Un manifiesto hácker de McKenzie Wark

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KBT
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Un manifiesto hácker de McKenzie Wark

Mensaje por KBT » 24 Feb 2013, 12:58

Estoy terminando Un manifiesto hacker, y mi ideario ha sido refrescado con un análisis actual del mundo y la lucha de clases. Me gustaría exponer algunos párrafos de este manifiesto para compartir y debatir:
[002] Todas las clases temen esa implacable abstracción del mundo, de la que, no obstante, depende su destino. Todas las clases salvo una: la clase hacker. Nosotros hackeamos la abstracción. Producimos nuevos conceptos, nuevas percepciones, nuevas sensaciones hackeadas a partir de datos en bruto. Sea cual sea el código que hackeamos, ya sea lenguaje de programación, lenguaje poético, matemáticas o música, curvas o colores, somos nosotros quienes abstraemos nuevos mundos. Aunque nos presentemos como investigadores o autores, artistas o biólogos, químicos o músicos, filósofos o programadores, cada una de estas subjetividades no es más que un fragmento de una clase que, punto a punto, todavía está cobrando consciencia de sí misma como tal
[003] Sin embargo, no sabemos muy bien quiénes somos. Por eso este libro pretende poner de manifiesto nuestros orígenes, nuestro propósito y nuestros intereses. Un manifiesto hacker: no el único manifiesto, puesto que la naturaleza misma del hacker entraña diferir de los demás, diferir incluso de uno mismo, a lo largo del tiempo. Hackear es diferir. Un manifiesto hacker no puede afirmar que representa aquello que rechaza toda representación.
[006][...] Lo que requieren nuestros tiempos es un hackeo colectivo que desarrolle un interés de clase basado en una alineación de diferencias más que en una unidad coercitiva. Los hackers son una clase, pero una clase abstracta. Una clase que fabrica abstracciones y una clase de factura abstracta. Abstraer a los hackers como clase es abstraer el concepto mismo de clase. El eslogan de la clase hacker no es: "Obreros del mundo, uníos"; sino "Obras del mundo, liberaos".
[011] Lo que hace diferente a nuestra época es la perspectiva de la posibilidad de un nuevo mundo imaginado hace mucho tiempo: un mundo libre de la necesidad. La producción de abstracción ha llegado a un umbral en el que podría romper los grilletes, de una vez por todas, que atan el hackeo a unos intereses de clase desfasados y retrógrados. Debord: "El mundo posee ya el sueño de una época cuya consciencia debe ahora poseer para llegar a vivirlo".
[012] La invención es la madre de la necesidad. Mientras que todos los estados dependen de la abstracción para producir su riqueza y su poder, la clase dominante de cualquier estado mantiene una relación incómoda con la producción de abstracción en formas nuevas. La clase dominante busca siempre controlar la innovación y encaminarla hacia sus propios fines, de manera que priva al hacker del control de su creación y, por ende, niega al mundo en su totalidad el derecho a gestionar su propio desarrollo.
[017] La tierra es un recurso desprendido de la naturaleza, un aspecto del potencial productivo de la naturaleza hecho abstracto en forma de propiedad. El capital es un recurso desprendido de la tierra, un aspecto del potencial productivo de la tierra hecho abstracto en forma de propiedad. La información es un recurso desprendido del capital ya desprendido de la tierra. Es el doble de un doble. Es un proceso ulterior de abstracción más allá del capital; pero que, de nuevo, produce su existencia independiente en forma de propiedad.
[018] Igual que el desarrollo de la tierra como recurso productivo origina el progreso histórico hacia su abstracción en forma de capital, también el desarrollo del capital da pie al progreso histórico hacia una abstracción ulterior de la información en forma de "propiedad intelectual". En las sociedades tradicionales, la tierra, el capital y la información estaban ligados a ciertos poderes sociales o regionales mediante lazos tradicionales o hereditarios. Lo que la abstracción hackea y obtiene del viejo armazón feudal es una liberación de estos recursos basada en una forma más abstracta de propiedad, un derecho universal a la propiedad privada. Esta forma abstracta universal abarca primero la tierra, luego el capital, ahora la información.
[019] Cuando la abstracción de la propiedad da lugar a recursos productivos, produce al mismo tiempo una división de clases. La propiedad privada origina una clase pastoralista que posee la tierra, y una clase agricultora desposeída de ella. Las personas a quienes la abstracción de la propiedad privada niega su derecho comunitario a la tierra quedan convertidas en una clase desposeída, que pasa a ser la clase trabajadora cuando una clase emergente de propietarios de los medios materiales de fabricación, la clase capitalista, los pone a trabajar. Esa clase trabajadora se convierte en la primera clase que contempla seriamente la idea de derrocar el sistema de clases. Fracasa en su labor histórica en tanto que la forma de propiedad no es aún lo bastante abstracta para liberar la virtualidad de la ausencia de clases que está latente en las energías productivas de la abstracción misma.
[020] Siempre es el hackeo lo que crea una nueva abstracción. Con el surgimiento de una clase hacker se acelera el ritmo de producción de nuevas abstracciones. El reconocimiento de la propiedad intelectual como forma de propiedad -en sí misma una abstracción, un hackeo legal- origina una clase de creadores de propiedad intelectual. Sin embargo, esta clase sigue trabajando por el bien de otra, a cuyos intereses están subordinados los suyos propios. Cuando la abstracción de la propiedad privada se extiende a la información, produce la clase hacker como tal, como una clase capaz de convertir en una forma de propiedad sus innovaciones en abstracción. Al contrario que los agricultores y los trabajadores, los hackers no han sido desposeídos por completo -aún- de sus derechos sobre la propiedad, pero de todos modos deben vender su capacidad de abstracción a una clase que posee los medios de producción, la clase vectorialista: la clase dominante emergente de nuestros tiempos.
[021] La clase vectorialista libra una intensa batalla para desposeer a los hackers de su propiedad intelectual. Las patentes y los copyrights acaban siempre en manos no de sus creadores, sino de una clase vectorialista que posee los medios para desarrollar el valor de esas abstracciones. La clase vectorialista lucha por monopolizar la abstracción. Para la clase vectorial, "la política consiste en el control absoluto de la propiedad intelectual mediante estrategias bélicas de comunicación, control y mando".* Los hackers se encuentran desposeídos, individualmente y como clase.
[022] Cuando la clase vectorialista consolida su monopolio de los medios de desarrollo del valor de la propiedad intelectual, se enfrenta a la clase hacker cada vez más como una clase antagonista. Los hackers acaban luchando contra las tarifas de usura que los vectorialistas exigen por el acceso a la información que los hackers producen colectivamente, pero que acaban poseyendo los vectorialistas. Los hackers acaban luchando contra cada una de las formas en que la abstracción se ve mercantilizada y convertida en propidad privada de la clase vectorialista. Los hackers, como clase, acaban por darse cuenta de que la mejor forma de expresar su interés de clase es luchar no sólo por liberar la producción de abstracción de los grilletes de esta forma de propiedad o aquélla, sino también por abstraer la forma misma de propiedad.
[023] Ha llegado ya el momento de que los hackers se unan a los trabajadores y a los agricultores -a todos los productores del mundo- para liberar los recursos productivos e inventivos del mito de la escasez. Ha llegado ya el momento de que se creen nuevas formas de asociación que salven al mundo de su destrucción a manos de la explotación mercantilizada. Los mayores hackeos de nuestros tiempos podrían consistir en formas de organizar la libre expresión colectiva de manera que, a partir de ese momento, la abstracción sirva al pueblo, en lugar de que el pueblo sirva a la clase dominante.
Estos son algunos párrafos del primer capítulo. Iré transcribiendo más conforme tenga tiempo.
Ha llegado ya el momento de que los hackers se unan a los trabajadores y a los agricultores -a todos los productores del mundo- para liberar los recursos productivos e inventivos del mito de la escasez.

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KBT
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Re: Un manifiesto hácker de McKenzie Wark

Mensaje por KBT » 26 Feb 2013, 12:03

[024] Surge una clase, la clase trabajadora, capaz de poner en duda la necesidad de la propiedad privada. Dentro del movimiento de los trabajadores surge un partido que afirma responder a los deseos de la clase trabajadora: los comunistas. Como escribe Marx, "todos estos movimientos hacen hincapié en la cuestión de la propiedad como elemento principal de cada uno de ellos, al margen de su grado de desarrollo en ese determinado momento". Ésta fue la solución que propusieron los comunistas a la cuestión de la propiedad: "centralizar todos los instrumentos de producción en manos del estado".* Hacer de la propiedad un monopolio del estado sólo produjo una nueva clase dominante y una nueva lucha de clases aún más cruenta. Sin embargo, ¿es ésa nuestra respuesta definitiva? Tal vez el curso de la lucha de clases no ha llegado aún a su fin. Tal vez existe otra clase que puede exponer la cuestión de la propiedad de una nueva forma... y, al mantenerla siempre expuesta, acabar de una vez por todas con el monopolio de las clases dominantes sobre los fines de la historia.
[026] Primero surge una clase pastoralista. Son los encargados de dispersar a la gran masa de campesinos que tradicionalmente trabajaba la tierra bajo el yugo de los señores feudales. Los pastoralistas suplantan a los señores feudales y liberan la productividad de la naturaleza, que ellos afirman poseer como propiedad privada. Es esta privatización de la propiedad -un hackeo legal- la que crea las condiciones necesarias para los demás hackeos mediante los que se consigue que la tierra produzca un excedente. Un mundo vectorial surge a hombros del hackeo agrícola.
[027] Cuando las nuevas formas de abstracción posibilitan que se produzca un excedente de la tierra cada vez con menos agricultores, los pastoralistas les arrebatan la tierra y los dejan sin su medio de subsistencia. Los agricultores desposeídos buscan trabajo y un nuevo hogar en las ciudades. Allí el capital les da trabajo en sus fábricas. Los agricultores se convierten en trabajadores. El capital como propiedad da origen a una clase de capitalistas, que posee los medios de producción, y a una clase de trabajadores, desposeída de ellos, y mediante ellos. Ya sea como trabajadores o como agricultores los productores directos se encuentran desposeídos, no sólo de su tierra, sino de la mayor parte del excedente que producen, que se acumula para los pastoralistas en forma de rentas como rendimiento de la tierra, y para los capitalistas en forma de beneficio como rendimiento del capital.
[028] Los agricultores desposeídos sólo se convierten en trabajadores para ser desposeídos de nuevo. Cuando ya han perdido su agricultura, acaban perdiendo también su cultura humana. El capital no sólo produce en sus fábricas lo necesario para la existencia, sino también una forma de via que espera que sus trabajadores consuman. La vida mercantilizada desposee al trabajador de la información que se transmitía tradicionalmente fuera del ámbito de la propiedad privada como cultura, como el regalo de una generación a la siguiente, y la reemplaza con información que se da mercantilizada.
[029] La información, igual que la tierra o el capital, se convierte en una forma de propiedad monopolizada por una clase, una clase de vectorialistas, llamados así porque controlan los vectores a través de los cuales se abstrae la información, igual que los capitalistas controlan los medios materiales con los que se producen las mercancías, y los pastoralistas la tierra con la que se produce el alimento. Esta información, que una vez fue propiedad colectiva de las clases productivas -el conjunto de las clases trabajadora y agricultora- se convierte en propiedad de otra clase apropiadora más.
[030] Cuando los campesinos se convierten en agricultores mediante la apropiación de su tierra, siguen conservando cierta autonomía en cuanto a la disposición de sus horas laborales. Los trabajadores, pese a no poseer el capital y tener que trabajar según el reloj y sus horarios despiadados, podían al menos luchar para reducir la joranada laboral y extraer tiempo libre del trabajo. La información circulaba por la cultura de la clase trabajadora como una propiedad pública que pertenecía a todos. Sin embargo, cuandola información, a su vez, se convierte en una forma de propiedad privada, los trabajadores quedan desposeídos de ella y deben comprar su propia cultura a quien la posee, la clase vectorialista. El agricultor se convierte en trabajador; el trabajador, en esclavo. El mundo entero queda sujeto a la extracción de un excedente por parte de las clases productoras que está controlado por las clases dominantes, que únicamente lo utilizan para reproducir y expandir esta matriz de explotación. Incluso el tiempo se convierte en una experiencia mercantilizada.
[031] Las clases productivas -agricutores, trabajadores, hackers- luchan contra las clases expropiadoras -pastoralistas, capitalistas, vectorialistas-, pero esas sucesivas clases dominantes luchan también entre sí. Los capitalistas intentan quebrantar el monopolio pastoralista de la tierra y subordinar el producto de la tierra a la producción industrial. Los vectorialistas intentan quebrantar el monopolio capitalista del proceso de producción y subordinar la producción de mercancías a la circulación de información: "El ámbito privilegiado del espacio electrónico controla la logística física de la manufactura, ya que la puesta en venta de materias primas y bienes manufacturados requiere consentimiento y dirección electrónicos".*
[032] Que la clase vectorialista ha reemplazado al capital como clase explotadora dominante puede verse en la forma que toman las compañías más destacadas. Estas empresas se despojan de su capacidad productiva, ya que ésta ha dejado de ser una fuente de poder. Dependen de una masa competidora de contratistas capitalistas para manufacturar sus productos. Su poder reside en el monopolio de la propiedad intelectual: patentes, copyrights y marcas comerciales; y de los medios con los que se reproduce su valor: los vectores de la comunicación. La privatización de la información se convierte en el aspecto dominante, en lugar de uno subsidiario, de la vida mercantilizada. "Existe cierta lógica en esta progresión: primero, un grupo selecto de fabricantes transciende su conexión con los productos prosaicos; después, ensalzando el márketing como cúspide del negocio, intentan modificar el estatus social del márketing como interrupción comercial y transformarlo mediante una integración perfecta".* Con el auge de la clase vectorial, el mundo vectorial está completo.
Ha llegado ya el momento de que los hackers se unan a los trabajadores y a los agricultores -a todos los productores del mundo- para liberar los recursos productivos e inventivos del mito de la escasez.

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