Mensaje
por Nemo20000 » 12 Jul 2012, 00:36
Bueno. Creo que mis intervenciones han podido ser malinterpretadas, en parte por no haber usado los términos menos afortunados.
Por ello, me veo obligado a rectificar, o, al menos, a explicarme mejor.
El término "reforma" es bastante ambigüo. Si se entiende como reforma exclusivamente aquel cambio que proviene de las instituciones de la sociedad que se pretende cambiar, pues no, no creo que todo sindicato tenga por que ser reformista.
Sin embargo, voy a explicar mi postura, y por qué he defendido antes que todo sindicato es necesariamente reformista, aunque quizás la palabra reformista, insistuo, no fuera la más apropiada.
Élisée Reclus dijo, en su obra Evolución, Revolución y Anarquismo, que la evolución y la revolución son dos partes de la misma cosa: el cambio social. De tal forma que en la sociedad humana existen periodos de cambios lentos que no llegan a desestabilizar el sistema social por completo y periodos de cambios rápidos que causan conflicto y provocan cambios sistemáticos.
Así, por ejemplo, podemos entender la revolución rusa como el periodo entre 1917 y 1921 que comienza con la caída del Zar y acaba con el triunfo del partido bolchevique y la constitución de la URSS.
Sin embargo, esta revolución solo puede entenderse como el punto final a un proceso de cambio social que dura casi un siglo y en el que intervienen distintos movimientos políticos y organizaciones, en el que, junto a la decadencia del régimen zarista, se formó una conciencia de clase por parte de la burguesía y también por parte del proletariado y campesinado y en el que las masas populares se fueron organizando y creando órganos de base, como por ejemplo los sóviets en 1905.
Después, en el periodo revolucionario estos sóviets serían órganos que supieron manejar bastante bien la revolución, permitiendo a los trabajadores hacerse con los medios de producción, gestionarlos, gestionar la distribución, coordinar la defensa contra la reacción... etc. Hasta que el partido bolchevique se hizo fuerte en ellos y los verticalizó.
Quiero decir, encontramos dos periodos, uno de cambios etapistas, conquistas que se dan lentamente y otro de cambios rápidos y conflictivos (hasta el punto que desencadenan una guerra civil).
Yendo al tema español. Desde mediados del XIX comenzó a organizarse en España un movimiento obrero que consiguió, poco a poco pero de forma más o menos constante, cambios. Aquí la CNT, formada en 1910 y durante 26 años de vida hasta la guerra civil, cumplió un enorme papel. En ese tiempo logró aglutinar a una gran parte de la clase trabajadora española, conseguir que ésta ganara conciencia de clase y antagonismo contra la burguesía y cambió las relaciones de producción en cuanto a que consiguió que los trabajadores ya no se vieran entre sí como competidores, sino como compañeros, haciéndolos además capaces de manejar los medios de producción que debían conquistar.
Junto a esto, ganó conquistas como aumentos de sueldos, descensos de la jornada laboral, controles obreros... Todo ello testigo de que la lucha de clases soplaba a favor de la clase trabajadora. Esto especialmente en el periodo que va del 31 al 36. Como digo, el sindicato fue una perfecta organización para ese periodo social conservador en el que eran necesario cambios progresivos, por etapas. No se hasta que punto estos cambios pueden ser considerados reformas. El sector reformista (o más cercano al sindicalispo "puro", con sindicalistas como Seguí o Pestaña, jugó un papel bastante importante a la hora de conseguir esto. A la vez, un sector más anarquista, o faista, dotaba de cierto contenido político a la organización.
Paralelamente a estos cambios a favor de la clase trabajadora, las clases dominantes españolas se volvieron contrarrevolucionarias, se organizaron y en 1936 organizaron un golpe de Estado para impedir la revolución obrera, instaurando una dictadura (que en un principio iba a ser militar, con intención de instaurar un régimen similar al de Salazar, pero acabó por ser fascista al fracasar el golpe de Estado y por el trascurso de la guerra civil).
La CNT había sabido prever esto, de tal forma que organiza en el 36 los comités de defensa, que lograron vencer al ejército en Barcelona, donde el vacío de poder (al perder el gobierno el monopolio de la violencia) y la euforia provocan una revolución proletaria en la que los obreros se lanzan a colectivizar fábricas, a formar milicias y a organizar la vida cotidiana. Es aquí donde la CNT, al contrario que los sóviets, actua con torpeza.
La CNT, que había sido tan eficaz para propiciar cambios etapistas, para preparar la revolución, se vió incapaz a la hora de gestionarla. Para empezar, no disponía de un programa político revolucionario, por lo que acabó por participar en el programa antifascista de alianza con la burguesía, participando primero en el govern de la Generalitat y después en el gobierno de la República. Además, construyó un consejo como el de Aragón, un baciyelmo (es decir, una construcción para intentar no ofender a nadie) que más que ayudar a las colectividades agrarias y a la defensa contribuía a facilitar el control de estas zonas por parte de los partidos del gobierno central. Por último, acabó por perder la batalla política contra el PCE/PSUC, lo que se tradujo en una fuerte represión contra la clase trabajadora, que perdió sus conquistas, y en la conversión del gobierno republicano en un Estado bastante más autoritario y burgués de lo que ya era
Es cierto que aquí puede decirse que la revolución estaba, por el momento en el que se desarrolló, condenada al fracaso. Pero esto no quita que la CNT entrara a la política, por no tener programa ni estructura para afrontar la revolución, como un elefante en una chatarrería. De tal forma que su actuación, bastante conservadora y moderada, hizo que la revolución proletaria no solo no triunfara, sino que la clase trabajadora acabara en una lamentable situación, siendo incapaz de defender ninguna de sus conquistas.
Creo que con esto se entiende mi postura. Hay periodos conservadores, de evolución social lenta, en los que son importantes las organizaciones como los sindicatos, capaces de generar cambios y obtener conquistas en el propio sistema en el que se lucha -¿Pueden llamarse reformistas a estas organizaciones?. Pero para situaciones revolucionaras estos sindicatos se muestran lentos e ineficientes, siendo mucho mejores otras estructuras revolucionarias como los consejos obreros o las comunas.
Perdón por el tocho.
¿Quién apretó todos los tornillos de la Torre Eiffel?