Xornadas contra o TAV/AVE en Redondela e Vigo

Galiza-Portugal, País Leonés (Llión, Zamora, Salamanca), Extremadura, Miranda.

Convocatorias Occidente
Responder
Avatar de Usuario
lps
Mensajes: 151
Registrado: 27 Abr 2006, 14:06

Xornadas contra o TAV/AVE en Redondela e Vigo

Mensaje por lps » 20 Oct 2008, 11:15

Imagen
O día 25 de outubro actividades en Redondela:

* Roteiro pola zona afectada polo TAV / AVE.
Quedamos ás 12:20 na Alameda de Redondela, desde Vigo ás 11:20 no Rectorado (para ir a Redondela en bus de liña).

* Xantar popular, lugar por determinar

* Proxección do documental da coordinadora AHT Gelditu sobre o TAV, e videos tomados das zonas afectadas en Redondela. Ás 17:00.

Posteriormente farase unha mesa redonda con xente de AMAL, Verboxido, e afectadas de Redondela.

Inicialmente ía ser na casa da Torre pero xurdiron imprevistos, así que o lugar aínda está por determinar.

O día 26 de outubro en Vigo:

* Palestra Miguel Amorós, "O TAV/AVE e o seu modelo de progreso". Ás 19:00 no C.S. "A Cova dos Ratos".

Organizan: AMAL, OAR, Asociación Caleidoskopio e GAS.
Gasto Militar para o 2010: 23.115,03 millóns de euros. O que fai un 12,47 % dos Orzamentos Xerais do Estado.

Avatar de Usuario
lps
Mensajes: 151
Registrado: 27 Abr 2006, 14:06

Re: Xornadas contra o TAV/AVE en Redondela e Vigo

Mensaje por lps » 21 Oct 2008, 19:05

Proxección e mesa redonda:

Ás 17:00, na Casa da Cultura sita Praza da Constitución, de Redondela.

Organizan: AMAL, OAR, Asociación Caleidoskopio, Plataforma Cidadá contra a Autovía de Redondela e GAS.
Gasto Militar para o 2010: 23.115,03 millóns de euros. O que fai un 12,47 % dos Orzamentos Xerais do Estado.

Avatar de Usuario
lps
Mensajes: 151
Registrado: 27 Abr 2006, 14:06

Re: Xornadas contra o TAV/AVE en Redondela e Vigo

Mensaje por lps » 29 Oct 2008, 18:30

Palestra de Miguel Amorós sobre o TAV na Cova dos Ratos

Resulta ya una obsesión para la clase dominante gallega lo que ella califica de “entrada del siglo XXI al Noroeste”, una Galicia “interconectada de manera central con la Meseta”, a conseguir mediante un caciquismo renovado (y disimulado con apariencias democráticas), el dinero del Estado y la llegada del AVE.

El tren de alta velocidad despierta tanto fervor entre los dirigentes paisanos que los sucesivos retrasos en las obras les han colocado varias veces al borde del ataque de nervios. La patronal gallega, harta de tanto aplazamiento, ha terminado por fabricar un “movimiento social” esperpéntico en pro del tren y el parlamento autonómico ha pedido por unanimidad la llegada del AVE cuanto antes. Bien sea por acudir a esa necesidad consustancial al poder de plasmar su esencia en obras faraónicas, o simplemente por electoralismo, lo cierto es que el clamor institucional y empresarial consiguió que el pasado agosto el presidente del gobierno sobrevolara las obras y prometiese que dicha “infraestructura” --junto con la financiación correspondiente-- gozaría de prioridad absoluta en su segunda legislatura. El TAV cumple en Galicia el mismo papel que en otras autonomías, a saber, el de unificar los intereses de sus oligarquías proporcionándoles una reivindicación concreta que pueda disfrazarse de interés general. Así pues, el TAV, artilugio cuya construcción responde a los intereses de una minoría privilegiada y desarraigada, se transforma en un tema político del cual dependen ni más ni menos el futuro de Galicia y el de sus habitantes. Pues el TAV en los medios de comunicación no aparece como lo que es, es decir, como un capricho carísimo, elitista, destructor e inútil, sino como el apóstol mismo del progreso.

En una sociedad de masas, jerarquizada y globalizada, donde el poder pontifica con total impunidad sin que nadie pueda contradecirle, se llama progreso a los avances de la mundialización, o sea, a la adaptación de los países a los imperativos de la nueva economía y a las necesidades de sus dirigentes. Esta clase de progreso no tiene que ver con ninguna mejora social. Cuando por fin llegue el AVE a Vigo y A Coruña, la sociedad gallega no será ni un ápice más libre, ni menos enferma, más culta o más humana, ni siquiera más rica, puesto que si hay beneficios éstos irán a parar a los bolsillos de quienes explotan el territorio gallego y el trabajo de sus habitantes. El progreso que encarna el TAV es del mismo estilo que el que encarna la especulación inmobiliaria, el maíz transgénico o el chapapote: es el progreso del capitalismo, que se mire por donde se mire, significa la aniquilación de la vida social, la destrucción del territorio y el deterioro físico y mental de sus pobladores. La historia demuestra que lo que es bueno para la dominación económica y política ha sido siempre malo para el común. El TAV es necesario para la casta dominante, pues en una economía impulsada por las finanzas, la hipermovilidad de los dirigentes es una necesidad. La prueba es que el setenta por cien de quienes lo usan son directivos, empresarios, técnicos y políticos. Detrás de su construcción también se esconden múltiples intereses particulares: los fabricantes de trenes y automóviles, las empresas de seguridad, las grandes superficies, las cementeras, las cadenas hoteleras, las constructoras, las promotoras, los bancos, las cajas, etc. Pero además, el TAV es solamente una de las grandes infraestructuras, al mismo nivel que los macropuertos, los aeropuertos y las autovías. La financiación de todas ellas resulta tan onerosa que sobrepasa las posibilidades presupuestarias de las comunidades, y es lo que convierte el problema autonómico en asunto de Estado. Por otra parte, como los centros de poder financiero y político se concentran en la capital estatal, para que Galicia se conecte con el mundo el TAV ha de pasar primero por Madrid. A eso se le ha llamado siempre centralismo. En consecuencia, el abandono de la posición periférica en la economía y la política que es el emblema de la galleguidad bien entendida, la conexión con los centros de decisión reales, no significa otra cosa que el refuerzo de la centralización, puesto que para contactar con Londres o Francfort hay que conectarse primero con “la Meseta”. Para ser internacionales hay que ser primero nacionales. Con eso se da la paradoja de que los progresos en autogobierno que tanto adoran los políticos regionales son deudores de la dependencia más absoluta del Estado y de los centros de poder mundiales. A eso se le ha llamado toda la vida sucursalismo, el padre y la madre de todos los caciquismos. En ese contexto, la especificidad gallega –su historia, cultura, tradición, paisaje—no sirve para fundamentar el derecho histórico de un pueblo a organizar su convivencia de la forma más libre según su idiosincrasia, dígase lo que se quiera; de lo que realmente sirve es de imagen de marca para la comercialización del país, que un lobby regional de diputados, banqueros y empresarios ofrece en venta a los hombres de negocios foráneos. Como anécdota curiosa señalaría el frecuente recurso a la degustación gastronomica en la promoción capitalista de Galicia, metáfora poco sutil del canibalismo de la mercancía. La contemplación de un puñado de dirigentes masticando y engulliendo bastaría para sugerir que la modernización gallega no es más que una fagocitosis.

El TAV es un factor de destrucción territorial de primer orden; sumado a los efectos de las demás infraestructuras, su impacto sobre la sociedad y el medio ambiente es equiparable al de una guerra. Altera los niveles freáticos, provoca corrimientos de tierras, crea montañas de residuos, destroza todo lo que encuentra por delante: valles, sitos arqueológicos, lugares históricos, caminos, veredas, etc. Los efectos nocivos son indiscutibles; en tan sólo los cien kilómetros entre Lubián y Ourense han de excavarse cincuenta y tres túneles y tenderse cuarenta viaductos. El trazado dentro de Galicia tendrá un total de cuatrocientos kilómetros, que supondrán más perforaciones y más puentes. Añádase además los correspondientes soterramientos (un 40% del recorrido), cubiertas, taludes, canteras y terraplenes, y obtendremos la obra de peores secuelas sobre el territorio que haya podido concebirse hasta hoy. Sus impresionantes necesidades energéticas obligarán a construir más centrales térmicas, seguramente previstas en un plan gallego de la energía (junto a las eólicas), aportando su óbolo a la contaminación. Y cuando las obras discurran por sitios habitados, los vecinos habrán de soportar accidentes, ruidos, polvo, lodo, fisuras en las casas, socavones, desvíos de tráfico y malos olores. Comarcas enteras quedarán separadas o peor comunicadas por el efecto barrera y el territorio en general resultará mucho más desestructurado, aunque por el lado de la circulación del capital y del poder quede mucho más “vertebrado”. Lo que llaman vertebración de Galicia es la vertebración de la clase dominante en Galicia, la garantía de su rápida conectividad.

Los únicos gallegos que van día sí día también a Madrid son los ejecutivos y los políticos. El resto sólo viaja en contadas ocasiones; su movilidad laboral no excede habitualmente los cincuenta km y el tiempo, a pesar de la presión del trabajo y el consumo, no resulta tan aúreo como para los dirigentes. De comunicar, el TAV no comunica más que a los ejecutivos y a los políticos en la media distancia, pero, en cambio, aísla mucho más a la población. En las actuales condiciones de explotación, los ricos son los veloces, y los pobles son los lentos, por eso la velocidad es un derecho y la lentitud, casi un delito. La proximidad entre los ricos progresa, a pesar de la distancia, gracias al creciente aíslamiento de los pobres, a pesar de su vecindad. Al absorber todas las inversiones, el TAV descapitaliza el transporte público, y, en el caso concreto de Galicia, al construirse las vías sobre el terreno de las existentes, suprime de golpe la red de cercanías y obliga a recurrir a medios de locomoción privados. Si además, como ha pasado en los demás trayectos nacionales, se eliminan los trenes de largo recorrido para forzar el uso del AVE, al final tendremos una Galicia mucho peor comunicada que hace treinta años, sin cercanías ni trenes regionales, y con un tren hacia Madrid que cuesta el triple de caro. Habrá un sistema de transporte público tercermundista para los sumisos o resignados (a base de autobuses) y un transporte de alto estánding tecnológico para las elites. Según en qué dirección, mil kilómetros pueden ser más fáciles de recorrer que cuarenta. Pero ni aun así “tren de los privilegiados” funcionará medio bien. Para los dirigentes la clave está en la velocidad y las dificultades orográficas la rebajarán a los 220 km/h, por lo que el AVE, heraldo del poder de la tecnología incontrolada, no podrá competir excesivamente con el coche y el avión, quedándose con una menor cuota de mercado. El TAV es en conclusión una obra inútil, despilfarradora y perjudicial para los intereses de la población gallega. Sin embargo, no se le está construyendo por ser útil, barato o beneficioso, sino por todo lo contrario, porque su carencia absoluta de racionalidad y su realidad aberrante sirven para recordar a todos el carácter irracional, autoritario y perverso de la clase dominante, capaz de proceder con la población, si necesidad hubiere, igual que está procediendo con el territorio. El poder extrae la legitimidad y el reconocimiento de la población sometida, de su arbitrariedad sin límites y de su capacidad de avasallar, no de su amabilidad o de su conducta ecuánime.

Galicia, todavía tiene la población bastante dispersa por el territorio, que es la forma más racional de habitarlo (cuenta con la mitad de todos los municipios del Estado). Esa particularidad la convierte en un lugar con alguno de sus antiguos atractivos intacto, pero desde el punto de vista económico eso es un arcaismo a suprimir, un obstáculo que la penetración de la mercancía va a liquidar. En la actualidad ya existen 500 aldeas deshabitadas y en los próximos diez años se extinguirán más de 8000 pequeños lugares poblados. El tramo de la alta velocidad Vigo-Coruña, cuyas obras debutaron en 2001 con la visita del presidente anterior, anunció la escisión en dos de una Galicia sintonizada con los flujos financieros mundiales: por un lado, una región costera metropolitana servida por el TAV y que abarcaría todas las capitales menos Lugo (eso que ganará Lugo); por el otro, un campo cada vez más fragmentado e inaccesible, a usar como reserva de espacio y fondo decorativo. Un campo no menos explotado, donde en lugar de grelos crecerían segundas residencias y donde en vez de recogerse nabos se recolectarían turistas rurales. La conurbación gallega atlántica –la Galicia económicamente correcta, la Galicia moderna, contaminada y terciaria-- será el fruto tanto de la construcción, la logística y el turismo, como de la despoblación efectiva del agro. La emigración, uno de los lugares comunes del galleguismo, cambiará de sentido: en lugar de orientarse hacia los grandes centros industriales de la península, tendrá que hacerlo hacia los empleos basura de la construcción, la hostelería y el comercio regionales. El desequilibrio territorial se verá incrementado por la metropolitanización y Galicia se parecerá cada vez más a cualquier conurbación de “la Meseta”, diferenciada de ella sólo por el márketing identitario. Bajo el capitalismo la identidad no puede existir si no es como franquicia. La vida discurre de la misma manera en los barrios dormitorio de Madrid, Valladolid o A Coruña: motorización generalizada, mercantilización de toda actividad, ordenanzas represivas, videovigilancia, hipotecas, soledad, masificación, depresión, hastío, infelicidad... En un creciente entorno artificial, los individuos se consumen en una miseria tecnológicamente equipada. Tras ese absurdo reposa una sociedad que necesita un TAV en cada área metropolitana. Por eso la protesta contra el TAV no será efectiva si no cuestiona tanto la sociedad de masas que lo construye como el estilo de vida que impone. No puede reducirse a una simple demanda de modificación de recorrido para salvar un valle como el de Cerdedo o una mina como la de Serrabal. Tampoco puede limitarse a la denuncia del impacto ambiental y la exigencia de indemnizaciones a los campesinos afectados, de reparaciones paisajísticas o de medidas de desarrollo local. El rechazo del TAV ha de ser total e innegociable. Todo lo que no sea pararlo, milita a favor del cemento y la segregación. Hay pues que tener muy claro que una sociedad sin TAV es una sociedad desmasificada y desmercantilizada, equilibrada con el entorno, sin políticos ni ejecutivos, sin sus campos de golf ni sus puertos deportivos, sin enormes infraestructuras ni metrópolis. La lucha contra el TAV ocurre en defensa del territorio y de la sociedad civil asentada en él, amenazados ambos por las decisiones unilaterales de los dirigentes y sus sistemas particulares de movilidad; es por tanto una lucha de la comunidad antidesarrollista contra los dirigentes, contra la clase dirigente. Galicia sólo puede ser Galiza fuera del capitalismo.


Miguel Amorós

Vigo, C.S.A Cova Dos Ratos, Xornadas contra o TAV, 26 de octubre de 2008.

Podedes escoitar e descargar a charla (e unha parte da ronda de preguntas) de Miguel Amorós no C.S. "A Cova dos ratos" de Vigo dende:

Escoita e descarga:

http://www.archive.org/details/CharlaMi ... DeProgreso

Só descarga:

http://www.megaupload.com/?d=C0ZDI7TK
Gasto Militar para o 2010: 23.115,03 millóns de euros. O que fai un 12,47 % dos Orzamentos Xerais do Estado.

Avatar de Usuario
Cenetista
Mensajes: 2124
Registrado: 18 Dic 2004, 21:02
Ubicación: Valladolor
Contactar:

Re: Xornadas contra o TAV/AVE en Redondela e Vigo

Mensaje por Cenetista » 31 Oct 2008, 01:04

Me parece muy positivo que además de difundir convocatorias se desarrollen crónicas, difundan las charlas en diferentes formatos, etc... para compartir el conocimiento de lo allí expuesto y que mucha gente no tiene ocasión de asistir. Ojalá sigamos el ejemplo en otros muchos lugares aunque suponga un esfuerzo extra.

salud!
"Queremos personas capaces de destruir, de renovar sin cesar los medios y de renovarse ellas mismas; personas cuya independencia intelectual sea su mayor fuerza, que jamás estén ligados a nada... aspirando a vivir vidas múltiples en una sola vida".

Francisco Ferrer i Guardia

Avatar de Usuario
lps
Mensajes: 151
Registrado: 27 Abr 2006, 14:06

Re: Xornadas contra o TAV/AVE en Redondela e Vigo

Mensaje por lps » 04 Nov 2008, 12:01

Imaxes do Roteiro:

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Gasto Militar para o 2010: 23.115,03 millóns de euros. O que fai un 12,47 % dos Orzamentos Xerais do Estado.

Avatar de Usuario
lps
Mensajes: 151
Registrado: 27 Abr 2006, 14:06

Re: Xornadas contra o TAV/AVE en Redondela e Vigo

Mensaje por lps » 04 Nov 2008, 12:04

Crónica das Xornadas:

Convocadas e organizadas por AMAL, OAR, Plataforma Cidadá contra a autovía de Redondela, AC Caleidoskopio e GAS as xornadas deron comezó o sabado, 25 de outubro, as 12:45 cun roteiro ata as obras do AVE en Redondela.

O roteiro, no que participaron unhas vinte persoas, consistiu en ir por carretera ata a zona de Negros preto do rio das Maceiras onde se puido contemplar unha panoramica xeral da desfeita do AVE: A entrada norte da alta velocidade onde se ten previsto construir os túneis. Para tal agresión ao territorio fai pouco que chegou a derradeira tuneladora que tardaran uns tres meses en por en funcionamento para comezar a desfeita. Logo de ver as tuneladoras achegámonos ao terreo onde se fixeron novas expropiacións ás veciñas, nun principio non previstas, e que non contan cun estudo de impacto ambiental, alí pudimos comprobar como se estan a acumular os cascallos nos campos á beira do río. Sobre as tres do mediodía dimos por rematado o roteiro e fixemos un xantar popular na Casa da Cultura de Redondela.

Ás cinco e media da tarde, aproximadamente, unhas corenta persoas reunímonos nuna sala da Casa da Cultura para proxectar o documental TAV ¿Qué nos ocultan? da coordinadora contra a alta velocidade vasca “AHT Gelditu Elkarlana” tralo cal pasáronse varios videos curtos grabados por un veciño de Redondela sobre as zonas afectadas pola construcción da alta velocidade.

Ao rematar as proxeccións invitouse á xente a continuar as actividades cun coloquio na rúa. Polo que se deixou a casa da cultura e comenzouse cunha posta en común das participantes sobre as súas impresións sobre o documental vasco e a situación eiquí, así como de que cuestións chamaron máis a súa atención: Nivel de información manexada pola poboación con respecto ao que supón a construcción do TAV, consultas populares nos pobos, etc. A posta en común sobre o TAV levou ao debate sobre a crisis enerxética e a cuestionar o modelo “desarrollista” vixente, asi como a un pequeno esbozo de dúbidas, alternativas e resistencias. Por último, falouse de outras ameazas relacionadas co AVE como son a futura aplicación do Plan Vigo Integra ou a creación dunha gran área metropolitana, así como das consecuencias nocivas que traerían para Vigo e Redondela.

O peche das xornadas, o domingo 26, levouse a cabo no Centro Social “A Cova dos Ratos” en Vigo cunha charla de Miguel Amorós sobre “O AVE e o seu modelo de progreso” á que asistiron máis de corenta persoas e deu lugar tamén a un animado debate na rolda de preguntas.


Panfleto repartido durante as xornadas:

A desfeita do AVE

No ano 2007 começa a materializar-se na Galiza umha agressom sem precedentes contra o nosso território: a chegada do Trem de Alta Velocidade. Umha infraestrutura (na verdade, muito mais que isso), que vem promocionada por todos os poderes: meios empresariais, transnacionais do cimento, e grandes partidos políticos, com os seus vozeiros sindicais.

O TAV nom só nom implica umha melhora face o trem convencional, senom que representa directamente a sua desapariçom. O objectivo passa por unir exclusivamente os pontos de interesse para o movimento dos capitais, nom das pessoas, isolando o espaço intermédio. Daí que o serviços de cercanias tendam a se eliminar. O trem, baixo este modelo, deixa de ser o transporte colectivo menos poluinte, e acaba de converter-se, aliás, num artigo de luxo. Com uns preços que os mais de nós nom podemos nem queremos pagar. A maioria do povo é expulsa do que até agora era o meio de transporte mais seguro. Nom podemos esquecer, ademais, que a implantaçom do TAV vai parelha ao processo de privatizaçom da RENFE iniciado no 2004.

O AVE (marca comercial do TAV para toda a geografia estatal) fai parte dumha rede de alta velocidade europeia que pretende ser um dos seus instrumentos de integraçom económica. Porém, nom podemos esquecer que no Estado espanhol a construçom do TAV tem também umha dimensom política, e utiliza-se para reforçar a centralidade do próprio Estado. Em pleno 2008, nom podemos ir de Compostela a Lugo em trem, mas si de Compostela a Madrid.


Ademais disso, preparam um traçado que ignora por completo a geografia da nossa Terra. Rica em hábitats diversos, montanhosa, com populaçom dispersa. Como o traçado do TAV fai impensáveis as curvas e desniveis para a grande velocidade, qualquer obstáculo que se puger por diante vai ser eliminado. Com o TAV, a Galiza estará mais desfeita.

O TAV nom o construem os políticos, nem os banqueiros, nem os jornalistas. Construem-no obreiros em condiçons penosas, em muitas ocasions com quenda de noite, polas pressas das inauguraçons dos que mandam. Por isso mesmo, se dispara o índice de accidentes laborais nas obras do trem.

O TAV nom é só um instrumento ao serviço dos negócios, senom que é um negócio em si mesmo. O negócio da sua própria construçom (a infraestrura pública é o melhor negócio para as construtoras em tempos de crise, e o Estado sempre está disposto a fornecer-lha), mas também o que se genera ao seu redor, já que logo a chegada do TAV implica em todos os lugares umha reordenaçom urbanística.

Umha das ideias-força que justifica a desfeita do TAV é a da necessidade da pressa. Mas pressa...para que e para quem? Pressa para fazer circular as mercadorias do capitalismo transnacional, que é contrário às pequenas redes de intercámbio local. E pressa para os executivos e dirigentes, que precisam andar em circulaçom permanente para consumar os seus negócios. Para eles o TAV vem sendo um tipo de aviom para distáncias curtas, que permite chegar directamente ó centro das cidades.

Umha outra é o culto à tecnologia moderna por ser tecnologia. Mais os objectos tecnológicos têm intençom. Nom devemos fixar-nos na aparência natural dos seus resultados técnicos, como a velocidade, senom nas alteraçons que provocam: como modificam o trabalho ou a nossa vida cotidiana? Como incidem no território, na cidade, no entorno mais inmediato? Como incidem nas nossas ideias, no nosso carácter e na nossa saúde mental? Que ganhamos e que perdemos? Som estas perguntas obrigadas.

O TAV é um projecto de imposiçom total: a imposiçom dum modelo territorial, dum jeito de vida; imposiçom sobre o próprio território, submetendo-o aos seus requerimentos. É a imposiçom duns interesses duns poucos, como sempre (e os de sempre) sobre o resto de nós. E se nos negamos, impom-se pola força.
Gasto Militar para o 2010: 23.115,03 millóns de euros. O que fai un 12,47 % dos Orzamentos Xerais do Estado.

Responder