Memoria historica, revisionismo y violencia anarquista

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Urkijo
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Re: Memoria historica, revisionismo y violencia anarquista

Mensaje por Urkijo » 15 Ene 2009, 10:59

Goliath escribió:¿Es sólo a mí que me parece que el artículo de El País sobre Melchor Rodriguez tiene una extraña tendencia a presentarle como una rara avis dentro del Movimiento Libertario, un buen hombre que equivocó el camino, que tenía "sus cosas" como todo el mundo, pero que en el fondo de su corazón tenía un sentimiento de caridad cristiana que alguien contaminó en su más tierna infancia...?
Yo lo veo más bien como un intento, cogido con calzador, de presentar una tercera España, pero no una libertaria, como incautamente podría pensarse en principio, sino como aquella que no estaba ni con unos ni con otros, al estilo Salvador de Madariaga, o como la de los buenos en un bando y en otro.

El País está tratando de reescribir la Guerra Civil, la dictadura y la Transición, cada domingo tengo menos dudas
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Re: Memoria historica, revisionismo y violencia anarquista

Mensaje por Urkijo » 12 Feb 2009, 10:30

Aprovecho este hilo para copiar el siguiente artículo de Mauricio Basterra, aparecido orginalmente en Bicel -para quien no lo conozca, el boletín interno de la FAL-, en diciembre de 2008.
La mala utilización historiográfica del anarquismo

Qué duda cabe la temática de la Guerra Civil Española y de los movimientos obreros, así como sus protagonistas, es objeto de trabajos de investigación constantes que nos hacen acercarnos cada día más a una realidad apasionante.

Si bien existen muchos trabajos que tratan esta temática de forma seria y documentada, así como se rescatan memorias y testimonios del momento de gran valor, otros trabajos no sirven sino para encender pasioneso justificar ideas actuales poniendo a la historia como testigo. Y esto último no es solo exclusivo de la derecha política, que tiene personajes del inframundo pseudohistórico que rescatan todas las obras franquistas del periodo dictatorial, sino de izquierda que quiere justificar sus posiciones culpabilizandoa los demás. Y, curiosamente, quieren culpabilizar a aquellos que hoy, por diversas circunstancias, tienen más difícil su defensa o directamente imposible.

Toda una serie de obras, tanto literarias como cinematográficas, se ha sucedido en los últimos tiempos y ha puesto en el punto de mira a los anarquistas. Algunas con una abierta mala fe, otras por un completo desconocimiento de todo lo que son ls ideas anarquistas.

Hemos vuelto a ver una amplia gama de estereotipos alrededor del anarquismo. Desde documentales como El honor de las injurias hsata novelas como Pólvora negra, pasando or supuestas memorias como Diario de un pistolero anarquista hasta obras de investigación histórica como El escudo de la República o La Batalla de Madrid. En todas ellas se ofrece una visión distorsionada del anarquismo, una no profundización en las figuras que lo componen o el convertir la anécdota en una generalidad. En esta última línea también podría encajar la obra La revolución traicionada. A cada uno de estos ejemplos (existen muchos más) se le puede argumentar su desconocimiento, parcial o completo, de la historia del anarquismo.

El caso del documental El honor de las injurias, realizado por Carlos García-Alix, rescata la figura de Felipe Emilio Sandoval Cabrerizo. Nacido en el barrio madrileño de Las Injurias a finales del siglo XIX, recorre la vida de este personaje desde su niñez hasta su muerte (suicidio) en el Madrid de la inmediata posguerra. Si bien a Sandoval no se le puede negar ni la militancia ni la ideología anarquista (no vamos a caer aquí en falsos testimonios) lo cierto es que sus acciones y su modo de comportamiento son minoritarios en el anarquismo en general y en el madrileño en particular. Y aquí es donde valoramos que García-Alix ha errado. Porque ha confundido, dentro de las estructuras anarquistas, "grupo de defensa confederal", "grupo específico anarquista" y "grupo de acción". Los primeros eran creados por la CNT para llevar a cabo acciones concretas contra los intereses patronales cuando la situación de clase obrera corría algún tipo de peligro. Los formaba en su amplia mayoría trabajadores. Como miembros de estos grupos habría que destacar a Cipriano Mera o Eduardo Val. El grupo específico eran los grupos anarquistas de afinidad,la mayoría en Madrid dentro de la FAI. Su misión era más política y social, de concienciación entre los ciudadanos pra extender el anarquismo. Personajes como Melchor Rodríguez o Lorenzo Iñigo pertenecían a este grupo de militantes. Por lo que respecta a los grupos de acción, eran completamente aislados, no tenían vinculación con la CNT o con la FAI, a pesar de que sus miembros pudieran estar afiliados a cualquiera de las dos organizaciones. Sus acciones eran más expeditas. Sandoval pertenecía a esos grupos, que fueron minoritarios entre el movimiento. Incluso se llega a la condena de tales acciones por considerarlas contraproducentes para el avance social del anarquismo. El pleno de la FAI de enero de 1936 condena los atracos como medio de acción revolucionaria.
La presentación de Sandoval durante la Guerra Civil como un dirigente de la "policía de la revolución" con una saña sin cuartel deja muy mal gusto. Se habla de "checas" anarquistas, cuando los anarquistas nunca tuvieron checas. Las checas fueron las prisiones secretas del Partido Comunista. Los anarquistas participaron de las prisiones del Frente Popular, junto a todas las organizaciones del mismo. Prisiones que con Juan García Oliver al frente del Ministerio de Justicia quedan clausuradas, lo mismo que las sacas de presos con Melchor Rodríguez al frente.

Haciendo una valoración general de este documental esta claro que la imagen del anarquismo queda distorsionada por la figura de Sandoval, cuyas acciones y procedimientos fueron minoritarios (mas teniendo en cuenta que las fuentes que utiliza de la Causa General parece en muchas ocasiones que no son cuestionadas). Da la sensación que el anarquismo estaba compuesto por una legión de pistoleros, matones y hampones. Lo que alguna seudohistoriografía de derechas ha denominado "los gánsters de la República". Que alejado de la realidad del momento. No se hace referencia a los ricos debates del movimiento libertario madrileño, donde Sandoval nunca entró, al desarrollo social y cultural del mismo que es lo único que explica la creciente influencia que la CNT estaba adquiriendo en el campo sindical madrileño a despecho de la UGT. Por no hablar de los límites bastante difusos de las sociedades obreras y sindicatos de una y otra organización.

Este tipo de visiones sirve para que historiadores como Ángel Viñas o periodistas como Jorge Martínez Reverte, lleguen a conclusiones completamente aberrantes de casos de la represión en la retaguardia republicana. Para Viñas y Reverte la implicación de la CNT en la matanza de Paracuellos es obvia. En el caso de Viñas leer sus páginas es casi una apología de inquina contra el anarquismo. A pesar de la existencia del acta que Reverte reproduce, pero que no da ningún dato arhivístico de la misma, los datos objetivos del momento histórico nos hacen ver que la CNT no tuvo nada que ver en Paracuellos. Habría que preguntar a Reverte de donde se saca el nombre de Amor Nuño, que fue elegido Consejero de Industria en la Junta de Defensa de Madrid (JDM), para implicarlo en esta masacre. Porque no se tiene en cuenta que los controles de la salida de Madrid, en la madrugada que comienza las ejecuciones en Paracuellos, están en manos de la Junta de Defensa de Madrid y no de la CNT (repasen las actas de la Junta de Defensa de Madrid). Porque tampoco se tiene en cuenta que los batallones de etapas de las sacas de presos los controlan los comunistas y no los anarquistas. Porque si el acta de responsables que se cita habla de ejecutar presos también hace referencia a que se ha evitado el asalto a la embajada chilena donde había fascistas emboscados. ¿Por qué tanto empeño en culpabilizar a los anarquistas, cuando las acciones de freno a estas cuestiones parten precisamente de los anarquistas? Porque son García Oliver y Melchor Rodríguez quienes frenan todo esto. Sin embargo, para Viñas, García Oliver solo es un hipócrita. Da validez a toda la versión con tal de encausar a los anarquistas en este asunto. Y sobre todo lo han hecho sin ningún tipo de criterio documental. Es seguro que todas las organizaciones integrantes del Frente Popular que formaban la JDM supieran de la saca de presos y de la ejecución en Paracuellos. Saberlo no es ejecutarlo y mucho más cuando se está afirmando la ejecución de más de 2.000 personas y apuntando nombres como los de Amor Nuño.

Otra dimensión es el libro de Miquel Mir, Diario de un pistolero anarquista. En este caso baila hasta la propia fuente. Según el autor dicho diario lo recogió del archivo de la FAI en Londres. ¿Qué archivo de la FAI en Londres? En Londres no hay ningún archivo de la FAI. Los archivos de la FAI se encuentran en el Instituto de Historia Social de Ámsterdam y hay copia microfilmada de los mismos en España. Hay otra parte de archivos de la FAI, generados en el exilio, en Francia. Pero en Londres no hay nada. ¿Cómo que obra pues en poder de Miquel Mir el 80% del archivo de la FAI? ¿No sabe que los documentos de la FAI tienen la tituralidad de éste reconocido por acuerdo con Ámsterdam? ¿Cómo es posible que si tiene dicha documentación vaya a entregársela a la Generalitat de Cataluña cuando tiene legítimos dueños? Yo conozco el archivo de la FAI y no contiene ni ningún diario ni ninguna lista de ejecuciones. Lo que es curioso, lo mismo que ocurre con Viñas y Reverte que tienen una pertenencia ideológica muy definida, en el caso de Mir es miembro de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Y es curioso que para contrarrestar responsabilidades de otros grupos se tenga que acusar siempre a los mismos.

En distinta medida, al ser una novela, nos podemos referir a la obra de Montero Glez Pólvora Negra. El autor recrea los preparativos y vicisitudes del atentado que Mateo Morral comete el 31 dew mayo de 1906 contra el rey Alfonso XIII el día de su boda. Si bien la obra comienza con una fuerte crítica a las actitudes policiales del momento, después se pasa con armas y bagajes a toda una teoría de la conspiración sobre los orígenes de dicho atentado. Y tal como se dijo en la época, y después algunos autores han seguido manteniendo, a pesar de que esta más que demostrado que no fue así, se apunta a Francisco Ferrer Guardia como instigador de ese atentado. El autor se basa en una obra como la de José Esteban, Mateo Morral. El anarquista, donde también apunta a la implicación del pedagogo libertario. Esta más que demostrado que Morral no actúa inducido por nada y por nadie. Tal como Angiolillo había hecho en 1897 o Artal contra Maura, eran acciones individuales, pues para ellos atentar contra la vida de los promotores de la represión contra el movimiento obrero podía ser la chispa que activase el estallido de una revolución. Visión que para nada se cumplió y que fue constantemente criticada por el anarquismo organizado. En la novela de Montero Glez se confunde toda una suerte de personajes de los bajos fondos de Madrid (nuevamente, como en el caso de la obra sobre Sandoval, el intentar vincular el anarquismo con el mundo del hampa) que dejan todo el esquematismo que conviene. Un Mateo Morral enfermo y esquematizado en todos los aspectos, un Ferrer obsesionado o frases completamente inverosímiles como la que pone en boca de Carlos Malato (al que presenta como un vulgar dinamitero) de que es mejor que siguieran deteniendo a Ferrer para poder seguir haciendo propaganda del anarquismo. Esto es lo que Montero Glez afirma en la novela que le dijo Malato a Fernando Tarrida del Mármol. Con ello completa toda la visión derechista y franquista de la historia, donde todo fue fruto de conspiraciones masónicas, de contactos anarquistas-republicanos (por las páginas de la novela también aparece el director de El Motín, José Nakens) y utilizaron el chivo expiatorio de Morral, con todo un andamiaje tan bien hecho, que ni los propios jueces se dieron cuenta y liberaron a todos los culpables de la trama. Nada que envidiar, en la actualidad, a la campaña de determinado periódico sobre los atentados del 11-M.

Pero si bien existe toda esa bibliografía y obras que tratan el anarquismo desde una perspectiva completamente inaudita, hay otra que surge, que al amparo de un paraguas libertario llega a conclusiones similares. Quizá, y por citar solo uno, la obra La revolución traicionada. La verdadera historia de Balius y los amigos de Durruti vendría a redundar en toda una historia sorprendente de anarquistas traicionados por sus propios compañeros, de militantes libertarios guiados por intereses espúreos para sus propios beneficios (como los ministros anarquistas) y haciendo de la CNT y la FAI organizaciones completamente infantiles, donde tan solo una minoría como Los amigos de Durruti sabían de la realidad de la situación. Poco se ha documentado el autor al respecto. Si algo distinguió a la CNT a lo largo de toda su existencia fueron sus análisis pragmáticos y al mismo tiempo revolucionarios. La colaboración con la República durante la Guerra Civil no se ciñe solo a cuatro ministros (del quinto, Segundo Blanco, nadie se acuerda de él). El que no fue ministro fue alcalde o concejal, el que no estuvo en carabineros tuvo mando en el ejércit, etc. Si por algo se tiene que distinguir la posicion de la CNT y la FAI durante la guerra fue precisamente por la generosidad en ceder en sus postuladosen vista de la victoria sobre los militares sublevados. Cosa que ningún otro grupo político del campo leal realizó. Pero parece que hay una tendencia a hacer generalidad de la anécdota. Los Amigos de Durruti fueron un pequeño grupo dentro de la CNT catalana, no la CNT en sí. Estas defensas tan enconadas a estos grupos me recuerdan a la obra del marxista Grandizo Munis; Jalones de derrota, promesas de victoria, donde todo el mundo estaba equivocado menos el pequeño grupo que él encabezaba. Con este modo de entender la Revolución Española se da a ver una serie de militantes de la CNT, no olvidemos que la organización obrera más grande de todo el campo antifascista, fuera de lugar y manipulados por una minoría perversa que buscaba el poder. Nada estuvo más lejos de la realidad.

Podríamos poner muchos casos más (por ejemplo, la amplia bibliografía que surgió alrededor de Mayo de 1937, con obras como las de Ferrán Gallego), pero sería alargar algo, redundando en lo mismo. El trabajo de la historiografía anarquista o que trate el anarquismo se tiene que hacer de forma seria, trabajada y sosegada. Material hay. Hay archivos, como los de la CNT o la FAI, completamente inexplorados para muchas investigaciones. Lo mismo que la búsqueda de documentación en archivos generales con legajos aún por explorar. Igualmente, para estos estudios siempre habrá plataformas que posibiliten su divulgación y conocimiento; Germinal. Revista de estudios libertarios o la Fundación Anselmo Lorenzo (FAL) son las dos mejores muestras de ello. Y esto sin desdeñar el trabajo que en muchos otros ámbitos se está haciendo en esta misma línea, cuya única misión es recuperar la historia del movimiento libertario español.
http://www.lahaine.org/index.php?p=35096
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Re: Memoria historica, revisionismo y violencia anarquista

Mensaje por regue » 20 Feb 2009, 11:49

taparse la nariz antes de leer... :roll:
Los progres y los laicos causaron una semana de terror criminal


Pascual Tamburri Bariain

La propaganda radical laicista generó terrorismo, revolución y división. Dolors Marín cuenta en un libro cómo ya hace un siglo una escuela dividió a los españoles.


Francisco Ferrer Guardia es hoy un personaje casi desconocido por los estudiantes españoles. Hace exactamente un siglo, sin embargo, su nombre dividió a España y a Europa. Para unos fue un paladín de las libertades, de la acracia, del progreso y de la pedagogía moderna; para otros fue un sembrador de rencores en la sociedad barcelonesa, un manipulador de conciencias y un responsable directo de la revolución en la Semana Trágica de julio de 1909, que ensangrentó Cataluña. Inocente o culpable, Ferrer fue condenado a muerte por un tribunal, su sentencia fue ejecutada y su recuerdo está en las raíces de la lucha entre las dos España que una generación después terminó en la guerra civil. Dolors Marín cuenta en un libro de interesante divulgación cómo se llegó a ese punto.

Hace un siglo Barcelona era la capital económica e intelectual de España. Rica, pujante y abierta al resto del país y a Europa, la ciudad condal era en muchas cosas distinta de la que hoy conocemos. Era sin embargo igual en un aspecto: era la sede de la izquierda más radical y el hogar de la mayoría de sus líderes culturales, activistas o terroristas. El espacio social que hoy pertenece a los okupas, los red skins y los huérfanos del terrorismo anarquista, marxista o nacionalista era en 1909 de los discípulos de Bakunin y de una tupida red de células obreras, culturales, esperantistas, naturistas, anticatólicas y revolucionarias. Sin ese trasfondo no se entiende la importancia de un maestro como Ferrer, no se comprende la importancia de lo sucedido en Cataluña entre la primavera y el otoño de 1909 y no se puede valorar su vinculación directa con la revolución de 1936 y sus sangrientas matanzas. La doctora Marín lo explica de manera que no deja lugar a dudas.

No debe asustar que la autora de este libro posea una cierta cualificación académica: en este texto prescinde de toda pretensión científica, y combina un interesante intento de divulgar su conocimiento sobre la vida social y cultural de los anarquistas catalanes del momento con una opinión militante sobre sus razones y su legitimidad. Las opiniones de Marín pueden gustar o no, pero indudablemente conviene conocerlas de primera mano no sólo para entender qué sucedió en 1909, sino también para comprender cómo analiza su propio pasado una parte muy importante de la izquierda española de 2009.

Hay ideas que matan y coincidencias que sorprenden

En 1909, como tantas otras veces, España fue atacada desde Marruecos. Con Melilla en peligro, el Gobierno de Antonio Maura movilizó algunos reservistas de sus anticuadas Fuerzas Armadas para evitar una nueva humillación nacional como la que se había consumado en Cuba una década antes. Marín sin embargo no presta mayor atención al detonante de la revolución barcelonesa de 1909: para ella, y creemos que muy justificadamente, la cuestión de los reservistas fue anecdótica porque el estallido tenía causas y responsables muy anteriores.

Francisco Ferrer no era un izquierdista más. Era un maestro masón, militantemente antirreligioso y reconocidamente anarquista, que había tejido una red de escuelas y de centros culturales en la región más desarrollada, y también con mayor descontento obrero, en la España de comienzos del siglo XX. Por las aulas de Ferrer y junto a él pasaron muchos activistas revolucionarios, partidarios de la acción directa como los pistoleros que pocos años después ensombrecerían la fama de la capital catalana; alumno suyo había sido el terrorista Mateo Morral, que había tratado pocos años antes de asesinar a los reyes el día de su boda. En la Semana Trágica no se dirimieron tanto cuestiones concretas cuanto una gran cuestión de fondo: la oposición radical entre la convivencia social en sus distintas formas entonces posibles y el proyecto de destrucción del Estado y del orden predicado por Ferrer y llevado a las barricadas por otros. El libro de Marín es interesante especialmente porque no ve en la lucha callejera más que el primer florecimiento de una siembra de ideas comenzada más de una generación antes.

Marín se centra en el debate de ideas y de activismo cultural o con trasfondo cultura en la Barcelona de 1909 y anterior. Es una opción interesante que deja sin embargo espacio para futuras publicaciones que, sin perder el todo divulgativo de este libro, aporten el resto de elementos necesarios para el debate. Hubo toda una Cataluña que rechazó a Ferrer y que luchó contra el anarquismo: el lector tiene que entender qué fue el catalanismo responsable y maduro de la Lliga Regionalista y de Francesc Cambó, mucho más que un reaccionario cerrado a la acracia y al socialismo. Hubo toda una izquierda que, tras haber coqueteado con el radicalismo de los Ferrer, no se hizo en definitiva revolucionaria: es hora de explicar la trayectoria de Alejandro Lerroux.

Hubo toda una opinión pública española que apoyó la movilización del Ejército, que rechazó la revolución barcelonesa y que entendió la represión como un paso regeneracionista hacia la normalización europea del país: habrá quien no se avergüence de ser heredero de Antonio Maura. Hubo una serie de intereses caciquiles, financieros, nobiliarios y dinásticos que despreciaron las aspiraciones democráticas de Maura y dieron póstumamente la razón a Ferrer: habrá que entender cómo y por qué Alfonso XIII decidió en otoño de 1909 borbonear a través de Segismundo Moret a su fidelísimo presidente del Gobierno. Hubo, por último, una izquierda radical europea que adoptó a Ferrer como bandera y que llenó el continente de manifestaciones violentas contra el "asesinato" y contra "la nueva Inquisición española". Marín tiene ocasión de escribir un nuevo y magnífico libro de divulgación explicando cómo el representante más notable de esa tendencia que ella tan bien conoce y aprecia fue en 1909 un maestro italiano de extrema izquierda: el entonces fanático laicista Benito Mussolini. Será, sin duda, un libro interesante de leer.
elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=93192

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Re: Memoria historica, revisionismo y violencia anarquista

Mensaje por Urkijo » 22 Feb 2009, 10:45

[quote=artículo]Pascual Tamburri Bariain[/quote]

Ostras, Tamburri. Quien pueda sintonizar el canal ETB tendrá la oportunidad verlo como tertuliano del programa Pásalo, ya sabéis, ése que consiste en llamar a unos cuantos para que hablen de unos temas de los que no tienen absoluta idea, plan terracita de bar.

Y como en ETB son más tolerantes que nadie -no se vaya a decir que en la tele vasca sólo dan cancha al nacionalismo vasco-, pues invitan a gente como el Tamburri éste, gran adalid de Miguel Sanz y UPN, por lo menos hasta antes de la ruptura de los regionalistas con el PP.

Por cierto, Tamburri es profesor de Historia, ahí donde lo véis. Y su primer apellido es italiano, ya que su abuelo fue uno de los aviadores de Mussolini
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Re: Memoria historica, revisionismo y violencia anarquista

Mensaje por butanero » 28 Feb 2009, 13:08

Hace unos días en un programa de Radio 3, salió un fulano hablando sobre el genocidio en Ruanda y se puso a compararlo con otros similares como el que cometió la FAI, así, en genérico, contra miles de religiosos y religiosas durante los primeros meses del 36. Al tipo se notava una fibra cristiana por lo que se puede entender que estuviese sensibilizado con este tema, pero no parecía que lo comentase por secundar esta "moda" revisionista que promueve la derechona, pues parecía bastante "progre", creo que era de alguna ONG.

De donde puede haber sacado estos datos, como para afirmarlo así de tajante? Lo lamentable es que cualquier oyente del programa podría concluir que la FAI de la época acordó en un congreso ir a por la eliminación física de la curía, nada mas lejos de la verdad. O no?
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Re: Memoria historica, revisionismo y violencia anarquista

Mensaje por regue » 27 Abr 2009, 23:50

En Cataluña, las columnas anarquistas asesinaron comunidades rurales que se negaban a aceptar la propiedad común de la tierra y reclamaban la propiedad parcelaria para su uso dentro de sus propias costumbres.
de: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=84343

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Re: Memoria historica, revisionismo y violencia anarquista

Mensaje por Contumacia » 28 Abr 2009, 01:25

flipandito me quedo :o

Aquitania
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Re: Memoria historica, revisionismo y violencia anarquista

Mensaje por Aquitania » 28 Abr 2009, 10:40

Sobre el artículo de Mauricio Basterra, pienso que mezcla obras que son una distorsión voluntaria e interesada del anarquismo, como la de Miquel Mir, con otras que no creo que vengan de "la izquierda justificando sus posiciones".

Entiendo que quizá "El honor de las injurias" no le ha gustado, pero no está hecha con la intención de desprestigiar el anarquismo. Es que frases como esta:
Algunas con una abierta mala fe, otras por un completo desconocimiento de todo lo que son ls ideas anarquistas.
me parecen duras para juzgar una película como "El honor de las injurias" o un libro como "La Revolución traicionada", aunque no sean del agrado de la persona que ha escrito el artículo.
Tienen una bandera negra,
a media asta sobre la esperanza.
(Léo Ferré)

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Cenetista
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Re: Memoria historica, revisionismo y violencia anarquista

Mensaje por Cenetista » 16 Nov 2014, 21:15

Sobre Amor Nuño y su implicación en la matanza de derechistas, se van aclarando las cosas...

Justicia para Amor Nuño

http://www.elmundo.es/cultura/2014/11/1 ... b4570.html
"Queremos personas capaces de destruir, de renovar sin cesar los medios y de renovarse ellas mismas; personas cuya independencia intelectual sea su mayor fuerza, que jamás estén ligados a nada... aspirando a vivir vidas múltiples en una sola vida".

Francisco Ferrer i Guardia

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