Mensaje
por Winston Smith » 02 May 2008, 18:29
Jorge, da la impresión que no comprendes ni un punto de los que te expongo. Pedís pruebas, pero por otro lado vos solo te limitás a expresar sugerencias, impresiones, interpretaciones, no planteás nada objetivo. Yo no necesito dar pruebas empíricas y concretas porque los procesos a los que aludo se ven en la realidad cotidiana, todos los días, y en vez de pedirme que busque pruebas que confirmen lo que digo deberías buscar vos pruebas que lo invaliden. Como para saber si comprendo o no el mercado, ¿no? Por ejemplo, dame pruebas de que los empresarios no se guíen por los precios de mercado, o que los desajustes institucionales no incrementan la incertidumbre.
El que vos me digas que hay inversiones arbitrarias que acaban en derroche de recursos en un mercado cuyos precios expresan fielmente las preferencias de los individuos y que por eso, (¡voilá!) en el mercado hay arbitrariedad; tiene tanto valor como si me dijeras que un matemático sacó cálculo arbitrariamente y que, por lo tanto, en la matemática persiste la arbitrariedad. Lo que yo te estoy exponiendo, cosa que no respondiste, es que los errores no pueden ser inducidos por el mercado mismo, como tampoco el error del matemático puede ser provocado por la matemática misma. El hecho, en el mercado, es que la propia búsqueda de ganancias del empresario lo inducirá a informarse bien sobre los precios y los movimientos del mercado, lo que reducirá notablemente las inversiones ineficaces (sumado al hecho de que los precios no estarán deformados por la perniciosa influencia de la moneda estatal). Es en este sentido en que las pérdidas serán irrelevantes, porque serán muy poco numerosas.
Te recuerdo una vez más el sentido que le di al término arbitrariedad, como “tener en cuenta la multiplicidad de factores que mencionamos con vistas al futuro y respecto del volumen de recursos disponible”, que es, supongo, el mismo énfasis que quiso darle Aquiles. La cosa es que el concepto está claro, la palabra con la que se lo titula es totalmente irrelevante, llamá al proceso “ineficacia”, “incorrección inversora” o “helado de vainilla” si querés, pero el significado está ahí, y no tiene sentido que quieras jugar con las palabras para esquivar argumentos (cosa que, por lo que pude hablar con vos, no me sorprende).
Por otro lado, (y con esto respondo también a Walter PPK) hay multitud de casos en que personas con capitales modestos, guiándose por los precios y haciendo inversiones correctas, alcanzaron a obtener fortunas; mientras que personas que comenzaron con enormes fortunas, por confiarse de su apellido y su capital, invirtieron mal y acabaron arruinados. El apellido, la fortuna y los contactos pueden conseguirle al individuo exenciones de impuestos, subvenciones, protección frente a la competencia, etc., y eso puede reducir la incertidumbre si tiene funcionarios amigos; pero si no hay Estado y hay libre mercado, queda completamente desnudo y sus inversiones van a tener que estar a la par de los demás y seguir los parámetros de los demás: los precios y la calidad institucional.
¿Qué soy arrogante, soberbio, ideológico? Como te digo, te limitás a apreciaciones y especulaciones, no ha hechos concretos. Hasta ahora te dedicaste a esquivar lo que te digo en base a eso, lo cual me parece una actitud bastante mediocre.
Sobre el comunismo libertario, si podés explicar después de toda esta ensalada como se hará para aprovechar eficientemente los recursos, sin una unidad común de cálculo (que en el mercado es el dinero), podemos seguir hablando. Eso es lo que plantea el post inicial de nihilo.
Brutus, primero dijiste que el precio de un bien es “su costo” (¿el precio de algo es lo que cuesta?). Ahora decís que el precio de un bien es lo que te piden a cambio (o sea, que el precio de algo es el precio de algo). Decidite, porque no voy a tratar de dilucidar tus ambigüedades. Por las dudas, dejo en claro qué quiero decir cuando me refiero a que los precios expresan preferencias. El precio de un bien fluctúa en la forma en que es valorado por las personas involucradas en los intercambios del mismo. Las valoraciones no se realizan en el aire, sino que se expresan en otros bienes, más concretamente, en las cantidades de bienes que el individuo está dispuesto a ceder para obtener otro bien más deseado por él. En este sentido expresan preferencias: el individuo tiene 10A, y prefiere tener B, por lo que está dispuesto a entregar 8A al propietario de B para obtenerlo. Otros individuos preferirán ceder 7 A, otros 9 A. De este juego de valoraciones surge el precio.