NUEVAS IDEAS

El arte de combate, como elemento de comunicación social y crítica radical.
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PINTALO TODO DE BLANCO

NUEVAS IDEAS

Mensaje por PINTALO TODO DE BLANCO » 05 Oct 2004, 03:51

NUEVAS IDEAS SE NECESITAN,TAL VEZ NOS HEMOS ENCASILLADO DEMASIADO EN EL PUNK (LO QUE NO QUIERE DECIR QUE NO SIGA SIENDO UTIL),PERO NO ENCUENTRO UN NEXO ENTRE EL FORO DE TECNOLOGIA Y EL DE ARTE,LO IDEAL SERIA QUE USTEDES COMO EXCELENTES ARTISTAS QUE SON, PUDIERAN EXPRESAR MUSICALMENTE ESTE MOMENTO DE OPRESION,ESTETICA OBLIGATORIA Y SALUD PRIVADA.......ME SORPRENDE QUE LOS VIDEOS DE MUSICA NO SE TRATE LA IRONIA DE UNA CAMA SOLAR,NO ENTIENDO COMO NADIE HA CREADO UN LATIGO CON TARJETAS DE CREDITO EN EL EXTREMO,¿PORQUE NO SE MUESTRA UNA EMPRESARIA FEMINISTA NINFOMANA? ¿PORQUE NO UN MISIL ROSADO CON FORMA DE PENE?O UN CUADRILATERO CON UN SOLDAO NORTEAMERICANO Y UN TALIBAN DANDO DE NARICES Y CON BUSH Y BIN LADEN COMO MANAGERS CON LAS TOALLAS EN LA MANO....O SI NO TAMBIEN LAS NUEVAS TECNOLOGIAS ADAPTARLAS A UNIFORMES EXTRAÑOS Y TECNOLOGICOS QUE IMPACTEN EN LA PSICOLOGIA DE LAS PERSONAS.
TAMBIEN SE ME OCURRE IMAGENES DE AL LLEGADA A LA LUNA CON FOTOS TRUCADAS COMO PONER LA BANDERA CON LA A O AL CALVERA Y LAS TIBIAS, ENCUENTROS DU MUSICA PUNK EN FORMA CLANDESTINA O EN LAS MANIFESTACIONES ¿PORQUE NO? Y PARA DESPEDIRME TAMBIEN ME GUSTARIA SI ALGUNO ESTA EN CAPACIDAD DE HACERLO TEATRO CON COLORES GESTALTICOS...BUENO .SALUDOS.

PROMETE0

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Mensaje por PROMETE0 » 10 Oct 2004, 02:31

TAMBIEN SE ME OCURRE,ACONDICIONAR UNA SALA DE CASA OKUPA,PARA MEDITACION ZEN (CONSISTE EN SENTARSE EN UN ALMOHADON Y DORMIRSE SENTADO)ES UNA BUENA POSIBILIDAD DE CONSEGUIR RECURSOS ,EL UNICO REQUISITO ES PINTAR LAS PAREDES DE BLANCO (CAL FUNCIONA BASTANTE BIEN).

PROMETE0

Mensaje por PROMETE0 » 19 Oct 2004, 02:54

¡¡BOICOT A LA CULTURA POLICIAL!!

SI HAY UNA FIGURA DE LA FICCION que haya dominado la cultura pop de los ochenta, ésa ha sido la del Policía. La puta pasma por todas partes. Qué aburrimiento más increíble.

Policías fuertes -protegiendo al débil y al humilde- a expensas de una media docena o así de artículos de la constitución -"Harry el Sucio"-. Simpáticos policías humanos, enfrentándose a la perversidad humana, con una actitud agridulce, ya sabes, duros y escarmentados pero aún blandos por dentro -Canción triste de Hill Street- la serie de TV más perversa de todas. Policías negros listillos marcándose ingeniosos desplantes racistas contra paletos policías blancos, quienes terminan a pesar de todo amándose unos a otros -Eddie Murphy, Traidor de Clase-. Para darle emoción masoquista a la cosa tenemos a policías corruptos que amenazan con derribar nuestra Akogedora Realidad del Konsenso desde dentro como tenias diseñadas por Giger, pero como es natural son aniquilados en el último segundo por el Ultimo Policía Honesto, Robocop, la amalgama ideal de prótesis y sentimentalismo.

Llevamos obsesionados con la policía mucho tiempo (pero los polizontes de antaño hacían de tontainas patosos, pasma pasmada colocada para que Fatty Arbuckle or Buster Keaton les dieran de tortas). Pero en el drama ideal de los ochenta, el "hombrecillo" que una vez tumbó polis por centenares con esa bomba anarquista, utilizada inocentemente para encender un cigarrillo -el Vagabundo, la víctima con el poder repentino del corazón puro- ya no tiene un lugar en el centro de la narrativa. Una vez "nosotros" fuimos ese vagabundo, ese héroe caótico cuasi surrealista que vence con wu-wei a los ridículos vasallos de un orden ruin e irrelevante. Pero ahora nos vemos reducidos al estatus de víctimas sin poder, o al de criminales. "Nosotros" ya no ocupamos el papel central; ya no somos los héroes de nuestras propias historias, hemos sido marginados y reemplazados por el Otro, por el Policía.

Por tanto las series policiacas sólo tienen tres personajes -víctima, criminal y policía- pero los dos primeros no llegan a ser totalmente humanos -sólo el madero es real-. Extrañamente, la sociedad humana en los ochenta (como se ve en otros media) dio a menudo la impresión de estar constituida de los mismos tres clichés/arquetipos. Primero las víctimas, las quejosas minorías despotricando con los "derechos" ¿y dime tú quién no pertenecía a una "minoría" en los ochenta? Joder, si hasta la policía se quejaba de que abusaban de sus "derechos". Después los criminales: en gran medida no blancos (a pesar de la obligatoria y alucinante "integración" de los media), en gran medida pobres (o bien obscenamente ricos, y así tanto más alienantes), en gran medida perversos (los espejos prohibidos de "nuestros" deseos). Tengo entendido que uno de cada cuatro hogares norteamericanos es asaltado cada año, y que cada año casi medio millón de nosotros es detenido sólo por fumar hierba. Frente a estadísticas tales (incluso asumiendo que son "mentiras asquerosas") uno se pregunta ¿quién NO es ya víctima o delincuente en nuestro estado policial de conciencia? El chapa ha de mediar por todos nosotros, por muy chapada que esté la interfaz -sólo son sacerdotes guerreros-, aunque sean profanos. Los más buscados de América -el concurso televisivo más popular de los ochenta- inauguró para todos nosotros el papel del policía amateur, hasta ahora sólo una fantasía mediática del resentimiento y el revanchismo de la clase media. Naturalmente el policía de la vida real no odia a nadie tanto como al vigilante -mira lo que le ocurre a los grupos de autoprotección en los barrios pobres y/o no blancos como los musulmanes que intentaron eliminar el tráfico de crack en Brooklyn: la policía reventó a los musulmanes, los camellos se libraron. Los verdaderos vigilantes amenazan el monopolio de las fuerzas de seguridad, lèse majesté, algo aún más abominable que el incesto o el asesinato. Pero los vigilantes de los media se mueven a sus anchas dentro del Estado Policial; de hecho, sería más oportuno pensar en ellos como informadores sin paga (¡ni siquiera un conjunto de maletas a juego!): delatores telemétricos, electrochivatos, soplones de ocasión.

¿Qué es lo que "América busca"? ¿se refiere esta frase a los criminales; o a los crímenes, a los objetos del deseo en su verdadera presencia, sin representar, sin mediar, literalmente robados y apropiados? Lo que América busca... es dar por culo al trabajo, plantar al cónyuge en el arroyo, drogarse (porque sólo las drogas te hacen sentir como la gente en los anuncios de TV), tirarse a núbiles jovencitas, sodomía, robar. Cómo no. ¿Qué placeres inmediatos NO son ilegales? Incluso las barbacoas en exteriores violan ordenanzas contra el humo hoy en día. Hasta los placeres más simples nos delatan contra alguna ley; finalmente el placer se convierte en algo demasiado estresante, y solo queda la TV -y el placer de la venganza, de la traición delegada, de la emoción enfermiza del soplón-. América no consigue lo que busca, así que en vez de eso tiene a Los más buscados de América. Una nación de gallinas de patio de colegio chupando de una élite de matones de patio de colegio. Por supuesto el programa aún sufre algunos cortocircuitos de realidad extraños: por ejemplo, los segmentos dramatizados son representados con un estilo cinema verité por actores; algunos espectadores son tan tontos que se creen que están viendo filmación real de crímenes auténticos. A partir de esta farsa los actores son acosados sin descanso e incluso arrestados, junto con (o en vez de) auténticos delincuentes cuyas jugarretas son flasheadas después de cada pequeño documentoide. Qué original ¿eh? Nadie experimenta nada -todo el mundo reducido al estatus de un fantasma- las imágenes de los media rompen y se alejan flotando de contacto alguno con la verdadera vida cotidiana; sexo telefónico -cibersexo-. Trascendencia final del cuerpo: cibergnosis.
Como precursores televangélicos, los policías de los media nos preparan para el advenimiento, la llegada final o el Rapto del estado policial: las "guerras" contra el sexo y las drogas: control total despojado de todo contenido; un mapa sin coordenadas en ningún espacio conocido; mucho más allá del mero Espectáculo; puro éxtasis ("salir fuera del cuerpo"); simulacro obsceno; violentos espasmos sin sentido elevados al último principio de gobierno. La imagen de un país consumido por imágenes de autorepugnancia, por guerras entre las mitades esquizoides de una personalidad dividida, el Superego contra el Niño Ello, por el campeonato de pesos pesados de un paisaje abandonado, calcinado, polucionado, desolado, irreal.

Tal como las series de asesinatos son siempre un ejercicio de sadismo, así la ficción policiaca siempre implica la contemplación del control. Las imágenes del inspector o el detective miden la imagen de "nuestra" falta de substancia autónoma, de nuestra transparencia ante la mirada de la autoridad. Nuestra perversidad, nuestro desvalimiento. Ya los imaginemos "buenos" o "malos", nuestra invocación obsesiva de los eidolones de la policía revela el alcance hasta el que hemos asumido la cosmovisión maniquea que simbolizan. Millones de policías diminutos bullen por todas partes, como los qlippoth -hambrientos fantasmas larvales- llenan la pantalla, como en la vieja película de Keaton, inundando el primer plano, una Antártida donde nada se mueve excepto siniestras hordas de pingüinos azules.

Proponemos una exégesis hermenéutico-esotérica de la consigna surrealista "Mort aux vaches!" La tomamos para referirnos no a la muerte de policías individuales ("vacas" en el argot de la época), una mera fantasía revanchista de izquierdas -mezquino sadismo a la inversa- sino más bien a la muerte de la imagen del policía, del Control interno y su miríada de reflejos en el lugar no-lugar de los media -la "habitación gris" como la llama Borroughs-. Autocensura, miedo a los propios deseos, a la "conciencia" como voz interiorizada de la autoridad del consenso. Asesinar a estas "fuerzas de seguridad" sin duda liberaría inundaciones de energía libidinal, y no la violenta vorágine que predice la teoría de la Ley y el Orden. La "autosuperación" nietzcheana provee el principio organizativo del espíritu libre (como también de la sociedad anarquista, al menos en teoría). En la personalidad del estado policial, la energía libidinal es embalsada y desviada hacia la autorepresión; cualquier amenaza al Control resulta en espasmos de violencia. En la personalidad del espíritu libre, la energía fluye sin barreras y por tanto turbulenta pero dulcemente -su caos encuentra su atractor extraño, permitiendo la emergencia de nuevos órdenes espontáneos-. En este sentido, pues, llamamos a un boicot de la imagen del policía, y a una moratoria de su producción en el arte. En este sentido... seria bueno armar un grupo de musica que los ridiculice y que haga de sus uniformes un objeto de risa.

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