Heinlein, Niven, Pournelle et al.
Publicado: 14 Ago 2004, 12:15
Este hilo surge por un comentario de: http://www.alasbarricadas.org/forums/vi ... 1572#21572 . Lo he posteado aquí porque no me parecía apropiado para el foro de Megamáquina, ni en ningún otro.
Robert Anson Heinlein, Larry Niven, y Jerry Pournelle, son tres conocidos autores de ciencia-ficción. Son los más destacados representantes de una tendencia denominada "ciencia-ficción dura". Esta tendencia pretende que la ciencia-ficción sea y se valore por sus contenidos como literatura de divulgación científica, rechazando los aspectos literarios más "puros".
Heinlein es el "patriarca" de esa tendencia. Desde la década de 1940, reunió en tono suyo a un grupo de escritores que también eran científicos, ingenieros, etc. Entre ellos estaba un tal "Elron" Hubbard, más famoso por ser el fundador de la Iglesia de la Cienciología que por sus escritos literarios (a los que, por cierto, se ponen a parir, y yo no veo muy diferentes de muchos de los paridos por Heinlein y sus "satélites" en la década de 1940, que se ponen en el parnaso de la ciencia-ficción). No sólo se convirtieron en un "lobby" literario, sino científico y político.
Heinlein marcó la pauta. Libertariano (libertarian) convencido, creía que el campo perfecto de desarrollo de una sociedad capitalista sin estado sería el espacio exterior. La carrera espacial con la URSS era, entonces, más que una cuestión propagandística o de posibles aplicaciones militares. Era una lucha entre dos modelos sociales por el futuro campo de expansión de la raza humana.
Estas cosas pueden sonar hoy muy fantásticas. Pero, entre las décadas de 1940 y de 1970, mucha gente estaba convencida de ellas, y gente que ocupaba muchas veces posiciones de poder importantes.
Heinlein, por cierto, no era demócrata. Me remito a Tropas del espacio . En este libro proponía que sólo aquel que hubiese cumplido el servicio militar, en un contexto de guerras imperialistas estelares (si se piensa que la ciencia-ficción es una metáfora de la propia sociedad, quítese el "estelares"), podría tener derecho al voto. Una idea, la del "republicanismo cívico militar", que, en última instancia, remitía a la república de Esparta.
Así, Heinlein y sus allegados fueron un grupo de presión más en impulsar la carrera espacial USA, viajes tripulados incluidos, frente a la amenaza soviética.
Niven y Pournelle pertenecen a la generación siguiente. Ingenieros y escritores de ciencia-ficción, se asociaron en lo político a la "revolución conservadora" de Reagan. Son dos "neocons" de lo más duro. Tomando las ideas de su maestro, han incidido en las ideas del imperialismo y del militarismo frente a las amenazas exteriores (el "derecho a la autodefensa"), atacando, además de a la URSS, a los movimientos sociales surgidos a partir de la década de 1970, como el feminismo o el ecologismo. Y si Heinlein era tecno-fílico, ellos son tecno-fetichistas.
Hay un incidente poco conocido que ocurrió a fines de la década de 1970. En casa de Heinlein, que organizaba reuniones periódicas en ella, estaban los jóvenes Niven y Pournelle. Justo entonces, entró un escritor de ciencia-ficción británico llamado Arthur C. Clarke. Clarke, a comienzos de la década de 1970, era ya una celebridad, y no sólo en el "ghetto" de la ciencia-ficción. 2001, Odisea en el espacio, llevaba guión suyo, y sus opiniones políticas y sociales tenían una audiencia fuera del "ghetto" (y es que 2001 parecía en 1968 un futuro que podía admitirse sin reservas: lo que dije más arriba de las ideas de mucha gente en esas décadas).
Aclaro que Clarke, aunque también escribe ciencia-ficción "dura", es un tipo cuyas opiniones, en los Estados Unidos, le caracterizan como "liberal". Un "progre", que dirían algunos por estos lares.
Clarke, por aquella época, apoyaba el movimiento por el desarme. Al verle entrar, Niven y Pournelle lanzaron un comentario al aire. Dijeron, con un tono de voz agresivo, que los extranjeros deberían tener cuidado con las opiniones que lanzaban en los Estados Unidos. Clarke se dio media vuelta y salió de la casa.
Viendo todo esto, no es de extrañar que Pournelle y Niven fuesen dos de los directores del proyecto SDI. El paso siguiente al control militar del espacio sería su colonización, según un modelo político y social muy definido y frente a la amenaza del "Imperio del Mal" soviético.
Robert Anson Heinlein, Larry Niven, y Jerry Pournelle, son tres conocidos autores de ciencia-ficción. Son los más destacados representantes de una tendencia denominada "ciencia-ficción dura". Esta tendencia pretende que la ciencia-ficción sea y se valore por sus contenidos como literatura de divulgación científica, rechazando los aspectos literarios más "puros".
Heinlein es el "patriarca" de esa tendencia. Desde la década de 1940, reunió en tono suyo a un grupo de escritores que también eran científicos, ingenieros, etc. Entre ellos estaba un tal "Elron" Hubbard, más famoso por ser el fundador de la Iglesia de la Cienciología que por sus escritos literarios (a los que, por cierto, se ponen a parir, y yo no veo muy diferentes de muchos de los paridos por Heinlein y sus "satélites" en la década de 1940, que se ponen en el parnaso de la ciencia-ficción). No sólo se convirtieron en un "lobby" literario, sino científico y político.
Heinlein marcó la pauta. Libertariano (libertarian) convencido, creía que el campo perfecto de desarrollo de una sociedad capitalista sin estado sería el espacio exterior. La carrera espacial con la URSS era, entonces, más que una cuestión propagandística o de posibles aplicaciones militares. Era una lucha entre dos modelos sociales por el futuro campo de expansión de la raza humana.
Estas cosas pueden sonar hoy muy fantásticas. Pero, entre las décadas de 1940 y de 1970, mucha gente estaba convencida de ellas, y gente que ocupaba muchas veces posiciones de poder importantes.
Heinlein, por cierto, no era demócrata. Me remito a Tropas del espacio . En este libro proponía que sólo aquel que hubiese cumplido el servicio militar, en un contexto de guerras imperialistas estelares (si se piensa que la ciencia-ficción es una metáfora de la propia sociedad, quítese el "estelares"), podría tener derecho al voto. Una idea, la del "republicanismo cívico militar", que, en última instancia, remitía a la república de Esparta.
Así, Heinlein y sus allegados fueron un grupo de presión más en impulsar la carrera espacial USA, viajes tripulados incluidos, frente a la amenaza soviética.
Niven y Pournelle pertenecen a la generación siguiente. Ingenieros y escritores de ciencia-ficción, se asociaron en lo político a la "revolución conservadora" de Reagan. Son dos "neocons" de lo más duro. Tomando las ideas de su maestro, han incidido en las ideas del imperialismo y del militarismo frente a las amenazas exteriores (el "derecho a la autodefensa"), atacando, además de a la URSS, a los movimientos sociales surgidos a partir de la década de 1970, como el feminismo o el ecologismo. Y si Heinlein era tecno-fílico, ellos son tecno-fetichistas.
Hay un incidente poco conocido que ocurrió a fines de la década de 1970. En casa de Heinlein, que organizaba reuniones periódicas en ella, estaban los jóvenes Niven y Pournelle. Justo entonces, entró un escritor de ciencia-ficción británico llamado Arthur C. Clarke. Clarke, a comienzos de la década de 1970, era ya una celebridad, y no sólo en el "ghetto" de la ciencia-ficción. 2001, Odisea en el espacio, llevaba guión suyo, y sus opiniones políticas y sociales tenían una audiencia fuera del "ghetto" (y es que 2001 parecía en 1968 un futuro que podía admitirse sin reservas: lo que dije más arriba de las ideas de mucha gente en esas décadas).
Aclaro que Clarke, aunque también escribe ciencia-ficción "dura", es un tipo cuyas opiniones, en los Estados Unidos, le caracterizan como "liberal". Un "progre", que dirían algunos por estos lares.
Clarke, por aquella época, apoyaba el movimiento por el desarme. Al verle entrar, Niven y Pournelle lanzaron un comentario al aire. Dijeron, con un tono de voz agresivo, que los extranjeros deberían tener cuidado con las opiniones que lanzaban en los Estados Unidos. Clarke se dio media vuelta y salió de la casa.
Viendo todo esto, no es de extrañar que Pournelle y Niven fuesen dos de los directores del proyecto SDI. El paso siguiente al control militar del espacio sería su colonización, según un modelo político y social muy definido y frente a la amenaza del "Imperio del Mal" soviético.