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Mikhail Shlyapnikov, un agricultor de la aislada aldea rusa de Kolionovo, creyó haber encontrado una forma de hacer posibles las transacciones económicas en una localidad carente de dinero: comenzó a imprimir kolions, unos billetes que usarían sus vecinos en lugar de efectivo.
Un kolion equivale 10 kilogramos de patatas. En un pueblo donde los residentes sólo consiguen efectivo pocas veces al año -durante la cosecha y la siembra- los kolions harían el intercambio de productos más fácil. Los trabajadores podrían arar una parcela por unos kolions y luego canjearlos por verduras, frutas o pescado.
Pero en su intento de establecer una comunidad autosuficiente con su propio sistema de transacciones sin efectivo, Shlyapnikov atrajo la atención del gobierno.
El miércoles,Shlyapnikov comparecerá ante la corte bajo la acusación de crear su propia moneda. El fiscal sostiene que mediante la impresión de su propio dinero, Shlyapnikov pretendía subvertir la seguridad económica del estado ruso.
Shlyapnikov, un antiguo hombre de negocios de Moscú que comenzó con la agricultura hace unos 10 años, niega que los kolions se pueden llamar "dinero", describiéndolos en cambio, como recibos de préstamo. Él dice que los funcionarios del gobierno local símplemente tienen envidea por la atención mediática que ha atraído y buscan venganza.
"Nuestra fiscal local se acaba buscando la forma de promocionarse, no puedo encontrar ninguna otra explicación de sus actos", dijo Shlyapnikov a The Moscow Times en una entrevista telefónica desde Kolionovo, que se encuentra a unos 100 kilómetros al sureste de Moscú.
El inquieto agricultor, que cambió su vida como un hombre de negocios hecho a sí mismo por la de un agricultor en Kolionovo después de romperse la espalda en un accidente de coche y de una lucha posterior contra el cáncer, dijo que no cree que los fiscales locales lo manden a prisión.
"En Moscú, los funcionarios pueden ponen serios, pero aquí dan mucho más miedo", declaró Shlyapnikov.
Un representante del fiscal de la región de Moscú dijo que su agencia no puede hacer comentarios hasta que la corte emita su fallo.
"No podemos comentar las acciones de este fiscal, porque el juicio aún está en curso. Nuestros comentarios podrían ser vistos como un intento de presionar al tribunal", declaró a The Moscow Times Marina Kaurova, una asistente de alto nivel al fiscal de la región de Moscú.
Independientemente del resultado, el caso kolions ya ha sido noticia nacional, con funcionarios del Banco Central del país llamando a Shlyapnikov para averiguar lo que estaba haciendo. Además, los kolions se han convertido en un elemento codiciado por los coleccionistas, según Shlyapnikov.
Este no es el primer encontronazo de Shlyapnikov con la ley. Los funcionarios trataron previamente de enjuiciar el agricultor -un devoto seguidor del anarquista revolucionario ruso Mikhail Bakunin- anteriormente en 2010, cuando en un intento de resistir los planes del gobierno para cerrar un hospital en el pueblo, se le acusó de cambiar por la fuerza el orden constitucional de Rusia.
Con sólo un puñado de personas que viven de forma permanente en el pueblo, el hospital local era un salvavidas para los ancianos solitarios de allí. Shlyapnikov reunió a los otros habitantes del pueblo en una asamblea en la que votaron a favor de destituir al jefe del concejo de la aldea.
El caso contra él se vino abajo, según Shlyapnikov, y el hospital está ahora desierto y en ruinas. Shlyapnikov ahora realiza sus propias denuncias contra los burócratas, insistiendo en que cualquier funcionario del gobierno que quiera visitar sus propiedades muestre numerosos documentos oficiales, incluyendo los resultados de una prueba fluorográfica de la tuberculosis.
"Somos una comunidad autosuficiente, tenemos nuestro propio autogobierno y realizamos funciones estatales", declaró Shlyapnikov.
Declaró "Lo más importante que estamos tratando de hacer es desarrollar nuestro propio modelo de supervivencia aquí".