Re: ¿Cual es la última pelicula que habeis visto?
Publicado: 07 Ene 2019, 00:00
En el cómic apocalíptico Crossed + 100 de Alan Moore, los personajes vivían después del derrumbe de la civilización que sufrimos. Aquella civilización se había perdido de su memoria, pero conservaban un lenguaje de entonces reciclado para las nuevas circunstancias. Así, para sus asambleas, que eran armónicas y auténticas balsas de aceite, usaban la palabra que habían heredado de sus antepasados: "bronca".
En la última película apocalíptica de José Luis Cuerda, Tiempo después (2018), la civilización parece haber retrocedido se sigue manteniendo, pero bajo una forma deformada y no del todo lógica. En eso consiste en parte la posible gracia del estilo esperpéntico del autor de Amanece que no es poco; romper con lo razonable o verosimil, y aún así resultar familiar. El caso es que los personajes aquí no reciclan el idioma, sino que hablan rompiendo el decoro poético: todos hablan con un lenguaje culto y refinado, lleno de citas literarias y tecnicismo filosófico, aunque no sea lo esperable de su posición social ni del contexto. El "Alcalde, todos somos contingentes, sólo tú eres necesario" llevado a la máxima expresión.
El por qué los personajes hablan así no se explica en la película, pero tiene una curiosa función dentro del código con que se dirige al espectador: la película va de popular y campechana, con música de circo casi omnipresente durante sus primeras secuencias, pero busca el efecto humorístico de hacer hablar a gente del pueblo en registro culto - un registro que, si no es de gente del pueblo, será de la burguesía culta. Y cómo sólo esta puede pillar la gracia, acaba siendo la destinataria de la película o la parte de audiencia con la que se solidariza. Queda aquí la pregunta sobre la función de una película populacheramente pesimista hacia los movimientos revolucionarios -pues ese es el tema de la película- no dirigida a los agentes necesarios de esos movimientos. Desde luego la música es lo que menos me ha gustado de esta película, especialmente una canción final de Sabina que parece orientar hacia la interpretación reaccionaria de lo que hemos visto.
Dicho todo esto, digo que lo señalo más como un defecto de realización que como una crítica a las intenciones de Cuerda. No parece de esperar que una película en la que se da una baño de masas toda la plantilla de Movistar + vayan a salir mensajes inspiradores para los explotadísitimos instaladores de la fibra; pero aunque no me parece adecuado el lenguaje de la película, tiene bastantes buenos golpes que hacen pensar. Aunque la mayor parte del tiempo haya más chascarrillo que análisis -por ejemplo, en los personajes jóvenes, tratados con un desprecio injusto- no faltan imágenes veraces a fuerza de absurdas -como el cura pistolero- y, como he dicho, alguna reflexión interesante para la gente que está en el ajo de la movilización popular. Tal vez es un problema mío de que también me hago viejo, pero le pillo los chistes a Cuerda. Y no sólo porque todo el conflicto de la película tenga que ver con entrar en un edificio, como si no hubiera más cosas en el mundo que ese edificio.
Eso sí, puestos a tratar de los problemas de la revolución tras el apocalipsis, me quedo con Moore.
En la última película apocalíptica de José Luis Cuerda, Tiempo después (2018), la civilización parece haber retrocedido se sigue manteniendo, pero bajo una forma deformada y no del todo lógica. En eso consiste en parte la posible gracia del estilo esperpéntico del autor de Amanece que no es poco; romper con lo razonable o verosimil, y aún así resultar familiar. El caso es que los personajes aquí no reciclan el idioma, sino que hablan rompiendo el decoro poético: todos hablan con un lenguaje culto y refinado, lleno de citas literarias y tecnicismo filosófico, aunque no sea lo esperable de su posición social ni del contexto. El "Alcalde, todos somos contingentes, sólo tú eres necesario" llevado a la máxima expresión.
El por qué los personajes hablan así no se explica en la película, pero tiene una curiosa función dentro del código con que se dirige al espectador: la película va de popular y campechana, con música de circo casi omnipresente durante sus primeras secuencias, pero busca el efecto humorístico de hacer hablar a gente del pueblo en registro culto - un registro que, si no es de gente del pueblo, será de la burguesía culta. Y cómo sólo esta puede pillar la gracia, acaba siendo la destinataria de la película o la parte de audiencia con la que se solidariza. Queda aquí la pregunta sobre la función de una película populacheramente pesimista hacia los movimientos revolucionarios -pues ese es el tema de la película- no dirigida a los agentes necesarios de esos movimientos. Desde luego la música es lo que menos me ha gustado de esta película, especialmente una canción final de Sabina que parece orientar hacia la interpretación reaccionaria de lo que hemos visto.
Dicho todo esto, digo que lo señalo más como un defecto de realización que como una crítica a las intenciones de Cuerda. No parece de esperar que una película en la que se da una baño de masas toda la plantilla de Movistar + vayan a salir mensajes inspiradores para los explotadísitimos instaladores de la fibra; pero aunque no me parece adecuado el lenguaje de la película, tiene bastantes buenos golpes que hacen pensar. Aunque la mayor parte del tiempo haya más chascarrillo que análisis -por ejemplo, en los personajes jóvenes, tratados con un desprecio injusto- no faltan imágenes veraces a fuerza de absurdas -como el cura pistolero- y, como he dicho, alguna reflexión interesante para la gente que está en el ajo de la movilización popular. Tal vez es un problema mío de que también me hago viejo, pero le pillo los chistes a Cuerda. Y no sólo porque todo el conflicto de la película tenga que ver con entrar en un edificio, como si no hubiera más cosas en el mundo que ese edificio.
Eso sí, puestos a tratar de los problemas de la revolución tras el apocalipsis, me quedo con Moore.