lisandrofree escribió:matias estas delirando mal
juguete rabioso como se nota q sabes leer... decis que nadie nombra el golpe de uriburu...., y yo acaso no lo hice?
reafirmo todo lo q dije muchisimos anarquista apoyaron la usa q despues serian los fundadores de la cgt
la FORA en el golpe no reacciono, penso q se trataba de una pelea interburguesa asi le fue... cuando se dieron cuenta tuvieron aniquilados a los sindicatos de ladrilleros, panaderos y chauffers, sus mejores militantes sufrieron torturas tremendas
y de ahi no pudo recuperarse nunca.
parece q aca nadie desarrola mucho, ninguno pasa de un par de lineas, se ve q ya tienen todo claro y no tienen nada que analisar..
son todos cumpadritos ensima
Cuanta soberbia por favor y que visión acotada y reduccionista. La prescindencia no fue solo de la FORA, misma actitud tomaron la USA (sindicalistas puros) y la COA (Socialistas), pese a que los editores de La Protesta insistían con la necesidad de la resistencia.
Pero mejor pego citas de libros:
Diego Abad de Santillán. “La FORA. “Ideología y Trayectoria del Movimiento Obrero Revolucionario en la Argentina”
La fuerza numérica de la F. O. R. A. es muy variada a través de los tiempos; después de 1915 quedó reducida a poco más que al nombre y a la gran voluntad de un puñado de compañeros; en 1919 y 1920 la vemos predominar como fuerza sindical organizada; sigue otra nueva decadencia paulatina, y volvemos a verla hacia 1925-26 sumamente restringida en sus efectivos numéricos. En 1929 y 1930 la volvemos a encontrar enormemente fortificada, no bajando de cien mil la cifra de los afiliados. Tenía en 1910 el control casi exclusivo de la vida sindical del país y luego la vemos varios años casi en la clandestinidad, reducida al mínimo de organización, a causa de las persecuciones, deportaciones y obstáculos policiales y legales .
Raramente encontraremos un organismo obrero que haya sido más perseguido por el capitalismo y el Estado que la F. O. R. A. ni que haya ofrecido tanta resistencia a la destrucción decretada tantas veces por la reacción triunfante. Si la F. O. R. A. hubiese sido solamente una organización, habría sucumbido cien veces, porque cien veces ha sido deshecha; pero es algo más, es un movimiento social y de ideas que podría existir inclusive sin organizaciones que la representaran, como ha ocurrido más de una vez.
Su crecimiento en 1929 y 1930 fue una de las causas del golpe de Estado del General Uriburu, que inauguró el 6 de septiembre de 1930 la era de los gobiernos fascistas en la Argentina. Por un error de interpretación no se hizo al golpe de Estado bien previsto la resistencia necesaria, pero durante la dictadura de ese General fue la F. O. R. A. la única organización que, fuera de la ley, sin locales donde reunirse, sin prensa que relacionara sus gremios, sin otros recursos que los exiguos de una peligrosa clandestinidad, ha mantenido en los trabajadores alertas el fuego sagrado de la rebelión y de la lucha.
Actualmente, con el llamado gobierno constitucional, la F. O. R. A. sigue fuera de la ley, como en tiempos de los 18 inolvidables meses de terror militar uriburista. Quizás esa reacción logre desbaratar sus cuadros orgánicos, reducir los efectivos de sus sindicatos; pero en cuanto a herir de un modo sensible el porvenir de la Federación, eso no lo tememos.
Por su misma cualidad de organización de combate, expuesta a todos los peligros, no se le podría exigir permanencia y solidez orgánica en sus cuadros sindícales; a veces se ha visto deshecha en tanto que organización, pero ha quedado siempre en pie como bandera y como idea y nosotros nos sentimos más orgullosos de una F. O. R. A. reducida al mínimo de cotizantes por las persecuciones feroces de los adversarios que si se le hubiese consentido un desarrollo pacífico como a los organismos reformistas que disfrutan de todos los favores del Estado y del capital.
Han pasado por la F. O. R. A. millones de trabajadores; unos le ofrecieron una adhesión más larga y otros más corta; unos han llevado un sedimento mayor y otros menor de ideas y enseñanzas; en todos los hombres no tiene la misma intensidad el amor a la justicia y la abnegación para bregar por ella. Pero de ese paso por la organización revolucionaria, queda siempre algo y ese algo reflorecerá cuando llegue la hora decisiva.
No está exenta de errores; como se equivoca el individuo, se equivoca también la organización; pero con errores y equivocaciones, la F. O. R. A. ha hecho por los trabajadores en su lucha contra el capitalismo y la opresión estatal lo que no hizo ninguna otra fuerza social en la Argentina.
En una palabra, tenemos motivos para levantar en alto orgullosos la bandera de la F. O. R. A., y sobre todo en estos momentos en que ha sido puesta fuera de la ley, para reivindicar su obra y anunciar su porvenir.
No quiere eso decir que se haya llegado a la cima de la perfección, que se haya terminado el ciclo de su desarrollo, que no haya otra cosa que hacer que seguirla pasivamente, sin pensamiento propio.
Nosotros somos siempre críticos de la propia obra y quisiéramos que toda verdad fuese reelaborada continuamente, porque en esa reelaboración estaría su vida
Ángel Cappelletti. “El anarquismo en América Latina”
*La decadencia del movimiento anarquista latinoamericano se puede atribuir a tres causas:
1-Una serie de golpes de estado, más o menos fascitoides, que se producen alrededor de 1930. Que en ciertos casos, como ocurrió en Argentina, llegan a desarticular enteramente la estructura organizativa y propagandística de las federaciones obreras anarcosindicalistas.
2-La fundación de los partidos comunistas (bolcheviques). El apoyo de la Unión Soviética y de los partidos afines europeos les confiere una fuerza de la que carecen las organizaciones anarquistas, sin más recursos materiales que las cotizaciones de sus propios militantes.
3-La aparición de corrientes nacionalistas-populistas (más o menos vinculadas con las fuerzas armadas e inclusive, a veces, con los promotores de golpes de estado)
En 1930 contaba la FORA con más de 100 mil afiliados: Su crecimiento fue, según opina Santillán “una de las causas del golpe de estado del general Uriburu”
Después del golpe fascista y de la consiguiente represión contra los militantes anarquistas y comunistas, los sindicatos de la USA, que estaban en manos de los sindicalistas puros, aunque no sin la participación de dirigentes todavía autodenominados anarquistas, se fusionaron con los de la COA, dominados por los socialistas reformistas, y originaron la CGT, cuyos miembros no fueron perseguidos por el gobierno dictatorial