Revolución Industrial: matadero de cabras

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Jorge.
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Revolución Industrial: matadero de cabras

Mensaje por Jorge. » 29 Nov 2004, 13:10

Como estamos teniendo un diluvio de corta-pegas de páginas del invitado Vicente, y me resulta chocante la carga que le hace a los totalitarismos comunistas, admitiendo alegremente todo tipo de masacres del campo capitalista, que parece que no existieron, o que son fruto de los dioses, o del destino, o de la fatalidad, os mando este tocho increiblemente largo que sí es de mi capote, que metí en su día en el foro de WG, a ver qué le parece a nuestro amigo Vicente.
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Revolución Industrial: matadero de cabras

Me llamó la atención un comentario de William sobre el horror que le causaban cien cadáveres de niños a las puertas de una fábrica [del siglo XVIII], pero que ese horror se mitigaba —decía él— si se piensa que la Revolución Industrial permitió el despegue poblacional. Dejando a un lado la sensiblería, y aprovechando un día de asueto y una escapada, me he dado una vuelta por la biblioteca de la Facultad de Medicina, para echar un vistazo a lo que dice del modelo demográfico de la Revolución Industrial en la primera mitad del siglo XVIII, y a estas conclusiones he llegado.

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Modelo demográfico.

Todo el mundo parece coincidir en que el lado oscuro de la tal revolución se encuentra en el asunto de las condiciones laborales y de vida de la nueva clase: el proletariado. El proletariado surgió no sólo de los antiguos jornaleros, sino de la desposesión sufrida por pequeños propietarios y trabajadores autónomos (campesinos y artesanos), a los que se arruinó y se redujo a la condición de parias. Fue el proletariado el que hizo (entre otros muchos factores), que la Revolución Industrial se produjese. Diversos relatos de intelectuales y personas educadas (Bentham, Stuart Mil), hablan de sus largas jornadas, bajos salarios, trabajo infantil y femenino, viviendas insalubres, alta mortalidad de clase, hacinamiento, infanticidio solapado...

Los justificadores de esos hechos explican que junto a esas condiciones se produjo una revolución demográfica. Vamos a dejar a un lado si eso es bueno o malo. Hubo un crecimiento poblacional espectacular debido a la industrialización y las condiciones de producción capitalista que permitieron la capitalización, la inversión y el comercio a gran escala, además de favorecer el despegue tecnológico. Esa situación social desagradable de la clase trabajadora, fue producto de circunstancias en las que nada tuvo que ver la moralidad. Fue como la llegada de un ciclón. Nada pudo evitarlo, y el resultado ha sido positivo a la postre. Incluso en aquella época, un tanto dramática, la clase trabajadora pudo ser mejor alimentada que en las épocas del campesinado. Gran éxito por lo tanto —según los procapitalistas—.

Es cierto que hubo una “revolución demográfica” y que “disminuyó la tasa de mortalidad” (1), durante esa época (y en los años anteriores) debido a una previa revolución agrícola (más alimentos son producidos con menos mano de obra) y a la mejora de la higiene y al descubrimiento de algunos antisépticos. Pero ese dato «bruto» de «disminución de la mortalidad» dice poco por sí solo, porque surgen más datos. En primer lugar, la tasa de natalidad (2), aumentó en el periodo comprendido entre 1750 y 1850. Es decir, las mujeres tenían más hijos que en el periodo previo. Los modelos teóricos preveían una tasa de natalidad superior a la que realmente se produjo durante el siglo XVI y XVII, lo cual implica algún tipo de control poblacional inconsciente, por medio de la contención. Aún así la población crecía en esos siglos. Ahora bien, llega el 1750 y la población se comienza a disparar. Primer dato: un aumento de la tasa de natalidad. Las mujeres tienen más hijos. ¿Por qué este incremento?

No se explica. “Nadie” obligaba a las mujeres a tener más hijos de los que habían tenido sus abuelas y bisabuelas. No se va más allá del nivel de hipótesis, aunque es sabido que es la incertidumbre económica uno de los factores que estimulan la natalidad. De todas formas hay que aclarar que también se incrementa la tasa de fecundidad (que solo tiene en cuenta a las mujeres en edad de tener hijos). Hubo muchas mujeres fértiles, y muy pocas postmenopáusicas, lo que indica una alta tasa de mortalidad en mujeres mayores de cuarenta años. Hay muchos otros datos estadísticos que demuestran que por diversas causas, más mujeres fértiles tienen más hijos (3).

Luego, disminuye progresivamente la mortalidad infantil. Debido a la aparición de la higiene, la salud pública, las encuestas epidemiológicas, sistemas de alimentación más eficaces de los bebés más allá de la lactancia materna... Aún así la mortalidad infantil sigue siendo muy elevada, pero su disminución hace que se incremente la población. Hay más mujeres fértiles pariendo más hijos, y estos hijos tienen una posibilidad de sobrevivir a su primer año de vida ligeramente mayor que la de sus padres.

Pero se pasa a continuación a afirmar que la mortalidad global disminuye durante la Revolución Industrial (defunciones por cada mil habitantes). ¿Tiene sustento esta afirmación? No. La tasa de mortalidad mejora por la disminución de la tasa de mortalidad infantil. Pero en general, la población sigue sufriendo una mortalidad elevada. La esperanza de vida (4) se mantiene estable durante todo el siglo XVIII y XIX, a niveles similares a los del neolítico. Se siguen sucediendo epidemias, hambrunas y guerras. Las enfermedades infecciosas hacen su agosto. Trastornos siquiátricos fruto de la desestructuración social, alcoholismo... Un miembro de la clase trabajadora a los cuarenta años ya había alcanzado su esperanza de vida. La esperanza de vida femenina era similar. Debido a la patología inducida por los partos en cadena en una época en la que se sabe poco de asepsia y antisepsia, la fiebre puerperal, los abcesos, quistes, reventamientos uterinos, hemorragias masivas..., hacen que una mujer de cuarenta años, pueda ser considerada anciana. Las enfermedades infecciosas, antes de la aparición de los antibióticos, producían auténticas pandemias: sífilis, escarlatina, sarampión, tosferina, difteria, viruela, gripe, tuberculosis, cólera, neumonía eran causas habituales de fallecimiento. Las pirámides poblacionales siguen siendo de base muy ancha.

Así que el panorama es el siguiente: revolución agrícola, desposesión de campesinos, ruina de artesanos, emigración a las ciudades, aumento de la tasa de natalidad, disminución de la mortalidad infantil, y mantenimiento de la esperanza de vida a niveles algo superiores a los del neolítico: 35 años en la edad de la piedra nueva; 37 años en el paroxismo de la Primera y Segunda Revolución Industrial. ¿Qué tipo de modelo demográfico es este, en el caso de la Revolución Industrial?

El modelo demográfico de la Revolución Industrial es el de un rebaño de cabras guiados por un pastor. El pastor se desvive por sacar adelante a los cabritos e impedir que mueran hasta que llega el día de Navidad. Venderá los machos para carne, y empleará las hembras para reproducción. Dará suplementos dietéticos a las hembras en periodo de lactancia y a sus crías. Los ejemplares que lleguen a la edad adulta y no sirvan para reproducción o leche, serán sacrificados. Un rebaño mantiene un gran número de ejemplares jóvenes y fértiles, y muy pocos viejos o enfermos. En este contexto la mujer durante la Revolución Industrial cumple el de hembra reproductora, o si se prefiere, de coneja. Es la fabricante de la mano de obra necesaria y barata para las fábricas, talleres y ejércitos nacionales. La supervivencia de hombres y mujeres se intenta asegurar en la época de vida empresarialmente productiva: pueden servir de mano de obra o de carne de cañón para el ejército. En cualquier caso la mano de obra individual es prescindible debido a su abundancia colectiva. La comparación cabra-proletario es, no obstante, muy injusta.

Al fin y al cabo una cabra de rebaño no tiene que trabajar. Pasta todo el día y es protegida por el pastor hasta que le llega su hora.

Por lo tanto, puede decirse que la revolución industrial se edificó sobre una montaña de cadáveres: alta natalidad, disminución de la mortalidad infantil y alta mortalidad general. Nunca había muerto tanta gente en la historia de la Humanidad.

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Ahora quiero dar un repaso al concepto de explotación asociado al de Revolución Industrial.

- Explotación laboral durante la Primera Revolución Industrial

Puede decirse que la explotación que sufrió el proletariado por parte de sus empleadores, fue considerable. Entendiendo que la explotación se produce cuando un empleador usa sus beneficios para su lucro personal en lugar de dedicar esos recursos a favorecer la producción de bienes y servicios indispensables, existió explotación —según el criterio ofrecido por Marvin Harris. Por ejemplo: un servicio indispensable es la sanidad, y no se dedicaron recursos según presupuestos (más que anecdóticos) a sanidad, a salud pública. Millones de proletarios desposeidos desembarcaron en ciudades que no estaban preparadas para la avalancha. Sin viviendas, sin drenajes, sin espacio, los beneficios que generaban los trabajadores eran dedicados a generar más beneficios. Todavía en el año 1900, la causa de mortalidad más frecuente era la diarrea. ¿Qué recibió el proletariado por su sacrificado aporte a la incipiente industrialización? Patatas, pocas prendas de vestir de algodón para su familia, jabón, un poco de té y azúcar. Es decir, un conjunto de abalorios a cambio de oro.

Otro dato para determinar el grado de explotación, lo da el conocer si hubo coacción o no la hubo. ¿Hubo democracia en el proceso? ¿Hubo consultas electorales, asambleas? ¿Se preguntó a los campesinos si querían ser despojados de las tierras que habían trabajado?, ¿hubieran dejado su modo de vida por el trabajo en una mina de carbón, de no haber perdido la tierra? ¿se preguntó a los a los obreros qué distribución debía de tener el presupuesto? ¿Se preguntó a aquellos hombres (las mujeres no contaban) que querían? La respuesta es que no, que fue un proceso llevado a cabo con mano de hierro y a golpe de bayoneta si era necesario.

Y, ¿Quiénes dirigieron el proceso? ¿Sabios, filántropos, moralistas, genios...?

Fueron empresarios de gran fortuna. La clase política, pertenecía al mismo tiempo a grupos de plutócratas que actuaban de manera corporativa: tanto en el gobierno como en sus propios sindicatos. Los ricos gobernaban. Sus partidos no eran como hoy estructuras más o menos estables, sino clubs electorales que seguían a un líder por su poderío económico y capacidad para ganar las elecciones gracias a su dinero. Eran además organizaciones de las llamadas de «cazadores de cargos» según Max Weber. Los muy ricos ideológica y políticamente defendían su posición. No habían llegado aún los partidos de masas, y no llegarían hasta bien entrado el siglo XIX.


Terrorismo empresarial; etnocidio.

Gracias a la hegemonía política de los pudientes, la legislación los beneficiaba. Por ejemplo, los reglamentos laborales incluían un buen número de multas para los trabajadores que los incumplieran (por silbar, por hablar, por levantarse para orinar, por ir sucios, por enfermar y no proporcionar un sustituto, por no apuntalar bien las galerías...), haciendo de esta forma que el incumplimiento de la norma fuera rentable al capitalista. Los capataces podían aplicar castigos como juez y parte. El despido podía significar la muerte por hambre. Por último los piquetes del ejército acampaban cerca de las fábricas. Episodios reprimidos por el ejército: Nottingham, Leicester, Derby, los distintos laneros de West Riding, los distintos algodoneros de Lancashire..., fueron el escenario de fusilamientos a mansalva en la segunda mitad del siglo XVIII. Puede hablarse con toda tranquilidad, de dictadura empresarial, de coacción institucionalizada, otra de las condiciones necesarias —según los liberales— para que exista explotación. Con los reglamentos laborales en la mano, se hablaba en los ambientes ilustrados de las fábricas como de presidios.

Puede hablarse además, de terrorismo empresarial, en la medida en que se llevó a cabo un proceso de etnocidio (la desaparición del artesano y del pequeño campesino) en un escaso periodo de tiempo. Se produjo una desestructuración social, en cuyo seno grandes masas se vieron obligadas a venderse barato en las fábricas, o a sufrir prisión, deportación a las colonias, hambre o muerte por inanición o por otros procedimientos ejemplares. Como prueba del poderío empresarial baste saber que las primeras asociaciones obreras fueron legalizadas por el gobierno inglés en 1824-1825, setenta y cinco años después de iniciada la revolución en Inglaterra.

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Inevitabilidad o no del proceso.

Habría que ver a continuación si esa mortandad y esa dictadura era “necesaria” o “inevitable”. Estos modelos demográficos tipo rebaño de cabra, esas cárceles ¿escaparon a la inteligencia de las clases educadas y prósperas del capitalismo?

No. Se daban cuenta e intentaban buscar justificaciones ideológicas. Los defensores del proceso explican que las condiciones de partida estaban dadas, y que lo que operaba era el mercado en una situación nueva y difícil que explica lo duro de las condiciones de vida de los trabajadores. Pero eso es difícil de creer.

La cuestión es que había beneficios económicos. Esos beneficios capitalizaron a la banca y a los empresarios de éxito (muchos empresarios se hundieron y pusieron el grito en el cielo), y también a los Estados. ¿En qué se emplearon los beneficios? ¿En construir alcantarillas? ¿En viviendas higiénicas? ¿En agua potable? ¿En pavimentar las barriadas obreras? ¿En hospitales? ¿En sistemas de seguros y pensiones? Algo se hizo en ciento cincuenta años. Pero una buena parte de esos beneficios fueron empleados, fundamentalmente, en producir más beneficios, en armamento para los ejércitos nacionales, en aventuras coloniales en África y Asia, en guerras y en artículos de lujo para los emergentes millonarios. Es decir, se capitalizó al capital, se invirtió en tecnología industrial dada la fuerte competencia, y en actividades de piratería y pillaje que incrementasen los dividendos. Es cierto que la industrialización avanzó a buen paso. Pero también es cierto que los beneficios (que existieron desde un primer momento) no beneficiaron al proletariado. En el mejor de los casos como efecto secundario no buscado. El proletariado se autorenovaba. No era necesario invertir en él. Nadie desde el poder procuró una distribución de las rentas del capital, siguiendo los dogmas liberales [que predican el cada cual para sí]. Nadie invirtió en esos sectores que también podían haber producido grandes dividendos. Hubo un criterio político muy concreto. Hablar de lo que pudo haber pasado de haber tenido otro criterio, es especular. Pero también es especular afirmar que el camino que se siguió fue el más lógico, o el único posible. Afirmar que lo que sucedió fue lo que sucedió, es incluso más grotesco.

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En Resumen.

La Revolución Industrial (inglesa) significó un largo proceso de cambios políticos, sociales, económicos e ideológicos. Como paso previo hubo una revolución agrícola y una nueva distribución de la tierra que desposeyó a los campesinos de sus medios de subsistencia. Sobre las ciudades cayó un enjambre de millones de personas que entraron a trabajar en las nuevas fábricas. Sus alojamientos eran pequeños e insalubres, sus condiciones de trabajo penosas. Se produjo también una disminución de la tasa de mortalidad infantil, un incremento de la natalidad, una alta mortalidad general y una esperanza de vida estabilizada en cerca de cuarenta años. Esta pirámide poblacional siempre joven hizo que la población europea se triplicase en un siglo, dotando de mano de obra muy barata a las industrias y a los ejércitos coloniales. La disminución de la tasa de mortalidad no significaba un incremento de vida, sino un mayor número de obreros. La mujer fue considerada como una productora gratuita de productores; la democracia alejada de las fábricas; el terrorismo empresarial empleado sistemáticamente en el control del proletario; los beneficios, empleados en capitalizar al capital; puede hablarse de etnocidio, de una dictadura empresarial y de explotación sistemática de la nueva clase social de proletarios, sometida por el cepo y la bayoneta a un verdadero gulag industrial.

Existe un tipo de científico social dedicado al estudio de este episodio histórico que pretende explicarlo como inevitable, o lógico, o necesario. No obstante puede decirse, sin temor a equivocarse, que la revolución industrial fue un proceso constreñido por poderes muy diversos (estatales y empresariales) y, por lo tanto, suceptible de tomar múltiples caminos. La realidad es que esos científicos cantan como prosperidad y libertad (y diversas abstraciones morales), lo que fue —objetivamente hablando—, un inmenso matadero industrial.

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(1) La tasa de mortalidad indica el número de defunciones de una población cada mil habitantes. Tasa bruta de mortalidad = (Defunciones/Población) x 1000.

(2) La tasa de natalidad nos dice cuantos personas han nacido cada mil habitantes, en una población determinada. Tasa bruta de natalidad = (Nacimientos/Población) x 1000.

(3) Otros datos estadísticos los proporcionan la Tasa de fecundidad = (Nacimientos/Mujeres entre 15 y 49 años) x 1000. Si hay pocas mujeres la posibilidad de crecimiento es muy pequeña, si hay muchas mujeres fértiles (aunque haya pocos varones), la población crece. Esto se calcula con la tasa de reproducción. Tasa reproducción = (Niñas nacidas/ Mujeres entre 15 y 49 años) x 1000. Otra manera de calcular este dato lo proporciona la descendencia final, que es el número total de hijos de las mujeres en edad fértil: Descendencia final = Número de hijos que tienen las mujeres entre los 15 y los 49 años. Dividiendo hijos entre mujeres se determina la media de hijos por mujer en una determinada población. Hay otros índices, pero por no ser demasiado prolijo, lo dejo aquí.

(4) Esperanza de vida: media matemática que se obtiene dividiendo todos los años vividos por toda la población por los niños nacidos en un año. Da una idea del número de años que podría vivir una persona desde el momento que nace hasta su defunción.
Última edición por Jorge. el 04 Dic 2004, 09:53, editado 1 vez en total.

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Mensaje por Curioso » 01 Dic 2004, 13:35

Muy buen texto... y ni una sola réplica de los "liberales". ¿Por qué será?

Karateka
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Mensaje por Karateka » 01 Dic 2004, 13:38

Otro texto bueno sobre el tema es este:
http://www.mutualist.org/id4.html

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_nobody_
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Mensaje por _nobody_ » 01 Dic 2004, 13:46

pues si, muy buen texto. Estaria bien reestructurar todos los textos y hacer algo consistente. Y colgarlo en los foros liberales :P

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Mensaje por Curioso » 01 Dic 2004, 15:36

_nobody_, es una idea. Jorge, te animo a que pulas tu texto con el que enlaza Karateka y con otros, y que lo cuelgues en tu blog, listo para enlazarlo.

wg
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Mensaje por wg » 01 Dic 2004, 19:26

Así pues, ¿todo es cierto? ¿la Leyenda Negra del capitalismo es verdad?

http://boards4.melodysoft.com/app?ID=An ... 16&DOC=101

Rotten

Mensaje por Rotten » 02 Dic 2004, 01:38

pues si, muy buen texto. Estaria bien reestructurar todos los textos y hacer algo consistente. Y colgarlo en los foros liberales
Sobre el concepto de libertad.
Esta bien, pero estos no estaria mal colocarlos en el BlackBlog.
Crítica de algunas teorías liberales
por: Tsekub.
1. Dos conceptos de libertad. Coacción y necesidad.
2.Las relaciones sociales.
3.Los modos de producción.
4.Coacción y trabajo asalariado.
5.La explotación, ¿tiene solución?
6.El hermoso XIX y el terrible XX.
7.La situación del proletariado en el siglo XIX.
http://www.banderanegra.canadianwebs.com/libertad.html

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Jorge.
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Mensaje por Jorge. » 04 Dic 2004, 10:03

Pulir el texto no sé más Curioso. Y sí, los textos de Tsekub están muy bien. Podrían enlazarse.

Lo único que se me ocurre, es que es lamentable que liberales como Vicente sean tan fanáticos, tan ciegos, tan dispuestos a justificar el asesinato y el terrorismo como camino hacia el lucro.

Rotten

Mensaje por Rotten » 04 Dic 2004, 13:55

Pues es de los mas moderados, el estaba en el foro de accion humana y era considerado por Gabriel como un estalinista.

Hola Vicente, soy dadaista. ¿Al final, eras del PSOE o no?

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Mensaje por Curioso » 04 Dic 2004, 14:41

Rotten escribió:Pues es de los mas moderados, el estaba en el foro de accion humana y era considerado por Gabriel como un estalinista.

(...)
:o :o :o

Propongo este regalo navideño para Gabriel:

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Jorge.
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Mensaje por Jorge. » 04 Dic 2004, 23:22

Gabriel es todo un personaje del ultraliberalismo. Una vez le leí que en una conferencia una señora sueca saltó como una fiera diciendo que en su país la socialdemocracia había hecho de Suecia un país próspero. Por lo visto se quedó cortado el conferenciante (otro tipo que no recuerdo). Después de profunda meditación llegó a la conclusión de que la riqueza sueca había sido crada en un breve periodo liberal del siglo XIX, y que los socialdemócratas lo único que estaban haciendo es dilapidar esa riqueza. ¿Conocéis el cuento de Procusto? Era un bandido que acostaba a sus víctimas en un lecho. Si eran bajitos, los estiraba, y si eran demasiado altos, los empujaba. Hasta que le encajaban en el marco.

Líbrenos el destino de que esta banda de miniarquistas liberales conquiste algún día de estos un Estado. Porque lo de Pol Pot iba a quedar en pañales.

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