Es que es imposible poner paz en determinadas personas. Tenemos ahí a Calabotí, que por lo que le leo, ha debido de tener cuarenta enfrentamientos con la gente de Joaquín Costa. A ese no puedes perdirle ni tranquilidad ni debate sereno en ese tema, así que lo mejor es dejarlo en paz. Y con los otros protagonistas de otros sitios, pues pasa exactamente lo mismo. El manifiesto ese de Joaquín Costa, es que no hay por dónde cogerlo ¿Iré yo a facilitar un acercamiento entre dos polos que se repelen? Ni de coña. Yo hay gente a la que ni en sueños me acercaría a conciliar, porque me iba a quedar sin dentadura, y ya es uno un poco mayor para perder dientes.Francisco escribió:Joreg, coincido completamente en lo que dices abajo de las decisiones las deben tomar les afectades, también agradezco tu tiempo para haber explicado bien el conflicto sobre las desfederaciones y expulsiones, aquí entramos en otra dinámica, yo no vengo a defender que las expulsiones las hicieran otros en otra época, vengo a decir que deberíamos utilizar más la autocrítica interna, el saber encajar una crítica, el dejar que una opinión contraria nos llegue y pensarla, sólo eso.
Pero hay una manera muy simple de hacer que las cosas mejoren: si no quieres guerra, no la facilites. No te metas en pendencias de ese tipo. Pasa de todo ese enredo. ¿Que hay con esa actitud trastornos negativos? Bueno, pero es que es mucho más descansado, y de la otra manera, involucrándote, lo único que haces es dar fuerza a un bando y a la guerra esa, y pierdes un torrente de energía.
Desde que en los noventa vi la cantidad de follones e incongruencias que se llevaban a cabo, pensé que lo mejor era quitarse del medio y dedicar los pocos esfuerzos que llevo a cabo, a cosas productivas. Intento presentar los deberes hechos, mostrar las cosas que hago bien, facilitar que otras personas militen con un ambiente sano, proporcionar materiales formativos, ser positivo con las cosas que hacemos... Creo que con esta actitud mía, he contribuido a que la CNT sea un poquitín más grande. Y es la actitud que recomiendo, en líneas generales.
Que el crecimiento que deseamos no se haya producido, se debe a muchos factores. Hay muchísimos obstáculos al crecimiento: el sistema de relaciones laborales, los cambios producidos en el tejido empresarial español, la sociología del trabajo y la modificación de mentalidad de la sociedad de consumo, la predominancia durante todo el siglo XX de la tendencia autoritaria dentro de la izquierda, los mecanismos de integración de la disidencia... Ten en cuenta que expulsiones de federaciones enteras se producían en la CNT de tiempos republicanos, y deserciones de sindicatos enteros a la UGT, y había una represión feroz, y sin embargo la CNT pegaba unos tirones afiliativos tremendos. Ahora mismo lo que nos mantiene a raya, y lo que hace que nuestros resultados estén cogidos con pinzas de la ropa, son muchos problemas variados. De ahí lo importante que es que lo poco que podemos influir internamente, en la limitación de conflictos absurdos, que dependen poco más que de nosotros, hagamos lo posible por limitar esos enfrentamientos.Francisco escribió:Es normal que llevemos muchos años estancados en el mismo número de afiliados, en cuanto comienza la cosa a marchar hay expulsiones, peleas internas y demás historias que desaniman y echan a mucha gente para atrás.