Página 1 de 1

este Aznar....A ver cuando se calla...

Publicado: 08 Nov 2004, 12:47
por ENEMIGO SUBTERRÁNEO
El triunfo de la esperanza


--------------------------------------------------------------------------------

Ha ganado la esperanza. Sé que a algunos puede sorprender esta afirmación, pero estoy convencido de ella.

Ha ganado la esperanza y la confianza del pueblo americano en los valores y los principios sobre los que se sustenta la civilización que compartimos a ambos lados del Atlántico. George W. Bush decidió res-ponder al ataque del terrorismo totalitario con una vuelta a los principios básicos. Pudo haber escogido el apaciguamiento. Pudo haber optado por la retórica. Decidió no hacerlo. Decidió oponer firmeza y convicciones frente a la brutalidad. Ahora, una amplia mayoría de su pueblo ha respaldado esa política. Ha dicho que hay esperanza en nuestro modo de vida. Una esperanza que precisamente toma su fuerza de sus convicciones esenciales. Una esperanza que se manifiesta en el deseo de defender la libertad por encima de todo.

Muchos daban por seguro que necesariamente se iba a producir la derrota de Bush. Han fallado. Lo malo de hacer caricaturas es creerse que la gente corriente va a sustituir la realidad por la caricatura. El pueblo americano ha decidido que la mejor alternativa es un nuevo mandato de George W. Bush. Si no, sería del todo inexplicable los logros de estas elecciones: una amplia distancia entre los dos candidatos, a favor del presidente Bush, en el voto popular; un aumento del número de senadores; una mayoría holgada en la Cámara de Representantes.

Bush ha conseguido culminar un movimiento que se venía fraguando hace años: consolidar una mayoría natural conservadora en su país. George W. Bush ha tenido que enfrentarse no sólo a los enemigos de las democracias, sino también a un frente de rechazo constituido por grupos dispares. Una verdadera coalición negativa, unida sólo por el deseo de verle derrotado. Algunos pensaban que la mayoría iba a pronunciarse ahora en contra de la decisión de ir a Afganistán y a Irak para impedir que la amenaza siguiera creciendo. La tentación de la comodidad es poderosa. Nuestras democracias están poco preparadas para la realidad de que están amenazadas, y para enfrentarse con un enemigo tan difuso como osado y letal.

Tras los terribles atentados del 11-S el Presidente Bush no se dejó llevar por una lógica rabia pasional. Le conozco bien y sé de lo que hablo. Afganistán fue un objetivo estratégico en la lucha contra el terror, no un acto de venganza. Como también lo ha sido Irak.

La estrategia internacional de Bush incluye una política activa a favor de la paz en el lugar más peligroso del mundo: Oriente Medio. Ha defendido su apertura política, su liberalización económica y el respeto y la tolerancia religiosa. El statu quo de una región que se ha convertido en un hervidero de terroristas y fanáticos no puede ser ya aceptable. Se necesita un cambio profundo. Y eso es lo que él persigue con su Iniciativa para el Gran Oriente Medio. Como digo, la única opción y esperanza para millones de seres hoy hundidos en la desesperación y en el odio. Y también para nuestra seguridad a largo plazo. Toda esa política ha sido mayoritariamente respaldada por el pueblo americano.

Creo que la reelección de Bush abre un tiempo de esperanza para la comunidad internacional. También los líderes de todo el mundo pueden participar de la unidad en la defensa de nuestras democracias y nuestro modo de vida. Se abren cuatro años más y los dirigentes occidentales pueden unirse al esfuerzo aliado por construir un mundo más seguro y más libre. Es cierto, los gestos de antiamericanismo primario, la hostilidad sin motivo, pondrá más difíciles las cosas a aquellos dirigentes que se han dejado llevar por esa corriente. Pero el mundo tiene ahora una oportunidad clara.

En estos meses hemos podido ver cómo se intentaban introducir y explotar los asuntos y temas que más podían dividir. Se ha abusado de la fuerza y el daño de la polarización. En lugar de comprensión se ha promovido el odio. En lugar de la unidad, la división. Es reconfortante comprobar que esa estrategia ha provocado la movilización de muchos más millones de americanos.

Millones de americanos que han ido a las urnas precisamente para lo contrario. Han ido a votar por una política basada en principios. Una política sincera. Un liderazgo basado en convicciones. Una política que no esconde la parte de la realidad que es desagradable, sino que se enfrenta a ella, porque sabe que ésa es la única manera de superarla. Ésa es una lección que todos podemos aprender: a los intentos de división se puede oponer una política de principios. Y puede ser una política triunfadora.





Fuente: The Wall Street Journal
Fecha: 04/10/04

Ahora opina Felipe

Publicado: 08 Nov 2004, 12:48
por ENEMIGO SUBTERRÁNEO
¿Y ahora?


--------------------------------------------------------------------------------

Despejada la incógnita electoral en Estados Unidos, más allá de las evaluaciones sobre lo que pudo ser y sobre lo que es, mucha gente se pregunta sobre lo que va a pasar a partir de este segundo mandato de una Administración de Bush más legitimada y fuerte que la primera.

Es una cuestión que afecta a los de fuera -sean éstos iberoamericanos, europeos, árabes, asiáticos, rusos, etcétera- y a los de dentro, la propia sociedad americana, polarizada como en pocas ocasiones en la historia. El orden en que pongo a los afectados -de fuera y de dentro- no es caprichoso. Por respeto democrático, aceptamos la libre decisión del pueblo norteamericano, como debería ser el caso en relación a otros países. Por respeto a la autonomía de los demás, de los que no tienen derecho a decidir quién va a ser el presidente de la primera potencia del mundo, es lógico plantearse las consecuencias de la decisión de los ciudadanos americanos.

No he seguido con pasión la evolución de la campaña, menos aún con tentaciones de interferir -valen poco o nada-, entre otras cosas porque no he logrado ver las diferencias que pudieran marcar la distancia en lo que afecta a los de fuera. Es decir, no sólo no me ha gustado lo que ha hecho el presidente Bush en los asuntos que conciernen al orden internacional, a la paz o la guerra, sino que lo he criticado públicamente y en foros estadounidenses. Pero no he logrado saber qué efectos produciría la alternativa Kerry en los temas de fondo que he criticado a Bush.

Ahora esta incertidumbre relativa de los últimos meses está despejada. Pero la estrategia de la Administración de Bush, en este segundo y definitivo periodo, no está predeterminada, ni siquiera por la primera. Por tanto, la pregunta sigue vigente y la respuesta, pendiente.

Pero, antes de analizar los escenarios posibles de esta estrategia, merecería la pena considerar si los de fuera que se plantean esta pregunta creen que tienen algo que hacer -además de esperar la respuesta- por su propia cuenta, en el uso de su derecho y de su deber de definir su propia estrategia en función de los intereses y valores que representan.

¿Qué queremos hacer los europeos como tales en las relaciones con Oriente Próximo o con Oriente Medio? ¿Cómo orientamos nuestra relación con Rusia y las ex repúblicas de la extinta URSS? ¿Qué atención prestamos a China, la India...? ¿Cómo actuamos en Iberoamérica?

Lo mismo cabría preguntarse de la óptica de la Liga Árabe, o de Rusia o de otros, para llegar a la conclusión preliminar que de sólo China parece tener un diseño claro de lo que quiere y, además, lo ejecuta con autonomía.

Es decir, más allá de declaraciones políticamente convenientes, oídas con profusión aquí y allá, lo que subyace es una actitud de espera, de expectativa de nuevos escenarios decididos por la segunda Administración republicana. Y es esto lo que me preocupa, lo que siento como un error que limita la capacidad de iniciativa, que mantiene el clima de división de fondo (más que de forma), que certifica la escasa o nula autonomía de los interlocutores de Estados Unidos en el tablero mundial.

Me interpretaría mal quien entendiera que no atribuyo una importancia capital a lo que vaya a ser la estrategia de los Estados Unidos a partir de ahora. Sería banal hacerlo. Lo que me preocupa es la definición de las políticas europeas como puramente reactivas, antes incluso de valorar el sentido de esas políticas. El hecho de que lo podamos afirmar de otros espacios políticos como los mencionados no quita importancia a la carencia de definición estratégica europea. El unilateralismo se refuerza si otros conjuntos relevantes para el orden mundial, como la Unión Europea, no son claramente identificables con sus políticas propias.

Como el propósito inicial de esta reflexión de urgencia era aproximarse a los escenarios posibles en la acción de la segunda Administración de Bush, me resitúo en ellos, refiriéndolos a un tema nuclear por sus implicaciones en la guerra o la paz, en la lucha contra el terrorismo internacional y en sus consecuencias energéticas. Me refiero, claro está, a qué va a ocurrir en Oriente Medio -Irak y su entorno- y cómo se va a enfocar el epicentro de la inestabilidad -el conflicto israelo-palestino-.

Imaginemos, siguiendo la lógica electoral, que habría una estrategia basada en más de lo mismo, como primera hipótesis. Bush más fuerte, más legitimado electoralmente y sin tener en cuenta la fractura interna y externa provocada por su política. Las consecuencias en términos de inestabilidad regional, amenaza terrorista internacional, problemas energéticos y demás serían, casi con toda seguridad, más de lo mismo. Una dinámica que exige aumentar considerablemente la presencia en Irak, presionar más, indirecta o directamente, a los países del entorno considerados amenazas y apoyar más la orientación política del Gobierno israelí. Un previsible callejón sin salida que empeorará la ya dramática situación que vivimos.

Pero también podemos imaginar, y espero que ocurra, que este segundo mandato va a corregir los excesos de unilateralismo, replantear la estrategia de lucha contra el terrorismo internacional y contra la proliferación de armas de destrucción masiva, recuperar una senda de salida para el conflicto israelo-palestino, y mirar a fondo la crisis energética y sus razones.

Este cambio de actitud no se deriva de un análisis simplista de los resultados del 2 de noviembre, pero sí de la contemplación serena de otros factores.

A nivel interno, la superación o el empeoramiento de la fractura en la sociedad americana dependen de un buen manejo de estos elementos. Para gobernar, que no es idéntico a ganar unas elecciones, si se pretende basar la acción de gobierno en el temor a la inseguridad, ha de mantenerse ese clima y ha de afectar a una mayoría social más amplia que la que ofrece el resultado electoral. Esto no va a ocurrir y puede que lo contrario sea más evidente. Es decir, que un mandato renovado que mantenga y aumente el perfil del anterior acelere la fractura y la aumente.

En el exterior, para superar la situación creada, es imprescindible contar con más gentes, recomponer alianzas menospreciadas, recuperar un papel diferente de Naciones Unidas (el que le corresponde) e implicar en la salida al terrible conflicto regional, a los países de la Liga Árabe, de la Conferencia Islámica, a la Unión Europea -como tal-, a Rusia, China y otros.

No contemplo un cambio de estrategia basado en juicios de valor sobre lo que defiende cada uno, desde su óptica particular, sino en el análisis de los errores de la estrategia emprendida y la necesidad de su corrección

para conseguir los objetivos que se proclaman frente a las amenazas. Lo demás son discusiones sin salida, porque algunos dirán que el triunfo de Bush perjudica al terrorismo internacional, mientras otros afirmarán que ese triunfo es lo que más conviene a los terroristas. Por poner un solo ejemplo, que podríamos hacer extensivo a otros ya citados, con el mismo resultado.

La única verdad es que Estados Unidos necesita una salida para el terrible problema iraquí, con todas sus implicaciones regionales e internacionales, y el camino por el que se va no conduce a esa salida. Lo grave es que los demás también la necesitan.

Estas consideraciones, internas y externas, junto a otras que no caben en este espacio, me llevan a pensar que la hipótesis del cambio de estrategia es más probable que sea la de más de lo mismo, que defienden con ardor, en Estados Unidos y fuera, la cohorte de los aguerridos neocon que nos han metido en este desastre.




Fuente: El País
Fecha: 05/10/04

hay cada gente

Publicado: 08 Nov 2004, 16:09
por ElRojo
Este Azno-ar, no se cansa se caer cada vez mas bajo para ver cuanto puede lamer a ver si ahora le dan ese puestecito en Naciones Unidas que Bush le prometio

el primer articulo es de aznar, el segundo de felipe gonzale

Publicado: 10 Nov 2004, 18:41
por me he dao cuenta...
el primer articulo es de aznar, el segundo de felipe gonzalez.... :o