Libro sobre la guerra civil revolucionaria

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_nobody_
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Mensaje por _nobody_ » 04 Dic 2004, 15:21

Creo que la CNT estuvo en muchas regiones por la unidad. En general en aquellas en las que dominaba el "treintismo" como en Levante, o en aquellas en que sin denominarse treintismo sí seguian una política más posibilista como en Asturias, Galicia, Cantabria y Euskadi (y el Centro en algun caso). Pero como en los congresos, plenos y plenarias de la CNT se votaba, pues logicamente pesaban más federaciones como Cataluña o Andalucía que solían ser partidarias del "mejor solos que mal acompañados".

la verdad es que ya empiezo a ver claro que la revolución de octubre no se limitó a Asturias ni a Cataluña (como siempre había creído). En muchas poblaciones la huelga general tomó tintes de auténtica revuelta. En el Ateneo están los casos de la comarca aragonesa de las Cinco Villas, en las que los obreros cenetistas se lanzaron a proclamar el comunismo libertario. En Cantabria parece ser que proclamaron el com. lib. en un pueblecito. Y en Euskadi las cosas no llegaron a una revolución por el canto de un duro (y la falta de apoyo de Largo Caballero).

En el bienio 1931-33, la CNT se dió cuenta de que no podía hacer la revolución sola. En 1933-35, los otros partidos se dieron cuenta de que no se podría hacer la revolución sin la CNT. En 1936 todas las fuerzas excepto el PSOE-UGT se estaban preparando para una revolución futura que veían inminente. Aunque no planificaron nada concreto (tal dia a tal hora: revolucion), se ve que los pasos que iban dando se encaminaban hacia esa meta: creación del POUM, fusión de las Juventudes socialistas y comunistas, ingreso de la CGTU en la UGT, creación de la FOUS y luego su ingreso en la UGT y reunificación de la CNT... En el Congreso de Zaragoza del 36 uno de los puntos del orden del dia era la Alianza con la UGT.


Uno de los primeros documentos favorables "a una inteligencia con elementos socialistas para garantizar el triunfo de la revolución" será de un grupo madrileño de la FAI en 1933. La polemica dentro de la CNT de si ir solos o aliarse a otras fuerzas vendrá en primer lugar en las Federaciones locales, ya que algunas tenian pactos con la UGT. En segundo lugar a algunas Confderaciones regionales, las que dije arriba. La revolución de Octubre favorece la idea de entenderse con la UGT. Pero en los medios confederales no está la idea de la Alianza Obrera, sino la Alianza revolucionaria (solo de los sindicatos). Al final, en enero o febrero de 1936 la CNT catalana acaba cediendo y firma un pacto con la UGT para "fines revolucionarios". Será este el modelo que seguirá el congreso de Zaragoza (se hace siempre lo que diga Cataluña).

el único problema era que se ponian condiciones inaceptables para la UGT hablando sobre acabar con el régimen politico y el parlamentarismo.

Invitado

Mensaje por Invitado » 04 Dic 2004, 17:03

Qué interesante el debate. Como siempre que están presentes Nobody y Curioso. Yo sólo voy a hacer un par de apuntes:
Creo que la CNT estuvo en muchas regiones por la unidad. En general en aquellas en las que dominaba el "treintismo" como en Levante, o en aquellas en que sin denominarse treintismo sí seguian una política más posibilista como en Asturias, Galicia, Cantabria y Euskadi (y el Centro en algun caso). Pero como en los congresos, plenos y plenarias de la CNT se votaba, pues logicamente pesaban más federaciones como Cataluña o Andalucía que solían ser partidarias del "mejor solos que mal acompañados".
Pues la cuestión de la "unidad obrera" comenzó a considerarse (en grandes sectores de la CNT y no sólo en la mente de algunos pocos militantes) como algo factible y realizable fundamentalmente tras el llamado "bienio negro". Hasta entonces esa postura de buscar acuerdos con la UGT se había limitado a exhortaciones en los Congresos a los sindicatos de la UGT para que la abandonaran e ingresaran la CNT: de no hacerlo se les consideraría a efectos prácticos como sindicatos amarillos (así ocurrió,si mal no recuerdo, en el Congreso de 1931, si no fue así que alguien me corrija). No creo que se pueda calificar esta actuación como sectaria, sino dictada por la realidad del momento (las características y papel de la UGT en ese momento, recién acabada la dictadura de Primo)

Algunas voces (muy pocas) comenzaron a escucharse ya a comienzos del periodo republicano en este sentido. En un principio, como dice Nobody, eran militantes relacionados con el treintismo los que se atrevían a plantear la necesidad de llegar a unos mínimos puntos de acuerdo con la UGT de cara a una revolución. Pero la actitud de la UGT, con su más connotado dirigente ferozmente dedicado a socavar la fuerza de la CNT, dedicado a la caza y captura del poder mediante las urnas y su pasado reciente como soporte de la dictadura de Primo, hacían bastante difícil que se imaginara una posible alianza con la otra gran fuerza obrera del país, y menos de cara a una revolución social.
Tras la salida del poder de los socialistas es cuando éstos comenzaron a estar dispuestos a mover ficha. Pero para forzar su entrada de nuevo en el poder, no lo olvidemos... El revolucionarismo de Largo Caballero era de cara a la galería, ahí está su actividad en la revolución de Asturias. Lo mismo podía decirse de la gran mayoría de líderes de la UGT (a su vez miembros del PSOE). Por eso no es extraño que los militantes de la CNT fueran muy muy escépticos respecto a la "nueva fe" de los socialistas.

¿Dónde se hallaban y quiénes fueron los mayores defensores de la alianza obrera dentro de la CNT a partir de ese momento? Pues en Regionales como Centro, Galicia o Asturias, donde el anarcosindicalismo, o tenía escasa implantación o era minoritario respecto a otras tendencias del campo obrero. Los pactos a nivel local entre CNT y UGT comenzaron a abundar en esos sitios.
Curiosamente, como se ha dicho, uno de los primeros defensores de la alianza fue el grupo "Los intransigentes", de la FAI madrileña. Después vino una serie de artículos de Orobón Fdez. en "La Tierra" en el mismo sentido. Estábamos a comienzos del 34. Y un Pleno Regional de la CNT gallega donde se habló la necesidad de un "Frente Único" sindical.
En el PNR de febrero de 1934 la CNT de Centro incluyó como punto de orden del día la posible alianza con UGT. Es muy significativo quiénes apoyaron la propuesta de Centro y quiénes se mostraron contrarios:

- A favor: Galicia, Asturias, Baleares y por supuesto Centro.
- En contra: Cataluña, Andalucía, Levante, Aragón (es decir, las cuatro Regionales donde la CNT contaba con mayor peso específico) y Norte.

La línea de división se hallaba en: Regionales que pensaban que la CNT por sí sola podía triunfar y las que veían esto imposible o muy muy complicado y por tanto buscaban acuerdos de mínimos con UGT.

Parecía que las posturas aliancistas iban ganando terreno en la Confederación, pero dos hechos vinieron a demostrar la poca voluntad de la UGT en ir a la revolución, siendo su papel más bien obstaculizador: la huelga general de Madrid (en marzo) y la campesina a nivel nacional de junio. Tras estos hechos de esquirolaje, malas artes y tibieza de los elementos dirigentes de la UGT, la mayoría de Regionales que en el Pleno Nacional se habían mostrado partidarias del pacto, reconsideraron su posición, y sólo Asturias la mantuvo (hasta el final, como se vio). En el PNR de junio, Asturias se vio sola.
Andalucía se mostró comprensiva con sus posturas, Aragón y Cataluña (con García Oliver al frente), violentamente opuestas: la CNT debía absorber a los sectores revolucionarios de la UGT, no pactar con políticos que buscaban en el terreno de la lucha de clases un trampolín hacia el poder.
Y así hasta Octubre. La revolución de Asturias mostró que la UGT (sus cuadros dirigentes) no estaba comprometida a fondo con la revolución, pero que el grueso de su afiliación sí.
1934 fue un año clave, porque mostró (huelga de Madrid, huelga campesina y revolución de Asturias) las posiblidades y los límites de la conjunción revolucionaria.
Tras octubre del 34, desmantelados los sindicatos, amordazada la prensa confederal por la censura y con miles de militantes en la cárcel, la CNT no pudo recobrar el pulso hasta el Pleno de junio del 35. Uno de sus acuerdos fue restringir los pactos de alianza sindical al terreno local, y siempre de cara a cuestiones concretas, con un contenido claramente sindicalista revolucionario. A partir de entonces, esta dinámica de uniones locales, por la base, irá creando las condiciones de una conjunción a nivel más amplio: así ocurrió en Galicia e, incluso, como señala Nobody, en Cataluña, donde se aceptó a principios del 36 la necesidad de aunar fuerzas frente a la burguesía y se afirmó la necesidad de que la CNT tomara la iniciativa en ese punto. Nobody remarca con buen tino que el dictamen aprobado en el Congreso de Zaragoza fue el tomado antes en Cataluña, con pocas modificaciones.
el único problema era que se ponian condiciones inaceptables para la UGT hablando sobre acabar con el régimen politico y el parlamentarismo.
Sí, pero al menos se consideraba la posibilidad de un entendimiento con la UGT y se señalaba el programa de mínimos de la CNT... demasiado alto, claro, para una UGT dominada aún en sus cuadros nacionales por el parlamentarismo, eso que precisamente se le pedía a la UGT que abandonara...
sin embargo, había elementos de la CNT partidarios de la alianza obrera, ¿no? Ya no hablo sólo de la CNT asturiana, sino de gentes como Valeriano Orobón Fernández. En vuestra opinión, ¿fueron figuras aisladas, o simplemente minoritarias (entiendo que no es lo mismo)?
Creo que ya ha quedado claro, ¿no? :wink: Pero por "Alianza Obrera", los cenetistas que la propugnaban entendían la alianza entre organizaciones obreras, de clase (sindicales), no entre éstas y entes políticos. Por eso lo que había surgido en Cataluña no podía satisfacerles y les parecía un revoltijo, sumar peras y candados...

Hay un punto que sería interesante tratar:
En 1933-35, los otros partidos se dieron cuenta de que no se podría hacer la revolución sin la CNT.
¿Qué otras fuerzas había sinceramente revolucionarias además de la CNT y los marxistas heterodoxos (que no podían ni imaginarse hacer una revolución sin el concurso de la UGT, la CNT o ambas)? El drama de la CNT es que sólo contaba (aparte de estas contadas excepciones) con sus solas fuerzas para hacer la revolución: el concurso de la UGT siempre estaba bajo sospecha (así, en 1934), y lo peor era que las suspicacias de la militancia confederal no eran infundadas...

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_nobody_
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Mensaje por _nobody_ » 04 Dic 2004, 18:52

Lo que ha expuesto Manu, amplia y da más detalles de lo que dije. La corrección que pedías, es que fue en 1919 (y no en 1931) cuando triunfó una propuesta (creo que de Angel Pestaña, entonces radical) de dar 72 horas a los sindicatos de la UGT para unirse a la CNT, considerando a partir de entonces amarillos a los sindicatos de la UGT que quedaran bajo esas siglas.

Evidentemente así no se construye ninguna unidad. Pero en la épca tenia su justificación. La CNT había nacido como una unión de sindicatos y organizaciones obreras que no estaban en la UGT. Con el influjo de la Revolución Rusa y sobre todo la Huelga general revolucionaria de agosto de 1917, la CNT gana un enorme prestigio revolucionario que provoca la entrada en masa de nuevos miembros. Mientras tanto la UGT, crece, pero a un ritmo mucho menor. En 1919 la CNT tiene el triple de afiliados que la UGT y en 1920 se calcula que tiene un millón. Evidentemente en aquellos tiempos de optimismo, en los que creian que la revolución social estaba al caer, es lógico que se atrevieran a decir estas cosas.

Otra cosa que dices es que
Tras la salida del poder de los socialistas es cuando éstos comenzaron a estar dispuestos a mover ficha. Pero para forzar su entrada de nuevo en el poder, no lo olvidemos...
Esto es cierto. Pero tampoco hay que olvidar el contexto europeo. La pérdida del poder por los socialistas coincide en el tiempo con el auge del fascismo en Alemania y Austria. Es normal que tuvieran un miedo sincero sobre las verdaderas intenciones de la derecha española. Pero estos hacian un doble juego entre su antifascismo y la toma del poder.
¿Qué otras fuerzas había sinceramente revolucionarias además de la CNT y los marxistas heterodoxos (que no podían ni imaginarse hacer una revolución sin el concurso de la UGT, la CNT o ambas)?
"Sinceramente revolucionarias" no lo sé. Pero si se quería hacer triunfar una huelga, tanto ERC, como el PCE, el PSOE y los partidos marxistas pequeños se dieron cuenta que por ellos mismos no podrían triunfar. Obviamente hacer la revolución es otra cosa. Y seguro que el POUM se pensaba que sin la CNT no habria nada que hacer.

Otra curiosidad; se habla mucho (bueno, los fachas hablan mucho) de las conversaciones entre la Falange y Angel Pestaña. ¿Pero, no hubo conversaciones entre el POUM y el P.Sindicalista?


_Este hilo debería estar en historia, no?

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Jorge.
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Mensaje por Jorge. » 05 Dic 2004, 09:04

Para mi que Nin entre en el gobierno burgues es una traición a la revolución. Como tambien es una traicion al anarquismo que burocratas de la CNT formen parte de un gobierno capitalista. Creo que está bien empleada la palabra "traicion" en esos casos.
Perdón por cambiar de tema, pero quiero aclarar este asunto.

Desde tu punto de vista, las palabras pierden su significado.

Los ministros de la CNT-FAI, Nin y el resto, actuaban en nombre de sus organizaciones. Si ellos fueron unos traidores a la revolución por entrar en el gobierno de Largo Caballero, también lo fueron todas las fuerzas que se enfrentaron a Franco por animar y consentir y delegar en esas personas para entrar en el gobierno.

Podrás hablar de que degeneraron, de si fue oportuno entrar o no en los ministerios, si debieron haberse planteado de otra manera las cosas.

Pero no podrás hablar de traición.

A mí nadie me ha dado nunca el manual de cómo no traicionar la revolución y hacerla correctamente. En el curso de un conflicto, en el que siempre el enemigo es más fuerte que tú, harás tus planes, pero tendrás que cambiarlos muy a menudo para ir saliendo de los atolladeros, tendrás que buscar aliados de lo más extraños a veces. Y cometerás muchos errores, que verás claramente... a toro pasao.

Aquellas personas, hicieron lo que les pareció más sensato en aquellos momentos, que yo diría que fueron bastante complicados. Y en ocasiones pagaron con la vida.

No fueron traidores. Un traidor es quien de manera consciente actúa como infiltrado, de forma oculta y alevosa, para abrir las puertas al enemigo, o para destruir al aliado.

Las palabras, hay que saber medirlas, porque a veces hieren, matan y entierran.

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Jorge.
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Mensaje por Jorge. » 05 Dic 2004, 09:32

Respecto al tema de la unidad, hay un libro de José Luis Gutiérrez Molina: «Crisis burguesa y unidad obrera», en el que repasa las tendencias unitarias en Andalucía, que por los visto fueron muy fuertes, siendo uno de sus promotores el cenetista gaditano Vicente Ballester. Recuerdo una foto del libro en la que viene Ballester dando un mitin a una multitud de gente, con Largo Caballero. Vicente Ballester fue fusilado al inicio de la guerra, cuando un conocido lo traicionó delatándolo a las autoridades franquistas.

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 05 Dic 2004, 17:33

Gracias por las correcciones, Nobody. Y gracias también a Jorge por recomendar el magnífico libro de Gutiérrez Molina, a mí se me pasó. Este alzheimer me va a matar :lol:
Otro buen libro sobre los intentos de unión de clase, con estudio introductorio del mismo autor: "Valeriano Orobón Fernández. Anarcosindicalismo y revolución en Europa". Editó Libre Pensamiento (creo, porque tal como estoy de memoria, cualquier cosa :-? ). Además de profundizar un poco en este tema, es una buena ocasión para descubrir los textos de uno de los grandes del anarcosindicalismo español, muerto prematuramente e injustamente olvidado...

Y coincido con Nobody en que este hilo estaría mejor en "Historia".
"No más derechos sin deberes, no más deberes sin derechos"

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