Asesinos de ancianos, mujeres y niños

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_nobody_
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Re: Asesinos de ancianos, mujeres y niños

Mensaje por _nobody_ » 11 Oct 2004, 10:17

ANARQUISMO ASESINO!! escribió:Hablan de memória histórica ¿empezamos a recuperarla?¿Cuantos miles de inocentes asesinó el anarquismo sin juicio previo alguno? ¿Cuáles vuestras heroicidades en el campo de batalla, cobardes?
Probablemente los anarquistas mataron a algunos miles. Por poner una cifra, 10.000 (?). Pero el anarquismo nunca asesinó a nadie. Nunca hubo ejecuciones organizadas excepto en actos de guerra (toma de Ibiza por ejemplo). Poco consuelo. Nosotros no ocultamos lo que hicimos. También hay que considerar que al que se le cogía matando gente y saqueando no pocas veces era fusilado por otros anarquistas más honrados.

En cuanto a lo de heroicidades en el campo de batalla. No fueron ellos los cobardes. Si los anarquistas no hubiera habido guerra, ya que los fachas habrian ganado en una semana. Los anarquistas fueron decisivos en: la batalla de la ciudad universitaria de Madrid, batalla del Jarama, batalla de Guadalajara, batalla de Belchite, batalla de Huesca, batalla de Asturias, batalla de Teruel y batalla de Cataluña. Si no se pudo hacer más fue por la carencia de armamento en condiciones, ya que éste era acaparado por las fuerzas comunistas.
Fuísteis la verguenza del bando republicano, haciendo vuestra "revolución" en la retaguardia, mientras otros defendían vuestras tropelías en el campo de batalla. :D :D :D
La vergüenza del bando republicano fueron los siervos de Stalin. Que obedecian a los intereses de Moscú y no los de España. ¿qué se puede esperar de gente así?

-Tú ya no eres mi padre. Mi padre es Stalin.
Carta de Santiago Carrillo a Wenceslao Carrillo tras el golpe de Casado.
Por cierto, matásteis de mi abuelo...que combatía en vuestro bando, pero no con vosotros.
Si tu abuelo era un contrarrevolucionario ... qué se le va a hacer. Ni tú te lo crees.

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Jorge.
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Mensaje por Jorge. » 11 Oct 2004, 22:12

Si tu abuelo era un contrarrevolucionario ... qué se le va a hacer. Ni tú te lo crees
En fin, sea o no sea cierto lo que cuenta este individuo, he conocido a gente de derechas que me han contado minuciosamente los asesinatos de familiares suyos, llevados a cabo en el bando republicano, y no son episodios para sentirse orgullosos de ellos. Esos hechos no ayudaron para nada, ni a la causa republicana, ni a la revolución. Hay que aprender del pasado.

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Curioso
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Mensaje por Curioso » 18 Oct 2004, 01:19

Jorge, estoy de acuerdo, no debe hacerse uno buena conciencia en nombre de los ideales. Es lo mismo que hacen los estalinistas o los fascistas, y una de las cosas que creo que deben marcar la diferencia respecto a ellos.
El individuo que abrió el foro, o es un estalinista, o es un fascista que se ha creado una identidad. Un intoxicador, en cualquier caso.
Por cierto. Yo sé que voy muy a piñón fijo en ciertos temas (como este, el de la violencia política en la zona republicana durante la Guerra Civil), pero es una reacción visceral. Y siento que debería pedir disculpas por ser tan visceral.
Y explico mi visceralidad. Porque estoy harto de ciertos académicos, que no hacen en sus obras sino reafirmar la publicística del Frente Popular, en un debate historiográfico imposible (como la publicidad editorial que es) con quienes no hacen en sus obras sino reafirmar la publicística del nacional-catolicismo. Son los mismos académicos que deploran los "crímenes" de los "incontrolados" de julio de 1936 y el "caos" que generó el movimiento revolucionario, antes de hacer la crítica de rigor a los "exaltados" del POUM y de la FAI, y luego elogian la "recomposición del estado" del gobierno de Negrín, o las "acciones contra los saboteadores" de las unidades militares comunistas y del SIM.
Atención a esto, que quiero dejarlo muy claro: yo no voy a justificar TODA la violencia política en la zona republicana ocurrida en la segunda mitad de 1936 de un plumazo como "dialéctica de clases" (al estilo de lo que parece hacer a veces, por ejemplo, de Guillamón Iborra), con todo lo que esto supone en ciertas concepciones históricas y políticas, caso del estalinismo (en el que la eliminación de la burguesía como clase no sería económica y política, sino física, una concepción que considero derivada de Lenin). Pero sí que creo que hay diferencias en la explicación histórica entre la violencia a-sistemática de un movimiento revolucionario y la violencia sistemática de un movimiento contrarrevolucionario que emplea el aparato estatal, ya sea esta violencia contrarrevolucionaria la republicana o la franquista (con las innegables y tremendas diferencias cuantitativas entre ambas). Explicación histórica que debería incluir no sólo factores políticos y sociales, sino también ideologicos y morales.
Por otra parte, no deja de ser cierto que la categorización de ciertos grupos (y no sólo anarquistas) como "extremistas", cuando no como "indeseables y criminales" ha valido tanto para explicar el inicio de la guerra (ruptura del orden político por "extremistas" de derecha y de izquierda) como la derrota republicana (los "saboteadores" como la cara, los "incontrolados" como la cruz, y los "experimentos revolucionarios" como la moneda).

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Curioso
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Mensaje por Curioso » 18 Oct 2004, 02:46

Ya que hablamos de la violencia política en la zona republicana...

(De: http://www.nodo50.org/unidadcivicaporla ... eneral.htm ; las negritas son mías)

Francisco Espinosa: Agosto de 1936. Terror y Propaganda: los orígenes de la Causa General

La Causa General, un gran proceso judicial abierto por los vencedores de la guerra civil para informar "de los hechos delictivos y otros aspectos de la vida en zona roja desde el 18 de julio hasta la liberación", comenzó oficialmente en Abril de 1942, como una iniciativa del Ministerio de Justicia del gobierno español promovida directamente por Franco. La Causa General se dividía en once apartados que en los lugares donde triunfó el golpe militar se redujeron a dos: Alzamiento (con el que se quería contabilizar el número de muertos causados por el "terror rojo") y Tesoro artístico (en el que se incluían todos los daños derivados de los ataques a iglesias y conventos). "Sin embargo," aseguró Francisco Espinosa en su intervención en el Laboratorio Blanco del proyecto F.X., "sobre el fin del arte, el proceso no se limitó a los hechos posteriores al 18 de julio del 36, sino que abarcó un periodo mucho más amplio, remontándose a octubre de 1934, incluso a abril de 1931 con la proclamación de la II República".

En 1945 se presentó la última y más extensa publicación derivada de la Causa General, que bajo el título Datos complementarios para la Historia de España. Guerra de Liberación 1936-1939 mostraba profusamente fotografías de personas asesinadas en Madrid a lo largo de 1936. De todos esos asesinatos se culpaba al gobierno de la República. Pero Francisco Espinosa, autor del libro La guerra civil en Huelva, recordó que fueron "las mismas autoridades republicanas las que ordenaron realizar esas fotografías, lo que demuestra que no tenían relación con esos crímenes".

Después de este informe se paralizaron las diligencias porque según el historiador Francisco Espinosa el régimen franquista descubrió que no cuadraban sus cálculos. La Causa General cifró en más de 80.000 las víctimas del "terror rojo", y aunque esos datos estaban inflados (en estudios recientes se reducen a unos 50.000) no se acercaba al número de muertos que en sus primeras estimaciones había difundido la propaganda franquista (600.000 en 1937 y 470.000 en 1938). En la mayoría de los pueblos se detuvo a la gente de derecha, se confiscaron los alimentos, se atacó el patrimonio eclesiástico e incluso se llevaron a cabo expropiaciones de fincas y casinos, pero los casos de violencia contra personas fueron insignificantes. "Sobre todo en proporción a la represión fascista", subrayó Francisco Espinosa. Por ejemplo, en toda Andalucía occidental y el sur de Extremadura la acción de los leales a la República no superó las mil víctimas mientras las tropas nacionales causaron más de 25.000.

El origen de la Causa General como proceso legitimador del régimen fascista de Franco es muy anterior a 1942. Como recordó Francisco Espinosa todo comenzó el 14 de agosto de 1936 cuando una columna militar que había salido de Sevilla perpetró una matanza indiscriminada en Badajoz de la que fueron testigos varios periodistas de Portugal, Francia y EE.UU. Tomaron fotos del suceso y la opinión pública internacional se estremeció. Pero el bando franquista reaccionó rápido y puso en acción todo su arsenal propagandístico para, en primer lugar desacreditar a los periodistas implicados, y después imponer una férrea censura informativa que impidiera que ese tipo de noticias volviera a difundirse. En este sentido se promulgaron dos bandos que exigían, entre otras cosas, disponer de una autorización militar para poder usar máquinas fotográficas y la obligación de enviar una copia de todas las imágenes que se tomaran al mando de la II División.

Con el propósito de legitimar al movimiento Nacional tras la matanza de Badajoz, Luis Bollín, un periodista monárquico (corresponsal de ABC en Londres) que trabajaba a las ordenes de los servicios de propaganda franquista, ideó la elaboración de unos informes para documentar "los asesinatos, violaciones, incendios y demás depravaciones y violencias cometidas por las hordas marxistas". Finalmente se llevaron a cabo dos - uno sobre Sevilla, Córdoba Huelva y Granada, y otro dedicado exclusivamente a Badajoz - que fueron traducidos a numerosos idiomas pero que, según Francisco Espinosa, no lograban contrarrestar los datos que evidenciaban la acusada diferencia proporcional entre las víctimas de la represión fascista y las causadas por el bando republicano. "¿Qué podían representar 40 ó 100 víctimas frente a los ocho mil desaparecidos en una provincia como Huelva?", se preguntó Francisco Espinosa.

Ante la disparidad en el número de víctimas, desde muy pronto la propagada Nacional comenzó a evitar dar cifras concretas de muertes para centrarse más en otros "efectos del terror rojo", como los destrozos de Iglesias. Le interesaba eludir el número de muertos reales y a cambio crear leyendas sobre la ferocidad de las hordas marxistas que, según ellos, se reflejaba en el estado ruinoso en el que habían quedado las Iglesias.

"De esta forma, explicó Francisco Espinosa, las imágenes de templos ruinosos, hierros retorcidos, santos descabezados, y vírgenes cuarteadas pasaron a ocupar el lugar de los mártires de carne y hueso que nunca existieron". Los que estuvieron implicados en este tipo de actos, en la mayoría de los casos gente procedente de ambientes marginales (y casi nunca dirigentes de la República), fueron tratados como criminales, incluso quienes sólo habían cometidos acciones iconoclastas no violentas como vestirse con ropajes de sacerdote. Además la propaganda hizo creer que no hicieron a las personas lo que le habían hecho a las imágenes por falta de tiempo. Francisco Espinosa aseguró que los curas, que desde la proclamación de la República estaban resentidos porque se sentían cada vez más alejados de los centros de decisión social, desempeñaron un papel crucial (muchas veces como delatores) en la demonización de las acciones de los izquierdistas.
Un sevillano llamado Antonio Bahamonde Sánchez de Castro publicó un libro titulado Un año con Queipo en el que desenmascaraba las técnicas de manipulación (algunas tan burdas como poner un pie de foto falso) utilizadas por la propaganda de los Nacionales para criminalizar a los "rojos". Para Francisco Espinosa, coautor del libro Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la Dictadura de Franco, algunos de los efectos de esta manipulación permanecen vigentes en la actualidad. "Por ejemplo, indicó Espinosa, se sigue hablando de alzamiento cuando en realidad fue un golpe de Estado, se sigue presentando a los muertos de derecha como asesinados y a los de izquierda como fusilados..., incluso la expresión Guerra Civil encubre de algún modo lo que realmente ocurrió: una rebelión militar contra un gobierno legítimo cuyos partidarios en muchas zonas ni siquiera tuvieron posibilidad de defenderse".

La propaganda franquista ha quedado grabada en el imaginario colectivo de los españoles a través de textos e imágenes que han mantenido y ampliado una versión tendenciosa ("descarada" en palabras de Espinosa) de la historia. Se han olvidado los muertos del fascismo, muchos de ellos enterrados en fosas colectivas que permanecen sin remover, mientras en casi todos los pueblos, se han podido ver durante décadas la lista de los supuestos caídos por el bando Nacional.

"Sus mentiras", subrayó Francisco Espinosa, "se han convertido en memoria histórica". Por eso cree necesario apoyar y destacar la labor de gente que ha luchado y lucha para consolidar una "memoria histórica de la izquierda". Personajes casi anónimos como el citado Antonio Bahamonde o Arturo Carrasco, un funcionario de los Juzgados de Valverde del Camino (Huelva) que impidió que desapareciera la documentación oficial de los años de la Guerra Civil (que incluía los procesos por iconoclastia), al ocultarlos y conservarlos personalmente.

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Jorge.
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Mensaje por Jorge. » 18 Oct 2004, 08:54

Curioso dijo:
Y siento que debería pedir disculpas por ser tan visceral...
No, no creo que tengas que pedir disculpas. Hay cosas que salen, sencillamente, de las tripas. Más vale una vez colorao que mil amarillo. Y es que este tema de la violencia republicana se las trae. Tengo ante mí un Historia 16, el 322 de febrero de 2003 dedicado al cine anarquista durante la llamada por los historiadores Guerra Civil. El reportaje muestra un panorama muy poco estimulante de la socialización, lo normal que se suele decir de las colectividades en medios no libertarios: que fue una chapuza llena de contradicciones en el mejor de los casos. Pero llego a la parte que habla de la represión de "los anarquistas", y se mencionan los fusilamientos o asesinatos de Pedro Muñoz Seca y otros artistas como Tina de Jarque y Fernando Díaz de Mendoza, y del empresario Tomás de Zubiría. De estos tres últimos no sé nada. De Pedro Muñoz Seca, sí puedo decir que fue una tragedia el asesinar a un autor que me ha hecho reir a menudo con su ingenio y su poesía. Habrá a quien no le guste, caramba, pero ¿tanto como para fusilarlo? Lo curioso es que este crimen se menciona bajo el epígrafe "represión anarquista", cuando Pedro fue fusilado en Paracuellos del Jarama. Este detalle se pasa por alto. No se dan más explicaciones.

Ya no presenta más muertos el autor en la bandeja de "los anarquistas", pero asegura que la prensa anarquista se dedicaba a insultar a artistas, actores y empresarios que marchan al extranjero para ponerse al servicio de Franco o de la industria alemana. Y menciona el informe de un ejecutivo de la Paramount que asegura que los empleados tienen miedo, afirmando en agosto de 1936 que "los anarquistas van a destruir todo y a matar hasta saciarse".

Ahora bien, sigue el reportaje y señala que la represión sobre los artistas facciosos no fue sistemática, y que tanto el sindicato del espectáculo, como el gobierno republicano, expidieron con facilidad pasaportes y avales a artistas que pretendían tener contratos en el extranjero, y que pasaban al campo faccioso. Luego dice que los sindicatos de la CNT y su Junta de Espectáculos expedían carnets sindicales a quienes salían de las cárceles para evitar detenciones arbitrarias a estos profesionales por parte del SIM. Y que esta protección se dio a personas reconocidamente de derechas, siendo conscientes de ello "los anarquistas". Dice también el articulista que los anarquistas no hacían esto solamente "por humanidad" o por "miedo a las represalias" si cambiaban las tornas, sino por la "falta de oficio" de los militantes anarquistas. Toma ya. Necesitaban fascistas para hacer películas, por eso no los mataban. Está clarísimo.

Finaliza el reportaje despachando en media columna la represión que, a su vez, sufrieron "los anarquistas", mostrando el caso del director Armand Guerra (de la CNT), detenido 124 días en una checa por el SIM en la zona republicana, muerto en París en marzo de 1939 de las secuelas de su "detención", y de otros nombres anónimos (resumidos con un «etc.») que sufren fusilamientos, prisión, ostracismo y exilio cuando llegan los franquistas, que esos sí no tuvieron ningún problema en cortar por lo sano. Tendrían "mejor oficio" que los desharrapados anarquistas.

El artículo (50 páginas), va firmado por un tal Emeterio Díez, de la Universidad Camilo José Cela. Y es un estupendo ejemplo del tipo de manipulación terminológica que señalas en tus posts anteriores.

Hay veces, que sí, se te revuelven las tripas. Qué se le va a hacer. A joderse tocan.

Hay veces, que me entran ganas de inventar la Historia.

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_nobody_
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Mensaje por _nobody_ » 18 Oct 2004, 10:41

El otro dia le eché un vistazo al famoso libro "Las checas de Madrid" de Cesar Vidal. Al mirar las fotos, salían varias de milicianos en iglesias vestidos de curas con las armas. los comentarios al pie de foto eran: "milicianos profanando sacristia", "anarquistas haciendo burla de lo sagrado", etc.

También ponia una lista de checas en donde se incluian Ateneos Libertarios, locales de sindicatos, etc.

La idea de Vidal es acusar a todas las facciones republicanas de tener checas; o lo que es lo mismo de represión organizada. Tener una checa ya implicaba algo de organización.

Luego, termina el libro con un apéndice con una lista enorme de muertos pro el terror rojo en Madrid de cerca de 10.000 nombres. Estaria bien comprobarlos para ver cuantos se inventó Vidal, cuantos murieron en otras zonas, cuantos no son de derechas, cuantos murieron antes del 19 de julio, etc.

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