Desesperanza laboral, ruina de vida
Es triste decirlo pero en esta mierda de vida, al menos en la mía, si tienes un curro digno, que te de para comer, para sobrevivir, no eres nada.
Trabajo en una empresa de cuyo nombre no quiero acordarme donde los derechos y libertades no solo son una utopía, sino que la palabra compañerismo suena a otro idioma. Alguien, seguramente, algún listo, pensará que sino estoy contento donde curro, si me quema, es mejor que lo deje. Claro, pero no trabajo en una gran ciudad donde mal o bien, hay mucho trabajo (basura). Aquí en esta pequeña ciudad de mi tierra por no haber no hay ni basura. ¿y porque tendré que irme de mi tierra para currar?.
Las pocas, escasas más bien, empresas que me llaman para currar suelen ser en Madrid y por poco más de 800-900 euros al mes, y yo, aparte del hecho de estar acostumbrado a vivir en una ciudad limpia, no me da el gusto de emigrar por cuatro duros.
Pero ese no es problema. No sé si al resto de la gente que usa este foro le pasa lo mismo, pero tengo la sensación de ser carne de cañón, con los días contados en una vida donde solo soy una marioneta inútil hasta para cortar los hilos que me manipulan, porque tal es el grado de apatía vital y de desazón que nuestra única vía de esacape parece ser la pataleta solitaria, frente a un enemigo demasiado poderoso.
En mi curro, como os decía no se respeta la más mínima condición de seguridad, no hay ningún respeto por el obrero (solo soy para ellos dos manos que de momento curran hasta reventar), siempre, y repito SIEMPRE la empresa nos intenta estafar pagándonos de menos, no comparando material de trabajo con lo que una misma actividad debe ser realizada dos veces por falta de medios, donde las horas extra (días enteros, sábados y domingos) no se pagan, donde ni siquiera tenemos muy claro cual es nuestro convenio, donde en contra de lo establecido por contrato si tienes que hacer jornada de noche “la haces y punto” y donde todo se mide por medias de producción hasta un grado absurdo.
Y todo esto con insultos, desprecios y malas maneras. Y yo, que no puedo definir claramente mis ideas, pero que mala ostia tengo un rato, no puedo dejar de protestar, siempre a la cara del patrón, dando la cara por un grupo de gente explotada pero sin valor suficiente para decir lo que se cuchichea alto y claro para que nos oigan donde nos tengan que oir.
Lamento de verdad la falta de valor mis compañeros, todos ellos jóvenes como yo, vendidos al sistema que los parió, hijos de proletarios aburguesados, demasiado egoístas y soberbios como para reconocer que ellos mismos no son sino otra cosa que obreros humillados, y absorbidos y manipulados por un sistema que es antinatura, encadenados por su mierda de tecnología, hipotecas (¿Cómo alguien con este sueldo se empeña así la vida, con matrimonios y pisos?), y con un cerebro de escasa utilidad más allá de su puta fachada.
Por ello me siento inútil y fracasado al querer tomar acciones que demuestren que no somos bobos, que al menos yo no me voy a quedar parado. Pero todo ello me conducirá irremediablemente al paro
Por ello una pregunta compañeros: ¿Qué hay que hacer para joder a la empresa y mandar allí una inspección de trabajo? ¿Cuáles son los cauces normales de actuación? Y en resumen ¿Qué puedo hacer y a quien dirigirme para luchar con más apoyos?
Desesperanza laboral, ruina de vida
- Chimaera monstrosa
- Mensajes: 3116
- Registrado: 14 Ago 2004, 17:37
En este mundo cruel, que nos templa en la autonomía del sujeto, parece a veces que sólo aprendemos instrucción militar dada por un cacique de tres al cuarto -todos los lugares estan llenos de caciques de tres al cuarto- . Así nos dicen ¡esto te conviene! o ¡esto no te conviene!, ¡porque lo digo yo!, sin razonar, se debe asumir la autoinmolación en bién del colectivo, hay gente que por el colectivo hasta come mierda. Quizás encuentres alguna ocasión en la que no es tan así, unas ciertas complicidades más que ligazones, no se trata de crear en uno la necesidad del otro ni viceversa, más bién de crecer ambos en el ejercicio de la libertad, sin menospreciarse uno mismo y sin herir al otro -a nadie le gusta que le acusen de falsedades, y como ya está dicho, no voy a pasar por el aro-. 