Para hacer ésto, parece importante continuar afilando las distinciones entre nosotros y el movimiento patriota. Esto no significa debatir con ellos o dando demasiada atención con sus causas. Significa aliarnos con las personas de color y otras comunidades de color, así como con indígenas y otros desamparados luchando por la liberación colectiva, incluyendo blancos rurales oponentes y potenciales oponentes a la actividad de la milicia.
Aunque el toque "anti-autoritario" es fuerte entre las milicias; y las rebeldes y malogradas jerarquías son conducidas extrañamente por personalidades y no militares, el poder de la milicia se ve reforzado por la represión institucional que los respalda. En particular, se ven reforzados por la supremacía blanca del gobierno que destruiría sin piedad una disidencia similar de comunidades de color. También viene por los medios, que les ofrecen control sobre el flujo de imágenes, dándoles atención plena y tratamiento preferente para cubrir sus agujeros e hipocresía, en lugar de enfocarse con igual atención en otros problemas clave (como el horrible escape de gas en California). Luchando contra la represión institucional, también seremos capaces de crear espacios para la honesta represión y cómo confrontarla.
La distorsión de la narrativa del movimiento patriota hacia los "derechos civiles blancos" y la anti-opresión dirigida hacia la "abolición" de la BLM también es algo contra lo que debemos luchar; incluso mientras continuamos proponiendo la clase de respuesta que el pensador anrquista Shawn Wilbur ha estado escribiendo, como son aproximaciones alternativas a la gestión de la tierra. En mi reciente antología, "Grabbing Back: Essays Against the Global Land Grab", observé el creciente conflicto de extremos tras el crash del mercdao inmobiliario, y recopilé unos cuantos ensayos escritos por lideres de opinion y orgnizaciones como Keisha-Khan Perry, Noam Chomsky, y Vandana Shiva contemplando distintas aproximaciones a la apropiación de tierra, terrenos federales y "soluciones basadasa en el mercdo". Esos colaboradores llaman a la solidaridad, y acabar con la politica extractiva y explottiv, y lo que Javier Sethness.Castro llama "autogestión ecologica". Tiene que haber una "abolición", pero ésta abolición debe extenders a la abolición de las prisiones, deportaciones y capitalismo, en favor de no solo redistribución de la tierra por una autoridad central, sino autogestión aautonoma, produciendo para los demás con el espíritu del apoyo mutuo.
La milicia usa el término "abolición" intencionadamente como si estuviese conectado la abolición de la esclavitud; encaja en el vocabulario de pseudo antiopresión y anti-autoritarismo. Sin embrgo, el error aquí es importante, en cuanto trata de ignorar las igualdades injustas en el tratamiento que da a la gente blanca sobre la gente no blanca, pese a clamar universalmente por los derechos civiles. La narrativa de "derechos blancos" y "racismo inverso" son solo una versión maquillada del "white power" que prefieren los medios. Es importante mostrar fuerte oposición a este tipo de discurso para proporcionar un replanteamiento adecuado de las discusiones que tiene la sociedad.
Un trabajo muy serio en el suelo está sucediendo torno al Provecto de Organización Rural, que organiza en contra de las milicias, mapeándolas estratégicamente, y organizándose con las comunidades locales, tenemos que tomar estos factores en cuenta. Las 1,001 opiniones en Internet son importantes, pero el hecho queda: las opiniones sobre el terreno cuentan las que más, y la base local de las milicias no existe en Burns, y su disidencia está expresándose en parte gracias a grupos como ROP. Las milicias requieren asistencia externa para mantener este tipo de ocupaciones, lo que significa que son todavía situaciones de "paracaidismo" que recaen en los moteros que traen todo tipo de problemas a su grupo, como peleas a puñetazos, borracheras y mentiras. La responsabilidad hacia la comunidad local parece importante para las milicias en la superficie, pero la cuestión es ganar atención y hcer lo que la izquierda llama "consciencia creciente" con el objetivo de dispersar el movimiento. Su esperanza es que eventualmente, un vez ocupan un sitio, otros empezarán a ocupar áreas en sus regiones. En realidad, están desempoderando a la comunidad local.
En muchos de estos problemas, la izquierda puede reconocer algunos de sus propias realidades vergonzantes, y aprender de sus errores en lugar de ridiculizar mientras se repiten los mismos errores. Sin una base de apoyo por parte de la comunidad; y porque están apoyados por la represión institucional, esta esperanza de que se extiendan sus acciones invoca cierto tipo de fe en un despertar espiritual. Rizheimer nos contó que mucha gente en Burns no se les une porque tienen miedo. Aunque el hecho de que ni la comunidad o las autoridades locales les apoya, tienen un complejo psicológico de éxito, han logrado un hito en una historia más larga que enlaz no solo a la mina de Sugar Pine y el rancho Bundy, sino al movimiento anti-inmigración en Arizona, y otras intervenciones extremistas en la vida política. La historia se remonta a Ruby Ridge, Waco, e incluso a la rebelion de Sagebrush de 1979. Es, en el fondo un movimiento intergeneracional con una especie de "mentalidad activista".
Cuando dejabamos el recinto, vimos en los bordes a dos jóvenes sentados alrededor de un fuego. Uno parecia como un motero rural y la otra, una mujer con el pelo teñido de azul. ¿Eran periodistas, o eran raros Cascadianos (ndT: movimiento secesionista de USA:
https://es.wikipedia.org/wiki/Cascadia) bioregionalistas, inseguros de apoyar o no una insurrección
contra el gobierno federal bajo cualquier precepto? En cualquier caso, el efecto simbólico parece cierto, porque hemos visto muchos camaradas apoyar públicamente a los granjeros y vigilantes.
Necesitamos que los cascadianos, moderados y anti-estatistas de cada variedad a salir abiertamente contra la ocupación del Malheur Wildlife Refuge y otras ocupaciones motivadas por historietas coloniales embarradas en racismo y los intereses del capital. También necesitamos ser respetuosos y responsablemente introspectivos con los pequeños detalles en el día a día con los que perpetuamos lo que Joel Olson llama la "democracia blanca". Los racistas, islamófobos y lunáticos envueltos están claramente manipulando la retórica en favor de los grandes negocios y los intereses privados. Su esperanza (quitar el gobierno para enriquecer el estado corporativo más allá todavía a través de la sacralización del movimiento patriota y su posible martirio) es enemiga de todo aquello en lo que creemos.
Mientras que empatizamos con mucha gente en Burns que desconfiaba del FBI, la policía y el gobierno federal, también estábamos de acuerdo con sus crecientes niveles de antipatía hacia los Bundys por traer a esas fuerzas a merodear por su comunidad. Creemos que la extrema derecha no es la responsabilidad última que el gobierno deba tratar. Los antifascistas deben organizarse para parar la extensión de la extrema derecha en las comunidades locales, porque ningún otro lo hará.