Aun si yo mismo soy mi patrón, el que me impone mis ritmos de producción es el mercado. Yo no puedo decidir "este mes trabajo 15 días" o "a partir de ahora mi jornada laboral será de 5 horas". No, tengo que trabajar la cantidad de días y la cantidad de horas necesarias para lograr un producto que, luego de vendido, me permita invertir en capital, pagar lo que tenga que pagar, y vivir personalmente. Si no me comporto de esta manera, si no me adapto al movimiento del mercado y al movimiento de mi propio capital, mi emprendimiento seguramente fracasará.
Es el argumento más pobre que he visto. Para demostrar su absurdo, basta cambiar la palabra mercado por naturaleza. "El que impone mis ritmos de producción es la naturaleza. Yo no puedo decidir este mes trabajo 15 días, [porque la naturaleza me dará de comer según el trabajo que aplique en ella.]" Obviamente, no. Pero puedes decidir, en función de lo que consideras que son tus necesidades, trabajar más o menos. Desde luego, no sé cómo se nos ocurre creer en el mercado, ¡pudiendo ser recompensados por cuatro, cinco, seis y hasta veinte veces por encima del trabajo que realicemos!
Esto vuelve a recordarme la acertada objeción de Langlois al comunismo: pretendeis convertir las necesidades, que son ilimitadas, en limitadas, y la riqueza, que es limitada, en ilimitada.
El capital sigue existiendo aunque la función del capitalista sea reapropiada por el conjunto de los que trabajan. Una empresa cooperativa, unipersonal o familiar sigue siendo una empresa capitalista, en tanto está compuesta de mercancías puestas en movimiento como medios de producción. Aun si esa empresa no compra fuerza de trabajo ajena (o sea, no tiene empleados, porque todos los que allí trabajan también son dueños del capital), es una empresa capitalista, obligada a producir para acumular capital.
Gran descubrimiento: si tenemos una fábrica y un capitalista, si se va el capitalista se queda la fábrica.
Respecto a la negrita, será una empresa capitalista solo en tanto consideres como tal la empresa que tiene capital, es decir, toda empresa. Pero empresa capitalista es aquella en la que unos aportan capital y reciben intereses del trabajo, lo que excluye a las cooperativas, en las que no sucede eso.
La auto-gestión del capital no cambia el carácter del capital. Éste sigue teniendo una existencia autónoma, nos sigue obligando a adaptarnos a sus necesidades de acumulación. Este es el comportamiento de todo capital, sea grande o pequeño, y esto es así más allá de lo que haga el Estado. Una empresa que da pérdida no sobrevive por mucho tiempo, la empresa debe dar ganancia, y debe ser una ganancia lo suficientemente grande como para cubrir los gastos de re-inversión y el nivel de vida de el o los dueños. El capitalista es el funcionario del capital. Más allá de la filosofía del capitalista individual o de los capitalistas colectivos, si sus actos no responden a las necesidades del capital, entonces dejará(n) de ser capitalista(s).
1. El primer punto es cierto: que los trabajadores se autogestionen o se subordinen a un capitalista no quita que sus máquinas, su local y sus materias primas sean los mismos. La autogestión no cambia el carácter del capital.
2. El libre mercado no obliga a nadie a adaptarse a sus necesidades de acumulación. Es más, ni siquiera tiene esas necesidades de acumulación. El ahorro es necesario para la inversión futura, y la inversión futura es una necesidad para mantener la civilización y el nivel de vida actual, luego no es necesidad del mercado sino de la civilización, que todo el mundo quiere mantener y, por tanto, todo el mundo contribuye a mantener.
3. Obviamente, una empresa que tenga pérdida no sobrevive mucho tiempo, y eso es precisamente lo que hace sostenible el mutualismo. Las empresas deberán se rentables para sobrevivir, esto es, deberán aprovechar sus recursos al máximo para ofrecer su servicio tan barato como desean los consumidores. En el comunismo, al no existir precios es imposible planificar cuál es la inversión rentable, por lo que todas las inversiones son arbitrarias; se subproducirá en unos sectores y se sobreproducirá en otros. Lo que planteaste como un argumento contra el mercado, no solo lo refuerza sino que hunde tu sistema.
Entonces, ¿qué tanto podemos separar al mercado del capitalismo?
No mucho, si consideramos que el capitalismo ha surgido de la economía de mercado. El producir bienes para venderlos como mercancía ha sido la base del producir bienes para producir plusvalía.
Eso es falso, hasta Marx, cuyas teorías sobre el ciclo económico y la acumulación capitalista eran ridículas, reconocía que El Capital había venido al mundo "revosando sangre y cieno". Lástima que sus consecuencias fueran contradictorias con sus premisas.
Y la plusvalía y toda su parafernalia desarrollada en
El Capital no existen; existe el interés del capital -que no es lo mismo exactamente-, que va en función de la abundancia de capital, hoy constreñida por la intervención del Estado en la economía. La culpa échasela al Estado, no al mercado.
¿Qué tanto el mercado por sí mismo genera esa praxis de automatización que mencionas?
El origen histórico del capitalismo sobre la base de la economía de mercado, más allá de si ciertos Estados coloniales jugaron un rol importante en imponer la economía mercantil en varios sectores del globo, fue bastante espontáneo. La división entre capitalistas y asalariados surgió, primero, de la concentración de riqueza presente en ese momento, pero también fue un producto del hecho de que esa división básica del trabajo entre propietario y empleados es mucho más eficiente en términos empresariales. A menos que creamos que el capitalismo ha surgido de una conspiración mundial o por la voluntad de un gobierno o de una burguesía en particular, yo diría que fue el mismo mercado el que le dio origen.
La automatización del mercado, de existir, no es mayor que la que ejerce la naturaleza sobre el hombre prehistórico para cazar, si no quiere morirse de hambre.
1. El origen histórico del capitalismo es el robo, los privilegios estatales, los monopolios, los aranceles, el fraude autorizado por los monarcas o los Estados, etc. Es absolutamente falso que del libre mercado, que tiende necesariamente a disminuir los intereses del capital, aumentar los salarios y rebajar los precios de las mercancías pueda surgir el sistema monstruoso que padecemos hoy día. Tu teoría solo se sustenta por la errónea interpretación marxista del mercado, que fue refutada hace mucho.
2. Es falso que la división entre empleados y empleadores surgiera espontáneamente, se dio porque previamente existían siervos y amos que posibilitaron la existencia de tal división.
3. La división entre capitalista y trabajadores no es más eficiente en términos empresariales; está demostrado que las sociedades laborales son tanto más eficientes que las empresas capitalistas, y de las cooperativas no tengo datos. No hay razón para pensar tal cosa, una cooperativa puede dar empréstitos para financiarse, contratar técnicos si es necesario, etc. y todo bajo control de sus trabajadores.
Para mí el comunismo no es sólo una distribución "más justa" de la riqueza social ni el fin de la explotación dentro de las unidades de producción. Es la abolición de todo lo que se independice del control de los individuos y se convierta en una fuerza hostil a ellos.
El comunismo no funciona, hemos discutido largamente sobre eso en el foro.
El mercado no es una relación directa entre individuos, es una relación mediada por cosas. En el mercado los productores no se relacionan directamente entre sí, se relacionan a través de sus mercancías. Y de sus mercancías no como valor de uso o producto de tal tipo de trabajo, sino como valor o producto del trabajo humano abstracto. No es el productor el que lleva la mercancía al mercado, es la mercancía el que lo lleva. Esta relación fetichista que hace que las personas se comporten como cosas y las cosas como personas atenta contra nuestra libertad porque no nos permite decidir, ni como individuos ni como comunidad, qué, cómo, cuándo y cuánto producir, ya que ello lo decide "el mercado".
El mercado es el resultado de la interacción de los individuos para proveerse mutuamente de productos y servicios -mercancías-, por lo que es evidente que es una relación mediada por cosas, porque las cosas son el objeto de las transacciones. Son relaciones voluntarias y necesarias, no puede verse nada malo en ello a menos que se presente con sofismas y muuucha literatura, como acostumbran a hacer los marxistas.
El valor de las mercancías es subjetivo y para la subjetividad, como dices, es necesaria cierta capacidad de abstracción. No hay nada malo en ello.
Este fetichismo sólo puede abolirse mediante la asociación libre de los productores. Y cuando digo asociación libre no me refiero simplemente a asociación voluntaria, sino a una asociación libre de fetichismo y de cualquier otra mediación y separación entre las personas. Si dejamos librado al mercado la relación entre las distintas unidades de producción en una comunidad, entonces la economía seguirá existiendo como un movimiento autónomo y por lo tanto que limita nuestra libertad individual y colectiva.
1. La valoración subjetiva de los productos del trabajo y la naturaleza es algo puramente humano, no hay fetichización y, en caso de que la hubiera, no puede ser abolida. Todos valoramos nuestros utensilios en base a experiencias, emociones o utilidades que nos reportan.
2. El mercado no se "libera" ni puede ser autónomo, no es un mounstruo verde y asqueroso que hoy permanece encadenado por el Estado; lo que se liberan e independizan son las personas para actuar como mejor les parezca, sin restricciones estatales. Y eso es lo que llamamos libre mercado.
Salud.