Dios y el Estado de Bakunin

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Bakunas
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Dios y el Estado de Bakunin

Mensaje por Bakunas » 16 Feb 2012, 22:36

Dios y el Estado
Bakunin


En la Rusia del despotismo, de la esclavitud y de la explotación del pueblo por la aristocracia y burocracias zaristas de 1814, nació Mijail Bakunin. Este pasó a la historia por su vida incesante guiada por su pasión por la libertad absoluta que le llevó a una constante aventura llena de alegrías y sufrimientos.
Entre sus influencias más importantes están Schelling,Fichte, Kant, Hegel o Stein, en 1844 fue a Paris donde conoció, entre otros, a Marx y Engels y se hizo amigo intimo de Proudhon, pero la fuerte personalidad de Bakunin lo llevo a tener unas ideas originales. Fue evolucionando de un cierto “idealismo romántico” a un materialismo ferviente; Demetrio Velasco en “Ética y Poder Político en M. Bakunin” divide sus etapas en el Bakunin conservador (1835-1845), demócrata-socialista (1842-1848) y nacionalista-democrático y paneslavista (hasta su muerte); existen muchas más formas de dividir sus etapas de pensamiento, como también las que hace Hepner, pero lo que tienen en común todas es que muestra que fue una persona nada dogmatica y de mentalidad abierta, él afirma en Dios y el Estado (aunque en un contexto diferente) “todo desenvolvimiento implica necesariamente una negación, la de la base o del punto de partida”
Esta obra, como muchas otras de él está inacabada y sus fragmentos fueron rescatados por Carlo Cafiero y Elisée Reclus, este fue uno de los frutos de su desorden activo que siempre lo llevó a planificar y comenzar libros enormes que nunca acabó o textos que se iban hacia otros temas distintos de los que empezaba a tratar. Todo su legado sería inconcluyente sino llega a ser por su gran idea central y revolucionaria: la localización de la clave de todos los conflictos en el poder.
Dos conceptos claves para entender a Bakunin y su crítica a la religión y al Estado son el de autoridad y el de libertad, en este libro define la autoridad como “el poder inevitable de las leyes naturales que se manifiestan en el encadenamiento y en la sucesión fatal de los fenómenos, tanto del mundo físico como del mundo social” leyes contra las que es imposible la rebeldía porque son las condiciones mismas de nuestra existencia, sobre otro tipo de autoridades como las de los especialistas afirma que las respeta pero no reconoce ninguna como infalible y por lo tanto tampoco permite que nadie se la imponga, ni hombre ni Dios. La libertad para él no acaba donde empieza la del otro, sino que juntas se complementan porque no se puede ser libre mientras exista un esclavo, es una idea de libertad oceánica, esta consiste en el pleno desarrollo de todas las potencias materiales, intelectuales y morales que se encuentran latentes en cada uno.
Desde la primera página de este libro comienza la crítica al idealismo y a las moralistas de las escuelas metafísicas que seguirá durante toda la obra, afirma que idealismo teórico se transforma incesante y fatalmente en materialismo práctico y que este idealismo teórico o divino tiene por condición esencial el sacrificio de la lógica, de la razón humana, la renuncia a la ciencia y que al defender las doctrinas idealistas, se halla uno forzosamente arrastrado al partido de los opresores y de los explotadores de las masas populares.
Otro, de los muchos, errores que menciona de los idealistas y que vale la pena resaltar es el de que busca la base de la moral en el individuo aislado, cuando desde la óptica social de Bakunin esta solo se encuentra en los individuos asociados (punto de vista que no ha sido tomado en cuenta por muchos pensadores que han criticado la moral humana siempre viéndola desde el individuo aislado)
Estrechamente ligado a ese materialismo propio de Bakunin comienza su crítica a lo que él llama “locura colectiva” y nos explica que el último refugio y la expresión suprema de todos los absurdos y contradicciones del idealismo es Dios, su existencia y la inmortalidad del alma son dos ficciones absurdas. La moral divina expresada en la máxima “amarás a Dios más que a ti mismo y amarás a tu prójimo tanto como a ti mismo” implica el sacrificio propio y del prójimo ante Dios, algo inmoral pero que se hace para conseguir la salvación del alma, esta salvación es exclusivamente individual por lo que destruye la colectividad humana. En palabras de Bakunin: “Lo que el hombre religioso busca sobre todo y lo cree encontrar en la divinidad que ama es a sí mismo, pero glorificado, investido por la omnipotencia e inmortalizado. También sacó de él muy a menudo pretextos e instrumentos para someter y para explotar el mundo humano” por eso el culto cristiano es la exaltación del egoísmo ,es la negación de toda solidaridad puesto que fuera de la sociedad no quedan más que relaciones del hombre aislado con su Dios, es decir consigo mismo.
Bakunin compara la relación de un perro con su amo con la de un hombre ante Dios, hace un análisis de la evolución de la religión desde la época del fetichismo, pasando por los brujos y el salvaje que adoró todos los fenómenos de la naturaleza grandiosos y terribles (la tempestad, el trueno, el viento, el sol…) cuanto más se alejaba el hombre de la divinidad ,es decir de la potencia que causa miedo, más respetable y grandiosa parecía: Hasta que definitivamente se adoró una divinidad invisible. El procedimiento para llegar a ella fue el de la abstracción o eliminación por eso el resultado es el abstracto, absoluto, la nada: Dios. La teología, por tanto, tiene la habilidad de hacer de la nada lo real y de lo real la nada.
Para justificar la inexistencia de Dios utiliza más argumentos lógicos(imposible por el límite de espacio explicarlos todos) como los de que si es perfecto no podría crear algo imperfecto, o “Si dios existe, el hombre es esclavo; ahora bien, el hombre puede y debe ser libre; por consiguiente, dios no existe.”, alude a misterios como los de cómo Dios tenía un hijo y por qué; o que los dogmas cristianos hayan sido elaborados en una serie de trabajos teológicos, literarios y en los concilios, y analiza diferentes religiones monoteístas y politeístas llegando siempre a la misma conclusión: Dios no existe y su creación es un medio para esclavizar a las personas alejándolas del verdaderos conocimiento y transformándolas en ovejas.

Los moralistas de la escuelas metafísicas que a primera vista intentan reconciliar la revelación divina y la razón humana, el individualismo y el socialismo; no hacen otra cosa que un absurdo utilizando, siempre como salida de cuestiones indiscretas que se les plantean y son incapaces de resolver, evocar a Dios, esto es porque la metafísica es la hija y heredera más o menos obediente de la teología.
La sociedad burguesa está fundada en la moral metafísica, he aquí donde entramos en el concepto de Estado. La religión, la clase explotadora y el Estado están estrechamente ligados en una relación de conveniencia mutua. En 1830 cuando la rica burguesía había remplazado definitivamente a la antigua nobleza en el poder (con ayuda del proletariado) sintió que la religión era necesaria para el pueblo, no existe Estado sin religión, esta convence a las masas de la bondad de una institución social cualquiera.
El revolucionario ruso dice en esta obra: “El estado no es la sociedad, no es más que una de sus formas históricas tan brutal como abstracta. Ha nacido históricamente en todos los países del matrimonio de la violencia, de la rapiña, del saqueo, en una palabra de la guerra y de la conquista con los dioses creados sucesivamente por la fantasía teológica de las naciones”
Esta concepción del Estado como instrumento para organizar políticamente la explotación de la mayoría por una minoría determina que la moral de los Estados es de que todo lo que le sirve es bueno y lo que es contrario a sus intereses es declarado criminal siendo la moral política contraria a la moral humana y el Estado la negación de la humanidad.
Todo esto se mantiene por la influencia que tiene en el hombre la sociedad, el mayor impedimento para el progreso y para la emancipación más rápida de la especie humana es que la gran mayoría de los hombres, no sólo en las masas populares, sino en las clases privilegiadas e instruidas tanto y a menudo aun más que en las incultas, están intranquilos y no se sienten en paz consigo mismos más que cuando en sus pensamientos y en todos los actos de su vida siguen fielmente, ciegamente, la tradición y la rutina. Las causas de esta lentitud desoladora y tan próxima al estancamiento que constituyen la mayor desgracia de la humanidad son múltiples pero una de las más considerables es la ignorancia de las masas. Privadas general y sistemáticamente de toda educación científica, gracias a los cuidados paternales de todos los gobiernos y de las clases privilegiadas que consideran útil mantenerlas el más largo tiempo posible en la ignorancia, en la piedad, en la fe; ignoran igualmente la existencia y el uso de instrumento de emancipación intelectual que se llama la crítica, sin la cual no puede haber revolución moral y social completa. Las masas a quienes interesa tanto rebelarse contra el orden de cosas establecido, se adaptaron más o menos a la religión de sus padres, a esa providencia de las clases privilegiadas.
Bakunin, como anarquista, federalista, internacionalista, colectivista y anti teísta, defiende la libertad real y total de la humanidad superando los yugos de la Iglesia y el Estado elementos en los que se apoya la minoría dominante para sojuzgar a la mayoría desposeída.
Bibliografía:
-Bakunin, Mijail: Dios y el Estado ,Barcelona, Liberdúplex, 2009
-Dolgoff, Sam: La anarquía según Bakunin, Barcelona, Tusquets, 1976. Apuntes biográficos de James Guillaume.
-Bakunin, Mijail: Dios y el Estado, La Plata (Argentina), Terramar. Comentada por Christian Ferrer.
-Velasco, Demetrio: Ética y poder Político en M. Bakunin, Bilbao, A.G. Rotengui, S.A.L., 1993
-Carr, E.H.: Michael Bakunin, ediciones Grijalbo, S.A. , 1972
"Os arrancaré los ojos para que aprendáis a ver con el corazón"

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