Bambule-Revuelta (U. Meinhof, 1970): subtítulos castellano

El arte de combate, como elemento de comunicación social y crítica radical.
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Super8
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Bambule-Revuelta (U. Meinhof, 1970): subtítulos castellano

Mensaje por Super8 » 11 Ene 2015, 10:05

Alguien tenía que decirlo: gracias al compañero blia blia blia, ya hay en la red subtítulos en castellano para "Bambule - Revuelta", la película de repulsa hacia los centros de menores escrita por Ulrike Meinhof en 1970. La TV alemana, que la encargó, después la censuró a causa de las opciones revolucionarias de su autora. El guión se publicó en castellano en 1978 como Bambule: ¿rehabilitación social para qué?, en formato libro de la editorial Icaria y con traducción de Francesca Martinez. El libro lo podéis encontrar en este enlace y la película y sus subtítulos en rebeldemule: http://www.rebeldemule.org/foro/cine/tema12176.html

A continuación os adjunto algunos fragmentos de la introducción del guión, y extractos de la película con sus subtítulos.


De la introducción del editor Klaus Wagenbach a "Bambule": Este guión televisivo sobre el correccional de Berlín Oeste “Eichenhof” nació a comienzos del año 1970. No obstante, Ulrike Marie Meinhof ya había empezado mucho antes la polémica en torno a los correccionales de tutela de menores,… sobre sus pésimas condiciones de vida y las necesarias consecuencias que se desprendían de ellas…

“Bambule” fue rodada en abril de 1970; la mayoría de las actrices son muchachas de correccional que actúan espontáneamente. En cambio, las educadoras son actrices profesionales. Los hechos que acontecen son auténticos. El texto que aquí ofrecemos es una versión elaborada entre Ulrike Meinhof y el director de la película, Eberhard Itzenplitz. La película sólo se aparta de esta versión en algunos pasajes.

La producción, realizada por la Radio Suroeste, tenía que ser televisada… a escala federal… en mayo de 1970. Pero precisamente por esa época –desde hacía una semana- caía sobre Ulrike Meinhof la sospecha de haber participado en la liberación de Andreas Baader… La ARD, haciendo justicia por cuenta propia, eliminó la película de su programa…

El “Eichenhof” del que nos habla la película no es un correccional de los más estrictos. Lo fue antes de que Ulrike Meinhof emprendiera, junto con las muchachas que lo habitaban, una campaña de denuncia contra los abusos que entonces existían en él… Pero la crítica no se detiene en lo superficial, y Ulrike pone el dedo en la llaga: … la estructura de la sociedad se hace más transparente cuanto más nos acercamos a la periferia. De ahí la insistencia por parte de esta sociedad caótica en querer representar a los grupos marginados como algo lógico y natural…

… Ulrike Marie Meinhof no tiene necesidad de recurrir al Vietnam para denunciar el drama y las calamidades de todos los días. La calamidad, que hace su aparición con el capitalismo y es su última consecuencia, consiste en medir el éxito social de cada individuo de acuerdo con la ley del mínimo esfuerzo y el máximo beneficio; la solidaridad se hace imposible… Hay que exigir de los hijos la misma disciplina y severidad a la que están sometidos los padres en el mundo del trabajo. Niños quietos son los que necesitan los padres para poder cumplir con las normas de trabajo. De esta forma,… se prepara al niño como mano de obra de acuerdo con las exigencias de la sociedad de que tiene que ser un individuo rentable. A una familia con problemas de adaptación se la aleja de la producción y se la paraliza. Sus productos ya no llegan al mercado.

La película de Ulrike Marie Meinhof enseña lo que ocurre con los productos que han sido retirados del mercado; el material defectuoso se sigue seleccionando. La sociedad capitalista perpetua las clases aún dentro del correccional; privilegios para con las que se adaptan, castigos para las que no quieren adaptarse, encierro para las rebeldes.

Según el informe de un grupo de asistentes sociales, las cosas se desarrollaron en el Eichenhof de la siguiente manera: Desde comienzos de octubre de 1969, en el Eicenhof hay una directora liberal que ha suprimido las represiones más fuertes… La parte más reaccionaria del correccional se dirigió a la Oficina Tutelar de Menores con calumnias y mentiras contra las chicas, con el fin de poner fuera de juego a la directora liberal. Afirmaron que las chicas se habían emborrachado con el dinero que ganaron en el rodaje de la película “Bambule”. La reacción de las chicas ante tales calumnias y otros embustes fue la de organizar protestas. Su actitud solidaria con la directora liberal acabó siendo una lucha abierta contra los educadores, pues se habían dado cuenta de que eran ellas quienes debían imponer sus intereses, pues los educadores lo único que hacían era escurrir el bulto. Las muchachas consiguieron que el personal reaccionario abandonase el cargo. Sin embargo, ya no pudieron hacer frente a las enromes represalias que adoptaron la Oficina Tutelar de Menores, el Departamento del Distrito y la misma dirección del correccional. Se las aisló e incomunicó por completo de otros correccionales… No hubo ningún grupo capaz de aglutinarlos. La Oficina Tutelar de Menores archivaría con satisfacción el caso Eichenhof.

De la introducción de Ulrike Meinhof al guión: El número de jóvenes en los correccionales no es muy elevado… El ingreso de los menores en un reformatorio necesita del consentimiento de los padres, que en cualquier momento pueden volver a sacarlos, si lo desean. Para estos adolescentes no supone ninguna diferencia estar en un correccional o en un reformatorio, pues el trato es exactamente el mismo.

Al correccional llegan jóvenes proletarios. Las familias burguesas apenas tienen trato con la Oficina Tutelar de Menores. La Asistencia Social no tiene nada que ver con la burguesía. Lo que para el proletario constituye una tragedia –ingresos bajos, exceso de hijos, vivienda pequeña-, lo resuelve la familia burguesa recurriendo al favor del vecino, de los parientes o por medio de una libreta de ahorros –la familia burguesa es digna de crédito y solvente. El que el padre enferme no es motivo para dejar de pagar los plazos, ni tampoco se desintegra la familia porque la madre se haya desquiciado y ya no esté al frente de la casa.

El Patronato de Protección de la Infancia tiene para la familia proletaria dos funciones: descargar a la familia de sus obligaciones y disciplinar a estos jóvenes. Pero el correccional no varía en nada las circunstancias por las cuales este menor se ha salido del buen camino. A la Oficina Tutelar de Menores no le importa en absoluto que el puesto de aprendiz fuera un asco: lo único que toma en consideración es que este menor un día lo abandonó. Que el piso sea demasiado pequeño y el número de hermanos demasiado grande, que en esas condiciones no se puedan hacer los deberes, es algo que a la Protección de Menores le trae sin cuidado; sin embargo, la misma Protección de Menores pone todo su empeño cuando el joven deja de asistir regularmente a la escuela, cuando ha robado algo –independientemente de sus motivos y de si tenía o no unas pesetillas para sus pequeños gastos-, cuando la chica adolescente ha salido a la calle a putear, para poder comprarse los trapitos que le manda comprar la publicidad.

Al joven proletario que no está dispuesto a renunciar a los privilegios de otros, se le amenaza con el correccional. Si por alguna razón ha intentado mejorar su situación recurriendo para ellos a iniciativas demasiado individuales y liberalizantes, se le castiga con la educación preventiva.

La educación en un correccional no mejora en nada la jodida situación del proletario menor de edad, más bien le fuerza a no conformarse con ella. Si se da el caso de que los padres no consiguen por la fuerza que el hijo se adapte, entonces es el Estado quien interviene y, haciendo uso de sus prerrogativas, dispone que el menor sea puesto bajo tutela.

… Los correccionales son el esbirro del sistema, el palo duro con el que se inculca a los jóvenes que no tiene sentido oponerse y aspirar a otra cosa que no sea la condena perpetua del trabajo en serie, un puesto de subalterno o convertirse en un receptor de órdenes para toda su vida, sin posibilidad de rechistar.

… Con la coacción y la violencia los correccionales pretenden llevar a los menores por el camino de la buena conducta. Por lo visto es una creencia bastante generalizada la de que esa buena conducta obtenida por la fuerza –si se ha practicado el tiempo suficiente- se convierte al final en un hábito ya inseparable del individuo. Entre las medidas coercitivas están el “bunker”, la prohibición de los paseos y horas libres, la sustracción del dinero para sus pequeños gastos y la privación de cigarrillos.

La vida en un correccional tiene una implicación directa con la vida de fuera –una vez abandonado éste- por la siguiente razón: las muchachas llegaron al correccional por no resignarse a no tener nada ni a nadie en el mundo. Pero esta etapa en él no ha modificado en lo más mínimo las condiciones por las que entraron. No tener a nadie significa que en casa no hay pan ni mantequilla al regresar del trabajo –si es que no lo ha comprado uno mismo. No tener a nadie significa que nadie te pregunta cómo te ha ido en el trabajo. No tener a nadie significa que de pronto te encuentras en la calle y sin habitación, y que se te va acabando el dinero, que no puedes pedir ningún anticipo ni dar el sablazo a nadie. No hay nadie que esté a tu lado, si te juegan una mala pasada. En otras palabras, no tener a nadie significa que hay que matar el rato en tabernas y para poder encontrar a alguien con quien hablar, significa gastar dinero, significa trasnochar y significa que uno al final no sabe por qué está viviendo.

Fueron unos años decisivos en los que las otras muchachas dejaron la casa paterna, hicieron amigos y entraron en contacto con otros círculos, mientras ellas los pasaban en el correccional, en donde es imposible establecer lazos duraderos ni con los educadores ni con los coeducandos. Un correccional presupone cambiar de hogar, separarse de los viejos amigos, hacer nuevos amigos, de los que uno también acaba separándose. Amigos-separación, separación-amigos. Los psicólogos afirman que ese desamparo y falta de hogar incapacitan al individuo en sus relaciones con los demás. El correccional es la imposibilidad total de llegar a unos lazos sólidos y duraderos. Las chicas del correccional no reciben ninguna clase de instrucción. Trabajan en la lavandería, se ocupan del taller de las planchas, de la cocina, del jardín y del taller de costura, a razón de veinte pfenning (céntimos de marco) la hora…

Entre las discriminaciones que sufren estas chicas está la de no gozar de la confianza de nadie. Eso no sólo las afecta a ellas, sino a sus mismos padres y amigos. En una sociedad clasista la pobreza es una vergüenza que casi raya en la criminalidad. Los pobres no son dignos de crédito. En consecuencia, todo lo que se diga aquí se tendrá por inverosímil; entretanto, los funcionarios y demás enterados se encargarán de manejar a su manera el concepto de verdad contenido en las actas y en los registros oficiales…

… En las actas queda escrito todo aquello que puede perjudicar a las muchachas, por los menos ante los ojos de los que manejan esas actas… Se considera un fracaso personal de las chicas el hecho de que hayan plantado la casa en la que estaban empleadas como muchachas de servicio, porque eran explotadas de mala manera. Si por casualidad estaban ocupando un puesto de aprendiza y el maestro de taller se ha acostado con ellas, eso lo interpretan las autoridades como una falta de integridad moral de la chica…

La violencia engendra contraviolencia y una presión le sigue otra presión de signo contrario. Los actos de rebeldía que se realizan en los correccionales se desarrollan siempre de una forma espontánea y desorganizada, sin planes previos; así se suceden indistintamente la rebelión, oposición, el motín o la “Bambule”. La historia de Irene es una historia de niños, una travesura que termina con la intervención de la policía y con el “bunker”… Todo lo que en el correccional se considera comúnmente abuso, no es sino el reflejo de los principios por los que se rige y su puesta en práctica. La adaptación y la disciplina son sus objetivos primordiales y a puerta cerrada todo está permitido. ¿Cuál va a ser la reacción de quienes lean todo eso o de quienes oigan hablar de ello? En lo que concierne a la utilidad de esta denuncia, las muchachas de los correccionales se muestran muy escépticas…

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Joreg
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Re: Bambule-Revuelta (U. Meinhof, 1970): subtítulos castella

Mensaje por Joreg » 11 Ene 2015, 12:24

Oye, está muy bien.
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Re: Bambule-Revuelta (U. Meinhof, 1970): subtítulos castella

Mensaje por blia blia blia. » 22 Ene 2015, 23:56

En principio me pareció una tarea fácil porque tenía los subtítulos en inglés y el libreto en castellano. Luego he tenido que cambiar bastantes cosas y me ha costado lo mío. Creo que he dejado poco tiempo para leer en muchos subtítulos, pero no puedo evaluarlo imparcialmente. Que lo coja alguien que controle y aumente el margen.

Yo creía que la peli iba a ser o un rollo tipo arte-y-ensayo o un panfleto. La verdad es que no, es una peli que se ve bien pero toca muchos temas además de los centros de menores: Lesbianismo, prostitución, métodos de lucha,... y el protagonismo lo llevan al 100% mujeres.

A mí me parece que está bien, pero de nuevo no puedo ser muy objetivo, ni por otra parte, entiendo mucho de cine.

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Re: Bambule-Revuelta (U. Meinhof, 1970): subtítulos castella

Mensaje por Super8 » 02 Abr 2015, 07:27

De rebote, un vídeo de 2005 donde el germanista y profesor de filosofía de la UNED José María Ripalda -con camisa verde- habla de Ulrike Meinhof y de la violencia:


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