Del 8M a Amazon: CNT y CGT resucitan a costa de los dinosaur

[adonis]

Acabo de leer este articulo:

https://www.elconfidencial.com/espana/2 ... o_1540327/

Opiniones a los que estais por alli y vivis mas de cerca el dia a dia de estos sindicatos, yo llevo tiempo fuera del pais y por lo tanto no tenga informacion de primera mano.

Perdon por la falta de tildes y demas, escribo desde teclado ingles.

Saludos!

[Aitor Mena]

[Sindicalismo] De resurrecciones y dinosaurios

Hoy hemos tenido una "alegría en la casa del pobre" en forma de artículo: https://www.elconfidencial.com/espana/2 ... o_1540327/

Un artículo que nos hace algo de justicia, poniendo sobre la mesa el crecimiento del sindicalismo rojinegro y dando espacio a sus aciertos. Siempre es de agradecer un trato usto. Pero la lectura del artículo deja algunos claroscuros que no está demás comentar.

Con toda mi distancia hacía CCOO y UGT, no me gustaría que se subestimara la realidad de estos entes.

Para empezar su músculo social. Estamos hablando de organizaciones con millones de personas afiliadas y varios miles de militantes. Algunos liberados, otros no. La proporción será escandalosa, porque efectivamente el modelo de estas organizaciones desincentiva la participación, pero aun así, la capacidad de mover a miles de personas no la tiene otra organización estructurada hoy en nuestro país. Otra cosa es para qué se movilicen. Ya lo hemos visto, por ejemplo, el 8 de marzo: han sacado toda su capacidad para desactivar la huelga de 24 horas en los centros de trabajo y en los medios, poniéndose como la única voz autonombrada de la clase trabajadora, mientras la ignoran. No les ha ido mal, todo sea dicho.

Para seguir, la estrategia de CCOO y UGT no es una casualidad ni una simple defensa de “privilegios sindicales”. La capacidad de negociación de estos entes les viene por su presencia en sectores claves de la administración y algunas empresas, lo que les brinda los contactos claves para forzar las negociaciones que su músculo movilizador no puede o no quiere conseguir. Esto tiende a convertirse en un sindicalismo de “élite” que sólo tiene presencia en las mesas de negociación y no en los puestos de trabajo. Al final, estos entes se han convertido en dos administraciones del trabajo, que gestionan la firma de convenios y acuerdos con gobierno y patronales en función de la coyuntura de la misma forma en que las administraciones públicas ejecutan las políticas del estado. Al final, la negociación colectiva se desvincula de la base trabajadora y se convierte en un debate técnico, legislativo. Ante esto, hay corrientes importantes dentro de CCOO y UGT que expresan su incomodidad con esta tendencia, proponiendo mayor implicación de la afiliación y mayor movilización, pero se ven impotentes ante la dinámica que tienen. Esta situación también potencia la implantación de sindicatos corporativos de toda clase o de la consolidación de sindicatos reaccionarios tipo CSIF, cuyo fin es explícitamente ese: eliminar los conflictos laborales con una institucionalización total de los mismos.

La crisis del sindicalismo que señala el artículo se achaca al “cambio en el modelo productivo”. Esto es una verdad a medias, sobretodo cuando vemos que el nuevo modelo productivo viene con los mismos problemas laborales. En la última década han desaparecido empleos, sobre todo de los segmentos que mayores tasas de afiliación presentaban. Cuando se estudia la masa obrera de las Españas, estas han ido disminuyendo en términos absolutos. Los descensos del paro de 2015 y 2016 se basaron en una constante disminución de la población activa. Ya en 2017 empieza la creación de empleo neto del “nuevo modelo productivo”. Por tanto, esas 600.000 bajas habría que estudiarlas con más mimo, para no deducir que son afiliaciones que han caído en otras opciones sindicales -que ojalá, pero no-. Lo más probable es que el 90% de esas bajas sea gente que se haya ido a sus casas.

Mientras esto pasaba, CCOO y UGT han mantenido sus posiciones tanto en las empresas como en la calle, capitalizando los conflictos laborales y sociales más significativos de la última década y asfixiando cualquier alternativa por todas las vías posibles. Los ejemplos de esto son innumerables. Prácticamente todos los conflictos en grandes empresas de los últimos años han estado dirigidos por estos entes de manera más o menos vergonzante: Panrico, Cocacola, Renault, Opel, Kellys… Los contra-ejemplos son escasos: las marchas de la dignidad de 2014, la huelga general feminista de 2018, el conflicto de la estiba y poco más. Hay que admitir que la capacidad en el mundo laboral de estos entes sigue siendo central y su principal alternativa es la desmovilización. Esa desmovilización es sin duda el mayor reto de todo el espectro sindical. La desmovilización no es sólo por el descrédito del sindicalismo por la corrupción y la inoperancia de CCOO y UGT, también las estrategias electorales de las fuerzas políticas de izquierdas han hecho un daño terrible al sindicalismo. Los constantes mensajes por parte de PSOE, Podemos o IU han sido devastadores, atribuyéndose toda capacidad de cambio y vaciando de importancia al conflicto sindical para la mejora de las condiciones de vida. Por ejemplo, el alejamiento intencionado de Podemos y su séquito de las identidades “obreristas” en 2014-2016, para intentar construir una identidad de España-nueva, han devastado todo atractivo entre su audiencia de acercarse al conflicto sindical, alimentando el descrédito al sindicalismo.

Pero además de la desmovilización hay otras alternativas. En algunos países ibéricos hay alternativas sindicales asentadas desde hace décadas. En concreto, en Galicia y País Vasco hay centrales sindicales que han desbordado el control de CCOO y UGT. Especialmente en el caso vasco están mostrando un dinamismo y una capacidad de confrontación y mejora de condiciones única en la península y casi en toda Europa, utilizando la caja de resistencia como herramienta para la mejora de las condiciones laborales y no como un instrumento defensivo. El ejemplo más explícito de esta estrategia se ha dado en el larguísimo conflicto de las residencias de Bizkaia, que sólo ha sido posible por el respaldo de ELA. No es tampoco de extrañar que en los años duros de la crisis, los países europeos que más huelgas generales organizaron fueron Grecia y el país vasco.

Sobre las alternativas rojinegras, que son el objeto del artículo que motiva estas líneas, la situación no es tan halagüeña. Si bien ha habido un crecimiento numérico en la última década, este sigue siendo ridículo para lo que debe ser el movimiento sindical según los planteamientos que tienen tanto CNT como CGT. Y en este punto, el problema no es CCOO y UGT. La tasa de afiliación en el conjunto de la población asalariada de las Españas es cercana al 15%, lo que significa que hay millones de trabajadores de toda condición sin afiliación sindical. Esto no sólo se explica por el tipo de empresa y la teoría del “nuevo modelo productivo”. Hay 15 millones de trabajadoras, de las cuales casi 3 millones son autónomos y 4 millones de personas trabajan en empresas grandes, con plantillas de más de 250 personas. La afiliación sindical total se estima que ronde los 2,5 millones de trabajadores. Ni siquiera entre las empresas grandes hay una afiliación sindical masiva a la luz de los datos, salvo excepciones como son las grandes industrias y algunas administraciones públicas. Hay una inmensa mayoría de la clase trabajadora que no está en ninguna organización sindical, ni simpatiza con ellas. Penetrar en esa inmensidad es el reto, resignificando la afiliación y poniendo las herramientas para acoger a esa inmensidad. Vencer a la desmovilización tiene que ser el objetivo, más allá de vencer a quienes desmovilizan.

Gaspar (CNT-Valladolid)

http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/39748

Cuando tenga un rato me gustaría comentar ambos articulos. Me parecen de interés sin duda

[adonis]

Muchas gracias compa, yo la verdad que no tengo ningun dato de primera mano, y por lo tanto poco que aportar, pero espero ansioso comentarios vuestros!

[_nobody_]

Gaspar lo clava. La gente que abandona los sindicatos lo suele hacer porque pierde el trabajo. Una minoría lo hace porque discrepa con la línea del sindicato. Esa minoría es la que se podría meter en CGT o CNT, pero no deja de ser una minoría. Hay otro artículo que analiza el target del sindicalismo

http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/39751

entendido como aquella gente que potencialmente se te puede afiliar. O sea, tienes 22,6 millones de población activa. Le quitas 4 millones de parados que no se te afiliarán porque no pueden pagar cuota, le quitas 3 millones de autónomos, le quitas la élite laboral de salarios altos que cifra en 5 millones más. Quedan 10 millones. De estos hay 2 en CCOO y UGT. Por tanto quedan 8. Ya no son 22... y además estos 8 sufren de gran precariedad. La gente no suele aguantar con un trabajo el suficiente tiempo como para pensar en sindicarse.

[salvoechea]

Gaspar lo clava. La gente que abandona los sindicatos lo suele hacer porque pierde el trabajo. Una minoría lo hace porque discrepa con la línea del sindicato. Esa minoría es la que se podría meter en CGT o CNT, pero no deja de ser una minoría. Hay otro artículo que analiza el target del sindicalismo

http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/39751

entendido como aquella gente que potencialmente se te puede afiliar. O sea, tienes 22,6 millones de población activa. Le quitas 4 millones de parados que no se te afiliarán porque no pueden pagar cuota, le quitas 3 millones de autónomos, le quitas la élite laboral de salarios altos que cifra en 5 millones más. Quedan 10 millones. De estos hay 2 en CCOO y UGT. Por tanto quedan 8. Ya no son 22... y además estos 8 sufren de gran precariedad. La gente no suele aguantar con un trabajo el suficiente tiempo como para pensar en sindicarse.

Súmale que el 45 por ciento de las empresas tienen de 1 a 50 trabajadores, terreno donde a veces el sindicalismo se convierte en algo muy complicado

[Suso]

A un niño pequeño no le puedes poner a pelear con un adulto a las primeras de cambio. Pero si ves que ya no se hace caquita y pis en los pantalones, y que te suelta de vez en cuando alguna patada en la tibia, es señal de que apunta maneras el nene.

Si encima ves que cuando papá habla de él en el parque, y lo pone por las nubes y se pone contento de lo mucho que le recuerda a él en su juventud, pues que voy a decir. Con una buena política publicitaria y argumentos sólidos se pueden hacer muchas cosas.

para mí que cuando crezca, va a dar que hablar.

[bo]

Y otro del confidencial :
https://www.elconfidencial.com/amp/espa ... os_1543034