Ida de olla... o ejercicio autocrítico

Fenómenos y reflexiones en torno al Anarquismo y la sociedad: paranoias, humor, surrealismo, sucesos inexplicables... Gustos y aficiones: cine, música, literatura, etc. Textos personales. Mensajes fuera de contexto e insultos y exabruptos contra el Anarquismo.
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Joreg
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Re: Ida de olla... o ejercicio autocrítico

Mensaje por Joreg » 18 Mar 2014, 21:23

siudadano tarsán escribió:Po lo que respecta a ventajas e incovenientes intrínsecos de la condición "biológica" de mujer o de hombre, pues me imagino que sí que tiene que ser un engorro la menstruación, otro engorro el embarazo,... yo no es por solidaridad con las mujeres pero he tenido varios cálculos renales (ahora mismo una piedra de 15 mm en el riñón derecho!) y, si lo tengo bien entendido, sólo el hombre puede padecer un cólico tan doloroso (por razones obvias, la parte final del conducto).
Realmente tengo entendido que lo que más duele son los uréteres, ya que no he tenido un cólico en mi vida, mientras que toda mujer que se precie tiene periodo. No obstante, las mujeres también disfrutan de sus cólicos nefríticos, no padecen prostatitis, pero sí sufren incontinencia, mastitis, mastopatías, cáncer de ovario, cáncer de útero, anemias por sangrado, y un ciclo menstrual que les baña el cerebro de hormonas... No olvidemos la menopausia, sus sofocos, sus cambios en la hidratación de las mucosas...

Pero hombre, si tienen dos especialidades médicas solo para ellas: la ginecología y la obstetricia.

Además, jamás he visto a un hombre quejarse de los inconvenientes que tiene ser hombre.
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siudadano tarsán
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Re: Ida de olla... o ejercicio autocrítico

Mensaje por siudadano tarsán » 18 Mar 2014, 21:35

Joreg escribió:
siudadano tarsán escribió:Po lo que respecta a ventajas e incovenientes intrínsecos de la condición "biológica" de mujer o de hombre, pues me imagino que sí que tiene que ser un engorro la menstruación, otro engorro el embarazo,... yo no es por solidaridad con las mujeres pero he tenido varios cálculos renales (ahora mismo una piedra de 15 mm en el riñón derecho!) y, si lo tengo bien entendido, sólo el hombre puede padecer un cólico tan doloroso (por razones obvias, la parte final del conducto).
Realmente tengo entendido que lo que más duele son los uréteres, ya que no he tenido un cólico en mi vida, mientras que toda mujer que se precie tiene periodo. No obstante, las mujeres también disfrutan de sus cólicos nefríticos, no padecen prostatitis, pero sí sufren incontinencia, mastitis, mastopatías, cáncer de ovario, cáncer de útero, anemias por sangrado, y un ciclo menstrual que les baña el cerebro de hormonas... No olvidemos la menopausia, sus sofocos, sus cambios en la hidratación de las mucosas...

Pero hombre, si tienen dos especialidades médicas solo para ellas: la ginecología y la obstetricia.

Además, jamás he visto a un hombre quejarse de los inconvenientes que tiene ser hombre.
Pero si yo no me quejo, sólo enumero (no he sido ni pretendía ser exhaustivo) "inconvenientes" biológicos que puede haber asociados a un sexo u otro.

Bueno, a veces sí que me he quejado de ser hombre y he "reclamado" el estatuto de cristal de cuarzo (en determinados accesos de nihilismo misántropo o de misantropía nihilista, pero al segundo carajillo, se me pasa).
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Joreg
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Re: Ida de olla... o ejercicio autocrítico

Mensaje por Joreg » 19 Mar 2014, 21:46

siudadano tarsán escribió:Bueno, a veces sí que me he quejado de ser hombre y he "reclamado" el estatuto de cristal de cuarzo (en determinados accesos de nihilismo misántropo o de misantropía nihilista, pero al segundo carajillo, se me pasa).
Enga ya tío... Eso es quejarse como decir, "¡hostias que me he pillado con la cremallera!". Eso es un orgullo. Es percibir que eso está ahí, y que duele.

Cada loco tiene su tema, y yo como no soy un anarquista a tiempo completo, reparto mi tiempo libre en diversas asociaciones bienestaristas, que si los bichos, que si la naturaleza, que si la ampa..., Resulta que soy un bienestarista y a mucha honra. Una de esas asociaciones organiza talleres gratuitos (con voluntarios sin sueldo), para dar apoyo a mujeres que son diagnosticadas de cáncer ginecológico. Mis funciones se reducen a preparar la infraestructura, colocar sillas, tener el papelógrafo, que funcione la pantalla y esas cosas. Pero luego estoy calladico en un rincón viendo la terapia de grupo, todas son mujeres, y es curiosa la cosa.

Hay mujeres que dan gracias al cáncer, por haberlas liberado. Gracias, literalmente. No es ni una ni dos, es un comentario que les escucho con frecuencia. Tener cáncer las llevó a salir de la rueda de la casa y el trabajo. La agenda que tiene en la cabeza una tía, es alucinante: llevar la casa, los niños, el marido, el trabajo, mantener la imagen, todo para adelante, con un fervor religioso... Hay mujeres que cobran la ayuda, limpian por horas, mantienen hijos, nietos, yernos, maridos... Y ¡de repente! se dan cuenta de que tienen muchas papeletas para morir pronto, y que el sistema sanitario les da la orden de parar, basta de trabajar y de cuidar a los demás. Ahora tienen que mirarse a ellas mismas. Y entonces se paran y se encuentran con que tienen aficiones, gustos, ganas de salir, de ir al cine, de relacionarse, de hacer manualidades, de asociarse... Se liberan, gracias a una enfermedad mortal. A mí esas cosas me llaman mucho la atención y me dan de qué pensar.

¿Qué clase de vida lleva una mujer, que encuentra que tiene una vida que vivir gracias a que la muerte llama a la puerta?

Yo pienso, y ya que estamos en ingobernables y en idas de ollas, que la revolución a la que aspiro sería esa: la de detener la rueda del mundo, la de salir de la multitud de obligaciones que nos joden, la de permitirnos tomar aire y respirar, y mirar alrededor, lo que sentimos y lo que somos. Ojalá tuviese la barra que rompiese el engranaje, porque os íbais a llevar una sorpresa.

Tal vez por eso multitud de problemas que salen en la tele referidos a liberaciones nacionales, opresiones populares, religiones de ultratumba, deportes de masas, eventos de no sé qué, ofensas tremebundas y principios intangibles... Me la rempanchiflen, y me parezcan... Insignificancias.
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Re: Ida de olla... o ejercicio autocrítico

Mensaje por Contumacia » 20 Mar 2014, 13:26

Aunque sea off-topic te recomiendo ingerir zumo de manzana a tutiplén, el ácido málico que contiene ayuda a disolver algunos cálculos...

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siudadano tarsán
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Re: Ida de olla... o ejercicio autocrítico

Mensaje por siudadano tarsán » 20 Mar 2014, 13:33

Contumacia escribió:Aunque sea off-topic te recomiendo ingerir zumo de manzana a tutiplén, el ácido málico que contiene ayuda a disolver algunos cálculos...
Pues muchas gracias, amigo (y no creo que en "ingobernables" se deba uno disculpar por un off topic) :)

Ostras, Jorge, cómo me ha emocionado la lectura de tu último post, sinceramente. Qué privilegio ver en primera fila esas manifestaciones de gratitud con la vida y, además, estar dotado de sensibilidad para apreciarlo. Y, sí, efectivamente, pararse y contemplar y ejercer de simple notario de las sensaciones... quizá sea la quintaesencia de, realmente, cuando "somos" y no meramente "estamos".
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Re: Ida de olla... o ejercicio autocrítico

Mensaje por bo » 20 Mar 2014, 13:36

Contumacia escribió:Aunque sea off-topic te recomiendo ingerir zumo de manzana a tutiplén, el ácido málico que contiene ayuda a disolver algunos cálculos...
A mí viejo le ha dado por hacerse limpieza hepatica cada cierto tiempo y se tira la semana anterior tomando zumo de manzana ecológico cómo preparación para eso.
Dice que ya no le duele nada. :lol:
Hay muchos problemas y pocas soluciones.
Muchas críticas, lo sé, y pocas son constructivas.
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Re: Ida de olla... o ejercicio autocrítico

Mensaje por Contumacia » 20 Mar 2014, 13:39

Pues sí que lo descubrimos leyendo a Moritz, y ya que yo no tengo piedras ni piedros estuve experimentando con un colega, al que le vino fenomenal y le permitió romper los piedrones, y luego un médico de pueblo (como cualquiera sabrá, los mejores en soluciones prácticas) refrendó nuestra práctica. Eso y, por supuesto, abstenerse de todo tipo de alcohol y tener cuidado con el chocolate si los cálculos son de oxalato.

Y contestando a Jorge, por mi abuela y otros tantos ejemplos que conozco me he ido dando cuenta de cuantas mujeres cambian radicalmente y son más felices cuando se muere su marido y se acaba una vida de cuidados. De repente pueden dedicarse a trasnochar viendo películas de misterio si les apetece, leen lo que no pudieron "en vida", salen, se asocian, empiezan a tener amigas por primera vez en treinta años... Quizá por eso normalmente en las estadísticas se vea que las viudas, que suelen ser más, llevan bastante mejor que sus homólogos esas situaciones de viudedad.

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