Me encontré 2 páginas anarcoindepes canarias, que tienen bastantes cosas interesantes. Una es Dolor de Tormo (http://ddt.rustico.org/index.php?module ... sition=8:8), la otra es Guayota (http://blogs.ya.com/guayota/). En una y otra se repiten los mismos escritos, aunque también tienen cosas diferentes. El que más me gustó fue uno que era una respuesta a un comentario, puesto en Guayota. Es muy claro y argumentado, mejor que otros escritos destacados. Aquí pego primero el comentario y luego su respuesta:
Comentario:
La verdad es que no entiendo que os motiva a llevar a cabo una paranoia de tales dimensiones,anarcoindependentistas?
Porque?
Realmente es un hecho sorprendente que se defina alguien como anarquista y defienda el independentismo
Porque definirse anarcoindependentista?
Si defendeis el mismo anarquismo i y os definiis internacionalistas y de corte anti conformista y contra capital.
Porque definirse asi.
Decis sin fronteras pero pretendeis defender a la cultura d eun pueblo como prioridad en vez de tener prioridades de emancipacion total.
Otodos o ninguna.
No acabo de entenderos.
Es facil sacar nuevas conclusiones y ramas de una forma social como el anarquismo,pero mancharlo de ideas extrañas no lo veo muy racional.
Salud!
Jose Jueves, 13 Octubre 2005 14:02
Comentario:
Existen compañeros que asumen la liberación nacional como parte inexcusable del proyecto libertario que rechazan la etiqueta "anarcoindependentismo". La consideran una reiteración y ello porque el anarquismo lleva implícito el independentismo. El uso de esa etiqueta se debe, por un lado, a que una parte del anarquismo rechaza intervenir en la liberación nacional, alegando que conduce irremesiblemente hacia la creación de un Estado y abandonando este campo de actuación a los partidos y sus propuestas estatistas. Por otra parte, el uso de tal etiqueta se debe también a la definición de su propio espacio específico de actuación; asi, por ejemplo, si se interviene en el área de la liberación de la mujer, se usa la etiqueta "anarcofeminismo", en el sindical, "anarcosindicalismo", etc., y, en el caso de la liberación nacional, "anarcoindependentismo". La conjugación de esos dos factores señalados hace aparecer la utilización de la etiqueta, cuestionada también, no obstante, por quiénes se mueven en esa área de actuación, pues lo que se consideran es coherentemente anarquistas o libertarios.
Como antes mencioné, el independentismo está implícito en el mismo anarquismo. La propuesta anarcoindependentista, como libertaria que es, toma al individuo como base de la liberación social. El individuo ha de ser libre y hasta ahí lleva su propuesta: la independencia arranca del individuo. En la propuesta anarquista, en ausencia de Estado y capital, el individuo se vincula a los organismos de base en los que, entre iguales y bajo formas autogestionarias, decide mediante democracia directa los asuntos que competen no sólo a la producción, sino a todos los aspectos de la vida comunitaria. Tales organismos se vinculan libremente entre sí, lo que implica una previa independencia de los mismos. Esto es el federalismo: la libre unión (lo que también implica la libre separación). El federalismo implica la anterior independencia de las unidades que agrupa. En la propuesta libertaria, la independencia es requisito para la autodeterminación que se ejerce mediante la autogestión. Como vemos, la idea de independencia está implícita en la propia propuesta de vida libertaria. El planteamiento anarcoindependentista, como se ve, no rompe con las ideas libertarias, se reafirma en ellas.
No es que la idea de independencia sea compatible con el anarquismo, es que el mismo anarquismo en sí mismo es independentista. Sólo los que tienen un conocimiento impreciso y de escasa profundidad del anarquismo son los que hablan de incompatibilidad. Clásicos anarquistas, como Bakunin o Kropotkin, eran favorables a intervenir en las luchas de liberación nacinal. En diversos sitios y momentos, el anarquismo también se ha involucrado en tales luchas y experimentado una organización social horizontal y autogestionaria (Corea, Macedonia...).
Obviamente, la prioridad anarcoindependentista es la "emancipación total", pero tal emancipación total necesita también, en el caso de Canarias, abordar la liberación nacional. Obviarla es, precisamente, cercenar las posibilidades de lucha en el presente y edificar alternativas por la emancipación total para el pueblo oprimido de Canarias.
Al pueblo oprimido de Canarias se le ha obligado, a lo largo de su historia, a no ser protagonista de su propio destino. Obligado a trabajar en una producción impuesta desde el exterior, a causa del pacto colonial establecido por la dominante burguesía canaria con otras foráneas y nunca de acuerdo a las necesidades del mismo Archipiélago, al que se esquilma sus recursos. Obligado a soportar las condiciones de explotación en condiciones aún más abusivas que en otros territorios sometidos al mismo Estado (actualmente tiene los salarios más bajos del Estado, la mayor precariedad laboral y el mayor costo de vida). Obligado a obedecer a un Estado que lo secuestraba para que sirviera al ejército y defendiera los intereses de los ricos y poderosos. Obligado a emigrar para poder subsistir. Obligado a padecer hambre, calamidades y epidemias. Obligado a aprender una cultura que no era la suya, la que, a pesar de su anulación hoy se sigue expresando a nivel popular como algo diferenciado y propio. Como anarquistas, hemos de tomar todos estos elementos diferenciales que se continúan manifestando, en su mayoría, en el presente y darles alternativa. Eso es lo que el anarcoindependentismo está sacando a debate. El anarquismo no es igualmente aplicable en Canarias que en Cataluña, que en Marruecos o zonas de la China. El anarquismo en Canarias ha de ser canario. El anarquismo ha de analizar el medio inmediato en que se intenta desarrollar y adecuar sus actuaciones a él. Pretender actuar uniformemente, aceptando el marco estatal español es un craso error y una gran contradicción. No digamos la parida filoibérica que habla ahora, de repente, de la Macaronesia, cuando escasa es la relación histórica, económica y cultural de esas islas, considedas conjunto bajo aspectos naturales que no de la población, y de cuya demarcación curiosamente se excluye a Cabo Verde, que ya no se encuentra bajo soberanía del Estado Portugal (aunque la burguesía canaria está llevando allí la inversión lograda de la explotación de los recursos naturales de Canarias y de sus trabajadores). Los anarcoindependentistas afirman en señalar Canarias como marco de lucha, sin que ello sea óbice para entablar relaciones solidarias con las luchas que en el mundo, y no sólo con la parte española de la Península Ibérica y Baleares, además de las “ciudades autónomas” (o incluso Portugal y sus restos coloniales, exceptuando Cabo Verde), se desarrollan.
El anarcoindependentismo no "mancha de ideas extrañas al anarquismo", tampoco es una "paranoia". Es la intención clara de querer intervenir para cambiar radicalmente las cosas, abordando también el flanco nacional, sin dejarlo a expensas de los partidos y de sus propuestas ligadas al Estado. Frente a una concepción "purista" del anarquismo más ortodoxo, nada autocrítico y temeroso a las renovaciones, el anarcoindependentismo contrapone, a la actuación y alternativa estatal o biestatal, una actuación libertaria ceñida a un marco de opresión apreciado por los oprimidos mismos, apreciando sus rasgos diferenciales para darles conveniente alternativa y promoviendo una cultura de liberación que mixtura los elementos culturales autóctonos (de expresión comunitaria y de resistencia) con la propuesta de emancipación sin Estado ni capitalismo. Las ansias de protagonsimo y liberación del pueblo oprimido canario tiene en la separación del marco estatal y en la autogestión sus más genuinas expresiones. El que éstas sean asumidas dependerá en buena medida del trabajo de divulgación del anarcoindependentismo y de la implicación de sus militantes en el trabajo de autoorganización popular para impulsar los movimientos sociales que vayan haciendo posible las condiciones para un cambio social revolucionario.
G. Domingo, 20 Noviembre 2005 17:02