29-M: HUELGA GENERAL
Asistimos al deslizamiento del capitalismo hacia la barbarie. El derrumbe de los mercados financieros ha acabado con la ilusión de prosperidad que proporcionaba la concesión fácil de créditos a empresas e individuos. Y esta descomposición de la sociedad no es el resultado de la intervención de mujeres y hombres deseosos de reemplazarla por algo mejor.
¿Estamos llegando a los límites intrínsecos del desarrollo capitalista? El paro aumenta imparable transformando progresivamente a un grueso mayor de la humanidad en residuos humanos desposeídos de cualquier medio de subsistencia; ser trabajador asalariado se está convirtiendo en un privilegio. Aumentará el número de personas que viven hurgando en los montones de basura, se generalizará el arte de sobrevivir, proliferarán las actividades infractoras de la legislación, y una legión de aterrados consumidores defenderá sus prebendas exigiendo más presencia policial en los barrios, la creación de nuevas cárceles, la implantación de más dispositivos de videovigilancia, el endurecimiento del código penal.
La realidad laboral de nuestra sociedad resulta compleja. Los trabajadores ocupados con contratos regulares (indefinidos y con derechos reconocidos por convenio) se enfrentan a una reforma laboral que degrada sus condiciones de trabajo (flexibilización interna de la empresa que se traduce en el reforzamiento de las autoridades empresariales y en la libre disposición del trabajador por parte del empresario, despido más fácil y más barato, reducción de salarios, pérdida de derechos, etc.). Los trabajadores hoy ya precarios ven agravada su situación: la temporalidad de los contratos se hace ley general, las garantías de seguridad en el trabajo se reducen, el miedo a la revocación del contrato o al despido se incrementa. Los estudiantes verán frustrados sus esfuerzos por adaptarse cómodamente a un mercado laboral cada vez más inaccesible. La reforma laboral ahonda en la injusta distribución de los frutos del sistema mercantil.
La automática necesidad de la economía de desarrollarse ha transformado a las fuerzas productivas en fuerzas predominantemente destructivas. Hemos asistido en los años anteriores al estallido de la crisis a un avance imparable de la lengua de larva urbanizadora: explosión de infraestructuras de transporte, constantes reestructuraciones y remodelaciones internas de la ciudad, desarticulación de los mercados tradicionales y creación de centros comerciales, etc. Hemos sido testigos de una pésima gestión de los recursos económicos.
La huelga hoy no es sólo paralización de las actividades del sector industrial. Es también la interrupción de los flujos de circulación de mercancías organizados por el capital, es detener la ciudad paralizando las infraestructuras y estrangulando el frágil orden que domina la cotidianidad. No asistimos a la huelga para participar en la habitual guerra de cifras del espectáculo mediático. Asistimos para irrumpir en los espacios colectivos y ocuparlos, para interrumpir el normal discurrir movedizo de la ciudad. Secundamos para advertir que las calles no son sólo pasillos que sirven para trasladarse de un espacio privado a otro, para demostrar que las calzadas no son simples pistas por las que se desplazan vehículos y mercancías. Nos implicamos en la huelga para expresar nuestro anhelo de dignidad, para demostrar nuestro rechazo a no ser tratados como cosas desechables de alquiler barato.
¡A la Huelga General!
Desde Beronia
29M: "...irrumpir en los espacios colectivos y ocuparlos..."
- anarquistasrioja
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