Estaba de paso y al final me voy a sincerar en público.
Salvochea, no seas tan carca hostia ! deja a los chavales que pinten las paredes hombre, que siempre será mejor eso que la dronga. Se ve que te tienen la "fachada" quemada.
Cuando yo era chaval ( 13 años, de esto ya hace unos cuantos), el barrio dormitorio donde vivía era insufrible y tremendamente aburrido, sobre todo los fines de semana. Yo y mis coleguitas habiamos visto unas pelis de unos tios del bronx que pintaban los metros y nos pareció una buena forma de pasar las tardes, así que cogimos unos rotuladores y unos sprays y nos pusimos unos nombres así, muy rimbombantes, con dobles sentidos y movidas de esas, diseñamos unas firmas guapas acordes con el estilo grafitero de la vieja escuela y machacamos las paredes del barrio y de los colindantes, no veas si caminabamos... y a veces hasta corriamos. Por primera vez era lo que quería ser, formaba parte de un grupo que habiamos creado nosotros mismos y, de alguna manera, nos rebelabamos de una forma bastante primaria contra la autoridad: la de nuestros padres, la de nuestros profesores, la de la policía... De aquella las paredes de mi ciudad estaban bien limpitas de firmas, sólo había pintadas políticas. Nos las buscabamos para conseguir fotos de graffitis de otras ciudades, nos enviaban fanzines fotocopiados por correo en los que tenías que "adivinar" las formas y los colores por la mala calidad de las copias, nos escribiamos con graffiteros de otras ciudades a l@s que no conociamos personalmente... todo con tal de aprender más y hacerlo mejor.
Mis primeros " problemas con la policía" fueron por pintar paredes, con catorce años. Nos pararon un sábado de camino al instituto en el que estudiabamos con las mochilas llenas de sprays, ibamos a pintar un mural bien grande, ellos pensaron que ibamos a comprar droga en el campamento que estaba de camino. A partir de ahí: identificaciones, cacheos... hasta que fueron a hablar con mis padres y llegaron a un trato: yo borraba todas mis firmas y no me multaban. Ni que decir tiene que borré la mayoría.
El mal ya estaba echo, se nos sumaron un montón de chavales, y chavalas, ahora no queda una pared limpia. Muchos de nosotr@s estudiamos cosas relacionadas con las artes ( artes gráficas, diseño gráfico, bellas artes...). Yo hace años que dejé de escribir mi firma en las paredes, pero no he dejado de escribir en las paredes, ni de pegar carteles y pegatinas, ni de colgar pancartas... por mucho que digan las "ordenanzas de civismo".
Considero que el hip hop en general y el graffiti en particular, en estado puro y original,
fuera de los cánones comerciales ( que lo hay, y mucho) es una cultura muy positiva que anima a la gente joven a superarse y a desarrollar su propia individualidad ( su personalidad, su creatividad...) así como el espíritu comunitario y de trabajo en grupo, además del orgullo de clase. Ahí es nada.
En el caso del graffiti en particular, y más en concreto de los tags ( firmas), considero que es una expresión de autoafirmación individual y colectiva y de rebelión contra la autoridad y la propiedad privada, bastante inconsciente en la mayoría de los casos, eso si. En lo que no te quito la razón es en que es una moda juvenil que much@s siguen acríticamente, y he de añadir que est@s, en cuanto conocen las drogas duras y las discotecas cambian el subidón de adrenalina que te produce estampar tu firma en la fachada de
tu comisaría más cercana por el del MDMA, el cristal o cualquier otra mierda... de lo que se trataba era de ser el más malote, al fin y al cabo.
Aquí os dejo un enlace, para que Salvochea lo entienda mejor:
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http://video.google.com/videoplay?docid ... 2919011433#
No os perdais, a partir del minuto 49', a Esperanza Aguirre debatiendo con un grafitero.