PernilJones escribió:Son las dos tendencias del anarquismo que han existido siempre des del siglo XIX y que en realidad poco tienen que ver la una con la otra: La del movimiento obrero y la del nihilismo e ilegalismo.Lebion escribió:Creo que llego a ver dos lineas divergentes y voy a trazarlas así:
1º la anarcosindicalista: durante el año hace un trabajo de construcción de secciones sindicales en las empresas, luchas laborales, quizás huelgas, protestas, de apoyo a causas sociales. LLega el 1º mayo en el sXXI y tratan de hacer que sirva para dos cosas: una por cuestión de clase y por tanto busqueda de una manifestación unitaria junto al sindicalismo de izquierdas y que es oposición a CCOO-UGT, dos simbolizar la construcción y adhesión de una mayoría social trabajadora que apoya tu manifestación.
Si lo consigues sirve para constituirte en referencia para la gente que quiere moverse en temas laborales para el resto del año, sirve para romper el esquema de algo marginal con respecto a los de la concertación y sirve para que hasta tus parientes asuman un ¿porqué no voy a ir con ellos? eso implica a su vez que empezarán a asumir con más facilidad nuestros sloganes o ideas con respecto al mundo del trabajo (y una no es abajo el trabajo, si no reparto de la riqueza y toma de los medios de producción)
2º la nihilista: es aquella que lleva todo el año haciendo travesuras para causas pasajeras, en todas las manis se suman para ser un polo de destrucción a establecimientos de multinacionales y bancos. LLega el 1º de mayo y la única estrategia que tienen es que cada año sean más para poder destrozar cada vez más locales y establecimientos. A esto le dan un sentido revolucionario. En la práctica sólo atraen a los ya convencidos y dispuestos a un poco de adrenalina.
Eso no es del todo cierto... Ilegalistas eran Durruti, Ascaso y cía., ¿no eran del movimiento obrero? Ilegalistas han sido Quico Sabaté, Facerías o Lucio. Ilegalista fue Durán o es hoy la FAGC expropiando casas.
Por otro parte obreristas consagrados como Horacio Prieto, muy opuestos a la tendencia insurreccionalista, profundizarón en un posibilismo que ayudaría a desarmar a la clase obrera de cara a las instituciones. Y a su vez muchos ex ilegalistas entrarían en el ajo.
Un individualista e ilegalista como Palo Schicchi se oponía a cualquier modelo de organización. Sin embargo, fue uno de los que organizó a los partisanos antifascistas en Italia y antes de eso impulsó unas de las mayores ocupaciones de tierras incultivas en una isla controlada por la Iglesia y la mafia.
Los frentismos artificiales deben desaparecer y erramos si los potenciamos como respuesta a los que viven enquistados en ellos. Un ultraradical de boquilla, que no sale de facebook, es igual en todos los aspectos que un posibilista apoyando a los ayuntamientos del cambio armado con su portátil. Somos lo que hacemos. Unos por el anarcosindicalismo pueden participar en una huelga combativa y colectivizar una fábrica, y otros por la espontaneidad insurreccionalista pueden expropiar 20 inmuebles con familias sin recursos. El motor ideológico será distinto, pero son los actos los que deben definirnos.
Ya lo explicaba un compa:
http://www.portaloaca.com/opinion/10504 ... lle-i.html“Desde mi punto de vista sólo hay dos anarquismos: el contemplativo y el combativo. Ya pueden recibir el nombre de insurreccionalismo o anarquismo social, cualquiera de los dos puede representar a alguna de las dos tendencias en algún momento.
El anarquismo contemplativo vive a través de vidas ajenas, su terreno es el debate centrípeto. Se sienta a analizar y a discursar, a anatemizar enzarzado en eternas luchas internas. Su campo es el de la teoría y el quietismo, sea de comité, de asamblea, de manifestación, de red social o de quema de contenedor (un teórico del molotov no es menos contemplativo que un teórico de despacho). El inmovilismo como modus vivendi; la pontificación como modus operandi. Charlas y difusión de ideas es su terreno natural, el ambiente donde se siente cómodo; incapaz de transcender de ese hábitat y saborear los adoquines o el bancal. El propio anarquismo en su campo de batalla, su objeto de disección, el sujeto de su militancia. El anarquismo contemplativo es la etapa infantil e inmadura de la ideología anarquista; por muy seria, respetable y vetusta que parezca”.