ideológicos hegemònics a la izquierda catalana no procedían paso del mundo socialista-comunista, como en muchos otros países industrializados de nuestro entorno europeo, sino más bien del universo libertario, anarcosindicalista y, incluso, liberal.
Tanto es no bien, el 1928, el setmanari republicano La Opinión acogió una interessantíssima polémica sobre esta cuestión, en qué gente como Maurín y Peiró, sobre todo, pero también Nin, Arquer, Aiguader y Lluhí y Vallescà exponían sus puntos de vista a este respeto. No deja de ser significativo que, por ejemplo, tanto la CNT, como la FAI, como el Partido Sindicalista se fundaran aquí, al Principado o al País Valenciano. Y constituye ya una clase de lugar común aquella consideración según la cual resultaría que "cada catalán trae un anarquista dentro", en referencia a nuestro espíritu rebelde, autoorganitzatiu, poco amante de obedecer órdenes que no vengan de nosotros mismos y nuestras convicciones... Los orígenes de la izquierda catalana, de las posiciones políticas progresistas a nuestro país, hace falta buscarlos en el movimiento republicano federal del siglo XIX y en la amplia red territorial de centros, ateneos y sociedades que van extenderse arreo, con gran rapidez. Es esta izquierda de la gente, desde las comarcas y las ciudades, desde la base, la que el marzo del 1931 confluye en la creación de un partido político moderno y con vocación de gobierno, como es el ERC de Macià, Companys, Irla y Tarradellas, entre otros, nombres cada uno de los cuales representaban fragmentos de identidad política muy diferentes: independentisme, republicanisme, obrerisme, sindicalismo, catalanismo popular... Es la suma de todo aquel universo atomitzat lo que converge -pasadme la palabra- en la nueva organización y lo hace, además, de tal manera que el nueve partido convive, a nivel general, con el nombre originario de cada entidad adherida a ERC en cada municipio o distrito, de forma que, en muchos lugares, el partido conserva la denominación local: Centro Catalanista Republicano, Círculo Federal, Sociedad Republicana, etc.
Desde el suyo mismo nacimiento, por lo tanto, ERC, pues, no era un partido de clase, según la terminología marxista, sino claramente interclassista de sectores populares y clases medianas, que juntaba en una sola expresión politicoelectoral toda una enorme diversidad de complicidades, desazones, ilusiones e intereses. No tiene sentido, por lo tanto, ignorar que, en el sustrato de la izquierda catalana, conscientemente percibido así o no hoy, el componente libertario y liberal es de una importancia enorme. Existe una cultura antiautoritària, antiestatista (en el sentir de confiar más en el reformisme societario que en los vicios burocráticos de la administración, hasta el 1931 sólo la española), federal (concibiendo el federalismo como un pacto libre y entre iguales) y laica, propia de la izquierda catalana. Esta otra izquierda, que no procede de la tradición marxista, ha estado históricamente atacada y menystinguda por aquella que sí que en uve, de setenta años ençà.
ERC, que es la otra izquierda, desde los suyos inicios ha defendido la igualdad de todos los ciudadanos y ciudadanas ante la ley (de aquí su señal de identidad republicano, cuando era inconcebible que alguien pudiera decirse de izquierdas y no manifestarse públicamente, a la vez, como republicano), tanto como la igualdad de oportunidades para todo el mundo y unas medidas básicas irrenunciables de justicia social y económica (por esto es Izquierda). Pero, a la vez, ha defendido con el mismo convencimiento que la igualdad también la libertad de las personas y los colectivos, por organizarse, expresarse, participar, lejos de las prácticas dogmáticas del partido-iglesia, del control jerárquico, del estigmatització de la discrepancia. De aquí que, en algún momento, alguien se haya referido a ERC como un partido de izquierda libertaria o incluso liberal, en el sentido político, democrático e ilustrado más noble del término, sin que esto implique que no formen parte de nuestro patrimonio ideológico formulaciones familiares entre los partidos socialistas democráticos o, incluso, algunas aportaciones de la izquierda más alternativa.
Una izquierda así es impensable al margen de su propio marco nacional específico, porque es fruto de este y sólo tiene sentido en este contexto: por eso es por lo que ERC es una izquierda nacional. Una izquierda de una nación sin Estado, pero que aspira a tener, valora el peso decisivo del esfuerzo, del trabajo, de la iniciativa, del riesgo emprendedor y el hecho de situarse no subsidiaria de ningún dogma la convierte en la izquierda de la libertad, la izquierda libre de las personas con conciencia libre, con una flexibilidad de análisis de los acontecimientos y de adecuación a la cotidianidad que hace que sea, a la vez, una izquierda radicalmente moderna y democrática, capaz de conectar con sectores sociales muy amplios y diversos, incluso aparentemente contradictorios. Esta otra izquierda, ERC, aspira a devenir, en los próximos años, no sueles el primero referente de la izquierda catalana, sino el primero referente político de este país. Es, en cierto modo, hacer aquello que ya han hecho en España y al País Vasco: antes del franquismo gobernaban el PSOE y el PNV, respectivamente. Ahora vuelven. Se trata, pues, de cerrar el círculo de la propia historia nacional y volver a la normalidad.
Josep-Lluís Carod-Rovira.
Filólogo. Secretario general de ERC. Diputado al Parlamento de Catalunya Candidato a la presidencia de la Generalitat
– Por qué en’l izquierda d’este país no hay más presencia del pensamiento de Josep Narciso Roca y Farreras, d’en Francesc Layret, de Pino y Margall, d’aquello que seria la tradición del republicanisme laico y lliurepensador y que parece que forma parte, también, del trasfondo cultural d’Izquierda Republicana?
– Seguramente nos habríamos’d esforzar a hacer una reivindicación más estricta d’esta tradición, pero esto va mucho en paralelo al desdibujamiento progresivo d’alguno de los perfiles de l’izquierda catalana. Entre otras cosas, porque la tradición de la misma Izquierda Republicana proviene mucho más de la tradición libertaria que no paso d’otros, como por ejemplo la marxista, aun cuando en’l actual dirección d’Izquierda Republicana haya gente que sí que puede provenir d’esta tradición. Yo creo que las señales d’identidad de l’izquierda catalana son el laicismo; el republicanisme, no sólo como antidinastisme, sino como la igualdad d’oportunidades de todos los ciudadanos y ciudadanas por acceder a cualquier lugar’d elección popular; el federalismo –como diría aquel– "bien entendido", como un pacto entre iguales; la lucha contra la discriminación de género; la importancia de l’educación como instrumento d’liberación personal y por salir de l’amenaza de l’exclusión social; l’antiautoritarisme, l’antiestatisme, la importancia del qué podríamos decir el movimiento societario –esto, obviamente, en el siglo XXI es algo más complicado d’articular. Estas señales d’identidad quedan muy desdibujados por parte de las izquierdas mayoritarias, tanto la que lo fue en los años del franquismo como la que lo es en los años de la democracia. Ahora desde la modestia de nuestras posiciones, yo creo que somos los únicos que tenemos en cuenta determinadas efemèrides, sobre todo por parte de la Vicesecretaria d’Estudios y Programas que trae el senador Carles Bonet. Hemos conmemorado, por ejemplo, el Chico del Azúcar, en Francesc Layret, l’aniversario de la Unión Socialista de Catalunya, el mismo Pino y Margall...
Hemos estado los únicos que lo hemos hecho, pero, evidentemente, cuanto más lo reivindicamos, mejor.
– Aquí hay algún problema, quizás, de comprensión colectiva, porque cuando se habla de federalismo, a veces parece que se hable d’una figura simbólica y, a veces, s’olvida que gente como en Roca y Farreras, que es de los primeros en declararse independentista, asumía también el federalismo, partiendo del principio d’autodeterminación individual. Esto lo explica mucho bien en Toni Strubell, colaborador de la revista...
– Y militante d’Izquierda Republicana! ... Bien, yo creo que aquí hay dos cosas. Una, grave, es la pérdida de memoria histórica de l’izquierda catalana... Yo recuerdo una época, por ejemplo, en qué uno de los míos libros de cabecera eran aquellos dos volúmenes que había preparado Benet para las Ediciones Catalanas de París, Marxismo catalán y cuestión nacional catalana... Ahora mismo, no hace demasiados días, he podido ir A Bonanza, a la casa dónde nació en Joaquim Maurín, que era, junto con el Nin, uno de los míos referentes personales, junto con otras tradiciones políticas. Pero, por el que he podido probar en los contactos con otros militantes de fuerzas d’izquierda, y miembros del Parlamento, hay un grande desconocimiento de la propia historia de l’izquierda catalana. N’hay que deben conocer más la historia de l’izquierda a la Unión Soviética, Cuba o Nicaragua que no paso la d ’aquí... Esto ya debe ser una tradición nacional, porque recuerdo que, o bien la Federación Comunista Catalano-Balear, o bien el Bloque Obrero y Campesino, uno de los primeros libros que sacaron era uno sobre el problema del trigo a Manxúria... que debía ser algo de necesidad vital para los objetivos estratégicos de las clases populares catalanas... como también uno de los @primer libros que hizo ’l Izquierda Catalana de los Trabajadores en Catalunya Norte era la versión catalana del Libro rojo de Mao, que, dios ’n don, las pequeñas dificultades prácticas que tenía por aplicarlo en Perpiñán...!
Ahora, una segunda cosa es la cuestión del federalismo. Esto no se puede inventar, yo lo veo factible en los países de tradición federal, pero esto no’s inventa. Podría servir por articular un espacio de convivencia con el País Valenciano, las Islas y l’Aragón... Esta voluntad de compartir un espacio político, jurídico, en pie d’igualdad, con otros pueblos, yo creo que, fuera’d aquí, no se la cree nadie. Cuando hablé con Joaquín Almunia, cuando era secretario general del PSOE, me dijo que esto s’lo creían los catalanes, que eran quienes s’lo habían inventado, los de las Islas –debían ser las Baleares– los valencianos, algunos vascos y algunos madrileños... Pero son poquets. Cuando se habla d’esto es como aquel que dice: "Me caso", y se le dice: "Felicidades, con quién?" ...y te contesta: "Hombre, no lo sé, por el momento todavía no he encontrado nadie...". Yo no conozco nadie que diga que se quiere federar con nosotros, me l’tendrían que presentar. D’otra banda, la tradición del federalismo catalán siempre había sido iberista, con la voluntad de reincorporar Portugal a un mismo ámbito de decisión política. Pienso que l’última oportunidad de convertir España en un Estado federal se perdió a los años treinta. La independencia quizás sea un objetivo utópico, pero, en definitiva, si queremos, depende de nosotros... Ahora, el federalismo todavía puede ser más utópico porqué es una cosa, como mínimo, de dos y yo no sé quien es l’otro...
– Y los gallegos del Bloque, no hablan, d’esto?
– Sí, pero yo no hablo de gallegos, ni de vascos ni de catalanes, hablo de los otros, de los que no son ninguna’d estas tres cosas. La grande mayoría d’iniciativas federalistas, en España, siempre han salido’d aquí. A la Primera República, eran gente d’aquí los que hubieron’d ir a organizar aquello. Quien es l’exponente del federalismo en España hoy es Pasqual Maragall. Es des’d aquí que s’ha imaginado que esto d’España podía funcionar d’otra manera, más presentable, más democrática, más plural. Y con esto hay un problema grave, que también le comenté con una entrevista con Zapatero, que es que en Catalunya el diálogo es un elemento constitutivo de la cultura política, mientras que en España lo es una cierta alergia a la diversidad, y esto puerta a l’anticatalanisme, y es un reto para los socialistas, si son lo suficiente valientes como por hacerse cargo d’esta diversidad a riesgo de perder ciertos apoyos en algunos lugares... Ahora, también tengo claro que, en algún momento, hará falta una nueva versión del Pacto de San Sebastián los partidos democráticos de la periferia plurinacional algún día s’habrán de encontrar con algún partido español d’izquierdos que los quiera escuchar. Si no fuera que la frase l’ha hecha servir l’Aznar en un libro y, por lo tanto, ya queda maldecida para l’eternidad, seria ir hacia una segunda transición. Si es que es posible. Y si no, pues, páselo bueno y cada cual hacia casa suya...
– Esto de no encontrar partenaires, ni demasiados referentes al resto d’España que lo entiendan, aun cuando n’ había habido (internacionalistes, republicanos federalistas, movimientos populares cantonals...) es fruto del franquismo o d’una incapacidad de recoger todo este mundo que afecta la perspectiva propia de las izquierdas?
– Si somos una comunidad nacional tenemos que tener nuestros propios referentes. En cuanto que comunidad nacional, Catalunya tiene también un sistema de partidos políticos propio. Aquí –y es l’único caso a l’Sido– todos los partidos, sin excepción, traen la C –el–CAT , incluido el PP. Pero aquí ha habido timidez a redefinir un proyecto nacional pensado desde’l izquierda, como si nos tuviéramos que ver en una actitud subsidiaria. Por ejemplo, cuando yo quiero saber qué piensa l’izquierda, no miro qué piensa el PSOE –hombre, algo sí que m’lo miro– pero yo tengo interés a saber qué dicen los socialistas portugueses, que aunque s’hayan equivocado en algo, han hecho aportaciones mucho interesantes, y los demócratas d’izquierda italianos, y mucha gente del partido socialista francés, y d’otra tradición, la de los radicales d’izquierda franceses. Ahora, aquí, como dice el Salvador Cardús, hay gente que Catalunya los viene pequeña, pero el mundo se’ls acaba en España... Aquí, a veces se llama que en Colina y Convergencia s’han . Y esto es verdad, pero, entre otras cosas, porque el Partido Socialista los l’ha regalada. No han hecho una crítica al Gobierno de la Generalitat des’d un discurso nacional d’izquierdos, sino en un cierto tono anacional... Y con esto, pasa como el que vi en la última campaña electoral al País Vasco, que una pareja por término medio edad hablaban con un candidato de la lista ’d Ibarretxe y le decían que lo votarían, y quizás no lo volverían a hacer nunca –lo habían hecho nunca antes– porque eran vascos socialistas y s’habían sentido agredidos como vascos –no como socialistas– a lo largo de la campaña... Y aquí ha habido mucha timidez, cuando siempre, antes, había sido l’izquierda la adalid de la política nacional. S’ha dejado a Convergencia el patrimonio simbólico d’una política cultural que ha estado un auténtico desastre... Pensáis qué significa esto que ha sucedido a l’aeropuerto de Barcelona, que la lengua propia del país no’s utiliza porque produce contaminación acústica...! en Madrid, si a alguien se le acut de hacer una cosa d’estas con la lengua propia, es que l’ejecutan a Plaza Mayor, o a la Puerta del Sol... Aquí l’izquierda habría tenido que bastir un proyecto nacional basado no tanto en un pasado –que no es común porqué no todos lo compartimos, venimos d’orígenes diversos– sino mucho más civil, de bienestar, d’adscripción voluntaria, porque ser catalán valiera la pena. Y por hacer ciertas cosas, yo creo que no nos sirve ni la derecha d’este país ni una izquierda que sea subsidiaria d’otra. Y por esto, aquí, el trabajo a hacer es inmensa.
– En dos libros recientes, El malestar de la globalización de Joseph Stiglitz (exvicepresident del Banco Mundial) y Bienestar insuficiente, democracia incompleta de Vicenç Navarro, sobre los déficits en sanidad, educación... hace la sensación de que hay un cierto secuestro de la política, y que esto nos impide construir un verdadero estado de bienestar...
– Es que aquí nos ha hecho mucho mal tener una clase política dirigente que, desde la misma transición, ha salido tocada, hipotecada y condicionada, profundamente reprimida. en Catalunya, aparte, nos ha destrozado la idea que somos un país pequeño... Y un país pequeño sólo puede hacer cosas pequeñas. Por lo tanto, aquí todo es pequeño: es pequeña el gasto en inversión pública en todo el que hace referencia a l’Estado de bienestar, l’educación, la búsqueda. Tenemos uno condicionando, que para mí es determinante, que es el déficit fiscal, que es’d unas dimensiones tan extraordinarias que desmienten contundentemente la idea que Catalunya es un país de cordura, en qué la cáscara es muy importante. Seguro que no es así, porque si lo fuera, ya hace años que s’habría convocado una huelga general, aquí, contra el déficit fiscal. Como comunidad nacional, Catalunya habría podido tomar medidas mucho adelantadas, similares a las de los países escandinavos. Por ejemplo, favoreciendo la incorporación llena de la mujer al mercado de trabajo, dado que, en estos países, está demostrado que, por cada mujer que s’incorpora plenamente al mercado de trabajo, se crean dos puestos de trabajo nuevos, en dos ámbitos mucho concretos, el de la restauración y el de las lavanderías, tintorerías, porque alguien tiene que hacer aquello que antes sólo hacían las mujeres; y también en’l ámbito de las prestaciones sociales, porque bueno s’ha’d espavilar l’estado por hacer frente, con inversión, a la población enferma, discapacitada, envejecida, o a la chiquillería mismo, de quienes antes se n’encargaban las mujeres.. El mismo Vicenç Navarro asegura que, si en Catalunya hubiera las prestaciones de l’estado del bienestar de los países escandinavos, no habría paro, porque esto implicaría que el 13% de la población activa –el 13%!– estaría ocupada en este tipo de prestaciones. Aquí hay una tradición democrática que todavía sobrevive, incluso más allá del que es específicamente progresista, en algunos tics de la misma Convergencia y Unión: en este Parlamento de Catalunya hemos llegado a ser pioneros d’algunas medidas en este sentido: la ley de la unión estable de parejas, el tratamiento de l’homosexualidad... Pero a nosotros el que nos interesa es que se’ns compare con el que sucede en Holanda, en Dinamarca, en Suecia... No emperrarnos en la idea de la Catalunya pequeña. Y, en relación con estos casos, aquí, la inversión pública está muy por debajo del que hay a nivel europeo. Si no queremos convertir este país en una simple reserva de mano d’obra barata –y no nos saldríamos, porque siempre n’tendrá que más barata– hemos’d invertir mucho más en búsqueda. La práctica totalidad de la búsqueda se hace a las universidades. El gobierno tendría que poner las condiciones porque fuera l’emprendida, que es quien hace beneficios, quienes pusiera una parte d’estos beneficios a ocupar gente haciendo investigación, búsqueda científica, porque aquí sí que los niveles están debajo mínimos.
– Esto quiere decir que quizás es hora de reivindicar, también, un cierto keynesianisme d’izquierdos. Por qué si no se dirige fiscalmente la inversión, como se hace?
– La solución mágica no la tiene nadie, pero yo creo que, sobre todo en el marco de la Unión Europea, dónde a los estados los quedará un margen de maniobra mucho concreto y determinado, la fiscalidad es una de las armas más poderosas que quedan por corregir los ámbitos de desigualdad, o, incluso, d’escándalo social que se producen. Los gobiernos que disponen de los recursos económicos suficientes por hacerlo, como es el caso del País Vasco con el concierto económico, por ejemplo, pueden dotarse de medidas de prestación social y d’alicientes para empresas, que actúan como un muro de contención ante el riesgo de fractura social: es el que ha evitado que aquello estalle, en un país con dos millones escasos d’habitantes, con el caso de la violencia... Ahora, aparte d’adoptar medidas en positivo, algún día s’tendrá que saber, también, si, en este país -y no hablo sólo de la Generalitat, también d’algunos ayuntamientos- no ha habido una parte significativa de los recursos públicos que ha ido directamente a financiar partidos políticos de manera ilegal, o hasta qué punto ha habido una situación de clientelisme, amiguisme, nepotisme... En’l acto del 14 d’abril, como candidato d’Izquierda, decíamos qué queríamos hacer si éramos al Gobierno, pero también qué es el que no queríamos. Y dijimos –quién lo quiera entender que lo entienda– que ciertos bufetes d’abogados, ciertas auditorías, ciertas consultorías, ciertos despachos, tendrían que dejar de tener la Generalitat como objetivo de sus lobbies d’intereses... Aquí, ha habido, en obra pública y en alguna d’estas cuestiones que son las que más inversión pública comportan, muchas irregularidades. El más dramático es que se sabe, que las irregularidades son... Una vez dije, en el Parlamento de Catalunya, que, en la concesión d’obra pública había algunos partidos que se n’habían embolsado un porcentaje del 2%... Cuando acabé mi intervención, el portavoz d’un determinado grupo parlamentario le dijo al portavoz de mi grupo: "Esto que acaba de decir en Carod es mentira; no es el 2, es el 4%..." Con una insolencia ética absoluta, delante de la cual no sabes muy bien como responder...
– Delante de todo esto, nos continúa sorprendente que, en las prioridades públicas, parezca que ahora s’haya descubierto que no’s ha resuelto la tasa d’paro juvenil, que los planes que s’hacen son más simbólicos que no paso reales, que no se hace casi nada por evitar l’alejamiento d’amplios sectores juveniles del mundo de la participación política... Podríamos decir que, incluso, desde la modernidad nos encontramos con una generación de jóvenes que no tiene expectativas de mejora respeto a sus antepasados inmediatos. Y esto es muy fuerte. Qué s’tiene que hacer?
– Pienso que hay una preocupante "desorientación vocacional de los jóvenes", sobre todo porque continúa habiendo un sistema educativo que pienso que es muy poco atractivo para la gente joven y bastante inútil a l’hora de proporcionarlos los medios por hacerlos aptos por vivir en una sociedad democrática y por hacerlos aptos para el trabajo no precario. Hay una grande desconexión entre aquello que s’estudia y las posibilidades reales d’acceso al mercado de trabajo, y respeto a las mismas demandas. en Catalunya hay comarcas, por ejemplo, con una importante industria del mueble, o agroalimentària, y allá mismo no hay ningún módulo de formación profesional ni nada de ciclo superior que esté relacionado. No hay relación con aquello que te encontrarás cuando acabes. Otra cuestión es el precio desmesurado de l’vivienda: se calcula que en Catalunya el precio de l’vivienda es veintiocho puntos a bulto de la media española. L’edad’d emancipación, pues, en muchos casos, llega hasta los veintinueve años, porque, dónde tienen que vivir, con el qué cuestan los pisos? Y no sólo a la ciudad de Barcelona. Es una verdadera fortuna. .. Por la radio he escuchado que un piso de alquiler a Santo Adrià del Besòs, con la térmica allá delante, valía 300.000 pesetas al mes. Quien lo puede pagar, esto? Absolutamente nadie. Uno de los grandes déficits de las administraciones públicas, tanto Generalidad como ayuntamientos, es la carece d’una política d’vivienda, la práctica inexistencia d’un parque público de pisos, inicialmente de alquiler. Las parejas que vuelan vivir en común tendrían que poder optar por unas viviendas, tipos apartamento o estudio, probablemente con algunos servicios compartidos, que, después, cuando pudieran acceder a un status económico más confortable, seria el lugar dónde otros parejas empezarían su ciclo. A países como Holanda o Dinamarca, la movilidad en relación al trabajo no es ninguna tragedia porque saben que cuentan con una buena oferta pública d’vivienda. Vuelvo a hablar del Gobierno vasco que es el que más conozco, pero allá han hecho una política d’vivienda social, de alquiler y de compra, mucho territorialitzada, en colaboración con los ayuntamientos. Aquí no hay nada’d esto.
D’otra banda, la política democrática que tenemos ha estado poco capaz de resultar seductora para los jóvenes, quizás porque se ve muy lejana... La política de jóvenes "oficial" está protagonizada por una clase de gente a quien nadie entiende, que resulta distante. Hay personajes la profesión de los cuales es de ser el "joven" oficial, y que quizás desde los veinte-y-tantos años ya no han dejado el coche oficial, la Dirección general... El mantenimiento del coche oficial s’acaba convirtiendo en un objetivo por él mismo, con independencia del que hagan. Tienen muy poca conexión con el que quiere la gente d’hoy. Los partidos políticos y los sindicatos son instrumentos que necesitan que se’ls abren las ventanas de par en par, porque s’hacen muchas reuniones y pocas decisiones, y el compromiso más activo de los jóvenes, que también, en definitiva, es de carácter político, viene más por el componente solidario, ambiental, cultural, antiracista... Quizás porque la rentabilidad del que se hace se ve de manera más inmediata.
– Habla’ns del Pacto por la Laïcitat, que planteaste últimamente en un artículo a l’Hoy, y con el qual nos sentimos muy identificados...
– Hombre, pienso que la tradición laica forma parte del movimiento democrático progresista catalán, en un sentido amplio, ya no sólo de l’izquierda...
De hecho, esto contrasta con estados que tienen una religión oficial, como las mismas Gran Bretaña -poca broma!- o Grecia... No es la situación de Francia, dónde la laïcitat forma parte del paisaje... Aquí, l’llegada d’una población inmigrada extracomunitaria puede ser un factor positivo que nos permita recol·locar todas las piezas del factor religioso. Puede ser una oportunidad, porque se trata que las personas, tengan las convicciones religiosas que tengan, puedan practicarlas en’l ámbito estrictamente privado pero sin que esto no pueda convertirse nunca ni en ley, ni en norma, ni en pauta de comportamiento público para nadie, porque l’único que es público y que es de todos es la ley democrática. Yo creo que esto tendría que servir por reconducir y por recol·locar la función de la religión a casa nuestra y, obviamente, también el papel de la religión católica y determinados privilegios y prerrogativas de la misma Iglesia católica. Nosotros creemos que la religión tiene que ser enseñada a casa, o a los mismos recintos religiosos, pero nos parece increíble que en’l enseñanza pública pueda ser optativo fiero religión o ética, como si quienes estudian religión no tuvieran que ser éticos.... Otra cosa, que puede ser discutible o no pero a la cual nosotros no seríamos contrarios, es la posibilidad que s’enseñe cultura religiosa, en el sentido de tener acceso a los elementos de distinción de los granos referentes religiosos, pero otra cosa es l’adoctrinamiento, la catequesi... Esto sólo s’tiene que hacer a las respectivas sedes religiosas, iglesias, mezquitas, el que sea... Creo que todos plegados saldríamos ganando, porque, cuanto más laico sea l’estado, más confortables s’tienen que encontrar las diferentes confesiones religiosas, porque ninguna’d ellas no podrá caer en la tentación de convertir su norma en una norma general para el conjunto de los ciudadanos. Del mismo modo que, a horas ’d ahora, ya existen acuerdos de la Generalitat con’l Iglesia católica y con los protestantes, yo creo que es urgente que s’llegue también con la comunidad musulmana y con la pequeña comunidad judía que hay a nuestro país. Se trata de dejar claro, simplemente, que sólo puede imponerse al conjunto de la ciudadanía la ley humana, que es la que vemos todos, y no paso aquella ley divina que sólo puede afectar a quienes s’rigen... Curiosamente, algunas de las personas que m’han dicho que los había gustado mucho este artículo son aquello que podríamos decir católicos progresistas...
Pienso que la laïcitat es uno de los valores de l’izquierda catalana que ha ido quedando progresivamente desdibujado, y aquí a veces s’ha confundido el que es religión con la tradición o la cultura popular, y vemos l’autoridad política mezclada en actos religiosos, en determinados acontecimientos... Después nos quejaremos de los regímenes integristas de determinados países, pero yo cuándo veía los congressistes norteamericanos rezando, con la mano al corazón...! Sinceramente creo que este no es el camino de cabeza de las maneras...
– Hay alcaldes y regidores que asisten, en representación del cargo y no a título individual, a ciertos actos religiosos, a fiestas y conmemoraciones.... Abdó Terradas, el primero alcalde republicano de Higueras al siglo XIX, no iba a ninguna’d estas festividades y los dineros que l’Ayuntamiento ahorraba en efemèrides religiosas los dedicaba a dar de comer a los pobres... D’dónde sacamos la fuerza pedagógica por explicar que criticar esto no es ir contra nadie ni contra ninguna creencia, pero que s’tienen que distinguir las dos cosas...?
– Sí, yo sé de gente que nunca han puesto los pies en una iglesia, pero que, en cambio, en la procesión de viernes santosan los verás allá, desfilando con la vara de regidores.... El peso cultural y la influencia social de l’Iglesia católica es demasiado recio todavía como porque un simple gesto de sentido común democrático no parezca un acto d’hostilidad... Y esto puede afectar algunos representantes políticos que tienen una creencia diferente de la mayoritaria, o que son agnósticos o ateos. Tendría que ser al contrario: no ir a estos actos es la garantía que todo el mundo puede hacer libremente aquello que crea.
– Porque, claro está, mientras haya dotación presupuestaria pública para l’Iglesia católica y s’conserven tantos privilegios, ¿d’dónde sacas el convencimiento y la fuerza ética por defender que la religión es un asunto privado y que, por lo tanto, también lo es la construcción d’una mezquita...?
– habría’d haber un acuerdo marco a nivel de Catalunya con la comunidad musulmana, por ejemplo, porque esto no lo tuvieran que resolver los ayuntamientos en función de cada situación concreta. Ahora, si en vez de la construcción d’una mezquita se quisiera construir una iglesia católica, no creo que hubiera nunca ningún problema... Como el caso d’aquel colegio de Madrid en qué se negó l’acceso a una chica que llevaba pañuelo por parte d’una monja, que no es que llevara pañuelo, es que iba’d uniforme, de pies a cabeza... Es posible que millones de personas que vieron aquellas imágenes por televisión no se n’dieran cuenta que quien traía xador –l’uniforme religioso completo– era la monja? ... Pero, claro está, esto forma parte del paisaje que s’ha visto siempre: la norma la da la quotidianeïtat, y llegar a considerar como norma única aquello que sólo pertenece a una sola visión de las cosas es clericalisme... Tan clericalisme es el caso del catolicismo como religión d’estado como, por ejemplo, el d’aquellos estados soviéticos que tenían museos de l’ateísmo en qué pretendían demostrar la inexistencia de Dios... Hombre, si Dios no existe, no hace falta que lo demuestres, coño!
A pesar de todo, las generaciones jóvenes me parece que son muy lejos d’estas concepciones, que implicaban aquella percepción en qué las funciones del clérigo –sea l’imam o el cura– afectan toda clase d’asuntos, no tan sueles los de la fe, sino también los civiles, judiciales, políticos, e incluso sentimentales o mèdico-sanitarios...
– Por acabar, ¿qué mensaje darías a nuestra gente joven, que es activa en’l educación en el lleure?
– Yo los daría un mensaje d’optimismo. Porque aquello que distingue l’izquierda de la derecha es el doble convencimiento, desde’l izquierda, que las cosas no son como están, y que pueden ser’d otra manera, si queremos. La voluntad humana es l’único que puede hacer ir las cosas de manera diferente, que puede modificar el rumbo de la historia. Si somos conformistas, si desertamos de nuestra capacidad d’alterar el ritmo de las cosas, es cómo si fuéramos muertes. Después, con el paso de los años, a veces constatas que quizás no l’has acertado del todo con el método pero no paso con los objetivos... Al contrario del qué algunos dicen, que se vuelven más conservadores con los años, a mí, personalmente, y a mucha gente que yo conozco, de setenta u ochenta años, nos pasa que, con el paso del tiempo, más d’izquierdos nos volvemos.
No tenemos que dejar que nadie hable por nosotros, no tenemos que dejar a los otros nuestra propia capacidad de decisión...
– Esto quiere decir que las personas sólo nos autodeterminem desde’l izquierda...
Pues yo creo que sí. Y no tan solos... También, quizás, desde planteamientos progresistas en los terrenos científico, cultural e ilustrado. Es l’afirmación que tú, como persona, eres l’único responsable de las tuyas decisiones y que, si quieres, puedes rebelarte contra un estado de cosas que no t’gustan. Yo creo que esto es el que nos convierte, a los hombres y a las mujeres, en personas libres. Y esto se encuentra, obviamente, mucho más a l’izquierda que no paso a la derecha.