Novela sobre Enriq Marco, impostor del campo de Mathausen

Para el debate en torno a la higiene ética en el comportamiento anarquista, y la ética y moral del Anarquismo. Filosofías de vida, cuestiones morales, vida sana, etc.
Responder
Avatar de Usuario
Joreg
Mensajes: 6694
Registrado: 17 Dic 2004, 17:45

Novela sobre Enriq Marco, impostor del campo de Mathausen

Mensaje por Joreg » 15 Nov 2014, 11:27

Crear un mito, engrandecer la vida con hazañas, la necesidad de sentirse amado, querido, respetado... ¿Es tan dañina la mentira como el asesinato? Porque a la hora de evaluar el daño moral, la mentira suele juzgarse duramente.
Lo que se gana en velocidad, se pierde en potencia. Lo que se gana en potencia, se pierde en velocidad.

Avatar de Usuario
Joreg
Mensajes: 6694
Registrado: 17 Dic 2004, 17:45

Re: Novela sobre Enriq Marco, impostor del campo de Mathause

Mensaje por Joreg » 15 Nov 2014, 11:28

Javier Cercas: “El problema de la memoria histórica es que se convirtió en un negocio”

El escritor publica El impostor, una novela sobre la vida real de Enric Marco, el hombre que engañó a millones de personas haciéndose pasar por un deportado en el campo de Mauthausen.

La novela incide en cómo la llamada memoria histórica se llenó de subjetividad y en su conversión en espectáculo
"Todos los seres humanos somos de alguna manera impostores por nuestra necesidad de ser aceptados. No lo hacemos por dinero, sino para que nos quieran”

El escritor Javier Cercas no suele dejar indiferente con sus novelas basadas en hechos y personajes reales. Si en Soldados de Salamina sacaba a relucir al falangista Sánchez Mazas y en Anatomía de un instante daba una vuelta de tuerca a la figura de Adolfo Suárez, en El impostor (Random House) se detiene sobre Enric Marco, el hombre que durante décadas estafó a millones de personas haciéndoles creer que fue uno de los 9.000 deportados y supervivientes del campo de concentración de Mauthausen. Es más, un héroe que llegó a ser el presidente de la asociación Amical de Mauthausen.

Y con esta historia, a la que ha dedicado varios años con múltiples entrevistas a este "Maradona de los impostores", escarba en la llaga de la memoria histórica, ese “oxímoron”, según él, que vivió su época triunfal a comienzos de este siglo y que acabó diluida como un azucarillo.

“No le va a gustar a mucha gente este libro”, confiesa Cercas, que ha vuelto a jugar con los límites de la verdad histórica y la literatura en una novela que es una mezcla de muchos platos, "como un cocido", desde la crónica a la autobiografía. Y es muy probable que tenga razón. Él hace saltar por los aires muchas creencias y valores morales establecidos como buenos que en manos de ciertas personas no lo son tanto. “También hay canallas de las buenas causas”, afirma.

Pero la novela no deja indiferente porque la historia de Enric Marco ya fuera conocida. Salió a la luz ya en 2005, muy poco antes del gran homenaje que se les iba a dar a los supervivientes de Mauthausen en el 60º aniversario del campo. Un historiador, Benito Bermejo, desenmascaró a Marco, hizo ver que era un falsificador, y este tuvo que anular su presencia en el homenaje. La historia ocupó páginas en todos los periódicos, incluso de la prensa internacional. Pero esa es, como sostiene el escritor, “la parte visible” del libro; la invisible es mucho más cruda y cruel porque muchos se la creyeron.

De hecho, en las primeras páginas del libro, Cercas cuenta que se pensó mucho escribir esta historia. Sabía que, al fin y al cabo, la impostura de Marco no dejaba de ser un fracaso de todos, de la sociedad en su conjunto, que siempre había creído al supuesto héroe y superviviente. Y ya en esas primeras letras, el escritor incide en el error que constituyó que en toda esa primera década de los 2000, una memoria, que era colectiva, se llenara de subjetividad.

Un movimiento justo

“Era un movimiento absolutamente justo porque se trataba de resarcir por completo a las víctimas del periodo más oscuro de este país y de afrontar el pasado español con la máxima claridad, coraje y espíritu crítico para digerirlo. Esto no es fácil y el único país que lo ha hecho de forma ejemplar es Alemania. En España, veinte años después de la muerte de Franco, tuvimos esa oportunidad y no lo hicimos porque se creó la industria de la memoria”, explica Cercas. Y aún dispara más allá: “Se sustituyó lo objetivo por lo subjetivo. El problema es que se convirtió en un negocio”.

Cercas compara este fenómeno con el de la industria del entretenimiento, “que no es cultura, sino un sucedáneo. La industria de la memoria lo que provoca es un pasado falsificado, sentimentalizado y kitsch. Y Marco es el emblema de todo esto”, resume para recalcar que en aquellos años “no necesitábamos una ley de memoria histórica, sino que el Estado se ocupara de cumplir con su obligación”.

El chantaje del testigo

Dice que no escribe novelas históricas sino que, para explicar el presente, hay que acudir al pasado. Justifica así su incursión en la Guerra Civil con Soldados de Salamina y en el 23F con Anatomía de un instante. Hay que volver atrás, en un análisis un tanto freudiano, para clarificar muchas cosas. La historia de Marco, que se convirtió “en una rockstar de la memoria histórica” es, por tanto, para él, una metáfora de cómo nos hemos enfrentado a nuestro pasado para restañar las heridas.

“Marco, que ahora tiene 94 años, tiene una vitalidad increíble y ahí está la clave de todo. Con la industria de la memoria sucedieron dos cosas. Por un lado, el chantaje del testigo. Hemos aceptado que el testigo tiene la verdad y eso supone una rendición incondicional. El testigo no entiende nada de lo que sucede, pero nosotros lo hemos sacralizado. Por otro lado, se ha producido la conversión de las víctimas en héroes. Eso es una perversión. Los héroes son los que dicen que no, como el historiador Benito Bermejo, que fue a contracorriente de lo que opinaba la mayoría”, sostiene Cercas.

Todos somos impostores

Para el escritor catalán, la palabra ‘no’ es, precisamente, la esencia de sus novelas. O más bien, la de aquellos que supieron decir 'no' en un momento en el que parecía terriblemente difícil decirlo. Así, según él, el héroe de Soldados de Salamina es ese soldado que se niega a disparar a bocajarro a Sánchez Mazas a pesar de ser el gran enemigo; o el propio Adolfo Suárez, que prefirió mantenerse en su sillón del Congreso mientras el teniente coronel Tejero le conminaba a tirarse al suelo.

Sin embargo, Enric Marco fue un hombre que dijo siempre que sí, y cayó en ese circo de la memoria. Llegó incluso a ser el secretario general de la CNT con sus mentiras, entre las que se encontraba decir, por ejemplo, que había nacido el 14 de abril de 1921, cuando los datos reflejan que fue el 12. Ahora bien, hay algo a lo que dijo que no: a su propia vida real y anodina, “aunque mucho más apasionante que la inventada”, apostilla Cercas, y que es finalmente la que aparece retratada en la novela.

Al fin y al cabo, el escritor quería comprenderle, aunque no justificarle. “Es lo que más me interesaba porque este hombre tiene algo de todos nosotros, y es su extraordinaria capacidad de farsa. Todos los seres humanos somos de alguna manera impostores por nuestra necesidad de ser aceptados. No lo hacemos por dinero, tampoco lo hizo Marco, sino para que nos quieran”.

La realidad te mata, la ficción te salva, escribe en varias ocasiones Cercas en esta novela. Es lo que Marco llevó a cabo –y a día de hoy aún justifica sus actos– y que el escritor explica de forma particular: “Es una muestra de nuestra incapacidad para vivir solo con la realidad, que es pobre y miserable. Todos somos novelistas de nosotros mismos. Y es también un reflejo de nuestra fastuosa capacidad para decir ‘sí’ y nuestra cobarde capacidad para decir ‘no’”. A la vida hay que ponerle sal, un poco de ficción. Si no, todo puede resultar irrespirable.

http://www.eldiario.es/cultura/libros/J ... 68438.html
Lo que se gana en velocidad, se pierde en potencia. Lo que se gana en potencia, se pierde en velocidad.

Poloki
Mensajes: 260
Registrado: 30 Oct 2009, 23:15

Re: Novela sobre Enriq Marco, impostor del campo de Mathause

Mensaje por Poloki » 26 Feb 2016, 00:04

Joreg escribió:Javier Cercas: “El problema de la memoria histórica es que se convirtió en un negocio”

El escritor publica El impostor, una novela sobre la vida real de Enric Marco, el hombre que engañó a millones de personas haciéndose pasar por un deportado en el campo de Mauthausen.

La novela incide en cómo la llamada memoria histórica se llenó de subjetividad y en su conversión en espectáculo
"Todos los seres humanos somos de alguna manera impostores por nuestra necesidad de ser aceptados. No lo hacemos por dinero, sino para que nos quieran”

El escritor Javier Cercas no suele dejar indiferente con sus novelas basadas en hechos y personajes reales. Si en Soldados de Salamina sacaba a relucir al falangista Sánchez Mazas y en Anatomía de un instante daba una vuelta de tuerca a la figura de Adolfo Suárez, en El impostor (Random House) se detiene sobre Enric Marco, el hombre que durante décadas estafó a millones de personas haciéndoles creer que fue uno de los 9.000 deportados y supervivientes del campo de concentración de Mauthausen. Es más, un héroe que llegó a ser el presidente de la asociación Amical de Mauthausen.

Y con esta historia, a la que ha dedicado varios años con múltiples entrevistas a este "Maradona de los impostores", escarba en la llaga de la memoria histórica, ese “oxímoron”, según él, que vivió su época triunfal a comienzos de este siglo y que acabó diluida como un azucarillo.

“No le va a gustar a mucha gente este libro”, confiesa Cercas, que ha vuelto a jugar con los límites de la verdad histórica y la literatura en una novela que es una mezcla de muchos platos, "como un cocido", desde la crónica a la autobiografía. Y es muy probable que tenga razón. Él hace saltar por los aires muchas creencias y valores morales establecidos como buenos que en manos de ciertas personas no lo son tanto. “También hay canallas de las buenas causas”, afirma.

Pero la novela no deja indiferente porque la historia de Enric Marco ya fuera conocida. Salió a la luz ya en 2005, muy poco antes del gran homenaje que se les iba a dar a los supervivientes de Mauthausen en el 60º aniversario del campo. Un historiador, Benito Bermejo, desenmascaró a Marco, hizo ver que era un falsificador, y este tuvo que anular su presencia en el homenaje. La historia ocupó páginas en todos los periódicos, incluso de la prensa internacional. Pero esa es, como sostiene el escritor, “la parte visible” del libro; la invisible es mucho más cruda y cruel porque muchos se la creyeron.

De hecho, en las primeras páginas del libro, Cercas cuenta que se pensó mucho escribir esta historia. Sabía que, al fin y al cabo, la impostura de Marco no dejaba de ser un fracaso de todos, de la sociedad en su conjunto, que siempre había creído al supuesto héroe y superviviente. Y ya en esas primeras letras, el escritor incide en el error que constituyó que en toda esa primera década de los 2000, una memoria, que era colectiva, se llenara de subjetividad.

Un movimiento justo

“Era un movimiento absolutamente justo porque se trataba de resarcir por completo a las víctimas del periodo más oscuro de este país y de afrontar el pasado español con la máxima claridad, coraje y espíritu crítico para digerirlo. Esto no es fácil y el único país que lo ha hecho de forma ejemplar es Alemania. En España, veinte años después de la muerte de Franco, tuvimos esa oportunidad y no lo hicimos porque se creó la industria de la memoria”, explica Cercas. Y aún dispara más allá: “Se sustituyó lo objetivo por lo subjetivo. El problema es que se convirtió en un negocio”.

Cercas compara este fenómeno con el de la industria del entretenimiento, “que no es cultura, sino un sucedáneo. La industria de la memoria lo que provoca es un pasado falsificado, sentimentalizado y kitsch. Y Marco es el emblema de todo esto”, resume para recalcar que en aquellos años “no necesitábamos una ley de memoria histórica, sino que el Estado se ocupara de cumplir con su obligación”.

El chantaje del testigo

Dice que no escribe novelas históricas sino que, para explicar el presente, hay que acudir al pasado. Justifica así su incursión en la Guerra Civil con Soldados de Salamina y en el 23F con Anatomía de un instante. Hay que volver atrás, en un análisis un tanto freudiano, para clarificar muchas cosas. La historia de Marco, que se convirtió “en una rockstar de la memoria histórica” es, por tanto, para él, una metáfora de cómo nos hemos enfrentado a nuestro pasado para restañar las heridas.

“Marco, que ahora tiene 94 años, tiene una vitalidad increíble y ahí está la clave de todo. Con la industria de la memoria sucedieron dos cosas. Por un lado, el chantaje del testigo. Hemos aceptado que el testigo tiene la verdad y eso supone una rendición incondicional. El testigo no entiende nada de lo que sucede, pero nosotros lo hemos sacralizado. Por otro lado, se ha producido la conversión de las víctimas en héroes. Eso es una perversión. Los héroes son los que dicen que no, como el historiador Benito Bermejo, que fue a contracorriente de lo que opinaba la mayoría”, sostiene Cercas.

Todos somos impostores

Para el escritor catalán, la palabra ‘no’ es, precisamente, la esencia de sus novelas. O más bien, la de aquellos que supieron decir 'no' en un momento en el que parecía terriblemente difícil decirlo. Así, según él, el héroe de Soldados de Salamina es ese soldado que se niega a disparar a bocajarro a Sánchez Mazas a pesar de ser el gran enemigo; o el propio Adolfo Suárez, que prefirió mantenerse en su sillón del Congreso mientras el teniente coronel Tejero le conminaba a tirarse al suelo.

Sin embargo, Enric Marco fue un hombre que dijo siempre que sí, y cayó en ese circo de la memoria. Llegó incluso a ser el secretario general de la CNT con sus mentiras, entre las que se encontraba decir, por ejemplo, que había nacido el 14 de abril de 1921, cuando los datos reflejan que fue el 12. Ahora bien, hay algo a lo que dijo que no: a su propia vida real y anodina, “aunque mucho más apasionante que la inventada”, apostilla Cercas, y que es finalmente la que aparece retratada en la novela.

Al fin y al cabo, el escritor quería comprenderle, aunque no justificarle. “Es lo que más me interesaba porque este hombre tiene algo de todos nosotros, y es su extraordinaria capacidad de farsa. Todos los seres humanos somos de alguna manera impostores por nuestra necesidad de ser aceptados. No lo hacemos por dinero, tampoco lo hizo Marco, sino para que nos quieran”.

La realidad te mata, la ficción te salva, escribe en varias ocasiones Cercas en esta novela. Es lo que Marco llevó a cabo –y a día de hoy aún justifica sus actos– y que el escritor explica de forma particular: “Es una muestra de nuestra incapacidad para vivir solo con la realidad, que es pobre y miserable. Todos somos novelistas de nosotros mismos. Y es también un reflejo de nuestra fastuosa capacidad para decir ‘sí’ y nuestra cobarde capacidad para decir ‘no’”. A la vida hay que ponerle sal, un poco de ficción. Si no, todo puede resultar irrespirable.

http://www.eldiario.es/cultura/libros/J ... 68438.html
Yo me leí el libro hará cerca de un año y me provocó un rebote importante con Cercas, que me parece un gilipollas integral.

La forma de narrar la historia y las dudas y dilemas morales que se le plantean me parecen, a parte de aburridos, una puta mierda que no interesa lo más mínimo (al menos tal y como lo cuenta el autor).

Por otro lado, para decir que quiere contar la verdad del asunto y ser imparcial... es parcial de cojones. Aprovecha cualquier ocasión para meter cera y desacreditar a Marco. Por ejemplo, lo relativo a que Marco era un confidente policial durante la transición, algo fuera de bolos a lo que este hombre concede rigor.

Por último, Cercas se documentó sobre la CNT y sobre Marco pero o bien no se enteró de nada, o bien es imbécil o bien es un manipulador de tomo y lomo. Yo me decanto por la segunda. Todas aquellas partes de la historia de la que yo pueda saber algo, están mal contadas.

En definitiva, una estafa.

Avatar de Usuario
Luis Nuevo
Mensajes: 2309
Registrado: 02 Jul 2005, 05:46

Re: Novela sobre Enriq Marco, impostor del campo de Mathause

Mensaje por Luis Nuevo » 26 Feb 2016, 15:31

“El problema de la memoria histórica es que se convirtió en un negocio”
El único problema de la memoria histórica es que ya no tiene sentido contar el chiste de "Perdone, ¿General Mola?" #Metachiste

Responder