Las lenguas
Parece una constante común en todas esas cabezas que insisten en llamarse rellenas, considerar lo más espontaneo y natural del individuo, incluso lo que solo es propio de él, como patrimonio del grupo, pueblo o peor incluso, “nación”, que sus intereses o su fanatismo les lleve a propugnar.
La cultura es considerada desde el principio de los tiempos como propiedad indiscutible de tal o cual pueblo, si por cultura entendemos costumbres, arte e idioma, la apropiación adquiere dimensiones aberrantes. Esforcémonos por definir de forma sencilla el lenguaje y casi siempre nos veremos envueltos en una vorágine de conceptos nada aclaratorios, los cuales se alejan absolutamente de la brillante sencillez que representa.
El lenguaje ha sido definido hasta la saciedad como una mera herramienta de comunicación, y si bien es verdad que desde un punto de vista utilitarista esta podría ser la aplicación más conocida, la dimensión verdaderamente practica del lenguaje nos lleva por otros derroteros.
El grito en soledad, producido desde los albores de la humanidad, la sonrisa del bebe y la lagrima mientras tan solo estamos envueltos por la oscuridad, son los medios más básicos de expresar lo que sentimos y lo que pensamos, sin embargo en todos esos casos no hay nadie con quién compartir ese mensaje, y si lo hay no somos conscientes de su existencia ¿pero acaso la función más esencial del lenguaje no es comunicarnos? Esto puede acercarse a la verdad, pero ¿acaso no llegó a pensar el ser humano antes de que tuviera palabras con que hacerlo? Y sí solo se puede pensar por medio de las palabras ¿acaso no llegó a sentir antes de que las palabras existieran?.
Se podrá alegar que eso no es lenguaje, se me ha dicho en más de una ocasión “hasta los animales hacen eso”, y es verdad, los animales sienten, pueden sufrir o disfrutar como lo hacen los humanos ¿y la expresión de esos sentimientos no puede llamarse comunicación? Que función tendría sino toda esa amalgama de colores y cantos, esos gritos guturales, esos mil gestos acompañados de una infinidad de movimientos del rabo, todo so es comunicación ¿y no se nos dice que la principal función del leguaje es la comunicación? Sencillamente no consideramos que toda forma de comunicación sea un lenguaje, por esa especie de estúpido chovinismo que solo nos lleva a tildar con tal o cual denominación a las cosas que nuestros manuales, eruditos y tradiciones nos autorizan. Pero si la función del lenguaje es meramente comunicar, hemos de aceptar este planteamiento para bien o para mal, si consideramos la coherencia como otra facultad humana (aunque la contradicción sea bastante terapéutica), así podríamos entender que el único problema es darle esa denominación a otras formas de comunicación que simplemente, por parecernos distintas a la “nuestra”, consideramos menos elaborada, de menor importancia o decididamente inferior. Ese problema se mantiene y magnifica con todo, somos incapaces de concebir que el individuo desarrollo el lenguaje para representar el mundo, su realidad y variedad, ante sí mismo, que ese ejercicio de autoconciencia se deseé compartir y encuentre su máximo desarrollo en compañía, en común, en sociedad, no resta ni un ápice a su condición de herramienta personal.
Como todas las cosas que nacen de nuestra imaginación, pueden estas compartirse y desarrollarse en común, pero aunque hasta Bakunin insista en considerar que el hombre solo se realiza, él y su libertad, en sociedad, yo me niego a considerar que el individuo solo “sea” mediante los demás, poco me importa que sea mucho o poco, el individuo aun estando solo “es”. Como dice Stirner: “Como individuos, sois realmente libres de todo; lo que os queda inherente, lo habéis aceptado por vuestra plena elección y con vuestro pleno agrado... El individuo no soporta ser considerado más que como una fracción, una parte alícuota de la sociedad, porque es más que eso; su unicidad se subleva contra esa concepción que lo disminuye y lo rebaja.”. Obviamente en algo tiene la razón Bakunin, hasta Stirner esta de acuerdo en ello, el concurso colectivo no supone una limitación de las facultades individuales, sino que por el contrario es una exaltación de las mismas (por sorprendente que parezca para muchos auto denominados “stirnianos”, tanto Bakunin como Stirner, creen en la necesidad de la participación colectiva). La vida en si, surge de la conjunción de dos voluntades, de dos cuerpos y de un sentimiento necesariamente compartido, pero aun así algo es innegable, una vez nace este individuo solo se pertenece así mismo, sin deudas que saldar, ni obligaciones para con nadie, más que para si mismo. El ser humano representa una gran analogía con el sentimiento que le da la vida, el amor encuentra su máxima exaltación, su mayor desarrollo cuando es compartido, pero nadie podrá negar que este sentimiento aun siendo no correspondido o aun sintiéndose en soledad, desconociendo la existencia del resto de la humanidad, sigue siendo amor, aunque solo se sienta por lo que seamos capaz de imaginar... también se puede amar a un sueño.
Pero volvamos al tema principal, si el lenguaje pudo nacer como un medio que facilitaba la representación del mundo que tenía el hablante (aunque esta representación también se daba sin necesidad de palabras, evidentemente el lenguaje podía proporcionar determinadas comodidades), y encontró en la comunicación colectiva su más amplio desarrollo, esto desde luego no siguió siendo así, en un mundo con un poder emergente, los que tienen fuerza, propiedad, territorio y dinero ostentan este poder, y esa es la causa por la que se imponen unas voluntades a otras, por la que se subordinan unos individuos a otros. Desde el punto de vista del lenguaje esto viene a significar que la creatividad personal, la espontaneidad y naturalidad con que el pueblo usa el lenguaje queda sesgada, los poderosos controlan el lenguaje, lo censuran y limitan, se imponen unos sobre otros, y esto acaba por desnaturalizarlo ¿pero acaso no es siempre el lenguaje impuesto? Podría decirse que desde que nacemos así es, pero esto no sería necesariamente así si tuviéramos la posibilidad de decidir como hablar y que decir, si no solo pudiéramos decidir que lenguaje utilizar de todos los existente, si no además cual innovar o crear posteriormente, como diría Bakunin solo le perteneceríamos a “nuestra libertad futura”.
Se puede creer que esto ya ocurre, pero desgraciadamente no es así, podemos creer que se nos deja elegir entre la gran variedad de idiomas existentes, que solo es cuestión de esfuerzo, pero todos sabemos a donde nos conducen las directrices del sistema educativo, y aunque no fuera así, ¿podríamos hablar como quisiéramos, utilizando los idiomas a nuestro antojo o incluso inventando alguno nuevo? La respuesta es aplastantemente negativa, toda lengua proviene de la imposición, y es ahí don convergen dos aristas de este problema, creemos por un lado que podemos hablar de la imposición de unas lenguas sobre otras, no sobre la base de la imposición de un individuo sobre otro, sino sobre la de la imposición de un “pueblo” sobre otro, y nada es más horriblemente falso que todo esto, sobre todo cuando estos planteamientos dan origen a ese ridículo nacionalismo que intenta justificarse en una supuesta aspiración de ser la respuesta al deleznable colonialismo de otros estados, sin embargo como demostraremos a continuación no hacen más que repetir los mismos patrones de ese otro nacionalismo colonialista y que se fundamenta en el conservadurismo academicista, pero realmente tanto unos como otros mantienen los mismos valores aunque se combatan como enemigos, la única diferencia es que cada uno mantiene la beligerancia con quién considera que le oprime, y a su vez mantiene la opresión contra quien considera inferior, en definitiva no existen nacionalismos de “derecha” o “izquierda”, nacionalismos opresores o liberalizadores, solo existen nacionalismo, y tanto su raíz como su tronco están podridos por la segregación.
Para empezar todo lugar de nacimiento es meramente circunstancial, la cultura, las ideas, la ideología son un factor individual, la influencia externa, no disminuye en absoluta su carácter meramente individual, tal y como la personalidad se va creando poco a poco, con la participación de experiencias e influencias ambientales, pero producto inexorable de nuestra voluntad, del conjunto de elecciones y decisiones que vayamos tomando a lo largo de nuestra vida, el resto de elementos que insisten en llamarse colectivos, no son más que emanaciones de nuestro “yo”. El mundo no tiene limites, por mucho que se establezcan fronteras imaginarias en función de un hecho tan circunstancial como el lugar de nacimiento.
Ningún lugar en el mundo, llámesele como se le llame, es real, todo esos lugares son ficticios, nada de eso existe, lo único que podemos asegurar que existe realmente es el mundo, y es el único sitio donde verdaderamente se puede asegurar que se haya nacido. España no es más que un ridículo nombre con el que se bautizó en la antigüedad (y que los romanos perpetuaron) a un lugar determinado, tan ridículo que significa “tierra de conejos” (tal y como Francia significa “tierra de gallos” o Canarias significa “tierra de perros”). Estas son las ficciones que todos esos nacionalistas desean defender, así que deberíamos preguntarles ¿Si los señores y amos no las hubieran llamado así por qué lucharíais ahora?, ¿Por la misma idea pero con distinto nombre?, ¿Y si se diera el caso de que las supuestas características “nacionales” fueran diametralmente contrarias a las que se supone existen ahora?, ¿Defenderíais lo mismo acaso? Más simple todavía, si a los padres de esos señores les hubiera dado por fecundarlos, engendrarlos, parirlos y criarlos en cualquier otro “país” quizás Alemania, Corea, Mauritania o Perú ¿no deberían defender entonces otra causa, no cambiarían supuestamente sus valores? La respuesta es fácil, probablemente seguirían siendo tal y como son, pero ahora defendiendo otros colores que no han elegido, otra historia que no han vivido y otra cultura que no han creado.
Los sentimientos de solidaridad y confraternidad del individuo no pueden cristalizarse en cosas ajenas a él, en conceptos artificiales, en ficciones, inventadas por un individuo o colectivo cientos de años antes de que él naciera, y que por tanto él no ha creado ni elegido. La tradición, ese corsé en el que se intenta englobar cultura y legua, no es más que un modismo, la tradición no es más que una moda que sé perpetuo, una determinada costumbre, una determinada forma de hablar, que en vez de disolverse en el tiempo como lo han hecho todas las modas se perpetuo, muchas veces a sangre y fuego, mediante los medios de coacción de la jerarquía. No defendáis mas lo que no habéis pensado, imaginado, creado o soñado vosotros antes, todo lo demás es falso y rastrero.
Sois vosotros los nacionalistas quienes reconociendo que existe ese lugar al que los necios llaman nación, le habéis dado armas a la reacción y al inmovilismo de quienes se sientan asquerosamente orgullosos de llamarse patriotas, una necedad propia de quien no puede enorgullecerse de su propio “ego” y tiene que inventarse cualidades colectivas. Sois vosotros quienes reconocéis que ese lugar al que llaman nación existe. Opusisteis a ese invento otro invento, otro pueblo, otra nación, otro estado, y ahí cometisteis dos grandes errores, el primero confundir estado y pueblo, porque ningún pueblo tiene nada que ver con los estados que lo subyugan, el único pueblo, el humano, no es culpable de los numerosos estados que lo oprimen, sin embargo vosotros para acusar a los estados condenáis al pueblo. El 2º error ha sido oponer una mentira a otra mentira, a ese invento, a esa nación a ese estado, a ese pueblo, lo único que se le debería de haber opuesto es el individuo, un conjunto de numerosos individuos, el único pueblo existente, el humano. Esa es la base del internacionalismo, la creencia en que el individuo solo tiene un genero, raza, nación y patria, el mundo entero y la especie humana que vive en él. Cuando uno sé de cuenta de que la causa de "los pueblos oprimidos contra los pueblos opresores" y de las "nacionalidades esclavizadas por los esclavizadores" no existe, y que lo único que existen son los individuos opresores y los individuos oprimidos, que la única causa valida es la de los oprimidos en pos de la destrucción de los opresores, y que esta es una luchan de carácter internacional en la que todos estamos implicados independientemente de donde hayamos nacido, o de quien provengamos, donde lo único que importa es lo que somos, quizás lo que nunca fuimos y sobretodo lo que siempre debimos ser, cuando os deis cuenta de eso el nacionalismo o como lo llaméis ahora, se desplomara de vuestras cabezas como un castillo de naipes.
El problema es que quienes llegan a entender que todo esto es un problema de imposición nunca se paran a preguntarse porque, y para beneficio de quién se crea dicho problema. El nacionalismo proviene de la animalidad, de la brutalidad, los animales tienen su territorialismo, con el que marcan los arboles con su orina y zarpas y es de hay de donde proviene el nacionalismo, no es humano, y es menos que animal.
La diferencia entre un nacionalista y alguien que desea ser libre, es que los valores del nacionalista (si aceptáramos su criterio de que los valores de una persona dependen de donde nazca) cambiarían de forma meramente circunstancial, dependiendo de donde lo parieran y de quien lo pariera, mientras que los valores del individuo que desea ser libre los elige él, los decide él y los crea él, su credo es su voluntad. Y es esta voluntad la que ambiciona una libertad que no pueda ser comprada, otorgada o administrada, la libertad tan solo puede ser compartida, es por esto por lo que la libertad nunca podrá ser patrimonio de una elite privilegiada, eso ni es libertad ni es nada. Decía Bakunin: “el patriotismo es un egoísmo en masa” y también hemos oído decir “El orgullo más barato es el orgullo nacional, que delata en quien lo siente la ausencia de cualidades individuales de las que pudiera enorgullecerse”, en otras palabras se busca una cualidad colectiva porque se carecen de cualidades individuales. Y es contra estas supuestas cualidades colectivas contra lo que argumentaremos a continuación.
Como hemos demostrado el hecho de que cada lugar y cada pueblo tuviera unos valores determinados, solo demostraría que el defensor de dichos valores sería tan voluble como pudiera serlo la circunstancia de su lugar de nacimiento, es decir su “yo”, su ser intimo, su personalidad no sería escogida por él, pero como parece ser que a estos nacionalistas les importan poco la libertad de elección opongámosles otro argumento ¿Porqué se llega a pensar que cosas tales como el idioma o la cultura reflejan cualquier característica colectiva?
Son muchos los que necesitan respaldarse en conceptos abstractos que los justifiquen, muchos se respaldan en los limites de su imaginación. El nacionalismo excluye, discrimina, segrega y diferencia artificialmente en función de supuestas características colectivas y lo único que diferencia una persona de otra son sus cualidades individuales, las colectivas no existen. El nacionalismo es una esclavitud, quizás creáis que voluntaria para vosotros, pero obligada para vuestros hijos, encadenáis con vuestros supuestos valores.
El lenguaje tan solo refleja la condición individual del hablante, si el idioma es un organismo dotado de vida y movimiento, creación del propio pueblo, en cada palabra se ve la impronta personal del hablante, y he aquí los dos problemas, o bien reconocemos que él lenguaje nace y se perpetua por la imposición, por lo cual el carácter nacional del lenguaje queda descartado, ya que es algo que se impone contra la propia voluntad de los hablantes, o por el contrario por mucha imposición que se pretenda, el idioma creció adjunto al pueblo, y este pueblo es quién le ha dotado de sus características propias, pero si aceptáramos esta última opción, volverían a surgir dos cuestiones ¿acaso todo pueblo no se compone de individuos? Entonces el idioma representaría la impronta de cada persona y no la del conjunto, pero he aquí la segunda cuestión ¿esos individuos no representan a su vez un conjunto diferenciado de cualidades con respecto a los individuos de otros pueblos? Si reconocemos que el idioma no hace más que perpetuar la impronta creativa de cada hablante, podríamos recurrir a las infinitas analogías entre la fuerza fonética de las palabras en los distintos idiomas para demostrar que aunque con distintas formas, el fondo individual es que muestras las analogías de sentimientos independientemente del “país” donde se haya producido dicho idioma, sin embargo también podrían haber grandes diferencias en el fondo, y en la fuerza fonética y no solo en las estructuras ¿cómo explicaríamos esto? No hace falta recurrir a las analogías de los distintos lenguajes para demostrar mis planteamientos. Todo individuo es diferente a otro, esa es en gran parte la circunstancia que contiene la grandeza de la especie humana, un individuo necesita plasmar su creatividad de forma diametralmente opuesta a otro, si el idioma marca las características individuales de cada miembro de una sociedad, características que se comparten y desarrollan colectiva y universalmente, sin limite de territorio, espacio o tiempo, en vez del reflejo de las características de cada pueblo determinado que defienden los nacionalistas, no se podría encontrar explicación a la cantidad de diferencias hasta en las mínimas cosas que se producen entre dos componentes de una misma comunidad, que comparten el mismo hábitat y la misma supuesta “cultura” y “costumbres”. Dos hermanos, nacidos en el mismo lugar, criados y educados igual no tienen porque parecerse en lo más mínimo, sin embargo se considera que un mismo idioma y una misma cultura demuestran unas cualidades en común, aunque estas sean inexistentes, si esto se produce entre dos hermanos ¿no es más lógico que se produzca en el resto de la sociedad entre cientos de desconocidos que ni siquiera habrán sido educados igual?.
La conclusión es sencilla, el individuo crea el idioma para plasmar sus inquietudes, estas inquietudes son compartidas no solo por la sociedad de la que forma parte sino por todas las demás, si existen idiomas diferentes es porque a su vez también existen personas diferentes, la existencia de individuos diferentes es la que determina que los mismo sentimientos se expresen de distinta manera, esto no depende en absoluto de la sociedad de la que se forme parte, ya que este individuo hubiera dado origen a su idioma haya donde se encontrara, si el entorno influye en el individuo es definitivamente el individuo el que modifica el entorno, muestra de ello es que dos personas distintas en un mismo entorno reaccionan de distintas maneras.
Se puede preguntar “¿porque la sociedad acepto esas innovaciones individuales? (Independientemente de que no en todo los casos se aceptara) lo que hay que destacar es que si esto ocurrió fue en 1º lugar porque estas innovaciones no se impusieron por la fuerza y en 2º lugar porque el elemento individual, mediante el desarrollo, se convirtió en un producto colectivo ¿pero esto no contradiría lo anteriormente dicho?, en ninguna forma y he aquí la gran piedra de toque, el desarrollo individual no supone en ninguna manera un menoscabo en el desarrollo colectivo, ni viceversa, precisamente es todo lo contrario, todo elemento individual que se convierte en colectivo, lejos de suponer una cualidad colectiva exclusiva de dicha región, supone una cualidad colectiva de todos los individuos que la hacen suya, la desarrollan, la innovan, la reinventan y terminan por volver a crear otra forma totalmente distinta, toda innovación individual es a su vez una innovación colectiva, pero de ninguna manera pasa a pertenecer a un grupo determinado, precisamente, no solo por ser de origen individual, sino por desarrollarse con el concurso de todos, es por lo que llega a ser una herramienta de todos los individuos y no tan solo de unos pocos, porque son estos individuos quienes además de hacerla propia, le dan nuevos elementos nunca antes pensados, son los que crean nuevos términos sin ni siquiera llegar tener relación con su primer creador. Es decir, desde el mismo momento en que un individuo crea algo, y este algo pasa a formar parte de una creación colectiva, vuelve de forma llana y desnuda a ese conjunto de individuos que son la sociedad, volviendo a repetirse el ciclo, ya que cada uno de los miembros de esa sociedad son a su vez individuos, todos estos individuos vuelven a tener entre sus manos un producto que solo depende de su creatividad para continuarse o acabarse, en definitiva, el individuo ajeno al resto del mundo crea algo que solo se encuentra en su imaginación, el resto de individuos realizan esta misma actividad anteriormente desarrollada, hasta que al final el individuo sin más herramientas que su iniciativa y creatividad, sin más armas que las que le proporciona su individualidad, vuelve a iniciar esa actividad creadora que solo de él depende.
Así vemos como el componente social, solo importa en conformidad a la importancia que tenga el factor individual, así la creación no depende de ficticias características colectivas, sino de las reales características individuales de las personas que forma parte de ese colectivo, y que su pertenecía a tal o cual colectivo solo pertenece a un hecho tan circunstancial como el nacimiento.
Pero sigamos, después de estos procesos la imposición no podía tardar en aparecer, la iniciativa individual debía ser fulminante sesgada mediante la imposición, y no de un “pueblo” sobre otro, sino sobre los opresores de un pueblo (opresores que ya se han autodenominado como Estado) sobre otro pueblo. Es decir, la base del colonialismo no es otra más que la ambición onírica o real que tienen todos los Estados, esta solo consiste en que una vez hayan explotado al pueblo sobre el que se ha asentado dicho Estado, y cuando ya no queda más jugo que sacarles, han de buscar otros pueblos a los que también oprimir, así cuando ya se ha oprimido al propio pueblo se busca otro pueblo al que desangrar, esta es la base de la expansión territorial.
Sin embargo siempre es más fácil atacar a un pueblo que a un estado, así en vez de hallar la polaridad entre oprimidos y opresores, se busca entre un “pueblo” y otro “pueblo”, siempre será más cómodo, y porque no decirlo, más cobarde que entre Estado y Pueblo.
Con este panorama, el curso natural de idioma no podía continuar, de eso se encargaría el Estado y sus esbirros, surge el academicismo, el mismo que es capaz de reconocer que el idioma es patrimonio del pueblo, pero que después impide con mano férrea ninguna innovación de los individuos que forman parte del pueblo. No se permite, sencillamente que el pueblo y su amalgama de individuos decidan como quieren hablar, cuando y donde, que decidan que palabras quieren usar, sin importarles el lugar donde se encuentren y las normas que allí o en cualquier otra parte defienden esos academicistas ¿pero porque si reconocen que el idioma es producto del pueblo y de los individuos que los componen, porque si aceptan que el idioma es producto de la innovación popular, se niegan sistemáticamente a cualquier tipo de desarrollo y progreso? Estos guardianes de las nuevas maneras se niegan porque tienen miedo.
Conocen la fuerza que tiene el lenguaje, saben las consecuencias de instaurar un idioma nuevo, porque ellos han defendido durante muchos años a todos aquellos que a impuesto un idioma a sangre y fuego, así que sabiendo lo que conlleva, es lógico que teman que lo mismo que ellos hicieron se les haga ahora a ellos. Pero no los creamos tan ingenuos, ellos saben que el pueblo no se impone por la fuerza, que no coloniza, ni masacra, saben que el pueblo solo crea e innova, desarrolla, inventa, cambia, modifica y revoluciona, y es eso lo que les asusta, que el idioma solo les pertenezca a sus únicos legítimos propietarios, al pueblo y los individuos que lo componen. Se nos puede decir “si no existieran estos “guardianes de la lengua” cada uno hablaría como le diera la gana”, y yo me pregunto ¿Y que importaría?, ¿Acaso siempre consideraremos que cuando la iniciativa de modificar y crear provenga del pueblo esta será equivocada? Pues quizás deberíamos ser conscientes de que todo lo bueno y positivo que ha ocurrido en la historia de la humanidad, es fruto de la iniciativa individual y colectiva del pueblo, todo progreso todo desarrollo se debe a eso, así que si existe miedo de que el pueblo rija su propio desarrollo, deberíamos saber que siempre ha sido el pueblo quién ha establecido las pautas del progreso, a pesar de todos las oposiciones gubernamentales. Si mantuviéramos siempre este miedo a los cambios y al progreso, nunca hubiéramos dado un paso hacia delante, jamás se hubieran podidos salir de las tesis aristotélicas y ptolomeicas, una sociedad avanza cuanto más dispuesta esta a desobedecer.
Así que si existe esa supuesta riqueza idiomática, se debe exclusivamente al progreso que ha iniciado el pueblo, y todo intento por frenarlo es absurdo, un idioma no se impone a otro, ni absorbe a otro, más que cuando el poder así lo decide, si se deja que decida el pueblo esto no ocurrirá, las palabras que se añadan o se supriman formaran parte del mismo concurso natural que desarrolló el lenguaje, el mismo lenguaje del que se disfruta ahora, ese lenguaje que se produjo gracias a las iniciativas personales y colectivas, y que ahora el miedo de los academicistas intenta parar. Pero por desgracia para ellos les esperan malas noticias, ni los nacionalismos que ellos mismo defienden, ni siquiera a los que supuestamente atacan, mientras en realidad los fomentan, para obtener así una excusa que justifique su función de tribunal inquisidor, ni sus normas gramaticales, ni su sistema educativo, que avergüenza y humilla a todo aquel individuo que no desea hablar como ellos y no respeta sus leyes lingüísticas, ni nada que hayan inventado o estén por inventar, podrá frenar el natural desarrollo de la lengua, podrá parar el sano concurso colectivo, podrá detener la inmortal iniciativa individual.
Las Lenguas
Las Lenguas
Así como el Individuo busca la Justicia en la Igualdad, la Sociedad aspira al Orden en la Anarquía.
- Gran Auntza Sentado
- Mensajes: 41
- Registrado: 11 Ene 2006, 14:10
- Indeterminacion
- Mensajes: 276
- Registrado: 28 Nov 2005, 00:24
Ahh joder, entonces ya entiendo porqué la gente de pueblo nos llama a los catalufos de barcelona "pixapins" (mea - pinos).El nacionalismo proviene de la animalidad, de la brutalidad, los animales tienen su territorialismo, con el que marcan los arboles con su orina y zarpas y es de hay de donde proviene el nacionalismo, no es humano, y es menos que animal.
Que grande eres Godwin,¿te has planteado ser escritorx de mayor?
Todxs te agradeceríamos que acortaras los mensajes.
A Gran Auntza sentado agradecerle su consejo, por desgracia mi capacidad de síntesis es nula, lo siento un defecto más a pulir.
En cuanto a Indeterminación, recomendarte un texto de Bakunin que esta en un post (creo que a esos sitios donde se discute se llaman así) que se llama Bakunin y la incoherencia, esta en el foro, Historia e ideología Anarquista, te pondría un enlace pero como ves también soy un torpe integral en cuanto a foros, no tengo ni idea de cómo se hacen la mayoría de las cosas, así que si gustas pásate.
En cuanto a lo de ser escritor, te agradezco tus “desinteresadas expectativas”, pero para eso hay que tener como mínimo tu jovialidad e innato don de gentes.
En cuanto a lo de lo de acortar los mensajes se agradece también el consejo, pero desconocía que se hubiera instaurado en este foro la famosa y temida “ley de hierro” por la cual se obliga a leer mis mensajes aunque no se quiera, so pena de destierro y excomunión.
En cuanto a Indeterminación, recomendarte un texto de Bakunin que esta en un post (creo que a esos sitios donde se discute se llaman así) que se llama Bakunin y la incoherencia, esta en el foro, Historia e ideología Anarquista, te pondría un enlace pero como ves también soy un torpe integral en cuanto a foros, no tengo ni idea de cómo se hacen la mayoría de las cosas, así que si gustas pásate.
En cuanto a lo de ser escritor, te agradezco tus “desinteresadas expectativas”, pero para eso hay que tener como mínimo tu jovialidad e innato don de gentes.
En cuanto a lo de lo de acortar los mensajes se agradece también el consejo, pero desconocía que se hubiera instaurado en este foro la famosa y temida “ley de hierro” por la cual se obliga a leer mis mensajes aunque no se quiera, so pena de destierro y excomunión.
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