Recuperar el trabajo como campo de batalla

Presente y futuro de la Lucha Obrera, así como la validez, aciertos y contradicciones de las formas de organización de la Clase Trabajadora. Seguimiento de conflictos laborales, huelgas, etc.
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Lebion
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Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por Lebion » 15 Dic 2015, 04:01

https://www.diagonalperiodico.net/blogs ... talla.html
Recuperar el trabajo como campo de batalla

Quizás uno de los aspectos más destacados del 15M y de las luchas que lo siguieron es su manifiesta incapacidad de penetrar en los centros de trabajo y de permear las luchas que en ellos se desarrollan. Salvando el caso, muy particular por otra parte, de las mareas verde y blanca, el período post15M no se ha caracterizado por un aumento destacado de las luchas laborales. Las más llamativas, como por ejemplo Panrico o Coca-Cola, han afectado a sectores industriales con una fuerte sindicalización y han seguido unos parámetros bastante “clásicos”. Sin embargo, es evidente que dichos ejemplos (entre otros) no son extrapolables a la realidad de muchos trabajadores, cuyas condiciones son completamente diferentes. Mención aparte merece el caso de la huelga de técnicos de Movistar, que presenta aspectos novedosos y tremendamente interesantes. Lamentablemente, no somos lo suficientemente cercanos a dicha huelga para hacer un análisis más en profundidad que lo ya publicado.

Este texto pretende ser un primer vistazo a la situación en el mundo laboral. Obviamente, nos hemos dejado muchas cosas en el tintero (cómo no hacerlo, dado el espacio de un blog y la complejidad del tema), pero esperamos que lo veáis como una aportación valiosa al debate. En primer lugar analizamos el papel de los cambios en la estructura productiva, la cultura neoliberal y el papel de los sindicatos en la ausencia de las luchas laborales. Posteriormente, analizamos por qué los movimientos sociales se han dedicado, comparativamente, menos a las luchas laborales que a otras “causas”. Finalmente, intentamos lanzar algunas propuestas que contribuyan al debate de cómo revertir la situación actual.

1. Cambios en la estructura productiva

Es evidente que en los últimos 40 años, desde la crisis de los 70, el capitalismo se ha reorganizado a lo largo y ancho del mundo. Por supuesto, aunque es frecuente escuchar que con el capitalismo se ha reducido el número de fábricas y los discursos sobre la desaparición de la clase obrera se han convertido en un lugar común, esto no es verdad[1] . Por supuesto, buena parte del sector fabril se ha trasladado a países como China o India y en consecuencia se ha reducido en Europa y Estados Unidos, a pesar de que incluso aquí no existe tal desaparición, sino que se ubica en áreas periféricas previamente no industrializadas.

Donde quizás sí se encuentran menos fábricas es en las grandes ciudades, hablando, en nuestro caso, de Madrid o Barcelona, donde han desaparecido los famosos cinturones industriales. En el caso concreto de España, a esto se le suma el enorme desarrollo que ha visto el sector servicios, que implica en la mayoría de los casos plantillas pequeñas -tal como muestra la creciente presencia de la pequeña y mediana empresa en el PIB español-, estructuras paternalistas, precariedad laboral, temporalidad o la circulación de trabajadores entre unas empresas y otras… Se ha hablado mucho de cómo estas nuevas características del trabajo dificultan el desarrollo de la identidad de un puesto de trabajo o sector específicos. Por otro lado, estas transformaciones obligan a que las huelgas que se realizan sean de cara al público. Esto último se aprecia especialmente en sectores como el metro o los transportes en general, en los que la huelga afecta a un gran número de personas (en su mayoría trabajadores) que, en principio, no estarían relacionadas con la empresa pero que sí entrarían en juego en el conflicto como usuarios o demandantes de servicios, lo que pone límites materiales claros para la percepción de dichos conflictos como parte de las luchas de una misma clase y, por tanto, para el establecimiento de complicidades y solidaridades con las mismas. La incapacidad y dificultad de establecer dichos lazos de complicidad y solidaridad, ya sea por aislamiento o abandono de las grandes centrales sindicales, entendemos que puede ser uno de las primeras tareas a atajar. Establecer un clima de comprensión y solidaridad entre trabajadores es una tarea compleja, aún más cuando nuestros curros son los que están en juego.



2. Cultura neoliberal

Además de lo descrito arriba, una de las principales problemáticas a las que se enfrenta el actual mundo del trabajo es que la implantación de la cultura neoliberal, la cual constituye una especie de sentido común o cosmovisión, que ha desplazado a la cultura de clase a un aparente plano nostálgico y solo de interés para los círculos militantes. Se han roto los lazos sociales que la identidad de clase aseguraba, lo que ha provocado que se asuma la visión del empresario como alguien hecho a sí mismo y que merece su posición debido a sus méritos, un pilar de la sociedad imprescindible.

Por supuesto, la imposición de esta cultura neoliberal no es, ni mucho menos, independiente de las transformaciones productivas a las que hacíamos referencia en el apartado anterior. Al contrario, se ha establecido entre ellas una relación sinérgica que ha facilitado la imposición de ambas. Esta aceptación de la cultura neoliberal no se ha dado por sí sola, sino que ha formado parte de un juego discursivo en que se trata, y se logra, convencer a todo el mundo de que el capitalismo no es solo el único, sino también el mejor de los mundos posibles. El discurso se desarrolla en torno a la figura del empresario, representado como alguien que arriesga, que también sufre, que aporta. Además, nos es prometida la posibilidad de promoción, de convertirnos en empresarios, o emprendedores, mediante el trabajo duro y la originalidad. Esta idea y esta propaganda son una provocación obscena, como si más de 200 años de explotación hubieran estado solo justificados y sustentados en tener ideas brillantes.

De hecho, no hay más que ver el discurso, no ya de nuevos partidos de tipo liberal-demócrata como Ciudadanos, sino incluso de Podemos, en lo referente a la reactivación económica, y el papel crucial del pequeño y mediano empresario en la generación de empleo para darse cuenta de cómo ha llegado a calar este “sentido común” a nivel social. Si sumamos este discurso al contexto socioeconómico en que se da, esa época del bienestar en la que era posible creérselo, nos da como resultado la desactivación de las luchas laborales y la identidad de clase.

Desde nuestro punto de vista, la conciencia neoliberal probablemente haya incidido más en la disminución de las luchas laborales que las centrales sindicales, cuya labor más bien ha desprestigiado el escaso sindicalismo que queda, y que pasamos a analizar a continuación.

3. El papel de los sindicatos

No son pocos los que señalan que, cuando el sindicalismo mayoritario comienza a usar la huelga general política, se produce un punto de inflexión en las estrategias desplegadas en el mundo del trabajo. Se pasa del concepto más clásico del movimiento obrero de huelga general como producto de la acumulación progresiva de conflictos laborales concretos, o sea, la extensión de las huelgas por contagio, imitación o solidaridad, a un modelo por el cual digamos que en lugar de este sistema de abajo a arriba, sucede de arriba abajo. Antes, la reproducción de huelgas en centros de trabajo distintos era fruto del convencimiento de que si hay un problema laboral aquí es muy posible que en otro centro suceda el mismo. Hoy, las huelgas generales suelen convocarse en relación con una ley y no tanto con las condiciones laborales concretas. Así quedan invisibilizados muchos procesos de lucha, debido a que las huelgas no inciden en los problemas cotidianos de los centros de trabajo.

¿Qué representan las huelgas generales para CCOO y UGT? Su participación en los Pactos de la Moncloa sella la dedicación exclusiva de las grandes centrales sindicales a la gran empresa. La Ley Orgánica de Libertad Sindical (LOLS) establece que la representación de los sindicatos depende única y exclusivamente del número de delegados de empresa. A través de los delegados, los sindicatos participan en las negociaciones de medidas legales. De esta manera, lo que interesa es un electorado no fragmentado como pasaría en el caso de la pequeña y mediana empresa, sino un electorado agrupado por grandes bloques que ambos sindicatos puedan repartirse. Por esto, las últimas huelgas generales no significan otra cosa, al menos en su convocatoria, que un intento de CCOO y UGT de reafirmar su poder y reclamar la necesidad de su papel y su parte del pastel.

4. Más allá de CCOO y UGT

Hemos visto en los últimos años como las grandes centrales sindicales dejan de lado a toda la pequeña y mediana empresa, ya que son en buena medida ajenas a las dinámicas de representación e influencia de delegados sindicales, por lo que queda un vacío en estos centros de trabajo. La falta de representación sindical, unido al discurso neoliberal, hace que las luchas que se dan en estos espacios pequeños pierde la perspectiva común, inscrita en la lucha de clases, y se percibe como un problema que le pasa a una persona o grupo de personas y que mañana pueden dejar de tenerlo.

Llenar este vacío presenta grandes dificultades. La misma LOLS da enormes cuotas de poder a CCOO y UGT, y no reconoce y termina por anular a cualquiera que no entre en el sistema de comités de empresa, porque quedan totalmente fuera de lo que la ley acepta por representación sindical. Esto podría no ser relevante en un momento de fuerza del movimiento obrero o de alguna de sus organizaciones revolucionarias, pero ni ahora, ni cuando se impuso este modelo sindical, hay fuerza real más allá de pequeños núcleos que, por su aislamiento, carecen del potencial necesario.

Además, es precisamente en estas pequeñas y medianas empresas donde el marco legal tiene menos importancia en la práctica. Se trabaja el doble de horas de las establecidas por contrato, cuando lo hay, se asumen responsabilidades ajenas al contrato, no se respetan las condiciones de seguridad, hay retrasos o incumplimientos de pago, etc. Se trata del sector más ligado a la precariedad laboral. No obstante, sin la aceptación de los mecanismos sindicales de la LOLS no existe la mínima herramienta de defensa legal. Tampoco existe en las grandes empresas en las que igualmente no se aceptan esas insuficientes condiciones de sindicalismo oficial, pero siempre es algo más crudo en estos pequeños centros de trabajo en los que, entre otras cosas, es imposible demostrar la persecución de aquellos trabajadores que se organizan por mejorar sus condiciones.



5. Sindicalismo y movimientos sociales: Precariedad, verdades parciales y comodidad.

Para tratar de entender por qué incluso pese a los estallidos de movilización como el 15M no se ha producido una regeneración de las luchas laborales y sindicales, hay que reconocer que las luchas de este tipo suelen ser más duras y exigir una mayor implicación que otras luchas como el antifascismo o la okupación. Mientras que estas últimas permiten de alguna manera una “desconexión” de sí mismas y un descanso de sus participantes, en las luchas laborales el conflicto se extiende a las 24h del día. Es así porque es la vida la que está en juego debido a la dependencia salarial. Podríamos hablar, en este sentido, de que sucede algo similar a lo que pasa en la lucha por la vivienda. Ahora bien, por qué ésta última sí ha conseguido situarse como un eje importante de conflictividad social mientras que el trabajo no lo ha hecho, es una de las preguntas más interesantes que deberíamos intentar responder. Lamentablemente, escapa un poco el objetivo de este texto.

Estas condiciones de la lucha provocan, entre otras cosas, que exista gente que está siempre disponible para sacar adelante el conflicto de las compañeras pero que no vea el momento de pelear en la suya, debido precisamente a que entonces la entrega debería ser total.

A mediados de los años noventa, durante el primer periodo de expansión de los movimientos autónomos en Madrid, se trató de abordar la realidad del mundo del trabajo desde la perspectiva de la precariedad. Esta aproximación fue débil e inconsistente por distintos motivos.

En primer lugar, el movimiento autónomo juvenil, el mayoritario, se aproximaba a la lucha laboral (el que lo hacía) como se aproximaba a otras tantas luchas. Desde la inexperiencia, desde el campañismo (no podía ser que no se tocase el mundo del trabajo como no podía ser que no se tocase el racismo o el feminismo) y desde fuera. Aunque muchos militantes eran de extracción obrera no tantos eran trabajadores en esos momentos.

Ese “amauterismo” en el mundo laboral, esa falta de experiencia personal y colectiva real en el mundo de la empresa, llevó al movimiento a la aceptación de las premisas y los discursos de los sindicatos (mayoritarios o no, revolucionarios o de servicios) que analizaban la precariedad como algo nuevo. Como algo distinto. Como una invención reciente y perversa del modelo capitalista. Precariedad que fuera de la industria pesada, la gran empresa y del trabajo público habían sido el pan cotidiano de una parte importantísima del tejido productivo empresarial español. Se demostraba pues un desconocimiento de ese mundo que relegaba a ese movimiento autónomo a mera corriente de transmisión, estéticamente radical, de los sindicatos combativos y, a sus militantes, a cantera de esas organizaciones.

La otra cara de la moneda la representaba aquel sector del movimiento autónomo que de esa precariedad futura que se nos anunciaba había hecho ya un modo de vida. Un sector del movimiento que veía en esa precariedad no una aterradora perspectiva de futuro sino una cómoda realidad en el presente. En un momento en que los salarios aún no habían bajado, en que la okupación de vivienda no sufría demasiados reveses, aún jóvenes y sin cargas familiares, defendían que el sindicalismo carecía de sentido porque los cambios en el modelo productivo, la desaparición de las grandes masas de trabajadores y la deslocalización industrial hacían imposible el sindicalismo. Paradójicamente aquellos portadores de un discurso profundo y antagónico en otros aspectos de la vida se convertían, a su pesar, en los ejemplos vivientes de que la “flexibilidad” era positiva (trabajando poco y permitiéndose con ello estudiar, viajar, estar de fiesta, militar...).

Unos y otras tendimos a idealizar, desdeñar o simplemente no comprender un mundo complejo que en nuestra juventud no nos era prioritario. Abandonamos un frente de batalla de primera línea, perdiendo un tiempo precioso para la reinvención de formas de lucha en un campo que por acción u omisión nos toca a todas. Un eje esencial de la vida.

Ese abandono, esa realidad que hemos visto llegar totalmente paralizados, sin hacer nada por evitarla o combatirla (como un animal asustado en la noche por los focos de un cazador que quiere abatirla), y que afecta a todos y cada uno de los militantes de entonces y ahora, es sin duda otro más de los factores que han influido en la estrategia del mal llamado asalto institucional.

6. ¿Nuevos planteamientos?

Nos parece fundamental tratar de entender que, a diferentes tipos de asalariados y asalariadas, una verdadera multiplicidad de formas de trabajo, diferentes formas de lucha. Esto no es sólo un ejercicio voluntarista, sino que creemos que refleja una tendencia histórica[2] en el capitalismo, una tendencia histórica a la que hay que saber enfrentarse. Esto sería lo contrario a lo que plantean ciertas organizaciones y planteamientos más tradicionales que insisten en formas tradicionales de lucha y de combate que realmente no casan, debido a que la organización material concreta y el contexto cultural del capitalismo no son los mismos.

No es que todo en el mundo del trabajo haya cambiado, que ya nada de lo anterior valga o que todos los planteamientos deban ser nuevos. En absoluto. Sirvan como ejemplo dos desplazamientos que creemos claves, uno de ellos es lo que comentábamos sobre el mundo fabril, que no desaparece sino que se desplaza a la periferia, en sus diversas escalas regional, estatal y mundial. La carga de trabajo de la industria aeronáutica se ha trasladado a Andalucía y el trabajo de la industria del automóvil a zonas no metropolitanas de Barcelona.

El otro desplazamiento sería la entrada en el mercado laboral de aquellas labores relacionadas con los cuidados que hasta ahora no habían sido mercantilizadas de manera sistemática porque eran las mujeres quienes las realizaban sin una remuneración económica. Entender que este cambio trae consecuencias en la estructura laboral es también clave.

Por ejemplo en el caso de una mujer que limpia una casa y cuida los niños de una familia donde tanto la madre y el padre trabajan, dichos padres se convierten en los empleadores de la cuidadora. Si añadimos el matiz de que suelen ser mujeres migrantes quienes hacen esta labor, tenemos en muchos casos como resultado de la ecuación, salarios muy bajos, dificultades a la hora de reclamar derechos, una diferenciación clara entre una clase trabajadora autóctona y otra migrante y una desvalorización generalizada de su labor.

Por dichas razones las prácticas de lucha se han desplazado más allá del sindicalismo clásico y han surgido organizaciones como “Territorio Doméstico” que además de tener un claro objetivo de defensa de los derechos laborales, tiene una marcada tendencia feminista e internacionalista, al definirse como un espacio transfronterizo de encuentro y relación entre mujeres que quieren dar valor al trabajo relacionado con los cuidados en un sistema que lo devalúa, invisibiliza y precariza.

Por último, a todo esto hay que añadir que la situación económica apunta a una situación de crecimiento sostenido del desempleo crónico y al subempleo permanente, especialmente para los sectores más desfavorecidos del proletariado. Esta expulsión de muchas personas del ámbito laboral no es sólo una perspectiva a futuro, sino que ya se está dando, y lo está haciendo durante periodos muy prolongados. De esta forma, el foco del problema ya no solo está el trabajo en sí, sino que debe atender también a estas situaciones.



7. Algunas propuestas.

Creemos que debido a los cambios que se han producido en el sistema productivo y en las formas de percibir la realidad de la lucha de clases por parte del proletariado es necesario articular respuestas que actualizadas para continuar y adelantarnos en la lucha.

Las transformaciones que hemos indicado al principio del artículo señalan dos claros frentes de lucha: el de la reorganización material de la acción colectiva en el mundo laboral y el de empujar en el terreno discursivo (por así decirlo). Obviamente, no tiene sentido considerarlos frentes estancos sino que, al contrario, sólo las victorias en cada uno de los terrenos nos permitirán avanzar en el otro.

En lo que respecta al neoliberalismo como cultura, como modo de percibir y entender el mundo, creemos que es necesario oponer la idea del apoyo mutuo, de lo común y marcar claramente las diferencias de clase existentes. No ceder al discurso del emprendedor, del individualismo, de “las PYMES crean empleo” y todo eso. ¿Cómo? No tenemos claro hasta qué punto es posible revertir esto desde la propaganda (sean jornadas y carteles minoritarios o tertulianos en La Sexta Noche), aunque este sea un mensaje que haya que seguir lanzando. Nosotros creemos que la derrota de ese discurso y la extensión de uno basado en la solidaridad de clase y el apoyo mutuo van a estar muy ligados a que se consigan más pequeñas (y grandes, claro) victorias en el ámbito de lo laboral. Es decir, tomando como ejemplo la lucha de la vivienda, creemos que serán los enfrentamientos cotidianos y una dinámica ascendente de victorias en este terreno las que crearán las condiciones para que un discurso contrario al sentido común neoliberal dominante pueda imponerse a escalas cada vez mayores.

En cuanto a la reorganización material de la acción colectiva, dentro de Equilibrismos hay dos posturas más o menos diferenciadas. Por un lado, una defiende una recuperación de un sindicalismo de base (en tanto que lucha específica en el ámbito laboral) aun asumiendo que son necesarias transformaciones en sus formas de organizarse y de luchar para adaptarse a las nuevas (y no tan nuevas) transformaciones productivas. La otra postura apuesta por el modelo de las redes de solidaridad, una organización de la solidaridad de clase más integral, en el sentido de que pretende agrupar territorialmente luchas laborales, por la vivienda, migración, pero también estructuras autoorganizadas como las despensas colectivas o, si fuesen necesarias, las clínicas autogestionadas[3].

Teniendo en cuenta que ambas herramientas no tienen porqué ser opuestas, sino que podrían llegar a ser complementarias, creemos que cada una de estas apuestas tiene sus pros y sus contras. La recuperación del sindicalismo tiene dos grandes ventajas: En primer lugar la especialización en un ámbito de lucha tan reglamentado como el laboral, en el que buena parte del conflicto suele transcurrir (al menos en sus primeras etapas) en un terreno judicial, es siempre un plus. Por otro lado, el mundo laboral es el ámbito en el que más claramente se evidencia la relación de clase sobre la que gira el capitalismo y por eso, tradicionalmente, se ha considerado un eje de lucha fundamental para su abolición. En el lado negativo, desde el ámbito de un sindicalismo más tradicional parece difícil integrar tanto las situaciones de desempleo y trabajos precarizados en las PYMES, que se caracterizan por un aislamiento y la imposibilidad de organización con compañeros. Así mismo, intentar abordar el problema desde lo meramente jurídico supone una individualización de las problemáticas, que acarrea una pérdida de la fuerza del trabajador al no tener respaldo de compañeros y una excesiva confianza por parte del mismo, al sustentar su única defensa, en un sistema jurídico diseñado en buena medida para beneficiar al empleador.

En lo que respecta a las redes de solidaridad, parecen ser estructuras más flexibles y que, por tanto, pueden adaptarse mejor a una condición de clase que tenderá a estar caracterizada por la alternancia de situaciones de empleo en diferentes puestos, paro, cursos, etc. También son interesantes en la medida que se produzca una tendencia a compartir experiencias y militantes entre diferentes luchas, lo que puede ser un plus, especialmente en situaciones de una relativa baja conflictividad, con períodos de tiempo más o menos extensos entre un conflicto laboral y otro. Es difícil, no obstante, entrelazar las luchas laborales y territoriales, ya que una propiedad de los trabajos en las ciudades hoy en día es que no se desarrollan en espacios cercanos a donde uno vive.

Vemos importante recalcar que, sea como sea, las luchas laborales deben reconocer e incorporar aquellas actividades históricamente dejadas de lado por no ser consideradas productivas, pero que son imprescindibles para la vida y para el modelo de producción, como los cuidados, que sustancialmente recae sobre el cuerpo de las mujeres. No sólo eso, la tradicional masculinización del mundo laboral más clásico, al que, por procedencia e implantación, se encuentran tremendamente asociados los sindicatos, sean oficiales como minoritarios, hacen de ellos un terreno propicio para las actitudes machistas y paternalistas, como tantas veces han señalado muchas compañeras. Sea cual sea la apuesta por recuperar la conflictividad en el mundo laboral, afrontar este problema es crucial para que las compañeras ni estén ni se sientan excluidas.

Por seguir con la analogía con la lucha por la vivienda, nos parece de lo más necesario hacer énfasis en aquellos aspectos que más unan, como es el caso de las hipotecas o, ahora, los alquileres. En el terreno laboral, el número de horas trabajadas, las horas extras no pagadas o la reivindicación de un salario mínimo determinado (siguiendo el ejemplo del FightFor15 estadounidense) podrían ser puntos en común sobre el que asentar futuros conflictos.

En este sentido sería interesante la introducción luchas por la mejora de las condiciones laborales que fueran más allá de aquellos que van a ser despedidos, que no reciben su salario o que trabajan más de las horas que cobran, es decir, incluir en la lucha laboral a aquellos que “gozan” de una aparente estabilidad. Esto sería las mejoras de las condiciones de trabajo concretas: disminución de horario con mantenimiento de salario, mejora de las condiciones de seguridad y EPIS, sistemas de compatibilización con la vida, etc. Esto supone tensar desde todos los puntos las contradicciones de la lucha de clases en el mundo laboral, evitando la división entre trabajadores estables y trabajadores parados o de segunda.

Otro punto a tener en cuenta es que la vivienda ha tenido a su favor que ha podido señalar fácilmente al enemigo: los bancos, sin que hubiera lugar a dudas y sin entrar en disquisiciones de si el banquero arriesga o si también sufre. En el mundo laboral, sobre todo teniendo en cuenta la estructura de pequeña y mediana empresa y la implantación de la cultura neoliberal de la que hemos hablado, es esperable que se planteen temas que apelen al “pobrecito empresario”, a que el “también tiene familia”, que son “los que crean empleo”, bla, bla, bla… que habrá que plantearse de antemano cómo manejar y afrontar sobre el terreno, pero si se consigue un foco de atención común, pueden contrarrestarse sus efectos.

Queríamos mencionar, en relación a todo lo dicho más arriba, que nos parece especialmente interesante la creación del Grupo de Autodefensa Laboral (ADELA) por parte de la Asamblea Popular de Carabanchel, que recoge en cierta medida los elementos que hemos señalado como importantes en este punto de propuestas.
En definitiva, entendemos que se trata de una posición primordialmente defensiva, de proteger nuestras condiciones de vida más inmediatas. Pensamos que se trata de saber responder a las nuevas expresiones que adoptan viejos conflictos. Mientras la relación de dependencia salarial o la subordinación permanezcan constantes, que lo hacen, nuestra lucha debe mantener la misma constancia.

[1] De hecho, a nivel global, el número de asalariados no ha dejado de aumentar en los últimos 20 años. http://elsalariado.info/2015/02/03/la-c ... -1a-parte/

[2] El operaismo italiano habló en este sentido de “composición de clase” para reflejar que los cambios en la organización técnica del trabajo se reflejan en las formas organizativas pero también en las reivindicaciones económicas y políticas. Así, mientras que el obrero cualificado daba lugar al “autogestionismo” y el consejo obrero, el obrero masa, descualificado, daba lugar al rechazo al trabajo y a superar el marco de la fábrica.

[3] Dejamos intencionadamente por ahora a un lado el debate, clásico pero no exclusivo del movimiento libertario, si estas estructuras deben ser “unitarias” (por ejemplo, teniendo unos principios revolucionarios, como en el anarcosindicalismo) o bien darse en un marco “dual”, es decir si son organizaciones complementadas por una organización “específica”.
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CS La Brecha
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Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad.

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niko bellic
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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por niko bellic » 15 Dic 2015, 19:31

Es interesante que desde el Anarquismo Autónomo (o como quieran autodenominarse las personas que han elaborado este texto) se recuperen este tipo de planteamientos y no solamente se quede el discurso en lo del "abajo el trabajo" (que para mi es naif a más no poder). Ya se lleva tiempo en este camino. Pero no se superan las fobias a las tres letras... se desdeña absolutamente la experiencia que en estos años que analiza ha podido ganar la CNT. Se desconoce como se ha ampliado el campo de acción más allá de la representación en Comités. No estaría de más que l@s autores del blog se informen de como se ha ido desarrollando la estrategia de la CNT.

Una vez más un buen análisis desde el campo de la autonomía, pero meramente teórico e incompleto al querer dejar fuera de campo al Anarcosindicalismo y la experiencia acumulada en el Anarcosindicalismo. Al parecer, al dar la espalda o salir de la CNT hay quien ha entendido que dentro de la CNT se ha detenido el tiempo y nadie ha sido capaz de hacer análisis similares a los suyos y buscar respuestas complementarias y coincidentes con las suyas.
En cuanto a la reorganización material de la acción colectiva, dentro de Equilibrismos hay dos posturas más o menos diferenciadas. Por un lado, una defiende una recuperación de un sindicalismo de base (en tanto que lucha específica en el ámbito laboral) aun asumiendo que son necesarias transformaciones en sus formas de organizarse y de luchar para adaptarse a las nuevas (y no tan nuevas) transformaciones productivas. La otra postura apuesta por el modelo de las redes de solidaridad, una organización de la solidaridad de clase más integral, en el sentido de que pretende agrupar territorialmente luchas laborales, por la vivienda, migración, pero también estructuras autoorganizadas como las despensas colectivas o, si fuesen necesarias, las clínicas autogestionadas[3].


Llevo leyendo esto desde principios de siglo (que raro suena, pero es así). Lo veo vacío de contenido ¿Nuevas formas de organizarse? ¿Cuales son? ¿que tienen de nuevas? Hace falta gente con conocimientos (en CNT hay) y que sepan por donde ha de ir la defensa jurídica en cada caso. Además, lo las herramientas de siempre: piquetes, boikot y solidaridad entre iguales. La receta de siempre ¿que es lo nuevo?

Respecto a lo segundo, a las " modelo de las redes de solidaridad, una organización de la solidaridad de clase más integral, en el sentido de que pretende agrupar territorialmente luchas laborales, por la vivienda, migración, pero también estructuras autoorganizadas como las despensas colectivas o, si fuesen necesarias, las clínicas autogestionadas" no es para nada contrario al Anarcosindicalismo. Mi visión es que no hay que ir siempre con las tres letras por delante y converger con otras personas que no son afiliadas, etc. Pero me temo que la fobia que parte del movimiento "autónomo libertario" tiene a las tres letras les ha llevado a estar diciendo lo mismo desde finales de la década de 2000-2010 hasta la fecha sin avances cuantitativos y cualitativos. En este momento hay planteamientos similares que parten de gente totalmente nueva. Si no convergimos los tres sectores (los de las tres siglas, quienes las repudian y quienes ni son de unos ni de otros) seguiremos sin esos avances cualitativos y cuantitativos. O aún peor, el oportunismo político encauzará esas luchas a la vía electoral (y no hace falta que ponga ejemplos, que todos y todas Podemos hacerlo...)

Superemos ya la "epidemia de rabia" y a los "nostálgicos de las banderas viejas". Ni informalidad mal entendida, ni burocracia absurda. Esta naciendo un nuevo anarquismo social en Iberia en el que nos hemos de encontrar, llevamos años y años viéndonos, es hora de sentarnos a debatir y trabajar cada uno/a donde le interese más, pero reconociendonos como iguales.
"Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla. "

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boiffard
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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por boiffard » 15 Dic 2015, 20:09

Pues no se yo hasta qué punto es naif el "abajo el trabajo". Evidentemente en boca de algunos suena chorra, pero yo como decrecentista convencido, creo que estamos en una situación en la que el trabajo es artificial, entre burocracia absurda, obsolescencia programada, deslocalizaciones que dejan los campos de aquí vacíos mientras que se trae comida del tercer mundo...Ese aurea de indiscutibilidad que tiene el "crecimiento económico ad infinitum" es el principal (y me atrevería a decir que único) motivo de que un grueso de la clase trabajadora esté en esa situación de "desempleo crónico" que describe el artículo. Hay que volver a traer al primer plano la reducción de jornada laboral, yo creo. No como una propuesta de bulto entre otras tantas, sino la principal.

Y por otra parte, pues bastante de acuerdo con la tontería mitológica en torno al empresario que ha montado el sistema neoliberal, pero reducir el tema a un "pymes vs sindicación" es un falso dilema. Por un lado no creo que la totalidad de gente que se intenta montar algo por su cuenta sea peña lobotomizada por ese discurso liberal, sino que también hay gente que simplemente se lo quiere montar sin tener un jefe encima o sin "ensuciarse" trabajando para una megacorp. Claro, luego esa gente naufraga (emperdedores) porque las pymes o las empresas familiares o los freelance al final naufragan porque tienen que pagar una salvajada de impuestos mientras que los mafiosos del IBEX se lo saltan via paraíso fiscal; y ese bonito cuento neoliberal sobre el emprendedor se muestra como una completa chorrada.
Pero sobre todo creo que también han salido iniciativas interesantes en el cooperativismo como la CIC que muestran un camino distinto, que se sale de ese falso dilema de discurso neoliberal vs sindicalismo y conciencia de clase. En general estoy de acuerdo con que la situación de desideologización actual es un problema, y reclamar más derechos laborales es absolutamente necesario, pero no cuestionar la estructura capitalista en torno al trabajo vertical en grandes corporaciones es mirar solamente a corto plazo.

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niko bellic
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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por niko bellic » 15 Dic 2015, 21:32

"Emperdedores" :lol: No lo había oído, me encanta.

Respecto al "abajo al trabajo" yo lo sigo viendo un lema naif, prefiero "reparto del trabajo, reparto de la riqueza"
"Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla. "

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tarugo
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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por tarugo » 15 Dic 2015, 21:40

Desdeluego para engrasar las neuronas no hay nada como este foro.
Edito: por errata escribí "desengrasar", ¿será una de esas traiciones del subconciente? :lol:

Es la segunda o tercera vez que leo usar al compañero niko la palabra naif.
Es que hay que ser mas naif y reduccionista, sacrificando una vision mas completa y aproximada de la realidad en beneficio de una mayor claridad de conceptos.

Sera cierto que son las mismas recetas de siempre, pero para los que estais metidos en el meollo, para los que empiezan (no es mi caso), para los que andan por la periferia del movimiento libertario, y para los que os observan y simpatizan a distancia, es bueno refrescar lo ya sabido. Teoricamente hay que ser mas concisos para crecer y llegar a mas gente.

En el hilo sobre ideologia lei un debate muy interesanta en el que un participante decia lo mismo que yo digo, y le responde una compañera que no somos una Vanguardia, y cita uno de los puntos del antiguo jefe de propaganda nazi que decia que las masas son estupidas, que el nivel del mensaje hay que rebajarlo al nivel del menos inteligente, que a las masas hay que darle el mensaje masticado para que hagan el minimo esfuerzo de pensar.... etc.

Si la idea sirve para crecer, sin que tenga que ser tan extremo, si sirve para despertar conciencias.... hay que economizar palabreria y no estar siempre sacandole punta a todo. Estos debates filosoficamente ricos y profundos son muy entretenidos e instructivos, pero para enriquecimiento personal, a nivel individual que cada cual dedique su tiempo a lo q quiera, pero al crecimiento del rinconcito libertario no le hace bien, es de perogrullo, como lo es que la accion es lo primero, pero tiene que ir acompañada de un minimo de teoria, de un mensaje que llegue a la gente. ¿Que funcion cumplia antiguamente el panfleto? Pues tambien es una receta bien antigua que deberia recuperarse adaptada a la realidad social y tecnologica actual.

No es malo replantear las viejas recetas las veces que haga falta, y el anarcosindicalismo no es tan integral ni tan imprescindible como pretende.... ojalá!

Lo digo sin creerme en posesion de la verdad, solo planteo hipotesis.

Siento la parrafada, yo mismo no se simplificar y reducir el mensaje W:Wrz
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niko bellic
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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por niko bellic » 15 Dic 2015, 22:01

Entiendo tu crítica compañero, pero yo pretendo discutir con gente en el plano de las ideas de los compañeros/as que estén detrás de "equilibrismos" y otros compañeros/as que están y pueden aportar en este plano o desde otras perspectivas. No pretendo hacer difusión de ideas, sino debate.

Esto es un foro, hay temas más de difusión, temas más sesudos, temas en los que habla gente más dentro del "meollo" al que aludes y temas planteados de otro modo. Hay temas en los que nos reconocemos -vagamente- quienes intervenimos porque quizá nos "conocemos" o "sabemos" de donde salimos unos/as y otros/as y temas en los que cuando ves que tu interlocutor no lleva tanto vuelo militante te expresas de otra manera o en lugar de confrontar es mejor ser didáctico.

Yo entiendo que esto no es un foro político cualquiera, y que aparte de hablar para cualquier persona que nos lea también podemos hablar entre militantes... ya sé que esto no es un debate en un local y cualquiera nos lee, pero eso no quita para que podamos debatir -en los límites que se nos imponen- entre militantes. Más aún cuando estamos comentando un texto como este que me parece obvio que está hecho por y para militantes.
"Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla. "

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boiffard
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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por boiffard » 15 Dic 2015, 23:10

niko bellic escribió:"Emperdedores" :lol: No lo había oído, me encanta.

Respecto al "abajo al trabajo" yo lo sigo viendo un lema naif, prefiero "reparto del trabajo, reparto de la riqueza"
Yo prefiero "el abajo el trabajo". Dos de los textos contemporáneos más lúcidos que he leido han sido el manifiesto de Bob Black o la columna de David Graeber sobre el tema, que venía a decir lo mismo.

Creo que todo el rollo de "el trabajo dignifica" es una puta basura. Una cosa es que haya que trabajar un mínimo para no ser un parásito del trabajo de los demás, pero a mí los rollos marxistas de mitologización de la "clase proletaria" que traerá el Fin de la Historia me parece que a estas alturas deberían tomarse poco menos que como una religión medio tarada. Eso no significa que haya que dejar de lado la "conciencia de clase", o más bien por el otro lado, desmontar el falso individualismo darwinista y cainita del neoliberalismo; pero tampoco creo que sea un discurso que haya que sacar de quicio. Lo que dignifica es la desobediencia civil. Lo que dignifica es la solidaridad. El trabajo, no.

Hablando por mí, que me considero "clase trabajadora" porque tengo que currar para comer y pagarme la casa, la luz y el agua como todo quisqui, me cuesta identificarme con el "proletariado" del siglo XIX porque creo que el equivalente a esa peña está en Tailandia, la India o demás centros de explotación en el tercer mundo. Por muy casimileurista que sea, tengo papel higiénico y agua corriente y me beneficio indirectamente de vivir en un país del primer mundo, tengo gas en la cocina porque a los argelinos a los que lo saquean se lo niegan, etc, etc. En general intentar casar con pinzas y hacer paralelismo entre la relidad del siglo XIX y la del 2015 me parece ridículo. Ya lo dije en el hilo de la crisis del sindicalismo y no he cambiado mucho de parecer éste ultimo año.

Yo personalmente no soy militante de ningún sindicato. Soy anarquista de salón, de la perfieria, en términos de tarugo. He estado muchos años en un colectivo libertario de ocio con gente con discapacidad y he ayudado en algún que otro banco de alimentos con peña libertaria. En general me parece bien la labor que hace CGT en mi empresa (no hay CNT) y creo que falta más movilización, pero no me parece el tema principal. Es que de verdad, creo que en el fondo si estoy currando para un banco, aunque sea via subcontrata de subcontrata, por muy mal pagado que esté, mi trabajo no sólo no me dignifica sino que creo que la miseria que cobro en el fondo se la han robado a otros. Podría autoengañarme y pensar que los directivos de mi consultora que se lo llevan crudo son unos malvados explotadores que se llevan mi plusvalía, pero en el fondo se que si analizamos la película al completo, simplemente soy un ladrón más solo que toco a menos que ellos.

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tarugo
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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por tarugo » 15 Dic 2015, 23:38

Lo que yo hago es tambien por debatir, niko bellic, no por criticar, este foro no es por y para militantes, esta abierto a todo el que tenga interes en participar.

Ya me imagino que aqui se conoceis muchos, en cuanto a trayectoria militante y eso... en esa onda no pretendo entrar, vosotros a lo vuestro.

Segun vaya adentrandome en los distintos temas ire haciendo otro tipo de observaciones que no parezca un disco rayado. :D

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niko bellic
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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por niko bellic » 16 Dic 2015, 23:46

boiffard escribió:Pues no se yo hasta qué punto es naif el "abajo el trabajo". Evidentemente en boca de algunos suena chorra, pero yo como decrecentista convencido, creo que estamos en una situación en la que el trabajo es artificial, entre burocracia absurda, obsolescencia programada, deslocalizaciones que dejan los campos de aquí vacíos mientras que se trae comida del tercer mundo...Ese aurea de indiscutibilidad que tiene el "crecimiento económico ad infinitum" es el principal (y me atrevería a decir que único) motivo de que un grueso de la clase trabajadora esté en esa situación de "desempleo crónico" que describe el artículo. Hay que volver a traer al primer plano la reducción de jornada laboral, yo creo. No como una propuesta de bulto entre otras tantas, sino la principal.
Coincido en la idea del decrecentismo y en general en el análisis, por ello creo que es más acertado decir "reparto del trabajo". Y dentro de ese reparto, no plegarse a los intereses capitalistas. No es normal, ni natural, ni económicamente eficiente desde un punto de vista socialista (o comunista libertario, no voy a discutir, para mi son sinónimos en la práctica) que consumamos cosas que se podrías fabricar "cerca de aquí" trayéndolas desde "lejos de aquí". El comercio entre las distintas zonas del planeta al nivel que está desarrollado no hace más que perjudicarnos ya que lo que busca es el beneficio económico de la empresa (aquello tan viejo de la "plusvalía" pero tan real) y no poner en valor el trabajo y el coste de la materia prima.

"Abajo el trabajo" y todo aquello de los "parados felices" que estuvo en boga en los años noventa a mi me lleva a pensar en una sociedad Europea que vive en el fondo de subsidios y rentas capitalistas que, si bien se sacan de las multinacionales, en el fondo vienen del expolio a los países empobrecidos.

Para mi no se trata de darle patente de corso al mundialismo y al capitalismo global, se trata de expresar todo lo contrario.
boiffard escribió:
Yo prefiero "el abajo el trabajo". Dos de los textos contemporáneos más lúcidos que he leido han sido el manifiesto de Bob Black o la columna de David Graeber sobre el tema, que venía a decir lo mismo.
Buf, yo lo de Bob Black.... es precisamente a lo que me refiero como naif. Venga, le llamamos ir a las 6 de la mañana a coger olivas o a ensamblar piezas "juego" y ya no es trabajo.. eso es jugar con las palabras, no una concepción económica y política. Un texto de dos folios no es algo serio como programa político y como propuesta de cambio social. Para que nos organicemos millones de personas se necesita algo más. Es una ocurrencia, no un programa poítico. ¿Ha seguido desarrollando el tema? ¿O era demasiado "trabajo"?

Sobre David Graeder.. tres cuartos de lo mismo, con la diferencia que este al menos aparece como simpatizante de una organización Anarcosindicalista como la IWW.

Quedarse con la crítica al subempleo que sufrimos en Europa o en los USA es quedárse con los síntomas, no con el fondo del problema, que ya fue puesto encima de la mesa a finales del S. XIX y principios del XX. No vivimos nada nuevo, lo que vivimos es un proceso deslocalizado, pero global en los términos que ya se analizó en ese tiempo.
Creo que todo el rollo de "el trabajo dignifica" es una puta basura. Una cosa es que haya que trabajar un mínimo para no ser un parásito del trabajo de los demás, pero a mí los rollos marxistas de mitologización de la "clase proletaria" que traerá el Fin de la Historia me parece que a estas alturas deberían tomarse poco menos que como una religión medio tarada. Eso no significa que haya que dejar de lado la "conciencia de clase", o más bien por el otro lado, desmontar el falso individualismo darwinista y cainita del neoliberalismo; pero tampoco creo que sea un discurso que haya que sacar de quicio. Lo que dignifica es la desobediencia civil. Lo que dignifica es la solidaridad. El trabajo, no.


Hablando por mí, que me considero "clase trabajadora" porque tengo que currar para comer y pagarme la casa, la luz y el agua como todo quisqui, me cuesta identificarme con el "proletariado" del siglo XIX porque creo que el equivalente a esa peña está en Tailandia, la India o demás centros de explotación en el tercer mundo. Por muy casimileurista que sea, tengo papel higiénico y agua corriente y me beneficio indirectamente de vivir en un país del primer mundo, tengo gas en la cocina porque a los argelinos a los que lo saquean se lo niegan, etc, etc. En general intentar casar con pinzas y hacer paralelismo entre la relidad del siglo XIX y la del 2015 me parece ridículo. Ya lo dije en el hilo de la crisis del sindicalismo y no he cambiado mucho de parecer éste ultimo año.
El Marxismo, o el Anacosindicalismo no hacen mitología de la clase trabajadora. Sencillamente dicen algo muy sencillo, la liberación de l@s explitad@s solo puede ser obra de ell@s mism@s. Coincido plenamente en el cainismo del mal entendido "darwinismo social"

Y yo si que creo que vivir de tu propio esfuerzo dignifica. Claro que dignifica. Lo que no dignifica es ser un parásito social. Y es necesario tener ese orgullo en un entorno en el que a quienes trabajamos se nos trata como si fuéramos una mierda. En esto si que ha aprendido la burguesía, en fomentar el auto-odio de la clase trabajadora. Últimamente han salido temas como "chav´s " y otros libros, documentales y textos que hablan de ello.

Lo de identificarse o no con el proletariado del S. XIX... desde luego las condiciones del S. XIX ahora están llegando a otras zonas del planeta. Pero ser pobre o rico no es un absoluto. Es relativo. Aquí y ahora la mayoría de trabajadores podemos tener objetos, algunas comodidades... pero somos pobres. No tenemos poder de decisión alguno sobre nuestras vidas. Todo lo que tienes se puede ir a la mierda en un año, o menos. No tenemos nada. De nada vale que me digan que peor están en África, que lo están, pero no vivimos en África. Aquí hay gente que gasta en dos horas lo que a mi me cuesta ganar en un mes. Y si encima me hacen sentirme como un privilegiado me han metido un gol por toda la escuadra.

En pos de un sistema que globalmente satisfaga a la humanidad es seguro que tendremos que renunciar a muchas cosas.. lo que no tendremos es que dejar de trabajar. Bastante mierda es trabajar como para levantarnos todos los días pensando que es una maldición, eso es despertarse ya vencido. Encima de que no hay otro remedio que hacerlo, que no lo hay, encima de que me explotan.. además me fustigo a mi mismo diciendo que lo que hago es una mierda.. eso es ya masoquismo. ¿Nos explotan y encima nos hacen sentirnos mal por explotarnos? ¿Nos hemos de sentir encima privilegiados por tener casa y comida? Ese tipo de pensamiento es ocioso... y cristiano en el peor sentido de la palabra. Nos inoculan una especie de sentimiento de "pecado original".. Encima de que tienes para vivir, te quejas.
Yo personalmente no soy militante de ningún sindicato. Soy anarquista de salón, de la perfieria, en términos de tarugo. He estado muchos años en un colectivo libertario de ocio con gente con discapacidad y he ayudado en algún que otro banco de alimentos con peña libertaria. En general me parece bien la labor que hace CGT en mi empresa (no hay CNT) y creo que falta más movilización, pero no me parece el tema principal. Es que de verdad, creo que en el fondo si estoy currando para un banco, aunque sea via subcontrata de subcontrata, por muy mal pagado que esté, mi trabajo no sólo no me dignifica sino que creo que la miseria que cobro en el fondo se la han robado a otros. Podría autoengañarme y pensar que los directivos de mi consultora que se lo llevan crudo son unos malvados explotadores que se llevan mi plusvalía, pero en el fondo se que si analizamos la película al completo, simplemente soy un ladrón más solo que toco a menos que ellos.
No compañero, tu plusvaía te la han robado a ti. Solamente a ti. ¿Te han dejado poner precio a tu trabajo? ¿Has decidido como se reparte el beneficio? Te roban a ti y tú deberías de poder decidir donde va tu plusvalía, si eres insolidario a tu bolsillo y si no lo eres a paliar desigualdades. Pero tú no has decidido nada ni has robado nada a nadie.
"Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla. "

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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por niko bellic » 16 Dic 2015, 23:46

tarugo escribió:Lo que yo hago es tambien por debatir, niko bellic, no por criticar, este foro no es por y para militantes, esta abierto a todo el que tenga interes en participar.

Ya me imagino que aqui se conoceis muchos, en cuanto a trayectoria militante y eso... en esa onda no pretendo entrar, vosotros a lo vuestro.

Segun vaya adentrandome en los distintos temas ire haciendo otro tipo de observaciones que no parezca un disco rayado. :D
:wink:
"Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla. "

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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por boiffard » 17 Dic 2015, 01:50

"Abajo el trabajo" y todo aquello de los "parados felices" que estuvo en boga en los años noventa a mi me lleva a pensar en una sociedad Europea que vive en el fondo de subsidios y rentas capitalistas que, si bien se sacan de las multinacionales, en el fondo vienen del expolio a los países empobrecidos.
Ok entiendo por donde vas, y puede que tengas parte de razón en que haya mucho de eso en parte del discurso de "abajo el trabajo", pero creo que hay distintas posturas de "abajo el trabajo", o la que yo he entendido no va por ahí. A mí ya me parecía de cajón, antes de leer a éstos dos, que no es normal que si la productividad ha crecido casi exponencialmente en las últimas décadas, lo normal es que la jornada laboral se redujera.

Sin embargo se ha estancado, porque en estas décadas de boom neoliberal el sistema ha metido el consumismo enfermizo para seguir justificando una situación de trabajo artificial extractor de rentas. Por tanto sí y no, es cierto que una parte de la aburguesización de las clases trabajadoras viene porque se pasa a explotar al tercer mundo, pero también porque la técnica y los avances han permitido dejar mucho trabajo físico a las máquinas.


Buf, yo lo de Bob Black.... es precisamente a lo que me refiero como naif. Venga, le llamamos ir a las 6 de la mañana a coger olivas o a ensamblar piezas "juego" y ya no es trabajo.. eso es jugar con las palabras, no una concepción económica y política. Un texto de dos folios no es algo serio como programa político y como propuesta de cambio social. Para que nos organicemos millones de personas se necesita algo más. Es una ocurrencia, no un programa poítico. ¿Ha seguido desarrollando el tema? ¿O era demasiado "trabajo"?

Sobre David Graeder.. tres cuartos de lo mismo, con la diferencia que este al menos aparece como simpatizante de una organización Anarcosindicalista como la IWW.
¿Tres cuartos de lo mismo? Vale que Bob Black es más panfletero que pensador sesudo, eso es innegable, pero es que hasta cierto punto me la suda; más simple es Evaristo y tiene verdades eternas en forma de letras sencillísimas. Ahora bien, David Graeber se ha follado a la Economía y ha desmontado mucha basura completamente inventada que lleva arrstrándose desde tiempos de Adam Smith. Meterlo en el mismo saco simplemente porque no reafirma tus dogmas militntes, pues me parece un poco disparatado. Echale un ojo a "En deuda" porque es mucho más riguroso que cualquier cosa que se apoye en una visión mecanicista de la sociedad como hacen los economistas, INCLUIDO marx.
Quedarse con la crítica al subempleo que sufrimos en Europa o en los USA es quedárse con los síntomas, no con el fondo del problema, que ya fue puesto encima de la mesa a finales del S. XIX y principios del XX. No vivimos nada nuevo, lo que vivimos es un proceso deslocalizado, pero global en los términos que ya se analizó en ese tiempo.
Ni de coña. Vamos es que simplemente por las condiciones ecológicas, lsa demográficas o el crecimiento exponencial que ha tenido el poder represivo estatal durante el siglo XX hay que tirar todo ese análisis del XIX a la puta basura.
El Marxismo, o el Anacosindicalismo no hacen mitología de la clase trabajadora. Sencillamente dicen algo muy sencillo, la liberación de l@s explitad@s solo puede ser obra de ell@s mism@s. Coincido plenamente en el cainismo del mal entendido "darwinismo social"
El Marxismo sí hace mitología de la clase trabajadora. Joder, que Marx era un historicista chungo que predijo el fin de la historia tras la revolución y dictadura del proletariado. Marx tenía una idealización mitológica de la clase trabajadora que estructuralmente sigue el mismo patrón de las chorradas religiosas del Pueblo Elegido. De hecho es prácticamente su única idea original a ese popurrí de hegel y economía decimonónica y mecanicista que se marca. Después de la experiencia soviética, el único lugar posible para Marx es junto a Rappel y la bruja lola. Seguir creyendo en Marx porque venda una salida al capitalismo ilusoria e irreal es como hacerse cristiano porque uno no se quiere morir. A mí los intentos de actualizar el marxismo me parecen un poco lo mismo que Santo Tomás y ese rollo de huida hacia adelante intentando racionalizar lo irracional, que es infumable. Ya hemos tenido "dictaduras del proletariado", no han traido el fin de la historia, Marx fails. Seguir creyendo que es una especie de profeta que dejó escrito todo lo que había que saber me parece gilipollesco, exactamente igual de gilipollesco que los del otro lado que hacen lo mismo con Mises. Un poco de escepticismo, coñe. Marx es uno más de cientos de autores, con sus cosas lúcidas y sus cosas desfasadísimas.
Lo de identificarse o no con el proletariado del S. XIX... desde luego las condiciones del S. XIX ahora están llegando a otras zonas del planeta. Pero ser pobre o rico no es un absoluto. Es relativo. Aquí y ahora la mayoría de trabajadores podemos tener objetos, algunas comodidades... pero somos pobres. No tenemos poder de decisión alguno sobre nuestras vidas. Todo lo que tienes se puede ir a la mierda en un año, o menos. No tenemos nada. De nada vale que me digan que peor están en África, que lo están, pero no vivimos en África. Aquí hay gente que gasta en dos horas lo que a mi me cuesta ganar en un mes. Y si encima me hacen sentirme como un privilegiado me han metido un gol por toda la escuadra.
Con este párrafo estoy totalmente de acuerdo, pero es que no hablo de desarrollar complejo de "otros están peor", que comparto también con que es mierda cristiana. Simplemente intento decir que hay un sistema mucho más complejo del "proletario vs burgués". De hecho creo que la cosa nunca ha abandonado la estructura feudal del todo, solo que se han sustituido a los nobles por la alta burguesía y la Iglesia por la casta del derecho. Y ahora mismo la cosa va más así:

Imagen
https://flitipoo.files.wordpress.com/20 ... humano.jpg

No compañero, tu plusvaía te la han robado a ti. Solamente a ti. ¿Te han dejado poner precio a tu trabajo? ¿Has decidido como se reparte el beneficio? Te roban a ti y tú deberías de poder decidir donde va tu plusvalía, si eres insolidario a tu bolsillo y si no lo eres a paliar desigualdades. Pero tú no has decidido nada ni has robado nada a nadie.
No, a mí no me roban nada, a mí me pagan con dinero robado. Me pagan poco y mal y estoy abajo de una estructura vertical absurda donde muchos se lo llevan crudo currndo menos que yo. Eso es impepinable.. Pero si mi "cliente final" es la banca, yo lo siento mucho, pero lo que soy es un mercenario y mi trabajo no me dignifica una mierda, es simplemente un mal necesario. Que pudiera elegir poner precio a mi trabajo o pudiera elegir como se reparte el beneficio simplemente me convertiría en un mercenario mejor posicionado. ¿por qué especular en bolsa es jugar con el trabajo ajeno pero mantener sistemas informáticos para los que juegan en bolsa no lo es? De verdad que me parece para coger con pinzas eso.

Un poco por ahí, es como los de los compas que están promoviendo el boicot a el corte inglés por los despidos. Mira, yo es que ya hago boicot al corte inglés, yo no compro en el corte inglés desde que tengo uso de razón, y ojalá todo el mundo hiciera lo mismo, pero coño, no dejo de lado que es que si todo el mundo hiciera eso, al final todo trabajador de el corte inglés estaría sin trabajo. ¿Cuando los compañeros sean readmitidos ya estará bien darle pasta a esa puta mafia, entonces?

Y podemos seguir con la industria armamentística y un sin fin de industrias y etcéteras, que para mí no es cuestionable su disolución y que hay que asumir que su disolución va a implicar peña en la calle. Incluido mi propio trabajo de fontanero precario del sistema financiero.

Por tanto creo que lo interesante, lo principal, debe ser construir alternativas al sistema. Si no llegamos hasta ahí porque estamos como estamos; pues marcarse unos mínimos de redes de apoyo mutuo que permitan al menos resistir más. Pero desde luego, el quedarse en la visión reclamar mejores condiciones dentro de una megacorp, me parece asumir el discurso socialdemócrata, por mucho que se haga sin subvenciones ni liberados. Que es necesario, claro, no vamos a dejar que dejen a familias en la calle mientras los putos directivos se lo llevan crudo, desde luego. Pero no deja de ser bajar los 10 al área a defender, creerse que eso es ir al ataque solo deja patente que nos llevan goleando 100 años.
Última edición por boiffard el 19 Dic 2015, 22:30, editado 1 vez en total.

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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por blia blia blia. » 17 Dic 2015, 16:16

Quiero señalar que soy afiliado a CNT pero no militante y no controlo mucho el tema, pero dado que no se trata este aspecto del escrito, voy a hacerlo yo y si tiene interés, ya se sumará gente que sepa más.

Ví un comentario en twitter que decía que el punto 4 pecaba de desconocimiento de la legalidad en España. He leído el punto 4 y enlazo con lo que comenta Nico Bellic, se nota que esta gente no presta atención a CNT (supongo que sí en los aspectos más superficiales, pero no en la labor que realmente está haciendo, quizá cnt tenga un problema de comunicación).

Todos sabemos que en la mayoría de empresas hay una doble representación: Comités de Empresa y Secciones Sindicales. En la LOLS se regulan las dos y se habla de los derechos de los delegados sindicales. En los 80 y 90 CNT intentó que algunos de estos cubrieran también a los delegados de las secciones sindicales. Tras una larga batalla legal, aunque se reconocieron ciertos derechos (a tener tablón de anuncios y poder hacer propaganda, creo que a recibir cierta información y alguno más que no recuerdo), quedó claro que los más importantes (que podíann dar cobertura de alguna manera la acción sindical) no eran para los cenetistas.

Quiero señalar que el que sólo los delegados sindicales estén amparados legalmente significa que van a ser principalmente estos (sino en exclusiva) los que den la cara y actúen, lo que no es muy apropiado para los planteamientos anarcosindicalistas, pero que es mejor que nada.

Pues bien, a partir de la década de los 2000 se exploró la defensa jurídica de la acción sindical como derecho fundamental (recogido en la constitución española) y se obtuvieron buenos resultados. De este modo, es la acción sindical lo que cubre a los trabajadores que si pueden demostrar que han sido despedidos o sancionados a causa de la misma, el despido o la sanción es declarado/a nulo/a.

De esta forma todos los trabajadores deben implicarse sindicalmente para “estar cubiertos”, lo que va en consonancia con los métodos del sindicalismo revolucionario. No se tienen que esconder detrás del delegado sindical, sino todo lo contrario.

Y creo que en éstas está CNT, implantando secciones de forma que puedan estar amparadas por la legislación y la jurisprudencia que se ha ido generando. Hay éxitos, hay fracasos, pero lo más importante: hay una estrategia de lucha con un respaldo legal coherente. Una historia muy diferente de la de los años 90 o de la que cuentan nuestros amigos de Equilibrismos.

--------------------------------

Cambiando de tema, quiero hacer un comentario sobre los defensores de “la autonomía obrera” refractarios al sindicalismo. Me parece que se quedan únicamente con una parte de la lucha laboral, los momentos de flujo, en los que los sindicatos son desbordados por las asambleas, piquetes y comités de huelga. Está muy bien que sea así. Desde los sindicatos revolucionarios deberían ser conscientes de ello y buscarlo, sabiendo cómo participar de ello.

El problema es el día a día en el que el conflicto es latente o no moviliza a una parte importante de la plantilla. Ahí el sindicato es lo único que hay. Prueba de ello es que los trabajadores que se ensalzan de las luchas de la época de la transición, son los mismos que, al ver que la cosa declinaba, fueron a los sindicatos, algunos de los más “concienciados” a la CNT (principalmente al sector que después pasa a ser CGT).

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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por niko bellic » 21 Dic 2015, 19:51

"auto tirón de orejas", tengo pendiente seguir en este debate :-?

Parte de lo que quería decir lo dice el compañero bla bla bla. Me he explicado como el culo pero el sabía por donde quería ir :lol:
"Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla. "

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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por boiffard » 21 Dic 2015, 20:03

Si lo dices por contestarte a mí... no quiero off-topiquear otro hilo más dando la coña con lo que me gusta el manifiesto de Bob Black, voy a hacer un poco como Tarugo, que como no-militante el tema no me toca mucho y me pierdo. Pero vamos, así rápido, siguiendo la pirámide de Brieva, yo ahora mismo me veo a camino intermedio entre el grupo II y el III; y por eso me cuesta identificarme con el proletariado del XIX, que considero que el equivalente es el grupo IV. No me vas a hacer cambiar de opinión. :-OO

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Re: Recuperar el trabajo como campo de batalla

Mensaje por niko bellic » 21 Dic 2015, 20:13

... Y seguramente tú a mi tampoco :P , pero me encanta debatir con gente que tiene una opinión formada, así aprendo. Y además creo que es útil hacerlo en público.
"Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla. "

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