Pues también sería otra excepción lo de Manuel Perez que también se llevaba a su familia a Gipuzkoa, Canarias, etc y le daban empleo como director de la publicación de turno cuando realmente realizaba tareas de organización sindical, negociaciones y huelgas (intuyo que con todo eso debía ser alguien con mucho poder en sus manos a los ojos que lo miramos todo hoy en dia). Los más veteranos aqui en Norte hablan de la existencia de varios liberados para tarea sindical y apertura de locales, por ejemplo el sindicato pesquero de Pasaia con bastantes afiliados. Entonces según tu, la CNT en Cataluña y Barcelona por ejemplo en los años 20-30 con sindicatos de miles de afiliados y presencia en la mayoría de empresas se gestionaban todos de forma voluntaria, la negociación colectiva, la organización de las huelgas, etc. A mi me parece imposible, teniendo en cuenta además que se contrataba a gente del sindicato en desempleo para que formara los Comités de Defensa para piquetes de huelgas, etc (ver Chris Ealham, "La lucha de Barcelona" o Agustín Guillamón "Los Comités de Defensa de la CNT en Barcelona").Joreg escribió:Eso me lleva al tema de las liberaciones. Se ha dicho en alguna parte ahí atrás que la CNT tuvo liberados en sus buenos tiempos. Y no. Tal como se conciben hoy día, no los tuvo. La CNT pagaba, eso sí, los jornales perdidos por gestiones de sus cargos. Si Joan Peiró iba a Hospitalet a dar una charla, su sindicato le daba la paga del día. Si Antonio Rosado negociaba el convenio de la aceituna, se le liberaba para esa cosa. Se pagaban cuestiones concretas, puntuales, y se publicaba en el periódico o en la prensa el gasto realizado. Se pagaba a los trabajadores del sindicato. La redacción de Solidaridad Obrera cobraba, y en el año 18 o 19 hicieron una huelga contra la CNT poniéndola de "amarilla" por racanear con la paga. Y supongo que a gente como Seguí –que estaba siempre a dos velas–, se le ayudaba, o se le llamaba para que pintara la casa, o el sindicato libraba alguna pasta para que comprase de comer.
Pero no había cargos que estuviesen retribuidos como los de los actuales sindicatos, más allá de cosas puntuales, que son reseñables, precisamente porque se salían de la norma. Y en la inmensa mayoría de los casos, nadie cobraban solo porque no había un chavo, si no porque hicieron de esa cuestión, una seña de identidad. Díaz del Moral en su libro de "La Historia de las agitaciones campesinas andaluzas" explicaba que las diferencias entre las agrupaciones sindicalistas (de la CNT) y las socialistas (de la UGT) eran: que no se pagaba a nadie, que no había barra de bar, que no se permitía el juego de cartas y que se disponía de una biblioteca. Y lo que ocurría en Andalucía, estaba generalizado por todo el país. No lo teorizaron, no lo explicaron, pero pienso que iba por el rechazo y desconfianza de la clase obrera del país hacia los políticos profesionales.
Imagino que no es un tema que le interese a los historiadores libertarios, pero no estaria mal sumar todas estas excepciones y analizarlas no fuera que realmente sí había una práctica generalizada de tener a gente liberada para sostener la estructura sindical, cosa lógica si hablas de una organización sindical según los años con 500.000 afiliadxs en el Estado.