secundino delgado

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antinazi
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secundino delgado

Mensaje por antinazi » 01 Abr 2009, 01:28

Secundino Delgado Rodríguez (1867-1912) es conocido por ser invocado por distintas formaciones políticas canarias que van desde Coalición Canaria al independentismo. La mitificación de Secundino comenzó durante el período de la transición de la dictadura franquista a la democracia de sus herederos, paralelo al actuar del MPAIAC y su estrategia de propaganda armada. Uno de los miembros del MPAIAC, Manuel Suárez Rosales, fue autor del primer libro con la biografía de Secundino, cuyo título apunta bien las intenciones que, con su publicación, se perseguía: Secundino Delgado. Apuntes para una biografía del padre de la nacionalidad canaria (Cándido Hernández, editor, 1980). Era preciso, en aquellos momentos, dotarse de alguna figura mítica, de algún padre de la patria, a modo de un autóctono Sabino Arana, Blas Infante o Martí… A partir de entonces, Secundino Delgado ha sido utilizado a conveniencia de los fines políticos de quién lo citara, atribuyéndole también cuestiones en las que en modo alguno participó. Sirva como ejemplo la denominación de “bandera secundinista” a la que en 1909 se izó en el Ateneo de La Laguna (la de fondo azul con estrellas blancas dispuestas como las islas en el mapa), mientras Secundino se encontraba fuera de Canarias, o la atribución de fundador del Partido Nacionalista Canario en 1924, cuando hacía ya 12 años que había fallecido…

De Secundino Delgado, aún hoy después de la aparición de nuevas obras, seguimos teniendo de su vida zonas de sombra o penumbra. Miguel Iñiguez lo rescata en su Esbozo de una enciclopedia histórica del anarquismo español (FAL, 2001), dedicándole unas líneas. Los independentistas libertarios (Ver el “Libro Negro”: Canarias: Independencia y Autogestión, Ediciones Guanilas, 2005) lo han señalado como un libertario que tenía en cuenta a las patrias oprimidas, particularmente Cuba y Canarias. Raquel Pérez Brito, historiadora anarcosindicalista canaria, también lo cita como anarquista (entrevista en www.fuerteventuradigital.com: ).

¿Nacionalista? ¿Libertario? ¿Quién fue verdaderamente Secundino Delgado? En la última monografía publicada sobre Secundino (Secundino Delgado en Venezuela. El Guanche inédito, CCPC, 2003), Manuel Hernández nos lo retrata como un inquieto anarquista que interviene, como así lo hacían los comunistas libertarios, en los procesos de emancipación nacional como inicio de una plena liberación social. No es la única ni principal aportación de Hernández, pues lo más significativo es desenterrar de los archivos los últimos números de El Guanche, deliberadamente obviados en una anterior edición, ya agotada, a cargo de Manuel Suárez Rosales (El Guanche. 1ª época. Ecotopía Ediciones, 1981). Si atendemos a las propias palabras de Secundino Delgado en su autobiografía (¡Vacaguaré…! (Vía-Crucis), Cándido Hernández, editor, 1980) las cosas parecen estar claras:

“Antes que nacionalista, soy libertario. Mientras aliente, bregaré por la autonomía de los pueblos y de los individuos cueste lo que cueste. (…) Todo por y para la libertad de los pueblos y de los hombres. Como Bakunin, que al mismo tiempo que predicaba la gran revolución política-económica-social, no abandonaba las regiones conquistadas y sometidas a potencias extrañas”.

Cuando muere, su amigo Luis F. Gómez Wangüemert le dedica un artículo en el que dice:

“Para conocer sus ideas políticas y sociales, basta decir que fue siempre asiduo lector de Ibsen, Tolstoi, Max Nordau, Zolá, Eliseo Reclus, Juan Most, Juan Grave, Bakunin y Kropotkin”. [Las negritas en los autores libertarios son nuestras].

Este impenitente lector de escritores anarquistas tendrá en El Esclavo la primera publicación en la que participa, junto a emigrados cubanos, en Tampa (Florida, USA) y cuyo contenido era netamente obrerista y anarquista, a decir de Federica Montseny (Breve historia del Movimiento Anarquista en Estados Unidos de América del Norte. Cultura Obrera, s.f.) y del historiador canario Manuel de Paz Sánchez (Secundino Delgado y la emancipación cubana. El Pirácrata, 2001). El Esclavo, ante el proceso por la independencia de Cuba, señaló claramente cuál era su posición:

“Destruyamos, pues, al tirano gobierno español, pero no pongamos otro en su lugar que nos va suceder igual; tomemos posesión de toda la riqueza y organicémonos bajo la base de la libertad y de la igualdad y seremos relativamente felices, sin burgueses ni proletarios, sin amos ni esclavos, pues todos seremos libres productores”.

Igual que hicieran otros anarquistas, ya en el interior de Cuba —isla a la que Secundino había emigrado siendo muy joven, huyendo de la miseria en la que el pueblo vivía en Canarias tras finalizar el ciclo económico de la cochinilla y posiblemente también para eludir el servicio militar— se implica en la lucha contra la ocupación española de la isla caribeña, tras regresar de EE.UU. En 1896 fue despedido de una empresa de guaguas, en la que trabajaba como herrero, al descubrir que Secundino tenía un pujavante (una especie de espátula alargada y plana para rebajar el casco de la caballería y poder asentar correctamente la herradura) en el que tenía el lema “Mueran los burgueses, viva la anarquía”. Tras una breve estancia en Canarias junto a su familia (se había casado en Nueva York con una norteamericana, con quien tuvo dos hijos), se estableció posteriormente en Venezuela, lugar en el que había ya una notable colonia de emigrados canarios. Allí, junto a Brito Lorenzo y Guerra Zerpa, funda El Guanche, primera publicación que defiende la independencia de Canarias de España. A diferencia de El Esclavo, El Guanche apuesta por el interclasismo, aunque Secundino Delgado sigue rezumando obrerismo libertario en sus escritos. Así, en su segundo número, bajo el título de “El Ideal”, entre otras cosas se expresa:


“Y tú, pueblo trabajador, que, desde que naciste, gravaron los pícaros en tu frente tu deber, habiéndose guardado en sus faldones el derecho que te corresponde, organízate, forma círculos de artesanos, ponte en relación con los proletarios de todas partes, instrúyete robando algunas horas al descanso y después que sepas cuál es tu derecho y quién te lo robó, rebélate, que ese derecho te corresponde.

Tu emancipación y el mejoramiento de tu Patria no lo esperes de esos sabios de librea que asisten a las Cortes para hacer la venia al amo.

Es el mismo pueblo el que debe moverse, protestar contra las exageradas contribuciones, los abusos del caciquismo, las arbitrariedades de los exóticos gobernantes, etc.

Si las leyes de aquella monarquía nos coaccionan, en Canarias, no debemos respetarlas, ya que entorpecen el progreso y apagan la luz del pensamiento libre, no las respetemos y, si es necesario, seamos hostiles”.

El Guanche no tuvo excesiva trascendencia, dándosele más importancia en los tiempos recientes que en el que fue editado. No obstante, a causa de su publicación, Secundino Delgado sufrió prisión en Venezuela. Ante el peligro de la anexión inglesa de Canarias, El Guanche decide cerrar su publicación. No es un cambio de potencia dominadora lo que se quiere y, ante la coyuntura, prefiere unas Canarias españolas.

Secundino se establece durante 1900 en Canarias, junto a su mujer y sus hijos. Profundizando en su estrategia populista, tomando como trampolín la Asociación Obrera de Canarias, decide formar un partido para presentarlo a las elecciones municipales. A decir de Manuel Hernández (“Secundino Delgado. El padre del nacionalismo canario” en La enciclopedia de canarios ilustres, CCCP, 2005), el Partido Popular fue la concreción de las ideas que Secundino ya había expuesto en El Guanche, con sus propuestas interclasistas, y por la influencia del Congreso sindical venezolano de 1896. El PP sacó un concejal en Santa Cruz de Tenerife, de cuyas actividades curiosamente nunca se ha hablado… Secundino, poco después, funda el periódico ¡Vacagüaré…! desde el que arropa la demanda de autonomía con la que se dirigía el PP, dejando de lado los planteamientos independentistas, mientras continúa haciendo guiños al obrerismo. Aunque se está haciendo esperar una edición facsímil de ¡Vacagüaré…! podemos acceder la mayor parte de sus contenidos por el trabajo de Manuel de Paz (“Nuevos documentos sobre Secundino Delgado”, Revista del Oeste de África, nº 9).

La publicación de ¡Vacagüaré…! se verá interrumpida por el encarcelamiento de Secundino, a causa de la intervención del General Weyler, quién había sido Capitán General en La Habana. Llevado a Madrid, compartirá celda de la Prisión Modelo con el anarquista Pedro Vallina ―amigo del famoso libertario Fermín Salvochea―, que lo recordará en sus memorias dedicándole varias páginas (Memorias de un revolucionario, Solidaridad Obrera, París, 1958). Salvochea se interesa también por Secundino, consiguiendo mejoras en su presidio, llevándole comida y moviéndose para divulgar su situación, buscando su excarcelación. Mientras está preso, Secundino publica varios cuentos en La Revista Blanca, la publicación anarquista que dirigían los padres de Federica Montseny y que, todavía en los tiempos de la II República la misma cabecera los reeditaba. Fue Salvochea el que avisa al canario Nicolás Estévanez, quién había sido capitán del ejército español en Cuba y había renunciado a esta condición en 1871 por la represión a los independentistas cubanos, y, posteriormente, Ministro de la Guerra durante la breve I República Española. Estévanez, un radical republicano federal, se había acercado al anarquismo, colaborando en algunas de sus propuestas, como la de la Escuela Moderna de Ferrer, para la que escribió un libro (Resumen de la Historia de España, Editorial Benchomo, 1999), y posteriormente se verá involucrado en el atentado que Mateo Morral (bibliotecario de la Escuela Moderna barcelonesa) realizó contra el rey Alfonso XIII en el día de su boda. El escándalo que se monta en Madrid, cuando es conocida la prisión de Secundino, obliga a su excarcelación. Será a los anarquistas de La Revista Blanca a los primeros que visite tras su liberación y los que le den dinero para que se las remedie.

Secundino escribirá posteriormente, en 1904, ¡Vacaguaré! (Vía Crucis…) en el que remorará su tiempo de presidio, la ayuda de los anarquistas y a los que reconocerá su lucha:

“He observado que la fe, en ideales, sólo la poseen en España los anarquistas. Los demás obran como comediantes.”

Pocas pistas se tienen de Secundino tras regresar a Canarias después de su salida de prisión. Al parecer, y tras recibir una indemnización por su encarcelamiento, viajó por Cuba, Argentina… Secundino morirá en 1912, tras haber fallecido con anterioridad su mujer y sus hijos, en una vivienda de la calle Progreso de Santa Cruz, curiosamente en la misma calle en la que durante años estuvo el local de la CNT tras la dictadura de Franco. Curiosamente, en la misma calle donde Secundino murió, la CNT renace…

A pesar de que desde distintos ángulos ideológicos se le pretenda reivindicar, Secundino, si a algún lado estuvo vinculado, lo fue al movimiento anarquista como una constante a lo largo de su vida. Tal es así que, incluso En Marcha, el órgano cenetista isleño, seguía reeditando artículos suyos durante la etapa de la II República española y cuando ya hacía más de 20 años que había fallecido. Por la misma época, como hemos señalado antes, también La Revista Blanca volvía a publicar sus cuentos, realizados cuando estaba prisionero en la Modelo de Madrid. Pero no son éstos los únicos detalles que se dan durante una época en que desde la CNT de Canarias ―heredera de una tradición anarcosindicalista autónoma de más de 30 años― surgen voces proclamando la necesidad de la independencia del Archipiélago como necesaria para vivir la revolución y superar la situación colonial. Años más tarde, en plena represión franquista y mientras estaban en la prisión gaditana de Puerto de Santa María, los anarquistas Antonio Rodríguez Bethencourt y el entrañable Antoñé, elaboran su novela Añoranzas Prisioneras ―incomprensiblemente aún inédita― en la que señalan un encuentro con Secundino Delgado. A buen seguro, el viejo barbero Bethencourt, un veterano participante en la prensa libertaria isleña desde principios del siglo, había conocido a Secundino. Según ha señalado el historiador Ricardo García Luis, la descripción física de Secundino es exacta a la de las indagatorias cuando fue hecho prisionero. Pero, más allá de ésta curiosidad, lo que resalta es que cuando se habla de Secundino en Añoranzas Prisioneras se le asimile al anarquismo y que incluso se señale ¡Vacagüaré…! como un periódico anarquista… En la memoria anarquista, Secundino era, sin duda, un compañero.

El incomprensible rechazo de quiénes se consideran guardianes de las esencias del anarquismo a observar la situación colonial del Archipiélago y la necesidad de ofrecer una alternativa libertaria específica, junto a la reivindicación de Secundino Delgado desde el nacionalismo, han hecho que hoy en día no haya llegado a ser considerado ―salvo honrosas excepciones― un compañero libertario, aún con sus contradicciones y estrategias reformistas. Contradicciones y estrategias reformistas a la que no han sido ajenas las propias organizaciones representativas, con experiencias gubernamentales incluidas, y personajes como Pestaña y su Partido Sindicalista, García Oliver (quién fue ministro en el Gobierno de Largo Caballero), que pretendía crear el Partido Obrero del Trabajo, u Horacio M. Prieto, quién optaba por convertir la FAI en el Partido Socialista Libertario en 1938 y, posteriormente, en 1944, quería crear el Partido Libertario (Lorenzo, C.M.: Los anarquistas españoles y el poder, Ruedo Ibérico, 1972). Si Pestaña, García Oliver y Horacio M. Prieto, a pesar de los pesares, forman parte del patrimonio de la lucha libertaria, ¿por qué no va a formar parte de él Secundino Delgado? Secundino Delgado, ¡compañero!

Ω. Chayofa, junio de 2006.


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Re: secundino delgado

Mensaje por antinazi » 01 Abr 2009, 01:30

me parecio muy interesante y lo puse :) .
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