L@s que nos dejan

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Manu García
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L@s que nos dejan

Mensaje por Manu García » 02 Sep 2007, 14:05

Ayer falleció en Alcázar de San Juan el compañero José Moreno Salazar, militante de CNT, activo en la resistencia antifranquista, único superviviente del grupo guerrillero "Los Jubiles".

Artículo sobre su vida

¿Quiénes fueron los Jubiles?

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El libro de memorias del compañero
Última edición por Manu García el 08 Sep 2007, 15:30, editado 1 vez en total.
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Jubiles
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Mensaje por Jubiles » 02 Sep 2007, 17:50

Tuve la suerte de hablar personalmente con el en unas jornadas sobre el maquis.

Me contó cómo "tumbó" a un guardia civil en un enfrentamiento. No sabe si lo mató, pero si que lo vió caer.
Estaba ya muy mal de salud, pero siempre que podía acudía a los actos donde le llamaban.

Mi nick no es casual... es un homenaje a la partida de los Jubiles, celebres anarquistas de Bujalance, que junto a otros guerrilleros y a José Moreno Salazar, compusieron una de las partidas mas dinamicas de andalucia, donde los golpes ofensivos contra miembros del regimen les hicieron famosos.

Sirva mi humilde reconocimiento a estos luchadores de la libertad, y un deseo propio... que su memoria no se extinga.
El derecho a saber
El deber de no olvidar
http://guerrilla-maquis.blogspot.com

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 04 Sep 2007, 17:41

De la página de la CNT de Córdoba:

Cae el último de los Jubiles

El pasado sábado 1 de septiembre libró su último combate el compañero José Moreno Salazar, último superviviente del grupo guerrillero de Los Jubiles.

José Moreno nació en Bujalance (Córdoba) en 1922, en una familia jornalera, por lo que la guerra lo alcanzó siendo un niño. Afiliado a la CNT desde muy joven, empezó siendo enlace del grupo “Los Jubiles”, llevando y trayendo información y víveres entre el monte y el pueblo. Bujalance era una localidad de una gran influencia libertaria, encabezada por los Hermanos Rodriguez Muñoz,“Jubiles”, que al finalizar la guerra formaron un grupo guerrillero que logró resistir hasta 1944. Testigo de la durísima represión fascista en el pueblo, que sufre directamente su familia y él mismo, se unió finalmente al grupo en 1941. Así se inició su vida como guerrillero, contada por el mismo en su libro “El guerrillero que no pudo bailar”, publicado hace tan solo unos años.

Tras varios años de resistencia y lucha en Sierra Morena, el grupo es victima de una traición y cae en un cortijo de Montoro. Todos los miembros del grupo son asesinados, excepto José que salva la vida al derrumbarse sobre él parte del techo del cortijo en el que se cobijaban. Es llevado a la cárcel de Montoro y luego a la de Córdoba, volviendo a caer sobre él la tortura y la represión. En un arranque de audacia, consigue escapar de la prisión y huye a Manzanares. De ahí a Valencia, luego a Madrid. Para intentar ocultar el mito de que el último de los Jubiles estaba vivo y había escapado, la Guardia Civil mata a un pobre hombre y publica en la prensa con grandes titulares que ha terminado con José Moreno. Pero José consigue documentación falsa y comienza una nueva vida con el nombre de Antonio Pérez. Finalmente se instaló en Osa de la Vega (Cuenca), dedicado a los seguros de defunción, lo que no deja de tener gracia para ser alguien que ya estaba muerto “oficialmente”. No recuperó la posibilidad de usar su nombre verdadero hasta 1982.

José Moreno vivió muchos años bajo otra identidad y ocultando su procedencia y sus ideas. Su historia permaneció oculta pero no olvidada. Su memoria prodigiosa y su ánimo tenaz le permitieron, muchos años después, describir la travesía de su lucha y la de sus compañeros de una forma meticulosa y exhaustiva. No olvidó tampoco sus ideas libertarias y desde que recuperó su identidad no cesó en el empeño de que se reconociera y recordara a sus compañeros. José promovió con su tesón los actos celebrados hace dos años en Bujalance y Montoro que culminaron con la construcción de un monolito en el lugar donde murieron. José volvió a ver su pueblo después de más de 40 años.

La versión de José acerca del final de “Los Jubiles” no era compartida por algunos familiares de éstos, que dudaban que él hubiera estado presente. Pero el tiempo ha querido que el expediente instruido por el ejército franquista y la Guardia Civil al grupo guerrillero haya sido encontrado en el Archivo Militar de Sevilla, dando la razón plenamente a las palabras del compañero José.

Aquejado por graves dolencias del corazón desde hacía varios años, no dudó jamás en asistir a actos, conferencias, allí donde se congregaran guerrilleros para seguir manteniendo viva su historia. La muerte de su compañera el año pasado agravó sus dolencias hasta que el sábado ya no pudo más.

Ha muerto el último de Los Jubiles. De él nos queda un ejemplo de lucha constante que nos demuestra que ésta es posible siempre, aun en las condiciones más adversas, sin perder la humanidad que caracteriza a los auténticos anarquistas. Que la tierra te sea leve, compañero.

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 08 Sep 2007, 15:32

VALERO CHINÉ BAGUÉ, ANARCOSINDICALISTA

BREVES NOTAS PARA EL RECUERDO

Valero Chiné Bagué, nació en Fraga -al sureste de la provincia de Huesca- el 1 de noviembre de 1918, militante de la Confederación Nacional del Trabajo desde muy joven, casi un niño, murió el pasado 12 de julio de este año 2007.

El año 1976 Valero junto con otros compañeros que resistieron a la guerra civil y al doloroso “exilio interior” provocado por la dictadura franquista, decidieron que era el momento de devolver a la luz pública la organización por la que tanto habían luchado. La nueva realidad, provocada por la muerte del dictador, estaba de su parte y a los pocos meses, su esfuerzo fue recompensado. En el “77” el nombre de Valero Chiné fue uno de los que sirvieron para dar legalidad jurídica a la CNT de Fraga.

Atrás quedaban los oscuros años del franquismo, la lucha clandestina, la represión, la guerra y la revolución. Permanecían, también, los imborrables recuerdos y los acontecimientos vividos en su juventud; su paso por la escuela de J. Alberola (en 1933 asiste por primera vez a clases nocturnas que el maestro racionalista imparte en los locales de la Sociedad Cultural Aurora, “ateneo libertario” y filial de la CNT de Fraga). Fueron los años que, sin duda, forjarían su compromiso militante; se asoció al “Ateneo”, más tarde a la CNT y colaboró activamente en la “creación” y organización de las Juventudes Libertarias.

Cuando estalla la guerra civil -como consecuencia del golpe de estado del 18 de julio- se alista a la Columna Durruti, Participa en varias zonas del “Frente de Aragón”, y forma parte de una de las Centurias de la Columna que se desplaza hasta Madrid para apoyar su defensa. Fue protagonista en los duros combates contra las tropas franquistas en la zona del Hospital Clínico y Zona Universitaria y, como otros tantos compañeros de Fraga, recibió la dura noticia en plena batalla, de la muerte de Durruti.
Cuando el gobierno de la República impone la militarización de las milicias, no estando de acuerdo con esta medida abandona voluntariamente la Columna Durruti.

A su regreso, Fraga se encuentra en pleno proceso colectivista, en ese momento es nombrado delegado en la Cooperativa de Consumo de la Colectividad, responsabilidad que ejercerá hasta su regreso al frente. Será testigo de algunos de los fatídicos acontecimientos, protagonizados por la 27ª División, la antigua Columna Carlos Marx; además del acoso que esta ejercía contra los colectivistas, hechos que de alguna manera, ya pronosticaba el trágico futuro que les esperaba.

Con la movilización militar y llamada a quintas, de nuevo, tiene que incorporarse a filas; pero esta vez, de manera forzosa. Sin embargo, unos días antes de que eso ocurriera y con la preocupación de ser reclutado en una unidad militar con un color político “non grato”, decide alistarse voluntariamente a la 127 Brigada Mixta de la 28ª División, la antigua Columna Roja y Negra que tenía las oficinas de su Estado Mayor muy cerca de Fraga, en Albalate de Cinca. División con la que luchará en varios frentes hasta el final de la guerra.

El fin de la contienda le sorprende en Madrid y Valero será uno de los muchos combatientes de la zona republicana que se desplace (como pueda) hasta Valencia para después esperar en el trágico puerto de Alicante la llegada de un barco internacional que le conduzca hacia un exilio forzoso pero, que al menos, pueda salvarle la vida. No fue así los barcos soñados no llegaron y Valero cae prisionero. Empieza un periplo que durará años, pasando por campos de concentración y cárcel, primero en Albatera, Porta Coeli, Miranda de Ebro y finalmente en Rentería. Al regresar a Fraga vuelve a ser condenado a siete meses de trabajos forzados; esta vez, es denunciado por “Desafecto al Movimiento Nacional”, es trasladado a Zaragoza y conducido al campo de aviación Las Bardenas.

A finales de 1940, cuando por fin parece encontrarse “libre”, empieza a trabajar en las minas de carbón como medida provisional para eludir el servicio militar; oficio que, sin embargo, ejercerá durante veintiséis años, en la cuenca minera de la Granja d´Escarp y Mequinenza, (pueblos de la provincia de Lleida y Zaragoza pero muy cercanos a Fraga) En 1946 es detenido por la policía y guardia civil junto a otros muchos mineros por la reorganización de la CNT clandestina. Doscientos cincuenta compañeros de la provincia de Lleida y de algunos pueblos cercanos de la parte aragonesa, -como Mequinenza, Fraga, o Torrente de Cinca- serán procesados y encarcelados. Valero permanecerá casi un año en la cárcel de Lleida y once años de libertad condicional y vigilada. A todo esto, hay que añadir la humillación pública, por parte de las autoridades locales, los malos tratos y la tortura durante la detención. Y por si fuera poco, a la tragedia familiar hay que sumarle que hacía tan solo seis meses de su unión en matrimonio con su compañera Conchita.

Los años siguientes y hasta la muerte del dictador, su abnegada militancia no decayó y su compromiso fue firme a pesar del hostigamiento que la dictadura ejercía. Siguió haciendo sindicalismo dentro de sus posibilidades, ayudando y tendiendo siempre la mano a los mas desfavorecidos, “ganándose” por ello el reconocimiento de sus compañeros de trabajo; pero, además, y, paradójicamente, el respeto de muchos patronos y de sus adversarios políticos.

A pesar de su azarosa vida su entusiasmo no menguo y su forma de entender la vida, se basaba claramente en continuar trabajando en favor de unos ideales, -que para algunos ya parecían caducos delante de los nuevos acontecimientos políticos, que con la muerte del dictador se avecinaban-. Pero para él continuaban teniendo la misma validez de siempre.


En estos últimos treinta años Valero supo conjugar muy bien su militancia con su edad, pues a pesar de la diferencia generacional, nunca tuvo un mal gesto ni un desagravio; todo lo contrario, ayudó a la formación de la militancia más joven y siempre desde el respeto; sin imposición ni coacción. Animó y apoyo todas las iniciativas, con sus ideas y propuestas, sin olvidarse de su cuota sindical; en esta última etapa colaboró en la formación de la asociación Centro de Estudios Libertarios José Alberola. El conocimiento, en muchos casos por ser protagonista directo, de la historia social y libertaria tanto de Fraga como de la comarca, lo llevó a participar en varios documentales históricos; “Ni peones Ni patrones” de S. Kontrasfilm de Ámsterdam, o “Vivir La Utopía” de la cadena Arte, además de colaborar aportando datos y documentos a investigadores de historia y artículos de prensa.

Somos conscientes que dejamos muchas anécdotas y buena parte de la historia de tan intensa vida, quizá la abordemos en otro momento. Con este comunicado solo pretendemos hacerle nuestro particular homenaje para compartirlo con su familia y amigos y hacerlo extensivo a toda la Confederación y el Movimiento Libertario.

No dudamos en decir que la ausencia de Valero deja un inmenso vacío en la organización, pero el recuerdo de su profunda humanidad y sus firmes convicciones serán el aliento necesario para continuar hacia delante.

CNT Federación Local de Fraga

Centro de Estudios Libertarios “José Alberola”
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Manu García
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Mensaje por Manu García » 08 Sep 2007, 17:37

Me acaban de comunicar el fallecimiento de José Palacios Rojas, "Piruli"

http://www.alasbarricadas.org/forums/vi ... hp?t=29918

Dejo como recuerdo y homenaje a este compañero un texto donde explica algunas de sus vivencias:

Presentación de la CNT de Sevilla

José Palacios Rojas es uno de los miembros de la CNT de Sevilla más veterano. Su modestia le impide hablar de sus realizaciones en el plano personal y de las dramáticas circunstancias en las que se ha desenvuelto su vida: miliciano en la revolución social, lucha en el frente de Madrid hasta la derrota, llegando en la retirada hasta el Puerto de Alicante, donde son capturados los últimos resistentes. Pasa a continuación al campo de concentración de Albatera, donde sufrirá con el resto de compañeros el hambre, penuria y enfermedades a que someten los fascistas a los vencidos. Varios años de prisión, lucha clandestina durante el franquismo, apoyo a la reconstrucción de la CNT, ha sido siempre un simple afiliado, un obrero manual del sindicato. Amante de las ideas libertarias, permanece fiel a su ideario. Hoy, cuando tanta gente se somete dócilmente a la autoridad esperando la caída de alguna migaja, nuestro compañero Piruli es un ejemplo de modestia, de dignidad y de entrega a una buena causa, la causa de la emancipación de la humanidad del yugo del salario, el Estado y la violencia.

Testimonio de José Palacios Rojas, el Piruli

Yo nací en 1914 en Coria del Río, provincia de Sevilla. Mis padres eran trabajadores, sus únicas propiedades eran sus brazos, y eso fue lo que me dieron a mí también. Desde muy pequeño fui a ayudarlos al campo, y como jornalero a los 9 años ya estaba afiliado a la CNT y a un grupo que llamábamos Juventudes Libertarias. En aquellos tiempos estábamos maduros muy pronto, y llevaba tiempo queriendo afiliarme al sindicato y cotizar, porque eso era muy importante para mí. También estaba deseando de que terminase el trabajo para ir, al caer la noche, al ateneo libertario que teníamos, a aprender e instruirme, porque la única escuela a la que podíamos ir era a la del sindicato. Lo poco o lo mucho que sé se lo debo a mi sindicato.

La escuela del sindicato

Allí aprendíamos a hablar. Un compañero tomaba uno de nuestros periódicos y leía una noticia. Luego entre todos los que estábamos allí, diez o veinte, comentábamos qué nos parecía, por turno. Otros grupos hacían lo mismo. De esa forma nos acostumbrábamos a tomar la palabra, que era algo a lo que nos animaban continuamente nuestros mayores, a que habláramos y diéramos siempre nuestra opinión, para que no nos quedásemos nunca sin decir lo que pensábamos. Eso era muy útil luego para estar en las asambleas.

También en la escuela aprendíamos cosas de ciencias, números, literatura... No había maestros que se pudieran llamar así. Las clases o las charlas, eso como tú quieras llamarlo, nos las daban nuestros compañeros mayores, que eran gente a la que queríamos muchísimo. Ellos a su vez habían aprendido de otros trabajadores. Pero lo que mejor recuerdo que aprendimos, y en ese sentido la escuela no estaba en el ateneo, sino en todo el sindicato, era a estar orgullosos de ser trabajadores. Venían de otros sindicatos de la CNT, los mineros por ejemplo, y nos explicaban su oficio, luego íbamos nosotros al de ellos y les explicábamos las tareas del campo. Aprendíamos la dignidad, y si algún compañero o compañera pasaba algo de miedo frente a un patrón, enseguida los demás le apoyábamos para que no se amedrentase, porque éramos trabajadores y creábamos la riqueza.

Asambleas

Entonces toda Coria estaba afiliada al sindicato, y una vez al mes alquilábamos el teatro para dar la asamblea. En el tablón de anuncios había un papel y allí apuntaba cada uno los temas que quería que se tratasen. Durante el mes todo el mundo hablaba en la calle y en las casas del orden del día y de las soluciones que se podían aportar para todos los problemas: de presos, del paro, de las bases de trabajo, de abusos de la patronal, de ir a un congreso... Así, cuando llegaba la asamblea, todos tenían una opinión y una idea que aportar. Entonces el comité abría la asamblea, leía el orden del día en una sala que estaba siempre abarrotada, y las 500 ó 600 personas que había allí sentadas o de pie, pedían la palabra y empezaban a hablar en orden. Hablaba mucha gente y no te puedo decir que hubiese nadie que se llevase siempre el gato al agua, porque ya te digo que allí todo el mundo tenía opinión, y no nos gustaban los líderes. Cualquier persona del comité era siempre sustituible por otra, como así pasó alguna vez, porque no nos daba miedo tomar responsabilidades.

Cuando había que hacer peticiones a la patronal, durante mucho tiempo antes la gente discutía lo que se iba a pedir en las asambleas, y los delegados del sindicato visitaban a los trabajadores que estaban lejos del pueblo para llevar a la asamblea sus reivindicaciones. Allí se hacían las plataformas de reivindicaciones.

Recuerdo una vez que el ayuntamiento cedió al sindicato la construcción de una carretera. La bolsa de parados la hizo la asamblea, y el reparto del trabajo también. Se hizo por orden para que todos trabajasen y nadie se viese beneficiado con más días. El que trabajaba unos días luego dejaba el turno a otro compañero.

Pero la bolsa también funcionaba por necesidad de la gente. Esto es muy curioso, lo que te voy a decir: Pan con aceite. Comíamos pan con aceite, arroz, bacalao de vez en cuando. La pringá era algo extraordinario. Yo siempre andaba con hambre y alpargatas. Ropa llevábamos la misma toda la vida hasta que la tela original desaparecía con tanto remiendo. Si la lavabas no tenías qué ponerte. Pero no nos peleábamos y lo compartíamos todo. Allí en la asamblea todos nos conocíamos, y aunque todos éramos pobres, los había que no tenían ni lo que te acabo de contar. Por eso te digo que la Bolsa de Trabajo también funcionaba según la necesidad, así los más necesitados pudieron trabajar más días.

Todo eso se discutió en asamblea, en pocas horas, y no hubo peleas. Fue la CNT, es decir, los trabajadores, los que hicimos totalmente aquella carretera. Ya sé que con la falta de unión que tienen hoy los trabajadores esto puede sonar a cuento de viejo, pero es totalmente cierto lo que te estoy diciendo. La asamblea era el sindicato, y el sindicato era el pueblo trabajador, hombres, mujeres, niños, viejos, sin líderes ni dirigentes, resolviendo sus problemas, dando a cada uno según sus necesidades, y recibiendo de cada uno lo que podía dar. Eso fue muy hermoso; eso es la anarquía y mientras vosotros lo recordéis, nadie lo podrá cambiar.

Acción Sindical

Nuestro sindicato era una organización temible para la patronal. Una vez que la asamblea acordaba lo que queríamos, y nos poníamos en marcha, era muy difícil detenernos, porque estábamos decididos a todo, a aguantar huelgas, a destruir máquinas y a lo que hiciera falta, hasta que los patronos aflojaran. Los patronos tenían mucha guasa. Querían modernizar España metiendo maquinaria en el campo. Que nos muriésemos de hambre no les importaba a los sabios y economistas.

Pero no se esparaban la respuesta que les dimos. En muchos pueblos en época de siega, durante la República, las jornadas de trabajo eran de 4 horas, y no se consentía ni una máquina. Entiéndeme: nosotros no estábamos en contra de la máquina; veíamos bien que las comprasen y las usasen, siempre que contratasen el cupo de obreros acordado en la asamblea. En cuanto a las máquinas, estábamos convencidos de que serían nuestras en cuanto estallase la revolución.

Entonces eran muchos los riesgos por los apaleamientos de la guardia civil, pero cuando nos veían tan determinados y decididos, les imponíamos tanto respeto que terminaban por ceder, porque no nos podían meter en la cárcel, ni darnos palizas a todos. Nada de esto se hubiera podido hacer de no haber sido por la educación que nos dábamos los trabajadores en el sindicato, porque la lección que se aprendía era la de la solidaridad obrera. El que caía, sabía que nada le iba a faltar ni a él ni a los suyos, mientras en el pueblo hubiese algo para comer. Y cuando yo tenía miedo venía un compañero o una compañera a tirar de los demás.

Cuando ganábamos una huelga, el sindicato nombraba a un delegado en cada cuadrilla, que era el que tenía el reloj para saber la hora, velaba para que no se abusase de los obreros, y veía también para que no abusase ningún obrero, porque cuando los trabajadores daban su palabra, la cumplían.

Organización Sindical

Teníamos un secretario que era el que se encargaba de las relaciones con los demás sindicatos de la CNT, un tesorero, un contador, que cobraba las cuotas... Ninguno de los cargos del sindicato cobró nunca ningún sueldo, porque lo considerábamos inmoral, y no porque no hubiese dinero en el sindicato. Sólo se pagaban los viajes de los delegados que iban a los congresos o los plenos. Los miembros de los comités eran gente que se elegían en asamblea, o los designaban las distintas secciones en sus asambleas, la del campo, construcción, madera, aceituneras, marineros...

Recibir un cargo era de mucha responsabilidad porque significaba que los demás confiaban en ti, y debías hacerte merecedor mientras durase tu mandato, que siempre estaba limitado en el tiempo a seis meses. Por los comités pasó mucha gente que ahora no te sé poner en pie sus nombres... José Franco, Pepe Osuna... Procurábamos que cambiasen cada seis meses y no estuviesen mucho tiempo.

Financiación

El sindicato vivía exclusivamente de las cuotas. Sólo de las cuotas. El tesorero ponía siempre en el tablón de anuncios, todos los meses, las entradas por cuotas y los gastos. Todos sabíamos lo que había. También ponía la lista de gente que se había olvidado de cotizar, y entonces decías, "¡cagüenlamar! ¡si no he cotizado!, ¿pero cómo es posible?" Todos cotizábamos porque era la única forma de que el sindicato sobreviviese.

Pero además es que si un sindicato recibe dinero que no sea de sus afiliados, eso es malo. Muy malo. Por eso los sindicatos como UGT, CCOO o la CGT no son nada. Sus líderes traicionan a los trabajadores porque no son trabajadores, sino unos burócratas a sueldo del Estado o de las empresas.

Ideología

Yo estaba en la CNT porque me gustaba y no había personalismos, y lo mismo que yo mucha más gente. Había algunos que estaban afiliados porque CNT era el sindicato del pueblo, pero en Coria la inmensa mayoría éramos de CNT para cambiar el mundo, porque éramos anarquistas.

Queríamos acabar con el capitalismo porque éramos los mejores, y la CNT era el mejor sindicato porque no queríamos líderes, dictaduras ni nuevos latigueros, que era lo que nos traían los socialistas y comunistas. La CNT era el sindicato de la libertad y la igualdad entre los trabajadores, y lo que decía en la asamblea el último que llegaba a ella, era tan tenido en cuenta como lo que decía el militante de más edad.

No creas que éramos fanáticos. En nuestra biblioteca había libros de todas las ideologías, y traíamos a dar conferencias a burgueses, a socialistas y a comunistas. O íbamos nosotros a sus actos. Esto nos daba tanta fuerza que hasta los mismos burgueses nos admiraban, don Blas Infante fue uno de ellos. Él iba mucho por Coria, y hablaba en el sindicato con nosotros. Nos decía que los obreros íbamos a ser los que íbamos a regenerar a Andalucía. De los burgueses y los patronos sabía que no podía esperar nada. Por eso me da tanta rabia cuando veo ahora que le dan homenajes a Don Blas Infante gente que están en el PP o en el PSOE, o los que se llaman andalucistas. ¡Pero si los suyos, los de su propia familia no lo podían ni ver! ¡Si fueron ellos los que le fusilaron!

Primero de Mayo

El Primero de Mayo nos reuníamos todos en la plaza. El que fuera del Comité explicaba el significado de ese día, que era un día de lucha para conseguir la reducción de la jornada laboral, recordaba a los Mártires de Chicago y la huelga de jaimarker... Luego desde allí desfilábamos por el pueblo, por todas las calles. Había muy poco público porque todo el mundo, salvo los que no podían andar, estaban en la manifestación. Por eso había pocas pancartas o banderas ‹la roja y negra, la tierra para el que la trabaja‹. No esperábamos que nadie nos viera, ni queríamos salir en fotos en la prensa burguesa. Era nuestra manifestación y nuestro día, y después de andar por el pueblo, salíamos al campo mil o dos mil personas, no te sé decir. Íbamos en silencio, sin habernos puesto de acuerdo antes. Me acuerdo de que algunos llevábamos las herramientas del oficio. Mirábamos las tierras, los campos de labranza, las máquinas contra las que luchábamos porque eran de los patronos, los barcos, las industrias y todo lo que muy pronto iba a ser nuestro. Luego volvíamos al pueblo, la gente tomaba la palabra y seguíamos hablando. Costaba mucho trabajo volver a casa. Los patronos estaban impresionados, porque sabían que si no hacían algo pronto, sus privilegios tenían los días contados.

La prensa

Nosotros no queríamos fotos en la prensa burguesa, porque teníamos la buena, la nuestra, que la leía todo el mundo. Allí estaban las noticias de verdad. La otra prensa no decía más que mentiras. Pero no nos daba pena, porque cuando queríamos denunciar algo podíamos hacerlo sin problemas en el CNT o en la Soli o en cualquiera de nuestros periódicos. Y no te creas que eran denuncias inútiles. Hacían mucho daño porque ser señalado por la prensa confederal daba muchos quebraderos de cabeza a los patronos o a las fuerzas de represión. Un patrón que abusara no encontraba fácilmente trabajadores. A la guardia civil, ni la mirábamos.

Amistad

No todo eran huelgas y manifestaciones. Éramos amigos y nos lo pasábamos muy bien. De forma sencilla éramos muy felices. Nos divertíamos, salíamos de excursión, hacíamos teatro, deporte, había compañeros que se preparaban para las Olimpiadas Populares... También charlábamos mucho. Entonces no había televisión y la gente estaba más en la calle. Si te querías distraer, o leías, o estabas con otros como tú. Por supuesto, el juego con dinero estaba desterrado, y beber vino era muy mal visto.

Fin

Cuando se sublevaron los fascistas, en el pueblo la CNT no permitió que se matara a nadie. Para prevenir que le fuera alguien a hacer daño, se le puso al cura una escolta de dos compañeros del sindicato, sin armas, porque no hacían falta. Poca revolución se pudo hacer porque el pueblo estuvo en nuestras manos muy pocos días, aunque teníamos miles de proyectos para hacer una cantidad de cosas. Ya te digo que no se tocó un pelo a nadie, porque no era nuestro pensamiento y nosotros queríamos hacer una comunidad donde todo el mundo tuviese sitio, pero todos iguales y libres.

Entonces, cuando entraron los fascistas en el pueblo, fusilaron a todo el comité y a decenas y decenas compañeros y compañeras. Otros fueron a presidio, y otros huyeron. Sólo de esa forma pudieron acabar con la CNT de Coria: asesinando a sus militantes y con el terror. Eso hubo que vivirlo, no se puede explicar. Al que abría la boca lo mataban. Lo mataban o iba a la cárcel por años y años, sin contar las torturas. Así los jóvenes que vinieron detrás de nosotros no pudieron coger el sindicato. Que se sepa que con nosotros acabaron por medio del asesinato, frío y cobarde, contra gente desarmada.

Para la actualidad

Antes de que acabes: yo quiero decirle a la juventud que no se desanime. Lo importante es que sepáis cómo se hace una asamblea, cómo se dice la opinión de cada uno, cómo funciona el sindicato. Nada puede cambiar si la gente joven no aprende a vivir colectivamente, si no crea sus escuelas, sus libros y sus periódicos, sin subvenciones ni asalariados. Me gustaría vivir otros diez o quince años para ver cómo mejora esto y espero que para entonces seáis vosotros los jóvenes los que me contéis a mi cosas buenas, para que yo siga aprendiendo, igual que he hecho en mi sindicato desde 1923.

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Mensaje por Manu García » 16 Sep 2007, 17:53

Se ha marchado el compañero Adelchi Pantaloni

Se acerca a las ideas libertarias mientras asiste al liceo científico de Ancona, 1969-1970, en aquel otoño caliente, con tantas ganas de conquistar la calle, de contestarlo todo, de hablar y de soñar. Unas clases especiales las de aquel instituto, donde tres cuartas partes de los alumnos se reconocían en las ideas anarquistas o se podían definir de simpatías libertarias. Algunos militaban activamente en el grupo que se reunía en la Casa Malatesta de Ancona, donde se editaba el quincenal anarquista "L'Internazionale".

Adelchi participa en las reuniones del grupo juvenil anarquista "Kronstadt" (que se había formado en la Casa Malatesta) convirtiéndose pronto en un militante destacado del grupo. De gran inteligencia, hábil en el debate y en las intervenciones públicas, Adelchi sobresale por su capacidad y su preparación.

Años setenta, años de plomo en los que hay que encarar una realidad conflictiva. La masacre del Estado (piazza Fontana), el asesinato de Serantini, una Ancona atravesada por un vivaz y duro movimiento de clase. Choques con los fascistas y con los comunistas. Las emboscadas de los escuadristas y los intentos de la policía de echar el guante y criminalizar a Adelchi y otros compañeros.

Un breve paréntesis lleva a Adelchi, por motivo de estudios, a Pisa, donde se afana en la reconstrucción del grupo anarquista local. Después vuelve a Ancona.

Su anarquismo clasista le lleva a optar por el proyecto comunista libertario que da vida a la OAM, la Organización Anarquista Marchigiana (de la región de Las Marcas), de la cual el grupo de Ancona constituye parte importante y central. La OAM tiene un fuerte desarrollo en los años setenta, agrupando a varios centenares de compañeros, tanto en Ancona como en el resto de la región, dando vida a una amplia intervención social en los barrios, en los lugares de estudio y en las empresas. Aquellos años son también los de la relación con la CNLA (Coordinadora Nacional de Trabajadores Anarquistas), forja organizativa de un anarquismo orientado y federado.

Adelchi es en aquellos años uno de los puntales tanto de la organización regional como del intento de dar vida a una organización nacional y después (cuando comienza el reflujo de esta área) de la experiencia del periódico "Fronte Libertario della Lotta di Classe" (Frente Libertario de la Lucha de Clases) editado en Ancona.

Concluida a fines de los 70 la experiencia de la OAM, el anarquismo local continúa su actividad, que se concreta en los 80 con la constitución del grupo “Malatesta”. El trabajo, motivos personales y otros, hacen que Adelchi se distancie cada vez más del grupo. A fines de los 70 Adelchi se adhiere durante un par de años al proyecto de reactivar la USI. Después elegirá militar sindicalmente en la UIL, donde asumirá importantes responsabilidades y donde luchará, con ética y coherencia, hasta el final.

En estos años, a pesar de no frecuentar el movimiento (aunque acudía puntualmente a nuestras iniciativas), Adelchi ha continuado siendo el compañero anarquista salido de las clases del liceo científico de los 70.

Ha muerto a la edad de 54 años tras una larga enfermedad, a su funeral han acudido muchos compañeros a darle el último adiós.

Grupo Malatesta (Ancona)

Traducido de "Umanitá Nova", primera semana de septiembre de 2007

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Manifestación durante el "autunno caldo" de 1969
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Mensaje por Manu García » 22 Sep 2007, 21:35

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Mensaje por anarkoanthony » 22 Sep 2007, 21:53

Pienso que este Hilo se podría poner como "Fijo".
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Manu García
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Mensaje por Manu García » 03 Oct 2007, 11:40

Homenaje a Inés Ajuria de la Torre
http://www.cnt.es/noticia.php?id=3426

Ha muerto a los 92 años Joan Sans Sicart, que entre otras cosas fue maestro racionalista, combatió en la Columna Durruti, tuvo una contribución destacada en la reorganización de la CNT en el exilio y asumió importantes responsabilidades en la AIT
http://www.cnt.es/soliobrera/SoliArticu ... ualizar/61

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La portada de dos libros del compañero Sans Sicart
"No más derechos sin deberes, no más deberes sin derechos"

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anarkoanthony
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Mensaje por anarkoanthony » 12 Oct 2007, 14:57

El Domingo 7 de Octubre murió el compañero Tambolino

Murió el Domingo 7 de Ocubre, en el viterbese, el compañero anarquista Marco Ferruzzi, seguramente mejor conocido como Tombolino. El dolor que en estos momentos nos golpea nos impide encontrar la lucidez de escribir màs sobre nuestro querido amigo y compañero. Dejarà seguramente un vacio incolmable a todxs lxs que en la lucha radical se baten, a todxs lxs que lo han conocido y estimado.
Y nosotrxs, como todxs lxs sincerxs anarquistas lo recordaremos para siempre en la promesa que pueda vivir en cada acto demoledor de este existente envenenador y bastardo.
Nos apretamos con un abrazo con lxs compañerxs anarquistas viterbeses, envestidxs por esta tragedia improvisada.

Ciao Tombolino!
Lxs compañerxs de la Caja Anarquista de Solidaridad Anticarcelaria.
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Extraido de la pàgina de informaciòn anarquista http://www.informa-azione.info
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Alonso
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Mensaje por Alonso » 16 Oct 2007, 11:01

En El País de hoy se publica una necrológica del compañero Joan Sans Sicart.
Muy en su línea de acordarse de los anarquistas como algo del pasado.

No puedo acceder a la publicación en internet porque está en el sistema de pago, así que no puedo publicarlo aquí.

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 18 Nov 2007, 21:51

"In memoriam" María Fuentetaja, editora libertaria

María Fuentetaja ha decidido irse de este mundo a su estilo, sin hacer ruido. Fue ante todo una mujer valiente, libertaria, amante de los libros, a los que dedicó su existencia.

Como librera trabajó durante muchos años en la Librería Fuentetaja de la calle de San Bernardo, y posteriormente en Fuentetaja Infantil, una de las primeras librerías de Madrid dedicadas a los niños.

Como editora creó la Editorial La Piqueta, en donde en plena transición comenzó a reeditar escritos de los clásicos del anarquismo como Bakunin, Rudolf Rocker, Franz Mintz, Max Netlau y otros, a la vez que Jesús Ordovás lanzaba la colección De qué Va..., que fue un referente importante para los movimientos contraculturales de la transición.

Nosotros mismos iniciábamos también por esa época la colección Genealogía del Poder en la que publicamos cerca de 40 libros. Roberto Turégano diseñó la mayor parte de las cubiertas y María, una mujer a la vez culta y cultivada, animaba un trabajo de edición en cooperación porque pensaba que la lectura, los debates, los ateneos, y los libros podían contribuir a construir un mundo mejor.

María hizo posible esta aventura editorial, pues la financió con su dinero, con su esfuerzo, y sobre todo con su confianza ciega en la bondad natural de los seres humanos.

Elegía el papel de las cubiertas, diseñaba las portadas, corregía las galeradas, se ocupaba de que los libros estuviesen cosidos a mano, los distribuía por correo, y promocionaba su difusión. Como todos los libertarios amaba sobre todo la vida, y consideraba que para andar con dignidad por el camino de la existencia no se necesitan revelaciones divinas encarnadas en textos sagrados, sino compartir las cosas con los demás a la luz de los saberes contenidos en libros escritos por hombres y mujeres de todo el orbe, y de todas las razas y culturas, con tal de que amasen la libertad, e hiciesen de ella una razón para vivir.

Cuando se cansó de un Madrid cada vez más agresivo, gracias al concurso de cementeros y especuladores, cuando se cansó también de todas nuestras urgencias difíciles de conciliar, buscó el retiro en un soleado apartamento del Real Sitio de El Escorial desde el que se podían escuchar los pitidos de las locomotoras del tren.

Al igual que a Fourier, también a María le gustaban las flores y los gatos, pero sobre todo su pasión eran los libros de viejo, y allí, acompañada por unas buenas vecinas, y con el permanente cariño de su hijo Bernardo, guardaba los pequeños grandes tesoros de su biblioteca que enseñaba a sus amigos cuando la íbamos a ver.

En el breve lapso de tiempo de un año han muerto en Madrid dos grandes editoras, primero Florentina Morata, y ahora María Fuentetaja. Las dos, desde posiciones, planteamientos, y valores distintos, han dedicado su vida a los libros, y han mirado de frente a la muerte para afirmar el valor de la inteligencia y del conocimiento.

Decía Tolstói que la misión del arte es hacernos amar la vida en todas sus manifestaciones, lo que no deja de ser un buen criterio para valorar las obras de arte. María Fuentetaja, creía, como William Morris, que el arte es la expresión más elevada del espíritu humano.

Ella hizo del amor a los libros un arte de vivir. A nosotros, y a las nuevas generaciones, nos corresponde ahora mantener vivo ese arte artesanal que convierte a la verdad y a la libertad en los más preciados tesoros por los que una sociedad justa debe mirar. María Fuentetaja nos ha enseñado con su esfuerzo, y también a través de su amistad, que el camino hacia la emancipación personal y social pasa, sin atajos, por un trabajo bien hecho.

Julia Varela/Fernando Álvarez-Uría

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Cipri
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Mensaje por Cipri » 22 Nov 2007, 01:01

Manuel Sanchez Fuerte.Nos deja con 95 años, ha estado lúcido hasta su último suspiro. Pidiendo lápiz y papel para plasmar sus ideas.Ha dejado de latir el corazón, tras una lucha encarnecida, de nuestro compañero Manuel Sánchez Fuerte. Tan fuerte como su apellido resistiéndose a la muerte.

Este anarquista exiliado a Francia y habiendo padecido las calamidades de la guerra civil era, anacrónicamente, aficionado al cante, al fútbol, y a los toros (pero eso sí, sin matanza). Era del Málaga y le gustaban los callos.
Su asignatura pendiente hemos sido las mujeres que desconocía. Luchaba "a la forma de antes" por una clase trabajadora, culta, digna y solidaria.

NO LE OLVIDAREMOS.

Este homenaje no solo se lo dirijo a el, sino también a su compañera Ana; que durante 50 largos años, a su sombra, ha sido el "callado" en que Manolo se ha apoyado día a día en su lucha.

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Como habéis leído, la CNT de Málaga estará siempre agradecida a la labor de los compañeros que han mantenido viva las ideas anarcosindicalistas, y su amor a la CNT, como es el caso de nuestro más antiguo compañero que hoy nos ha dejado.

Le hemos hecho un pequeño homenaje de despedida (como él quería que fuese, sin flores y con una bandera del sindicato, despidiéndonos con unas palabras de compañeros y compañeras del sindicato) en el tanatorio malagueño, donde lo acompañamos familiares y compañeros del sindicato, mostrándole todo nuestro afecto, a una persona como él, humilde y antiguo miliciano que tuvo que huir con toda su familia durante los tristes sucesos de la caída de Málaga, por la carretera de Almería, y que tras una vida de humillación y privación dejó la península para pasar primero por Oran y después viviría en Francia hasta su regreso a la muerte del Dictador. Este viejo militante siempre defendió las ideas de la CNT, asumiendo con responsabilidad cuantas funciones le encomendaba el sindicato. Siempre se enorgullecía de su pertenencia a la CNT: fui y sigo siendo de la CNT, aseguraba en uno de esos homenajes en que los "políticos de Málaga" ponían una placa al "Paseo de los canadienses" (en honor al médico canadiense Norman Bethune) en el Peñón del Cuervo. Antes de dejarnos, hicimos varias entrevistas en vídeo con él que forman parte de nuestra memoria oral y documentada, al igual que han hecho otros profesionales en el vídeo documental "Málaga, a sangre y fuego", donde aparece en alguna de las entrevistas.

Que la tierra te sea leve, compañero.


CNT-Malaga
http://www.cnt.es/noticia.php?id=3513
A los osados pertenece el futuro.

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 12 Dic 2007, 01:32

Ha muerto Gregorio Gallego
http://www.cnt.es/noticia.php?id=3556

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 12 Ene 2008, 16:06

Ha muerto el compañero Antonio Alvarez, de Fernán Núñez
http://www.cnt.es/cordoba/node/427
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